La mirada de un niño que lee

Regalar libros a los hijos es una responsabilidad y un privilegio. La fuerza de las letras, de los mundos posibles a los que dan vida, supone todo un reto. Un reto inevitable. El niño va a leer en cualquier caso. Y si no lo hace, buscará sus referencias en algunas de los múltiples instituciones que escupen mensajes sin cesar y con poco criterio. Pero no hay que alarmarse. Con un poco de sentido común y bastante mano izquierda –la imposición es siempre un mal recurso en estos menesteres– podremos orientar su necesidad de historias. Aquí van algunas ideas al respecto.

Autor: Ángel Peña

«No hay espectáculo más hermoso que la mirada de un niño que lee». La frase del Nobel alemán Günter Grass expresa un sentimiento lleno de ternura y de futuro. Un libro, en manos de un niño, es parte de su historia por contar.
Por eso, la elección de lo que queremos que lean nuestros hijos supone una doble responsabilidad. Por un lado, las primeras letras serán vitales para su aprendizaje en el sentido más amplio: su forma de ver la vida. Pero por otro, y siguiendo más de cerca la apreciación de Grass, pocas veces conseguiremos hacer algo tan puro como despertar el placer de un niño ante un libro.
El peso de la responsabilidad tiene su reverso más agradable en el despertar de uno de los vicios más saludables del ser humano: regalar. Pensar cómo acertar con ese niño que tan bien conocemos puede servirnos de reflexión sobre sus gustos, su personalidad, su mundo. En cualquier caso, nunca viene mal algún consejo.
Aquí proponemos varios, siempre conscientes de la limitación y arbitrariedad, –y consiguiente injusticia–, que supone cualquier selección. En ocasiones, el criterio es la actualidad, tanto en creadores como en ediciones; en otros casos, la fuerza de la tradición, que ha ido cristalizando historias universales.
La clasificación tiene una lógica función sistemática… y la consiguiente esperanza de ser bombardeada por la realidad.
Así, los grupos de edad son meramente orientativos: la madurez no es una ciencia exacta.
Una vez inmerso el niño en la lectura, nuestra misión ha terminado.
Aunque siempre estaremos dispuestos a explicar y matizar, en el fondo ya sólo están el libro y él. Pero siempre nos quedará la mirada de un niño que lee.

De 3 a 8 años

Cuentos de toda la vida

En la primera fase de aprendizaje, los niños escuchan. Para las primeras historias, la tradición ha cristalizado en cuentos tan perfectos que resisten el paso del tiempo como un encantamiento. Son los clásicos. Antonio Rodríguez Almodóvar, último Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, explica que hay que contarlos con toda la crudeza de sus historias, pero siempre con la presencia cercana de un referente familiar que haga que el niño se sienta protegido.

1. Cuentos de la media lunita, Antonio Rodríguez Almodóvar, Editorial Algaida. Colección de cuentos rescatados por el «Grimm español», tal y como lo definió la prensa alemana. 2. El libro de los 101 cuentos, Christian Strich, Anaya. Recopilación de las más bellas historias que circulan por Europa. 3. 25 cuentos tradicionales españoles, José María Guelbenzu, Siruela. Pequeñas joyas sacadas de nuestra tradición oral. 4. Cuentos y leyendas hispanoamericanos, Anaya. Libro único en España y América, en el que aparecen representados un total de dieciocho países.

Para empezar a leer

Otra opción, perfectamente combinable con la anterior, es confiar el niño a un libro que le lleve de la mano: los álbumes de prelectura le pueden enseñar su mundo cotidiano ya mezclado con alguna letra. Las ilustraciones adquieren una importancia primordial. Los contenidos buscan la orientación en una realidad que llega repleta de promesas pero que también puede traer alguna incertidumbre. La relación con los colores y los estímulos sensoriales juegan un papel crucial.

1. Cómo crecer con Félix, Didier Lévy y Fabrice Turrier, SM. Nuestro amigo Félix nos ayuda a descubrir el truco de muchas actividades de la vida cotidiana. 2. ¡Estoy creciendo!, Aliki, Juventud. Oh, misterio: un niño descubre que la ropa ya no le queda bien. ¿Cómo ha sido? 3. Tigre trepador, Amushka Ravishankar, Thule. El color y el tacto de la exótica india. 4. Buenos días, Jan Omerod, Serres. La nada fácil tarea de despertarse y empezar a funcionar por la mañana. 5. Casi todo, Joëlle Jolivet, El Aleph. Un acercamiento con dibujos a la individualidad y usos de los objetos.

