El Festival nació de las sinergias del portal de información cinematográfica decine21.com y MAGISTERIO. Este año tendrá lugar del lunes, 20 al jueves, 23 de febrero de 2017. Se compone de 10 títulos, alguno de ellos inédito en España. Serán presentados por especialistas en las distintas materias tratadas por cada uno.
Destacan en la programación The Other Kids, documental sobre un chico cuyo futuro depende de una beca deportiva, Idol, sobre un joven de Gaza que se presenta a un concurso televisivo musical, y Stefan Zweig: Adiós a Europa, aún no estrenada en salas nacionales, en torno a la huida de los nazis del escritor austríaco. l largometraje documental Alalá muestra las actividades de una escuela de flamenco en un barrio marginal de Sevilla. El hombre que conocía el infinito, con Dev Patel y Jeremy Irons, reconstruye la vida del indio Srinivasa Ramanujan, genio de las matemáticas. En Las películas de mi vida, el cineasta galo Bertrand Tavernier muestra los films de su país que le han marcado. Experimenter sigue los experimentos del psicólogo y sociólogo neoyorquino de origen judío Stanley Milgram.
Yo, Daniel Blake, Palma de Oro en Cannes, sigue las vicisitudes de un viudo con dificultades para cobrar el paro y el reconocimiento de una minusvalía.
La clase de esgrima reconstruye la vida del maestro de esgrima estonio Endel Nelis.
Por último, el cine español estará representado por El olivo, de Icíar Bollaín, sobre una joven empeñada en recuperar el árbol que perteneció a su anciano abuelo.
Éxito de público
La tercera edición de Educacine, obtuvo una magnífica acogida. La cita anual, celebrada del 1 al 4 de febrero, reunió a más de 3.000 estudiantes de secundaria y bachillerato, acompañados por sus profesores, que acudieron a las proyecciones matinales de CaixaForum Madrid, en sesiones a las 10.00h. y 12.00h.
Por otro lado, en torno a 1.200 educadores, estudiantes de magisterio y personas interesadas en el mundo de la Educación, asistieron por las tardes a los visionados en los cines Conde Duque Santa Engracia. Allí también tenían como anfitriones a diversos expertos.
Los jóvenes españoles tienen un mayor riesgo de desarrollar conductas adictivas a Internet
Según apunta el proyecto de investigación europeo EU NETADB, los adolescentes españoles de 14 a 17 años encabezan la lista de los países europeos con mayor riesgo de desarrollar conductas adictivas.
La innovación y el desarrollo de las nuevas tecnologías han potenciado nuevas capacidades de comunicación y socialización. Niños y jóvenes hacen uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación diariamente con soltura, pero ¿conocen los riesgos y peligros de internet?
España y Rumanía encabezan la lista de los países europeos con mayor porcentaje de jóvenes en riesgo de desarrollar conductas adictivas a internet, según apunta el proyecto de investigación EU-NET-ADB. Siendo los adolescentes españoles de 14 a 17 años, la población de mayor riesgo por el uso diario de las redes sociales.
El papel de las familias y del profesorado es esencial en el uso de la tecnología. Los adultos deben ser conscientes del cambio que se está produciendo en la forma en la que los niños se comunican y socializan, y conozcan las líneas de ayuda y actuación para orientar a los más pequeños a hacer un buen uso de las TIC.
Fundación MAPFRE ofrece un curso gratuito de 10 horas sobre el “Uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías en el hogar” dirigido a familias interesadas en recibir información sobre los usos de las TIC y orientaciones prácticas sobre los problemas que pueden surgir.
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Emocionar al niño para que no abandone el aula
OLGA FERNÁNDEZ
Siguen siendo muchos los niños que “huyen” de la escuela. El abandono escolar temprano terminó el año 2016 en España marcando otro hito al situarse en el 18,98%, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Y llama la atención la diferencia entre comunidades autónomas: Baleares y Murcia presentan la mayor tasa (26%), mientras que Cantabria (8,6%) y País Vasco (7.5%) muestran la más baja. “Considero que un 19% es un porcentaje excesivo. El modo en que se sigue enseñando en nuestras escuelas, especialmente después de Primaria, no es excesivamente innovador y, por tanto, no resulta atractivo para muchos jóvenes. Una metodología más centrada en la enseñanza del profesor que en el aprendizaje del alumno con una utilización marginal de las nuevas tecnologías choca de manera contundente con un tipo de jóvenes que utilizan las nuevas tecnologías a diario, con gran facilidad, y que les gusta implicarse, hacer cosas, estar activos, y no ser meros receptores pasivos de contenidos. Este choque provoca, en muchos casos, el aburrimiento, la desmotivación y, finalmente, el abandono”, explica José Ramiro Viso Alonso, profesor experto en educación emocional y autor de la tesis “Percepción de la inteligencia emocional en el aula y su influencia en la salud mental, la violencia escolar y el rendimiento académico” (Universidad Europea de Madrid).
emociones fijan ideas
Las experiencias emotivas preparan al cerebro para recordar las cosas de forma más eficiente, según se ha comprobado en un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience. En el trabajo, los investigadores hicieron que los participantes miraran una serie de imágenes: les mostraron primero imágenes que evocaban emociones, y luego, unas imágenes más neutras. Seis horas después, los participantes se sometieron a diversas pruebas para comprobar qué recordaban de lo que habían visto. Los resultados desvelaron que las imágenes emotivas preparaban al cerebro a recordar las cosas de forma más eficiente.
