Garabatos (II)

Continuamos con la segunda parte de Garabatos y en este número trataremos el garabato controlado o longitudinal, el circular y con nombre.

Habitualmente, entre los 18 meses y los 3 años el niño inicia la primera etapa de autoexpresión, nombrada el Garabateo. Dentro de esta etapa, el garabateo irá evolucionando, y por ello se diferencian cuatro periodos: descontrolado (PADRES 03 abril), controlado o longitudinal, circular y con nombre.

Controlado o longitudinal

En cierto momento el niño descubre que hay vinculación entre sus movimientos y los trazos que ejecuta en el papel. Esto suele ocurrir unos seis meses después que ha comenzado a garabatear, es un paso muy importante, pues el niño descubre el control visual sobre los trazos que ejecuta, y representa una experiencia vital para él. En esta etapa los niños se dedican al garabateo con mayor entusiasmo, debido a que coordinan entre su desarrollo visual y motor, lo que estimula e induce a variar sus movimientos en forma horizontal.

En esta etapa los trazos del niño serán casi el doble de largos, y en algunas ocasiones tratará de emplear colores variados en sus dibujos. También les gusta llenar toda la página. Ensayan varios métodos para sostener los lápices, procurando agarrarlo de forma parecida a los adultos. Los trazos toman una dirección impredecible. En este periodo el niño tampoco tiene intención creativa, simplemente su placer deriva de las sensaciones kinestésicas y de su dominio sobre sus movimientos. De manera general en esta etapa se pueden destacar las principales características:

  • Dirige su mano, con la vista, sobre la superficie donde grafica (coordinación visual-motora).
  • Al placer táctil y kinestésico se le suma su interés visual por las conquistas gráficas que va obteniendo.
  • Aparecen trazos horizontales combinados con verticales.
  • Emplea diferentes colores en sus dibujos.
  • Experimenta con diferentes intensidades de prensión del trazo.
  • Se interesa por investigas con utensilios nuevos qu le permita dibujar o moldear.

Circular

Después de asegurar su dominio, el niño empieza a realizar movimientos más difíciles. Él mismo se pone a prueba desde el momento en que se siente seguro al coger un lápiz, y a la vez, irá trabajando su tolerancia a la frustración cada vez que intente mejorar la reproducción que haya realizado. Como consecuencia, aparecen las líneas circulares, las cuales precisan de movimiento en los que interviene todo el brazo. El rol de los adultos (padres, maestros, etc.) en esta etapa es muy importante, ya que la participación con el reconocimiento en la experiencia es lo más importante, no el dibujo en sí. De manera general en esta etapa se pueden destacar las principales características:

  • Aparecen reiteraciones de trazos: circulares, líneas cortadas, puntos, etc. con centros de intersección.
  • Controla los espacios gráficos aunque a veces por el entusiasmo excede los límites del soporte.
  • Se reconoce autor por los trazos
  • Puede superponer y alinear algunas piezas de construcción, sin combinarlas entre sí.
  • Se interesa por dejar marcas reiteradas en los materiales moldeables.

Con Nombre

Alrededor de los tres años, el niño observa aquello que ha reproducido, y a veces, empieza a adjudicar un significado a su representación. Es entonces cuando el niño comienza a dar nombre a sus garabatos, aunque en el dibujo no se pueda reconocer a nadie. Esto indica que el pensamiento del niño ha cambiado, del pensamiento kinestésico asociado al movimiento, al pensamiento imaginativo y simbólico, pues conecta los movimientos realizados para el dibujo con el mundo circundante, y aunque no siempre exista una intencionalidad representativa antes de empezar el dibujo, sí se le otorga un significado al mismo al haberlo finalizado.

Poco a poco el niño, dibuja con una idea previa sobre lo que va a dibujar. Sigue disfrutando del movimiento físico y si le dan un nuevo instrumento para dibujar, el niño pasará un tiempo considerable para ver como es en todos sus aspectos, tal y como lo haría un adulto. En esta etapa se pueden mencionar las siguientes características primordiales:

  • Ejecuta formas cerradas, generalmente circulares y trazos sueltos que asocia con objetos de la realidad, dándoles así un nombre.
  • Dedicará mucho más tiempo al dibujo.
  • Los garabatos son muy diferentes entre sí.
  • Hay intención representativa previa o posterior, aunque un adulto no pueda reconocer el objeto representado.
  • A veces anuncia que es lo que hará antes de comenzar, y muy a menudo cambia de nombre mientras trabaja o cuando ha terminado.
  • Usa el color con criterio subjetivo para reforzar el significado de las formas.
  • Al modelar aísla trozos de material. Moldea estos trozos con intencionalidad, les da nombre y puede hacerlos actuar como si fueran objetos reales.
  • Con material de construcción logra estructuras sencillas.
  • Ante utensilios nuevos para dibujar, experimentará con él hasta hallar su menor uso.
  • Acostumbran a acompañar sus creaciones con descripciones verbales. Necesitan que el adulto les escuche, no que dé significado a las creaciones del niño.