De 8 a 11 años

Los valores

Ya con las letras bien dominadas, el niño dispone de su propia autonomía. Es el momento de fomentar una sana voracidad por los libros. Pero cuidado, porque como dijo Chesterton, «el fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla de algo valioso». No todo resulta nutritivo. Aunque no es el momento de los grandes discursos solemnes, siempre viene bien introducir buenos patrones de conducta a través de su recién descubierto amigo, el libro.

1. Pinocho, Salvador Bartolozzi, Edaf. La saga completa del popular personaje de madera se compone de cinco libros con 48 historias de mucho provecho. 2. Tres viajes, Jordi Botella, Diálogo. 3. El árbol rojo, Shaun Tan, Fioni Editora. Para acompañar a la niña protagonista en uno de esos días en que todo sale mal. 4. La jardinera, Sarah Stewart, Ekaré. 5. ¡Buenas noches, abuelo!, Carmen Peris Lozano, Lóguez. La triste historia de Marta, que pierde a su abuelo, adquiere sentido con una sensible narración. 6. Las noches del mundo, Corinne Albaut, La Galera.

Para entretenerse

El crecimiento debe nutrirse de valores positivos, pero también necesita de una ajustada costumbre de pasarlo bien, de disfrutar. Uno de los errores más comunes en la lucha de muchos padres y educadores por insuflar en los niños el amor a los libros tiene que ver con la abuso del concepto «útil». Si el niño no siente que con los libros puede, además de aprender, pasárselo bien sin más, probablemente huya de ellos. La aventura y el humor son, aquí, buenos compañeros.

1. La palabra impronunciable, Antonio Sánchez-Escalonilla, Libros libres. La salvación del universo depende de un niño que debe aventurarse por misteriosas puertas. 2. El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum, T.S. Elliot, Pretextos. Quince poemas escritos en verso libre por el célebre autor británico para sus hijos. 3. El pequeño Nicolás. ¡Diga!, René Goscinny, Alfaguara. Una nueva aventura del genial personaje, pleno de humor. 4. Iván de Aldénuri, Juan Antonio Pérez Foncea, Libros Libres. Una moneda le proporciona podéres mágicos a un niño.

De 11 a 15 años

La fantasía

La entrada en la temible adolescencia es un pasaje clave. La realidad se vuelve confusa, y el niño busca refugio, se siente solo ante un mundo que no comprende. Aquí habla Schiller: «Ningún hombre carece de amigos mientras cuenta con la compañía de buenos libros». Esos amigos le ayudaran a escapar y a comprender y comprenderse mejor con las alas de la fantasía. El cine, últimamente tan proclives a los clásicos de este género, pueden servir de acicate.

1. Crónicas de Narnia, C.S Lewis, Destino. Los siete libros de la saga de Lewis con una lujosa encuadernación y las ilustraciones originales. 2. El Señor de los anillos, J.R.R. Tolkien, Minotauro. Hobbits, elfos, orcos, espadas y héroes. ¿Qué mas se puede pedir? 3. Harry Potter y el príncipe mestizo, J.K. Rowling, Salamandra. La última aventura del niño mago, ya no tan niño, sale a la venta en febrero. 4. Eragon, Christopher Paolini, Roca. El joven Paolini sorprendió con la creación de un mundo a lo Tolkien. 5. Los libros de Terramar, Ursula K. Le Guin, Minotauro.

Mundos posibles

Además de los territorios habitados por la imaginación pura y dura, que constituye la más amplia demandada en esta edad, los nuevos amigos pueden abrir las primeras rendijas a la sociedad actual, la historia… Pueden ser, incluso, una buena manera de enfrentarse a aspectos tan duros como la guerra, el dolor o la injusticia. También empiezan a aparecer sentimientos no siempre fáciles de comprender y asimilar. En los libros encontrarán a otros que sufren o disfrutan como ellos.

