Libros de Narval

Dos títulos con los que la Editorial Narval estrena 2012: Piccolo y Nuvola, escrito e ilustrado por el Premio Nacional de Ilustración 2011 Emilio Urberuaga, –entrevista pag. 8– y Un día de pasos alegres, de la autora e ilustradora Raquel Díez Reguera.

Piccolo y Nuvola trata con delicadeza el tema de la contaminación ambiental y narra al tiempo una bonita historia de la amistad entre un pájaro y una nube.

Un día de pasos alegres es la historia de un día cualquier en la vida de Martina y nos adentra en un mundo que no por fantástico deja de sernos extrañamente cercano.

Más información: www.nalvaleditores.com

Emilio Urberuaga, Premio Nacional de Ilustración 2011

El ilustrador infantil nos recibe en su estudio plagado de luz y pinceles donde deja fuera al hombre y al padre y sólo deja entrar al niño que nunca ha dejado de ser. Allí juega con sus colores y sus pinturas y así ha logrado esa conexión especial con varias generaciones de niños que ha llevado al ministerio de Cultura a concederle el Premio Nacional de Ilustración por su trayectoria.

¿Qué supone un premio a toda una carrera?
Da cierto vértigo porque piensas ¡Que pasa, ya he terminado! y no es así, yo estoy empezando. Es un empujoncito más. Alguien se ha fijado en lo que haces y eso para el saco de la vanidad siempre viene bien. Hace treinta años, desde el año 82, y yo me dedique tarde a ilustrar libros para niños, porque llegué a esto por puro azar.

¿Cómo han variado en estos años los gustos de los niños, o de los padres, que al final son los que compran los libros?
Evidentemente el niño es un cautivo. Es el destinatario, pero el que paga los libros es el adulto, y rara vez hay padres que dejan elegir a sus hijos. A veces tengo la sensación de que los padres formados ven un libro y registran cosas en su cerebro que el niño no ve pero que a él le parecen estupendas. Todo se reduce a una sola cosa que es claridad. Yo creo que en el lenguaje y en la imagen si hay claridad es aprehensible por todo el mundo.

Han cambiado detalles, lo fundamental no ha cambiado. Es igual que al fondo aparezca un ordenador o una máquina de escribir, las historias siguen interesando las mismas, solo cambia el decorado.

¿Cómo realizas tus ilustraciones?
Me gusta trabajar sobre papel. Yo me pongo a trabajar y lo que surge. Comienzo a mezclar y, como decía Picasso “yo no busco, yo encuentro”. De pronto ves algo que interesa y sigues por ese camino. Es un juego, para mí es un divertimento por el que además me pagan.

Te atreves además a hacer ilustraciones en blanco y negro para niños.
Sí, por qué no. El más reciente, Piccolo y Nuvola, apenas tiene color, tan solo en el pico del pájaro. Fundamentalmente son grises y no tiene texto. Todo vale. Es una historia donde la imagen de Piccolo centra la historia.

Destacan de tus personajes su humor mezclado con un toque de ternura.
Uno es como es y cuando crea algo deja su huella. A pesar de mi aspecto osco y de mi voz y de que mucha gente piensa que soy un gruñón, que lo soy, dentro de mí hay todavía un niño. Yo no he matado nunca al niño que fui. Las edades no importan ni en la infancia, ni en la juventud, ni en el estado adulto, ni en la vejez. Somos siempre el mismo. Tú te miras al espejo por las mañanas y eres la misma niña que cuando tenías cuatro años. Algo has aprendido durante estos años pero eres la misma. Hay personas que se olvidan y se ciñen solo a lo que están viviendo en el momento y a preocuparse sólo de aspectos esencialmente materiales.

Además de ilustraciones también has escrito textos. ¿Qué personajes son obras completamente tuyas?
El que te he comentado antes de Piccolo y nuvola, es el más reciente. Pero también Coco que es un cocodrilo, en Coco y la Luna. Una niña que se llama Sara en la selva de Sara y otros como Una cosa negra o ¿Quién anda ahí?

Los adultos a veces utilizamos los cuentos para inculcar valores pero ¿los niños que ven?
Yo a la hora de crear no me planteo a priori inculcar valores, lo que sí sucede es que si tú tienes una norma vital honesta claro que lo vas a transmitir en tu obra. Creo que he conseguido un lenguaje lo suficientemente sencillo como para que un niño lo entienda y un adulto también.

He descubierto que me gusta hacer cosas para niños porque pienso que es la época más pura, con todos los defectos que puedan tener los niños, que los tienen. Es la etapa más pura porque tienen los ojos muy abiertos para ver todo y tienen una generosidad que el adulto va perdiendo por el camino.

¿Qué importancia le das a que los niños lean?
A mí me parece fundamental, pero por otras razones a las que nos cuentan en los medios. Descifrar el código de la lectura es complicado, pero es tan divertido… Yo quiero que el niño llegue a tener la dependencia del libro, que tenga ganas de terminar de hacer algo para seguir leyendo el libro que tenga entre manos y descubrir la historia que oculta. Es puro disfrute. Todas las artes en general son disfrute y nos hace mejores seres humanos. Son para disfrutar, ver el mundo de otra manera y entender cosas que de una forma seria no seríamos capaces de entender.

¿Crees que en España se le da a la ilustración infantil la importancia que se debería?
Cada vez más. Lo que sucede es que en general al ámbito infantil no se le da la importancia que realmente tiene porque no se le da ni a la infancia ni a la educación. Tenemos uno de los presupuestos en educación más bajos de toda Europa. Los adultos cometen el grave error, primero de creerse que son adultos, cosa que no es verdad, porque seguimos siendo niños. Y lo más importante, el adulto no se da cuenta de que un niño que tiene ahora cinco años, dentro de treinta, que en la vida de un país es un segundo, puede ser el presidente del Gobierno. Cuanto más y mejor les des, mejores seres humanos estarás formando. Si formas un buen ser humano es probable que sea un buen gobernante, un buen político, un buen escritor, un buen pintor, un buen mecánico, un buen fresador. Esto es tan simple como eso.

Gemelos: ¿hay que educarlos igual?

La misma edad, el mismo físico, las mismas etapas evolutivas a un tiempo… ¿Plantea alguna peculiaridad la educación de gemelos? ¿Hay que marcar las mismas pautas para ambos o individualizar el trato lo más posible? Te lo contamos. Al margen del aspecto puramente logístico (tomas, baños, cambios, estimulación…) que supone la llegada de dos bebés a la vez a un hogar, tener gemelos implica un gran esfuerzo educativo por parte de los padres.

