En verano, ¿deberes o desconexión total?

Por Adrián Cordellat

De la misma forma en que cada mes de septiembre, con el inicio del curso, se retoma el debate sobre la conveniencia o no de que los niños tengan deberes, con la llegada del verano y del calor se avivan las llamas de otro tema educativo sumamente polarizado: ¿deben tener los niños deberes para el verano o, por el contrario, deben disfrutar al 100% del tiempo libre?

 

Para Pedro José Caballero, presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), los deberes, “siempre que sean coordinados con los profesores, acordes al nivel educativo del niño, y más o menos consensuados, son necesarios en verano”, ya que en su opinión las vacaciones estivales son largas y en ellas “hay tiempo para todo, no solo para el ocio”. En ese sentido, entiende que en el caso de niños de Infantil y Primaria ese tiempo para deberes debe oscilar entre los 30 y los 45 minutos al día. Un tiempo que se podría alargar hasta la hora y media en el caso de alumnos de ESO y Bachillerato.

 

No comparte esa opinión Catherine L’Ecuyer, investigadora y divulgadora de temas educativos y autora del best seller Educar en el asombro, para la que “en Infantil, que es la etapa del juego desestructurado, no del aprendizaje formal, nunca tiene sentido hacer deberes en verano, ya que ni siquiera tiene sentido hacerlos durante el año escolar”. Opina L’Ecuyer que en el caso de alumnos de Primaria y Secundaria estos refuerzos podrían tener sentido “si el niño tiene alguna dificultad objetiva” como forma de “ayudarle a recuperar la autoestima perdida como consecuencia de siempre ir atrás de los demás niños”.

 

Pedro José Caballero: «Las vacaciones estivales son largas y en ellas hay tiempo para todo, no solo para el ocio”

¿Se pierde el hábito de estudio?

 

Uno de los argumentos más utilizados por los partidarios de los deberes durante las vacaciones de verano es el que se refiere a la necesidad de no perder el hábito de estudio consolidado durante los nueve meses del curso. “Intentamos buscar la calidad educativa y eso pasa en periodos largos de vacaciones por tener una continuidad con lo que se ha hecho durante el curso; si no se crea una brecha que después cuesta cerrar”, reflexiona Pedro José Caballero.

 

“El argumento del hábito es absurdo”, responde por su parte Catherine L’Ecuyer, que se pregunta de moto retórico si se hace trabajar a los profesores en verano para que no pierdan el hábito de dar clases. “Las cosas se hacen porque “tienen sentido”. Cuando tiene sentido hacer deberes se hacen y cuando no lo tiene no se hacen”, explica la experta, que argumenta que el colegio “no puede ocupar todo el tiempo de la vida del niño”.

 

L’Ecuyer: «En Infantil, que es la etapa del juego desestructurado, no del aprendizaje formal, nunca tiene sentido hacer deberes en verano, ya que ni siquiera tiene sentido hacerlos durante el año escolar”

 

¿Qué hacer en verano?

 

Desde Concapa pretenden que los tiempos muertos del verano constituyan “una forma alternativa de compensar la ausencia de clases”. En ese sentido, dentro del concepto de “deberes de verano” entrarían los libros de vacaciones, los talleres educativos, el teatro y “todo aquello que es ocio alternativo, responsable y educador”. Pero, sobre todas las cosas, estaría la lectura comprensiva, que es la principal apuesta de la confederación por los deberes veraniegos: “hemos comprobado en muchos centros que hay una ausencia total de lectura comprensiva que luego se refleja en los exámenes, en las faltas de ortografía, en la forma de escribir y de expresarse de los niños”, afirma su presidente.

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También la lectura se incluye en el listado de actividades veraniegas de Catherine L’Ecuyer, que a esa recomendación une la apuesta por la naturaleza en detrimento de los parques temáticos, por la realidad en contraposición a las pantallas, y por lo que ella denomina “menos montaje y más tiempo en familia”, ya que en su opinión durante las vacaciones nos invade una necesidad de actividad exagerada que hace que volvamos de ellas agotados y sin haber tenido tiempos de intimidad con nuestros hijos.

 

“El verano es un tiempo para descubrir, no para llenar casillas en una libreta. En ese sentido, lo que sí sería una verdadera lástima es que los niños acaben las vacaciones sin haber pisado un charco, contado las estrellas, subido un árbol, adivinado las formas que hacen las nubes, sin haber enterrado las piernas en el arena de la playa, sin haber escuchado el agua correr en un río… Y todas esas cosas las tienen que hacer con sus padres, con sus hermanos”, ejemplifica L’Ecuyer, que abogar por dejar de obsesionarse con la dimensión cognitiva del alumno e “invertir más tiempo en hacer que los niños se sientan amados incondicionalmente” a través del regalo de lo que, según ella, son los tres bienes más preciados que tenemos: “nuestro tiempo, nuestra atención y nuestra ternura. Esa la mejor escuela de verano a la que pueden asistir nuestros hijos”.

 

La responsabilidad de los padres

 

Y en todo este debate sobre deberes en verano sí o no, ¿qué responsabilidad tienen los padres? Porque como afirman los defensores de los deberes, no es de extrañar que ante la ausencia de éstos los niños acaben pasando horas y horas del verano sentados frente a la pantalla del televisor. “Tenemos toda la responsabilidad. Nosotros somos los primeros educadores de nuestros hijos. Si como padres no nos preocupamos por su educación, también en verano, malamente vamos a ayudarles”, explica Pedro José Cabellero.

 

L’Ecuyer: «El verano es un tiempo para descubrir, no para llenar casillas en una libreta. En ese sentido, lo que sí sería una verdadera lástima es que los niños acaben las vacaciones sin haber pisado un charco, contado las estrellas, subido un árbol, adivinado las formas que hacen las nubes, sin haber enterrado las piernas en el arena de la playa, sin haber escuchado el agua correr en un río…»

 

En la misma línea se pronuncia Catherine L’Ecuyer, que cita a Maria Montessori y a su concepto de “entorno preparado”: “Si el entorno que tenemos preparado para nuestros hijos está lleno de pantallas y no hay alternativas más interesantes, pues acabarán allí, sin duda. Y nosotros nos acabaremos convirtiendo en policías: “ahora no”, “solo 10 minutos más”, “deja la Play y ven a comer””. En ese sentido, la autora de Educar en el asombro concluye que “los mejores deberes que puede poner un colegio son para los padres, no para los niños”.