En base a los estudios de neurociencia han surgido nuevos proyectos de enseñanza, como el que proponen las profesoras universitarias María Acaso y Clara Megías, llamado “Art Thinking” (pensar a través del arte). Se basa en que para que se produzca el aprendizaje es necesario encender una emoción, despertar la curiosidad del estudiante. Los cuatro puntos clave de esta nueva metodología son: pensamiento divergente, incorporación del placer, y alumnos y profesores como productores de contenidos y trabajo colaborativo y por proyectos.
hacia nuevas formas
En las etapas de enseñanza obligatoria, Primaria y Secundaria, también se han realizado estudios para conocer cómo influyen las emociones en el aprendizaje. Uno de ellos es el llevado a cabo por José Ramiro Viso Alonso: lo realizó con 2.210 alumnos y sus correspondientes 116 tutores de 5º y 6º de Primaria. Los alumnos y tutores procedían de 59 colegios públicos y concertados de toda España. “Uno de los objetivos era analizar en qué medida la inteligencia emocional de alumnos y tutores, o la percepción de esa inteligencia emocional influía en el rendimiento académico de los alumnos”, dice. El trabajo halló que la variable que mejor explicaba el rendimiento académico de los alumnos era la percepción que tenían los profesores de la inteligencia emocional de los alumnos, por encima de la inteligencia de los alumnos. ¿Qué indica este dato? “Indica que si los profesores perciben que los alumnos tienen una adecuada inteligencia emocional, probablemente van a establecer con ellos una relación de más calidad que va a hacer que los alumnos se sientan más acogidos, valorados, cómodos y obtengan un rendimiento académico mayor”, responde. Esto significa que se debe desarrollar la inteligencia emocional de los alumnos a unos niveles apropiados, tanto en la escuela como en casa. “Si se procede así, las repercusiones sobre el aprendizaje de los alumnos van a ser muy positivas, como se ha demostrado en el estudio. Nuestro trabajo parece indicar que la inteligencia emocional de los alumnos, si es percibida por los profesores, contribuye a qué éstos generen expectativas positivas sobre ellos y esto repercute muy positivamente en su rendimiento, es decir, en sus calificaciones escolares”, explica José Ramiro Viso. Según propone este experto, un maestro debe ser avezado en el manejo de tres estrategias emocionales: reconocer, regular y comunicar.
MODELO EMOCIONAL PARA PROFESORES Y PADRES
Para que los profesores y los padres ejerzan una influencia positiva en los niños, el experto en educación emocional, José Ramiro Viso, propone seguir estas pautas:
n Visión positiva de las emociones. Considere que las emociones no son ni algo malo, ni secundario, ni opuesto a lo racional sino que son imprescindibles para la adaptación exitosa del niño.
n Reserve los primeros 15 o 20 minutos de la mañana para “tomar el pulso emocional” al grupo de alumnos: observe cómo vienen –alegres, inquietos, tristes, enfadados, asustados–, converse con ellos de las cosas aparentemente más triviales e interésese por las emociones que están experimentando en ese momento del día. Y utilice cualquier situación para generar vínculos afectivos con los niños puesto que éstos facilitan cualquier tipo de aprendizaje.
n Presente las actividades de forma lúdica con el fin de crear expectativas en los niños que favorezcan el aprendizaje. Participe de manera activa en las actividades que proponga. Y resuelva los conflictos de forma asertiva a través del diálogo y la negociación. Cree un clima de aula tranquilo.
n Sea comprensivo con el comportamiento de los niños. Dígales que los quiere. Favorezca que los niños puedan hablar de sus sentimientos y emociones de manera habitual: “Cuéntame por qué estás triste…”.
n Dé confianza y seguridad ante cualquier indecisión o duda de los alumnos. Y evite todo tipo de etiquetas que puedan herir la autoestima de los niños. Potencie actividades que favorezcan la autonomía de los alumnos.
n Establezca un número adecuado de límites y normas que queden perfectamente claros para los niños. Y consecuencias proporcionadas para las normas que no se cumplan. No permita los comportamientos violentos y destructivos: “Te puedes enfadar pero no tienes derecho a pegar a los demás”.
n Medie para que los niños traduzcan en un lenguaje apropiado lo que sienten: “Quizás ‘eres tonta’ significa que estás muy enfadado y que no sabes cómo decirlo… ¿Buscamos un modo de expresarlo mejor?”
