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Colegios solidarios: construyendo un mundo mejor

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Actuar de forma altruista por los demás no solo tiene beneficios para el que lo recibe, sino, y muy especialmente, para el que lo da. La solidaridad también se enseña desde pequeños. Muchos colegios apuestan, con éxito, por ella.

Por Terry Gragera

El concepto de solidaridad está cambiando. “Cada vez nos encontramos con más niños que desde muy pequeños están concienciados de que hay que hacer algo por los demás”, resalta Guadalupe Díez, responsable de Eventos y Colegios de la Fundación Aladina, que presta soporte a niños con cáncer (ocio, apoyo psicológico, ayudas, entrenamiento físico…).

En la Fundación Aladina llevan varios cursos desarrollando la campaña “1 dibujo = 1 sonrisa”, por la que los escolares mandan su sonrisa, a modo de dibujo, para los niños hospitalizados. En el curso pasado, colaboraron con la iniciativa 108 colegios de toda España. “Los escolares, de todas las edades, mandaban dibujos, cartas, cómics… a niños con cáncer que están en el hospital a los que les encanta saber que hay gente fuera que, aun sin conocerlos, se preocupa por ellos y quiere arrancarles una sonrisa”, explica Guadalupe Díez.

Los beneficios de esta acción son bidireccionales, ya que en los niños sanos “fomenta que valoren realmente todo lo que tienen, descubren que la solidaridad no es algo solo de los mayores y que no consiste en decir ‘mamá, mete dinero en este sobre’ y se sienten bien porque se dan cuenta de que a cualquier edad se pueden hacer cosas por los demás”, dice la responsable de Fundación Aladina.

¿Cómo puedo ayudar?

“Para presentar la campaña, acudimos a los colegios. Los escolares nos preguntan si los niños con cáncer se curan, si pueden comer chucherías, si pueden jugar al fútbol o hacer las mismas cosas que ellos… Cuando son más mayores, se interesan por la forma de ayudar más. Se siembra en ellos una inquietud y quieren ir más allá. A ellos les enseñamos que hay maneras sencillas de colaborar como utilizar sus redes sociales para compartir campañas solidarias y hacerse eco de este tipo de acciones. Muchos se hacen voluntarios de nuestros eventos, ya que al hospital, al ser menores de edad no pueden ir, y nos ayudan en ellos”, relata Guadalupe Díez.

La solidaridad de los más pequeños del colegio o de la casa suele ser también un revulsivo en el centro o en la familia. Así, la campaña “1 dibujo = 1 sonrisa” consiguió recaudar el año pasado más de 140.000 euros procedentes de las donaciones de los padres de los niños que habían hecho los dibujos, escolares de todas las edades, incluso desde la Escuela Infantil.

«Los niños educados en solidaridad cuando son más mayores se interesan por la forma de ayudar más. Se siembra en ellos una inquietud y quieren ir más allá»

También cada vez más colegios organizan actividades solidarias: mercadillos, carreras, teatros, fiestas… con la mirada puesta en Aladina o en otras asociaciones. Cada una cuenta para sembrar el germen de la acción social.

Un pasaporte solidario

En los colegios CEU se toman la solidaridad muy en serio. Por ello han creado un Pasaporte Solidario y lo que denominan Menú del Voluntariado. Se implica a todos los alumnos de cualquier etapa educativa de todos sus centros escolares, adaptando las actividades a la edad, para realizar acción social (economatos, entidades caritativas…), acompañamiento a mayores, educación e instrucción a colectivos desfavorecidos o barrios marginales, viajes a países en vías de desarrollo, patrullas ecológicas, carreras solidarias, eventos deportivos para recaudar fondos, padrinos de aprendizaje…

El objetivo es “favorecer el sentido de la realidad y, al mismo tiempo, educar la mirada en la sensibilidad social”, resalta Luis Martínez Abarca, responsable del Área de Colegios CEU. “Si en este compromiso el conocimiento y reflexión son imprescindibles, educar para la acción es, al menos, igual de importante. Descubrir, sensibilizar y hacer son tres piezas de un único recorrido”, destaca. ¿En qué se basa el Pasaporte Solidario? “Todo alumno de nuestros colegios necesita sellar un número de acciones por curso de las que ofrecen en su menú u otras que él mismo proponga”, aclara el representante de los colegios CEU.

La solidaridad de los más pequeños del colegio o de la casa suele ser también un revulsivo en el centro o en la familia

Así, en el Pasaporte quedan plasmadas “todas las actividades de voluntariado en las cuales haya participado”. La reacción de los alumnos es “muy positiva”. “Son conscientes de la necesidad y de que es parte de la identidad que reconocen con naturalidad y también con orgullo. En algunos casos la demanda de participación desborda las posibilidades, pero pensamos que es una prueba de su éxito”, reconoce.

Ventajas de ser solidarios

Para una personalidad en formación, como la de los niños y adolescentes, aprender a ser solidarios tiene muchos beneficios:

-Se siente parte activa de la sociedad desde pequeños.

-Aprenden a comprometerse.

-Pueden conocer a niños y jóvenes con sus mismas inquietudes.

-Descubren valores y fortalezas ocultas en ellos mismos.

-Desarrollan la empatía y la sensibilidad.

-Aumenta su autoestima.

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