Corregir sin pegar y respetando

El «respeto a la integridad física y psicológica» del reformado artículo
154 dificultará a la jurisprudencia justificar las bofetadas, los
pellizcos o los azotes propinados por los padres a sus hijos.

Autor: PABLO FLORES

El pasado jueves 20 de diciembre el Consejo de Ministros modificó el artículo 154 del Código Civil que hasta ahora amparaba la “corrección razonable y moderada” a los hijos.
La nueva redacción sustituye dicha actuación de los padres en pro del bien de sus hijos por el texto que dice que “los tutores ejercerán su cargo de acuerdo con la personalidad de sus pupilos respetando su integridad física y psicológica”.
El profesor de Psicología de la Universidad San Pablo-CEU Joaquín de Paúl Ochotorena, especialista en malos tratos, considera que esto constituye más “una medida populista” y “de pura cosmética política” que una regulación efectiva de los métodos de corrección que los padres utilizan con sus hijos.
Desde la Convención de los Derechos del Niño junto a la ONG Save the Children, el Consejo de Europa, el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid y otras organizaciones de defensa de los derechos del niño, se ha promovido esta reforma que, por encima de las sanciones o multas en las que en principio se pueda pensar, consideran impulsora de un cambio cultural y de mentalidad que establezca límites a la violencia en favor de la protección del menor. Apuestan por el respeto al menor frente al castigo físico, que consideran una vulneración del derecho del niño a su integridad física.
Ciertamente las pautas correctoras de la amplia mayoría de padres no cambiarán automáticamente. Nadie en su sano juicio considera que un azote a tiempo le convierta en un maltratador. Pero la nueva postura sí que va a dificultar aún más que padres y tutores recuperen la disciplina en los hogares.

CORDURA MÁS QUE LEY

También de la Universidad San Pablo-CEU, Pedro Robles Latorre, profesor de Derecho Civil, entiende que, “interpretado correctamente” el Código Civil, “el sentido entre la antigua y la nueva redacción no difieren tanto”. Con ambas, a los padres se les reconoce la capacidad para corregir dentro de los límites del respeto a la integridad física y psicológica, lo que impide el castigo que supere una determinada intensidad. Llegado a este punto, “es el Código Penal el que regula los delitos y las penas que serían administradas a los padres maltratadores, con la consiguiente pérdida de la patria potestad”, explica el profesor Robles.
Por tanto, con esta modificación del Código Civil, el legislador seguramente ha incurrido en una interpretación desmesurada de los términos. Pues ya la antigua redacción del artículo 154 no respaldaba la violencia.

LAS ALTERNATIVAS

La ONG Save the Children, a través de su campaña Corregir no es pegar, lanza a los padres, profesionales de la educación, instituciones y medios de comunicación una serie de alternativas al castigo físico a los niños:
1 –  Imponerles normas y límites coherentes que tengan que respetar.
2 –  Educarle en derechos y responsabilidades, fomentando su autonomía.
3 –  Dedicar tiempo suficiente y de calidad para compartirlo con ellos.
4 – Demostrarles el cariño (abrazándoles, besándoles y diciéndoles que se les quiere), independientemente de que a veces hagan cosas mal y se equivoquen.
5 – No chantajearles afectivamente; tampoco dejarnos chantajear por ellos.
6 – Premiarles no sólo con cosas sino con tiempo compartido y con nuestro reconocimiento.
7 – Enseñarles a pedir perdón pidiéndoselo nosotros también cuando nos equivocamos.
Además ofrecen ideas para resolver conflictos: son inevitables y afrontarlos fortalece la relación; pueden ser una forma de relacionarnos, llamamos la atención, y a menudo discutimos con quienes más queremos; la violencia es un límite que nunca se puede traspasar; el punto de partida para resolver un conflicto es la comunicación y el perdón; antes de imponer un castigo hay que escuchar; comunicarse no es sólo cuestión de contenido, sino también de forma.