Dar la vuelta a la clase mejora el rendimiento
Silvia Candano
“Mirasur”, “Tajamar”, “Alcalde de Móstoles”, “San Gabriel”, “Sagrada Familia”, “San Francisco de Paula”… Cada vez son más los colegios españoles que abogan por el Flipped Classroom o la “clase invertida”, un modelo pedagógico ideado en Estados Unidos que ayuda a los alumnos a aprender las lecciones de una manera mucho más práctica, flexible y entretenida que el sistema tradicional, basado en dos pasos estáticos: escuchar la clase magistral del docente en el aula y “empollar” esa lección durante horas y horas en casa. Tal y como explica Raúl Santiago Campión, profesor de la Universidad de La Rioja y uno de los principales impulsores de este enfoque pedagógico en España: “La clase invertida no es una metodología ni una tecnología, sino un modelo pedagógico que traslada fuera del aula el trabajo de determinados procesos de aprendizaje, que habitualmente se realizan dentro del aula”. ¿Y qué significa esto? Pues que el alumno, en lugar de escuchar la explicación del maestro en clase, se familiariza con ella en el espacio que él elija (su casa, la biblioteca…) y en el momento que más le convenga (a primera hora de la mañana, por la noche…). ¿Cómo? Consultando los vídeos tutoriales, animaciones e infografías que su profesor ha colgado previamente en el blog de la clase. Mientras utiliza estas herramientas va tomando apuntes, anotando palabras claves y dudas, resumiendo y esquematizando, “tareas muy útiles para facilitar el logro de objetivos del estudiante en todas las materias y niveles”, asegura el investigador estadounidense Robert J. Marzano. A la mañana siguiente, en clase, el alumno, guiado por su profesor, realiza actividades prácticas sobre esos contenidos que ya ha estado trabajando el día anterior, tales como resolución de dudas, puestas en común, investigaciones, proyectos, trabajos en equipo, debates… De esta forma tan participativa corrige posibles errores, comparte ideas con sus compañeros y termina de fijar conocimientos. La clase no es estática: todos los alumnos pueden opinar, mostrar datos y estudios que hayan encontrado y proponer juegos para entender y memorizar mejor los conceptos. Como resultado de todo ello, “el estudiante deja de ser un agente pasivo para convertirse en protagonista activo de sus propios aprendizajes”, afirma Raúl Santiago. Como es lógico, el papel del docente también ha cambiado: “Ya no somos sabios que impartimos clases magistrales”, explica Ana M. Balbás, profesora de Secundaria, “sino guías que orientamos a los alumnos según van descubriendo y conociendo nuevos conceptos por sí mismos”.
Cómo empezó
Pero, ¿de dónde procede esta nueva manera de entender la enseñanza? El origen del Flipped Classroom se lo debemos a Jonathan Bergmann y Aaron Sams, dos profesores de química en “Woodland Park High School” (Colorado, Estados Unidos), que querían evitar que sus alumnos se perdieran sus explicaciones cuando por diferentes motivos no podían acudir a clase. Para que no se quedaran rezagados con respecto a sus compañeros, grababan sus lecciones y facilitaban los vídeos a los alumnos que habían faltado, pidiéndoles que las visualizaran antes de entrar al aula. Cuál fue su sorpresa al comprobar que de esta manera, los estudiantes llegaban a clase con una mayor predisposición para participar, preguntar y trabajar. Tan buenos fueron los resultados a partir de estas experiencias, que decidieron apostar por el Flipped Classroom. Y no se equivocaron: desde el año 2007, “la clase al revés” tiene cada vez un mayor número de seguidores.
aspectos positivos
Este creciente interés por el Flipped Classroom resulta natural y comprensible si reparamos en los múltiples beneficios que reporta:
n El profesor, al disponer de más tiempo en clase, puede dedicar una atención más personalizada a cada alumno y dar a cada uno el apoyo que necesita.
n Los estudiantes se sienten más implicados en sus aprendizajes, más motivados y entusiasmados.
n Los estudiantes pueden acceder a las explicaciones de su profesor tantas veces como necesiten, pues tienen los vídeos de sus explicaciones a su disposición.
n Se crea mejor ambiente y más compañerismo en el aula, puesto que se tiene en cuenta la opinión de todos los alumnos. Nuria J., alumna de 2º de la ESO, nos cuenta su experiencia: “Desde que la profesora de Lengua puso en práctica el Flipped Classroom todos nos atrevemos a preguntar y a exponer nuestros datos, descubrimientos y dudas en clase”.
n Otra ventaja fundamental de la clase invertida es que las familias pueden involucrarse y participar de una manera más próxima en los aprendizajes de sus hijos.
