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Educar en casa: 22 consejos para educar en la solidaridad

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Educarles valores de solidaridad es esencial para cultivar su empatía social y que sean conscientes que todos vivimos dentro de una sociedad en la que colaboramos con el bienestar común.

Por Javier Peris

 

1 SOLIDARIDAD, COMPASIÓN, PIEDAD, GENEROSIDAD, CARIDAD… No importa qué término queramos usar porque todos sabemos a qué nos referimos: queremos que nuestros hijos piensen en los demás, que no sean ajenos a los problemas de tanta gente y que sean felices contribuyendo a hacer una sociedad más justa.

2 A VECES SE AMPLÍAN EN EXCESO LOS ENFOQUES. Hay fenómenos relacionados directamente con la solidaridad, como el comercio justo. Por el contrario, algunas propuestas de actividades escolares diluyen el objetivo cuando incluyen temas como los alimentos transgénicos, el medio ambiente o el ahorro energético. El voluntariado social, para entendernos, no siempre responde a la solidaridad de la que hablamos.

3 A PARTIR DE LOS 2 AÑOS LOS NIÑOS YA EMPIEZAN A TENER MÁS CONCIENCIA DEL OTRO, y en la escuela, que saben mucho de psicología evolutiva, se insiste mucho en compartir. Puede ocurrir que en la familia suceda todo lo contrario: el niño o la niña son objeto de una atención constante y, si es el caso, hay que esforzarse especialmente cuando la ausencia de hermanos hace imposible, o demasiado teórica, la conveniencia de compartir.

4 LA CAPACIDAD DE RACIONALIZAR, LA LÓGICA, se manifiesta abiertamente a partir de los 7 años. La curiosidad intelectual del niño se dispara y, si es capaz de sentir la empatía, también se le puede enseñar. Será con ejemplos y argumentos sencillos y también con historias. Los relatos de ficción, los cuentos, siguen siendo útiles, pero no hay nada más eficaz que sacar las enseñanzas de las relaciones más próximas, de la vida diaria.

5 EN EL TORBELLINO DE NORMAS, VALORES Y SENSACIONES QUE SACUDE AL ADOLESCENTE EJERCER LA SOLIDARIDAD consigue reducir el estrés y aumentar la autoestima, dos necesidades típicas de estas edades. Y al contrario que otras actividades que pueden realizarse en infantil, el voluntariado solidario en la adolescencia es más probable que tenga continuidad después.

6 PARA TODO NECESITAMOS UNA MOTIVACIÓN, UN ALICIENTE, UN EMPUJÓN. También para ser generosos. A veces lo hacemos por compromiso, para no desentonar en determinado ambiente, para enriquecer el curriculum, para sentirnos mejor… No importa, todo sirve. Es más, rara vez nos implicamos en un proyecto solidario mediando solo una reflexión desinteresada sobre el sentido de la vida.

7 PERO HAY QUE HACER ESA REFLEXIÓN. Si dejamos que nuestros hijos crean que la solidaridad surge sólo y cuando dura el sentimiento, la aparcarán cuando estén tristes, enfadados o resentidos, o cuando los problemas de dinero les ocupen y preocupen. Por eso es tan importante vincular la solidaridad a la justicia y a la dignidad. Por eso no debemos fiarlo todo a la empatía, porque esta también se equivoca.

8 EN EL COLEGIO NO ES RARO QUE LOS ALUMNOS RECIBAN ESTÍMULOS TEÓRICOS PARA LA COMPASIÓN Y LA ACCIÓN, pero los mejores talleres son los que ayudan, en vivo y en directo, a los demás. Si en la escuela, por los motivos que sean, no se organizan actividades de voluntariado, se pueden sugerir a la Dirección o bien impulsarlas a través del AMPA. Es muy probable que más de un padre o madre participe en una acción social local con la que se pueda colaborar.

9 TAMBIÉN RESULTAN ÚTILES LAS ACTIVIDADES QUE PROMUEVEN EL DEBATE Y EL DIÁLOGO, ESPECIALMENTE CON LOS ADOLESCENTES. Debemos ayudarles a racionalizar las pulsiones de generosidad y a proporcionar las reacciones ante la injusticia. Si dejamos la solidaridad al albur de los sentimientos las buenas intenciones serán tan caprichosas como las hormonas juveniles..

10 EN LA FAMILIA EL NIÑO APRENDE DE OTRA MANERA… PARA BIEN Y PARA MAL. Si se pasa el día escuchando amargas quejas sobre el recibo de la luz o los precios de la gasolina difícilmente entenderá las dificultades de los que no pueden pagar la calefacción en invierno y para quienes perder el bonobús es una auténtica tragedia. Valorar lo que se tiene es el primer paso y condición necesaria para ser solidarios.

11 ¿HAY ALGO MÁS VALIOSO QUE LA SALUD? Sabemos que no… pero siempre nos olvidamos. El contacto con personas enfermas o que sufren discapacidades serias es una experiencia positiva para todos. Y los niños no sufrirán ningún trauma, más bien al contrario: ocultarles estos graves problemas personales y sociales es hacerles un flaco favor, e impedimos que procesen lo negativo y descubran los valores positivos que surgen de estas situaciones.