Sin selectividad

Autor: padresycolegios.com

Me llamo Ana, tengo 24 años y trabajo de auxiliar de clínica en un centro de discapacitados. Tras ver trabajar a los terapeutas ocupacionales, me ha entrado el gusanillo de intentar ir a la universidad y estudiar la carrera Terapia Ocupacional. Soy del plan de estudios de COU y no aprobé Selectividad, pero me han dicho que puedo estudiar en vuestra universidad cualquier diplomatura si tengo el COU aprobado. Quiero saber si es verdad.
ANA. MADRID

Estimada Ana, es verdad que puedes estudiar cualquier diplomatura si vienes del plan de estudios de COU. Como estás interesada en Terapia Ocupacional, comentarte que no tienes ningún problema para realizar las pruebas de acceso a nuestra universidad.
El plan de estudios es de tres años y puedes combinarlo estudiando al mismo tiempo otra diplomatura, Fisioterapia, en solo un año más; así tendrías dos diplomaturas en vez de una. Como has visto en la clínica donde trabajas, el terapeuta ocupacional es fundamental en el desarrollo psicosocial del enfermo, mejorando su estancia en el hospital, desarrollando habilidades en personas con discapacidades y generando mejoras cuantitativas en un corto espacio de tiempo.
El perfil ideal del alumno es que quiera trabajar con enfermos, que le guste el trato afectivo con las personas y que esté vinculado a Ciencias de la Salud.

Anorexia y bulimia: la detección precoz, clave para su cura

Aparte de que cada vez son más las personas que caen en las redes de estas enfermedades, el rango de edad se está ampliando, cada vez hay más afectados entre miembros del sexo masculino y está apareciendo toda una batería de lo que los expertos han dado en llamar trastornos mixtos.

Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Los especialistas están desconcertados ante el auge de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), y no sólo en cuanto al número de casos. Aparte de que cada vez son más las personas que caen en las redes de estas enfermedades, el rango de edad se está ampliando, cada vez hay más afectados entre miembros del sexo masculino y está apareciendo toda una batería de lo que los expertos han dado en llamar trastornos mixtos. Este tipo de patologías no responden al patrón de ningún trastorno alimentario concreto, reúnen características de varios de ellos y, por lo tanto, son más difíciles de detectar.
Por otra parte, numerosos estudios han llamado la atención sobre la gran tasa de fracaso a la hora de lograr la curación completa de estas enfermedades. De hecho, hay pacientes que después de abandonar las unidades específicas y de superar la fase aguda e inmediatamente posterior de la terapia, se ven obligadas a realizar tratamientos complementarios a largo plazo para poder mantenerse alejadas de la dolencia.
En medio de este escenario, el Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA), una red asistencial creada en 1998 para el tratamiento, formación e investigación de las alteraciones de la conducta alimentaria, ha llevado a cabo un trabajo para determinar cuáles son los factores de riesgo que pueden predecir la tasa de éxito en la curación de este tipo de pacientes. Según sus investigaciones, realizadas con 114 pacientes femeninas de entre 16 y 31 años que cumplían criterios clínicos suficientes para ser diagnosticadas de un TCA, es importante la prevención, pero una vez que se observa que uno de estos trastornos ha podido instaurarse, es imprescindible llevar a cabo un diagnóstico temprano y un tratamiento precoz. El motivo no es otro que cuanto más joven es el afectado, más posibilidades de curación existen.
Y es que la anorexia o la bulimia (los TCA más conocidos) no se caracterizan únicamente por problemas físicos. También engloban una gran cantidad de factores y síntomas psicológicos que no conviene dejar que arraiguen si no queremos que la lucha contra la enfermedad se convierta en una batalla larga y tediosa.

OTRAS OBSERVACIONES

Los especialistas de ITA han determinado que, además de la necesidad de intervenir cuanto antes para asegurarse unas probabilidades mayores de curación, conviene tener en cuenta otros factores para controlar mejor la enfermedad y diseñar un plan personalizado de tratamiento que se ajuste a la realidad de la dolencia. Entre estos parámetros figuran:

1- La anorexia nerviosa, tanto de tipo restrictivo (dejan de comer) como purgativo (tratan de que la comida que ingieren se elimine rápidamente mediante el vómito, el uso de laxantes, diuréticos…) suele responder mejor al tratamiento que otras alteraciones, como la bulimia o la ortorexia (obsesión por la comida sana). Realmente, la anorexia nerviosa es el TCA más llamativo por las secuelas físicas tan llamativas que causa, pero es quizá el que mejor se cura. Otras alteraciones pueden pasar desapercibidas durante años y arraigarse más, lo que dificulta su eliminación.
2 – Responden mejor a las terapias los pacientes que sufren síntomas ansiososdepresivos asociados a su TCA que los que sufren conductas relacionadas con la impulsividad y el abuso de sustancias (drogas, medicamentos…).
3 – Asimismo, tienen más posibilidades de curación las pacientes que no sufren enfermedades físicas asociadas a su TCA, las que no llevan a cabo conductas purgativas en el seno familiar (sólo fuera del hogar), las que no han tratado de poner fin a su vida o autolesionarse, las que llevan poco tiempo sufriendo los síntomas del TCA, las que obtienen puntuación baja en las escalas que miden el narcisismo (en ocasiones, en lugar de sufrir baja autoestima las pacientes se caracterizan por una conducta egocéntrica y obsesionada con su propia imagen, que forzosamente tiene que ser mejor que la de las personas que la rodean) y aquellas que, en general, se encuentran satisfechas con su entorno familiar.