Desde los primeros meses es importante seguir una serie de normas para facilitar el desarrollo personal de cada niño y, por otro lado, proteger la privilegiada unión que tienen entre los dos.

¿Idénticos en todo?

Los gemelos provienen de un solo óvulo que se divide tras el proceso de fecundación (a diferencia de los mellizos, que proceden de dos óvulos fecundados por sendos espermatozoides), por eso su unión comienza a forjarse ya en el útero materno. “Su vínculo ya empieza antes de nacer: se tocan, se acarician, se empujan y se duermen juntos, acurrucados el uno contra el otro.

Además, los gemelos pasan por todas las etapas juntos. Y los idénticos comparten los mismos genes, lo cual hacen que se entiendan a la perfección”, subraya Coks Feenstra, psicóloga infantil y autora de El gran libro de los Gemelos (Ed. Medici). Pero esto no significa que tengan que ser tratados de igual manera siempre, pues es muy importante reafirmar la individualidad de cada uno. ¿Y cómo se consigue? Según palabras de la experta, se logra “educándoles como dos individuos y dando a cada uno lo que necesita. Es imposible educarles de modo igual; además, no es positivo. Siempre hay diferencias entre los dos, incluso entre los idénticos.

La clave está en respetar este vínculo único y destacar al mismo tiempo la individualidad de cada uno”, recalca. Es posible que los dos niños se interesen por actividades similares, ¡perfecto! Sin embargo, sí conviene seguir algunas normas para que se sientan ellos mismos, tales como:

• No vestirlos iguales: Es una muy comprensible tentación, pero es mejor que cada niño tenga su ropa y no vayan, por lo general, vestidos igual. Sí se puede hacer mientras son bebés, pero cuando van creciendo es más aconsejable que se vistan de forma diferente. Esta norma puede servir también para ayudar en el colegio, en caso de gemelos muy exactos físicamente, para que los cuidadores sepan reconocerlos (hay padres que aplican códigos de color a la ropa para ayudar a diferenciar quién es quién).
• Dirigirse a ellos por su nombre: Es más breve decir “los gemelos”, pero mucho más acertado llamar a cada uno por su nombre, que, además, se aconseja que no sea demasiado parecido. Tal como comenta la psicóloga, es totalmente normal que tarden más en conocer su nombre y que, durante una etapa, los niños “se llamen con un solo nombre para los dos (JuanMar para Juan y Marcos) o utilicen solo uno de los dos para ambos (Juan)”.
• Darles su espacio y su tiempo: Puede resultar muy complicado, y más si se tienen otros hijos, pero hay que intentar proporcionarle a cada uno de los gemelos un tiempo en solitario con los padres y también un espacio, que puede ser una estantería en la habitación, sus propios juguetes… Los niños deben reconocer que cuentan con un mundo personal al margen de su hermano. Y cuando llega el cumpleaños, lo mejor es que haya dos tartas, dos velas, dos regalos…
• No compararlos: “Hay que intentar compararlos lo menos posible -recomienda Coks Feenstra-. Su desarrollo no tiene por qué ser igual”. Del mismo modo tampoco hay que caer en la tentación de “comparar la educación que se le brinda a un hijo con la que se da a los gemelos, ya que en muchas situaciones las pautas son distintas. Los padres de gemelos se enfrentan a una serie de dificultades que otros padres no viven”.

¿Qué hacemos si…?

En general, la unión entre los gemelos es envidiable, pero no todo es un camino de rosas, pues también se pelean “¡y con vehemencia!”, como apunta la psicóloga. “Son las dos caras de una misma moneda: se quieren muchísimo y a veces se odian mucho. Los padres van entendiendo esa relación poco a poco”. Así pues, se trata de una forma de estar juntos que tiene unas peculiaridades que conviene conocer para actuar de la forma correcta.
• ¿Hay uno dominante? “No siempre se da una dominancia. Hay que matizar: en los idénticos suele haber más bien un ‘reparto de roles’. Uno es el hablador, el otro es el organizador, el que inventa los planes. O uno es el que entabla los contactos y el otro los mantiene. Según los puntos fuertes de cada uno llegan a tal reparto, que cambia según las fases de su vida”, aclara Coks Feenstra.
• ¿Se imitan siempre? “La imitación es una forma de aprender. Todo niño imita a sus padres y así va aprendiendo habilidades. El gemelo también imita a su otro gemelo. No es problema, salvo en el caso de que repitan las malas conductas del otro. Esto ocurre, a menudo, sobre todo entre el primer y el cuarto año. Los padres en estos casos deben ser flexibles y diplomáticos. Un ejemplo: uno salta en el sofá y la madre lo corrige. Al rato el otro también se pone a saltar. Lo hace en parte porque le gusta que la mamá también se fije en él, pero la madre no tendrá otro remedio que corregirle también”, detalla la experta. Así pues, la imitación es tanto de las cosas positivas como de las que lo son menos.
• ¿Se aíslan del resto de hermanos? “En general, en la familia es algo más difícil conseguir una armonía. Los gemelos tienden a formar una unión muy fuerte en la que incluso a veces no dejan participar al otro hermano. Tiene su explicación: los idénticos se entienden a la perfección y juegan realmente muy a gusto el uno con el otro. La participación de un tercero lo viven como una interrupción”, destaca la psicóloga. ¿Qué se puede hacer entonces? Favorecer el trato entre los distintos hermanos, por ejemplo, colocándolos a los tres juntos en la habitación, o haciendo pequeñas salidas en las que uno de los gemelos vaya acompañado del otro hermano.
• ¿Hacen fuerza frente a los padres? Según Coks Feenstra, “los gemelos pueden formar un bloque y rebelarse juntos contra los papás. Entre los dos se sienten siempre apoyados. Por tanto, para los padres de gemelos es más complicado enseñarles la disciplina y establecer límites. Pero no es imposible. El mejor remedio es ser estricto, claro y conciso. También es importante que los padres se dirijan a ellos individualmente; si se comportan mal, deben hablarles a cada uno por separado. Así las palabras surten más efecto. Si les hablan a la vez, se sienten mucho menos aludidos y se escudan el uno en el otro”, puntualiza.

En clase: ¿juntos o separados?
Es el eterno dilema. ¿Debe separarse en la etapa escolar a los gemelos? Para Coks Feenstra, hasta los tres años deben permanecer juntos en la guardería, lo que les facilita su adaptación y evita “una doble separación: la de los padres y la del hermano gemelo”. Una vez transcurrido este periodo, aconseja tener en cuenta tres factores: su relación, su madurez emocional y su origen biológico (gemelos o mellizos), ya que los gemelo
s pueden acusar más el alejamiento.