1. Un saco de canicas, Joseph Joffo, Mondadori. Inolvidable peripecia de dos niños judíos en la Francia ocupado por los nazis. 2. Cielo abajo, Fernando Marías, Anaya. El desastre de la Guerra Civil española. 3. Ilión y Odiseo, Imre Dros, Salamandra. Introducción novelada al mito por excelencia y una de las aventuras más sugerentes de la literatura. 4. Hermano lobo: crónicas de la Prehistoria, Michelle Paver, Salamandra. 5. Mujercitas, Louise May Alcott, Lumen. La sentimental historia de siempre, incluida la segunda parte y con las ilustraciones de la primera edición.

De 15 a 18 años

La entrada a la gran literatura

Disparadero hacia la madurez, el niño empieza a ser hombre. Tiene ante sí la inmensa biblioteca del universo. Pero como avisa Séneca, «no interesa leer muchos libros, sino buenos libros». Es el momento de acercarse a los clásicos. Pero sin empachar, poco a poco, administrando ese tesoro de novelas de siempre, con estructuras sencillas y contenidos evocadores. Aunque es muy posible que empiece a elegir sus propios rumbos. Siempre estaremos ahí para orientarlo.

1. Viaje al centro de la tierra, Julio Verne, Anaya. Las maravillosas ilustraciones de Pere Ginard completan el fascinante viaje hacia las entrañas del mundo. 2. Zalacaín el aventurero, Pio Baroja, Anaya. Historias con genuino sabor español. 3. El hombre que fue jueves, G.K. Chesterton, Valdemar. Surrealistas avatares de un londinense . 4. La Odisea, Homero, Alianza. Aunque oficialmente duro de roer, la mejor épica de todos los tiempos. 5. El arte de comprender el mundo, Véronique Antoine-Andersen. Serres. 6. El Quijote. Cervantes, Everest. ¿Por qué no?

La actualidad de la novela juvenil

Los primeros pasos hacia la Literatura con mayúsculas deben equilibrarse con el desarrollo de un criterio sólido en la elección de las novedades. El joven tampoco debe perderse, por tanto, la oportunidad de tomar contacto con los últimos logros de un género pensado especialmente para su edad. La producción es vasta y algunos títulos son de calidad, pero hay que hacer criba. Es interesante que vaya elaborando, mentalmente, una lista de sus autores favoritos.

1. Tan lejos como los pies me lleven, Josef Martín Bauer, Edhasa. Basada en la historia real de un periodista bávaro que sobrevivió en la Siberia soviética. 2. El parque prohibido, Andrés Ibáñez, Montena. Fridolín sabe que no debe entrar ahí, pero… 3. El último tren a Zurich, César Vidal, Alfaguara. Emocionante narración ambientada en la Viena de 1937, llena de nazis. 4. Carta al rey, Tonke Dragt, Siruela. Tiuri, un chaval de 16 años, emprende un viaje durante la Edad Media. 5. Diario de Paula, José Ramón Ayllón, Bruño.

Hikikomoris, cautivos en casa por propia voluntad

Desde hace algunos años, un número creciente de jóvenes y adolescentes japoneses optan por recluirse en sus habitaciones para evitar todo tipo de contacto social. Son los hikikomoris, chicos cuya vida trascurre durante meses e incluso años entre electrónica de última generación y comida basura. No van al colegio, no tienen amigos… Impotentes, muchas familias optan por dejar pasar el tiempo.