CONCLUSIONES

De esta manera, los especialistas del ITA, entienden que la atención de este tipo de trastornos tiene que englobar no sólo la prevención de la enfermedad y la restitución de la salud, sino también la rehabilitación y la reinserción en su entorno. Por otra parte, hacen un llamamiento a los progenitores y educadores para que estén al tanto de posibles anomalías de la conducta alimentaria para poder instaurar un tratamiento personalizado cuanto antes, ya que la juventud del paciente, unida a la precocidad de la intervención multiplica las tasas de éxito de un conjunto de enfermedades que se han vuelto difíciles de abordar.

SEÑALES DE ALARMA

A pesar de las dificultades que entraña la detección de un TCA por parte de los padres, éstos son quizá los primeros que pueden observar que algo no está yendo bien. Se debe prestar especial atención a:

 Obsesión. Preocuparse en exceso por la propia imagen, por el peso corporal, por la naturaleza de las diversas dietas, por lo que pesan sus amigas…
 Aislamiento. Tanto en los trastornos restrictivos como en los compulsivos, el paciente comienza a manifestar la preferencia por comer solo o porque el resto de la familia no sepa exactamente qué ingiere. En reuniones y fiestas procura no comer, aunque simule hacerlo, o atracarse a escondidas.
 Comportamiento. Los afectados de anorexia suelen introducir costumbres extrañas a la hora de comer porque así piensan que no engordan (comen de pie, desmenuzan la comida en trozos muy pequeños que mastican concienzudamente, esparcen la comida por todo el plato para aparentar que no se la dejan, esconden o tiran las sobras…).
 Alerta roja. Si la familia es capaz de detectar un adelgazamiento excesivo en poco tiempo, alteraciones en el ciclo menstrual, retirada de la regla, anomalía hormonales…, es necesario pedir ayuda inmediatamente.

Sólo el 2% de las denuncias por acoso escolar en Valencia son graves

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

En los dos últimos cursos, sólo el 2% de las denuncias por acoso escolar en los centros de Valencia son graves. Este es el veredicto final emitido por el Estudio Dicta, un informe elaborado por la Consejería de Sanidad, el cual ha sido ratificado por los datos guardados en el registro central de denuncias de la Consejería de Educación.

Los resultados del estudio exponen que en 8 de cada 10 casos la agresión fue cometida por un varón de 14 años y en 6 de cada 10, cometidos siempre por la misma persona. De esta manera, los resultados rompen con la teoría de la existencia de bandas violentas en los colegios y confirman que la agresividad se da de manera más marcada en los varones.

Se desaloja un centro en Castellón por un brote de aluminosis

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

Los alumnos de la Escuela Púbica Benadresa (Castellón) fueron desalojados hace dos días por un brote de aluminosis, una patología del hormigón que hace que pierda sus propiedades haciéndose menos resistente y poniendo en peligro la estabilidad del edificio.

La concejala de Educación, Beatriz Gascó, ante tal situación destacó que "al conocerse los resultados de un estudio de la estructura que determinan la presencia de este mal, no hemos dejado pasar ni un solo día más y hemos llevado a cabo el traslado del material para que los alumnos no ocupen el inmueble afectado" y agradeció al director del centro que "desde el primer momento ha estado en contacto con el Ayuntamiento y la Consejería para resolver el problema" y puntualizó que "los padres pueden estar tranquilos porque los alumnos no estarán en peligro".

Así mismo, para que reine de nuevo la normalidad, el Ayuntamiento de Castellón a puesto a disposición del colegio un solar anexo al centro para instalar aulas prefabricadas donde los niños puedan llevar a cabo sus clases mientras se habilita de nuevo el edificio.

El cero, castigado fuera del aula

El tradicional sistema evaluativo con el que han crecido muchos de nuestros lectores vuelve a las aulas con sus insuficientes, notables y calificaciones numéricas. El cero, eso sí, no viene incluido.

Autor: Sergio LEÓN LACAVE

Según la nueva normativa educativa, los resultados de la evaluación se presentarán en Primaria con un arco de insuficiente a sobresaliente, términos que en la ESO irán acompañados de calificaciones numéricas en una escala de 1 a 10. El carácter básico de la Orden deja sin embargo –a veces ambigüamente– algunos flecos a desarrollar en las leyes propias que las diferentes CCAA están desarrollando.

