Ordenadores: muchas preguntas (aún) sin respuesta

La fe ciega en el potencial educativo de los ordenadores está dando paso a posturas donde prima la cautela y el escepticismo. La digitalización de las aulas sigue con paso firme en muchos países (entre ellos España), aunque pocos defienden ya el carácter cuasi-milagroso atribuido durante años a las nuevas tecnologías en la enseñanza.

Han sido los niños mimados de la Educación mundial durante la primera década de este siglo. Nos dijeron que su distribución a gran escala en el ámbito escolar cerraría la brecha digital que separa a ricos y pobres. Que transformaría la atmósfera de sopor, pasotismo e indisciplina que impera en muchas aulas en un clima de pasión por el saber y concentración imperturbable. Nos hablaron de aprendizaje personalizado y lecciones interactivas. De estimulación multimedia y ultra-dinamismo cognitivo.

Tan bonito sonaba el cuento, que pocos se pararon a pensar si sus autores se habían inspirado en las más increíbles fantasías futuristas o en sesudas y rigurosas investigaciones sobre el impacto real de los ordenadores en el rendimiento académico. Ahora, tras años de euforia informático-lectiva, parece que por fin ha llegado el momento de recapitular. Lo ha hecho la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con un informe que, bajo el título Alumnos del nuevo milenio, analiza los resultados de los principales estudios publicados sobre la materia. ¿Conclusiones? Básicamente, que estamos como al principio. Es decir, que, a falta de “evidencias claras” que apunten en un sentido u otro, las complejas relaciones entre Educación y nuevas tecnologías continúan siendo un territorio más bien ignoto.

En Matemáticas –quizá el campo donde los beneficios del maestro pixelado se antojaban más evidentes–, afirma la OCDE que existen estudios “que establecen una relación positiva” entre aprendizaje y computadoras, y “otros que sostienen exactamente lo contrario”. Más de lo mismo en cuanto al uso del ordenador en el hogar, asunto sobre el que también contamos con oferta estadística para todos los gustos.

Así que, antes de emitir su veredicto, la organización que agrupa a los países más desarrollados del planeta espera impaciente “un gran estudio sobre tecnología y Educación” que arroje algo de luz sobre el gran dilema de la enseñanza contemporánea.

Metodología

Desde enfoques puramente teóricos, cada vez son más los que piensan que el quid de la cuestión radica en que determinados métodos pedagógicos casan mejor que otros con las nuevas tecnologías. Deberíamos por tanto observar cómo y para qué se utilizan los ordenadores, y no centrarnos en cuántos hay por alumno o con qué frecuencia se recurre a ellos en clase, variables habituales en la mayoría de estudios hasta la fecha.

“Estamos utilizando la más moderna tecnología para enseñar según una pedagogía que se remonta a principios del siglo XX”, asegura Gabi Salomon, condecorado hace unos años con el Premio Israel en Educación (máxima galardón que concede el Estado hebrero, equivalente a nuestros Premios Príncipe de Asturias). El profesor Salomon aboga por encender las máquinas sólo cuando toque, por ejemplo, “trabajar en equipo, resolver problemas reales o generar hipótesis”. Si el docente opta por la clásica lección magistral (yo hablo y los alumnos escuchan), los cables y pantallas aportarán más bien poco. En resumen, ordenadores sí, pero no entendidos como un “deux et machina que solucione todos los problemas educativos”.

En su informe, la OCDE se hace eco de esta corriente de pensamiento, aunque advierte que las mejoras académicas que impulsan este tipo de estrategias (pertenecientes a la llamada pedagogía constructivista) son difíciles de evaluar y “normalmente no se tienen en cuenta en los exámenes que realizan la mayoría de países”.

Cuando el emperador se convierte en maltratador

La voz de alarma salió de una circular de la Fiscalía General del Estado, en la que se destacaba el preocupante aumento de menores que maltratan a sus padres, especialmente a sus madres. En la circular emitida se aconsejaba agilizar estos procesos en el ámbito judicial y también se especificaba sobre qué medidas tomar para los menores maltratadores.