“En cuanto a la relación –explica- puede haber factores que hacen recomendable una separación, como una rivalidad muy acusada, una dominancia… Con respecto a la madurez emocional hay que valorar si ya pueden estar el uno sin el otro y si esto les beneficia de algún modo (separarles debe tener algún motivo). En general, a los tres años aún es algo pronto y es mejor esperar hasta los seis años en que se valore de nuevo la situación”. En todo caso, la experta recomienda que cada caso sea tratado de forma individual, “no es bueno que el colegio adopte una medida para todos los casos”.

Un ritmo diferente

Aunque en la mayor parte de las áreas de desarrollo no hay distinciones entre el ritmo de aprendizaje de los bebés gemelos con respecto a los que no lo son, sí que se constata una diferencia en cuanto a la adquisición del lenguaje. Así lo explica la psicóloga: “Los gemelos tardan unos seis meses más en soltarse a hablar. Se debe a que ellos gozan menos del contacto individual con los padres. Estos suelen hablarles a los dos a la vez”. No obstante, este retraso es temporal, ya que a los cuatro años se equiparan a los no gemelos.

En cuanto al sueño, los gemelos presentan menos problemas para conciliar el sueño y menos despertares nocturnos. ¿La razón? Al compartir la habitación tienen “menos sensación de soledad”. Otra particularidad interesante es que en los gemelos se da antes una sensación de “nosotros”, que de “yo”. Así, mientras que los no gemelos entre los 18 y 24 meses ya entienden que son personas individuales, en los gemelos esta percepción se retrasa hasta los 24-36 meses.

Para saber más
Si te surgen dudas sobre la educación de tus gemelos, entra en www.coksfeenstra.info. Podrás plantear tus preguntas, que serán respondidas por la experta.

Vídeos
http://www.youtube.com/watch?v=QWsrsKnGulA&feature=relmfu

Conflictos más frecuentes en la Alimentación (2ª parte)

Completamos el tema de los conflictos más frecuentes sobre alimentación. La educación nutricional exige a los padres paciencia, dedicación, no hacer concesiones inaceptables y un cierto respeto por el apetito del niño, siempre que el crecimiento y desarrollo del mismo, a juicio del pediatra, se encuentre dentro de la normalidad.

Una correcta alimentación del niño durante los primeros años de vida puede repercutir positivamente en su estado de salud, así como en su rendimiento escolar. Sin embargo, los padres que se preocupan en exceso por la comida pueden llegar a crear en sus hijos una dependencia no saludable en un acto que debe ser normal y placentero.

3. Aarón se niega a cenar en su casa

Hoy me ha preguntado la madre de Aarón sobre cómo come en la Escuela el niño. Y me he quedado sorprendida con la pregunta: en la Escuela el niño come muy bien y de todo. Pero ella me cuenta que lleva dos días que no quiere cenar; se niega rotundamente.

Aarón tiene un año y siete meses, come purés de verdura, legumbres, carne, pescado, de todo; está preparado para llevar una alimentación completa y así lo hace en la Escuela.

La madre, entonces, me ha dado toda clase de explicaciones: “le puse ayer para cenar un filete de carne, que se lo hice muy jugoso, porque era tierno; no lo quería. Yo también comí a la vez para que me viera y se animase; tampoco quería.

Entonces, le hice patatas fritas que son blanditas, le hice una tortilla que es más blanda que el filete, le trituré la carne para que la masticase con facilidad… pero lo único que se tomó fue un biberón de leche con muchos cereales”. Después de explicarme todos los detalles de la cena de la noche anterior, se quedó muy pensativa y me preguntó, o más bien afirmó: ¿todo esto me lo hace a mí, no? Es que no puedo con él.

La madre de Aarón le quiere resolver tanto las dificultades que presenta durante la cena, para que no se quede sin comer, que no se da cuenta que no son los alimentos los culpables de que el chico no mastique ni trague; es que se sale con la suya y sabe que conseguirá el biberón con cereales, después de que le haga hacer varios platos diferentes y preferidos por él, porque su objetivo es ganarle la partida a mamá.

Los hijos saben muy bien donde ganar a los padres, y los momentos de comida y sueño son los preferidos y elegidos por ellos. ¿Quién no tiene un ejemplo de la batalla, para conseguir que su hijo durmiera solo o al menos que nos tuviese poco rato ayudándole a conciliar el sueño, relajarlo y convencerlo para que no se levantara de nuevo de la cama a pedirnos agua, pis o cacas, a lo que no podíamos negarnos ante necesidades fisiológicas tan importantes?

Todos estos detalles los saben los niños y de eso se valen, de nuestra bondad y de nuestro buen hacer como padres; aunque en ciertos momentos consigan que pierdas los estribos y las ganas de ser su padre o su madre.

En la Escuela, después de nueve meses conocemos muy bien a Aaron y sabemos que le gusta probar a los adultos, para conocer sus reacciones.

En principio prueba a no querer comer; no le sirve.

También prueba a meterse mucha cantidad y así no poder tragar, o intenta forzarse o toser para echarlo; no es que todas estas estrategias no le sirvan, que lo puede hacer puesto que es su decisión y de él depende, pero en la Escuela conoce al adulto que tiene delante, que mantiene una actitud firme, serena y constante, y que por supuesto le dará de comer lo que haya cada día, y que deposita su confianza en el niño y esto el pequeño lo sabe. Es recíproco.

Los educadores que estamos con los niños los conocemos muy bien y sabemos que no podemos flaquear en estos temas, máxime cuando el niño come generalmente muy bien y de todo. No podemos perder la batalla ni dejarnos ganar.

También somos capaces de detectar cuando los niños no comen, porque están enfermos o desganados; y, entonces, tendremos que elegir otra motivación: ponerles poquita comida en el plato, o la más apetecible, por ejemplo.

La madre intentaba explicarme que todo lo que hacía, hasta triturarle la comida, era para que comiera, porque no podía estar sin cenar.

Yo creo que a la madre de Aarón le encantaría poder imponerse y conseguir que su hijo tomara cada día la cena que ella le prepara; pero a la vez se da cuenta de que no puede imponerse. Parece tan fácil de palabra, pero resulta tan difícil llevarlo a la acción. ¿O no es tan difícil? Depende de nosotros (sus padres).