Didáctica de las tarjetas de imágenes en educación infantil

Todos los conocimientos, basados en experiencias científicas, han demostrado que los primeros años de vida son muy importantes para la estimulación del cerebro infantil.

Esta estimulación debe ser adecuada, práctica y precisa para conseguir en los niños los beneficios y logros que pretendemos. Al nacer, el cerebro del bebé ha desarrollado aproximadamente 100.000 millones de células cerebrales, algunas ya se encuentran conectadas pero, la mayoría, están esperando a ser activadas. Mediante el trabajo didáctico.pedagógico en el aula con las tarjetas de imágenes lograremos que se vayan conectando unas con otras formando redes neuronales cada vez más complejas.

Los bebés necesitan recibir estímulos diariamente desde su nacimiento. Si los estímulos son escasos o de pobre calidad el cerebro no desarrollará todas sus capacidades; si por el contrario los estímulos son ricos, variados y abundantes conseguiremos abrir caminos sensoriales en el cerebro que más adelante facilitarán y desarrollarán en el niño la atención, la concentración, la memoria y, en definitiva, todo el aprendizaje. La didáctica de las tarjetas de imágenes en los primeros meses del niño será diferente a la empleada cuando el niño tenga uno, dos o tres años. Esta diferencia se establece cambiando la forma, tamaño e imágenes de las tarjetas y por tanto su dificultad y ampliando la información que se les da con relación a la edad de los niños.

Bebés de tres a seis meses

Los bebés de tres a seis meses necesitan tener una experiencia extensa de mirar distintas formas y objetos para poder desarrollar habilidades sensoriales. En esta etapa es muy importante que el bebé disponga de una amplia y variada gama de cosas que mirar. También es necesario que pueda verlas desde distintos ángulos. Las tarjetas visuales empleadas para esta edad llevarán únicamente los colores blanco y negro. Dado su elevado contraste, les llamarán mucho más la atención consiguiendo que la estimulación visual recibida sea más efectiva.

Serán tarjetas blancas, con dibujos geométricos en negro. Estos dibujos serán espirales, círculos concéntricos y círculos con líneas convergentes. Lo ideal es que, cuando el bebé tenga todas sus necesidades de sueño y alimentación satisfechas y esté tranquilo en la cuna, una o dos veces en la mañana se les cuelguen de un hilo transparente, como si fueran móviles y se les enseñe, durante un breve periodo de tiempo, llamando la atención del bebé para que fije su mirada en las tarjetas. Si existe el movimiento se podrá agudizar su visión desde los distintos ángulos.

Bebés de seis a doce meses

Para los bebés de seis a doce meses emplearemos en las tarjetas de imágenes tres colores: rojo, blanco y negro. Los dibujos que utilizaremos serán dameros, contornos de líneas diagonales, puntos gruesos y caras esquemáticas. La posición corporal de los bebés ya no será tumbada en la cuna. Les sentaremos con los apoyos necesarios (bumbos, hamacas) en el tatami, formando un semicírculo y la educadora se colocará en medio para mostrarles las tarjetas.

Enseñaremos el material durante un breve periodo de tiempo, tres a cinco segundos cada tarjeta, mientras tarearemos una canción (sin la letra). Cuando se consiga que los bebés dirijan la mirada a las tarjetas haremos un comentario afectuoso.

Bebés de más de doce meses

A partir de los doce meses introduciremos otros cambios en las tarjetas ya que es entonces cuando los niños comienzan a pronunciar sus primeras palabras que son las que denominan lo que el niño tiene más cercano (mamá, papá, agua, chupete..) cosas que son importantes y que escucha a menudo.

Las imágenes que mostraremos al principio irán en esta línea, serán dibujos con colorido en los que reflejemos las primeras palabras del niño. Más adelante trabajaremos con imágenes que no son conocidas para él, generando su interés y favoreciendo así la adquisición de una nueva palabra (nombres de animales, vehículos, instrumentos musicales, frutas…)

La posición corporal del niño continuará siendo sentada en semicírculo junto a sus compañeros y la educadora en medio, de frente a los niños. Ya no se tarareará ninguna canción, se nombrarán las imágenes enseñándolas durante dos o tres segundos y cuando algún niño repita alguna palabra le reforzaremos afectuosamente.

Realizaremos este ejercicio con las tarjetas una o dos veces al día, relajadamente, creando entusiasmo en los niños.

A partir de los dos años

A partir de los dos años y si anteriormente estos niños han trabajado en el aula con las tarjetas de imágenes, comenzará nuestra labor didáctica con los bits de conocimientos enciclopédicos. Estos bits son tarjetas con fotografías de imágenes del mundo de las ciencias, de las artes: aves, mamíferos, flores, autores literarios, pintores, científicos…. . son unidades de información y estimulación que llegan al cerebro a través de las vías sensoriales: una imagen acompañada de su denominación verbal.

