Los españoles retrasamos la primera visita de los niños al odontopediatra cuatro años más de lo recomendado
La edad promedio para acudir por primera vez al odontopediatra es de 5 años, cuando lo recomendado es al cumplir el primer año.
La vuelta a la rutina después de las vacaciones conlleva retomar los hábitos de cuidado bucodental que, durante los meses del periodo estival, pueden haber quedado relegados a un segundo plano. Los viajes o las frecuentes comidas fuera de casa hacen que mantener la salud oral intacta se complique en esta época, por lo que septiembre es sinónimo de visita obligada al dentista. En el caso de los niños y adolescentes, que tras el final del verano enfrentan un nuevo curso escolar, las consecuencias de consumir durante estos meses helados, bebidas azucaradas o chucherías y no seguir unos hábitos de limpieza bucodental estrictos, pueden generar problemas de calado.
Según datos extraídos del Estudio de Salud Bucodental de Sanitas, uno de cada cuatro adolescentes reconoce acudir al dentista solo cuando detecta algún problema. De igual modo, el porcentaje de padres que afirma llevar a su hijo al dentista únicamente al descubrir alguna anomalía es elevado, a pesar de que la cifra continúa reduciéndose. Además, la edad promedio para acudir por primera vez al odontopediatra es de 5 años, rebasando en cuatro años lo recomendado por la Sociedad Española de Odontopediatría.
La prevención es la clave para una disfrutar de una buena salud bucodental, esencial para que, en el futuro, los dientes permanentes crezcan sanos y fuertes. “El cuidado de los dientes de leche es muy importante, una boca libre de caries en la infancia está relacionada con una boca sana en la edad adulta. Por ello, es imprescindible que los niños acudan al dentista al menos una vez al año para llevar a cabo una revisión rutinaria. En este sentido, la vuelta de vacaciones es el momento idóneo para someterse a un chequeo, de cara a afrontar las clases con una boca sana”, señala Manuela Escorial, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental.
Antes del inicio del curso, los expertos de Sanitas Dental señalan cuáles son los tratamientos para niños más demandados en esta época del año:
· Obturación: El azúcar aumenta su protagonismo en la dieta de los niños durante el verano. Por ello, este tratamiento de odontopediatría es uno de los más demandados a la vuelta de vacaciones. Se trata del popularmente denominado “empaste dental”, cuyo objetivo es subsanar las caries. Si no se tratan debidamente, las caries terminan afectando al nervio, lo que puede generar graves molestias y futuros problemas de salud oral.
· Aparato dental: Las ortodoncias en niños están diseñadas para lograr un correcto desarrollo de los huesos maxilares y de los dientes. Es un método dirigido a corregir cualquier alteración o anomalía del desarrollo óseo o dental y la vuelta a la rutina después de las vacaciones se presenta como el momento idóneo para empezar con este tipo de tratamientos, que requieren revisiones periódicas.
· Selladores de surcos y fisuras: Los selladores de surcos son una de las intervenciones más habituales en niños. Este tratamiento rellena las fisuras que pueden aparecer en la superficie de los dientes, evitando que se acumulen, por ejemplo, restos de comida. Un método indoloro y muy fácil de realizar que protege a los niños de las caries y les permite arrancar el curso con los dientes en perfecto estado.
· Pulpectomía y pulpotomía: se realizan en dientes de leche cuando hay una afectación de la pulpa, el sistema de aporte sanguíneo e inervación de cada diente. Son tratamientos cuyo objetivo es preservar el diente de leche y evitar su extracción. En algunos casos la afectación y el proceso infeccioso asociado hará necesaria la extracción y la consiguiente valoración de un mantenedor de espacio. Volviendo a los dos tratamientos iniciales; en la pulpotomía la afectación de la pulpa es menor y es un tratamiento más leve que la pulpectomía.
· Aplicación de flúor: La prevención es la base de una buena salud bucodental. Este tratamiento se suele llevar a cabo para endurecer el esmalte y permitir que los niños tengan unos dientes fuertes y sanos. Un método de evitar problemas durante el curso y un complemento perfecto a los hábitos de higiene oral del día a día.