Autor: Rodrigo Santodomingo

En Occidente, el rechazo de las sociedades actuales al juego colectivo es un lugar común. No en vano, PADRES describía hace unos meses (ver número de noviembre) ese traslado de los lugares abiertos y compartidos (la calle) hacia la soledad de la habitación como entorno de ocio habitual entre nuestros niños y adolescentes. También contábamos que el juego físico e interpersonal había dado paso a la vídeoconsola, el ordenador y la tele.
Pues bien, lo que en Europa parece un proceso lento y de efectos aún inciertos, en Japón lleva tiempo como preocupación nacional de primer orden.
Y es que la segunda potencia económica mundial ha generado (de forma casi exclusiva a nivel global) una curiosa y exótica tipología de comportamiento: los hikikomoris, un colectivo de varones entre 15 y 25 años que, según algunas estimaciones, suma más de un millón entre una población de unos 125 millones.
Ryu Murakami, uno de los escritores nipones de más prestigio, define con precisión y desapego el estado hikikomori: «Chicos retirados de la sociedad que se encierran en su habitación y rechazan cualquier tipo de contacto con el mundo exterior. Viven al revés: duermen todo el día, se levantan por la tarde y se quedan despiertos toda la noche viendo la televisión o entretenidos con videojuegos».
Al parecer, la paranoia puede llegar hasta el punto de negar toda relación con los padres, de manera que estos se ven obligados a suministrar comida a sus hijos y poco más.
En muchos casos, el encierro es a cal y canto durante meses e incluso años. Buena prueba de ello son los 50.000 alumnos de Secundaria que, según el Ministerio de Educación de Japón, dejan de asistir a clase por tiempo prolongado cada curso aduciendo «motivos emocionales».
Competencia extrema en la escuela y en el trabajo, timidez e introversión inherentes al carácter japonés , acoso escolar, incompetencia comunicativa en una sociedad ultra-tecnificada…

Absentismo escolar

La mayoría busca causas instaladas en el tópico y la superficialidad. Otros, como Murakami, ofrecen explicaciones no tan evidentes. Para él, el país alcanzó sus objetivos de desarrollo y bienestar en los años 70. Desde entonces, «perdimos buena parte de la motivación que nos había mantenido tan unidos. Los japoneses pudientes no saben qué tipo de vida llevar. Sin duda esto ha empujado a muchos al aislamiento y ha causado una buena ristra de problemas. Naturalmente, los hikikomoris es uno de ellos».
Por su parte, el psiquiatra Tamaki Saito declaraba en una reciente entrevista que el problema tiene raíces históricas, ya que «la música y la poesía [japonesas] tradicionales suelen celebrar la nobleza de la soledad».
Por supuesto, todos asumen que los hikikomoris son un producto sólo posible en los llamados países ricos. Resulta evidente que sin padres adinerados suministrando aparatos electrónicos y comida de sobra, pocos japoneses podrían optar por la reclusión voluntaria.
Sea cual sea el factor de más peso para explicar un fenómeno desconcertante como pocos, hay quien apunta que la solución es difícil, ya que la cultura de la vergüenza impide a muchas familias japonesas reconocer que tienen un hikikomori en casa. Muchas optan, simplemente, por dejar pasar el tiempo.

Dr. Grubb: «Yo tiraría la puerta abajo»

Por el momento, prácticamente nadie cree que el fenómeno hikikomori pueda reproducirse en ningún estado occidental, menos aún en un país con la extroversión y la cultura de calle que atesora España.
También parece claro que este tipo de comportamiento sólo es posible si los padres se abstienen de intervenir. Para algunos, son la inhibición sentimental y la cultura de la vergüenza las que impiden coger el toro por los cuernos a un buen número de padres nipones.
El doctor Henry Grubb, experto en la materia en la Universidad de Maryland (EEUU), ilustra la incomprensión que esta pasividad provoca a ambos lados del Atlántico: «Si mi hijo estuviera en su habitación y no me dejara verle, tiraría la puerta abajo y entraría dentro. Pero en Japón todo el mundo dice que es cuestión de tiempo, que es sólo un período».
En un foro catalán sobre los hikikomoris, un usuario reforzaba, de manera más explícita, la opinión del Dr. Grubb. «Me imagino qué hubiera hecho mi padre si me niego a ir al colegio sin estar físicamente enfermo; dos sopapos y a la calle».

Cuándo no llevar a los niños al colegio

A menudo dudamos si debemos o no enviar a nuestro hijo al colegio cuando tose un poquito o nos dice que se encuentra mal. Tomemos la decisión que tomemos será esencial extremar la higiene para evitar contagios e incluir la medicación del niño en la mochila.