Los bits son una herramienta muy útil para la transmisión de información. Los niños reaccionan de forma muy positiva y desarrollan con ellos la capacidad de aprender y enriquecer su vocabulario potenciando al mismo tiempo la atención, la concentración y la memoria.

¡Es muy importante aprovechar estos primeros años en la vida de un ser humano! Y es gratificante observar el interés y la curiosidad de estos niños que despiertan al mundo y desean conocerlo y absorberlo para incorporarse activamente al mismo.

La hora de comer

¿En cuántos hogares la hora de comer del bebé se convierte en un suplicio? Ocurre muy a menudo que los niños, al llegar a cierta edad (sobre todo a partir del primer año, ya que la velocidad de crecimiento disminuye) comienzan a comer menos o, incluso, mucho menos.

Esto se vive con angustia y ansiedad por parte de los padres, que, movidos por la preocupación por la salud de su hijo inventan todo tipo de estratagemas para que el niño ingiera lo que ellos creen que debe ingerir: amenazas, comentarios ofensivos, chantajes, castigos, súplicas, estimulantes del apetito, etc. Esta situación se ve agravada, en la mayoría de los casos, por el sentimiento de culpabilidad que les produce pensar que no están cuidando al niño debidamente. La consecuencia es que el momento de la comida se convierte en una batalla que provoca un sufrimiento terrible en los padres y en el bebé, que lucha con todas sus fuerzas para que no le obliguen a comer más llorando, manteniendo la comida en la boca durante horas, escupiendo e, incluso, vomitando.

Todos los seres vivos estamos programados genéticamente para ingerir la cantidad de alimento que necesitamos. Sobre todo los bebés, que aún no se ven influidos por el entorno. Lo que regula la ingesta es el apetito y está demostrado que los niños lo hacen correctamente según sus necesidades.

¿Se imagina cómo se sentiría si le obligaran a seguir comiendo cuando ya se siente satisfecho?

¿Quién no recuerda aborrecer algún alimento porque le han obligado a comerlo de pequeño?

No todos los niños necesitan lo mismo, ni al mismo ritmo, ni tienen las mismas preferencias. Si no existe ninguna enfermedad asociada a la falta de apetito, si no hay pérdida de peso, la preocupación de los padres debe centrarse en la calidad de los alimentos, en crear un ambiente agradable y en fomentar los buenos hábitos en la mesa. Nadie mejor que el bebé sabe lo que necesita.

Manual práctico para configurar los filtros

El libro Protege a tus hijos de los riesgos de Internet y otras tecnologías, editado por Anaya Multimedia, es un interesante manual para configurar el ordenador de cara a hacerlo más seguro para los niños. Escrito por Juan F. Marcelo y Eva Martín, permite que cualquier padre, que ignore la informática por completo, pueda usar las herramientas de Windows para controlar la utilización de Internet de los pequeños.

Para empezar, se debe dar a cada niño una cuenta de usuario, en lugar de permitirle usar el ordenador sin restricciones. El padre podrá de esta forma tomar numerosas decisiones sobre lo que el chico puede hacer o no. “Se debe enseñar seguridad como un juego, para aumentar nuestra comunicación con los niños”, comenta Juan F. Marcelo. “Le decimos al niño que escoja su contraseña, que sólo él conocerá, y el icono con el que aparecerá su cuenta en el ordenador”. Una vez creada una cuenta para el niño, el padre podrá escoger por ejemplo, qué juegos puede usar el ‘peque’ en el ordenador, y cuáles no, atendiendo a las clasificaciones por edades. Igualmente se pueden configurar qué páginas pueden ser visitadas o no, atendiendo a una serie de palabras clave que el padre puede vetar: sexo, violencia, discriminación racial, etc. También se pueden poner límites temporales, o sea que el ordenador permitirá al chico navegar por Internet sólo a unas horas específicas, y además, le avisará con tiempo de cuánto le queda de conexión. El libro enseña cómo hacerlo con una enorme claridad.

“Nuestro libro no les aportará nada a aquellas personas que han estudiado informática”, afirma Marcelo. “Pero no todo el mundo se dedica a ese tema, por lo que los profanos se enterarán con pelos y señales y mucha claridad, de qué es lo que tienen que hacer”.

Las 8 claves de la felicidad infantil

Sólo un 10% de la felicidad depende de las circunstancias externas, y aunque la capacidad para ser feliz es algo innato, está en nuestras manos incrementarla. Podemos trabajar con los niños para que aprendan a ser más felices desde pequeños.

Cinco centros comerciales de diferentes ciudades españolas se han unido en la iniciativa Proyecto Felicidad para descubrir cuáles son las claves de la felicidad en la infancia. Su asesora es la psicóloga infantil Silvia Álava que ha desarrollado una serie de pautas básicas para ayudar a potenciar la felicidad en los más pequeños. Los centros comerciales realizarán talleres para padres capitaneados por el denomiado Comando Felicidad, un grupo de monitores que explicarán, adaptándose a cada edad y necesidad concreta, cuáles son las facetas a potenciar en la educación del niño.

