Cómo comunicarse con un niño con autismo

 

Uno de los obstáculos que surgen al tratar con niños que sufren trastorno del espectro autista (TEA) es la dificultad en la comunicación. La enseñanza de nuevas destrezas es clave para su desarrollo.

 

Por Olga Fernández

 

Tener a un miembro con autismo en casa es una carrera de fondo donde el apoyo del entorno es fundamental para afrontar el día a día. Ha de haber comunicación y la adaptación de las actividades forma parte de la rutina.

El término «trastorno del espectro autista» recoge afecciones del desarrollo neural que abarcan desde el síndrome de Asperger hasta el autismo grave. Las características de estas afecciones incluyen problemas con la interacción social y conductas repetitivas. Sin embargo, las dificultades en la comunicación pueden mejorarse si se fomentan habilidades y destrezas. Un estudio publicado en la revista Pediatrics, donde se evaluaron datos sobre más de 500 niños con trastorno del espectro autista y se observaron los retrasos del habla en estos niños, halló que el 70 por ciento de los pequeños que no hilaban palabras para formar ni siquiera las frases más sencillas a los cuatro años de edad sí lo hacían más o menos a los ocho años, y en algunos casos, incluso lograron un habla fluida. “Entre los predictores potentes de la capacidad de un niño de desarrollar la habilidad de hablar en frases o con fluidez se incluyeron su coeficiente intelectual no verbal y un menor grado de discapacidad social”, comentó la Dra. Ericka Wodka, neuropsicóloga y autora del trabajo.

 

 

Distintos métodos: pros y contras

Un estudio realizado por Confederación Autismo España contabiliza a 2.116 personas con trastorno del espectro autista y el 68% (1.139) de los registros se sitúan en edades comprendidas entre los 6 y los 21 años. Esto quiere decir que la mayoría se encuentran en una etapa de pleno desarrollo, en la que es muy importante estimular el lenguaje y la comunicación para alcanzar destrezas.
Desde que se comienza una intervención, se procura dotar del sistema de comunicación más efectivo y funcional, intentando siempre alcanzar una comunicación oral, pero en muchas ocasiones no llega o no permite una comunicación total, por lo que se hace importante optar por sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación (SAACs)”, explica José Alberto Monseco, psicólogo especialista en TEA. Quien señala tres métodos:
Comunicación por intercambio de imágenes. Implica la comunicación a través de imágenes, con las que pueden pedir lo que desean creando una secuencia de imágenes. “La parte positiva de estos sistemas es que al basarse en imágenes es fácil enseñar su uso y también es sencillo ser comprendidos por otros. Sin embargo, la parte negativa tiene que ver con la preparación y el transporte de la carpeta de imágenes, ya que sólo pueden comunicar lo que esté dentro de su carpeta”, indica el psicólogo. Estas limitaciones se reducen al utilizar sistemas electrónicos, ya que hay programas y aplicaciones específicas que incluyen una gran cantidad de vocabulario que pueden usar en su comunicación y además se trata de comunicadores dinámicos que deben adaptarse a las necesidades de cada usuario.

– Comunicación por signos. Las investigaciones señalan que el lenguaje por signos tiene resultados muy positivos como sistema aumentativo de la comunicación, sin embargo, “si tenemos un niño o niña que presenta una alteración motora o una falta de habilidades de imitación, puede que éste no sea el mejor sistema para enseñarle a comunicarse. Además, otro hándicap que presenta la comunicación por signos es que no todo el mundo puede comprenderlo”, señala el experto. Es por ello que en muchas ocasiones este sistema de comunicación tiende a desestimarse como única vía y se opta por otros sistemas o la combinación de varios.

– Comunicación escrita.La escritura es, sin duda, uno de los mejores sistemas de comunicación, ya que no depende de que nadie prepare un material, sino que sólo tenemos que enseñar a la persona a leer y escribir, sin embargo, estas habilidades no se enseñan desde los primeros años de vida, por lo que sólo puede barajarse si el niño o niña ya sabe leer y escribir de forma fluida”, indica José Alberto Monseco. Quien también incide en que lo más importante es que todos puedan comunicarse con la mayor rapidez, efectividad y funcionalidad posible, por lo que deben valorar una comunicación multimodal, utilizando todos los recursos a su alcance.

 

 

¿Cómo tratar a un niño con autismo?

Los expertos coinciden en que el tratamiento debe ser personalizado e individual. “Debemos tender a la individualización de las intervenciones y escapar de consejos o recetas que puedan darse a todas las familias”, apunta José Alberto Monseco. En cuanto a la anticipación de los sucesos en estos niños, el psicólogo señala que lo importante es la forma de hacerlo: “La forma de hacerlo variará dependiendo de cada persona o incluso en algunas situaciones quizá la anticipación pueda suponer un problema. Conozco familias que prefieren no anticipar a sus hijos que van a determinados sitios que les gusta mucho porque entonces sólo están pensando en que llegue ese momento y no disfrutan de nada más, o justo lo contrario, si les anticipan que van a ir a un sitio que no les gusta puede que se enfaden tanto que no puedan pensar en otra cosa durante el resto del día”.
En cuanto a la forma de comunicarse con las personas con TEA, el psicólogo incide en que es importante no tratarlas como si no entendieran nada, ni como si fueran sordos, ni mucho menos como si fueran niños pequeños eternamente. “Es importante atender a sus necesidades y habilidades y dirigirnos a ellos como nos gustarían que se dirigieran a nosotros. Cuando vamos por ejemplo a un restaurante en un país del que no conocemos bien el idioma, las imágenes de los platos nos resultan muy útiles para saber lo que queremos pedir, pero estas imágenes dejan de ser útiles cuando vamos a nuestro restaurante favorito. Igualmente, hay expresiones en diferentes idiomas que manejamos y comprendemos y otras no y necesitamos un traductor. A las personas con TEA les pasa exactamente lo mismo que a nosotros en estas circunstancias”, explica.

 

 


 

Diferentes grados de TEA

Existe un amplio espectro en el que puede haber desde personas con una afectación severa a nivel social, de comunicación o conducta, hasta otras con una leve afectación social a las que les cueste más relacionarse, pero que puedan llevar una vida autónoma y normalizada.

Según el DSM5 existen tres niveles de gravedad que clasifican a las personas diagnosticadas según sus necesidades de apoyo: necesidad de apoyo, necesidad de apoyo sustancial y necesidad de apoyo muy sustancial.

 

 

Katia Hueso: "Educar en la naturaleza es una cuestión de mirada, de actitud"

“No es cosa de hippies abrazaárboles, sino una cuestión de actitud que puede transmitirse desde casa y desde la escuela”, afirma Katia Hueso, bióloga, educadora, fundadora de la primera escuela infantil al aire libre en España y autora de varios libros sobre el tema.

