Nana Luna

Un viaje lunático, poético, musical. Es el sueño de un niño que… ¡Está en la Luna! De dos músicos y una actriz que… ¡Están en la Luna!

Un lenguaje teatral lleno de licencias, arropado por los acordes de la guitarra y el ritmo de la percusión, entre telas, instrumentos y marionetas todo se transforma, se recrea, se funde en constante acción. De canción en canción, la voz humana llega directamente al corazón. En escena el espectáculo se crea tierno, desenfadado y cómico, donde niños y adultos pueden extraer distintas lecturas adecuadas a cada edad.
Más información: www.titirilandia.com

Klar y Yoyo

Hoy es el cumpleaños de Yoyo, una niña caprichosa y egoísta que suele conseguir todo lo que quiere. Yoyo acaba de cumplir 8 años y sus papás le han regalado un monstruo enorme como animal de compañía.

Convencida de que será la niña más envidiada de la ciudad, sale a la calle orgullosa y decidida a pasear con su sorprendente mascota. Pero algo tan sencillo como pasear con Klar, no resulta tan fácil. El monstruo viene sin un preciso manual de instrucciones que explique su comportamiento y sus necesidades de gigante.
Más información: www.teatrodelaluna.com

La nutrición paso a paso

Es el momento de aprender, descubrir y crecer. Y para que tu bebé crezca sano es básico una alimentación equilibrada. Por eso, te presentamos una pequeña guía con consejos sobre los principales cambios que se darán en su alimentación en sus primeros meses de vida.

ETAPA 1 (Desde 4 meses)

Observa y sonríe. ¿Qué estará pensando? A tu bebé le gusta compartir sus momentos contigo. Necesita mucha protección: nunca pasará tanto rato en tus brazos

¿Qué cambios se producen en su alimentación?
Ha crecido tanto en tan poco tiempo… Tu bebé ya ha cumplido 4 meses y está listo para darle su primera papilla ¡Su primer día de cuchara será toda una experiencia! Al principio sentirá curiosidad por los nuevos sabores y poco a poco irás descubriendo cuáles con sus alimentos favoritos: para empezar, prepárale sus primeros purés con un solo ingrediente, para detectar posibles alergias.

Tu bebé ya puede tomar
• Papilla de cereales sin gluten
• Frutas: manzanas, naranja, plátano y pera
• Verduras: preferiblemente patata, zanahoria, puerro y judía verde

ETAPA 2 (Desde los 6 meses)

Tu bebé empieza a descubrir el mundo y tu mirada le estimula y le hace reír…Su curiosidad es inagotable, cogerá todo lo que se le ponga por delante y… ¡ Al suelo!

¿Qué cambios se producen en su alimentación?
Ahora que tu bebé está descubriendo los sentidos, le encantará que le dejes probar nuevos sabores como el de la carne. Puedes pasar a darle 4 comidas diarias, procurando que la del mediodía sea la más completa. ¡Verás cómo disfruta alimentándose! Y para hacerle su dieta un poquito más variada ¿Por qué no le añades galletas chafadas a su papilla de frutas?

Tu bebé ya puede tomar
• Leche de continuación
• Papillas de cereales con gluten
• Carnes como el pollo o pavo magro sin piel, y posteriormente ternera o cordero
• Recuerda que la leche sigue siendo imprescindible en su alimentación

ETAPA 3 (Desde los 8 meses)

Como un pequeño explorador, tu bebé gateará inspeccionando su alrededor. Para él ahora todo es un juego: aprovecha para jugar con él y estimular sus sentidos

¿Qué cambios se producen en su alimentación?
¡Tu bebé no para! Ahora gatea, ahora se sienta… Tanto derroche de energía necesita reponerse con una buena alimentación. Es hora de que tu inquieto bebé pruebe nuevos sabores y texturas un poco más gruesas. Déjale que coma usando las manos y que coja solo el biberón: le ayudará a desarrollar sus habilidades.

Tu bebé ya puede tomar
• Los primeros pescados: lenguado, merluza y rape
• El yogur, para favorecer la digestión
• El huevo, preferiblemente empezando por la yema

ETAPA 4 (Junior)

Tu hijo ya ha cumplido un año y empieza su aventura hacia la independencia. Explícale lo que ve a su alrededor y ya verás con qué rapidez aprende las cosas

¿Qué cambios se producen en su alimentación?
¡ A comer como los mayores! Tu bebé ya puede comer prácticamente de todo, pero evita darle alimentos difíciles de digerir y asegúrate que toma todos los nutrientes que necesita. Es el momento que empiece a comer solo. Dale una cuchara y comprobarás lo rápido que aprende.

Tu bebé ya puede tomar
• Primeras ensaladas, con tomate, lechuga…
• Primeros purés de legumbres
• Fórmula de crecimiento
• Cacao

Si quieres saber más, visítanos en wwww.nestlebebe.es, o llámanos al 902 112 113

Esta guía puede servirte como una pauta a seguir para la alimentación de tu hijo, pero recuerda que el pediatra es quien conoce mejor las necesidades específicas de tu bebé, y es quien te indicará lo más adecuado para él en cada momento de su crecimiento.

NOTA IMPORTANTE: La leche materna es la mejor para los bebés. Antes de utilizar una fórmula infantil conviene consultar a tu médico.

¡Disfruta del sol, el agua y la arena con tus hijos!

La llegada de las vacaciones y del buen tiempo da otras opciones a los padres para que fomenten el desarrollo personal y social de sus hijos. El poder pasar horas al aire libre hará que los niños adopten una serie de valores y aptitudes, a la vez que disfrutan de numerosos juegos tanto con otros niños como con sus padres. Por eso, llena el coche de cubos, palas y rastrillos ¡y empieza a disfrutar del verano en familia!