Se celebrarán a lo largo de mayo y junio en los siguientes centros comerciales: Parque Principado, en Asturias; Valle Real, en Cantabria: Max Center, en Bilbao; Plaza Éboli, en Madrid Dos Mares, en Murcia. Según declara el portavoz de este Comando: “No queremos enseñar a los padres a educar a sus hijos, sino darles esas claves que hacen de un niño normal un niño feliz. Los padres en ocasiones no le dan importancia a actuaciones o conversaciones aisladas, pero los niños se quedan con detalles increíblemente pequeños que pueden afectar en su carácter y su desarrollo futuro”.

Según estos estudios, el 50% de la felicidad se debe a factores genéticos, un 10% a las circunstancias vividas, y el 40% a la actividad emocional. Partiendo de estos datos, podemos plantear la hipótesis de cómo pese a unas circunstancias difíciles, y a pesar de la carga genética, todavía nos queda un 40%, correspondiente a la actividad emocional, que podemos aprender a controlar.

1. Dar las gracias
Los niños que desarrollan su actitud de reconocimiento y gratitud hacia las cosas que poseen entienden lo habitual como un regalo que además, favorece la estabilidad mental y enriquece su crecimiento en el entorno familiar.

2. Inteligencia emocional
Es muy importante educar al niño para que desarrolle estas habilidades, eso es, aprenda a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas de manera pacífica.

3. Autonomía
Los niños desarrollan su independencia del entorno paterno conforme van creciendo, esto potencia su autoestima y su confianza en sí mismos. Dejar que juegue solo o que realice algunas tareas del hogar sencillas es también una manera de educar en la igualdad.

4. Positivismo
Los niños educados en una interpretación positiva del mundo son más seguros y creen más en sí mismos. Las personas positivas tienen un mayor control de su mente y las interpretaciones que éstas hagan de la realidad son fundamentales para definir la calidad de vida percibida y alcanzar la plena felicidad.

5. Ser amable
Los niños amables experimentan mayores niveles de satisfacción y energía, se vuelven más cariñosos y agradables y gozan de estabilidad en su ámbito social (colegio fundamentalmente). No en vano, varios estudios han demostrado que en la edad adulta la amabilidad y la inteligencia son los rasgos más relevantes que se tienen en cuenta a la hora de buscar pareja en cualquier cultura.

6. No dramatizar
Cuanto antes comencemos a educar a los niños para que le den a las cosas su justo valor, mejor diferenciarán y aprenderán a distinguir los rasgos realmente importantes de la vida. En ocasiones, se ve a un padre que dramatiza porque su hijo ha suspendido un examen, cuando hay una recuperación posterior, y no le damos importancia a conductas que sí se deben extinguir, como pegar a sus hermanos o a otros niños, insultar o faltar al respecto.

7. Logro personal
Los niños son un 49% más felices si sonsiguen sus objetivos por méritos propios. Los psicólogos utilizan el principio de Restriccción de Privilegios (ordenador, móvil) para provocar la reacción de normalización por parte del niño “consentido”, que aparece tras reacciones iniciales de rabia del niño y resistencia de los padres ante la eliminación de objetos cotidianos, muchos padres lo verbalizan como “hace mucho tiempo que no veía a mi hijo tan tranquilo”.

8. No etiquetar
Las etiquetas limitan y perjudican el desarrollo de la identidad del niño. “Eres un niño malo” o “vaya niña más llorona” son descripciones que se utilizan cuando los pequeños reiteran sus actitudes y que predisponen al niño a moldear su actitud para encajar en este perfil. La mejor manera de desarrollar la felicidad en la infancia es tratar a los niños como si fuesen lo que deberían ser para convertirles en lo que potencialmente pueden ser.

“Lo que queda es el sufrimiento que has podido aliviar”

En los últimos años es habitual que los avances médicos cada vez le digan menos al común de los mortales. Ahora se descubre que la genética tiene mucho que ver con lo que nos sucede en el día a día y nos cansamos de escuchar anuncios de bífidus activos y de sojas curativas que son capaces de arreglar el tránsito intestinal y acaso hasta la alopecia.

¿Recuerdan aquellos crecepelos que se anunciaban en carromato de pueblo en pueblo? Es complicado descubrir una vacuna, acaso porque en Occidente interesan poco las enfermedades que ya no tenemos y hemos exportado a otros mundos, o que una investigación fructifique en un logro absoluto. Ahora se va pasito a pasito, despacio. Por eso es normal que esos mismos seres humanos con orejas, como diría Gomaespuma, recuerden con facilidad los avances médicos que entienden, como que a un señor se le transplante la cara de otro, o que a una señora le faciliten la vida con ‘dos brazos heredados’.