Regalo al profe: participa sólo si realmente quieres

Por Eva R. Soler
¿Debe hacerse regalo al profesor o no debe hacerse? En esto, como en todo, cada cual tiene su opinión. Los hay que están a favor y están los detractores. Y también los neutros. Sin embargo, lo normal es que la mayoría participe en el regalo conjunto que se organiza entre toda la clase y si alguien no está de acuerdo, también participe por no ser la nota discordante.

Como afirma la psicóloga, Adriana Morón, los regalos se pueden hacer por muchos motivos: “Las normas sociales marcan momentos puntuales en los que se aconseja o “se debe” regalar. Hemos aprendido que puede ser una buena forma de gestionar las relaciones. Las motivaciones para hacer un regalo pueden ser internas: porque nos encanta buscar y comprar cosas para los demás, para buscar la aprobación de otras personas, como muestra de agradecimiento… Pero también hay motivaciones externas, situaciones en las que se regala de una forma más impuesta. En el contexto de las aulas, pasa lo mismo. La dificultad aparece cuando la presión social del grupo genera tensiones en los padres y estrés individual por la presión a participar en una iniciativa grupal que no se siente como propia”.

En este sentido, Morón proporciona una serie de consejos útiles para estas situaciones:

1. Respeto a todas las opiniones: “Hay que trabajar los pensamientos y las visiones sobre la gente que participa o no en un regalo común. Es necesario entender que cada uno tiene sus valores, su forma de entender las cosas, las relaciones, los trabajos y ninguna tiene que ser mejor que otra. Además, muchas veces el contexto del aula no permite conocer los verdaderos motivos de las decisiones y se cae en expectativas negativas sobre los demás, en contraposición de las de uno mismo, que se valoran como positivas”.

 
2. Regalos con componente emocional: Los que se elaboran con recuerdos de los niños (dibujos, notas, fotos…) parece ser que son los más valorados. Morón opina que, además, de esta forma las presiones económicas desaparecen y los alumnos se hacen protagonistas.

 
3. Participa sólo si quieres: Sólo deben participar aquellas personas a las que les apetezca participar, que tengan motivaciones saludables y que no les genere resentimiento o sensación de dejarse llevar.

 
4. Conviene crear grupos específicos sólo con las personas que quieren participar y no generar desencuentros en grupos más grandes donde es más fácil que aparezca la ofensa consciente o inconsciente.

 

«La dificultad aparece cuando la presión social del grupo genera tensiones en los padres y estrés individual por la presión a participar en una iniciativa grupal que no se siente como propia”

5. Realizar todo el proceso con tiempo: a comienzos del tercer trimestre, porque la escasez de tiempo es buena para tomar soluciones rápidas, pero contraproducente para la resolución pacífica de conflictos.


6. Expresar las opiniones siempre de forma personal
y tratar sólo aspectos relacionados con el asunto y no caer en calificaciones despectivas u opiniones generales.

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7. Toda elección debería hacerse en grupo y con alguna forma de votación en la que todas las personas se sientan parte de ello. Y por supuesto, en el primer momento deben valorarse todas las sugerencias o aportaciones con lluvia de ideas.

 
8. Por su parte, los docentes deben reflexionar sobre sus expectativas y no valorar la ausencia de regalos como falta de gratitud.

«Los regalos que se elaboran con recuerdos de los niños (dibujos, notas, fotos…) parece ser que son los más valorados y, además, de esta forma las presiones económicas desaparecen y los alumnos se hacen protagonistas»

Otra psicóloga, Úrsula Perona, añade recomendaciones en la misma línea para evitar discusiones y malentendidos entre los padres:

 
9. Realizar la propuesta en una reunión presencial, si es posible, ya que por whatsapp es más fácil que se generen malentendidos.

10. Todas las posturas deben de afrontarse desde el respeto: Se puede optar por una actitud democrática y adherirse a lo que vote la mayoría o por el contrario que cada uno haga lo que considere: los que quieren participar en el regalo lo hacen y los que no quieren, no.  No hay nada de malo ni en querer regalar, ni en no regalar. Ambas posturas son igual de respetables. Cada uno debe sentirse libre de expresarse como se desee y los demás deben ser respetuosos.

11. Si se delega la compra del regalo en una persona, aceptar las decisiones que tome. Al fin y al cabo, esa persona está dedicando tiempo en hacer algo en favor de todos.

Llega el verano: 25 consejos de salud infantil

Por Terry Gragera 

 

¿Quieres pasar un verano tranquilo sin sobresaltos ni enfermedades? Pon en práctica estos 25 consejos para proteger a tus hijos y… ¡a disfrutar del buen tiempo!

1. No bajes la guardia: En verano también hay enfermedades. Los catarros virales, la gastroenteritis, la otitis externa, la laringitis, la conjuntivitis, las picaduras de insectos, los impétigos por heridas infectadas y el pie de atleta son las alteraciones que más afectan a la salud durante los meses estivales.

2. Higiene frente a gastroenteritis y salmonelosis: “Las gastroenteritis son muy frecuentes en la infancia. Las medidas de prevención más importantes son extremar la higiene: el lavado de manos es la forma de protección más eficaz. En el caso de la salmonelosis también es aconsejable el correcto lavado de los alimentos, su cocinado adecuado y la refrigeración, sobre todo en los meses de verano”, comenta la Dra. María Jesús Pascual, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca (Madrid).

3. Controla el picoteo y vigila su dieta: En verano la dieta debe ser como siempre: variada y equilibrada, con alimentos de todos los grupos: frutas, verduras, carnes, pescados, cereales, legumbres, huevos y lácteos. Es aconsejable vigilar la tendencia al picoteo y al consumo de alimentos no nutritivos”, detalla la Dra. Pascual.

4. Dales más líquidos: ¿Se debe aumentar la hidratación en verano? “Sí, por el aumento de la temperatura ambiental. Además, los niños pasan más horas al sol, realizan más actividad física con producción de sudor y juegan mucho al aire libre”, aclara el Dr. Antonio Redondo, pediatra del Hospital Vithas Medimar Internacional de Alicante.

5. Vigila la deshidratación: Según explica el Dr. Antonio Redondo, los síntomas de alerta de que el niño está deshidratado son: piel pálida y ojeras marcadas por la falta de líquido en la piel. Al principio también hay irritabilidad y si avanza, decaimiento. En bebés que tengan aún la fontanela abierta, está se hunde.