“Logramos que vean caminos que hasta ahora no veían”
Entrevista con Javier Bosma, medallista olímpico en Atenas 2004 y «coach» en el programa Jove Oportunitat
De pisar la arena en los Juegos Olímpicos y hacer historia con la medalla de plata en la modalidad de vóley playa en Atenas a coach de jóvenes que ni estudian ni trabajan y necesitan un empujón que les lleve a dar un giro radical a sus vidas. Javier Bosma (Roses, Girona, 1969) conoce muy bien el sabor de la victoria y también lo que cuesta alcanzar un sueño en una disciplina tan exigente como el vóley playa que requiere de tanto esfuerzo, sacrificio, técnica y también psicología, como la que aplica a los jóvenes que participan en el programa Jove Oportunitat del IVAJ, una iniciativa cofinanciada por el Fondo Social Europeo que persigue reenganchar en la educación a chicos y chicas de entre 16 y 21 años que abandonaron el sistema educativo prematuramente y se encontraban en un estado de desmotivación, desorientación y apatía. Desde su ‘aula sin papeles’, Bosma trabaja con estos chavales valores como el respeto, la constancia, el compromiso o el trabajo en equipo para ayudarles a que dejen atrás dudas e inseguridades y que alcancen sus metas.
– ¿Cuál es su estrategia cuando el principal rival al que se enfrenta es la desmotivación?
-Tengo a mi cargo a un grupo de 12 chavales de Torrevieja con los que llevo trabajando desde principios de febrero en el programa Jove Oportunitat en cuestiones como su autoestima, motivación u optimismo, ayudándoles a que tomen una decisión sobre su futuro personal y formativo. Lo primero para llegar a ellos fue romper la barrera y los estereotipos que tuvieran de antemano para que no me vieran como a un profesor, de manera que conseguí conectar con ellos sin perder su respeto. Gracias a las sesiones tanto individuales como en grupo y a las diferentes dinámicas que hemos llevado a cabo a lo largo de estos dos meses la actitud de los chavales ha experimentado un cambio muy importante, dejando atrás inseguridades y el desencanto que presentaban al principio y logrando que se marquen objetivos.
-¿Cuáles son las novedades del programa Jove Oportunitat?
-El programa Jove Oportunitat ha conseguido ‘activar’ a estos chicos que no estaban ni estudiando ni trabajando, se encontraban totalmente desorientados y desmotivados, y les ha ayudado a sacudirse esas etiquetas que llevaban años arrastrando y que, por desgracia, muchas veces tenían hasta asumidas. El programa JOOP tiene un enfoque muy práctico, rompe esquemas y convencionalismos y les aleja de la imagen que ellos tenían del aula, combinando sesiones de coaching tanto grupales como individuales con visitas a empresas para que conozcan de primera mano todas las salidas profesionales y la formación necesaria para poder optar a esos puestos de trabajo. Ellos ahora son conscientes de que si quieren, pueden, algo que hace unos meses ni se planteaban. Necesitaban cambiar la perspectiva que tenían de sus vidas y hemos logrado que vean que los caminos que pueden seguir no son solo los que ven en ese momento, hemos logrado gracias a Jove Oportunitat que abran los ojos y ahora son conscientes de que tienen muchas oportunidades a su alcance.
-¿Qué metas se ha marcado?
-Que cuando terminen el curso cada uno haya tomado la decisión de coger las riendas de sus vidas. Después de las visitas a las empresas que han realizado, un total de 20, de las sesiones de coaching y de una convivencia en un albergue que realizamos al principio del programa, hemos reforzado aspectos como la responsabilidad, la convivencia o la toma sensata de decisiones, entre otras cuestiones, se trata de que sean plenamente conscientes de qué quieren hacer y cómo conseguirlo. Ahora tienen metas muy claras y saben el camino que deben tomar para alcanzarlas.
-Después de una vida dedicada al deporte de élite, de vivir tres Juegos Olímpicos y de una carrera llena de victorias deportivas se puede decir que usted conoce muy bien lo que es el éxito, pero ¿alguna vez ha escuchado lo de ‘déjalo porque no sirves para esto’?
-Pasé por una operación de rodilla con 23 años y un traumatólogo me dijo que dejara el deporte, doce años después logré la plata en Atenas, lo que demuestra que cuando uno desea algo y pone todo su empeño en conseguirlo no hay nada imposible.
-La vida de un deportista de élite no es un camino de rosas, ¿qué consejo que le repetía su entrenador les dice usted ahora a sus alumnos?
-Hay que ser constante y estar comprometido con lo que haces sin dejar de disfrutar. Compromiso, constancia y disfrutar, es fundamental que se den las tres circunstancias, porque si al final no disfrutas, se llega a la frustración. Si no te comprometes, tampoco vas a conseguir lo que te propones, y si no eres constante, vas a perder el tiempo.
-¿Cuáles son las reglas del juego en su aula?
-Puntualidad y respeto. Además, desde el primer día les dije que tenían que formar un equipo, porque el compañerismo juega un papel muy importante dentro del aula, pero creo que el respeto debe estar por encima de todo.
-¿Qué lección le está dando a usted el programa JOOP?