Aunque se trata de casos aislados, no paran de crecer. Afecta, además, a todas las clases sociales, y no sólo a las familias desestructuradas. En el último año, se han presentado 9.000 denuncias de padres contra sus hijos (mil más que el anterior), aunque luego más de la mitad –por diferentes causas– no salen adelante. Sorprende el incremento de chicas entre los jóvenes conflictivos. Está pasando también en otro tipo de conductas –como el consumo de drogas y el alcoholismo juvenil–: cada vez más, las chicas imitan los comportamientos antisociales de los varones.

Sin embargo, la extensión de este fenómeno se trata de un problema espinoso que conviene abordar con la cabeza fría, pues a veces es fácil simplificar con este tipo de chavales, la mayoría adolescentes, que han transformado en peligrosa agresividad contra sus propios padres sus conductas antisociales.

Un espinoso problema

Es importante que los padres y madres –sobre todo ellas, las que más sufren los maltratos– no acumulen una sensación de fracaso que no les va a ayudar precisamente a solucionar el problema. Hay chicos y chicas que se comportan de esta manera habiendo recibido una buena formación. No eran precisamente jóvenes conflictivos y ni por asomo su conducta cuando eran más pequeños anunciaba este tipo de reacciones tan violentas.

Hay momentos en la vida de un adolescente que las cosas se complican bien porque la crisis de la adolescencia les afecta de manera especial, bien por un revés en los estudios, con los amigos, bien por unas amistades mal elegidas… No siempre la culpa la tienen los padres. Más aún, en determinados casos, son víctimas de una situación que les desborda, para la que no están preparados porque ni se les pasaba por la cabeza que a ellos les pudiese tocar ser protagonistas de un problema familiar tan espinoso.

En estos casos, y en todos, conviene pedir ayuda cuanto antes. Muchos padres tienen miedo a reconocer ante los demás –amigos, padres, tutores…– que tienen un hijo/hija que les amenaza, que tiene con ellos conductas violentas, que les han agredido ya en algunos casos… Cuando pasa esto, la primera vez, se tiende a perdonar y a olvidar. Pero si las reacciones se repiten, hay que actuar, aunque a veces la adopción de medidas drásticas provoquen una aguda crisis familiar y puedan ocasionar una ruptura temporal entre las relaciones padres e hijos. Si los padres denuncian a sus propios hijos es porque ya no saben qué hacer y porque tienen miedo. Si llega el caso, con el asesoramiento correspondiente, hay que moverse. Con el silencio, con el ocultamiento, salen perdiendo los hijos y los padres, pues el problema siempre estará ahí, con chantajes incluidos.

Siempre la prevención

Pero también sucede que un maltratador no nace, se hace. En ocasiones es fruto de una educación en exceso permisiva, que ha convertido los caprichos de los hijos en el centro de toda relación con sus padres. No estamos hablando de nada que los lectores de Padres y Colegios no conozcan bien. Hay padres que lo hacen muy bien y padres que lo hacen francamente mal. Y eso se nota en todos los sitios: en el colegio, en el barrio, con los amigos, en una fiesta, etc.

Para no tener problemas, muchos padres, desde que los niños son bien pequeños, les han acostumbrado a tener al alcance de la mano el primer antojo que se les ocurra. Padres sumisos, obedientes, que son incapaces de poner freno a una catarata de caprichos, aunque sean irracionales. Los niños aprenden pronto que con conductas agresivas y violentas consiguen antes sus objetivos. Y lo que es peor, padres y madres que incluso no paran de hacer la pelota a sus niños, haciéndose pasar por su mejor amigo/amiga, actitud que da pie a situaciones ridículas y esperpénticas de las que, no falla, los padres y madres, tarde o temprano, no tardan en arrepentirse.

No todos los niños educados de esta manera, con ausencia total de obligaciones y normas, acaban siendo maltratadores agresivos, pero si es verdad que facilita las cosas. Atención, pues, a esos minúsculos detalles (a veces sonoros enfrentamientos) donde los hijos ponen a prueba a los padres. Ceder una vez más puede suponer el inicio de una larga lista de derrotas, pues nada hay peor que alimentar la codicia y la fuerza.