6. Protégelos frente a los golpes de calor: Tal como destaca la Dra. María Jesús Pascual, “los niños menores de un año son los más sensibles al golpe de calor. Mantener a un niño en un coche cerrado, aunque sea por poco tiempo, exponerse al sol en horas de mucho calor o hacer ejercicio intenso sin la adecuada hidratación son situaciones que favorecen el golpe de calor”.

«En verano la dieta debe ser como siempre: variada y equilibrada. Es aconsejable vigilar la tendencia al picoteo y al consumo de alimentos no nutritivos”

7. Aplica bien la crema solar: La crema solar debe aplicarse previamente a que el niño se ponga el traje de baño y media hora, como mínimo, antes de que se exponga al sol. Lo ideal es echar la crema en casa por todas las zonas, sin olvidar ninguna (orejas, manos, nariz, nuca…). Es importante extenderla correctamente (haciendo círculos) y renovarla al menos cada dos horas. La crema no solo se utiliza los días de sol sino también los días nublados.

8. Cuida la piel en caso de quemaduras: Según recomienda el doctor Antonio Redondo, cuando un niño sufre quemaduras, lo primero es “apartarlo del sol, cuidar la piel afectada con un after sun; y si tiene lesiones ampollosas, buscar atención sanitaria y ofrecer líquidos”.

9. Controla la exposición solar: ¿Hay que poner camiseta a los niños cuando están en la playa? “No. Llevar ropa puede dar una falsa ilusión de protección ante los rayos ultravioleta. Los colores claros ofrecen menos protección solar. En lugares muy soleados, y de forma especial a las horas del mediodía y de mucha insolación, habría que evitar completamente la exposición de los niños al sol”.

10. Alerta frente al ahogamiento secundario: “Cuando un niño o un adulto sufre un ahogamiento en agua dulce o salada y responde bien a las maniobras de reanimación cardiopulmonar se queda aparentemente ‘normal’, pero existe un periodo de  entre 1 y 72 horas en que, si el agua ha llegado hasta los alveolos pulmonares, la función pulmonar se puede ver comprometida y presentar los síntomas de un ‘ahogamiento secundario’: dificultad para respirar, tos intensa, cansancio extremo y afectación cerebral. Por ello, tras un ahogamiento, el paciente debería mantenerse en observación en un hospital”, explica el doctor Antonio Redondo, pediatra del Hospital Vithas Medimar Internacional de Alicante.

11. Seca bien los oídos: Las prevenciones básicas para evitar la otitis de las piscinas que sufren muchos niños son, según aconseja el Dr. Antonio Redondo, “secarse bien los oídos al salir del agua con una toalla e inclinar la cabeza hacia ambos lados para intentar que salga el agua que ha entrado”. Además, “en los niños propensos se debería reducir el tiempo de baño, usar tapones de oídos y gorros de baño y se pueden poner unas gotas de solución diluida de alcohol al salir del agua”.

12. En el agua, siempre vigilados: Los ahogamientos son la segunda causa más frecuente de fallecimiento en menores de nueve años, por eso los niños siempre han de estar vigilados en la piscina. Los expertos aconsejan enseñarles a nadar pronto (desde los cuatro años), pero, aún así, hay que controlarlos visualmente.

«¿Hay que poner camiseta a los niños cuando están en la playa? “No. Llevar ropa puede dar una falsa ilusión de protección ante los rayos ultravioleta»

13. Ojo con las zambullidas: Un 5% de las lesiones en la médula ocurren al zambullirse en una piscina, en un lago o en el mar. Suele ocurrir especialmente entre la población adolescente, por lo que hay que extremar los cuidados: comprobando siempre el fondo antes y no tirándose de cabeza.

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14. Siempre calzados en zonas húmedas: Las infecciones por hongos en las piscinas son muy frecuentes también en verano. La pauta básica para evitarlas es ir siempre calzado en las zonas húmedas y donde se encharque agua, como en las duchas. Al salir del agua, hay que insistir en el secado entre los dedos. También pueden salir hongos por mantener el traje de baño húmedo durante mucho tiempo al salir del agua.

15. Entrar en el agua poco a poco: El Dr. Antonio Redondo, pediatra del Hospital Vithas Medimar Internacional de Alicante, recomienda que “antes de entrar en el agua, y si se ha tomado una comida ligera, es conveniente esperar una hora y media. En el caso de que haya sido una comida copiosa, esperar unas tres horas”.

16. Evitar los choques térmicos en el agua: ¿Existe realmente el conocido como corte de digestión? “Corte de digestión es un término mal utilizado, ya que la digestión no se interrumpe al entrar en el agua, sino que, al exponer al cuerpo a un cambio brusco de temperatura provoca un choque térmico y se dan algunos síntomas como el vómito. Por eso es mejor no zambullirse de golpe y mojar el cuerpo poco a poco”, aclara el Dr. Redondo.

17. Aplica agua salada si le pica una medusa: Las picaduras de medusas pueden ser muy dolorosas. Lo más importante es no frotar la zona ni echar agua dulce, pues el veneno se extendería. Hay que aplicar agua salada o suero fisiológico y si han quedado tentáculos dentro de la piel, extraerlos con unas pinzas. Dependiendo de cuál sea la reacción, podría ser necesario administrar antihistamínicos.

18. Picaduras de insectos: agua y jabón: “Las picaduras de insectos normalmente son molestas y suelen producir simplemente una reacción local con enrojecimiento e inflamación; en esos casos es recomendable lavar con agua y jabón, aplicar frío local o una solución de calamina o de amoniaco en barritas. También en los casos en que se produce una reacción generalizada (alérgica) cuando puede ser útil la administración de un antihistamínico”, recomienda la Dra. María Jesús Pascual.

«Los ahogamientos son la segunda causa más frecuente de fallecimiento en menores de nueve años, por eso los niños siempre han de estar vigilados en la piscina»

19. En los viajes, mirando al frente: El mareo (cinetosis) es un problema muy frecuente desde los dos años de edad, tal como explica la Dra. María Jesús Pascual. “Para evitarlo, se recomienda que el niño no coma o coma poco antes de ponerse en marcha y que no se exponga a olores fuertes. También es aconsejable que no lea y no jugar con videojuegos durante el viaje. Igualmente, ha de mirar hacia delante y observar objetos lejanos”.

20. Pregunta por las vacunas si viajáis al extranjero: “Al viajar a otros países, incluso si no se trata de destinos exóticos o remotos, puede ser necesario administrar vacunas. Algunas necesitan de un tiempo para ser efectivas, por lo que conviene comentarlo con el pediatra unos meses antes de salir de viaje.