Autor: Alejandra Rodríguez

Si usted ha llevado a su hijo, o lo hace en la actualidad, a una guardería o escuela infantil, le habrán advertido que el crío no puede asistir al centro escolar cuando padezca alguna enfermedad infecto contagiosa. Asimismo, seguramente habrá pasado por la experiencia de que le llamen para que vaya a buscarle cuando la fiebre sobrepasa los 38 grados en el termómetro.
Sin embargo, una revisión publicada en el último número de la revista Ambulatory Pediatrics ha revelado que ni los padres ni los responsables de los centros educativos tienen demasiado claro en qué casos los chavales deben permanecer enclaustrados en casa y cuándo pueden asistir a clase con total normalidad, incluso aunque estén enfermos.
Para elaborar el estudio, se envió un completo cuestionario a 132 familias y a 36 pediatras. En él se recogían preguntas acerca de la salud infantil y se preguntaba, además, si pensaban que sacar al niño del colegio mientras esté enfermo es una medida pertinente y eficaz para evitar que el resto de los compañeros se vea contagiado.
Pues bien, según parece, el 60% de los encuestados desconocía con cierta precisión los motivos por los que los escolares deben quedarse en casa por enfermedad. Por otra parte, la gran mayoría de los progenitores se mostró partidario de la exclusión del menor en caso de sufrir cualquier enfermedad. Sólo un 33% cuestionó la eficacia de esta medida con el argumento de que la mayoría de las enfermedades suele incubarse durante un periodo de tiempo (varios días e, incluso, semanas) en el que, a pesar de ser transmisible, no da ningún síntoma aparente que permita adoptar medidas profilácticas con respecto a los demás alumnos. De esta manera, los autores del seguimiento aconsejan seguir un viejo consejo para tratar de evitar, en la medida de lo posible, la expansión de los microorganismos patógenos que amenazan la salud de nuestros pequeños: lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño. «Emplear las medidas higiénicas es mucho más eficaz que el aislamiento a la hora de evitar la transmisión de patologías», afirman en su investigación, al tiempo que recuerdan que, en muchas ocasiones, este comportamiento no se sigue todo lo estrictamente que sería deseable.

Sí con hepatitis

Por otra parte, aclaran que, al contrario de lo que muchos sanitarios y progenitores creen, un alumno puede asistir perfectamente a clase aunque tenga hepatitis B, sida o una infección ocular, siempre que ésta no segregue un fluido purulento. También puede acudir a su centro educativo con trastornos en la micción provocados por virus o bacterias, ya que éstos no son fácilmente transmisibles. Por el contrario, es mejor que permanezca en el hogar siempre que la conjuntivitis sea purulenta, si ha tenido tres o más episodios de diarrea en las últimas 24 horas (este factor eleva considerablemente el riesgo de transmitir episodios de gastroenteritis, incluso aunque se extremen las pautas higiénicas), rubeola, sarampión o varicela; así como hepatitis A, tuberculosis, gripe o infecciones respiratorias.
Para concluir, los investigadores recuerdan que los motivos que realmente impiden que un chaval acuda al colegio con normalidad no llegan a 30 y que tanto los progenitores, como los pediatras y los responsables del centro, deben hacer un esfuerzo por conocerlos bien para poder aplicarlos con buen criterio. Además, recuerdan que en caso de duda siempre se debe consultar al médico antes de tomar una decisión al respecto de enviar o no al niño al colegio.
En todo caso, las circunstancias que rodean a las familias españolas actualmente (ambos progenitores trabajan y no disponen de ayuda para cuidar a su pequeño enfermo de un día para otro) hacen que las guías pediátricas no siempre puedan aplicarse a rajatabla. Por este motivo, los centros educativos se convierten en más de una ocasión en pequeños hospitales de campaña, sobre todo en esta época del año, en la que los resfriados constituyen el pan nuestro de cada día.
Por este motivo, los pediatras aconsejan enviar al pequeño con la medicación que le haya recetado su facultativo y adjuntar instrucciones precisas en cuanto a su administración para que los fármacos le sean administrados durante el horario lectivo. Esto es especialmente importante en el caso de los antibióticos, ya que el seguimiento estricto de la terapia condiciona el éxito de la misma. Por estas mismas razones, muchas escuelas infantiles ya incluyen entre sus servicios la asistencia pediátrica; una garantía de tranquilidad tanto para los padres como para el propio centro.