-Es una gran oportunidad poder ayudar a los jóvenes que participan en el programa Jove Oportunitat. Estoy aprendiendo muchísimo porque cada día con ellos es distinto en función de su estado de ánimo, y tienes que adaptarte al momento. La parte más complicada es conseguir atraerles y tenemos que reinventarnos sobre la marcha. Cuando consigues estimularles y ves que dan un giro es una bocanada de aire fresco y la mejor de las recompensas.
Mi hijo hace "pellas"
Hacer “pellas” sigue en auge entre los alumnos españoles. Casi el 25% de los estudiantes de 15 años las ha hecho, según revela el último informe Pisa. Un porcentaje que supera la media de la OCDE (19,7%).
¿La parte positiva? Los datos son mejores que los recogidos en el informe de 2012 y sitúan a España entre los países en donde más se ha reducido el absentismo escolar, con una bajada de tres puntos.
Las comunidades autónomas con mayor índices de absentismo son Andalucía (25,9%), Canarias (27,5%), Murcia (27,1%) y Extremadura (25,6%). En Madrid también han saltado las alarmas: según datos del Ayuntamiento, durante el curso 2015-2016 hubo nada menos que 2.442 casos de niños que no asistieron con regularidad a clase, 24 más que el año anterior.
Dónde está la causa
Las causas pueden ser muchas y muy diversas. Según explica Jesús Ramírez Cabañas, psicólogo educativo, puede deberse a que el alumno esté pasando por un mal momento en sus relaciones sociales y se escude en no asistir al colegio o que haya un examen ese día que no domine y prefiera no hacerlo, “hay alumnos que sistemáticamente no asisten al colegio porque les resulta un lugar aburrido y los temas amorosos también suelen ser culpables”, dice. Otra posible causa a tener muy en cuenta es la mala relación con los compañeros: “El alumno convive durante un importante número de horas con un grupo muy concreto de compañeros. Cuando este micro contexto se vuelve frío, hostil, cuando aparece el temido acoso escolar, la respuesta puede ser, sin duda, la huida de ese entorno”, expone Tomás Asenjo, profesor del Departamento de Educación, Métodos de Investigación y Evaluación de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de Comillas ICAI-ICADE.
Los expertos señalan que se debe distinguir entre hacer “pellas” y absentismo escolar crónico. Las primeras son faltas ocasionales que, según Jesús Ramírez, se suelen solucionar mediante el diálogo con el alumno. Sin embargo, el absentismo escolar crónico se entiende cuando el alumno falta a clase de manera habitual y sus consecuencias van más allá de los malos resultados académicos. Según el informe Pisa, los que se ausentan del colegio de forma generalizada tienen más probabilidades de tener trabajos mal pagados en el futuro, embarazos no deseados, abuso de drogas y alcohol y, por supuesto, abandonar antes la escuela. Algo que confirma Tomás Asenjo: “Hay una correlación evidente entre fracaso escolar y absentismo, pero sobre todo, no hay que olvidar que el absentismo crónico representa un problema sobre el que aumentan los factores de riesgo como la delincuencia juvenil, el paro y la exclusión social”.
Existen programas de prevención y control del absentismo escolar, de manera que los centros escolares informan inmediatamente a los padres si sus hijos no acuden a clase de manera injustificada. “La norma indica que el conserje haga una lista de ausencias pasando por todas las aulas y la entregue en secretaría. Desde aquí se encargan de llamar a las familias para comunicar la ausencia”, explica el psicólogo Ramírez Cabañas. También puede ser detectado por instituciones externas al centro escolar, como Policía Municipal, Servicios Sociales Municipales, ONGs, asociaciones de vecinos, etc. “Si la detección de los casos de absentismo escolar se realiza por parte de la Policía Municipal, cuando se constate la presencia en la calle de menores en edad de escolaridad obligatoria durante el horario lectivo, se solicitarán sus datos personales y el colegio en que están matriculados, así como el motivo o causa de la no asistencia al centro, y posteriormente se informará a la Mesa Local del Municipio”, explica la Consejería de Educación de Madrid.
Una vez detectado, ¿cómo atajar el problema? “Es preciso analizar cada caso en particular porque las causas son muchas y diversas. En nuestro centro, el tutor nos remite un Protocolo de Demanda de Atención al Servicio de Orientación en el que nos cuentan lo que ocurre y en función de la situación, actuamos de una manera u otra”, cuenta el psicólogo Jesús Ramírez. Según detalla este experto, se valora también la relación del alumno con los compañeros y el profesor.
Prevenir el absentismo escolar no es una tarea exclusiva de los colegios, también está en manos de los padres. Para Tomás Asenjo, la comunicación entre padres e hijos es fundamental, “hay que encontrar momentos para cultivar un diálogo sincero con los hijos, y en caso de absentismo, preguntar: ¿por qué lo has hecho? y ¿dónde has estado? A partir de esa búsqueda de soluciones, y de forma coordinada con el centro, establecer un plan de actuación personalizado”.