La principal diferencia con la evaluación tradicional y la recientemente instaurada por el MEC es la ausencia del cero. Desde el Ministerio se ha argumentado que esta nota no es necesaria en la educación obligatoria, porque estaría asociado a un absentismo continuado al que ya se responde con la pérdida de la escolaridad. Seguramente supone también cierto guiño a las corrientes comprensivas, que consideran al cero desmoralizador –puede hacer que el alumno piense que no sirve para nada–y un paradigma del resultadismo, basado en calificar más por lo que no se sabe que por lo que se sabe (es imposible no saber nada y, por tanto, el cero es inaplicable). Desde posiciones contrarias se ha abundado, en cambio, en la necesidad de que las calificaciones reflejen clara y honestamente el grado de esfuerzo y conocimientos del alumno, aunque éste tenga una actitud absolutamente negada que desemboque en un cero.

En cuanto al regreso de la evaluación tradicional, la medida ha sido aplaudida por muchos sectores pero también ha recibido fuertes críticas, especialmente desde posiciones afines a la comprensividad, que la consideran un claro “paso atrás”. Sin embargo, resulta difícil negar que el sistema anterior de calificaciones en Primaria –los ambiguos PA y NM– ha resultado en la práctica confuso y poco útil, e incluso –formando pareja con la facilidad de promoción– realmente contraproducente. La calificación numérica no es perfecta, pero seguramente es una buena noticia para nuestras aulas, incluso sin el impopular cero.

RAZONES FAVORABLES
Para los que han valorado favorablemente la medida, las ventajas de la calificación cualitativa estriban en que es más precisa a la hora de evaluar el trabajo y el desarrollo de los alumnos, frente a la ambigüedad del sistema comprensivo, favorece la cultura del esfuerzo y el compromiso y ayuda a rescatar el conocimiento como un valor per se, uno de los puntos más criticados por los detractores del sistema educativo implantado por la Logse.
CRÍTICA COMPRENSIVA
Las objeciones que desde diferentes instancias y sectores del mundo de la educación se han presentado a la calificación cualitativa hacen hincapié en que potencia la desigualdad, la segregación y la competencia mal entendida en el aula, dificulta la recuperación de los alumnos con problemas, desmoraliza a los que obtienen notas bajas y, sobre todo, contribuye a desviar la atención del proceso educativo en favor de un resultadismo engañoso.
LEX DICIT: LA NORMATIVA
El artículo segundo de la Orden ECI/1845/2007 de 19 de junio (publicada en el BOE con fecha 22 del 6 del 2007) establece los siguientes criterios de evaluación: términos de insuficiente a sobresaliente en Primaria, que se repetirán en la ESO pero acompañadas de valoración numérica de 1 a 10. La Orden tiene carácter de normativa básica, por lo que las Comunidades Autónomas pueden desarrollarla pero sin alterar su base fundamental.


MÁS INFORMACIÓN: LA NORMATIVA RESPECTO AL NUEVO SISTEMA DE EVALUACIÓN, PINCHANDO AQUÍ.

El 90% de los niños con síndrome de Asperger sufren acoso escolar en los centros andaluces

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

En los centros educativos andaluces, el 90% de los más de 3.500 alumnos con síndrome de Asperger (un trastorno generalizado del desarrollo de los niños) sufren maltrato o acoso escolar, comúnmente llamado "bullying". Este hecho fue ratificado por el presidente de la Federación Andaluza de Síndrome de Asperger, Rafael Jorreto Lloves, que aseguró que "los niños afectados por este trastorno sufren un acoso sistemático y reincidente, generalmente producido durante el recreo, y que, en la mayoría de los casos, es negado por los centros educativos, quienes cierran filas en este asunto hasta que hay una denuncia de por medio".

El comportamiento de estos niños suele ser autístico, siempre están solos y no tienen la capacidad para interpretar las intenciones de quienes les rodean, "no entienden las miradas ni los guiños, suelen estar siempre solos y tienen dificultades para relacionarse con los niños de su edad", explicó Rafael Jorreto. Es lo que se denomina una "discapacidad invisible", por lo que dificulta su vigilancia y el acoso por parte de otros niños es mayor.

En este sentido, la Federación Andaluza de Síndrome de Asperger exige que la Administración o la Consejería ponga los medios legales para que se les preste más atención a los niños que sufren esta enfermedad e impulsan a los padres para que informen a la comunidad educativa del problema que sufren sus hijos para "concienciar a la sociedad y darles una oportunidad de integración y normalización".