Educar bien supone saber enfrentarse a los problemas, no obviarlos o esconderlos. Y eso cuando son pequeños y cuando crecen. Los jóvenes maltratadores lo son en la adolescencia, pero seguro que ya antes había síntomas bien visibles que anunciaban estos comportamientos. En la adolescencia, todo estalla. Los jóvenes se sienten más autónomos e independientes y canalizan de manera equivocada en ocasiones los límites que los padres imponen a sus caprichos y planes. Si se cede por sistema, malo.

Iniciativas contra la violencia en la escuela

El pasado 1 de octubre se entregó el Premio a la Acción Magistral, que organiza la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD) con la colaboración del BBVA y la Comisión Nacional Española de Cooperación con la UNESCO. Este año ha sido la sexta edición. Llama la atención el elevado número de trabajos presentados en las dos categorías del Premio, la labor que realizan tantos docentes en todas las Comunidades Autónomas y la implicación de todos los agentes educativos para que la escuela eduque mejor a los alumnos. Entre la larga lista de participantes hay un buen número de trabajos que van encaminados a atajar en la escuela los casos de violencia juvenil.

En algunos trabajos se fomentan, con imaginación, las normas de urbanidad, en otros se establecen mecanismos para la resolución de conflictos; en bastantes, el tema elegido es cómo mejorar la convivencia entre los alumnos con propuestas positivas, optimistas, creativas, que suelen ser iniciativa de los propios alumnos. Junto con la familia, es la escuela el lugar adecuado para fomentar la prevención de conductas antisociales. Por ello, la relación de los padres con los tutores, profesores y orientadores debe ser fluida, para buscar entre todos la mejor solución. También los padres, cuando se sientan superados por la gravedad de los hechos, encontrarán en estos profesionales la ayuda y los consejos apropiados para afrontar una peliaguda y desagradable situación.

Auge de los cursos de orientación familiar

El contexto en el que viven los padres actuales poco tiene que ver con el de hace años, donde los papeles estaban más claros y las fronteras también. Han surgido nuevas situaciones, nuevas realidades, nuevos problemas que conviene afrontar de la mejor manera posible, sin recurrir a recetas obsoletas y sin esperar que sea la televisión o Internet la que proporcione las claves para educar mejor.

La extensión de los Cursos de Orientación Familiar es, pues, una buena noticia. Los padres saben que educar hoy día es una asignatura complicada. Y que necesitan dedicar tiempo a reflexionar, con otros padres y madres y con la ayuda de profesionales, sobre cómo y qué es educar.

Tácticas para golear en las discusiones con los hijos

Padres e hijos juegan un eterno partido de fútbol en el que el balón es el móvil, el tiempo delante de la tele, el alcohol… Fichamos para el equipo de los padres a un sociólogo y un psicólogo que proponen las mejores estrategias para abordar las jugadas más importantes.

“El padre teme a sus hijos, el hijo se cree igual a su padre y no tiene por sus padres ni respeto…” No, no es una conversación de cafetería después de la penúltima pelotera familiar. La frase pertenece a Platón y tiene una solera de más de 2.300 años.

Un portazo, una voz más alta de lo normal… Las discusiones entre padres e hijos cruzan milenios para darnos el relevo. Sin embargo, cambian matices: somos humanos, ahora como en la Atenas de Pericles, pero vivimos en el tiempo, que marca matices para cada época. Y tenemos que actuar.

Para empezar, hemos recabado la opinión de un sociólogo que nos ponga al día. Evaristo Martín, sociólogo de la Complutense, nos explica las condiciones actuales del eterno deporte de la discusión padres-hijos, especificando los seis principales terrenos de juego sobre los que debemos practicarlo.

Hoy día, por ejemplo, parece que el tradicional forcejeo por la hora de llegada a casa tras una noche de fiesta queda en un segundo plano. Quizá porque la sombra que le hace la irrupción de la tecnología no hace sino alargarse: el omnipresente Internet, los teléfonos móviles casi desde las primeras palabras, la televisión en cada habitación de la casa, los videojuegos más y más sofisticados y, por lo tanto, absorbentes… Aunque hay clásicos que nunca desaparecen: la sexualidad y el consumo de sustancias poco (o nada) saludables siguen protagonizando buena parte de los altercados en el área.