EXCURSIONES: Una salida a la naturaleza

Autor: S.L.L

España tiene, en comparación con los países que la rodean, un naturaleza rica y variada. Somos uno de los países con mayor biodiversidad del continente, y sin duda el estado de la Unión Europea que más y mejores ecosistemas conserva.
El respeto y aprecio por nuestro patrimonio ecológico es un valor a tener en cuenta tanto a nivel familiar e individual como a nivel institucional, aspecto este último en el que resulta ineludible hablar de nuestra creciente red de espacios protegidos, con sus 13 parques nacionales a la cabeza. Sin embargo –y así queda reconocido en la propia legislación– no se trata sólo de conservar, también hay que cumplir funciones educativas y (¿porqué no?) de puro ocio y disfrute del medio ambiente, razón por la cual cada vez son más los parques, cotos y reservas que junto a las zonas de acceso restringido tienen también centros de interpretación, itinerarios y actividades para el público, convirtiéndose en lugares muy apropiados para nuestras salidas semanales.
El cañon del río Lobos es uno de estos sitios donde quemar toxinas y sumergirse en la neturaleza. Situado junto al pueblo de Ucero, en la frontera entre Burgos y Soria, está catalogado como parque natural desde 1985 y cuenta con más de 9.000 ha. protegidas en torno a la escarpadura de más de 14 kms. que ha tallado el Lobo a lo largo de los siglos. Quince rutas de senderismo permiten a los visitantes disfrutar del paisaje, pero tratándose del Cañon del Lobo también hay que mirar el cielo con atención ya que estamos ante una reserva especial de aves de primer orden, destacando el majestuoso buitre leonado y las especies de rapaces, como el águila real, el halcón peregrino o el buho real.
Un parque rural es un espacio pensado para conservar zonas de especial intertes ecológico junto con otras de valor ecocultural como las actividades y usos agícolas tradicionales. El parque rural del Roque Nublo, sito en el centro de la isla de Gran Canaria, es un ejemplo perfecto de este tipo de lugar protegido. El nucleo del parque se estructura alrededor de la Caldera de erosión de Tejeda, hacia la que caen las escarpadas laderas montañosas, todo dominado por las petreas moles de los roques Nublo y Bentayga, formando un espectacular paisaje que en su día fué calificado por Unamuno como una «tempestad petrificada». La vegetación de pinares y matorrales incluye varias especies endémicas del archipielago o incluso de la isla, algunas de ellas en peligro de extición. Y junto a la naturaleza, las huellas de las diferentes generaciones de isleños, desde los almendros y los bancales del tradicional cultivo de medianías a los restos dejados por los aborígenes, como la Cuevas del Rey o el santuario fertilístico de la Cueva de los Candiles.
Otros lugares de gran interes para nuestras escapadas campestres, fuera ya de la red nacional de espacios protegidos, son las diferentes reservas y aulas de la naturaleza, muchas de las cuales ofertan además diversas actividades para niños y jóvenes. En Peralejo, cerca de El Escorial, está el centro de la naturaleza Cañada Real, creada en 1988 por la fundación José María Blanc para atender a animales heridos y reinsertarlos en su medio ambiente. Su senda de 2 kms. nos permite ver especies como lobos, jabalies, ginetas, corzos, águilas… algunos convalecientes y otros irrecuperables que se han convertido en huéspedes perpetuos, como pasa con la mascota del centro, el buitre Nicolás. Campamentos, talleres mediambientales y seminarios completan una oferta de lo más atractiva.

LIBROS: La casa de tomasa

Autor: padresycolegios.com

Como cuento, este mes hemos escogido La casa de Tomasa, ideal para los más pequeños porque contiene grandes dibujos, poco texto, y más de 70 puertas y ventanas en las páginas que nuestros hijos pueden abrir y allí se encontrarán muchas sorpresas.
La casa de Tomasa es pequeña y cómoda, perfecta para ella y su gato. Pero Tomasa acoge a toda la gente que llega y, a medida que amplía la casa, hay menos espacio para ella y su gato. Los lectores deben abrir las ventanas y las puertas de la casa e incluso desplegar el gran plano para curiosear lo que ocurre en cada una de las habitaciones y ver como se relacionan los personajes entre sí. El objetivo es ayudar a poner en pie la nueva casa de Tomasa.
El cuento es una traducción del original The house that Jill built. Lo edita Edelvives y el autor es Phyllis Root.