21. Si toma fármacos, precaución con el sol: Algunos medicamentos pueden ser fotosensibilizantes (reaccionan frente a la luz solar), pudiendo provocar problemas como manchas en la piel, por eso conviene siempre leer el prospecto cuando llega el verano y si hay esta alerta, consultar con el pediatra.

22. Gafas de sol sí (por muchos motivos): “Proteger los ojos del sol, al igual que la piel, desde la primera infancia es muy importante para evitar fundamentalmente que los rayos UV dañen la retina del niño, así como para evitar quemaduras en la córnea que, a la larga, en la edad adulta, puedan producir cataratas o ceguera”, advierte la Dra. María Jesús Pascual, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca (Madrid). “Las gafas de sol son relevantes como efecto barrera frente a cuerpos extraños (polvo, arena…) y a la contaminación ambiental y ayudan a evitar irritaciones, escozor… Deben estar homologadas por la CE”, detalla.

23. Piel con extra de hidratación: Los niños con piel atópica pueden tener más problemas en verano, por efecto del cloro de la piscina y de la sequedad. El agua del mar es muy beneficiosa en estos casos. También conviene que, en todo caso, al final de la jornada se den una ducha de agua dulce.

«Proteger los ojos del sol desde la primera infancia es muy importante para evitar fundamentalmente que los rayos UV dañen la retina del niño, así como para evitar quemaduras en la córnea que, a la larga, en la edad adulta, puedan producir cataratas o ceguera”

24. Limita el tiempo digital:  Aunque estén de vacaciones, conviene limitar el tiempo de exposición a pantallas. El verano es un momento inigualable para vivir más al aire libre, hacer deporte, jugar con otros niños, leer… Los niños no suelen controlarse por sí solos… hay que poner unas normas.

25. Disfrutad en familia: Al margen de cuidar la salud física, es importante también cuidar la salud emocional del niño para compensar, si la ha habido, la falta de tiempo durante el resto del año. Programar actividades juntos y disfrutar de la mutua compañía.

Eduardo Casas Herrer: “Un niño nunca debe acceder solo a Internet”

Por Adrián Cordellat

Eduardo Casas Herrer es miembro del Cuerpo Nacional de Policía en la Unidad de Investigación Tecnológica y está especializado en la lucha contra la explotación sexual de menores. A partir de su experiencia ha publicado ya dos libros, La Red Oscura (La esfera de los libros) y Las Andanzas de un Policía Tecnológico (Palabras de Agua). En Padres y Colegios hemos charlado con él para hablar sobre la seguridad de los menores en la red.

El hecho de que cada vez los niños tengan acceso a edades más tempranas a la tecnología y a dispositivos móviles, ¿ha incrementado la prevalencia de los ciberdelitos por los que se ven afectados?

Cuanta más gente está en un sitio concreto, más delitos se van a cometer, por simple estadística. Por eso se aprecia un incremento en el número de delitos, pero no en su incidencia por habitante.

En relación a la pregunta anterior: ¿a qué edad consideras que un niño está capacitado para tener un móvil o acceso a internet de forma privada?

Un niño nunca debe acceder a Internet solo y, por supuesto, no necesita un teléfono inteligente. Mientras esté en el colegio, está controlado por sus profesores y, al salir, la responsabilidad vuelve a los padres. Dotarle de un aparato para su vigilancia continua por parte paterna es tan excesivo como contraproducente. Por supuesto, no se le puede aislar de la tecnología y debería aprender su uso racional, pero, como siempre, con la supervisión continua de los padres.

¿Y en el caso de los adolescentes?

La adolescencia ya es otro tema y no hay una respuesta universal. Según el grado de madurez y la confianza que se haya ganado, que debe ser valorada por los padres, podrá acceder antes o después. No obstante, es mala idea que un adolescente utilice Internet sin control, dado que, en la intimidad del dormitorio, con la puerta cerrada, es cuando corre mayor riesgo, tanto de ser víctima como autor de otros delitos. Lo ideal es que use el móvil solo cuando esté en presencia de adultos. De nuevo hay que insistir en que no se le puede aislar de la tecnología ni de sus relaciones sociales que hoy, en buena medida, ocurren a través de Internet por uno u otro dispositivo. Antes o después va a exponerse a esos contenidos y, si no está preparado, si no conoce los riesgos y hasta ha lidiado con ellos, es más fácil que caiga en ellos.

¿Tendemos a magnificar, sobre todo tras un caso concreto que salta a los medios, los peligros de la red? ¿O, por el contrario, consideras que por regla general somos algo relajados en ese aspecto, que no vemos los peligros?

Ocurren las dos cosas al mismo tiempo. Se toman anécdotas estadísticas como certezas tan solo porque han salido en televisión. Así, se crea una sensación de inseguridad permanente que no se corresponde con la realidad. Pero, al mismo tiempo, solemos olvidarlo enseguida cuando entretienen a nuestros hijos. Siempre pensamos que el riesgo desde dentro del domicilio es inexistente o que, si no sale a la calle, está seguro. Luego tenemos el extremo contrario: aquellos padres que, por miedo, niegan todo contacto al menor con la tecnología con resultados peligrosos.

«Es mala idea que un adolescente utilice Internet sin control, dado que, en la intimidad del dormitorio, con la puerta cerrada, es cuando corre mayor riesgo, tanto de ser víctima como autor de otros delitos»

Los padres tenemos claro, por ejemplo, que es nuestra responsabilidad enseñar a nuestros hijos a cruzar de la mano y a esperar a que el semáforo se ponga en verde para peatones. Sin embargo, ¿por qué crees que nos cuesta tanto ir de la mano con nuestros hijos cuando hablamos de internet y de las nuevas tecnologías?

¿Dejarías a tu hijo solo en la plaza de una gran ciudad? Pues de la misma forma hay que actuar en Internet. Los riesgos existen y son ciertos. Desde luego, es cuestión de porcentaje. Lo más probable es que el niño continúe en la plaza cuando volvamos dos horas después, pero ¿nos vamos a arriesgar? Uno de los principales problemas es el desconocimiento de la tecnología que tienen muchos padres. A menudo, sus hijos saben más sobre cómo manejar un teléfono que los propios padres y eso incomoda. Luego está el tiempo. En la vida moderna, los adultos disponen de poco tiempo que dedicar a sus hijos y estos dispositivos consumen muchas horas. Un niño puede estar cuatro horas o más entretenido y no es fácil para un padre estar pendiente todo ese tiempo.