Por Francisca Casado García

En el día a día, todos buscamos sacar rentabilidad a cada cosa que hacemos y, también los padres, buscan fomentar actividades que promuevan el aprendizaje y el desarrollo físico e intelectual de sus hijos. Durante el curso, los niños pasan la mayor parte del día en los colegios, guarderías o actividades extraescolares, pero una vez que llega el verano, los niños, liberados de tantas responsabilidades, disfrutan de mucho tiempo y aprovechan para jugar y divertirse, sobre todo al aire libre. Pero no hay que ver en este cambio un “frenazo” para el crecimiento del niño, si no todo lo contrario.

Orientar adecuadamente esos juegos, puede ser muy beneficioso para la educación; pero hay que tener en cuenta que ningún extremo es bueno. Es adecuado limitar las horas que pueda pasar frente al televisor o el ordenador, lo mismo que hay que vigilar si está todo el día corriendo al sol.

Nos los explica Sonia Pérez, experta en contenidos pedagógicos de Imaginarium: “Los niños necesitan la actividad física para desgastar energía y para sentirse bien físicamente y otros momentos más de calma y concentración para relajarse. Lo ideal es buscar un equilibrio entre las tareas que realicen los niños a lo largo del día de forma que tengan tiempo para correr, saltar, hacer ejercicio, relacionarse con otros niños y también para otras actividades que requieren más concentración como la lectura o las tareas de refuerzo escolar”.

Beneficios de jugar al aire libre
Lo que es innegable es que los beneficios que acarrea el jugar al aire libre son importantísimos para el crecimiento de los niños. Así lo indica la Guía de Juegos y Juguetes AIJU 2009-2010, que enumera varios aspectos beneficiosos del juego infantil al aire libre: “Desarrolla la motricidad y la orientación espacial; favorece el no sedentarismo; facilita la exploración del entorno y aumenta la curiosidad por el mundo; favorece el desarrollo sensorial…”

Estando fuera de casa, en contacto con la naturaleza, es más fácil que se despierte su curiosidad por lo desconocido y se lancen a investigar, descubriendo nuevos olores, tocando cosas nuevas, probando texturas diferentes… porque, ¿qué madre no ha tenido que limpiar a su hijo la boca llena de tierra?

Y es que algo tan sencillo como jugar con la arena estimula los sentidos de los niños, y también su creatividad, ya que convertirán un montón de tierra húmeda en un castillo, construirán una piscina a la orilla del mar, o cavarán un túnel en el que guardarán sus conchas. Esta posibilidad de crear les dará pie a que deseen planear otras cosas, tener ideas propias y llevarlas a cabo.

Como en otros juegos o entretenimientos, según la edad que tenga el niño, se podrá obtener un determinado beneficio; desde un adecuado desarrollo motor y un fomento del uso de la imaginación, hasta un correcto desarrollo de la socialización. Puede parecer que en este tipo de juegos, los niños se entretienen solos y que eso podría afectar a su capacidad para relacionarse con otros. Pero es algo que no debe preocuparnos, y en este sentido, Sonia Pérez nos orienta y afirma: “Dependerá de la edad del niño y de las posibilidades que tenga de estar en contacto con otros niños. En los 3 primeros años, el bebé puede jugar junto a otros niños pero no con ellos, ya que está todavía muy centrado en sí mismo. La relación con otros niños vendrá determinada más por si tiene la posibilidad de relacionarse con ellos, que por el juego al que esté jugando”.

No olvides que las actividades al aire libre son fundamentales para el desarrollo de los niños, y que los beneficios que otorga no se pueden suplir. Por lo tanto, ¡coge la pala y los cubos y empieza a disfrutar!

Démosle a los niños la oportunidad de descubrir el mundo por sí mismos (3)

Dentro de nuestra pedagogía y hacer cotidiano con los niños, contamos con esta idea fundamental, que forma parte de nuestra filosofía de trabajo. A solas con sus posibilidades supone dejar hacer a los niños hacer y trabajar, sin que sea el adulto siempre, el que tenga que dirigir cómo llevar a cabo la tarea o juego.

Si el educador plantea juegos interesantes a los niños, donde el juego en sí lleve implícitos muchos caminos de descubrimiento, donde todos los niños puedan encontrar su lugar y espacio, cada uno en su nivel de desarrollo y respetamos las maneras diferentes de juego de cada pequeño, estaremos tomando una decisión fundamental para conseguir un grupo de aula con muchas cualidades.

Supone también confiar en los niños, sabiendo que ellos poseen tantas capacidades que siempre sorprenderán a los adultos.

A veces son las inseguridades del educador las que no dejan crear a los niños, e impiden que éstos alcancen un nivel más alto; simplemente todos alcanzan el mismo nivel puesto que la lección es única, que es la que programó el educador.

Seguramente, los niños solos hubiesen conseguido más conocimientos, porque ellos han manipulado, han experimentado, han resuelto los problemas y los han conseguido dominar con su tesón y dedicación.

Pongamos un ejemplo: El educador lleva y dirige una actividad, en la que escoge varios instrumentos musicales, haciéndolos tocar a los niños, de uno en uno, señalando su nombre; incluso hace ritmos con ellos y canta alguna canción.

Esta actividad entusiasma a todos los pequeños; es el primer contacto con los instrumentos musicales.

Pero siempre es el adulto el que propone qué hacer y cómo hacerlo, mientras los pequeños le imitan; y después de un determinado tiempo de juego se recoge todo y se guarda. Esta es una manera de trabajar con los niños.

Ahora me gustaría proponer esta misma actividad de música, pero cambiando algún matiz:

En primer lugar buscaré instrumentos musicales: de madera, de metal, de cuerda… que pueden ser unos cascabeles juntos, unas castañuelas, una pandereta, unas maracas…

Y también puedo conseguir un saquito con piedras, unas canicas también dentro de otro saquito, un rulo de madera hueca con un palito para poder golpear el rulo, unas anillas metálicas unidas en una cinta…; cualquier objeto que pueda producir sonidos será válido para crear un espacio en clase para la música.

