Alma de profesor. La mejor profesión
Ser profesor implica, ante todo, pasión por la Educación. Una persona que no tenga vocación y que no ame lo que hace, no podrá transmitir a sus alumnos curiosidad por aprender. Por desgracia, los docentes que empiezan su formación motivados y con un ideal educativo en la cabeza, acaban por resignarse a la mediocridad cuando se ven sometidos a burocracias y leyes absurdas o cuando su trabajo no es reconocido. La docencia puede ser muy agradecida, pero también todo lo contrario. Ante esta situación, no son pocos los que se desaniman y acaban por perder su alma de profesor.
A pesar de todo, muchos profesionales saben mantener su pasión y ganas por enseñar. Este es el caso de María Rosa Espot y Jaime Nubiola, autores del libro Alma de profesor. La mejor profesión del mundo. En su obra, los dos docentes tratan de despertar la vocación que profesores y profesoras tenían al iniciar su carrera y que fueron perdiendo con el tiempo.
Espot y Nubiola están convencidos de que una buena docencia requiere entusiasmo e ilusión. Para que esto no se pierda, en su libro van desgranando diferentes temas educativos de actualidad sobre el profesorado y los alumnos: desde el arreglo personal del profesor, su mirada o su gozo en el aula, hasta el sentir de los alumnos introvertidos, los exámenes, los deberes para casa, las pantallas y el aprendizaje.