Mariano Jabonero no es precisamente un recién llegado al mundo educativo. Su colaboración, desde hace décadas, con organismos internacionales (UNESCO, OEA, PNUD...) y haber dirigido la Fundación Santillana le sitúan como un observador privilegiado del desarrollo educativo de Latinoamérica, que se ha convertido en su obsesión. Tres rasgos vinculados a su formación y a su trayectoria profesional afloran en la conversación de casi una hora con Magisterio. Como filósofo, profundidad en las respuestas; como pedagogo, pasión por la mejora educativa; y como experto en cooperación con Latinoamérica, gran sensibilidad social.
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