TELEVISIÓN: Violencia en Aquí hay tomate

Autor: padresycolegios.com

Tras las numerosas quejas recibidas en la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR), esta asociación, que vela por el cumplimiento de la normativa europea sobre televisión sin fronteras, ha denunciado la emisión el pasado 3 de enero del programa Aquí hay Tomate en Tele 5. Durante el mismo, se emitió un reportaje sobre peleas clandestinas entre mujeres marginadas semidesnudas, dispuestas a dejarse la piel por dinero, y grabadas por mafias que comercian con estos vídeos.
Según la ATR «estas imágenes son de una crueldad y violencia extremas, por lo que resulta inadmisible que se emitan a mediodía y en plenas vacaciones escolares cuando un gran número de niños están sentados ante el televisor». Aunque los presentadores advirtieron antes de la dureza de las imágenes, se emitió un previo sin advertencia alguna. Queda patente la escasa intención por parte de las cadenas de cumplir el Código de Autorregulación y de respetar, en definitiva, los legítimos derechos de los telespectadores.

MÓVILES: Becas para familias por sms

Autor: Debora García

La Fundación Schola ha activado el servicio de mensajes a móviles por el que cada ciudadano que quiera hacerlo puede colaborar con la Fundación. No tiene más que enviar un mensaje SMS al 7374 con la palabra FAMILIA. El coste del mensaje es de 0,90€ más IVA.
La recaudación, una vez descontados los costes de las operadoras, será destinada íntegramente por la Fundación Schola a las familias con escasos recursos a través de su programa de becas y ayudas familiares.
En el año 2005, la Fundación Schola destinó a este programa de becas 98.097euros.
Gracias a los SMS, se puede colaborar en cualquier momento y en cualquier lugar. Con esta nueva iniciativa, la Fundación Schola, en su quinto aniversario, se adhiere a las nuevas tecnologías, posicionándose como una entidad ágil y moderna.

La dinámica de participación es: escribir la palabra FAMILIA, enviarlo al 7374. Como agradecimiento el donante recibirá un mensaje respuesta en su móvil: La Fundación Schola le agradece su ayuda a la familia.

El profesor en casa ¿Solución al fracaso escolar?

Las notas de vuestro hijo no fueron precisamente buenas según el boletín del colegio. Ahora, en mitad de curso
y viendo que solos no conseguiréis que vuestro hijo recupere el nivel del resto de la clase pensáis que buscarle
un profesor particular puede ser la solución. Para facilitarnos la tarea, algunas empresas nos lo mandan a casa.

Autor: Marta Serrano

No hay mal que por bien no venga, incluso cuando hablamos de fracaso escolar. Las altas tasas de suspensos están haciendo a muchos frotarse las manos ante el mercado de las clases particulares. Un negocio en auge que ya mueve cerca de 300 millones de euros al año.
Según un informe realizado por Talenta, del Grupo Planeta, «más de un millón de alumnos en España reciben clases de refuerzo escolar. Y de estos el 50% lo hacen a través de clases particulares a domicilio». Y es que ya no son los alumnos los que van a la academia del barrio. Cada vez son más las familias donde ambos cónyuges trabajan y apuestan por que sea el profesor el que venga a casa y se dedique 100% del tiempo a nuestro hijo.
i»Cada mes se triplica la demanda, sobre todo, según nos acercamos al final de curso», afirma el director de Educa System, Sebastián Triviere. Por su parte, Jorge Escobedo, director de Expansión de Educábitat explica la profesionalización del sector «como respuesta a una realidad social que, de la mano de distintos cambios económicos, sociales y tecnológicos, lleva asociada una amplísima oferta de ocio para niños y jóvenes, que está provocando un alto porcentaje de fracaso entre los estudiantes –que en la actualidad afecta a uno de cada cuatro alumnos»

PLAN DE TRABAJO FAMILIAR

El sistema consiste en, primero, realizar un diagnóstico del estudiante que acude a la agencia y detectar, de este modo, sus necesidades educativas, para, de forma posterior, buscar al profesor idóneo y fijar un plan de trabajo personalizado. La familia, como parte fundamental de la formación del estudiante, es informada en todo momento de la evolución de las clases, además de contar con flexibilidad en todos los sentidos: en la forma de pago, en los horarios e incluso en el cambio de profesor si lo creen oportuno.