Lo más importante no es tener unos instrumentos musicales extraordinarios, porque si no los conseguimos o no tenemos medios dejaremos a los niños sin la oportunidad de experimentar sonidos y de crear juegos con ellos.

Tendremos que desarrollar nuestra imaginación, para suplir la falta de medios, cuando se de esta situación; con ideas.

Una vez seleccionado el material, deberemos decidir qué vamos hacer con él y cómo lo presentaremos a los niños. Mi propuesta es la siguiente:

El educador elegirá un lugar en el aula donde colocar los instrumentos musicales, para que estén siempre a su alcance.

Será el RINCÓN DE LA MÚSICA, un espacio donde los pequeños puedan tocarlos, moverlos, agitarlos, golpearlos y, en definitiva, descubrirlos ellos solos y con los compañeros.

Así, de esta manera veremos a los niños, A SOLAS CON SUS POSIBILIDADES.

En esta propuesta el educador tendrá otro rol diferente: será en primer lugar observador, mirando y descubriendo a cada pequeño, la manera peculiar de cada uno de ellos de investigar, con sus estilos diferentes de tocar, golpear…

Y observará las actitudes y emociones que les producirá el juego, así como las relaciones que se establecerán con los compañeros.

De la observación, el educador deberá analizar y sacar conclusiones, con la idea de seguir avanzando; se dará cuenta de detalles que podrá seguir añadiendo a su nuevo rincón: aquel sonido que no pusimos, aquel instrumento que si lo consigo y lo pongo a su alcance les hará felices, o la manera de ampliar la gama de madera, o si el mueble que colocamos para tener los materiales es el adecuado o deberíamos cambiarlo…

Sí es importante que los instrumentos estén algunos colgados, para que no estén siempre por el suelo.

Y será importante también elegir un lugar específico en la clase, allí donde no moleste mucho; todos estos detalles los descubriremos desde la observación.

En educación el primer rol del educador debería ser el de observador, porque nos enseña a descubrir a los pequeños y a situarnos en su nivel de desarrollo próximo, como nos decía Wigotsky. Y como tenemos la inmensa suerte de estar trabajando en el ciclo de 0-3 años, donde la creatividad en el educador es tan importante, debemos pensar y poner en práctica nuestras ideas para desarrollarlas en las aulas.

Además de observador, el educador participará con los niños en sus descubrimientos; sin interferir, por favor.

Y siempre que participemos que sea para ayudar a avanzar. No es necesario que demos la clase magistral, como si fuésemos los únicos conocedores del saber.

Yo, personalmente, he aprendido mucho más desde que observo a los niños y ellos me dan las pistas de cómo complejizar y enriquecer las propuestas de juego que les ofrezco.

Este rincón de la música, que ha surgido como ejemplo para desarrollar la idea de dejar a los niños a solas con sus posibilidades, podríamos ponerlo en cualquiera de las aulas, incluida la de los más pequeños (0-1 años).

A solas con sus posibilidades habrá quedado claro que no supone dejar al pequeño solo, sin hacerle caso; es todo lo contrario: ofrecerle la posibilidad de jugar a su ritmo, con su estilo, con su forma de descubrir, y desarrollando sus múltiples lenguajes.

Pero siendo el educador el que le observe, le anime, le felicite y sobre todo le ofrezca propuestas de juego atractivas e interesantes para su importantísima edad de desarrollo.

Maite Matamala García
www.acento.info

Planes de verano 0-3

Hacer planes para el verano con recién nacidos o niños menores de tres años implica tener en cuenta sus necesidades. Sin complicarnos mucho, sólo el hecho de movernos de casa supone meter en la maleta pañales, cucharas, baberos, biberones, tetinas, cunas de viaje y por supuesto ropita variada y de recambio si la escapada va más allá de un fin de semana.

Tener un bebé no supone quedarnos sin vacaciones aunque hay que adaptarnos a la nueva situación y entonces, la palabra “vacaciones” que asociamos a descanso normalmente, adquiere entonces un sentido diferente. Si hay otros niños mayores que puedan ayudarnos a cuidar del bebé habrá que aprovechar la circunstancia y si no los hay a veces podemos pensar en cambiar las rutinas de este periodo estival con el fin de disfrutar de cada momento. Eso sí, lo mejor es empezar a planear cuanto antes como nos organizaremos. Las opciones son diversas:

• A veces disfrutar del verano en casa puede ser una buena opción y basta planear una excursión de un día a algún lugar especial como una piscina para cambiar de aires. También podremos optar por un parque temático, una montaña, una visita a un familiar lejano o una ciudad nueva.

Pasar una jornada en la playa, el pueblo o la montaña es una buena ocasión para que toda la familia disfrute. Organizar la salida es primordial y para ello sería recomendable desplazarse en un medio seguro y confortable para todos. Quizá lo mejor es un coche que permite ir de puerta a puerta en la mayoría de los casos y sin depender de horarios. Además podemos parar por el camino si es necesario cambiar un pañal, comer, descansar, etc.

Juguetes y comida no deben faltar cuando se viaja con niños. También son muy recurridos los juegos de mesa apropiados o sus peluches y cuentos favoritos. Ahora ya los hay incluso sumergibles en agua!

• Para otros, dejar al bebé en buenas manos y organizar una tarde en el cine o de compras puede resultar lo mejor para aprovechar parte del tiempo de ocio estival. Tampoco os tenéis que sentir mal si la tarde se convierte en un fin de semana o unos días si sentís que necesitáis un descanso desde el nacimiento del bebé. Lo más importante en que ambos estéis de acuerdo en dejar al bebé con alguien de vuestra confianza.