Por otra parte, no es habitual que la misma persona que traspasa titulares trasplantando brazos y caras se vaya hasta África, ese continente donde una luz única ilumina los caminos, para operar gratis. Su Fundación, que nació con su patrocinio y el de sus tres hermanos, sigue empecinada en llevar el inmenso talento de este valenciano a los más desfavorecidos. Es una forma de ser, en la que no hay nada que vaya más allá de hacer las cosas bien. De hacerlas, sencillamente. No en vano, en el Hospital de la Fe, se dice por los pasillos que los casos que acepta el doctor Pedro Cavadas son los que no quiere nadie. En esos retos, asumidos sin fanfarria, el paciente está por delante de la vanidad, de la siempre veloz fama. La mejor de las recompensas es hacer bien el trabajo. Es lo que toca, no queda otra: como Gary Copper en Solo ante el Peligro. Una concepción de la vida que se acerca al nihilismo, pues asume que, como escribió Hobbes, la vida de la especie humana es “solitaria, pobre, sucia, brutal y corta”. Y que nadie se llame a engaños.

“El individuo es pequeño. En este sentido, soy pesimista: el ser humano es una mala especie animal. Muy lista y demasiado agresiva. Es una mala combinación.”

P. Su trabajo desdice esa afirmación.

R. Bueno, si piensas en las historias individuales de la gente y en el día a día, todo cobra un sentido. Simplemente hace falta considerar las historias individuales: el sufrimiento de una persona con nombre y apellidos es muy importante.

P. Pensar en el individuo y no tanto en la sociedad.

R. Si consideramos conceptos cosmológicos que atañen a toda la humanidad, el individuo es relevante. Además, conviene que no deje de serlo. El individuo te tiene que seguir importando.

P. Usted conoce la pobreza.

R. Es un problema sobre el que podríamos hablar muy largo y tendido. El ser humano sigue teniendo instintos animales, pero tiene la capacidad de darse cuenta de ello y de cómo de erróneas son muchas de las actitudes que desarrolla. La pobreza, para mí, es una causa intermedia en la peculiar naturaleza del ser humano.

P. Una naturaleza terrible.

R. El ser humano, por definición, no es solidario, porque sólo son solidarios algunos tipos de insectos sociales, como las hormigas o las abejas. Eso genera desequilibrio, guerras, odio y sufrimiento. Es como la fábula del escorpión y la rana: el escorpión pica a la rana y se hunden los dos, pero es que el escorpión no lo puede evitar.

P. Por eso el individuo es tan importante.

R. Individualmente somos muy heterogéneos. Hay gente que tiene más capacidad para darse cuenta de las cosas, para reaccionar. Como especie no. Los grandes planteamientos te llevan a conclusiones que no son compatibles con la vida normal.

P. ¿Eso lo entienden quienes se quejan una y otra vez de la inmigración?
R. Que se vayan acostumbrando, porque no van a dejar de venir. Es más: vendrán muchísimos más. Tienen derecho. Cuando hay mucha riqueza en un sitio y mucha pobreza en otro, y con mucha población además muy sana y muy fuerte, llega un momento en el que tú no puedes levantar un muro. Seamos amigos. No hay otra opción.

P. La Fundación Pedro Cavadas le ha permitido conocer un mundo que, desde Occidente, desconocemos casi por completo.

R. La Fundación tiene varias funciones: inicialmente para cooperación humanitaria en Kenia y Tanzania. De hecho, nos dedicamos fundamentalmente a eso. Sin embargo, ha resultado ser un buen instrumento para dar forma a una serie de actividades en España.

P. ¿Por ejemplo?
R. Hay gente que no se puede pagar las cirugías y que son operaciones complejas que en sus sitios de origen no les están solucionando. Mi forma de pensar me impide que se queden sin tratar por el simple hecho de no tener el dinero que esa cirugía cuesta en el ámbito privado.

P. ¿Con esa dedicación busca concienciar?
R. Vamos a ver, lo más importante es crear ejemplo, pero nunca con respecto a las personas, sino con las actitudes. Las personas pasan: al cabo de los años devuelves el préstamo de carbono. Las actitudes quedan y además son impersonales.

P. Como la honestidad.

R. Las actitudes no se las inventa nadie: la actitud de honestidad no es mérito de quien la realiza, sino en sí misma. No creo en eso de: “Mirad qué bueno soy porque hago algo.” Eso es una payasada y habitualmente esconde intereses bastardos. Se trata de dar ejemplo de actitud; de decir: “Señores, vivimos en la parte cómoda del mundo, tan saciados que tenemos prácticamente sensación de nausea de lo saciados que estamos.”

P. Un pesimismo constructivo…

R. Soy realista. El problema global no tiene solución, aliviar el sufrimiento de alguien ya es suficiente. Cuando uno se muere, desde mi punto de vista lo único que queda es el bien o el mal que le hayas hecho a la gente. Hay que intentar que el mundo después de ti sea mejor que el mundo antes de ti.