 

Por Eva R. Soler

 

“Cuando hablamos de educar al aire libre a muchos puede venirles la imagen de cuatro hippies abrazaárboles o de un grupo de niños disfrazados de indios corriendo por el monte, pero no se trata de eso sino de transmitir una mirada y una actitud ante el mundo que nos haga conscientes de que formamos parte de él, y de que él mal que le hacemos a él nos lo hacemos a nosotros mismos”, explica Katia Hueso, autora del libro que, precisamente, lleva por nombre “Educar en la naturaleza” (Plataforma Editorial). Hueso además de bióloga es educadora y fundadora del Grupo de Juego Saltamontes, una escuela al aire libre ubicada en la sierra madrileña y forma parte de la Federación Nacional de Educación en la Naturaleza que tiene, entre otros objetivos, la homologación de este tipo de centros. La pandemia puso de relieve los beneficios de la enseñanza en espacios al aire libre e hizo que aumentase la demanda de este tipo de centros. También ha traído consigo el aumento de actividades relacionadas con el cuidado del medioambiente dentro de las aulas convencionales. Además, desde casa, podemos transmitir a nuestros hijos una nueva forma de relación con el entorno con pasos tan sencillos como salir al campo aunque llueva o haga frío, como aconseja Katia Hueso en esta entrevista.

 

¿Cómo surge la idea de crear el libro “Educar en la naturaleza” y qué objetivo persigue?

En todo el mundo estamos padeciendo en vivo y en directo el resultado de años de desprecio y arrogancia hacia el medio ambiente. Nos encontramos con catástrofes ambientales, climáticas, alimentarias o sanitarias. Y pese a que nos jugamos el pellejo somos incapaces de actuar colectivamente a su favor. Los humanos solemos mostramos torpes para gestionar estas situaciones con una sorprendente parálisis a la hora de planificar y reaccionar para paliarlas. Aunque también somos capaces de poner en marcha buenas prácticas y de acciones inteligentes. Pero, ¿por dónde empezar? ¿Cómo reaccionar ante estos desafíos? Educar en la naturaleza es la única vía para cambiar este rumbo y hay que entenderla no sólo como una parte del currículo, sino como algo transversal que trascienda todas las instituciones educativas y comience en cada hogar. Porque no hay mejor herencia para dejar a nuestros hijos que la de un mundo mejor.

 

Además de haber escrito este y otros libros como “Somos naturaleza” (2017) y “Jugar al aire libre” (2019), eres la fundadora de una de las primeras escuelas al aire libre en España: el Grupo de juego Saltamontes. Háblanos de este proyecto y de cómo ha afectado la pandemia a la demanda de este tipo de escuelas.

 

El proyecto surge por la iniciativa que tuvimos tres madres en 2011 para aprovechar el entorno donde vivíamos, la sierra de Guadarrama, y convertirlo en lugar de aprendizaje para nuestros hijos. No teníamos noticia de que hubiera algo parecido en España, aunque tampoco somos pioneras, porque estas iniciativas ya existían a principios del siglo XX pero desaparecieron con el tiempo. Sí existen este tipo de proyectos en Europa y yo tuve la suerte de conocerlos en primera persona. Así, fuimos armando este proyecto con el que a día de hoy enseñamos a 18 niños de la mano de tres educadoras que nos acompañan todos los días (son maestras, pedagogas o  educadoras infantiles con formación específica). Pasan tres horas al día en pleno monte realizando juego libre (contando piedras y hojas, escribiendo en la arena, investigando…). Se trabajan todas las competencias del currículo pero adaptadas a las emociones de cada niño y siempre en condiciones de seguridad pero que faciliten los aprendizajes. Este tipo de escuelas ha ido creciendo poco a poco en nuestro país y cada vez somos más y ahora hay unas 40, en total. Es verdad que la pandemia nos ha hecho más conscientes de la necesidad de estar en la naturaleza, de cuidarla, de los beneficios del aire libre… Y están surgiendo otras iniciativas de naturalizar la escuela, salir a dar clase al aire libre y cosas así. No sólo se trata de aumentar el número de escuelas al aire libre con una metodología de trabajar propia sino que la expansión está siendo más amplia y alcanza también a la escuela tradicional. Me consta que muchos escuelas de siempre están haciendo cambios en este sentido: convertir el patio o un entorno cercano como un parque en un espacio docente, permeabilizar las paredes del aula… Están haciendo muchos esfuerzos y esto me produce mucha alegría.

 

A pesar de que los niños aprenden todas las competencias que exige el currículo en las escuelas al aire libre, en España sólo hay dos homologadas. ¿Qué opinas al respecto?

 

Desde la Federación Nacional de Educación en la Naturaleza, de la que formo parte, estamos trabajando en este sentido para que se reconozca el fenómeno de las Escuelas en la Naturaleza, previo paso, por supuesto, de unas condiciones de seguridad y unas garantías. Tiene que estar reconocido oficialmente porque hay un trabajo riguroso pedagógico y de seguimiento detrás y se garantiza, por supuesto, la seguridad de los niños al aire libre. Existen protocolos y medidas para que el aprendizajes suceda de forma análoga a como sucede en las aulas en el sentido de la seguridad y el bienestar. Y aunque la forma de impartir los contenidos puede variar, al finalizar el ciclo, se garantiza que el aprendizaje que marca la normativa se adquiere. De otra manera, pero se adquiere. No buscamos el reconocimiento porque sí. Evidentemente, sabemos que hay que cumplir unos requisitos mínimos, unos criterios de calidad y una garantía. Pero una vez cumplidas todas estas exigencias necesarias, las escuelas tienen que tener un derecho de existencia igual que cualquier otra escuela para que las familias y los profesionales tengan la opción de poder elegir para sus hijos la opción que más le interese. De hecho, está reconocida por la Constitución y por la normativa.

 

 

Educar en la naturaleza va más allá de dar clase al aire libre, ¿cómo educar en la naturaleza en un aula convencional?

Es verdad que cuando hablamos de educar en la naturaleza lo primero que nos puede venir a la cabeza es la imagen de cuatro hippies abraza árboles o un grupo de niños disfrazados de indios corriendo por el monte y muchos docentes te dicen: “Yo eso no puedo hacerlo”. Pero no se trata de llegar a eso sino que si un día sales a dar clase al patio o a un parque, ya estás al aire libre, por ejemplo. Si tampoco puedes hacer eso porque los horarios no lo permiten o la logística te lo impide, el director no está de acuerdo… o cualquier otra razón, también se puede hacer desde dentro del aula. Porque al final, educar en la naturaleza es una cuestión de mirada, de actitud… más que estar físicamente en ella. Por supuesto estar físicamente en ella ayuda bastante pero hay más posibilidades: hablando de ella, mostrando ejemplos para cualquier cosa, inculcando el amor o el afecto por ella, simplemente incluyéndola en nuestro discurso, en nuestra manera de hablar, de estar, se actuar… Mostrando cuidado por el medio ambiente, ahorrando papel, ahorrando energía… hablando de estos temas con los alumnos. Hay muchas maneras de hacerlo. Vamos a plantar semillas, a hacer comederos para los pájaros, vamos a observar las nubes, a mirar por la ventana más que a las pantallas, vamos a hablar del clima, … son pequeños detalles que influyen en la mirada de los alumnos y en la actitud que estos van a tener cuando salgan al exterior.

 

En otros países de Europa, la naturaleza se incluye en el currículo, ¿deberíamos tomar nota aquí?