Más adelante exponemos los seis casos con detenimiento. Pero no nos limitamos a poner el balón en juego. Un profesional rematará la jugada con consejos concretos para salir airosos del partido. Gabriel Dávalos Picazo, profesor de Psicología del CEU San Pablo e investigador del Instituto CEU de Estudios de la Familia, cree que lo más importante es elegir el momento adecuado. Un buen delantero tiene que adelantarse a la jugada. Lo que se llama oportunismo.

“El principio general es la prevención”, explica antes de exponer dos útiles tácticas, ambas ampliamente abordadas por el Instituto Europeo de Estudios de la Educación. Por un lado, la “teoría del teatro”, que consiste, hablando en plata, en “llegar antes”. Por otro, los “periodos sensitivos”, es decir, los escenarios naturales en el desarrollo del infante y el adolescente en los que se puede favorecer el desarrollo de competencias físicas, cognitivas, emocionales, sociales y espirituales con mayor éxito. El área de penalti.

A continuación, aplicamos la moviola a las principales jugadas del partido padres-hijos. Que gane el mejor: en este caso, todos.

Las claves

1. Prevención del consumo de drogas: tabaco, alcohol, hachís y cocaína:
Salvo que el niño muestre interés por el tema antes, a través de comentarios o preguntas directas, el mejor momento para sacar el tema es a partir de los ocho años. Dos razones: empieza a desarrollarse el pensamiento abstracto y el adolescente es la población más vulnerable.

2. Uso responsable de Internet: chats, blogs y foros:
La responsabilidad ha de trabajarse entre los siete y 14 años. El ordenador puede contemplarse como aliado o como enemigo. Como aliado es un signo de los tiempos e incluso una posibilidad para interacción de la generación que educa con la que está siendo educada. Como enemigo, uno de los factores de riesgo es el secuestro de la inocencia. Los padres han de estar cerca sin agobiar y tener criterios claros, sobre todo en cuanto al acceso a las redes sociales.

3. Uso responsable de telefonía móvil:

El teléfono también es enemigo o aliado. En la actualidad se ha incrementado la demanda de ayuda por los padres sobre lo que coloquialmente se denomina “adicción a las nuevas tecnologías”. A partir de los 12 años, el hijo empieza un movimiento centrífugo, por lo que es importante que en su mochila lleve las herramientas necesarias (principios, valores, intereses, etc.) para el mismo. ¿Cómo conseguir que el móvil sea un aliado? Muchas veces hemos constatado que no estudia más por el hecho de quitarle el móvil.

4. Uso responsable de videojuegos:
El juego simbólico comienza a los cuatro años; el juego de reglas y estrategias, a los siete; el compañerismo, a los diez, y la solidaridad, a los 14. Es muy importante tener en cuenta la naturaleza del juego, así como los objetivos (por ejemplo, si se trata de ocio o se pretende desarrollar destrezas, etc.) Es recomendable que, en la medida de lo posible, los padres supervisen, muestren interés y, por qué no, jueguen con los hijos.

5. Sexualidad:

De acuerdo a los periodos sensitivos, el descubrimiento del yo comienza a los dos años y medio. Como es lógico, no se empieza a hablar de este tema, pero sí a ayudarle a integrar una visión de cuerpo natural, sana, espontánea. Entre los cuatro y seis años se produce una serie de conductas exploratorias consideradas como juegos sexuales, por ejemplo, enseñar la braguita; si se presentan estas manifestaciones, es importante abordarlas para ayudar a normalizar. La edad de oro para abordar este tema es a partir de los 12 años, es decir, cuando el adolescente tiene mayor conciencia de pudor, amistad, despertar afectivo-sexual. Este es un periodo importante para hablar de afectividad, sexualidad, conducta sexual responsable y el sentido de esta dimensión dentro del desarrollo integral del ser humano.