P. ¿Esa forma de pensar se la trasmite a sus hijos?
R. Lo intento. Mis nenas nacieron en China. La pequeña todavía es muy pequeña, pero la mayor ya se fija e intento que se vaya dando cuenta… A pesar de la raza, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos. Eso ella lo sabe y es de las cosas que más me alegro, junto al haber ido a por ellas…

P. ¿Y cómo se educa para luchar contra la injusticia?
R. A mis nenas las educo en el trabajo, que me parece una cosa importante, de las pocas cosas que te puede servir el día de mañana. Es decir, que las cosas cuestan un esfuerzo, que, si lo pagas, tienes derecho a esas cosas y, si no te esfuerzas, no tienes derecho a nada.

P. ¿Y qué descubrió en África?
R. Antes de ir, ya había estado en Sudamérica, en Bolivia, en misión humanitaria, pero con ONG americanas que llevaban mucha tecnología. Llegabas allí, hacías la cirugía y te ibas. Al final el balance neto era nada. Alguien en Estados Unidos había lavado su conciencia, simplemente.

P. ¿Qué le llevó entonces a implicarse?
R. Cuando empecé a ir a África, a Kenia, realmente vi que la mayoría de la gente no vive con el nivel de comodidad y tranquilidad con el que vivimos en Europa, donde nos preocupamos por la letra del segundo coche. Allí los problemas son básicos y reales: “¿Comeré este mes?, me matarán mañana…?&#8221
; Eso me sirvió para distinguir entre el bien y el mal, para poder diferenciar entre la realidad y los espejismos.

P. Y cambió su vida.

R. ¿Saben lo que pasa? Que cuando tienes poca luz los ojos se acostumbran y no ves otra cosa. Cuando estás metido en esta vida no ves más allá de si el siguiente carro te lo compras de 500 o 600 caballos. ¡Dios mío! Es que esto es tener un poco de sentido, pero de sentido de la proporción planetaria. En el fondo, no es más que eso.

Con una humildad y una honradez que harían palidecer a Gandhi, Pedro Cavadas hace realidad esos conceptos que con tanta facilidad nos llenan la boca: solidaridad, libertad, sacrificio, honestidad. Sin que suene a tópico: un tipo ejemplar.

¿Cuánto tiempo estás con tus hijos?

La cantidad y la calidad del tiempo dedicado a los hijos, especialmente en los primeros años de vida, puede llegar a tener consecuencias importantes en el rendimiento escolar e incluso en la futura integración social y laboral de los menores.

Numerosos estudios empíricos demuestran que hay una relación muy clara entre el tiempo de dedicación de los padres al cuidado de los niños y su desarrollo cognitivo en una edad temprana.

La investigación Cuidado parental en la infancia y desigualdad social: un estudio sobre la Encuesta de Empleo del Tiempo en España, de los profesores de la Universidad Pompeu Fabra María José González y Marta Domínguez y el profesor de investigación de ICREA, Pau Baizán, aporta una detallada descripción sobre el tiempo que dedican los padres a sus hijos pequeños (hasta 10 años de edad).

Sus principales conclusiones son que las parejas en las que ambos padres tienen estudios universitarios dedican más tiempo a los cuidados de estimulación intelectual (“tiempo de calidad”). Asimismo, existen diferencias significativas en el tiempo y actividades realizadas con los hijos menores en función de la clase ocupacional del padre: los profesionales (dirección y gerencia de empresas, arquitectos técnicos, etc.) dedican más tiempo a las actividades consideradas de alta intensidad (cuidados físicos y vigilancia de niños) y, consiguientemente, positivas para el desarrollo del menor.

Y es que la cantidad y la calidad del tiempo dedicado a los hijos en los primeros años de vida está desigualmente distribuida según las características sociales de las familias (nivel educativo y clase ocupacional de los padres). Las jornadas laborales superiores a las 45 horas semanales, las jornadas partidas y sin flexibilidad horaria, así como la ubicación en ciertos grupos ocupacionales (trabajadores autonómos no cualificados (están asociadas a menor tiempo de dedicación y, especialmente, a menor tiempo de “calidad” para interactuar, aprender y compartir espacios de ocio con sus hijos.

Según este estudio, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo no repercute negativamente en el cuidado de los menores, ya que las madres suelen compensarlo con un aumento en el tiempo de dedicación a actividades de cuidado de calidad. Se mantienen las diferencias de género en las pautas (tipo de actividad realizada con los menores) y tiempo total de dedicación a los hijos. Según los datos de la Encuesta de Empleo del Tiempo, en 2003 las mujeres con al menos un hijo menor de 10 años dedicaban a los cuidados una media de 452 minutos al día, frente a los 274 minutos de los hombres (7,5 y 4,6 horas, respectivamente). Las mujeres dedican más tiempo que los hombres a los cuidados tanto de alta como de baja intensidad y a los de supervisión. Sin embargo, en lo que respecta a los ciudados de estimulación, no encontramos diferencias de género.