MEDIDAS CONTRA EL ABSENTISMO ESCOLAR
n La experiencia acumulada en los quince años de recorrido del programa contra el absentismo escolar del Ayuntamiento de Madrid ha revelado que, en la mayor parte de los casos, la falta de asistencia a clase suele ir asociada a una compleja situación familiar que requiere ser abordada desde una perspectiva multidisciplinar: profesionales procedentes de los servicios sociales, de los centros educativos, agentes tutores de la Policía Municipal y entidades y asociaciones sin ánimo de lucro. Las medidas de intervención incluyen la implicación de las madres y de los padres para reducir, en la medida de lo posible, los factores de riesgo de absentismo y del abandono, así como al diseño de estrategias de acogida y de motivación. La implicación de los padres parece clave, ya que en la escuela Mediterrani del barrio de Campclar de Tarragona se ha logrado erradicar el absentismo en las aulas gracias a la aplicación de una nueva metodología de aprendizaje: romper el dualismo profesor–alumno y ampliar el número de actores educativos, involucrando a los padres y a profesores voluntarios.
Uno de los motivos que más pesa en el absentismo escolar tiene que ver con el ámbito escolar. Según un estudio realizado por el Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, cuando se pregunta a los alumnos por los motivos de su absentismo, destacan los relacionados con la institución escolar: prefiero hacer otras cosas 71,88%; no me interesan las clases 56,25%; problemas personales 46,88%; también lo hacen otros compañeros 43,75%; problemas con alguna asignatura 43,75%; evitar alguna actividad del colegio 34,38%; no estudio 25,00%; me llevo mal con algún profesor 21,88%; no hago los deberes 12,50%.
Entre las medidas contra el absentismo escolar destacan:
1Establecer mecanismos de coordinación entre los centros para facilitar la transición entre las etapas, especialmente entre primaria y la secundaria, que faciliten el conocimiento de las características de los alumnos (capacidades, intereses y expectativas, contexto familiar, etc.), así como la detección temprana del riesgo de absentismo.
2En los centros de secundaria muy grandes definir ámbitos educativos más pequeños “escuelas dentro de la escuela” que puedan adaptar el ambiente, las normas, las relaciones, y que hagan más visibles las figuras de referencia.
3Reforzar las relaciones positivas entre alumnos con riesgo de absentismo con otros alumnos y con profesores.
4Fomentar la participación de los alumnos a través de los delegados.
5Fomentar la participación de los alumnos en las clases: trabajo en equipo, grupos cooperativos, trabajo por pares, grupos interactivos, etc.
6Facilitar a los padres la implicación en la supervisión del trabajo escolar (agenda educativa).
7Diseñar protocolos y realizar actividades de acogida al inicio y durante el curso, especialmente para alumnos .
8Comunicar a los padres de modo inmediato las ausencias a clase o al centro de sus hijos.
9Realizar seguimiento de alumnos de riesgo y de alumnos absentistas.
10 Acción formativa y de orientación con alumnos y padres de alumnos absentistas: habilidades sociales, mediación, etcétera.
11 Establecer contratos y acuerdos educativos con los alumnos absentistas y sus padres.
Hidratación en las aulas
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¿Como puedo ayudar a mi hijo a mejorar las notas?
Se acerca el final de curso y en poco tiempo alumnos y familias recibirán las notas, situación que muchas veces genera incertidumbre, miedos, alegrías y frustraciones.
Normalmente, los alumnos se pueden dividir en tres grupos: niños que sacan buenas calificaciones, a los que es importante reforzar positivamente el buen trabajo realizado. Niños que sacan notas medias, aprobados con 5 o 6, a los que sería importante motivar y observar, por si esas notas correspondiesen a un gran esfuerzo que no llega a dar todos sus frutos. Y los niños que sacan malas notas (suspensos), a los que hay que ayudar y detectar cual está siendo la causa de dichos resultados, para poder actuar sobre ella y conseguir revertir dichos resultados negativos.
Se estima que en torno al 20% de los niños que obtienen malas calificaciones y “fracasan” en la escuela lo hacen por tener dificultades emocionales, comportamentales o del aprendizaje no visibles. La prevención y detección no es sólo cosa de los colegios, sino también de las familias. En esta línea, existen métodos que ponen a disposición de las familias la posibilidad de prevenir y detectar dichas dificultades y ayudar a las familias para que sus hijos superen con éxito la etapa educativa y que las notas dejen de ser una amenaza para su bienestar.
El método díde ayuda a las familias a comprender mejor a sus hijos y sus circunstancias, por ejemplo existen señales evidenciables en las áreas de estudio, técnica y frecuencia o las referentes a los diferentes tipos de razonamiento o autoestima que pueden estar directamente relacionadas con sus notas. Por ello esta información es muy valiosa tanto para las familias como para los profesores que trabajan con ellos día a día.