• Sea cual sea el plan, aprender a la vez que divertirse debe ser siempre un objetivo, la condición “sine cua non” de las vacaciones. Por ejemplo, dedicar más tiempo a enseñar a los bebés o niños de la casa a explorar la realidad y jugar con ella o con el propio cuerpo mejora la motricidad de los más pequeños al tiempo que afianza las relaciones afectivas de toda la familia. En este sentido, será muy divertido por ejemplo pasar una tarde de verano dedicándola al juego en movimiento: Volteretas, “batallas” de cojines, lanzamientos de pelota… que serán para el bebé como ir al gimnasio y si tiene alrededor de un año no parará de reír al hacerle cosquillas o simular que lo lanzamos al aire “a volar”.

Con los más pequeños también funciona sentarles en las rodillas y simular que están en un tren, en un coche, en un avión, en un caballo… Imitando que llega una curva hacemos que el bebé caiga en el sofá y así aprende que tiene que agarrarse bien a nuestras manos.

El verano también puede darnos la ocasión de enseñar a los bebés a cuidar y proteger la naturaleza, lo que les convertirá en personas con conciencia medioambiental. Esa enseñanza no sólo debe centrarse en las actividades realizadas en plena naturaleza, sino en cada momento aunque el verano puede ser el mejor momento para empezar porque estamos más tranquilos y despreocupados. Dedicar un rato al día a practicar yoga con los más pequeños les ayudará a encontrar el equilibrio entre cuerpo y mente ya que las posturas del yoga se inspiran en los elementos de la naturaleza según explican los expertos: el coraje de un león, la firmeza de un árbol o la agilidad de un gato se pueden imitar con el cuerpo humano. Para los más atrevidos una mochila portabebés nos permitirá el disfrute de la naturaleza en movimiento.

• Si por el contrario en tu hogar el concepto vacaciones implica ir con toda la familia lo mejor será tener resuelto el tema de las comidas con un todo incluido y los baños infantiles así como llevar una cuna de viaje o una sillita adecuada para respetar al máximo los tiempos de sueño del bebé. En caso de niños con alergias o intolerancias alimentarias habrá que comentarlo en la agencia de viajes o en el hotel si viajamos por nuestra cuenta.

En definitiva, las opciones son múltiples. Puede ser tan buena idea pasar unos días fuera de casa con unos familiares, por ejemplo, como en una casa rural o un camping. Teniendo esto en cuenta sólo falta disfrutar de los primeros baños de los bebés en la playa y de los juegos con agua y arena con el cubo, la pala y el rastrillo.

A los más pequeños les encantan estos juegos al aire libre porque descubren nuevas texturas, sensaciones y les ayuda a perfeccionar su coordinación motricidad fina que está a los 12 meses en pleno desarrollo. Además, al crear las formas piensan y planifican como quieren que resulte, lo que les hace más creativos y potencia su imaginación.

Viajar cuando somos niños abre la mente, despierta la curiosidad y nos permite vivir experiencias que recordaremos toda nuestra vida. ¡No olvides la cámara de fotos!

Vacaciones sin riesgos

Los más pequeños de la casa, al igual que tú, también necesitan de un merecido descanso estival. Disfrutar de la playa, del sol, de nuevos lugares… es magnífico también para ellos, pero hay que extremar las precauciones para no correr ningún riesgo en vacaciones, cuando dejamos a un lado las rutinas de cuidado habituales.

Las vacaciones son la época ideal para recuperar el tiempo que en otras temporadas no puedes dedicar a tu hijo. Es un momento para estar juntos y relajarse… aunque no en todos los ámbitos. El verano es uno de los momentos en que más accidentes infantiles se registran, por lo que hay que estar más alerta que nunca, puesto que, además, hay nuevos peligros que conviene evitar. Te hablamos de todos ellos.

El sol: más peligroso de lo que parece
Tanto si vas a la playa como si te decides por la montaña, o incluso en la misma ciudad, has de tener especial cuidado con que tu niño no se exponga a demasiado sol. Pero esta precaución no tiene sólo que ver con las horas en que esté bajo el astro rey; influye también el momento. Así lo advierte el Dr. Antonio Redondo, miembro de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP): “A partir de junio, los niños no deben exponerse al sol entre las 12 del mediodía y las 17:30 de la tarde. Sólo es aconsejable permanecer con ellos en un lugar soleado a primera hora de la mañana o a última de la tarde”, recomienda. “Las horas centrales del día son para estar a la sombra, evitando el sol, pero no bajo una sombrilla, que deja pasar los rayos solares, sino resguardándose con árboles si se está al aire libre”. Hay que tener en cuenta que la arena refleja entre el 10 y el 25% de los rayos ultravioleta, los más intensos y peligrosos del verano, por lo que no sirve de nada poner al niño en un parasol. Las horas de sol recibidas son, además, acumulativas, por eso los dermatólogos insisten en evitar la exposición prolongada ya desde pequeños como protección frente al melanoma (un cáncer de piel).

Con respecto a la fotoprotección, es importante que sepas algunas cosas: “Si el bebé es menor de 6 meses, hay que utilizar una crema con filtros físicos (los filtros químicos están contraindicados a esta edad)”, explica el pediatra. Al comienzo del verano conviene aplicar un factor de protección alto, el 50 es el ideal, aunque conforme avance el periodo vacacional se puede bajar a 30 o 20. No obstante, hay que tener en cuenta el tipo de piel del niño y si es muy blanquito o pelirrojo, tiene pecas, dermatitis atópica u otras afecciones de la piel y se pone rojo o se quema enseguida, conviene seguir con un fotoprotector alto todo el tiempo.