He vivido en Suecia y ahí está muy integrada la relación con la naturaleza. Parece que en el norte de Europa hay una mentalidad de ser, de estar en la naturaleza, de formar parte de ella, una visión más integrada. Aquí siempre relacionamos el ir al monte con alguna actividad, parece que si vamos al campo tenemos que hacer algo (un picnic, poner música…) En esos países no tienen necesidad de hacer, sino más de estar, de contemplar, incluso de ser… No quiere decir que en esas sociedades no cojan el coche, no vayan al supermercado, o al cine… pero sí que es verdad que tienen la naturaleza mucho más presente en sus vidas. Si esta visión podemos trasladarla desde nuestras aulas, seguramente, eso acabe trascendiendo e integrándose también aquí.

 

En el libro mencionas que aquí también hemos tenido buenos ejemplos como la escuela al aire libre fundada por Giner de los Ríos o sin irnos tan lejos, la cultura del reciclaje de cascos que practicaban nuestros padres y abuelos… ¿Tenemos que ir hacia atrás para desaprender lo que el consumismo ha traído consigo?

Mi generación y los que hemos crecido entre los años 60 y los 90, hemos vivido esa época dorada de vacas gordas, tras esa época dura que ha vivido España en la postguerra, la pobreza, la emigración del campo a la ciudad… Claro, como nos íbamos a negar a los beneficios del desarrollo. Ahora tenemos que aprender a manejarnos de otra manera, no se trata de renegar de la comodidad que produce el progreso, pero sí hay que hacerlo de un modo inteligente.

 

¿Cómo extrapolar esta visión de la escuela a casa? Tú hablas de una educación transversal que llegue a la escuela, a casa y, en definitiva, a toda la sociedad.

Propongo un primer paso muy sencillo: aprender a estar en la naturaleza independientemente del tiempo que haga. No sólo cuando hagan buen día o un clima primaveral. Porque en climas cálidos como el nuestro tendemos a salir al campo o al aire libre sólo cuando el sol acompaña, parece que si llueve vamos a disolvernos como azucarillos, pues hay que aprender a convivir con estos fenómenos naturales, como la lluvia o e frío, igual que aprendemos a convivir con el calor.  Ese sería un primer paso. Y después, los padres, tendemos (yo también me incluyo) a evitar la inacción, el tedio, el aburrimiento, el no aprovechar todo momento y todo lugar y no damos oportunidad a que los niños hagan su propio aprendizaje a través del juego libre o al simple aburrimiento. Hay que pasar ese momento de tedio como preludio de lo que puede pasar después. Hay que dejar tiempo, espacio y oportunidad para conectar con ese espíritu.

 


 

ESCUELAS AL AIRE LIBRE EN ESPAÑA

-En España hay 42 escuelas al aire libre, según el directorio In Natura. “Sólo dos están homologadas, una en Madrid y otra en Canarias”, matiza Hueso.

-El 50% de ellas se han creado en los últimos tres años, según la Federación de Educadores en la Naturaleza (EDINA)

-Por Comunidades Autónomas encabeza la lista Cataluña (con 11 proyectos), Madrid (8) y Andalucía (6)

-Nuestros datos se alejan de otros países de Europa como, por ejemplo, Alemania donde hay 3000 centros de este tipo que cuentan con una normativa propia.

 

Ganar la batalla a las pantallas

Por A. Cordellat

Las pantallas han invadido nuestras vidas. Televisiones, videojuegos, smartphones, tabletas… Parece imposible escapar de ellas, pero eso, escapar o al menos hacer frente a su tiranía, es justo lo que propone Marta Prada, guía Montessori, educadora de familias en disciplina positiva y autora del reconocido y premiado blog pequefelicidad.com, que acaba de publicar Educar sin pantallas (Oberon), un libro en el que propone a los lectores lograr que las pantallas tengan un lugar sano en la vida de sus hijos.

“No se puede negar que las pantallas nos facilitan la vida en muchos sentidos. Ahora bien, las pantallas tienen un alto componente adictivo y se ha demostrado que influyen de forma negativa en el desarrollo de los niños, por eso tenemos que aprender a usarlas con sentido común para que lo que es un adelanto no se convierta en el mayor atraso social de la historia”, explica a Padres y Colegios.

Recuerda Marta Prada que cualquier bebé nace con unas enormes potencialidades, pero con un cerebro inmaduro y en formación. El uso excesivo y continuado de las pantallas, explica la experta, influye de forma significativa en el desarrollo de la corteza prefrontal del cerebro, la que se encarga de funciones esenciales para los seres humanos como la atención, la empatía, el pensamiento lógico o el control de los impulsos. La autora recuerda, además, que existen estudios que demuestran que la exposición temprana a las pantallas influye en los niveles de mielina, una sustancia que se encarga de impulsar la velocidad de procesamiento cerebral: “Dicho en otras palabras: las pantallas producen obstáculos en el desarrollo del lenguaje, disminuyen la capacidad de atención y de concentración, interfieren en el autocontrol y en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales”.

Con toda esta evidencia científica, ¿no es sorprendente que las pantallas sigan siendo un recurso tan utilizado por las familias en la crianza y la educación de los niños? A la guía Montessori no le sorprende: “La sociedad adulta tiene ya una dependencia a las pantallas. Es algo superior a nosotros. Una droga digital que inyecta aprobación y dopamina en el cerebro y que nos distrae, absorbe nuestro tiempo y nuestra atención. A eso hay que sumarle las horas de trabajo, las horas que lleva sacar una casa hacia adelante y el resto labores diarias… Nos vemos agotados, desbordados y frustrados por no llegar a todo; y las pantallas pueden dar unos minutos de silencio de forma inmediata en el hogar, son una vía de escape que se utiliza, en muchas ocasiones, como cuidadoras o chupetes digitales”.

Integrar a los niños para cambiar las dinámicas

Que las pantallas son una vía de escape y un recurso fácil es obvio. Muchas veces madres y padres acostumbramos a utilizarlas porque es la forma más sencilla de tener tranquilos a los niños durante un viaje, mientras se limpia la casa, mientras se prepara la cena… Para Marta Prada hay una alternativa a este recurso: integrar a los niños. ¿Vas a cocinar? Pídeles ayuda. ¿Vas a limpiar? Invítale a que limpie el polvo. ¿Vas de viaje? Aprovecha para charlar, cantar, jugar, escuchar. “Integrar a los niños y niñas cubre dos de sus necesidades más básicas: afecto y pertenencia. Muchas veces solo se refugian en las pantallas porque se sienten excluidos y buscan su propio mundo virtual de fantasía en el que se sienten bien. Se trata de integrarles para que sientan que realmente son seres valiosos, queridos, visibles e importantes”, afirma.

La duda es cómo integrarles cuando eso supone dar marcha atrás con unos hábitos ya muy instaurados en las familias y en los que las pantallas juegan un papel principal. La autora de Educar sin pantallas, sin embargo, tranquiliza a los padres porque en su opinión “los niños tienen una enorme capacidad de adaptación”. Reconoce Prada que, si existe un abuso grande de pantallas, los primeros días pueden ser algo más conflictivos por el efecto abstinencia, ya que el cerebro pide su dosis diaria de dopamina. En ese caso, recomienda “acompañar las emociones y la irritabilidad que pueda surgir con empatía, firmeza y respeto; y ofrecer alternativas que muestren a los pequeños que pueden tener experiencias mucho más placenteras conectados a las personas que aman, a la naturaleza, al juego y a la experiencia”.