Medidas de intervención

El principal reto que plantea este trabajo a los agentes políticos es evitar la transmisión de las desigualdades sociales de padres a hijos que se generan desde la infancia. En opinión de sus autores, las intervenciones públicas deberían compensar las carencias en los cuidados recibidos por los menores, las carencias en “tiempo de calidad”, de las familias más desfavorecidas por su posición laboral o educativa mediante políticas sociales, así como fomentar la igualdad de oportunidades de la infancia a través de un recurso fundamental: el tiempo de los padres para cuidar y educar a sus hijos.

Las medidas concretas de intervención en la primera infancia que proponen los autores del estudio son las siguentes:

  • Establecer el derecho a acceder a licencias parentales para padres y madres activos laboralmente de hasta ocho meses de duración con una compensación económica del 100% del salario. Se trataría de una excedencia de trabajo para el ciudado de los hijos (biológicos y adoptados), que se disfrutaría tras la finalización del permiso de maternidad o de paternidad.
  • Universalización del primer ciclo de Educación Infantil (de 0 a 3 años), en centros públicos o concertados, con gratuidad para las familias de rentas bajas, con el objetivo de corregir las diferencias en calidad y tiempo total de dedicación de los padres.
  • Establecer el derecho de acceder a horarios más flexibles y jornadas laborales reducidas para los padres y madres con hijos menores de 3 años sin penalización salarial. Así como acciones especiales en áreas socioeconómicas desfavorecidas. Como reducir la ratio entre educadores y niños o promover programas de atención integral a la infancia que involucren a las familias con el objetivo de reconducir conductas que mejoren la calidad de atención y educación de los menores.

Interesa saber que…

  • El objetivo de esta investigación es analizar el tiempo total de dedicación de los padres al cuidado de sus hijos y las diferencias en el tiempo de “calidad” (actividades que contribuyen a fomentar el desarrollo cognitivo de los menores como, por ejemplo, la lectura) dedicado a los menores según grupos sociales.
  • El presente estudio se basa en una muestra de 3.692 padres y 3.692 madres con hijos menores de 10 años.
  • El tiempo de cuidado se analiza en su doble dimensión de cantidad y calidad, puesto que las actividades realizadas con los niños son de gran importancia en la determinación de su desarrollo cognitivo, emocional y social.
  • Actividades de estimulación intelectual: interacción progenitor-niño cara a cara, que implica actividades críticas para el desarrollo de las capacidades lingüísticas, cognitivas y sociales del niño. Estas actividades incluyen enseñar, jugar, leer o conversar.
  • Actividades de alta intensidad: interacción progenitor-niño cara a cara, relacionada con el cuidado físico del niño, como alimentarlo, bañarlo, acostarlo o cuidarlo cuando está enfermo. Este tipo de cuidado es beneficioso para la salud del niño y para su bienestar emocional.
  • Actividades de baja intensidad: tiempo que incluye actividades con el niño en las que los progenitores desempeñan un papel secundario o en las que éstos no intraccionan con los niños de manera explícita, pero que requieren más atención que las actividades de mera supervisión
  • Actividades de supervisión o cuidado pasivo. Todas las actividades incluidas en este grupo ni implican necesariamente interacción con el niño, de acuerdo con la codificación del INE, pero se realizan con el niño presente. Se han incluido las siguientes actividades realizadas por el adulto: dormir, trabajo remunerado, estudios, tareas domésticas, compras y servicios, etc.

Alojamiento en un piso o en una residencia

Mi hija se irá probablemente a estudiar Veterinaria a Madrid el curso que viene (si saca la nota claro, que yo creo que sí…). Nos ha dicho que le gustaría vivir en un piso compartido con unas amigas de su hermana que ya están allí estudiando. Me planteo que a lo mejor esto podría distraerle de sus estudios (no digamos ya el riesgo de beber o incluso tomar drogas, porque me han dicho que por los pisos de estudiante pasa mucha gente y de todo tipo).

Su padre y yo preferimos una residencia, donde al menos hay un cierto control. ¿Qué podríamos hacer para convencerla? Ella se niega…
Carmen (Soria)

Estimada Carmen, parece que tenéis por delante un proceso de negociación en toda regla, quizás podéis intentar acercar posiciones pactando la estancia en residencia universitaria durante el primer o primeros dos años para que luego, cuando tu hija se haya adaptado a la vida universitaria, pueda optar por el piso compartido. Ambas opciones aportan aspectos positivos al alumno en términos de convivencia y autonomía; no obstante, en la residencia universitaria el tránsito se atenúa, manteniendo ciertas reglas de control, de orden u horarios que durante los años previos han ejercido los padres en casa.