¿Y por qué es importante esa presencia activa de los padres? ¿Por qué no podemos borrarnos/ausentarnos cuando nuestros hijos empiezan a tomar contacto con la tecnología e internet?

Si no estamos presentes mientras navegan no podemos guiarles en el uso seguro de la tecnología ni enseñarles a detectar los riesgos. En solitario, pueden caer en muchas trampas creadas expresamente para atraerlos y engañarlos.

«¿Dejarías a tu hijo solo en la plaza de una gran ciudad? Pues de la misma forma hay que actuar en Internet. Los riesgos existen y son ciertos. Desde luego, es cuestión de porcentaje. Lo más probable es que el niño continúe en la plaza cuando volvamos dos horas después, pero ¿nos vamos a arriesgar?»

Muchos padres compensan su no presencia con herramientas para filtrar contenidos que impiden a sus hijos acceder a determinados portales. ¿Son efectivas? ¿Pueden suplir la presencia del adulto?

Esas herramientas son útiles hasta cierta medida. No sustituyen la presencia del adulto durante la navegación y no bloquean todos los riesgos existentes. Además, los chavales a menudo aprenden a esquivarlas o desactivarlas. Nada sustituye la educación personal proporcionada por un padre a su hijo.

Y, por último, ¿qué consejos darías a unos padres que se encuentren perdidos en este sentido? ¿Cómo educar a sus hijos en un consumo seguro de internet?

Los padres es posible que nunca lleguen al nivel de conocimiento que sus hijos van a desarrollar, pero sí disponen de una experiencia vital suficiente para detectar riesgos obvios. Lo primero que han de aplicar es el sentido común: ningún príncipe nigeriano nos va a donar su fortuna; no hay una hermosa muchacha rusa que se haya enamorado de nosotros y ese Mercedes que nos venden por dos mil euros no existe. En este sentido, hay organizaciones trabajando muy duro para ayudar a padres y niños entre las que destacaría Internet Segura 4 Kids (is4k.es), que pertenece al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, con la participación de muy buenos expertos y atención continua y personalizada.

Educación nutricional en las escuelas para reducir la obesidad infantil

Por Diana Oliver

En España uno de cada tres niños padece obesidad o sobrepeso. Esto, que es un problema de salud pública y motivo de preocupación para muchos expertos en nutrición humana, puede revertirse con una de las mejores y más eficaces herramientas: la educación. En este sentido, si bien la familia cumple un importante papel como primer núcleo de aprendizaje en cuanto a los hábitos de vida, también el ámbito escolar aparece como un entorno fundamental para implementar los conocimientos y las habilidades necesarias para una alimentación menos insana.

Luchando contra los malos hábitos alimentarios

En 2011 la Asociación para la promoción del consumo de frutas y hortalizas ‘5 al día’ publicaba un documento redactado por su comité científico en el que insistían en la importancia de implementar la educación alimentaria-nutricional como materia obligatoria en los currículos de los ciclos de infantil, primaria y secundaria. La efectividad de esta medida la confirman investigaciones como la dirigida por Matthew M. Graziose y publicada en 2016 por la revista Journal of nutrition education and behavior, que concluía que teniendo en cuenta la relación coste-efectividad, incluir en el currículum de las escuelas públicas la educación nutricional era una estrategia efectiva y rentable para reducir la obesidad infantil.

Importante, eso sí, que su implementación en la enseñanza pública se hiciera de manera correcta “de la mano de un profesional capacitado para ello”, como señala el experto en nutrición infantil Julio Basulto, dietista-nutricionista y autor de libros como Se me hace bola.

Mientras llega ese momento de toma de conciencia acerca de la importancia de incorporar la educación nutricional al currículo, y en el contexto de crear estrategias globales que promocionen hábitos saludables desde la escuela, surgen pequeñas iniciativas que buscan mejorar la alimentación, tanto desde las aulas como formando a padres, ya sea en forma de extraescolares, talleres y cursos.

Educación nutricional en el aula

Proyectos como el de Nur Al Ali, dietista-nutricionista, que bajo el paraguas de Cómo como school ofrece talleres prácticos que unen nutrición y cocina saludable para niños de 3 a 12 años y charlas informativas sobre cómo integrar mejores hábitos alimenticios para familias y docentes. “Hoy en día tenemos problemas de salud infantiles en España que vienen derivados por los malos hábitos alimentarios pero, a su vez, nos encontramos con que existe un vacío en el tema de la educación nutricional. Es cierto que se realizan ciertas acciones en las escuelas, pero son muy puntuales y muy teóricas; no están adaptadas a los avances pedagógicos actuales”, explica.

«Teniendo en cuenta la relación coste-efectividad, incluir en el currículum de las escuelas públicas la educación nutricional es una estrategia efectiva y rentable para reducir la obesidad infantil»

 

Ese vacío formativo tiene como resultado que la información que tienen en general los escolares sobre alimentación sea “deficitaria y errónea” porque, como asegura Nur Al Ali, “la información que llega a los niños sobre alimentación está muy contaminada por los anuncios publicitarios que inciden sobre ellos, y además por las propias familias, que transfieren los mitos típicos sobre alimentación a los niños”.

Para la dietista-nutricionista, una de las claves para enseñar este tipo de materias es la misma que para el resto: que los escolares sean los protagonistas del aprendizaje, que participen e interactúen. En el caso de la educación nutricional, además, se debe tener en cuenta a las familias como elementos de construcción de buenos hábitos alimentarios desde los hogares. “De nada vale fomentar que los niños coman fruta si en sus casas no está disponible”, lamenta.

Si bien en España aún queda un largo camino por recorrer, ya hay países de nuestro entorno que sí están integrando la educación nutricional en el aula. Señala Nur Al Ali a países como Austria, en los que se fomentan los buenos hábitos alimentarios tomando acciones diarias desde el aula como por ejemplo tener un frutero en la clase accesible a todos los niños. O el caso de otros países en los que está implementada la asignatura de educación nutricional dentro del currículo escolar, como es el caso de Reino Unido, país en el que se fomentan actividades prácticas como talleres de cocina saludables para los niños o la siembra de alimentos en los huertos.