 


 

Cuándo empezar a preocuparse

Según Marta Prada, en función de cada etapa del desarrollo de los niños y niñas podremos atender a determinadas señales que nos pueden dar la voz de alarma sobre los efectos negativos de la relación que mantienen con las pantallas.

-“En niños más pequeños podremos detectar cambios de comportamiento, incrementos de rabietas, irritabilidad, nerviosismo, mentiras, ansiedad por consumir pantallas, fragmentación del sueño. Muchas familias, incluso, me dicen: “mi hijo no come si no es con una pantalla delante”. Eso es un problema”, argumenta.

-Cuando se trata de niños más mayores y adolescentes, según la autora, madres y padres deben estar atentos a los cambios de comportamiento, la irritabilidad, el rendimiento académico, el aislamiento, las mentiras o la privación del sueño para consumir pantallas: “Eso nos puede encender la señal de alarma en cuanto a la existencia de una dependencia, que en los casos más graves puede llegar incluso a la adicción”.

No obstante lo anterior, Prada anima a los padres a no centrarse tanto en esas señales preocupantes como a prestar atención a todo lo que su hijo está dejando de hacer y se está perdiendo por estar frente a la pantalla. “Cuando un niño deja de practicar su deporte favorito para jugar a Minecraft es que ha llegado el momento de sentarse a buscar soluciones”, ejemplifica.

 

 

 

 

 

 

Fernando Alberta: “Si tenemos en casa un niño modelico, que no desobedece, tenemos un problema”

 

Por Eva R. Soler

 

Google, las redes sociales, el estrés, las pesadillas nocturnas, los falsos amigos, la escuela, la ansiedad, la tristeza, el sobre proteccionismo… Son las brujas y los dragones a los que se tienen que enfrentar los menores del siglo XXI, según expone Fernando Alberca en su último libro. El autor define 26 adversidades a las que los niños de hoy tienen que hacer frente y propone en sendos capítulos actividades para darles solución basándose en casos reales. Opina que el origen de todos estos problemas radica en el inoperativo sistema que la sociedad en general, y  padres y centros educativos en particular, hemos implantado para educar a niños y adolescentes y propone como solución que los menores practiquen la desobediencia a sus progenitores y educadores como antídoto a su felicidad.

 

Esta revolucionaria idea, impactante a priori, se entiende mejor cuando el escritor (autor de best-sellers como “Todos los niños pueden ser Einstein”) la explica en primera persona: “El sistema está diseñado para que todos tengamos un pensamiento único. La publicidad, las redes sociales, Walt Disney, la escuela, los amigos, los propios padres… manipulan al niño y diseñan su felicidad. De esta forma, los niños no se sienten protagonistas de su propio destino y creen que la solución a sus problemas tiene que venir de fuera. Por eso, añade Alberca, los padres debemos alegramos cuando nuestros hijos nos desobedecen, porque eso significa que va a contracorriente y estamos viendo que la corriente nos conduce a la infelicidad.”

 

Los niños de hoy en día están sufriendo problemas propios de adultos que antes no se daban como trastornos de ansiedad, estrés o depresión… y esto es fruto de una sociedad y un sistema educativo erróneo que proporciona una visión del mundo sin esfuerzo, responsabilidades y protagonismo, sin tonos grises y en donde solo cabe la perfección o el todo o nada.

 

Apunta Alberca que la escuela y las redes sociales se han convertido en los grandes torturadores de los niños de hoy porque les crea unas dependencias emocionales y les engaña con amigos que en realidad no lo son.

Para hacer frente a estos problema,  hay que liberar al niño de la cultura imperante y de la tendencia de la corriente que, como vemos en todas las encuestas, lo que está produciendo es mucha infelicidad. Es nuestra cultura la que nos está cambiando y, ¿cómo podemos nosotros cambiar esta tendencia? Pues cambiando la cultura de nuestro propio hijo y esto se hace enseñándole tradición familiar que es compatible con la innovación, por supuesto, pero siempre con criterio personal. “La sociedad se ha vuelto más individualista, ha perdido el sentido de bien común y de criterio común educativo, no hay referencia educativa. El resultado es que los padres y las madres están solos y solas a la hora de educar. Ahora no nos basta con repetir el modelo de nuestros padres o de nuestros abuelos porque el lenguaje ha cambiado. Aunque lo permanente sigue siendo exactamente igual en el ser humano: la felicidad se consigue queriendo mucho y siendo muy querido. Ahora también es posible ser feliz, pero esa felicidad está en otro sitio que no es la corriente, aunque nos quieren hacer ver lo contrario”.

 

Por este motivo Alberca insiste en la idea de que el principal antídoto para esa infelicidad y para superar las adversidades propias de nuestra tiempo es la desobediencia a Google, a Disney, a las redes sociales, a los amigos, a los padres y a los educadores… “Tenemos que deshacernos de la manipulación que se nos vende desde la perspectiva publicitaria, esa visión de la vida, de pensamiento único. Como cuando por ejemplo dicen en la escuela que el niño no puede aprender desde casa. ¿Cómo nos pueden manipular tanto? ¿Y cómo es posible que los aceptemos?”, reflexiona el escritor. Y explica el concepto de desobediencia en casa: “Hay que enseñarle al niño la diferencia entre querer y apetecer, que es clave. También hay que enseñarle que debe respetar a su padre y a su madre. Debe tratarles como se merecen: sin agresividad, con buena educación pero debe desobedecerlos, es decir, el niño debe hacer lo que quiera porque la obediencia sólo tiene sentido si las cosas se hacen queriendo y con libertad. Así, tenemos que enseñarles a los niños que no hagan las cosas si no quieren, ahora bien, también deben aprender que el hecho de no hacer las cosas tiene sus consecuencias”. Si le hemos enseñado bien, acertará, pero puede acertar o errar, lo que no podemos es caer en la sobreprotección y diseñarles nosotros cuál es el modelo de su vida acertada y lo que queremos que haga en su vida para ser feliz, porque esto es lo que lleva a la infelicidad, opina Alberca. La sobreprotección es uno de los dragones a los que tienen que enfrentarse los menores y por eso, ahora es el momento de liberarse de la obediencia a los padres, porque la sobreprotección no da cariño, ni felicidad: “Cuando un padre sobreprotege, cuando intenta ser excesivamente obedecido (porque quiere protegerle), cuando tiene un afana desmedido porque haga las cosas como uno quiere (hay padres que le dicen, incluso, a sus hijos como deben untar la mantequilla)… cuando alguien tiene esa obsesión por el detalle para que su hijo sea feliz… no le está enseñando a ser capaz y valioso como para poder enfrentarse a los problemas y darles su propia solución”. Afirma Alberca que si tenemos en casa un niño modélico, que no desobedece, tenemos un problema: “Tenemos que saber que los niños que son muy obedientes durante su infancia y adolescencia, cuando llegan a la edad de 25 y 30 años, sufren de crisis de falta de voluntad, vacío existencial y depresión… Esto tenemos que preverlo”. En este sentido, tenemos que ser conscientes de que la desobediencia es síntoma de madurez y de crecimiento. “Es síntoma de personalidad, de saber que sus padres le quieren igualmente desobediente, aunque también le quieren responsable. Es decir, si no lo quieres hacer, no lo hagas, pero que sepas que si no lo haces, no te conviene. Porque cuando nosotros ordenamos una cosa en el fondo queremos ahorrarle la deducción de lo que le conviene. Estamos haciendo muchas cosas mal, pero con buena intención, matiza el experto. “Los padres tienen que seguir exigiendo, marcarles normas no les quita libertad. Si hay que volver a las diez de la noche, el niño puede volver a esa hora o no, pero tendrá sus consecuencias si no lo hace”.

