Acoso entre los hermanos: más frecuente de lo que parece
Solemos localizar el bullying (acoso entre iguales) en el colegio. Sin embargo, según distintos estudios, es aún más frecuente en el ámbito familiar. No hablamos de las típicas pelas entre hermanos, sino de algo más allá que puede tener consecuencias futuras sobre la salud mental.
Por Terry Gragera
Nada tan común en las relaciones entre hermanos como los celos y las peleas. Forman parte de la vida familiar de todos los hogares donde convivan varios hijos. Sin embargo, hay ocasiones en que se da un paso más, llegando a la agresión y a la intimidación constante, a una especie de hostigamiento que se vive a diario y en un entorno que debería resultar protector para el niño. Por este motivo, los expertos advierten de que el bullying entre hermanos es aún más perjudicial que el bullying escolar.
Hay ocasiones en que se da un paso más, llegando a la agresión y a la intimidación constante, a una especie de hostigamiento que se vive a diario y en un entorno que debería resultar protector para el niño,
“El bullying entre hermanos puede causar un daño más profundo y con consecuencias más devastadoras que en los niños afectados por el acoso en la escuela. La explicación es que en el lugar donde el niño espera una relación de cariño y seguridad, que es su hogar, encuentra un entorno hostil de violencia y maltrato. Todo ello puede generar en el menor unos sentimientos de impotencia y de inseguridad que hacen que no pueda sentirse protegido en su propia casa, incrementando la posibilidad de padecer desarreglos emocionales en un futuro”, advierte Alexandra Sierra Vandrell, psicóloga infanto-juvenil y perito forense de Isep Clinic.
Así, los acosados pueden sufrir en el futuro depresiones, estrés postraumático, ansiedad y tendencia a la autolesión, en una proporción dos veces mayor que los niños que no lo han padecido, según una investigación liderada por la Universidad de Oxford (Reino Unido). Pero los daños no son solo para el acosado, sino también para el acosador, pues en muchas ocasiones vive el resto de su vida con una culpabilidad de la que no sabe salir.
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Peleas entre hermanos
…Estas peleas habituales no son consecuencia de un problema en la mayoría de ocasiones, sino normales dentro de la conducta infantil.
…Les ayudan a aprender habilidades de afrontamiento de problemas y resolución de conflictos.
…Son más frecuentes cuando hay menos de cinco años de diferencia entre los hijos.
…Suelen producirse por celos o en un intento por llamar la atención.
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Cómo reconocerlo
Según un reciente estudio publicado de la Academia Americana de Pediatría, hasta un 32% de los niños han sufrido acoso por parte de sus hermano en el último año, un porcentaje más elevado que el correspondientes al acoso escolar, donde hablamos de un 25% de víctimas. Se trata, por tanto, de un problema de considerables dimensiones que, sin embargo, se suele minimizar en el entorno familiar al considerar que es “normal entre hermanos”.
Para detectar cuándo estamos ante riñas fraternales, sin más, y cuando ante un verdadero acoso, hay que tener en cuenta los siguientes factores, según explica la psicóloga de Isep Clinic:
- Insultos y violencia psicológica hacia un hermano. “Un insulto puede hacer más daño a un niño incluso que el abuso físico, ya que hace mella en su autoestima, pudiendo tener consecuencias en su vida”.
- Agresiones físicas.“La agresión física no debe ser tolerada bajo ningún concepto. Puede ser la manera en que un niño exprese las emociones de frustración o rabia que no sabe canalizar ni gestionar correctamente”.
- Ganging.“Sucede cuando más de un hermano está involucrado en el bullying hacia otro, haciéndole sentir solo”.
- Intento de anulación al hermano. “Ridiculizar al hermano frente a los amigos o familiares, infravalorar cualquier cosa que haga o que diga de forma constante, romper sus juguetes o sus enseres personales”.
Cuando hay bullying entre hermanos, uno de ellos aprovecha la posición de poder para abusar del otro. Suele ser difícil de detectar, pues en el ámbito familiar estas situaciones tienden a normalizarse. Para resolver la situación, “en primer lugar es importante averiguar cuál es el origen del comportamiento del hermano abusador, ya que, en ocasiones, este menor está reproduciendo un abuso cometido sobre él antes.
En cuanto a la víctima, hay que ofrecerle apoyo emocional”, aconseja. En todo caso, es un trabajo conjunto: “Se recomienda buscar ayuda profesional, un soporte donde se pueda asesorar a los padres de cómo proceder en dichas situaciones y que pueda proporcionar herramientas a la familia para poder trabajar, así como dar apoyo a la víctima”, explica.
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El perfil del acosado y del acosador
Según destaca la psicóloga Alexandra Sierra, hay varias características que pueden definir el perfil del hermano acosador:“Personalidad irritable y agresiva, bajo autocontrol, ausencia de empatía, tendencia a conductas violentas y amenazantes, impulsividad, fortaleza física, asunción del rol de líder frente a un grupo de iguales, pensamiento rígido y tendencia a la manipulación”.
Por su parte, en el hermano acosado se distinguirían estos factores personales: “Introversión y pocas habilidades sociales, poca asertividad con tendencia pasiva a las situaciones, sumisión, baja autoestima, personalidad depresiva en ocasiones, conformismo y tener algún tipo de discapacidad o trastorno del aprendizaje”.
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