Otra ventaja de la vida en residencia es que permite al alumno centrarse en su adaptación a los requisitos de trabajo de la enseñanza universitaria y despreocuparse de aspectos de ‘orden doméstico’, prosaicos pero fundamentales, como el orden, la limpieza o la alimentación que requieren dedicación y tiempo. En los últimos años, una vez que el alumno ha crecido como universitario, la convivencia en piso compartido puede ayudarle a seguir madurando, acercándole un poco más a la responsabilidad adulta, ya que desaparecen los controles externos y uno mismo quien debe autocontrolarse para organizar su vida. Otra de las ventajas de tomar esta opción en los últimos años de carrera es que, en muchos casos, el alumno elige convivir con personas que ya conoce, con sus amigos, y esto puede evitar algunos de los problemas de convivencia que surgen en los pisos compartidos.

En cuanto a tus miedos sobre el consumo de alcohol o drogas, lamentablemente, son riesgos presentes en nuestra sociedad. Sin embargo, debemos tener presente que el control de ambiente externo que podemos ejercer sobre nuestros jóvenes es siempre limitado y, por ello, las mejores armas para defenderse son las que tu hija haya adquirido a lo largo de su vida y de su convivencia con vosotros: sus valores, su autoestima, su reflexividad, su autocontrol, su valentía para mantener sus posturas, para decir ‘no’, para no depender de la aprobación externa, etc. Si reforzamos estos aspectos en nuestros jóvenes les estaremos ayudando a crecer y posibilitando que tengan mayores recursos para enfrentarse a un mundo, aunque queramos, no podemos ‘diseñar’ para ellos a medida.

Confiamos en que logréis acercar posiciones y tomar la decisión que más convenga al futuro universitario de tu hija que, esperamos, sea brillante.

La letra con Internet entra

Expertos del mundo académico y de la literatura han analizado en un congreso de la Fundación SM cómo pueden las nuevas tecnologías mejorar el nivel de las clases de Lengua.

“k dsastr n tngo time x na t dbo 1 llmd!bso” Un mensaje en el móvil, rápido como marca el signo de los tiempos. Eficaz. En principio, sin más problema. En principio… Filtrado desde la pantalla del teléfono a la vida real de las aulas, la frescura de este mensaje se traduce en un profesor desmoralizado que intenta leer las redacciones de sus alumnos sin que le tiemble demasiado el pulso.

Nadie niega la evidencia del deterioro que el (ab)uso de las nuevas tecnologías provoca en la expresión verbal de los estudiantes. Sin embargo, una actitud positiva sabe ir más allá, hasta encontrar en los cambios posibles mejoras. La Fundación SM organizó el pasado mes de abril un congreso en Toledo dirigido a profesores de Lengua de Educación Secundaria. El objetivo: compartir el uso de las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje y abrir nuevas perspectivas de trabajo para renovar los proyectos curriculares. El método: el intercambio de ideas entre personalidades del mundo académico y expertos en literatura.

Así, el filósofo y escritor José Antonio Marina destacó en una mesa redonda que “se está haciendo una ideología de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)” con la que hay que tener cuidado, porque los tecnólogos están propagando una idea del trabajo y la educación en la que “la inteligencia está en el sistema, cuando en realidad la inteligencia reside en el individuo”. Marina admitió que las TIC “permiten presentar los materiales de forma más dinámica” y ayudan a “la asimilación del aprendizaje”, pero advirtió del peligro de “diálisis” del alumno, en la que “fuera de la conexión al ordenador se convierte en un analfabeto” y pierde creatividad, porque no piensa desde su propia memoria.

Más específica respecto a la labor educativa fue la intervención de Carles Sigalés, profesor e investigador del Instituto Interdisciplinario de Internet de la Universitat Oberta de Cataluña. Sigalés destacó que las TIC sirven para “representar mucho mejor lo que uno sabe” pero existen “distorsiones”: obstaculiza la delimitación de los contenidos al contar con una herramienta como Internet, incomoda la autoridad del profesor, y, aunque incrementa la comunicación, convierte el trabajo de cada alumno en una actividad independiente e idiosincrásica. El problema es que “el profesorado utiliza las tecnologías para hacer lo que ya estaba haciendo antes de utilizarlas”.

Contra el ciberestrés

Por su parte, el lingüista, editor electrónico y experto en TIC José Antonio Millán explicó que las nuevas tecnologías ofrecen aspectos muy valiosos para la educación y la cultura, pero las cosas se han disparado: “La escuela está frente a una presión que le está provocando ciberestrés o tecnoestrés; a cada rato sale algo nuevo, pero las prisas son del mercado y no nuestras”. Por eso, Millán cree que lo importante en estos momentos es tener claro “adónde queremos ir y tener grandes cautelas frente a las avalanchas”. En este sentido, dijo, la web 2.0 ofrece una serie de instrumentos, como redes sociales o blogs, que dan soporte a obras o escritos en colaboración: “Existe un respeto por lo que escribe el otro, lo que supone una buena forma de educar en la convivencia”. z