 

Alberca extrapola esta visión a la escuela. “Una educación de calidad exige una educación libre y un planteamiento más creativo, menos evaluativo (lo que hacemos en la escuela son exámenes, más que enseñar). Los docentes evaluamos continuamente lo que hemos explicado, pero nuestra profesión consiste en enseñar y que ellos aprendan cosas importantes para su vida en general, no sólo académica: si yo subo la autoestima en clase de matemáticas subiré la autoestima personal del alumno”.

 

Hay que huir de la manipulación y de la edulcoración que nos transmiten gigantes mediáticos como Walt Disney: “Si tú sueñas mucho una cosa no se consigue sin más, esto es mentira. Hay que enseñarles que si hay algo que deseas mucho tienes que trabajar por ello y que si acabas consiguiéndolo ha sido fruto de tu esfuerzo. Y si no lo consigues, tienes que saber que siempre hay un plan B. A los adolescentes les cuesta también cada vez más tomar decisiones, decidir entre todas las opciones. Hay que enseñarles que cada opción tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Podemos ayudarles a elegir: ¿qué has pensado? ¿A ti qué te gustaría? ¿Has reflexionando sobre las consecuencias de tu decisión? , pero no darles la respuesta. Y Alberca, resalta una frase que aprendió de su padre, psiquiatra “La libertad es lo más difícil de educar, pero hay que enseñarla”.

 

 

 

 

¿Qué debo hacer cuando un familiar fallece?

Perder a un familiar ya es doloroso, pero si además no se sabe nada sobre los trámites que hay que hacer tras el fallecimiento, puede convertirse en un infierno. Galisteo Abogados (Madrid) explica paso a paso lo que debes hacer si fallece un familiar cercano.

 

Cómo es lógico, muchas personas se sienten totalmente desorientadas y perdidas tras el fallecimiento de un familiar. Pero, aunque son momentos muy dolorosos, es necesario llevar a cabo ciertos trámites que, si los pasamos por alto, podrían perjudicarnos económicamente. Fátima Galisteo, abogada especialista en herencias del despacho Galisteo Abogados (Madrid), detalla todos los pasos a seguir.

 

Primeros pasos: obtener el certificado de defunción en el Registro Civil

 

El Certificado de Defunción es el documento principal y absolutamente necesario para todos los trámites que deben realizarse tras el fallecimiento de una persona. Según explica Fátima Galisteo, “el Certificado de Defunción se obtiene en el Registro Civil, bien presencialmente o de forma telemática y no debe confundirse con el Certificado Médico de Defunción que expide el médico que certifica la causa de la muerte, pues este último no tiene otros efectos que acreditar la misma en el Registro Civil”.

 

Una vez que se ha inscrito en el Registro Civil el fallecimiento, el mismo encargado del Registro expide la licencia para enterrar o incinerar, pero para llevar a cabo el enterramiento o la incineración hay que esperar al menos 24 horas desde el momento de la muerte. Sin embargo, según explican en el despacho de abogados, normalmente estos trámites son realizados de manera muy eficaz por las empresas funerarias.

 

Certificados necesarios

 

Ya sabemos que el certificado de defunción es el documento que acredita la muerte civil de una persona y, por tanto, la extinción de todas las relaciones jurídicas de las que era titular: propiedad y usufructo de bienes, contratos bancarios, de arrendamientos, de suministros de la vivienda, de trabajo si aún estaba en periodo laboral o de extinción de la pensión de jubilación, etc. Según explica la abogada experta en herencias Fátima Galisteo, “en lo sucesivo serán sus herederos los que pasen a ocupar su lugar en tales relaciones, siempre que acepten la herencia”.

 

Para conocer quienes son los herederos será necesario saber si el fallecido había otorgado testamento y para ello tendremos que obtener otro certificado: el CERTIFICADO DE ULTIMA VOLUNTAD. “Este certificado se obtiene en el Ministerio de Justicia y en él consta si el fallecido dispuso de sus bienes para después de su muerte otorgando un testamento o no”, puntualizan desde Galisteo Abogados, y continúan: “Además, es necesario obtener en el mismo Organismo un Certificado de Seguros de Cobertura de Fallecimiento que nos dará información de la existencia de Pólizas de seguro de vida y de la entidad aseguradora”.

 

La herencia, ¿por dónde empiezo?

 

La existencia del parentesco en línea recta (padres, hijos, abuelos, nietos) nos atribuye por ley la condición de herederos forzosos, pero saber en qué cuantía nos corresponde la herencia, solo podemos conocerla mediante el testamento. Por ello “hay que empezar solicitando una copia auténtica del testamento al Notario ante el que se realizó (o el que tenga su protocolo), cuya identidad conoceremos por el Certificado de Última Voluntad. Con éste y el Certificado de fallecimiento obtendremos la copia del testamento que necesitamos y en él veremos a quien, y como se reparte la herencia”, explica Galisteo.

 

Pero puede ocurrir que el fallecido no otorgara testamento, en cuyo caso tenemos que acudir al Notario para hacer el documento equivalente al testamento, que es la Declaración de Herederos, pero en este caso tanto los herederos, como el reparto de la herencia, ya viene establecido por la Ley.

 

La adjudicación de los bienes

 

Tras la concreción de los herederos y el inventario de los bienes, hay que proceder a su adjudicación, en los términos previstos por el causante o por la Ley, si no hubiera testamento. Sin embargo, tal y cómo explica la letrada Galisteo, “ni las disposiciones del testamento ni las de la ley pueden impedir que los herederos, de mutuo acuerdo, dispongan un reparto distinto, lo que puede tener graves consecuencias fiscales, si se adjudica a alguno de los herederos más bienes de los que le corresponden”.

 

Los siguientes pasos serán la liquidación del Impuesto sobre Sucesiones, la liquidación de la Plusvalía Municipal de los inmuebles heredados, la inscripción de la adquisición en el Registro de la Propiedad, la liquidación y cancelación de las cuentas corrientes y productos financieros de los que era titular el fallecido, cambios de la titularidad de contratos, etc. Para todo esto, recomienda Fátima, lo ideal para poder despreocuparnos es contar con un abogado especialista en herencias que realice todos los trámites.

 


 

Sobre Galisteo Abogados

 

Galisteo Abogados es un despacho de abogados con más de 25 años de experiencia especialista en herencias, donaciones, divorcios y otras materias del Derecho de Familia. El fallecimiento de un ser querido, la aceptación de una herencia de alguien cercano, un divorcio, o la disputa por la custodia de los hijos, son situaciones difíciles en las que contar con un profesional especializado hará que todo se resuelva de manera más sencilla.

 

Galisteo Abogados también lleva asuntos relacionados con el asesoramiento jurídico laboral, así como reclamaciones por accidentes de tráfico. Además, ofrece otros servicios jurídicos y empresariales para particulares, autónomos, y empresas.