“La información que llega a los niños sobre alimentación está muy contaminada por los anuncios publicitarios que inciden sobre ellos, y además por las propias familias, que transfieren los mitos típicos sobre alimentación a los niños”

En el comedor escolar también se aprende (y se disfruta)

Comer no es sólo nutrirse. Por ello, junto a la educación nutricional en el aula y al ejemplo de las propias familias, el comedor escolar se erige como la tercera pata que sostiene la mejora de hábitos alimenticios. Sin embargo, aquí también queda mucho por hacer. Para Nur Al Ali, uno de los déficits de los comedores escolares es la falta de verduras de forma diaria, mientras que por el contrario, afirma, “los niños pueden llegar a doblar el consumo de proteína que necesitan”.

También destaca como a mejorar la propia experiencia del comedor, ya que señala que “comer es un acto de placer y cualquier condicionante externo desagradable que interactúe con la comida puede interferir en nuestra conducta alimentaria”. Condicionantes como la ausencia de luz, el ruido o las aglomeraciones, que son habituales en muchos centros.

El Libro blanco de la nutrición en España también destaca como déficit la escasa formación continuada de los monitores-educadores de comedor, un personal que debe estar “cualificado” y tener “formación pedagógica” para que el comedor escolar “pueda desempeñar su función integral”.

«Comer es un acto de placer y cualquier condicionante externo desagradable que interactúe con la comida puede interferir en nuestra conducta alimentaria”

 

Ante esta situación, el dietista-nutricionista Julio Basulto y el abogado experto en Derecho Alimentario Francisco José Ojuelos lanzaban a finales de 2017 el curso Comer en el comedor escolar con el objetivo de convertir el comedor en un espacio de aprendizaje y disfrute, tanto para los escolares como para los adultos que les acompañan. A lo largo de la formación, dirigida a padres, monitores, docentes y a todos los profesionales sanitarios implicados en la alimentación infantil, analizan los aspectos nutricionales relacionados con el comedor escolar (desde las características de un menú escolar saludable a la importancia del respeto a la saciedad y el gusto de los menores), pero también detallan los derechos de los niños que hacen uso de este espacio y de sus familias.

El 66,4% de los padres dejaría de trabajar si pudiera para poder cuidar de sus hijos

La semana pasada se hicieron públicos los resultados de la última edición del estudio Guardería & Familia, realizado anualmente desde 2008 por Edenred, empresa creadora de Ticket Guardería, y que este año ha contado con la participación de 697 padres de toda España. Los resultados refrendan una idea clara: la conciliación sigue siendo una asignatura pendiente para los trabajadores españoles. No en vano, el 66,4% de los padres trabajadores de nuestro país dejaría de trabajar si pudiera para poder cuidar de sus hijos. Dato que explica que la decisión de llevar a sus hijos a una guardería esté motivada de forma muy mayoritaria (74,6%) por el hecho de trabajar fuera de casa, frente a apenas un 20% de los padres que llevan a sus hijos a escuelas infantiles para que tengan contacto con otros niños.

Guarderías hasta 8 horas al día

Los datos antes comentados demuestran que las guarderías se convierten por tanto, en muchos casos, en la única opción para aquellos padres que trabajan y que no pueden atender a sus hijos durante la jornada laboral. Y ello tiene su traducción directa en el tiempo que los niños pasan en una guardería, que prácticamente se corresponde con la jornada laboral de 8 horas, la más habitual en nuestro país.

Concretamente, en ese sentido, el 64,4% de los niños pasa entre 5 y 8 horas en la guardería; y los hay incluso (el 20%) que superan esas 8 horas diarias. La mayoría de estos niños pasan entre 11 meses (52,67%) y 10 meses (29,8%) al año en escuelas infantiles. Datos todos ellos que explican que el 70% de los padres que trabajan consideren que no disponen del tiempo suficiente para estar con sus hijos.

«El 70% de los padres que trabajan consideren que no disponen del tiempo suficiente para estar con sus hijos»

En lo que respecta a la la edad en la que los niños comienzan a asistir a un centro infantil en nuestro país, según el estudio de Edenred lo más habitual es que sea entre los 6 y los 10 meses (el 36,76%), seguido de la franja de edad entre los 12 y los 24 meses (el 31,82%). Especialmente llamativo resulta el hecho de que el 25,9% de los niños comience a asistir a la guardería con menos de 6 meses.

 

Cuando un niño está hospitalizado: consejos para sobrellevar la situación

El paso de un niño enfermo por el hospital es una experiencia dura y pueden aparecer contratiempos para los que ni el niño ni la familia están preparados. El aislamiento, la ausencia de objetos y espacios familiares y el dolor físico pueden provocar en los pacientes emociones como ansiedad, angustia o miedo. Cuando éstos sentimientos aparecen deben ser atendidos con el mismo interés y rapidez que la propia causa de la hospitalización. Desde la Fundación Jaime Alonso Abruña, organización sin ánimo de lucro especializada en la atención y cuidado de los niños hospitalizados, nos ofrecen cinco consejos para las familias de los niños hospitalizados. Para que la experiencia en el Hospital sea lo más llevadera posible:

1. La comunicación: los niños son los protagonistas de su hospitalización, por lo que es importante que no se sientan ajenos a la situación. Se les debe hacer partícipes, explicándoles la situación en un lenguaje que puedan entender. Hablemos en su idioma, pero hablemos con ellos. En muchas ocasiones, las familias no son sinceras con los niños y cuando sus promesas no se cumplen, los niños se sienten engañados y frustrados.

2. Toma conjunta de decisiones: una vez existe una comunicación fluida con el niño, el siguiente paso es incluirle en la toma de decisiones. No precisamente sobre su tratamiento – que correrá a cuenta del médico- sino sobre sus rutinas o la decoración de su estancia. A veces, las decisiones que a los mayores nos parecen obvias no lo son para ellos y su opinión es la más importante.

«El aislamiento, la ausencia de objetos y espacios familiares y el dolor físico pueden provocar en los pacientes emociones como ansiedad, angustia o miedo»

3. Los familiares también necesitan apoyo psicológico: Cuando un niño ingresa en el hospital, se convierte en el centro del universo para sus familiares. Aunque el apoyo de la familia es fundamental para su evolución, nos podemos olvidar que si la familia no está en unas condiciones psicológicas óptimas, las consecuencias recaerán directamente sobre el menor. Por eso es importante pedir ayuda psicológica como familiares.

4. Descansar es necesario: Uno de los factores que más provocan estrés en las familias dentro de los hospitales es la falta de descanso. Creemos que somos invencibles y no es así. La calidad del tiempo que pasamos con nuestros pequeños en el hospital es esencial para ellos y empeora si no descansamos lo suficiente: estamos más estresados, más sensibles y mucho más irascibles, algo que no beneficia en absoluto a los que tenemos alrededor.