En ocasiones la comunicación con los colegios o profesores no es tan fluida como se desea y el momento de comunicar las notas a los padres puede crear estrés o tensiones añadidas, en el equipo de profesionales de díde lo sabemos y por ello se configuró para ser una vía de comunicación de las familias con el entorno educativo (díde aporta un informe completo con los resultados y orientación) facilitando la transmisión de información entre ellos.
Aunque el curso escolar está llegando a su fin, es importante recordar algunas pautas para realizar las tareas veraniegas de todos los niños, hayan obtenido buenas o malas calificaciones:
Recuerda siempre que un ambiente familiar con humor y positivismo es muy bueno para reforzar lazos de confianza, comunicación, seguridad y autoestima.
La autonomía y cierta independencia (según la edad) a la hora de realizar sus tareas o estudiar es primordial.
Recuérdale que se prepare el material que pueda necesitar antes de empezar la tarea y que en el lugar de estudio no hayan distracciones.
Priorizar y ordenar por importancia y dificultad las tareas y el estudio, ayudará a asimilar el aprendizaje y consolidar un buen hábito de estudio.
Únete al efecto díde y convierte las diferencias en oportunidades.
Más información http://www.educaryaprender.es
Así afectan los amigos al rendimiento escolar
El inicio de curso implica para muchos escolares comenzar un nuevo ciclo, cambiar de colegio o simplemente de grupo de trabajo dentro del aula. Todo ello conlleva conocer nuevos compañeros. Y acertar es crucial. A la hora de conseguir buenos resultados académicos, las compañías se consideran tan importantes como la calidad de los profesores, el tamaño de la clase o las características de la familia, tal y como se plasma en un informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación en el que se ha hecho una revisión de estudios sobre el tema. “La conducta de los niños y sus capacidades, así como sus resultados, son conceptos que van estrechamente ligados. La conducta de los menores, como la de todas las personas, puede estar determinada o causada por dos tipos de factores: innatos, es decir, biológicos; y adquiridos o aprendidos. Estos últimos sí se pueden ver influenciados por el ambiente que rodea al niño en el aula”, confirma Alexandra Sierra, psicóloga infantil y juvenil de Isep Clinic.
más chicas, positivo
De manera que la composición de los compañeros en el aula va a ser determinante a la hora de obtener buenos resultados en las pruebas de los estudiantes. Los estudios que tienen en cuenta la composición de la clase según el sexo concluyen que una mayor participación femenina en el aula afecta positivamente a los compañeros y aumenta los resultados promedios en las pruebas. Además, puede impactar en la reducción de la violencia en el aula y mejorar las relaciones interpersonales tanto entre los estudiantes como entre los estudiantes y el profesor. “Las afirmaciones que sugieren dichos estudios surgen de las conclusiones de un estudio específico realizado por Ammermueller y Pischke dónde se evaluaba a nivel europeo los efectos de los compañeros en escuelas primarias, concluyendo que variar la composición de la clase varía también los resultados del alumnado de forma significativa”, afirma Alexandra Sierra. Pero no se debe tomar a este factor como único en el efecto positivo –tal y como explica la psicóloga–, hay otros que también pueden influir: cuando en una clase hay estudiantes con muchas habilidades, los estudiantes se benefician entre sí; si los estudiantes de clase tienen considerables habilidades, el profesor puede enseñar mejor en un ambiente desafiante; si los logros académicos de los estudiantes son altos esto puede motivar al resto de estudiantes.
Cómo agrupar alumnos
Los estudios realizados para valorar los efectos más comunes de los compañeros de clase en el rendimiento académico han encontrado factores positivos y negativos. Entre los positivos: cuando en una clase hay estudiantes con muchas habilidades, los estudiantes se benefician entre si; si los estudiantes en una clase tienen considerables habilidades, el profesor puede enseñar mejor en un ambiente más desafiante; si los logros académicos de los estudiantes son altos esto puede motivar al resto de los estudiantes. Entre los negativos: si los estudiantes en un clase son desobedientes y se distraen fácilmente, el profesor presenta mayores dificultades para enseñar; un estudiante más indisciplinado puede perjudicar al resto obteniendo menores resultados académicos; algunos nombres de niños pueden ser un preindicador de un futuro comportamiento indisciplinado: si suenan extraños o femeninos, pueden ser objeto de bromas entre sus compañeros en la escuela, provocando un mayor desorden en el aula y afectando el rendimiento académico de los estudiantes. No hay duda de que el trabajo que se produce en equipo en el aula es un factor importante a tener en cuenta en el aprendizaje de cualquier materia. “El valor de dicho aprendizaje aumenta cuanto más diferente sea este mismo equipo de trabajo (a nivel intelectual, social, de genero…)”, dice la psicóloga. Para conseguirlo, se recomienda que el docente tenga en cuenta ciertos criterios: elaborar grupos de 4 o 5 niños; valorar compatibilidad/ incompatibilidad entre compañeros; mezclar niños y niñas; e incluir en cada grupo alumnos capaces de ayudar a los demás alumnos, alumnos con dificultades de aprendizaje y al resto de alumnos. “De esta forma conseguimos que el profesor sea capaz de explicar el contenido de su materia sabiendo que en cada grupo habrá por lo menos algún alumno que tendrá la capacidad de explicar al resto de su grupo aquello que para el resto de sus miembros no haya quedado claro. Así trabajamos a su vez la cooperación y colaboración entre compañeros, valores que les ayudan a crecer como personas y que una vez aprendidos les servirá de cara a su futuro”, argumenta Alexandra Sierra.