6. Contenidos que ven en televisión:
La televisión es un canal de estímulos dirigidos a diferentes sentidos. Y cada vez hay más estudios que muestran la relación significativa entre los minutos de exposición a la TV y la obesidad, la conducta violenta, la hiperactividad, los problemas de atención, la repetición de patrones de conducta de los protagonistas, etc. Y estamos hablando sólo de estímulos: imaginemos el impacto del contenido que muchas veces, aunque está regulado, no se ajusta a la realidad. La recomendación general es que los padres vean la TV con los hijos. Pero, como es una situación muchas veces utópica, también se aconseja que supervisen antes el contenido de los programas: no hace falta ver toda la serie, ahora hay mil maneras de enterarse de qué van. La norma “es que lo ven mis amigos” no ha de ser el criterio. Por otro lado, entre los cero y los dos años y medio no es recomendable la TV; por el contrario, es muy recomendable sólo la música.

Nueva edición de Bebés&Mamás

Los días 20 y 21 de noviembre de 2010 tendrá lugar en Madrid una nueva edición del salón Bebés &Mamás, la cita anual para estar el día de los nuevos productos y de las últimas tendencias en maternidad y cuidado del bebé.

En la feria están presentes las principales marcas del sector del recién nacido, de la infancia y de los nuevos y futuros madres y padres. Además de las actividades actuales, en la edición de este año se presenta una interesante serie de nuevas ofertas lúdicas, como las clases de fitness posparto impartidas por Skechers, en las que adquirir las nociones básicas para ponerse en forma tras dar a luz. La programación del foro de padres incluye una amplia gama de charlas y conferencias, que versan sobre temas como la nutrición infantil, la seguridad en el automóvil y la conservación de células madre.

Más información: www.bebesmamas.com

El castillo encantado

El Castillo Encantado es el lugar que suelen visitar los creadores de cuentos para niños. Allí es donde comienzan a escribirlos y allí los terminan después de vivir ellos mismos las aventuras que nos narrarán.

Hoy comienza una nueva historia en el Castillo y tiene que inventarla Bolita, un personaje muy tierno, pero también muy, pero que muy despistado. Esta función abre sus puertas a la fantasía, a la ternura y a la alegría; comienza un cuento encantado.

Más información: www.marimbamarionetas.com

El gusanito Cosiluz

El Gusanito Cosiluz es el primer cuento de Kolima. Ilustrado con 26 acuarelas inspiradas en los paisajes de la sierra de Gredos, es una historia mágica para los más pequeños de la casa sobre la amistad, el respecto, el valor y la ilusión de querer construir un mundo mejor.

Kolima se ha creado como una editorial muy especial de cuentos y libros que nace con la idea de fomentar en los niños y jóvenes la sensibilidad hacia la naturaleza y el mundo de los animales.

Más información: www.cuentoskolima.com

Empieza soñando bien

Existen muchos mitos y leyendas, recomendaciones y consejos sobre qué debemos hacer a la hora de dormir a un bebé. Podemos leer muchos libros y escuchar muchas opiniones pero, como en todo, la experiencia es la mejor consejera. Aún así, te ofrecemos algunas claves y testimonios que te pueden ayudar.

Mucha gente piensa que las actividades rutinarias se deben empezar a practicar cuando los niños son más mayores pero, eso no es cierto ya que, desde pequeños a los niños les da seguridad ante un mundo que ni siquiera conocen. De hecho, cuando esto no se hace desde que son bebés, luego es muy difícil acostumbrarlos a que lo hagan.

Uno de los grandes problemas que se plantean en el hogar cuando llega un recién nacido es qué hacemos para que el niño se duerma. En este sentido no hay un método infalible, pero sí una constante que debemos mantener y es la continuidad; hacer siempre las mismas cosas para que el niño se sienta identificado con el sueño. Y por esto mismo, porque la rutina es esencial, hay que saber escoger los hábitos adecuados.

“La rutina diaria es para los niños lo que las paredes para una casa, les da fronteras, y dimensión de la vida. Ningún niño se siente cómodo en una situación en la que no sabe que esperar. La rutina da sensación de seguridad. La rutina establecida da un sentido de orden del cual nace la libertad. Los límites le indican al niño que toda actividad tiene una duración”, afirma Raimond Driekurs, psiquiatra y educador estadounidense.