4. Daniel se resiste a comer entero

Daniel es un niño que acudió a la Escuela Infantil con 5 meses; era, y digo era porque ya ha cumplido dos años, un bebé precioso, rubio, que se resistía a mirarnos cuando comenzó la adaptación; lloraba bastante y le costó aceptarnos, estaba muy unido a su madre y parecía que no quería separarse de ella.

La simbiosis que tenían madre e hijo era muy grande, les unía algo muy especial: el pecho de la madre. Daniel tomaba leche materna como alimento, así que cuando llegaba su mamá se tiraba hacía el pecho para que le diera; para él en ese momento la leche materna era algo más que alimento, era consuelo, cariño, refugio, relajación, descanso, individualidad, apego…; en definitiva: simbiosis.

Daniel tuvo que comer en la Escuela y comenzamos por el puré de verduras, resultó fácil, el niño poco a poco lo fue aceptando bien, quizás al principio no comía cantidad suficiente pero no nos preocupaba demasiado ya que podía complementarlo con el pecho; ya iríamos viendo y analizando el desarrollo de este proceso, no íbamos a adelantarnos, teníamos que dejar al niño que siguiese su propio ritmo.

Siguió con los purés de carne, pollo, pescado… y así con todos los purés de diferentes sabores, texturas, olores…siempre sonreía y disfrutaba con la comida.

Daniel siempre estaba dispuesto a comer, la cantidad podemos considerarla abundante y se enfadaba si no le dábamos el primero; esta reacción nos decía que al niño le gustaba comer y disfrutaba de ello.

Cuando cumplen un año más o menos por ese tiempo, les damos el puré de primer plato y les ofrecemos unos trocitos de ración: carne, pollo, pescado… para que prueben, lo toquen, lo miren y vayan haciéndose a las nuevas texturas, y sabores de los alimentos; para que se lo metan a la boca y lo mastiquen, sientan curiosidad por ver qué pasa si te lo tragas…son los primeros acercamientos a los alimentos enteros.

Daniel se mostraba interesado en aquellos trozos pero no se decidía a probarlos, miraba a sus compañeros con detenimiento, y todos los gestos de los demás no pasaban desapercibidos para él; estaba estudiando lo que hacía cada amiguito, también tenía en cuenta a las educadoras, sus reacciones y sus palabras de ánimo; él sonreía pero no accedía a probar el nuevo alimento.

Estuvimos atentas a ésta reacción, porque si había probado de todo (carne, pescado, pollo…, pasado con las verduras, en puré) qué había sucedido ahora, ¿por qué se negaba a comer entero si eran los mismos alimentos? Los sabores los conocía de sobra; tenía que ser otro factor, la textura quizás, la forma, el color, el tamaño…

Primer plan: observar la reacción del niño ante cada alimento: ¿serían todos rechazados por él o había alguno que aceptaba y comía? Así que cada día le poníamos su segundo plato con los trozos, hasta ver si eran todos rechazados o no, no teníamos prisa, contábamos con tiempo suficiente para que poco a poco fuese mirando, probando, oliendo, descubriendo cada trozo de alimento sólido.

La peculiaridad de que los alimentos fuesen en trozos no era la parte fundamental de su rechazo y que no probase, ya que Daniel comía trozos de pan, galletas, trozos de fruta como manzana, pera, naranja… o sea que había alimentos que sí aceptaba entero.

Ante las primeras observaciones sobre la reacción del niño ante la comida, decidimos adoptar una postura natural: cada día le íbamos a poner el segundo plato como a los demás sin insistirle; esperábamos su decisión y respuesta ante los diferentes alimentos, si no lo comía se lo quitaríamos sin darle mayor importancia, nuestra única insistencia iba a ser invitarle a probar.

Lo más interesante en estos casos, cuando los niños rechazan la comida, por el motivo que sea, es la postura del adulto; ésta tiene que ser la de estar tranquilo sin nerviosismos ante la situación de que no coma, ya lo probará, tampoco íbamos a estar impacientes mirándole, insistiéndole, agobiándole. No teníamos que dejar que nos metiese en su dinámica.

Las reacciones de Daniel eran curiosas de observar, cuando le poníamos el segundo plato:
• Miraba con detenimiento la ración para seguidamente dirigir la mirada al adulto, observando su reacción.
• Su interés continuaba por los compañeros: ¿cómo reaccionan ante la comida, qué hacen con ella, la comen, les gustaba…? Durante la observación detallada podíamos ver como el niño hacía movimientos con la boca, como si fuese él el que está comiendo; incluso se le caía un poco la baba de gusto.
• Otra reacción muy habitual es llamar la atención del educador para que le mire y explicarle que no va a comerlo; por eso es interesante mantener una postura relajada, que el niño observe que no nos preocupa que no coma, no debemos meternos en ese terreno y mantener una lucha por conseguir ganar porque entonces surgirá la lucha.
• Si el educador se mantiene relajado ante la postura del niño, éste se dará cuenta de que no merece la pena plantear batalla al adulto, no ocurre nada, no hay reacción.

Cada día Daniel podía mirar, observar y tocar los alimentos, juntarlos, separarlos, descubrir todos sus ingredientes y con el paso de los días acercárselos a la boca y chuparlos. Una vez que los tuvo a todos bien estudiados, se decidió a probar las croquetas que le gustaron muchísimo, la pechuga de pollo bien doradita y el pescado rebozado y crujiente; estos tres alimentos fueron los que aceptó casi a finales de curso, el resto no fueron elegidos por el niño.

Fue curiosa su elección: los tres alimentos tenían algo en común, el color, los tres se presentaban dorados y crujientes. Siempre que llegaba a su plato las croquetas, el pollo o el pescado hacía un gesto de agrado y miraba al educador con una sonrisilla de complicidad como diciendo (ya sabes que esto si me lo comeré); el resto de alimentos cuando yo quiera.

Daniel sabía muy bien cómo expresar al educador sus decisiones y postura ante la comida. Todos teníamos claro que iba a comer de todo cuando él decidiera.

Como conclusión sobre las diferentes posturas ante la comida podemos extraer las siguientes:
• Premisa primera y fundamental es no obligar a los niños a comer, ni forzar, ni enfadarse con ellos; tienen que comer por sí mismos.
• Observar y analizar los motivos de por qué un niño se niega a comer.
• Dialogar con la familia sobre la alimentación de su hijo para mantener las mismas actitudes.
• Cuando sabemos que un alimento no le gusta o se niega a comer, la mejor postura es ponerle poca cantidad para que pueda llegar a terminarlo; de esta manera irá probando y poco a poco aceptando todos los alimentos, sabores, olores, texturas…
• Nombrarle camarero con frecuencia para animarle a comer, con la responsabilidad de que tiene que poner, quitar, recoger platos, cubiertos…hacer bien las tareas del camarero.
• La comida suele ser muchas veces motivo de desencuentros entre adulto-niño, donde ellos nos plantean batalla y nosotros entramos en ella siendo difícil buscar un punto intermedio.
• La comida tiene que ser un momento agradable donde disfrutemos de los alimentos y la comunicación con los demás.

