Los intangibles de la Educación: disciplina, motivación, etc

Resulta muy apropiado que hayan coincidido la presentación del durísimo recorte presupuestario en Educación con la presentación del Barómetro del CIS de marzo que, precisamente, aborda esta misma cuestión. Apropiado porque permite echar un poco de agua fría a algunos de los comentarios apocalípticos que se vienen escuchando. Mi tesis es que la Educación de nuestro país no se va a resentir en cuanto a sus resultados, ni por la tasa de abandono escolar, ni por el nivel de conocimientos de los alumnos. Más aun, sostengo que mejoraremos. La tasa de abandono ya lo está haciendo y en cuanto al nivel de conocimientos les emplazo a los resultados de PISA 2012.
¿Por qué? Por dos razones fundamentales. Primero, porque las partidas eficaces en orden a la mejora de los resultados permanecen casi intactas y me refiero al Plan PROA de refuerzo escolar de las materias instrumentales. Otros programas que sí han sido jibarizados (Escuela 2.0, Erasmus…) o directamente aniquilados (Educa3…) eran estupendos para otras cosas pero no para lo que algunos consideramos que debe ser objetivo prioritario de un Ministerio de Educación y que no es otra cosa que reducir el abandono y aumentar el conocimiento. En suma, que muchos sepan mucho.

Pero segundo y sobre todo, porque la carga de la prueba recae, ahora más que nunca, sobre cada padre, cada profesor y cada alumno. Según el CIS de marzo sólo para el 6,9 por ciento la mejora de nuestros resultados pasa por “más inversión, menos recortes y más medios en general”. Para la mayoría la clave radica en los llamados intangibles de la Educación: falta de disciplina, falta de motivación tanto del profesorado como de los alumnos, falta de implicación de las familias, falta de exigencia y esfuerzo… Cuando se les pregunta qué consideran fundamental para tener éxito en los estudios, lo tienen claro: esfuerzo y estudio de los alumnos (76 por ciento), buenos profesores (72 por ciento) y apoyo de la familia (64 por ciento). Menos importa, según la opinión de la gente, el origen social (21 por ciento), pagar extraescolares (17 por ciento) o los medios con los que cuentan los colegios privados (10 por ciento). Qué quieren que les diga, es un consuelo depender de uno mismo.