Uno de los mejores consejos es bañar al niño antes de dormir y, después, darle un masaje con crema por todo el cuerpo. También hay que comprobar que el bebé no tenga hambre porque si no, no se dormirá o al rato se despertara. Y nunca esta demás mirar por última vez si está limpio.

La importancia de las tomas

Muchas veces las madres piensan que cuando el niño llora es porque tiene hambre, y no tiene porque ser así. Hay que comprobar que las tomas que han hecho son las necesarias en el caso de que la leche sea artificial. En el caso de que sea materna, se puede hacer la “doble pesada” (pesar al niño antes de comer y después) y si ha tomado lo correcto, no hay que darles más ya que podría provocarles gases.

“En este caso, habría que hacerle una serie de ejercicios para que puedan expulsar el aire. Lo que hay que hacer es subir las piernas del niño hasta el abdomen para expulsar el aire y también se pueden hacer para prevenirlos. Hasta que los niños tienen dos meses, suelen tener muchos problemas con los gases, por lo que hay que tener cuidado con las ingestas. Pero esto les suele pasar a las madres primerizas porque todas aprenden después que los niños a esta edad, padecen muchos cólicos”, afirma la pediatra Pilar Alemán.

El ambiente, fundamental para el sueño

También debemos tener en cuenta el sentido de la música, ya que cada vez son más numerosas las afirmaciones de que la música cobra un papel muy importante en el desarrollo del bebé. Según numerosos expertos en la materia, es capaz de percibir el sonido y canalizar las sensaciones que le transmite desde que están en el vientre de sus madres.  De hecho, recomiendan poner música al bebé, incluso cuando está en la tripa, y eso es porque tanto la música como la voz provocan una reacción en su estado anímico.

La música clásica ayuda mucho a que los niños puedan dormir, sobre todo a aquellos que son más nerviosos. Y aunque mucha gente piensa que puede ser un error porque se pueden llegar a acostumbrar a dormir sólo con música, Pilar Alemán cree que no. “Todo lo que haga que el niño se encuentre en un ambiente de paz y tranquilidad es bueno; y la música clásica les ayuda a eso. Lo fundamental es que el niño se sienta en un ambiente seguro, tranquilo y relajado porque así se sentirá él”, dice.

El bebé de 0 a 3 meses se pasa la mayor parte del día durmiendo, pero aún así, debe diferenciar el día de la noche, por lo que no se le debe tener a oscuras si es de día, ni evitar que escuchen ruidos, porque entonces el niño no sabría diferenciar el día de la noche.

“Si es de día, el niño no puede estar durmiendo a oscuras, ya que no sabría diferenciar el día de la noche, y tampoco hay que evitar el ruido. En nuestro caso, el bebé tiene seis hermanos, y el pequeño se ha acostumbrado a dormir de día, con luz, y los ruidos que provocan los juegos de sus hermanos. No le llevamos a un cuarto a él sólo porque creemos que le acostumbraríamos mal”, afirma Gonzalo Herráez, padre siete hijos y con un bebé de un mes y medio.

Muchas veces, cuando el niño no para de llorar, no se duerme, y ya no sabes qué hacer para que descanse, acaba en la cama de los padres. Pero eso es algo que nunca se debe hacer, ya que se acostumbraría muy pronto. El niño debe dormirse sólo, e incluso hay pediatras que recomiendan que, aunque el niño se duerma en brazos, antes de dejarle en su cuna hay que volver a despertarle para que aprenda a dormir solo; algo complicado pero que sin duda a largo plazo merece la pena.

Si hay algo que está claro, es que a la hora de conciliar el sueño, como en todo lo que concierne a los niños, lo fundamental es el compromiso y la responsabilidad. En ocasiones hay que hacer cosas que son mejores y no crean tantos hábitos que pueden convertirse en malas costumbres a largo plazo.

Cómo favorecer el lenguaje del niño

El lenguaje se inicia en el niño antes incluso del nacimiento. Aunque la mayor parte de los niños produzca sus primeras palabras entre los 12 y los 20 meses, sus capacidades perceptivas y cognitivas han ido desarrollándose meses antes.