Daniel llegó a disfrutar comiendo tres alimentos enteros, esperamos que consiga disfrutar con muchos más.

www.acento.info

Rastreo on line del universo escolar

El día 30 de marzo nace scholarum.es, el primer gran buscador de colegios españoles. La web incluye un sofisticado sistema de filtros y todo tipo de información (rendimiento académico incluido) sobre los más de 19.000 centros educativos que funcionan en nuestro país. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de libertad de elección de centros? Si aparcamos por un instante las connotaciones ideológicas de este derecho –que básicamente giran alrededor de la concertación o no de centros privados–, resulta cristalino que el concepto de libertad está directamente asociado al de información.

En cualquier campo, también en la esfera educativa. Cuanto más acceso a información relevante posea un individuo, en mejores condiciones se situará para ejercer su propia libertad, sea ésta cual fuere. Una avalancha de información bien organizada es precisamente lo que proporciona scholarum.es, el nuevo buscador de colegios que el Grupo Siena lanzará para todas las familias españolas el próximo día 30 de marzo. Se trata de un servicio pionero en nuestro país que aglutina referencias de los más de 19.000 centros de enseñanza obligatoria que actualmente operan en España.

“Existen buscadores de los productos y servicios más peregrinos, así que parece obvio que debe haber un buen buscador sobre lo que consideramos más importante: la Educación de nuestros hijos”, asegura José María de Moya, director general de Siena.

Scholarum.es emerge como una especie de oráculo virtual para padres que aspiran a encontrar el colegio idóneo en el que escolarizar a sus retoños según sus propios intereses, posibilidades y convicciones. Desorientadas, perdidas en el insondable océano on line, las familias españolas en busca de centro que hasta ahora recurrían a internet topaban con una enorme dispersión de fuentes, muchas de escaso rigor. Al final, en la mayoría de los casos, las opciones se limitaban a visitar webs de centros.

Una por una, sin posibilidad de mirar con perspectiva y establecer comparaciones de acuerdo a criterios bien definidos. Además de ser el primer portal que acapara la totalidad de la oferta educativa nacional pre-universitaria, scholarum.es abre las puertas a la transparencia sobre una de las cuestiones que más interesan a los padres: el rendimiento del centro desde una óptica estrictamente numérica.

“Pienso que el gran valor diferencial del buscador es que en él aparecerán los resultados académicos de cada centro: media en selectividad, pruebas de nivel que realizan las comunidades autónomas…”, señala De Moya. A esto se añade una amplísima batería de filtros de búsqueda (ver despiece en página 3 para una explicación detallada).

Desde la titularidad del centro (público, privado o concertado) hasta si allí se imparte chino o incluye la natación sincronizada como actividad extraescolar. Hablamos en cualquier caso de un buscador abierto y flexible que irá añadiendo o descartando criterios según sea la respuesta de los padres y los colegios.

Otra singularidad de scholarum.es tiene que ver con el énfasis que pone y la importancia que otorga a los comentarios y opiniones de los usuarios. Cuando el portal esté operativo, será posible compartir con el resto de la comunidad escolar impresiones sobre cualquier colegio. Más aún, de forma análoga a otros buscadores de prestigio, la web tendrá muy en cuenta las valoraciones de los padres y alumnos a la hora de posicionar a los centros en una búsqueda concreta.

Esta nueva herramienta del Grupo Siena pretende ante todo allanar el camino a las familias. “Como es lógico”, señala De Moya, “la búsqueda no se agota en lo que pueda ofrecer scholarum.es, pero supone un valiosísimo punto de partida porque ofrece mucha información previa. Luego, a la hora de tomar una decisión definitiva, lo pertinente es visitar los centros, hablar con el director, etc.”

Un cara a cara virtual

Una de las opciones más atractivas que ofrece a sus usuarios scholarum.es permite –una vez delimitados los resultados de la búsqueda– establecer comparaciones directas entre los centros que mejor se adecuen a los intereses de cada familia. Visualmente, la tabla comparativa aparecerá con los nombres de varios colegios o institutos formando una hilera horizontal en la parte superior.

Y a la izquierda, en vertical, figurarán los campos o criterios de búsqueda que los padres consideren más relevantes a la hora de matricular a sus hijos en una u otra institución educativa. Así, gracias a esta aplicación, las familias tendrán ante sus ojos una recopilación informativa clara y coherente que puede resultar de gran ayuda con vistas a tomar una decisión.

A partir del “mínimo común denominador” que haya determinado previamente el usuario, éste podrá comprobar de un vistazo en qué sobresale o flaquea cada uno de los centros que hayan superado ese primer filtro.

Quizá sea entonces el momento de realizar una segunda criba antes de contactar y visitar aquellos colegios que con mayor precisión se ajustan a lo que estamos buscando. En definitiva, se trata de concebir la web como una suerte de supermercado académico virtual en el que los padres asumen, más que nunca, la condición de clientes. Clientes que buscan y comparan un servicio que marcará, de una forma u otra, el futuro de tus hijos.

Aulas felices

“Es posible educar para la felicidad”. Son palabras de Ricardo Arguís, director del proyecto educativo español “Aulas felices”. Mediante la aplicación de una serie de prácticas basadas en la Psicología Positiva se fortalecen ciertos valores y percepciones que contribuyen a incrementar la felicidad de los niños y jóvenes. El proyecto está siendo todo un éxito en la red.

El pasado mes de febrero se presentó el proyecto Aulas Felices en el marco del XL Seminario de Centros Educativos de la Universidad de Navarra. Su objetivo, tal y como señala su director es el de “promover la felicidad de los alumnos, los profesores y las familias, potenciando el desarrollo personal y social del alumnado”. Arguís está convencido de que “la felicidad es la asignatura olvidada y que la educación es la manera más importante de alcanzar y fomentar la felicidad en todas las personas”.

El proyecto lleva fraguándose varios años. Arguís dirige un equipo de educadores denominado el Equipo SATI (un Grupo de Trabajo dependiente del Centro de Profesores y Recursos “Juan de Lanuza”, de Zaragoza) que está poniendo en práctica las técnicas inspiradas en la Psicología Positiva en colegios de países como España, Venezuela, México o Colombia. Destinados a niños y jóvenes de Educación Infantil, Primaria y Secundaria, la metodología que propone Aulas Felices se basa en una serie de ejercicios prácticos que proceden de la Psicología Positiva.