Lo más recomendable es aplicar la crema, al menos, media hora antes de que el niño se vaya a exponer al sol; luego “hay que volver a echársela cada dos horas o incluso antes si el niño se baña o si está en la arena”, detalla el Dr. Redondo. El uso del gorro es obligatorio y, dependiendo del color de sus ojos y de lo delicado de su piel, puede estar indicado el uso de gafas de sol (siempre homologadas) y de una camiseta blanca, mientras está expuesto al sol.

Al agua, patos
En general, los niños disfrutan mucho con el agua, salvo que el contraste de temperatura sea muy acusado, lo que les puede hacer rechazar el baño. Pero, en el lado contrario, están los que no quieren dejar de estar en remojo ni un momento. La premisa básica es que los padres siempre mantengan una vigilancia activa. Lamentablemente, los ahogamientos son una causa común de fallecimiento en esta época (8% de la mortalidad infantil en este periodo), y se producen, sobre todo, en piscinas privadas y en varones de entre uno y cuatro años. Así, pues, no hay que perderlos de vista ni un momento.

Pero ¿pueden bañarse en cualquier lugar? En principio sí, pero “si el bebé tiene menos de 6 meses conviene que no lo haga en piscinas públicas donde el agua recibe tratamiento; en este caso, es mejor que se le prepare una piscinita solo para él. Luego, a partir de esta edad ya cuentan con más defensas y pueden bañarse en sitios públicos”, detalla el experto.

La hora de comer
Cuando aprieta el calor es tan importante alimentarse de forma adecuada como hidratarse bebiendo lo necesario. Al niño hay que ofrecerle agua antes de que tenga sed; lo ideal es que tome unos dos litros al día (aunque si está con lactancia materna a demanda, es suficiente con ella). La fruta es, asimismo,una excelente y nutritiva forma de hidratarse.

Pero también conviene tener cuidado con ciertos alimentos, sobre todo si se lleva la comida preparada para tomarla fuera, lo que es más frecuente en esta época. El Dr. Antonio Redondo aconseja, especialmente, “evitar el huevo y sus derivados. Si comemos fuera y llevamos preparada una tortilla que se somete a un calor intenso, se puede estropear, con un riesgo muy grande de salmonella”, subraya. En caso de pasar un día al aire libre, es preferible que la comida del bebé se conserve al vacío; es decir, en este caso conlleva menos riesgos darle un tarrito comprado que llevar el puré hecho de casa.

Con respecto al biberón, siempre hay que desechar lo que sobra tras la primera ingesta del pequeño, sin dejarlo para una toma posterior; esa leche sobrante se llena de bacterias y, además, en verano hay riesgo de salmonelosis.

Tal como aconseja el experto, es conveniente que tras el almuerzo el niño espere unas dos horas antes de bañarse de nuevo. Esta precaución no hay que guardarla en la merienda o con comidas más frugales, pero sí si la ingesta ha sido importante, para no someter al tubo digestivo a un contraste de temperatura y provocar lo que se conoce popularmente como “corte de digestión”.

Los viajes: ante todo la seguridad
Da igual que estemos en verano o en invierno: siempre que viaje, el niño ha de utilizar un sistema de retención infantil adecuado a su tamaño y su peso. Es normal que en verano, con el calor y el cansancio del viaje, quiera deshacerse de su arnés o del cinturón, pero la actitud de los padres ha de ser inflexible. Eso sí, para hacerle más agradable el trayecto, conviene planificarlo bien, haciendo paradas cada dos horas para que el niño pueda descansar y cambiar de postura. Además, si hace excesivo calor, las ventanas deben cubrirse con parasoles, y hay que procurar estacionar el vehículo a la sombra durante los descansos para que no se recaliente la sillita y pueda quemar al niño al reanudar la marcha.

Si el viaje es en avión, el niño puede sentir molestias en los oídos durante el aterrizaje y el despegue. Para solventarlas, es útil ofrecerle el chupete, si aún toma, o algo de beber. En el caso de que el niño se maree con frecuencia, puede ser útil pedir al pediatra que prescriba algún medicamento antimareo.

Conviene cerciorarse de que se lleva toda la documentación necesaria en relación al niño (no olvidar la tarjeta sanitaria), y si se viaja al extranjero, hay que preguntar antes qué papeles hacen falta (imprescindible la tarjeta sanitaria internacional para no tener problemas en caso de requerir asistencia).

Picaduras: cómo actuar
Mosquitos, avispas, abejas, medusas… Ojalá tu hijo se libre de sus picaduras. En todo caso debes saber que si es muy pequeño no es conveniente que le apliques directamente un repelente sobre la piel; es mejor
hacerlo sobre su ropa o bien instalar un dispositivo ahuyentador cerca.

Si tiene la mala suerte de que le pique una medusa; toma nota de cómo debes actuar: limpia la zona de la picadura con agua salada (nunca con agua dulce). Si quedan restos de medusa, retíralos con unas pinzas, un guante grueso o una toalla de bastante espesor, pero procurando no frotar y que no entre arena en la herida. Es bueno también aplicar hielo en la zona, pero envuelto en una bolsa de plástico para que el agua dulce no entre en contacto con la piel, ya que podría ocasionar la rotura de células de la medusa que hubieran quedado adheridas y, con ello, provocar más daño.

Vídeos

http://www.youtube.com/watch?v=O1riIRubkps

http://www.youtube.com/watch?v=_CQshA4PSyM

http://www.youtube.com/watch?v=6y2YYlu4RSs&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=hG1csghWVbo&NR=1

Ocio en familia (II)

Continuamos con el tema “El ocio en familia” que comenzamos a desarrollar en el artículo del mes de mayo con el deseo de que tanto esa primera parte como ésta que ahora abordamos os sirvan de ayuda en el momento de planificar los tiempos de ocio con los niños.