5. La actitud se contagia y las sonrisas tienen superpoderes: Tener una actitud positiva frente a los acontecimientos marcará el transcurso de los mismos. Esto es una realidad y es una parte fundamental de nuestro papel como acompañantes de los pequeños. Si conseguimos llenarnos de energía positiva podemos influir en ellos y en su actitud frente a la enfermedad, algo que sin ninguna duda determinará la evolución del menor.

¿Qué es lo que más preocupa a los padres de la vuelta al cole?

Redacción

Los niños españoles ya están en el cole para alivio de unos padres y pesar de otros. Completada la primera semana lectiva del curso, nos hacemos eco del Informe Vuelta al Cole 2018 realizado por el outlet online Privalia a través de un cuestionario contestado por más de 2.000 usuarios de la plataforma con hijos.

¿Qué preocupa de la vuelta al cole?

Tras el importante desembolso económico al que tienen que hacer frente muchas familias en ropa, libros y material escolar, la conciliación laboral y familiar (38%) y el reto que supone coger de nuevo los hábitos y rutinas (21%) son las principales preocupaciones a las que se enfrentan las familias españolas en la temida «cuesta de septiembre».

Estas preocupaciones, sin embargo, cambian dependiendo del número de hijos que haya en la unidad familiar. Así, por ejemplo, en el caso de las familias numerosas la conciliación (54%) adquiere más importancia que el gasto económico que supone la vuelta al cole.

En el aspecto de las preocupaciones, otro de los datos más destacados del informe es el que revela que, a medida que los hijos son más pequeños, la preocupación de los padres por el inicio escolar es mayor. Así, al 58% de los padres con hijos en la guardería y el 53% de los que los tienen en preescolar afirman tener presente la vuelta al cole mientras están de vacaciones. Sin embargo, más de la mitad de los padres que tienen hijos en primaria y en adelante, afirman no preocuparse de la vuelta al cole mientras están de vacaciones.

Tiempo de calidad

Preguntados en el Informe Vuelta al Cole 2018 por aquello que consideran que es más importante para sus hijos en el día a día, casi el 75% de los encuestados señalaron que consideran que lo que más valoran sus hijos es no ir con prisas por las mañanas para llegar al cole y el tiempo de calidad que los padres les puedan dedicar tanto antes como a la salida de clase.

En tercer lugar, casi uno de cada dos encuestados, por su parte, señalaron que sus hijos valoran que conozcan a sus amigos y a sus profesores, mientras que un 37% destacaron la importancia para sus hijos de que los padres los lleven y los recojan del colegio. En el caso de las familias numerosas, en tercer lugar en las preferencias de los hijos aparece, sin embargo, el que sus padres les ayuden a hacer los deberes (40%).

 

5 consejos para un buen consumo de televisión en la infancia

Redacción

Las nuevas plataformas de contenidos bajo demanda y televisión por streaming ofrecen un sinfín de posibilidades de entretenimiento para las familias. Cada vez es más fácil acceder a contenido de calidad que permite a padres e hijos disfrutar juntos de series y películas, ya sea en un dispositivo móvil, un ordenador o, por supuesto, a través de la televisión. Sin embargo, las posibilidades que abre la tecnología también suelen presentar retos y la nueva era de la televisión no es una excepción.

Desde el servicio de televisión bajo demanda Sky España, en colaboración con Carmen María Linares Albertos, Decana del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, han elaborado una breve guía de consejos con el fin de ayudar a los padres a enfrentarse a este nuevo desafío. Y es que, como explica la experta, “es necesario que los padres tomen conciencia del importantísimo papel que juegan, inculcando a sus hijos buenos hábitos a la hora de ver la televisión”.

1. Animación no es igual a infantil: Según datos de Sky, casi 4 de cada 10 españoles afirma que los contenidos infantiles que más valora en televisión son las series de animación con componente educativo. Por ello, y dado que existen series de animación para todas las edades, hay que tener en cuenta que muchas de ellas no son adecuadas para el público infantil. “Los padres deberían conocer la programación infantil, para seleccionar y recomendar películas o series que guarden relación con los valores que quieren inculcar a sus hijos. De esta manera estaríamos aprovechando las posibilidades de comunicación y socialización en la familia”, explica Carmen María Linares.

2. Convertir el momento de ver la tele en un momento beneficioso y familiar: Acompañar a los niños mientras ven programas o películas es importante. Al realizar esta actividad de manera conjunta, los niños asociarán el hecho de ver la tele con una experiencia enriquecedora y en familia: “Así estaremos no sólo viendo la tele sino haciendo una actividad compartida, porque puede dar lugar a cantar con ellos, jugar…” asegura la psicóloga. Pasar ese tiempo juntos contribuye a estrechar lazos y a generar confianza. Además, los padres deben aprovechar este momento para “explicarles, mediante el ocio, qué conductas son adecuadas y cuáles no”, señala la psicóloga.

«Es necesario que los padres tomen conciencia del importantísimo papel que juegan, inculcando a sus hijos buenos hábitos a la hora de ver la televisión»

3. Sacar provecho a herramientas de control parental: “La televisión es una herramienta que nos acerca gran cantidad de contenido interesante para los niños, pero que también puede utilizarse de formas no apropiadas. Por eso, como padres es fundamental tener un control sobre lo que pueden ver”, comenta Carmen María Linares.

4. Tiempo limitado por las demás actividades: “Las horas de exposición frente al televisor las debe determinar, por un lado, el tiempo que a cada niño le quede después de haber realizado otras actividades o tareas, como deporte, lectura o jugar con otros niños. Por otro lado, también el tiempo que dure cada programa seleccionado. Así estamos ayudando a desarrollar la capacidad de selección y discriminación de los niños; les estamos enseñando a ver programas de televisión y no simplemente a ver televisión”, específica la psicóloga.

5. Libertad de elección: Lo cierto es que a pesar de que a los padres les preocupa la amplia oferta, la ventaja es que los niños pueden decidir visualizar sus dibujos favoritos en distintas horas del día. Cuando no se contaba con plataformas con contenidos exclusivos para el consumo infantil, los niños tenían que ver por defecto lo que se emitía en televisión. Sin embargo, ahora pueden evitar las series que no les gusten y ver otros contenidos que se adecuen más a su edad o gustos. El desarrollo de las facultades de elección puede estar vinculado a este momento del día, cuando padres e hijos hacen esta actividad de manera conjunta, compartiendo aficiones, así no solo aprenden a ver la televisión, sino que aprenden qué les gusta ver en la televisión.