Ésta, señala Arguís, surgió hace unos 13 años y se define como el estudio científico del funcionamiento humano óptimo. Es decir, “es la ciencia del bienestar o de la felicidad y está involucrada en muchos ámbitos: salud, educación y organizaciones humanas entre otros”. En concreto la parte con la que trabaja este grupo de investigadores es una nueva rama conocida como la Educación Positiva y ésta se aplica en Aulas Felices fundamentalmente para trabajar dos aspectos: la práctica de la atención y la educación de fortalezas de carácter, señala Arguís.

Ambas contribuyen a fortalecer a “niños y jóvenes y fomentar una felicidad firmemente enraizada en la vida interior”.

La felicidad es en palabras de Arguís (que menta la definición de Sonya Lyubomirski) “la suma de la alegría, la satisfacción y el bienestar positivo combinados con el sentimiento de que nuestra vida es buena, tiene sentido y vale la pena”.

Y en concreto la felicidad que se puede enseñar en las escuelas es la que se puede trabajar, “la significativa”, explica el director. “Cultivando nuestro yo interior de manera que nuestra felicidad dependa más de nosotros que de nuestras circunstancias externas. Realizar este trabajo, desarrollar este recurso es lo más importante para conseguir el bienestar y la felicidad”.

Atención

Con el objetivo de hacer a niños, jóvenes, profesores y familias más felices, la metodología diseñada para este proyecto se centra en los dos pilares antes mencionados: la atención plena y el desarrollo de fortalezas del carácter.

Con la atención plena “niños y adultos viven más despiertos, más conscientes, son capaces de saborear y disfrutar más el momento presente, algo fundamental para ser feliz”, señala Arguís. Porque, explica, “no es tanto que no seamos felices como que no seamos conscientes de lo que nos rodea. Muchas veces no sabemos valorar lo que la vida nos ofrece”.

Así que se realizan prácticos ejercicios para despertar esta atención y hacer a los niños más conscientes del mundo que les rodea.

En cuanto a la segunda parte de los objetivos, las fortalezas personales, un equipo de investigadores americanos ha hecho un listado de veinticuatro fortalezas que son valores universales compartidos por todas las culturas.

Trabajar con ellas es fundamental. Se trata de “conceptos como la apreciación de la belleza, el amor por el aprendizaje, la curiosidad, el sentido de la justicia, la moderación, la amabilidad, la gratitud, la vitalidad, el optimismo, la perseverancia”.

Y todos estos aspectos tienen sus ejercicios específicos para ser trabajados en las aulas. Alcanzando en la medida de lo posible estos dos objetivos, se contribuye, asegura Arguís, “a hacer que la felicidad dependa más de nosotros mismos, que seamos más autónomos, para ir por la vida funcionando independientemente de lo que nos sucede”.

Este trabajo aplicado de manera sistemática con profesores, alumnos y familias, da resultados “sorprendentes”, explica el director.

El proyecto al completo con sus objetivos y sus componentes está publicado en Internet en la web: http://catedu.es/psicolo-giapositiva. Se puede descargar de manera libre y gratuita.

Una vida plena

Es importante distinguir los distintos niveles de felicidad que existen. Arguís hace referencia a los estudios del psicólogo americano Martin Seligman. Este establece tres niveles diferentes.

El primero se denomina “vida placentera” y es “cuando nuestro bienestar se origina por causas externas que se materializan en sentimientos y emociones positivas”. Suelen ser, señala Arguís, placeres efímeros. En un segundo nivel nos encontramos con lo que se denomina “la vida comprometida”.

En este nivel existe un mayor control por parte del hombre de lo que es su felicidad, ya que “es un nivel en el que hay que buscar activamente la felicidad involucrando nuestros puntos fuertes”. El tercer nivel es el más importante y es el que se pretende promover desde Aulas Felices.

Se trata de “la vida significativa”, y es “un paso adelante hacia encontrar un significado y un propósito a nuestra vida, lo que nos produce una vida plena”, según Arguís. El profesor señala que las personas que manifiestan estar “más satisfechas” son las que orientan su vida hacia estos dos últimos niveles. z

Educar a un niño ciego

Imagina que tu bebé nace y pocos días después empezáis a comprobar que no ve: ¿cómo aprenderá lo más básico? ¿Cómo harán los padres para emprender sus primeros años a su lado?

Manuel y su mujer tuvieron una primera experiencia como padres, cuanto menos, difícil: su hijo Miguel nació con un defecto congénito en los dos ojos que le supuso una ceguera irremediable.

A los dos meses de nacer, Miguel emprendió un viaje hasta Houston para intentar solventar el problema, ya que hace 28 años España no tenía condiciones para, ni siquiera, intentar tratar el problema del recién nacido.

Más de 10 millones de las antiguas pesetas después, y tras varios meses y varias operaciones quirúrgicas de por medio, regresaron a España con un larguísimo camino por delante: Miguel sería ciego de por vida y tenía que ser capaz de aprender lo que los demás críos hacen mirando a través de otros métodos. “Yo siempre he sido ciego. No conozco otra forma de vivir que no sea a través de mi ceguera”, nos dice Miguel. “Donde vosotros veis problemas, yo veo las cosas más normales del mundo.

Vuestro primer libro fue uno de dibujos: el mío, uno que se inventó mi padre donde cada página tenía algo que hacía un ruido diferente que me sirvió para identificar más adelante a qué hacía referencia”. “Sí, recuerdo ponerle campanillas, papel de plata, cascabeles…

Todo para él era un mundo diferente. Sus gestos eran increíbles cada vez que descubría un sonido diferente y nosotros, con la ilusión propia de los padres que descubren que están avanzando en algo, nos esforzábamos en conseguir nuevos estímulos para él”. Miguel aprendió el sonido de los coches, el del timbre, las voces de las personas cercanas o los ruidos que cada uno de ellos hacía y servía para identificarles”.

Un niño con algún impedimento, si es bien atendido, educado, y aceptado, podrá hacer las mismas cosas que cualquier otro niño, sólo que de un modo distinto. La actitud de respeto debe empezar desde el momento en que se detecte la discapacidad. No hay que limitar sus posibilidades por la simple razón de que el niño tenga una dificultad. Al contrario, hay que animarle y enseñarle las vías por las cuales podrá hacer lo que desea.