No todas las alternativas de ocio familiar pasan necesariamente por salir de casa. Hay actividades que son muy adecuadas para compartir con los niños dentro del hogar, dándolas un significado de mayor intimidad y relación más directa padres-hijos.

Una de ellas puede ser cocinar. Es muy positivo y muy divertido introducir a los pequeños en el fantástico mundo de la cocina, sin necesidad -si la edad de los niños así lo aconseja- de acercarse a los fuegos o emplear utensilios potencialmente peligrosos para ellos.

Elegir una receta, reunir los ingredientes y el material que se va a necesitar, dejar que el pequeño nos ayude a batir, amasar, espolvorear, aplastar con una cuchara o tenedor, modelar…. son posibilidades que contribuirán a que pasemos juntos momentos inolvidables (plasmarlos con vuestra cámara de fotos porque le gustará tenerlas como recuerdo cuando vaya dejando de ser vuestro pequeñ@). Al aspecto anterior, esencialmente lúdico, hay que añadir que con esta actividad ayudamos a su desarrollo sensorio-motriz ya que van manejando elementos de muy diferentes texturas que es importante que manipulen (harina, azucar, masas donde hundir suavemente las manos o golpear con fuerza…); van teniendo conciencia de las diferentes pesos, medidas y capacidades de los recipientes; ponen en marcha sus cualidades artísticas dando forma a las masas o afinando su coordinación óculo-manual cortándolas con el cortapastas; trabajan el sentido del tiempo “para que el pastel esté rico hay que tenerlo en el horno hasta que las agujas estén aquí”. A todo esto hay que añadir que podemos aprovechar la circunstancia para irles inculcando pautas alimentarias saludables. Si a todo esto le añadimos que lo que cocinemos nos resulte muy apetitoso y nos lo comamos todos juntos celebrando el trabajo que han hecho ¿qué más podemos pedir a una tarde de ocio en casa?

El juego en los parques con otros niños de su edad. Disfrutar en el parque, al aire libre, ofrece muchas posibilidades de divertimento tanto para los padres como para los niños.

Jugando en los columpios, en los areneros con los cubos y las palas o realizando juegos dirigidos por los adultos como el escondite, la pelota, saltar a la cuerda o simplemente patinando o montando en bicicleta permitirá a los niños desarrollar su destreza y su habilidad motora y descubrirán, sobre todo, que existen “los otros” – tanto los que ya conocen como los amigos nuevos que pueden encontrar y que les ayudarán a poner en práctica recursos sociales para entablar el nuevo contacto (esto último muy útil para niños con personalidades tímidas e introvertidas) – a los que hay que entender, respetar, ayudar..

El juego, para el niño, es una escuela de la vida. El ocio y el tiempo libre proporcionarán la oportunidad de ensayar como debe ser uno: voluntarioso, emprendedor, constante, paciente.

Observando a los hijos en estos momentos los padres los conocen y pueden reorientar personalidades y corregir comportamientos susceptibles de mejorar: al tímido, al mandón, al que pega para solucionar cualquier pequeño conflicto… o aplaudir al generoso, al habilidoso, al que arrastra a los demás organizando juegos…

También en alguna de estas ocasiones es conveniente sacar fotos de estas experiencias y luego, en casa, rememorarla con los niños para que el sentimiento de satisfacción perdure.

Para finalizar el tema, entendemos que lo fundamental será centrarnos en buscar opciones que a la familia le guste y gestionar, con criterio, el tiempo de ocio organizando un plan adaptado a la edad de los niños y a la época del año en la que nos encontremos. Consideramos así mismo muy importante permitir que el niño, de vez en cuando, tenga un tiempo de ocio sin llenar por el adulto y permitir que sea él mismo el agente activo de su propio entretenimiento, que “se aburra” y que este “aburrimiento” de paso a su imaginación y creatividad.

Para ayudar a los papás, en Pecas, al inicio de cada unidad didáctica, enviamos algunas orientaciones para realizar con los pecos@s cuando están con ellos y que guardan relación con el centro de interés que estemos trabajando en el aula. De esta manera ambas actuaciones (la de casa y la de la escuela) se complementan en beneficio del niñ@ que lo percibe muy positivamente al encontrarse con un criterio común en los dos lugares que le tienen que otorgar seguridad: su hogar y su escuela.

La experiencia nos dice que educando con perseverancia en los primeros años y poniendo en marcha planes familiares con recursos lúdicos y emprendedores, los padres son más felices y están más tranquilos cuando llega la adolescencia. Y, en la adolescencia, los padres seguirán haciendo un seguimiento más encubierto pero en la confianza de que sus hijos que se divierten con alternativas de ocio saludables basadas en criterios y valores bien fundamentados.

Con este artículo terminamos nuestra colaboración de este curso. Querríamos contar de nuevo con vuestra lectura a partir de septiembre. Hasta entonces ¡FELIZ VERANO!

Mª Jesús Martínez
Directora CEI PECAS

La Edad de los cuentos

Hablar de cuentos, necesariamente nos remite a la niñez y a las palabras. Etapa que se asocia con momentos felices de juegos, cuentos y aprendizajes de todo tipo. Comida, abrigo y cobijo son las necesidades primarias que los adultos deben proveer al pequeño. Pero el niño requiere también de un sostén afectivo, para posibilitar su despliegue emocional y psíquico. Por ello, la función de los padres es de vital importancia.

En este camino de crecimiento y construcción, los niños atraviesan “momentos críticos”, de cambios físicos y mentales que conllevan también cambios en su relación con las personas, las cosas del mundo, y consigo mismo.

Las historias, los cuentos, al igual que el juego en la infancia, tienen un enorme valor para los niños como espacios y momentos privilegiados donde poder descubrir el mundo, descubrir-se y construir-se como sujetos autónomos, deseantes, insertos en la cultura y en comunicación con los otros.
Las historias y los cuentos ofrecen un escenario ideal de acompañamiento emocional, sostén simbólico y oportunidad para “digerir”, metabolizar las tensiones psíquicas que se producen durante estos “momentos críticos” de la infancia.

