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Buena perspectiva de empleo y reducida prima salarial desincentivaron el estudio

El estudio del Ifiie cita las causas sociales y familiares que alimentaron el abandono educativo en España, entre ellas, que sólo el diferencial retributivo que aporta el título de postobligatoria es reducido en comparación a otros países.
Pablo RoviraViernes, 20 de abril de 2012
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El estudio Los costes del abandono escolar prematuro. Una aproximación a las pérdidas monetarias y no monetarias causadas por el abandono prematuro en España del Ifiie también analiza las variables que causan que los jóvenes decidan abandonar sus estudios. Existen una diversidad de factores socioeconómicos y culturales que afectan “de forma decisiva” a cualquiera de las opciones educativas que puede tomar un individuo. El nivel educativo de la madre es un importante indicador de la decisión del hijo: cuanto mayor es este nivel educativo, mayor es la probabilidad de que su hijo demande los distintos niveles educativos. Por el contrario, la existencia de una elevada proporción de parados en el hogar o de menores en el mismo tiene el efecto contrario, es decir, “incentiva que no se demanden cada uno de los niveles” educativos. Por tanto, “y haciendo la lectura inversa, si un joven pertenece a un hogar con estas características (madre con bajo nivel educativo, elevada proporción de parados, menores en el hogar, a las que se unen vivir en un municipio con menor densidad de población, o una mayor tasa de desempleo para individuos que completaron Educación Secundaria de segunda etapa) éste será más proclive a abandonar prematuramente el sistema educativo”, resume este estudio ministerial.

Además, los resultados muestran una mayor propensión de las mujeres hacia la vía de Bachillerato, así como una mayor dificultad de aprendizaje para los jóvenes nacidos en los últimos meses del año, los cuales aumentan sus probabilidades de repetir algún curso.

Por su parte, “las variables familiares vuelven a demostrar el gran impacto del nivel de estudios de la madre sobre las decisiones educativas de sus hijos, seguido por la clase social, mientras que ni la renta del hogar de origen ni la actividad laboral desempeñada por los padres parecen tener un efecto significativo en estas elecciones” de seguir o no estudiando.

El estudio señala que “las variables territoriales también muestran un importante impacto de las comunidades autónomas situadas en la zona del Mediterráneo, debido a la facilidad que los jóvenes de estas autonomías tienen para incorporarse al mercado laboral”, aunque bien es cierto que los datos manejados no cuentan con el recrudecimiento del desempleo en España de los últimos tres años.

Sin embargo, “también se desprende que las diferencias en los sistemas educativos regionales debidas a la descentralización no han generado diferencias importantes en los rendimientos de los estudiantes”, concluye el estudio.

Además, el documento señala que los factores que determinan completar o no la Secundaria postoboligatoria son “muy similares a las de la demanda de la Educación Superior”. Según recoge el estudio, hay otros factores que no son de índole social y cultural sino escolar que influyen en el abandono educativo temprano, como son “la disposición del alumnado, el contexto económico y social del que proceden, las prácticas docentes y el clima del aula, la preparación y disposición de los profesores, etcétera”. Además, “a estos hay que añadir que la inmigración tiene un efecto importante sobre la probabilidad de abandonar prematuramente los estudios, lo que puede deberse a la falta de integración de estos estudiantes en el sistema educativo”, sugiere el documento. Por otra parte, “para el año 2007 la presencia de hermanos parece no ser determinante en esta decisión (de abandonar los estudios), mientras que la ausencia de alguno de los padres en el hogar favorece dicho abandono escolar”.

Desventaja competitiva
Además de estas causas y costes que provoca el abandono educativo temprano, el estudio del Ministerio de Educación recoge la desventaja competitiva laboral que supone para la juventud española con respecto a la de otros países europeos producida por el abandono educativo temprano. El informe recoge las conclusiones de la OCDE que relacionan empleabilidad y formación al señalar que “cuanto mayor es el nivel educativo, menores son las tasas de empleo asociadas y mejores las condiciones de trabajo”. Eso sí, puntualiza el informe, “es más probable que los jóvenes sin título postobligatorio encuentren trabajo en España que en otros países de estructura similar a la nuestra, como Italia, pero a la vez tienen mayores probabilidades de perderlo y pasar a situaciones de desempleo o inactividad”. Esto se debe, según el estudio, a que “los puestos ocupados anteriormente por individuos con Educación obligatoria ahora son ocupados por individuos con mayores niveles educativos”. El estudio añade que el mercado laboral español tiene más cabida para personas sin titulación… hasta la llegada de la crisis económica.

Además, el estudio apunta que “en aquellos países con buenas perspectivas de empleo para los jóvenes sin Educación postobligatoria se reducen los incentivos” para seguir estudiando, “mientras que los mayores ingresos y la menor tasa de desempleo tienen el efecto contrario”. El problema de España, en este sentido, durante los años del boom económico fue que “los diferenciales de ingresos” entre terminar postobligatoria o no “fueron inferiores a los de otros países”.

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