“La verdad es que los métodos, gracias a Dios, han cambiado mucho y las opciones que los padres tienen ahora a su alcance son muchas. Cuando Miguel nació había que usar la imaginación casi para emprender cualquier avance”, nos comenta Manuel. “Imaginad, por ejemplo, cómo enseñarle lo que es peligroso o no en casa, cómo reconocer a los seres queridos…

Son muchas cosas que los padres tenemos que ingeniarnos para sacar adelante”.

El oído y el tacto

Recordemos: no pueden ver, pero el resto de las posibilidades sensoriales deben ser incentivadas y puestas en valor: la sensibilidad cutánea, la capacidad del tacto, y la audición son capacidades que se deben estimular y desarrollar por un niño ciego. A través de esas sensaciones, el niño podrá conocer su espacio, hacerse con él, ser capaz de controlarlo poco a poco.

El oído, por ejemplo, permite al niño diferenciar sonidos, localizar y detectar obstáculos e identificar personas y objetos. Cada cosa tiene que tener su especificación, su sonido especial que permita que el niño sepa lo que es. “Recuerdo que a cada puerta de la casa le pusimos una campanita de distinto tamaño: la de la cocina, la del cuarto de baño… Así, según Miguel fue creciendo fue capaz de identificar a dónde iba por el sonido, hasta que se hizo un mapa mental de la casa y de su espacio”.

La educación de un bebé ciego tiene como objetivo conseguir su maduración y desarrollo de acuerdo con sus posibilidades. El papel de los padres es importante. Deben considerar que:

  • Deben fomentar la exploración del bebé de las distintas partes de su cuerpo.
  • No deben impedir la actividad motriz por miedo a las caídas.
  • El desarrollo del tacto y el oído es importante para que el niño perciba los sonidos y descubra de donde proceden.
  • Deben fomentar los comportamientos pre-verbales del bebé (la sonrisa, el llanto…).
  • Deben estimular la exploración del entorno, asignando palabras a los objetos.
  • Deben ayudar al niño a desarrollar actividades de la vida diaria como coger el biberón, el chupete, utilizar los cubiertos, vestirse y desvestirse solo, indicar cuando se orine, etc.
  • Es fundamental que los padres pierdan el miedo a que sus hijos descubran por sí mismos determinados momentos.

Miguel lo deja claro: “Como decía, siempre he sido así. Nunca he visto, por lo que el mundo se me presenta a través de los otros cuatro sentidos y, en realidad, me parece un mundo alucinante”.

“Talento es una forma bonita de llamar a la constancia”

Paco Roca lleva garabateando casi desde que el momento en el que cogió un lápiz. Ahora, no tantos años después de eso, es Premio Nacional de Cómic, ha hecho una película y se ha llevado dos premios Goya a casa. Si tu hijo está todo el día dibujando en las tapas de los libros, déjale. Igual tiene futuro…

Albert Einstein, aquel señor con el pelo ensortijado que demostró que el tiempo no tiene una sola medida, ya lo dijo en su día: si no puedo dibujarlo, no puedo entenderlo. Paco Roca, cara de pícaro y barba canosa de tres días, una de esas incoherencias que acompañan estas charlas informales, decidió dibujar lo que quería contarle al mundo.

Con ‘Arrugas’ ha conseguido varios hitos: que el cómic salte a la pantalla de cine y que, además, sea reconocido como el mejor guión del año. No era sencillo, teniendo en cuenta el punto de partida: una historia sobre la pérdida, los recuerdos, la familia… el Alzheimer. Una preocupación que siempre estaba presente:

R.
Me preocupaba la vejez: mis padres son ya mayores y cada vez que hablo con ellos me dan un detallado informe médico de cómo se encuentran, qué medicamentos toman y cuáles deben ingerir para contrarrestar los efectos secundarios de los primeros. A esto se añadió el hecho de que Emilio, el padre de uno de mis mejores amigos, tenía Alzheimer.

P. Cuando se hacen presentes los problemas cobran especial significado, claro.

R.
Por supuesto. Le conocía desde hace muchos años, y me parecía una persona muy culta e inteligente. Siempre lo veía leyendo junto a su enorme biblioteca atiborrada de libros, escuchando música. Me parecía un ejemplo de lo que me gustaría ser a su edad, llegada la jubilación. Por eso fue un duro golpe ver la degeneración que fue sufriendo debido al Alzheimer.

P. Terrorífica…

R. Me parece la peor enfermedad imaginable. Una enfermedad que devora nuestros recuerdos, todo lo vivido, sensaciones, sentimientos…

P. Algo que en el cómic permanece…

R.
El cómic es una forma de trasladar historias; un lenguaje especial, pero sí, un lenguaje que pretende que las historias lleguen de un sitio aotro.

P. Se vuelve a tener en cuenta el cómic, el tebeo, en España.

R.
Si, desde hace algunos años hay acciones que han tenido mucha importancia: desde lo que se hace en el cine hasta el Premio Nacional, que hacen mucho por la dignidad y la visibilidad de un lenguaje que estaba un poco olvidado. Si te fijas, ahora hasta El Corte Inglés tiene una sección de cómic, algo que hace unos años era impensable.

P. Aunque en España el cómic rompre barreras comunicativas y de educación a ritmo lento…

R.
Pero fue un fenómeno de masas en su día, aunque ahora no lo recordemos. El problema está en que había dejado de serlo. A comienzos de los 50, cuando la tele no era multitudinaria y el cine no era tan accesible como ahora, el cómic era tremendo. Las revistas de Bruguera tenían millones de ejemplares de tirada… Carpanta o Zipi y Zape eran personajes conocidos públicamente, algo que se fue perdiendo en detrimento de la tele, claro. Creo, de todas maneras, que esa fuerza se está recuperando.

P. No hay más que ir más allá de la Ceremonia de los Goya, en la que más allá del esperado galardón a la mejor película de animación, Arrugas ganó en Mejor Guión Adaptado, donde competía con ‘La voz dormida’ o el todopoderoso Almodóvar con ‘La piel que habito’…

R.
Nada menos, sí… Lo de los Goya me recuerda a aquello que dijo Amstrong cuando pisó la luna: es un pequeño paso para los Goya, pero un gran salto para la animación. Es la pera que por fin se reconozca la historia, no sólo el formato. Lo que está detrás, lo que se cuenta, es lo importante.

P. Para un tipo como tú, que se dedica a contar historias casi sin quitarse el pijama, como dices, hacer una película debe ser un salto con doble tirabuzón, ¿no?