Momentos críticos

Momentos críticos en la infancia, son tensiones corporales y psíquicas asociadas al crecimiento, cambios relativos a la estructuración psíquica y corporal, que implican un pasaje de un modo de relación nueva con los objetos, con los otros y con su cuerpo.

Pasar del útero materno, donde el bebé recibe todo lo que necesita, a los brazos de mamá, implica un cambio de espacio, de condiciones ambientales, de relación con otros que aparecen en el horizonte familiar, con el propio cuerpo que experimenta necesidades que deben ser satisfechas por los adultos que cuidan a ese niño.

Este cambio, conlleva tensiones en los adultos, que deben cambiar y adaptar su vida cotidiana a la realidad del bebé. Así también el pequeño experimenta esos cambios en la relación con los otros, con el ambiente y consigo mismo, cambios que implican tensiones físicas y psíquicas en el niño, quien deberá elaborarlas y superarlas con ayuda de las figuras de cuidado primarias.

Más adelante surgen otros cambios, que coinciden con el hecho de que el niño permanece más horas despierto, completa el desarrollo de los sentidos, los cambios en la alimentación, comienza el gateo y la marcha, las primeras separaciones, la necesidad de un decodificador y guía, etc. Todos estos cambios evolutivos van a traer consigo cambios en la estructuración mental del pequeño y como todo cambio conlleva tensiones que deberán ser resueltas para pasar sin “deber asignaturas”, sin sobrecargas, a resolver lo que surge en la siguiente etapa de desarrollo.

Las palabras, el juego y el arte…

Los niños repiten en el juego todo cuanto les ha provocado una gran impresión en su día a día; de ese modo “metabolizan”, “digieren” la intensidad de la impresión, y así se adueñan, de la situación.
Cuántas veces hemos visto a una mamá enfada y reclamándole un mal comportamiento a su hija y al rato vemos que la niña “recrea” la situación con su muñeca. Repite esa situación, en su momento, angustiosa, para “digerirla”, para tratar de entenderla, entender las normas que tiene el mundo. Recién después, podrá incorporarla, nunca antes.

Cuentos a través de la historia

Desde la antigüedad, se usaron los relatos para trasmitir la experiencia, los conocimientos, la cultura y los valores del grupo, a las nuevas generaciones.

“A través de los siglos, al ser repetidos una y otra vez, los cuentos se han ido refinando y han llegado a transmitir, al mismo tiempo, sentidos evidentes y ocultos; han llegado a dirigirse simultáneamente a todos los niveles de la personalidad humana y a expresarse de un modo que alcanza la mente no educada del niño, así como la del adulto sofisticado. (…) Al hacer referencia a los problemas humanos universales, especialmente aquellos que preocupan a la mente del niño, estas historias hablan a su pequeño yo en formación y estimulan su desarrollo…” B. Bettelheim

A través de las historias, el juego y todas las formas del arte, todas las redes simbólicas, el niño puede comprender y reconstruir la realidad. Puede construirse psíquicamente.

El primer libro, una nana

Los bebés y los niños se conectan con las historias mucho antes de poder sostener los libros con las manos. Incluso antes de ver bien. Porque al principio “leer” es escuchar. Cuando aún están en el vientre, los bebés reconocen las voces de sus padres y esa voz amorosa que les da seguridad es el hilo que siguen para descubrir el mundo cuando nacen, momento en el que sus sentidos más desarrollados son el oído y el tacto. Las palabras de los primeros libros deben dirigirse a esos sentidos para poder despertar los otros.

La música, el ritmo, las repeticiones y la sonoridad de las nanas y rimas que les llegan con las voces de sus padres son el primer libro de los bebés. Un libro que se canta mientras los acariciamos y mecemos, un libro que se canta para provocar las primeras sonrisas, para decirles que les amamos y que llegaron a un mundo en el que queremos compartir muchos momentos especiales con ellos; muchas palabras y emociones, muchas y muy diversas vivencias, lecturas y aventuras en el camino de hacernos mayores.

Historias para cada edad, para cada momento crítico

El primer año de vida. Cuentos e historias que muestran el mundo: cuentos que muestran animales, objetos, texturas, etc.

Del año a los 3 años. Cuentos de situaciones cotidianas: la comida, el sueño, el baño, las normas, las personas.

De los 3 a los 6 años. Cuentos tradicionales, los de miedo, los sentimientos.

De los 6 a los 10 años. Cuentos de aventuras, cuentos fantásticos, los chistes, las adivinanzas.

Para salir al mundo

Cuando vamos a emprender un viaje, solemos prepararnos para recorrer lugares desconocidos, con una cultura diferente, quizás hasta una lengua desconocida para nosotros. Entonces buscamos “recursos”, “mapas”, “guías” que nos acompañen, nos orienten, faciliten esa “aventura” y nos permitan vivir momentos agradables para contar de regreso a casa, renovados y con nuevas experiencias que cambian nuestra visión del mundo y de nosotros mismos.

Así los niños necesitan de estas palabras, guías, que lo acompañarán en el camino de crecer por un mundo que es totalmente nuevo y desconocido. Mundo lleno de objetos pero también de personas, palabras, formas de hacer las cosas y reglas que lo rigen. Todo esto es desconocido para los niños y somos los adultos, con nuestras palabras y afecto que les vamos proveyendo de todas esas guías que les permitirán recorrer los caminos con más o menos recursos para que la aventura de salir al mundo sea más o menos afortunada.

En esta tarea, los cuentos son un recurso privilegiado que ayuda a “cargar la mochila simbólica de los niños”.