MEDIA DE 200 EUROS

En cuanto al coste para las familias de estas clases personalizadas, el director general de Talenta, Eusebi Llensa, señala que «aunque depende de lo que el alumno requiera y del nivel educativo, recibir unas 12 horas de clase al mes costaría unos 200 euros». Con esta inversión las empresas garantizan que el aprobado queda asegurado.
Esta no es la primera vez que los responsables del boyante sector de las clases particulares felicitan al equipo del Ministerio de Educación por permitirles hacerse ricos a costa del fracaso del sistema educativo.
Richard Vaugham, empresario especializado en las clases particulares de inglés y los campamentos estivales, señala que el MEC no puede asegurar la eficacia del sistema público para todos los alumnos. «En el caso del inglés, la demanda de las clases particulares siempre ha sido muy fuerte», aunque «nadie ofrece clases de calidad con profesores nativos como nosotros. La clave está en lo auditivo. Hay que lograr que los alumnos entiendan a la primera», afirma.
No obstante, aunque el inglés sea una de las materias más requeridas, las asignaturas de ciencias como Matemáticas, Física y Química siguen siendo los huesos más difíciles de roer para la mayoría de alumnos. Según los datos que manejan las diferentes empresas especializadas como Educa-System, seis de cada diez clases particulares que se demandan son de Matemáticas.

CLASES DE REFUERZO

El futuro inmediato parece halagüeño para los profesionales de este sector ya que, si bien en otros países desarrollados este tipo de negocio está consolidado desde hace tiempo, en España aún hay mucho campo que explotar.
Completude, Keepchool, Profeleves y Abos en Europa son algunas de las veinte empresas que trabajan con un modelo de negocio y un método de gestión similar con excelentes resultados e inmejorables perspectivas de futuro desde los años 90.
Asimismo, en Japón, el 60% de los alumnos de Secundaria acuden a academias particulares fuera del horario lectivo para mejorar la preparación que reciben del sistema educativo.
En España, sin embargo, la situación es bien diferente, porque uno de cada cuatro estudiantes requiere ayuda extraescolar y aunque son más de 25.000 los profesores que, según se estima, imparten clases particulares de refuerzo en las distintas materias y niveles, la profesionalización del sector está aún por llegar.

EN BUSCA DEL APROBADO

El modo de trabajo de estas empresas dedicadas a las clases particulares es bastante similar. Tomamos como ejemplo el modelo de Talenta. En menos de 72 horas, un equipo identifica el tipo de refuerzo que el alumno necesita y marca las pautas para encontrar el profesor que más se encaja a cada situación.

1 Lo primero es DETECTAR LAS NECESIDADES DEL ALUMNO. Se evalúan las necesidades del alumno analizando su expediente académico y se realiza un Test y unas pruebas de evaluación que se llevan a cabo, o bien en casa con el profesor, o bien en las mismas oficinas de la empresa con el tutor. El objetivo es conocer mejor al alumno y su familia y detectar sus posibles problemáticas o carencias, así como sus capacidades y habilidades para ciertas materias. El test consta de un conjunto de pruebas adaptadas a la edad del alumno: PRUEBA MEMORÍSTICA; con el objetivo de evaluar la memoria y percepción visual del niño, así como la capacidad de estructura y síntesis. PRUEBA NUMÉRICA; con el objetivo de medir la memoria auditiva, la capacidad de relación y la capacidad de síntesis que tiene el alumno frente a una prueba de repetición numérica. PRUEBA DE CONOCIMIENTOS; finalmente se realiza una prueba de evaluación de los conocimientos del curso anterior. Se evalúan las asignaturas de lengua y matemáticas y aquellas en las que el alumno tiene dificultad.

2 Después hay que CREAR UN PLAN DE TRABAJO. Los resultados de las pruebas anteriormente mencionadas permiten al equipo académico orientar a la familia sobre las necesidades de los alumnos creando un plan de trabajo idóneo para cada uno. Además, se adecúa el plan de trabajo a las materias impartidas por cada centro educativo, creando así una coordinación con la escuela, siempre de acuerdo con los padres.

3 El paso siguiente es la SELECCIÓN DEL PROFESORADO. El equipo académico se preocupa por detectar y aplicar el mejor método para cada alumno y por tener una cantera de profesores con vocación, titulación y experiencia docente. 4 Lo último es el continuo SEGUIMIENTO de la evolución de cada alumno a través de un informe.