Cómo ser madre y feliz al mismo tiempo
¿Puede una familia con ocho hijos hacer algo más que sobrevivir? Paloma Blanc demuestra que es posible en Siete pares de katiuskas, un libro vital y optimista pero también realista.
Por Javier Peris
Desde hace años Paloma Blanc escribe un exitoso blog que empieza con una falsedad, y nada menos que en el título. Los Siete pares de katiuskas son en realidad ocho, porque hace cuatro años nacía su octavo hijo. Ya era demasiado tarde para cambiarlo: cerca de un millar de seguidores de sus posts, más de medio millón de visualizaciones y una incesante actividad en Facebook e Instagram. Cifras que llamaron la atención de una importante editorial y que reclamaron de la autora un libro de los que se pueden tocar. Siete pares de katiuskas. La maravillosa aventura de ser madre (Plaza y Janés) es la historia de una madrileña madre de ocho hijos, esposa y trabajadora, que acabó cediendo a las demandas de su círculo de amigas, amigos y familiares: “A la pregunta habitual, qué cómo me las arreglaba, siguieron los ruegos de que tenía que poner por escrito mi experiencia, y empecé a escribir el blog. Bien, hagamos de una vez la pregunta: ¿cómo se las arregla una madre de ocho hijos? “Pues… mal, claro. Es más, durante mucho tiempo fui un desastre, una madre que se enfadaba, gritaba y no disfrutaba de sus hijos. Un día me pregunté a mí misma: ¿cómo quieres que te recuerden tus hijos? Y todo cambió. Aprendí a organizarme y a disfrutar de mi familia y mi maternidad”.
Durante mucho tiempo fui un desastre, una madre que se enfadaba, gritaba y no disfrutaba de sus hijos. Un día me pregunté a mí misma: ¿cómo quieres que te recuerden tus hijos?
En efecto, en el texto de Blanc no se refleja una imagen ideal de una familia numerosa, sino un proceso de lucha, de mejora… “Ser madre constituye un proceso de aprendizaje que nunca se acaba, en el que hay que aprender a planificarse, a cultivar la paciencia y, sobre todo, a observar. Es casi lo más importante. Tienes que ir descubriendo ¡por la cuenta que te trae! qué es lo importante y lo secundario; cuáles son las prioridades del día a día pero también del futuro de la familia y de cada uno de sus miembros”.
Vital y realista
El tono de la autora es sencillo y optimista, pero no sugiere en ningún momento el objetivo de la perfección. Reconoce, por ejemplo, que no es una buena compradora: “Tiendo a gastar más de la cuenta, pero afortunadamente mi marido, que es financiero, consigue que nos ajustemos a los presupuestos”.
En las pequeñas historias de Paloma Blanc tampoco asoma ni rastro de victimismo, más bien todo lo contrario; agradecimiento a las personas que le ayudan en las tareas y obligaciones diarias, comenzando por los abuelos y siguiendo por los médicos, amigos y amigas…: “No es, desde luego, un libro quejica. Es verdad que en España las ayudas a la maternidad son mínimas en comparación con otros países, pero tampoco creo que estas decisiones se tomen porque existan determinados incentivos”. Algunas personas miran con recelo a las familias numerosas. En ocasiones Paloma sí ha notado miradas de rechazo, aunque la impresión más frecuente que le trasladan es que está, simplemente, mal de la cabeza.
El tono de la autora es sencillo y optimista, pero no sugiere en ningún momento el objetivo de la perfección.
Valores que no cambian
El retrato que hace Paloma de sus hijos es seguramente muy parecido al de tantos niños y no precisamente complaciente: “Son niños normales, se pelean, sienten envidias, son egoístas…”. Pero en este caso hay más: “Prácticamente han nacido compartiendo, sabiendo que la ropa les tiene que durar mucho tiempo y que hay cosas que no podrán disfrutar nunca. Los tres mayores, por su parte, están obligados a currar mucho. Por supuesto, todos tienen sus encargos, turnos de cocina, etc., aunque me arrepiento de no haber delegado más… ”.
Prácticamente han nacido compartiendo, sabiendo que la ropa les tiene que durar mucho tiempo y que hay cosas que no podrán disfrutar nunca.
En el libro se pueden encontrar experiencias y consejos sobre cómo mantener una buena relación de pareja mientras van llegando los hijos, o cómo educar a los niños con respecto a internet y la tecnología; trucos para sobrellevar el preparto y el postparto o sugerencias para mantener un mínimo de orden. En el último capítulo del libro Paloma concluye que hay valores que no entienden de avances tecnológicos ni de generaciones y que resume en estas cuatro palabras: perdón, por favor y gracias: “Saber perdonar y pedir perdón, no creernos con derecho a nada, y ser capaces de sentir gratitud”.
500 familias como la de Paloma
En España hay aproximadamente 600.000 familias con el título de familia numerosa, que pueden ser algunas más porque no se obliga a nadie a acreditar esa condición ni, por tanto, a beneficiarse de las correspondientes ayudas. En todo caso, sólo se trata de aquellas familias cuyos hijos son todavía dependientes de los padres. La gran mayoría (70%) tienen tres hijos, o dos con algún miembro con cierto grado de discapacidad.
También se considera famlia numerosa la de las parejas que aportan hijos de matrimonios anteriores. Como la familia de Paloma Blanc, de ocho hijos, hay unas quinientas registradas en España. Y con 10 o más hijos hay un centenar y medio. Las bonificaciones, exenciones y descuentos que disfrutan estas familias difieren en cada autonomía.