El lenguaje es la capacidad que tiene el ser humano para comunicarse. Cuando hablamos de lenguaje oral nos referimos a la función que nos permite comunicar o expresar ideas a los demás, a través de un sistema convencional y arbitrario de signos hablados.

Dentro de lenguaje oral es conveniente distinguir entre lengua y habla. La lengua es la manifestación del lenguaje de una comunidad determinada mientras que el habla es la capacidad de articular y ordenar los sonidos para pronunciar palabras. Podemos dividir el desarrollo del lenguaje infantil en dos grandes periodos, el prelingüístico y el lingüístico.

En la etapa prelingüística (hasta los 12 meses), el niño realiza emisiones previas a las palabras, en la etapa lingüística (a partir del primer año), palabras y frases. Durante la etapa prelingüística las emisiones del niño comienzan con el llanto y los sonidos vegetativos, pasando por sonidos de felicidad y desagrado. Sobre los cuatro meses comienzan los juegos vocálicos (akgo), que serán los precursores de emisiones más semejantes a las adultas. A partir de los seis meses comienza el balbuceo (mamama), que es la producción de series silábicas, generalmente iguales. Desde los diez meses, el balbuceo es más corto y con cambios consonánticos entre sílabas (tama), ya se asemeja a las primeras palabras. Hay niños que utilizan la jerga, que se trata de una producción entonada en la que “parece que el niño habla”. Durante el último trimestre de esta etapa, el niño es capaz de comunicarse intencionalmente, sobre todo con los adultos con los que tiene más apego, a través de gestos que imita.

Durante el periodo entre el balbuceo y la primera palabra el niño utiliza las protopalabras, expresiones articuladas cuyo significado viene determinado por el contexto y los gestos que el niño realiza.

Etapa lingüística

En la primera fase de la etapa lingüística, entre los doce y dieciocho meses, el niño se encuentra en la etapa de la holofrase, una única palabra que hace la función de una frase. Entre las holofrases y las frases de dos palabras, hay un periodo en el que el niño realiza secuencias de palabras (esto-allí). Sobre los veinte meses aparecen las primeras frases de dos palabras (abre puerta) y es a partir de los dos años cuando incrementan la calidad y cantidad de los enunciados. La organización de las primeras frases queda al azar, aunque pronto comienza a asemejarse al lenguaje adulto. A los dos años y medio, el lenguaje sigue relacionado con la acción inmediata, el presente del niño.

El refuerzo de los padres en estas etapas es básico para la correcta evolución del lenguaje.

El lenguaje es uno de los comportamientos infantiles con más variabilidad en su desarrollo. Puede verse afectado por aspectos personales, sociales o de situación, como puede ser el bilingüismo. La espera de cambios madurativos que solucionen situaciones de retraso en el desarrollo del lenguaje hace que sea difícil diferenciar un retraso en el desarrollo, de una simple variación de la normalidad. Pero hay retrasos del lenguaje que no se solucionan por sí solos y necesitan de la ayuda de un logopeda.

Alteraciones más frecuentes.

Durante el desarrollo del lenguaje infantil debemos dar importancia tanto a la forma, como al contenido y uso del lenguaje. El lenguaje es una unidad global, por lo que los niveles no funcionan de manera aislada, todos tienen el soporte común de la propia lengua.

El retraso del lenguaje es la alteración más común durante las primeras etapas del aprendizaje. Se trata de la no aparición del lenguaje a la edad en la que normalmente se presenta o en la falta de desarrollo de éste. Tenemos que tener presente que el desarrollo del lenguaje debe ser continuo.

El tartamudeo es también una alteración común, ya que la mayoría de los niños pasa por una fase de tartamudeo durante la evolución del lenguaje. No tenemos que dar importancia a este periodo porque es evolutivo, a menos que el tartamudeo persista unos meses o veamos que el niño comienza a añadir conductas de esfuerzo (cierre de ojos, fuerza con las manos, etc.).