 

Todos los asuntos que se realizan en Galisteo Abogados por su equipo de profesionales cumplen al 100% con la ética de la abogacía, tratándolos con la máxima confidencialidad y una atención personalizada. Cuentan con un alto nivel de auto exigencia y un firme compromiso con todos sus clientes, lo que hace que cada uno dé lo mejor de sí mismo, poniendo a disposición de sus clientes un equipo multidisciplinar especializado en diferentes ramas del Derecho y toda la experiencia adquirida a lo largo de los años.

Los expertos en nutrición declaran la guerra a los procesados

El recreo es un momento importante para los niños en el que juegan, se despejan y, por supuesto toman un extra de energía para rendir durante el resto de la mañana, siempre que se haga de forma saludable.

 

Comer cualquier cosa en recreo no es lo más recomendable, ya que afecta al rendimiento escolar de los niños y a su desarrollo cognitivo, en una etapa en la que se establece la huella metabólica que perdurará siempre. Desde la Asociación Española de Pediatría se recomienda huir de la bollería y optar por un bocadillo o una fruta y para beber, agua en lugar de lácteos o zumos. “El agua es la mejor bebida natural en todas las edades de la vida y es el principal líquido de hidratación en el niño”, recuerda.

Elena Toledano, nutricionista especialista en alimentación infantil de ROOTS Mindfoodness, nos advierte que lo importante es que sea sano y le aporte nutrientes procedentes de alimentos naturales y sin procesar. “Actualmente es común encontrarnos entre las meriendas de los más pequeños productos ultraprocesados como bollería, galletas, lácteos líquidos, yogures azucarados, pan blanco, embutidos, cereales, barritas, refrescos, zumos, snacks infantiles… Estos productos son muy perjudiciales para su salud y se alejan por completo de lo que deberían consumir a esta hora del día.”

Se ha demostrado que los productos ultraprocesados están relacionados con enfermedades crónicas como la obesidad infantil, la diabetes o el desarrollo de problemas cardiovasculares en la edad adulta, así como una reducción en el rendimiento escolar y mal desempeño académico, de aprendizaje…

Toledano recomienda incluir en la bolsa del almuerzo fruta, cereales integrales, algo de proteína saludable o algún lácteo, desde lo que no requiere tiempo de preparación como puede ser un plátano o un minibrick de leche hasta unos muffins caseros.

 

La importancia de la microbiota

Por su parte, la doctora Olalla Otero, bióloga experta en microbiota y miembro del equipo científico de Nutribiótica, pone de manifiesto la importancia de cuidar lo que comen nuestros hijos en la época escolar cuando los requerimientos de energía y concentración son mayores y explica la importancia de mantener el equilibrio de la microbiota intestinal ya que “puede suponer problemas no solo intestinales, sino también de fatiga, niebla mental o falta de energía, y eso es algo que los peques no se pueden permitir en pleno proceso de crecimiento”.

En nuestro intestino viven millones de microorganismos que cada día ejercen funciones beneficiosas y fundamentales para mantener nuestra salud. La microbiota intestinal de los más pequeños está formándose, y no es hasta la edad adulta que se estabiliza. La nutricionista Elena Toledano aclara: “Esta microbiota depende en gran parte de la alimentación que tengamos, ya que es capaz de favorecer su crecimiento y sus funciones diarias. La fruta, las verduras, las legumbres, los tubérculos, los frutos secos y los cereales integrales son el alimento preferido de nuestras bacterias para formar un sistema inmune fuerte. Cuando los niños toman ultraprocesados, su microbiota se ve dañada y no puede defenderse. Esto empieza a verse en los más pequeños con síntomas como el cansancio, debilidad, nerviosismo, alergias alimentarias, irritaciones de la piel, trastornos digestivos e incluso un cambio en sus preferencias alimentarias: se ponen ansiosos por el dulce y empeora su humor.”

 

Ojo con el exceso de azúcar

Sorprendentemente, Toledano nos explica que es preferible que un niño no desayune a que lo haga a base de ultraprocesados. “A los niños no les pasa nada por no desayunar. Un niño que cena bien, aguanta la mañana y rinde intelectualmente sin problemas. De hecho, lo que relaciona a los niños con un peor rendimiento cognitivo en clase es ingerir altas cantidades de azúcar y productos procesados en el desayuno: llegan a clase como terremotos, con una alteración en la curva de la glucosa que hace que no atiendan y no se concentren. Entre no desayunar nada y un desayuno repleto de azúcar, elegiría no desayunar. También depende del apetito del niño, hay algunos que se levantan con hambre y otros con el estómago cerrado, es recomendable escucharles y ofrecerles opciones saludables sin forzar el momento de consumirlos. “

 

 


 

 

Ideas para un almuerzo fácil y saludable

Por la nutricionista Elena Toledano

 

  • Fruta: higos, plátano, manzana, pera, melón, sandía, mandarinas, fresas, …partidos en trocitos o en batido de fruta caseros. Lo que más le guste
  • Frutos secos y fruta deshidratada: nueces, anacardos, orejones, ciruelas, pasas…
  • Dulces: onza de chocolate negro 85%.
  • Cereales integrales: bocadillos integrales, tortitas caseras integrales, picos integrales, galletas caseras de avena, copos de maíz, magdalenas integrales con cacao…
  • Lácteos: yogur natural, yogur de coco, yogur de soja, queso batido, kéfir, quesitos frescos o incluso un botecito de leche entera.

 

Y si tienes un poco más de tiempo para preparar almuerzos variados de lunes a viernes:

 

Lunes: Bocadillos de pan integral con hummus, tomate, aguacate, huevo revuelto o cocido, pavo natural, crema de frutos secos, queso fresco, salmón, pollo, mermelada casera.

Martes: Yogur natural, 1 puñado de nueces y 1 plátano

Miércoles: Pudding de chía o porridge de avena con fruta y crema de cacahuete

Jueves: Muffin exprés al micro: batimos 3 cucharadas de copos de avena con 2 cucharadas de cacao puro, 1 huevo y 1 cucharada de aceite de oliva virgen, lo ponemos en una taza y cocinar 3 minutos a máxima potencia en el microondas.

Viernes: Galletas de avena: mezclar 1 plátano maduro con copos de avena y 1 un huevo, hacemos formas aplastadas en papel de horno y hacemos 15 min a 200 grados. Ya tenemos galletas para varios días.

 

 

 

Patricia Pérez: “Si involucramos a los niños en todo el proceso, no habrá ningún niño que decline la oportunidad de cocinar”

Según la experta, cocinar es una actividad ideal para que los niños adquieran una serie de habilidades y destrezas que van a ayudarles en la vida diaria.

 

Por Diana Oliver

 

No forma parte del currículum ni de la educación de muchas familias pero lo cierto es que cocinar es una aprendizaje fundamental que nos servirá a lo largo de toda nuestra vida. Un aprendizaje que puede iniciarse a los 30 meses del niño o la niña, y que les aportará una serie de destrezas y habilidades esenciales. Patricia Pérez Cerveró, guía Montessori, educadora de Disciplina Positiva y creadora del blog www.happymama.es, acaba de publicar Cocinando con Montessori (VERGARA), un libro que busca convertirse en una guía para fomentar la autonomía y el desarrollo de los niños y niñas a través de una actividad cotidiana tan importante como la cocina.

 

Cuentas en la introducción del libro que durante los primeros seis años de vida los niños aprenden de forma natural, sin que suponga un esfuerzo adicional. ¿Cuándo dirías que podemos empezar a cocinar con nuestros hijos?