Un viaje iniciático

Un viaje iniciático es una experiencia, en la que un individuo se encuentra con situaciones hostiles o adversas que harán que su personalidad cambie, t
ome conciencia de sí mismo, de la realidad externa o de poseer una misión en la vida, y ve modificado y fortificado su carácter, espíritu o experiencia para lograr convertirse en una mejor persona, después de superar una serie de situaciones difíciles de afrontar.

Para transitar por la vida, necesitamos adquirir, desarrollar recursos propios, internos. Esos recursos son guías que nos orientan y nos dan herramientas que necesitaremos en los distintos “viajes” que emprenderemos a lo largo de nuestra vida.

El niño viene al mundo sin saber nada sobre él. Todo lo externo es extraño y nuevo. Pero también lo propio, él mismo necesitará conocerse, comprenderse a sí mismo en una interacción con el complejo mundo de estímulos, relaciones y normas que le rodean. Para poder enfrentarse a semejante tarea, necesita sostenes, recursos, ideas sobre cómo acomodar su vida interna, comprender sus emociones y entender las complejas reglas que rigen las interacciones con los objetos, con las personas, con la sociedad.

Andamios humanos

El concepto de “andamiaje” se relaciona con esta necesidad del niño. En una analogía, diremos que los padres y los adultos que más tarde aparezcan en el universo familiar y social del niño son como “andamios humanos”. Un andamio es una estructura que se coloca alrededor de una obra que va a construirse. Este andamio, al igual que los adultos, deberá estar a la distancia adecuada. Lo suficientemente cerca para proveer los “materiales” necesarios para desplegar la obra pero lo suficientemente lejos para permitir que este edificio tome su propia altura y estilo y no se “ahogue” con la forma del andamio. Desde el “andamio” se le proveen “materiales”: palabras que nombran y explican su presente, historias que lo vinculan con sus orígenes, que lo ubican dentro de un “linaje familiar” y que también lo proyectan hacia el futuro.

Palabras-materiales

Marie Bonnafé, diferencia en la comunicación de los adultos con los bebés y los niños dos tipos de lengua:

Lengua fáctica o de mensajes operativos: “Haz esto”, “Tóma”, “Basta ya”, “Hala”, “Venga” que transmiten consignas breves, prohibiciones o permisos. Esta lengua es fluida, incompleta y poco estructurada, no hay principio ni final y el sentido queda incompleto. Solo lo comprenden los que están en la situación.

Lengua del relato: permite expresar viajes al pasado, al futuro o a lugares distintos de los que escenifican la vida cotidiana. Se enuncia en una sintaxis correcta bien estructurada y secuenciada para comprender el sentido sin necesidad de estar presente: “¿Recuerdas? Ibamos al parque cuando se le soltó el perro a esa señora tan elegante. Tu te asustaste mucho pero el perrito no te hizo nada, solo quería…”

Ambas modalidades de comunicación son necesarias y válidas desde los primeros días del niño. Hablar solo del presente sería tan nocivo como nunca narrar nada. A través de ambas formas del lenguaje, los adultos transmiten esas “palabras-materiales” a los niños desde bebes, para ayudarlos a construirse como sujetos autónomos y creativos, desplegar todas sus posibilidades e integrarse al mundo.

“Para que una buena historia mantenga de verdad la atención del niño, ha de divertirle y excitar su curiosidad. Pero, para enriquecer su vida, ha de estimular su imaginación, ayudarle a desarrollar su intelecto y a clarificar sus emociones; ha de estar de acuerdo con sus ansiedades y aspiraciones; hacerle reconocer plenamente sus dificultades, al mismo tiempo que le sugiere soluciones a los problemas que le inquietan.(…) y estimulando, simultáneamente, su confianza en sí mismo y en su futuro.” B. Bettelheim

Los cuentos e historias en la infancia aportan esas guias y sostenes que necesita el niño para animarse a realizar todos los pequeños y grandes “viajes” iniciáticos que le permitan volver luego de esas “aventuras”, fortalecido emocionalmente, más sabio y con renovados deseos de emprender un nuevo viaje, luego de tomar la merienda…
Esta historia continuará…

Cinthia Sprenger – Logopeda – Máster en Psicopedagogía – Terapeuta Hanen
(info@elopsi.com)
Agradezco la colaboración de la Lic. en psicología Mónica López (Madrid) (monic_lo@hotmail.com)

Bibliografía:
1) Bettelheim, Bruno (1999); Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Ed. Crítica, Barcelona
2) Montoya, Víctor; «EL PODER DE LA FANTASÍA Y LA LITERATURA INFANTIL «, http://www.leemeuncuento.com.ar/fantasia.html
3) Petit, Michelle (2009), La Infancia en el país de los libros, Ed. Océano Travesía, Madrid
4) Savater, F. (1994). La infancia recuperada. Taurus, Madrid.

Algunas de las mejores nanas que pueden encontrar en youtube:

http://www.youtube.com/watch?v=xmC4EfbgVuw&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=KB65Y1Ec9SA&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=I_qXZhO0UeA&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=-nZ1cgrGMd0
http://www.youtube.com/watch?v=W2Sk7npENhc&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=5-m4Pr7UExg&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=Z461zwPYl6E&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=6lCAu7_vSTI&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=7DRzQqYST6o&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=8ZGaknrgt9U&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=fxpy8wGsusg&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=0WKb3YXOqg8&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=WmUu0rH0hhs&feature=related

Vínculos lectura y literatura:

http://www.leemeuncuento.com.ar
http://www.thereadingconnection.org
http://www.eric-carle.com/home.html
http://www.encuentos.com
http://www.educared.org.ar/infanciaenred/pescandoideas/archivos/a_buen_puerto_con_los_docentes_y_futuros_docentes/literatura/?cat=2⊂=33