Las dislalias, que son las alteraciones en la articulación de los diferentes sonidos del habla sin que existan perturbaciones en los órganos bucofonatorios, pueden empezar a observarse en esta primera etapa.

La deglución atípica es una alteración que provoca en el niño la persistencia de una deglución infantil y que éste no siga la correcta transición hacia el patrón de deglución adulta. Esto puede deberse a muchas causas, pero la mayoría de las veces son niños que mantienen patrones infantiles, continúan con el hábito de succión (chupete, biberón,…) o no han desarrollado correctamente la masticación (siguen con papillas, triturados,…).

En cualquiera de estos casos y para cualquier duda relacionada con el lenguaje, debemos acudir a un logopeda. Habitualmente, las alteraciones del lenguaje están relacionadas con otros aspectos del aprendizaje, comportamiento o emociones, con lo que la relación entre profesionales (pediatras, otorrinos, profesores, dentistas, psicólogos,…) será imprescindible para el buen funcionamiento de la rehabilitación logopédica.

Pautas para favorecer el desarrollo del lenguaje en el niño:

1. Hablar al niño tan a menudo como sea posible, a través de actividades conjuntas, hablando de personas, objetos y hechos que estén presentes en el contexto del niño.

2. Hablar de forma clara y pausada.

3. Provocar la imitación para crear enunciados cada vez más correctos.

4. Imitar con corrección y expandir los enunciados infantiles para prolongar y fomentar el intercambio comunicativo.

5. Mantener un intercambio comunicativo y dar tiempo suficiente para que el niño responda.

Confort digestivo

Durante el primer año de vida el pequeño sistema digestivo del bebé sufre muchos cambios y procesos complejos pero necesarios para un crecimiento sano y un buen desarrollo. Por ello, muchos bebés experimentan malestar y dolor abdominal durante este tiempo, lo que suele provocar su llanto, pueden llorar durante largos periodos de tiempo sin responder a los métodos habituales para calmarle. Esto se conoce como cólico.

A menudo los cólicos se acompañan de dolor abdominal, flatulencias y estreñimiento.

¿Qué es el confort digestivo?

Durante el primer año de vida, el sistema digestivo del bebé sufre una serie de cambios muy importantes.

El término confort digestivo es el bienestar en todo lo relacionado al aparato digestivo, por ejemplo tener una fácil digestión, menos reflujo gastroesofágico, menos lloro e irritabilidad, menos estreñimiento, etc.

El confort digestivo ayuda al bienestar general del bebé.

Una flora intestinal sana…

Es un factor clave para una adecuada maduración intestinal y para reducir el malestar gastrointestinal. La colonización bacteriana comienza nada más nacer y sus defensas se van desarrollando durante el primer año de vida. Durante el primer año de vida, el sistema inmunitario del bebé está todavía en proceso de maduración; por ello está menos preparado que los adultos para combatir las posibles infecciones.

¿Cómo ayudarles?

Los probióticos, como las bifidobacterias y lactobacilos, son una buena alternativa, ya que son los predominantes en la flora intestinal de los bebés alimentados con leche materna y son responsables de que estos bebés tengan menos problemas gastrointestinales. Además ayudan a mantener una flora intestinal saludable, manteniendo el equilibrio entre las bacterias beneficiosas y las perjudiciales, refuerzan el sistema inmunitario y ayudan a regular el tránsito intestinal, mejorando tanto la diarrea como el estreñimiento.

¿Qué es el Lactobacillus reuteri?

Es un probiótico presente de manera natural en la leche materna y que va a ayudar al bebé en esta etapa de crecimiento y desarrollo, a diferentes niveles. Se ha visto que es especialmente eficaz en la reducción de los cólicos y el llanto durante los primeros meses de vida.

¿En qué más ayuda el L. reuteri?

Ayuda al desarrollo de una flora intestinal saludable, que contribuye a la maduración y procesos de adaptación del sistema digestivo. También ayuda a regular la digestión, mejora la motilidad intestinal, reduciendo el estreñimiento, ya que aumenta el número de heces, y alivia el dolor abdominal, reduciendo la frecuencia y la intensidad en niños que lo sufren frecuentemente.