 

Según los estudios realizados por la doctora María Montessori, durante los seis primeros años de vida aprender no supone para ellos ningún esfuerzo adicional; aprenden todo de manera natural utilizando sus sentidos para explorar el entorno que les rodea y lo interiorizan rápidamente convirtiendo sus propias experiencias en aprendizajes significativos. Cocinar es una actividad idónea para que los niños adquieran una serie de habilidades y destrezas que van a ayudarles en la vida diaria. Además, es una actividad con la que podemos disfrutar de todas las experiencias sensoriales que nos brindan los olores, sabores, colores, sonidos y texturas que desprenden los alimentos al cocinarse. Los niños pueden ayudar a preparar algunas recetas a sus padres o hermanos mayores a partir de los treinta meses de edad; y a partir de cinco años ya pueden hacer prácticamente solos la mayoría de las recetas que propongo en este libro.

 

¿Qué es lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de meternos en la cocina con ellos?

 

Adaptar la cocina al niño es un paso esencial para conseguir que lleven a cabo las diferentes actividades y este pueda incrementar su autonomía progresivamente. Es importante que todo lo que los niños necesiten esté a su alcance. Podemos habilitar un armario bajo y cajones para ellos, facilitarles el uso de un taburete o torre de aprendizaje o utilizar utensilios adaptados al tamaño de sus manos, ayudará a disminuir la intervención del adulto en el proceso, permitiendo a los niños obtener resultados gratificantes en las actividades culinarias.

 

Te preguntaba lo anterior porque en Instagram solemos ver fotos idílicas de niños cocinando con sus familias, pero luego la realidad no siempre es tan bonita… ¿O sí?

 

La cocina no es solo una de las actividades más completas y gratificantes que pueden realizar los niños en casa, sino también una de las más “sucias”. Al terminar de cocinar con niños, sobre todo las primeras veces, la cocina puede parecer un campo de batalla donde resulta apremiante una ducha, lavar toda la ropa y limpiar la cocina. A nosotros nos ayudó mucho a mejorar este tipo de situaciones utilizar un delantal adaptado a su tamaño, ya que evitó que los niños manchasen la ropa. Con la práctica, mucha paciencia y algunas normas básicas para utilizar la cocina, los niños se van implicando en el proceso de recoger y limpiar la mesa o la cocina con una bayeta, cargar y vaciar el lavavajillas o incluso fregar acercándoles el taburete, facilitándoles un estropajo y jabón y explicándoles cómo tienen que enjabonar y aclarar los platos y utensilios de cocina que han utilizado.

 

Al principio, puede costar un poco cambiar nuestras costumbres como adultos y dejar espacio a los niños para actuar, ya que, si lo hacemos nosotros, lo hacemos más rápido y sin romper ningún plato, pero créeme que, si les ayudamos con paciencia a ser autónomos también a la hora de cocinar, limpiar y poner la mesa, estaremos ayudando a que ganen seguridad en sí mismos y disminuyan las situaciones caóticas.

 

Cocinar es un aprendizaje fundamental y sin embargo no está contemplado en las escuelas y ni mucho menos en la mayoría de los hogares. ¿Por qué es importante este aprendizaje?

 

Cocinar es una actividad muy enriquecedora a todos los niveles y es cierto que no forma parte del currículum de educación ni a todas las familias les gusta llevarla a cabo. Cocinar para mí no significa solo seguir los pasos de una receta, elaborarla y disfrutarla, sino que va mucho más allá. Cocinar en mi casa significa confidencias, dedicar a mis hijos un tiempo en familia donde poder conocernos mejor, estrechar lazos, hablar de lo que les preocupa, lo que les ha sucedido en el colegio o, simplemente, disfrutar de la compañía del otro. Siendo tantos en casa, crear momentos de encuentro individual con cada hijo a veces es complicado, pero hay que intentar facilitar esos momentos y la cocina nos ofrece un marco perfecto para conseguirlo.

 

Es seguro que a muchas familias les preocupa la seguridad en la cocina. ¿Hay utensilios especiales que puedan utilizar los niños en la cocina o pueden usar los que utilizamos los adultos?

 

Deben usar utensilios reales pero adaptados a su tamaño, es decir, utensilios que no son de juguete, ya que esto ayuda al niño a tomar conciencia de la importancia de seguir las normas de seguridad para no lastimarse, y de tener especial cuidado con los utensilios realizados con materiales frágiles ya que son más susceptibles de romperse si sus movimientos no son precisos. Utilizar utensilios adaptados al tamaño de sus pequeñas manos es esencial para que cocinar se convierta en una actividad exitosa y segura.

 

Por último, ¿qué podemos hacer si la cocina no le llama nada la atención a nuestro hijo o hija? ¿Hay algunas ideas que puedas darnos de cara a animarles a participar?

 

Cocinar es una actividad atractiva para la mayoría de los niños. Podemos aprovechar para simular ser chefs y crear una carta de restaurante, tomar nota de las comandas, aprender a poner la mesa correctamente y preparar el menú para los comensales de nuestro restaurante. Cocinar comida de diferentes países y culturas para una noche temática, aprender rituales de otras culturas como por ejemplo servir el té o, incluso, cultivar nuestros propios alimentos para después consumirlos. Si involucramos a los niños en todo el proceso y les proponemos actividades atractivas, estoy segura que no habrá ningún niño que decline la oportunidad de cocinar.

Más de 1 de cada 7 adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo tiene un problema de salud mental diagnosticado

UNICEF España pide que se apruebe una Política Nacional de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia tal y como ha recomendado el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas

 

 

Los efectos de la COVID-19 sobre la salud mental y el bienestar emocional de los niños y los jóvenes podrían prolongarse durante muchos años, ha advertido hoy UNICEF con motivo del lanzamiento de su publicación anual más importante, el Estado Mundial de la Infancia.

 

La edición de este año, dedicada a la salud mental (Estado Mundial de la Infancia 2021, En mi mente: promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia) supone el análisis más completo realizado por UNICEF sobre la salud mental de los niños, las niñas, los adolescentes y los cuidadores en el siglo XXI, y revela que incluso antes de la COVID-19 la infancia y la juventud ya sufrían problemas de salud mental sin que se hicieran las inversiones necesarias para solucionarlos.

 

Según las últimas estimaciones disponibles, se calcula que más de 1 de cada 7 adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo tiene un problema de salud mental diagnosticado. Cada año casi 46.000 adolescentes se suicidan, una de las cinco principales causas de muerte para este grupo de edad. Al mismo tiempo, sigue habiendo grandes diferencias entre las necesidades relacionadas con la salud mental y la financiación destinada a esta cuestión. El informe concluye que solamente alrededor del 2% de los presupuestos de salud de los gobiernos se destinan a la salud mental en todo el mundo.

 

“Los últimos 18 meses han sido muy largos para todos nosotros, especialmente para los niños y niñas. Debido a los confinamientos nacionales y a las restricciones de movimiento relacionadas con la pandemia, los niños han perdido un tiempo valioso de sus vidas lejos de la familia, los amigos, las aulas y los lugares de recreo, que son muy importantes durante la infancia”, ha explicado la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.