Xuxo Ruiz: “Tenemos que conseguir que los niños estudien jugando”

Por Adrián Cordellat

Xuxo Ruiz es mago y profesor en el CEIP San Sebastián de la localidad sevillana de Albaida del Aljarafe. Utilizar la magia en el aula, entre otras cosas, le valió en 2017 el premio al Mérito en la Educación de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y en este 2018 le ha permitido colarse entre los 50 finalistas del Global Teacher Prize, el premio más prestigioso a nivel internacional en el mundo de la docencia. Muchos de sus trucos educativos, “sencillos y al alcance de cualquiera” los ha recopilado en el libro Educando con magia (Editorial Narcea) para que otros profesores y padres puedan aplicarlos con sus alumnos e hijos. Porque como explica a Padres y Colegios, “lo que se aprende a través de la magia se recuerda durante mucho más tiempo”. 

¿Qué siente uno al haberse colado entre los 50 nominados al considerado como Premio Nobel de la enseñanza?

Te hace muy feliz, porque que valoren tu trabajo es algo muy importante. Sobre todo cuando hablamos de la labor de docente, que creo que es de las más admirables, nobles y primordiales que existen. Estamos creando la sociedad del futuro. Yo he tenido la suerte por mis méritos y por mi labor de ser nominado, pero esta nominación es para todos los docentes que se desviven por dar una educación de calidad, por tratar a sus alumnos como lo merecen y sacarles el potencial que tienen.

Tu nominación, evidentemente, supone un impulso para ti a nivel personal. Pero quiero creer que también ha sido un impulso para la magia. ¿Se ha valorado poco tradicionalmente este arte, sobre todo en su versión para niños?

Hasta ahora se veía como algo para distraer a los niños, pero cada vez la gente es más consciente de que somos capaces de emocionar, de abstraer del mundo real a los niños. Afortunadamente esto también está ayudando a valorar el mundo de la magia.

Has hablado de la capacidad de emocionar de la magia. En un momento en el que cada vez se habla más de los avances en neurociencia y de la necesidad de emocionar a los alumnos para que éstos aprendan, ¿qué puede aportar la magia a la educación?

Cuando un niño ve magia ve algo diferente y por tanto el cerebro se activa como no lo hace al seguir una explicación tradicional, de forma que lo que se aprende a través de la magia es recordado durante más tiempo. La implicación emocional por parte del alumno y del profesor son diferentes al ser todo mucho más visual y práctico, lo que estimula la atención y las ganas de aprender de los niños.

¿Y cómo utiliza Xuxo Ruiz la magia en el aula? ¿Puedes ponernos algunos ejemplos?

La utilizo a diario. Algunos días más, otros menos, pero siempre hay algo de magia en mi aula. La utilizo para introducir temas, para repasar algunos conceptos que los niños necesitan adquirir, para controlar la conducta en clase, como “chantaje” mágico para conseguir silencio, para desarrollar la lectura, para que conozcan el cuerpo… De alguna forma convierto a los niños en magos. Por ejemplo, sin ir más lejos, estas navidades les he enviado una tarea que pasaba por hacer un truco de magia, en el que tenían que adivinar un número, a sus familiares. Y bueno, para adivinar ese número lo que tenían que hacer era un cálculo matemático, así que de esta forma me he asegurado de que durante todas las navidades han estado haciendo matemáticas de una forma divertida.

«Cuando un niño ve magia ve algo diferente y por tanto el cerebro se activa como no lo hace al seguir una explicación tradicional, de forma que lo que se aprende a través de la magia es recordado durante más tiempo»

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El docente Xuxo Ruiz.

Has hablado antes de las matemáticas. ¿Hay asignaturas que son más proclives que otras al uso de la magia?

Es cierto que en ciencias, matemáticas y lengua se puede aplicar mucho, pero hay maestros de música que también lo han utilizado mucho en su clase, profesores de inglés, incluso maestros de religión han podido explicar ciertas cosas con ellos. En general la magia vale para todo.

Supongo que en tu colegio de Sevilla habrá tortas para ser alumno tuyo, ¿no?

(Risas) Es gracioso porque a lo mejor cuando me toca cambio de ciclo ya hay padres que me preguntan si el año siguiente cogeré a sus hijos. Cuando se enteran se ponen muy contentos. “¡Bien, nos ha tocado el profe mago!”. O cuando voy a sustituir a algún compañero y llego a la clase te puedes imaginar el revuelo que se genera. Siempre les suelo hacer algún truquito relacionado con lo que estén dando. Como mago estarás acostumbrado a actuar ante un público adulto.

¿Qué tienen los niños como público que hemos perdido los mayores?

Por un lado, la inocencia, pero por otro también la capacidad de decir las cosas tal y como las piensan. Es decir, si un niño ve que haces mal un truco, te lo va a decir, mientras que un adulto, por prudencia, se guarda ese comentario.

En 2015 César Bona fue también nominado a estos premios y aquello supuso un boom en España, ya que se empezó a hablar de educación, de cambios en el sistema… Desde entonces otros dos profesores españoles habéis sido nominados. ¿Algo se mueve en la educación española?

Yo creo que sí y el premio lo tenemos ya porque los medios de comunicación se están preocupando de hablar de educación. En España hay grandísimos profesores que investigan y se forman para conseguir que el aprendizaje no sea monótono y aburrido. Si tú le das a elegir a un niño entre jugar y estudiar, va a elegir jugar. Pues entonces vamos a conseguir que estudien jugando.

«En España hay grandísimos profesores que investigan y se forman para conseguir que el aprendizaje no sea monótono y aburrido»

¿Se consigue esto?

Claro. Hace un par de años hice con mis alumnos de sexto una especie de Master Chef y estuvimos tres meses trabajando todas las asignaturas a través del mundo de la cocina. Así ellos veían que lo que aprendíamos era significativo, que les servía para algo. El último día hicimos un concurso en el que tenían que superar una prueba de todas las asignaturas con conceptos que habíamos estudiado a través de la cocina y al final tenían que hacer dos platos que valoraba un jurado. Montamos un concurso en el que se implicó toda la comunidad y los niños aprendieron de una forma diferente, viendo cosas que son útiles en la vida real y no conceptos que se aprenden para vomitar en un examen y olvidarse luego. Por ahí debería ir la educación del futuro.