Empezando por la letra
El niño que escribe rápido piensa rápido. Así lo ha demostrado una investigación grafológica realizada durante cuatro meses con un grupo de alumnos del Colegio «Vizcaya» de Bilbao bajo el asesoramiento de la grafoterapeuta infantil Mª Pilar Besumán.
Autor: ZAIDA PÉREZ DE ARANDA
Tras más de 30 años de experiencia, la grafopsicóloga Mª Pilar Besumán ha editado una Cartilla Escolar Grafológica, basada en su método de “letras inteligentes”, que puede incluso prevenir y combatir el fracaso escolar. “Hay que cambiar la enseñanza de la escritura para mejorar el desarrollo intelectual y la maduración del niño. Con estas ‘letras inteligentes’ el niño adquiere una base sólida para enfrentarse a los nuevos retos de su aprendizaje, mejorando su rendimiento escolar, su capacidad de síntesis y su agilidad mental”, afirma Besumán.
Por eso, actualmente 300 niños de entre 5 y 6 años del Colegio “Vizcaya” de Bilbao siguen con éxito este método. Y es que el curso pasado, tras una investigación con varios alumnos de este centro, se demostró que las letras grafológicamente positivas, inteligentes y rápidas pueden, entre otras cosas, mejorar aspectos académicos, modificar actitudes de conducta y favorecer la relación con padres y profesores.
Un grupo de expertos asesorado por Besumán realizó una serie de tests a escolares que presentaban serios problemas en la escritura y en todas las áreas del aprendizaje (disortografías, fobias, etc.). Con tan sólo cuatro meses de trabajo con la Cartilla Escolar Grafólogica, esas carencias se habían superado, mostrándose, además, más motivados y seguros de sí mismos.
Modificar el carácter
“No hay que poner tope a la inteligencia del niño y las caligrafías normales son muy lentas, no han evolucionado desde hace más de 60 años y no van a la par de su inteligencia”, asegura Besumán. Por eso, su Cartilla Escolar (www.editorialbesman.com) enseña una escritura sencilla y madura que dota al niño de una caligrafía grafológicamente correcta que pueda mantener el resto de su vida enriqueciéndola con sus conocimientos y personalidad. “Con el temperamento se nace, pero el carácter se puede modificar a través de la escritura.
Por ejemplo, un niño agresivo se puede canalizar con una letra amable”, apunta la grafóloga. Y pone más ejemplos: “Si agrandamos una letra muy pequeña, que denota introversión, hacemos que el chico se abra más, y si está inclinada a la izquierda, debemos redireccionarla hacia la derecha, porque significa que ese niño está tomando una actitud derrotista hacia la vida”. En definitiva, se trata de “hacer más fácil el aprendizaje del niño para que sea más feliz”.
CARTILLA ESCOLAR GRAFOLÓGICA |
A continuación se analizan y comparan grafológicamente las letras minúsculas convencionales que normalmente se enseñan a los niños (las que aparecen en rojo) con las letras minúsculas de la Cartilla Escolar Grafológica de Pilar Besumán (en verde). La “a” en rojo (sin evolución) está realizada en dos tiempos y revela pereza, egoísmo y glotonería. Por el contrario, la verde, hecha en un solo trazo, corresponde a una personalidad evolucionada y sensible. La primera “g” significa en el niño simpleza de carácter, falta de franqueza y poca facilidad de palabra, mientras la segunda desvela capacidad de gentileza, inteligencia y nivel social evolucionado. El bastoncito de delante de la “m” roja es una expresión de inhibición y timidez. En cambio, cuando un niño comienza a escribir la “m” de la forma de la verde está manifestando inteligencia y madurez . La “p” realizada en dos trazos, como la roja, es lenta y denota poca viveza intelectual. Sin embargo, la “p” verde es un signo de simplificación y rapidez. Significa imaginación y capacidad de sopreponerse al esfuerzo. Realizada en tres tiempos, la “q” roja revela timidez y carácter replegado. Por el contrario, la “q” en forma de “v” o pinza desvela dinamismo, franqueza, sinceridad, espontaneidad y extroversión. |