 

“Las consecuencias de la pandemia tienen un gran alcance, pero son solo la punta del iceberg. Incluso antes de la pandemia ya había demasiados niños y niñas abrumados por el peso de una serie de problemas de salud mental a los que no se había prestado atención. Los gobiernos están invirtiendo muy poco para atender estas necesidades esenciales. No se está dando suficiente importancia a la relación entre la salud mental y las consecuencias que se producen más adelante en la vida”, ha añadido

 

La salud mental de los niños durante la COVID-19

 

De hecho, la pandemia se ha cobrado un alto precio. Según los primeros resultados de una encuesta internacional realizada por UNICEF y Gallup entre niños y adultos de 21 países –que se adelanta en el Estado Mundial de la Infancia 2021– una media de 1 de cada 5 jóvenes de entre 15 y 24 años encuestados dijo que a menudo se siente deprimido o tiene poco interés en realizar algún tipo de actividad.

 

En España, los resultados de la encuesta revelan que el 58,3% de los jóvenes españoles de entre 15 y 24 años reconocen sentirse preocupados, nerviosos o ansiosos “a menudo” y el 36,1% “a veces”. Además, el 11,5% de dichos jóvenes asegura que están deprimidos o tienen poco interés en hacer cosas “a menudo” y el 68,2% “a veces”.

 

A medida que la COVID-19 se acerca a su tercer año, las consecuencias para la salud mental y el bienestar emocional de los niños y los jóvenes siguen siendo enormes. Según los últimos datos disponibles de UNICEF, al menos 1 de cada 7 niños y niñas se ha visto directamente afectado por los confinamientos en todo el mundo, mientras que más de 1.600 millones de niños han sufrido alguna pérdida en su educación. La alteración de las rutinas, la educación y el ocio, así como la preocupación de las familias por los ingresos y la salud, hacen que muchos jóvenes sientan miedo, rabia y preocupación por su futuro. Por ejemplo, una encuesta online realizada en China a principios de 2020, citada en el Estado Mundial de la Infancia, indicaba que alrededor de una tercera parte de los encuestados afirmaba sentirse asustado o ansioso.

 

La salud mental de la infancia y la adolescencia en España

 

El impacto de la pandemia en la salud mental y el bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes que viven en España es innegable, aunque si cuentan con el entorno y las herramientas adecuadas,  la mayoría serán capaces de normalizar sus vidas y tener una evolución positiva. Sin embargo, hay grupos especialmente vulnerables, como quienes ya tenían algún problema de salud mental previamente, las víctimas de violencia, los que han sufrido aislamiento, separaciones y/o duelos debido a la COVID-19, los que están en riesgo de pobreza infantil o en familias en situación de desempleo, y los niños migrantes y solicitantes de asilo.

 

En nuestro país también está muy presente el estigma asociado a los problemas de salud mental, si bien se observa que los propios niños y adolescentes están empezando a hablar cada vez más abiertamente de cómo se sienten y de sus necesidades.

 

Para acabar con este tabú, así como para garantizar una atención adecuada y especializada a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes en nuestro país, UNICEF España recuerda que se debe contar con una Política Nacional de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia, tal y como ha recomendado a nuestro país el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas.

 

“Pedimos que se apruebe cuanto antes la Estrategia de Salud Mental, y que tenga muy en cuenta a la infancia”, ha declarado el presidente de UNICEF España, Gustavo Suárez Pertierra. “Es necesario que se cree un grupo permanente de infancia y salud mental que concrete la implementación de esa estrategia abordando las principales cuestiones que afectan a la salud mental y el bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes. Además, deben aumentar los recursos especializados y los canales a través de los cuales puedan ser escuchados”, ha valorado.

 

En el acto de lanzamiento del informe, la periodista y embajadora de UNICEF España Teresa Viejo ha moderado un coloquio entre Mª Ángeles Espinosa, profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid; Cristina Junquera, responsable de Incidencia Política de UNICEF España; Raúl Bermejo, maestro y neuropsicólogo, creador de Thinks for Kids; y Lara Padilla y Rober Arribas, jóvenes miembros del grupo asesor de UNICEF España. En este encuentro se ha recordado la necesidad de reforzar los programas de parentalidad positiva y el rol de las escuelas.

 

Coste para la sociedad

 

Los problemas mentales diagnosticados, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, ansiedad, autismo, trastorno bipolar, trastorno de la conducta, depresión, trastornos alimentarios, discapacidad intelectual y esquizofrenia, pueden perjudicar considerablemente la salud, la educación, las condiciones de vida y la capacidad para obtener ingresos de los niños y los jóvenes.

 

Aunque el impacto en la vida de los niños es incalculable, un nuevo análisis realizado por la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, que también se incluye en el informe, revela que las pérdidas económicas debidas a los trastornos mentales que provocan discapacidad o muerte entre los jóvenes se estiman en casi 390.000 millones de dólares al año (unos 335.000 millones de euros).

 

Recomendaciones

 

El Estado Mundial de la Infancia señala que una mezcla de la genética, experiencias personales y factores ambientales, como la crianza de los hijos, la escolarización, la calidad de las relaciones, la exposición a la violencia o los abusos, la discriminación, la pobreza, las crisis humanitarias y las emergencias sanitarias como la COVID-19, conforman la salud mental de los niños y niñas, e influyen en ella a lo largo de toda su vida.

 

Aunque los factores de protección, como la presencia de cuidadores afectuosos, los entornos escolares seguros y las relaciones positivas con los compañeros, pueden reducir el riesgo de padecer problemas de salud mental, el informe advierte de que hay importantes obstáculos, como la estigmatización y la falta de financiación, que impiden a demasiados niños y niñas gozar de una salud mental positiva o acceder al apoyo que necesitan.

 

El Estado Mundial de la Infancia 2021 pide a los gobiernos y a los aliados de los sectores público y privado que se comprometan, comuniquen y actúen para promover la salud mental de todos los niños, niñas adolescentes y cuidadores, proteger a quienes necesitan ayuda y cuidar a los más vulnerables, entre otras cosas, a través de las siguientes medidas:

 

  • Invertir urgentemente en la salud mental y bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes en todos los sectores, no solo en el de la salud, para defender un enfoque basado en la prevención, la promoción y el cuidado que abarque a toda la sociedad.

 

  • Integrar y ampliar las intervenciones basadas en evidencias en los sectores de la salud, la educación y la protección social, incluidos los programas de crianza que promueven una atención sensible y enriquecedora, y apoyan la salud mental de los padres, madres y cuidadores; y garantizar que las escuelas protejan la salud mental mediante servicios de calidad y relaciones positivas.

 

  • Romper el silencio que rodea a los problemas de salud mental, afrontando el estigma, promoviendo una mejor comprensión de la salud mental y tomando en serio las experiencias de los niños, las niñas y los jóvenes.

 

“La salud mental forma una parte integral de la salud física; no podemos permitirnos seguir considerándola de otra manera (…) Hemos observado que, durante demasiado tiempo, tanto en los países ricos como en los pobres, no se han hecho los esfuerzos suficientes para comprender esta cuestión e invertir en ella, a pesar de que desempeña un papel fundamental para el potencial de todos los niños. Esto tiene que cambiar”, ha sostenido Henrietta Fore.

 

Informe Estado mundial de la Infancia 2021, En mi mente, AQUÍ.