12 ASOCIAR LA GENEROSIDAD A LOS EVENTOS MÁS FELICES: comunión, navidad, regalos de fin de curso… Si desde pequeños los hijos se acostumbran -casi siempre a disgusto- a dedicar una parte de esos regalos a otros que no tienen ninguno, de mayores les resultará muy difícil ignorarles cuando puedan disponer con autonomía de sus muchos o escasos recursos.

13 FOMENTAR LA ADMIRACIÓN POR MODELOS es un recurso pedagógico que se usa en muchos espacios de la Educación. Se puede comentar con los niños el ejemplo de personajes púbicos que destacan por su dedicación a los demás; también el de los más cercanos (seguro que los encontramos en la familia, en el barrio, en la escuela) para que vean que no sólo es propio de personas famosas.

14 HAY PRÁCTICAS SOLIDARIAS MUY EXTENDIDAS, COMO DONAR LA ROPA. Casi siempre apenas supone el esfuerzo de elegirla y empaquetarla. El peligro es convertir esta buena rutina en un simple recurso para hacer hueco en el armario. Por eso es conveniente que los hijos se acostumbren a terminar el trabajo trasladando personalmente el paquete a la parroquia o a la ONG, donde comprobarán cuánto vale lo que a ellos les sobra.

15 LA COMIDA, OTRA NECESIDAD BÁSICA QUE NOS ENSEÑARON A VALORAR DESDE PEQUEÑOS: NO TIRARLA, BENDECIR LA MESA… Aun hoy muchos adultos que no practican la religión siguen esa costumbre porque es una forma de no olvidar el privilegio de comer -y comer bien todos los días. Más trabajoso es obligar a los peques a comer de todo, pero también es la mejor forma de hacer aprecio a la comida.

16 QUÉ DURO PUEDE RESULTAR ALENTAR A LOS HIJOS A CUMPLIR SIEMPRE CON SUS OBLIGACIONES FISCALES, CON LA SEGURIDAD SOCIAL, CON LAS TASAS Y LAS MULTAS… Sabemos que el sistema no es perfecto, y quizá hemos sufrido personalmente sus excesos en alguna ocasión, pero también queremos que sean buenos ciudadanos, que entiendan los valores que hay detrás de esas normas, y que para criticarlas primero hay que cumplirlas.

17 POR ENCIMA DE LAS OPINIONES QUE CADA UNO TENGA SOBRE EL FENÓMENO DE LA INMIGRACIÓN, la realidad es que en este país del primer mundo convivimos con muchas personas que sufren graves carencias de vivienda, ropa, alimentación, separación familiar… De hecho buena parte del trabajo de las ONG españolas se dirige a personas extranjeras. Hay que evitar los prejuicios y hacer un esfuerzo de empatía para trasladar a los hijos que la solidaridad comienza por la señora que limpia la escalera.

18 PARA MUCHOS NIÑOS LA MENDICIDAD CALLEJERA ES LA PRIMERA IMAGEN REAL Y CERCANA DE LA POBREZA. Es una ocasión para hablar con ellos de estas personas que han hecho de pedir una forma de vida y un trabajo. Pero en nuestro país es raro el caso que está justificado. Los niños deben saber que suelen concurrir problemas de adicciones y desórdenes mentales (y tramas organizadas) y que existen unos Servicios Sociales que seguramente ya han intentado sacar a esas personas de la calle.

19 LOS ADULTOS ESTAMOS MÁS PREDISPUESTOS A DAR DINERO QUE TIEMPO. Los pequeños corren el peligro de aprender este recurso y darlo por suficiente. Por otra parte, cuando un adulto se implica por primera vez en un proyecto solidario descubre que cuesta más pedir dinero que entregarlo. Y aunque se repita mentalmente que el favor se lo está haciendo él al otro, siempre cuesta.

20 ¿SE PUEDE EDUCAR EN LA SOLIDARIDAD CUANDO MAMÁ O PAPÁ ES EGOISTÓN, ÁVARO, DESCONFIADO…? Afortunadamente sí, porque en general todos tenemos esos defectos, y además desde la infancia. Como en otras enseñanzas que intentamos transmitir a los hijos, se trata de decirles lo que está bien y mal intentando, al mismo tiempo, no dar mal ejemplo.

21 SÍ, OBLIGAR A SER GENEROSOS CONSTITUYE UNA AUTÉNTICA TAREA EDUCATIVA; no resulta fácil, por tanto, ni -demasiadas vecesgratificante. Pero no queremos tener hijos blanditos, con una moralidad inspirada en las películas de Disney, sino hombres y mujeres rectos que valoran el tiempo y el dinero y, por eso, se sienten obligados a compartir un poco de lo que a ellos les sobra.

22 “ME LO HE GANADO YO SOLO”. Tendemos a pensar que nos merecemos el éxito o la riqueza, y poco se puede hacer con quien de verdad se lo cree. El problema es que sus hijos crecerán escuchando esta mentira. El esfuerzo y la constancia contribuyen, por supuesto, a lograr objetivos, pero los hijos deben saber que nadie ha progresado sin ayuda… y suerte.

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