El Ministerio de Educación ofrece información muy útil para el profesorado sobre cómo agrupar a los alumnos en el aula: en grupos heterogéneos, que consiste en crear equipos en los que haya estudiantes con diferentes capacidades, desde aprendices a expertos en un tema específico, o con diferentes niveles de habilidad. Estos equipos pueden realizar tareas en común, de tal manera que aprenden a organizarse, compartir conocimientos y capacidades y llegar a un buen resultado común; agrupamientos flexibles, que consiste en realizar diferentes grupos dentro de la misma aula, en función de la actividad que se proponga (por ejemplo taller de cocina, cerámica, prensa, jardinería, reciclado) y de las afinidades que los alumnos tengan. Los alumnos se relacionan y, además, trabajan a su propio ritmo de aprendizaje, ya que se juntan para realizar una actividad determinada sin necesidad de pertenecer a un mismo nivel educativo, lo que favorece la comunicación y las relaciones interpersonales; y grupos interactivos, que son agrupaciones heterogéneas de cuatro o cinco alumnos o alumnas, tanto en género como a nivel de aprendizaje u origen cultural. Su composición es totalmente flexible y puede variar cada día, pero es importante asegurar la heterogeneidad de los mismos.
Mi hijo no quiere hacer ninguna extraescolar
Las extraescolares son una buena manera de complementar el currículo escolar y el niño disfruta. Pero en otras no se adapta, quiere dejarlo o no quiere ir ¿Hay que obligarlos?
La mejor manera de enseñar es dando ejemplo. Si queremos enseñar la importancia de valores como la responsabilidad y la constancia, lo correcto sería explicar a nuestros hijos que se han comprometido a realizar una actividad y deberán finalizarla, dándoles la oportunidad de cambiar de actividad al curso siguiente”, recalca Alexandra Sierra, psicóloga infantojuvenil de ISEP Clínic. “En el caso de que cedamos ante el deseo del niño de interrumpir la actividad a mitad del curso escolar, le estamos dando una autoridad para decidir por él mismo en un ámbito que no le corresponde, ya que una cosa es que él tenga opinión a la hora de escoger la actividad y otra es que decida sobre su interrupción. En este caso el niño puede extrapolar esa autoridad a otros ámbitos de decisión, lo que podría ocasionar confusiones en el rol de autoridad”, explica la experta.
Para Carlos Fernández, profesor y director de AEM (Actividades Extraescolares Madrid), si un niño se niega a seguir con una extraescolar o no quiere comenzar ninguna, “habría que estudiar la individualidad de ese niño. Puede haber escolares que no necesiten realizar ninguna, pues siempre se trata de actividades complementarias a su ritmo de vida. No tiene sentido que si el niño va a un colegio bilingüe se le apunte a ese mismo idioma al salir de clase o que si va bien en las notas acuda a refuerzo de algunas asignaturas”.
Es importante que el niño pruebe distintas posibilidades antes de comprometerse con una actividad. A pesar de ello, en los deportes es muy habitual que comiencen una disciplina y la abandonen pasados unos meses, bien porque acuden obligados por sus padres, porque ninguno de sus amigos está apuntado, porque no han encajado o por cansancio tras la jornada escolar.
“Por eso, primero es importante escucharle, atender a sus razones. Si se trata de una actividad que se le impuso desde un principio, la responsabilidad recae sobre los padres. Si se trata de un capricho, será bueno conversar con él sobre su sentido de la responsabilidad y la constancia. La clave está en ver cómo sale el niño al finalizar dicha actividad, ya que es usual que antes de empezar, y tras la jornada escolar, los niños muestren signos de pereza, pero al finalizar, por lo general, lo han pasado bien y salen satisfechos”, detalla la psicóloga Alexandra Sierra.
¿Quién elige?
“Los gustos del niño deben respetarse dentro de las posibilidades familiares”, explica Carlos Fernández. “Nunca hay que llevarlo forzado, porque no pondrá atención, irá enfadado y no aprovechará la clase”, detalla. De hecho, según su experiencia, a partir de Primaria son los propios escolares los que eligen a qué actividades quieren apuntarse. La psicóloga Alexandra Sierra señala: “Hay que tener en cuenta su opinión, aunque, por supuesto, la decisión última es de los padres”. Lo ideal es que si el niño realiza una actividad más lúdica o deportiva sea él quien elija. En el caso de las actividades intelectuales, serían los padres los que deberían decidir en función de las habilidades que deben potenciarse o reforzarse.