R.
No te lo terminas de creer hasta que no te ves en un estudio. Te quitas el pijama, pero no sólo en el sentido real de la palabra, sino porque dejas de trabajar tú sólo y empiezas a colaborar con un equipo, algo que da bastante miedo, porque entre otras cosas yo me dedico a los cómics porque no me gusta discutir con nadie y es algo que me había pasado en el mundo de la publicidad, donde trabajaba.

P. El miedo a la incertidumbre…

R.
Claro. Te da miedo todo: a ver cómo queda, a ver cómo les transmito yo a los demás lo que quiero con tal o cual escena… pero fue todo estupendo y una experiencia súper enriquecedora.

P. Había buen material…

R.
Eso creo yo. (risas)

P. Al margen de la vocación, el desarrollo de tu profesión viene dado también por tu talento para dibujar y contar historias, ¿no?

R
. Puede que exista eso del talento, pero yo creo que es una forma bonita de llamar a la constancia. De pequeño dibujaba más o menos bien, pero había compañeros que lo hacían veinte veces mejor que yo. La diferencia estaba en que a mí me gustaba más. Eso es lo que hizo que le dedicara más horas y que el dibujo se convirtiera en mi manera de contar historias.

P. ¿Leías tebeos cuando eras niño?

R.
Por supuesto, como casi a todos… Empecé con los clásicos que todos conocemos y poco a poco fui encontrando nuevos caminos, el cómic centroeuropeo, francobelga, los superhéroes y demás… Hay cómics para todas las edades.

P.Ya se ha superado ese estigma de que el cómic es sólo para niños, ¿verdad?

R.
Sin duda, cada vez más la gente es consciente de que hay cómic para niños y cómic para adultos, algo que en el resto de Europa era habitual.

P.Y de todos aquellos libros que leíste cuando eras chaval, ¿recuerdas alguno especialmente, con más cariño que los demás?

R.
Recuerdo con un gusto especial ‘Tintín y los cigarros del faraón’. En casa había pocos tebeos, recuerdo pedirlo y que nadie me lo regalaba, porque no lo encontraban, y éste estaba en la biblioteca del colegio. Iba todas las semanas a leerlo. Con ese cómic descubrí la magia de este lenguaje tan especial, la capacidad de trasladarte a través de una viñeta a otro mundo.

P. ¿Imaginas que dentro de pocos años alguien responde a esta misma pregunta contestando que el cómic que le cambió la vida fue ‘Arrugas’?

R.
Hombre, pues sería un honor, desde luego… y muy bonito, aunque uno nunca se plantea ese tipo de cosas.

P. ¿Te parece que con ‘Arrugas’ has conseguido emocionar?

R.
Creo que es uno de los logros. Los lectores de ‘Arrugas’ son muy especiales, porque necesitan contarte lo que han sentido leyendo la historia, algo que habitualmente no sucede. En esta ocasión mezclan sus vidas, sus experiencias con la que yo cuento en el cómic, y eso enriquece y lo convierte en algo muy especial. Incluso ha servido para que muchos padres puedan contar a sus niños qué le pasa al abuelo… Ver cómo lo que has hecho va más allá de tus propósitos es tremendo.

P. Hay quien dice que la verdadera crisis es la de la emoción…

R.
Es terrible, porque estamos cada
vez más acostumbrados a que la coraza que tenemos ante la realidad ocupe demasiado… Yo creo que la ficción sigue emocionando del mismo modo que antes. Te insensibilizas con la realidad, pero la literatura o el cine…

Un desfibrilador en el cole

Actuar con toda rapidez ante un problema cardiaco salva vidas, por eso es fundamental contar con desfibriladores en lugares muy concurridos donde se haga deporte. El colegio es uno de ellos.

Aún no son obligatorios por ley en los centros escolares, pero algunas Comunidades Autónomas ya han empezado a legislar para instalar los desfibriladores en todos los colegios. Se trata de pequeños aparatos electrónicos portátiles que pueden diagnosticar una parada cardiaca y revertir la situación mediante una descarga eléctrica.

No es necesario que lo utilice personal médico, pues están configurados para guiar mediante voz a la persona que haga uso de él en caso de emergencia, y, sólo actúan por sí mismos si el estado del paciente lo requiere. Lo ideal es que se instalen en un lugar accesible del colegio, de tal modo que se pueda acceder a él en un máximo de dos minutos desde cualquier punto, tanto para tratar a un niño como a una persona mayor que, por ejemplo, acuda a recogerlo.

¿La razón? Los primeros minutos en la asistencia de un infarto son cruciales, ya que los expertos estiman que la desfibrilación precoz en los 3-5 minutos posteriores al colapso puede producir tasas de supervivencia entre el 50-75%, y una ambulancia suele tardar mucho más en llegar.

Presente en muchos centros

Conscientes de esta realidad, cada vez más centros educativos se han interesado o están instalando desfibriladores. Por ejemplo, desde FERE (Federación de Escuelas Católicas) se ha ofrecido a sus 2.080 centros asociados en toda España la posibilidad de contar con un desfibrilador con unas condiciones ventajosas. Uno de los colegios que se sumó a la propuesta fue Santa María del Yermo, de Madrid.

Para Carlos Montes, su coordinador de Deportes: “Hay una sensibilidad mayor hacia la muerte súbita, y nosotros, que trabajamos con muchos niños que hacen deporte a diario, consideramos muy importante tenerlo, así como formarnos para poder actuar ante una emergencia vital”.

Otras iniciativas, como el Proyecto Salvavidas (www.salvavi-das.eu) ofrece a los centros la posibilidad de financiar la adquisición del desfibrilador. Así, los alumnos venden unas pulseras por 3€, de los cuales 1€ se destina al centro (para viajes de estudios…) y el resto para pagar el desfibrilador y recibir charlas formativas de soporte vital, primeros auxilios y resucitación cardiopulmonar.

Más problemas de corazón

Además de las enfermedades congénitas de corazón, que no son prevenibles, hábitos de vida poco saludables, como una dieta inadecuada o el sedentarismo, están provocando que en los últimos años se hayan multiplicado por diez las alteraciones cardiovasculares en niños y jóvenes.

Según un estudio de la Sociedad Española de Cardiología, la obesidad es un factor determinante para sufrir una afección cardiaca a una edad temprana, ya que deriva en otras patologías como colesterol elevado, diabetes o hipertensión, que son factores precipitantes. Pero no hay que olvidarse del riesgo añadido que supone el tabaco, ya que multiplica por seis las probabilidades de sufrir un problema cardiaco prematuro.