Homeschooling: Educados en casa

Un estudio afirma que, en contra de la creencia habitual, los niños educados en casa no aprenden peor que los educados en la escuela sino simplemente lo hacen de una manera diferente. En cambio, algunos educadores insisten en que puede conllevar problemas de socialización.

Por Ana Veiga

“Los niños no necesitan la escuela. El colegio no habilita a un niño para leer; son aprendices naturales”, afirma rotunda la doctora Paula Rothermel, psicóloga y entonces investigadora de la Universidad de Durham (Gran Bretaña). Ella es la autora del estudio El bienestar psicológico de los niños educados en casa o homeschooling (2002), en el que saca una conclusión principal: los niños educados en casa sí tienen buena salud mental.

Un aprendizaje distinto

La confirmación de que los homeschoolers o niños educados en casa tienen su salud psicológica a salvo parece una frase un tanto exagerada, como si resultara extraño tener que confirmar eso. Sin embargo, se trata de un dato importante ya que es la crítica más común sobre esta opción educativa; algunos expertos se muestran preocupados por que estos niños puedan presentar futuros problemas en sus destrezas sociales.

En su estudio, la investigadora presentó el primer informe realizado en el Reino Unido a niños y familias homeschoolers –educadores en casa-, utilizando metodologías diversas y una muestra de más de 80 casos de 9 a 11 años. Los resultados mostraron además que el 64% de los niños educados en casa en obtuvieron puntuaciones por encima del 75% de sus compañeros en las evaluaciones.

Esta investigación empleó dos instrumentos de calificación: la Escala de Rutter Revisada (RRS) y el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades de Goodman (SDQ). El estudio actual formó parte de una encuesta más amplia de 419 familias educadoras en el hogar en el Reino Unido que representan a 1.099 niños.

“No creo que se pueda decir que la escuela es mejor o que educar en casa es mejor, simplemente en casa aprende diferentes cosas y de forma diferente”

Las familias participantes recibieron una encuesta creada teniendo en cuenta los instrumentos citados. Además, se hicieron evaluaciones educativas y psicológicas de los niños educados en el hogar y se hicieron entrevistas a 100 familias homeschooler.

¿Los resultados? Mientras que el RRS y SDQ ‘Total Dificultades de Puntaje’ fueron consistentes en encontrar que los niños no exhibieron problemas de comportamiento, hubo una discrepancia en las escalas prosociales – es decir, en la medición de toda conducta social positiva con o sin motivación altruísta-. En un examen más detallado, se observó que las diferencias se debían a que el RRS y el SDQ definían los niños de manera muy diferente.

Como extra, Rothermel llegó a tomar documentos anteriores como marco referencial y contexto, como fue el caso de un estudio de Shyers, donde este mantenía que los niños educados en casa tenían mejor control de sus emociones. Pero tras tratar de replicar sus resultados, retiró su mención al confirmar que el investigador no había realizado correctamente el experimento.

¿En casa o fuera?

Por tanto, ¿es el homeschooling la mejor opción? “No creo que se pueda decir que la escuela es mejor o que educar en casa es mejor, simplemente en casa aprende diferentes cosas y de forma diferente”, comenta Rothermel, que insiste en que el aprendizaje es “motivacional”, es decir, es más importante generar ganas de aprender que enseñar. Considera que “la decisión debe depender de lo mejor para cada niño y de lo que cada niño quiera hacer”, insiste. Y no solo sabe de lo que habla sino que lo ha puesto en práctica con sus cuatro hijos en Reino Unido y después con su mudanza a Suiza, donde la edad de escolarización es de los 7 años a los 21 años – de hecho, hasta el año 2017, el colegio se empezaba normalmente con 8 años-.

Su hija mayor fue por primera vez al colegio cuando tenía 13 años; ahora tiene 23 y acaba de empezar la Universidad. El segundo hijo empezó a los 8 años justo al mudarse a Suiza y tras 5 años de enseñanza en casa mientra vivían en Reino Unido. El tercero ha tenido sólo un año de homeschooling a los 13 años. Y el cuarto hijo fue al colegio de 8 a 9 años, estuvo en casa hasta los 13 y luego volvió al colegio.

Insiste en escuchar. Esa escucha fue la que hizo que su hija se apuntara al colegio con 13 años. “Un día se levantó y dijo ‘me gustaría ir al colegio’. Antes de eso, no sabía alemán –idioma oficial del cantón suizo en que viven ahora-, no leía ni había escrito nunca -y menos en una hoja en línea recta- porque en casa no trabajábamos con libros. Tras seis meses en la escuela, ya había aprendido alemán y hecho los exámenes oficiales”, comenta. Y admite que este semestre de adaptación no es único de su hija sino que es el tiempo habitual que tardan los niños en hacerse al ritmo –e idioma de clase. Los niños son pequeños genios que pueden hacer mucho más de lo que creemos. Pero, “hemos perdido la experiencia del sentido común, la confianza en nosotros mismos, la fe. La escolarización y las profesiones educativas se han convertido en una ciencia y hay una industria que se ha creado alrededor de esto. Olvidamos que realmente los niños no lo necesitan; al menos no cuando son aún muy jóvenes”.

En la postura opuesta se instala Rafael Feito, Doctor en Sociología por la Universidad Complutense. Una de las pocas ventajas que ve en el homeschooling es la posibilidad de tener un programa educativo a la medida de las necesidades del niño. Pero sigue sin ser suficiente para estar a favor. “Es una opción poco aconsejable porque no solo se trata de aprender conocimientos sino también de las habilidades sociales y emocionales, que no se pueden adquirir en la familia”.

Si por él fuera, ampliaría la escolarización de 0 a 3 años. “Cuanto antes se escolaricen, mejor. Para conocer entornos distintos, ayudar a convivir y reducir desigualdades”. El sociólogo hace referencia a la conciliación intrínseca a la idea del homeschooling. Para educar en casa, el padre o madre tienen que estar en casa. Y no todas las familias pueden permitirse que uno de los dos no trabaje o contratar un profesor a domicilio. “En EEUU no hay una escolarización temprana estandarizada y es una de las causas de las desigualdades.

“Hemos perdido la experiencia del sentido común, la confianza en nosotros mismos, la fe. La escolarización y las profesiones educativas se han convertido en una ciencia y hay una industria que se ha creado alrededor de esto. Olvidamos que realmente los niños no lo necesitan; al menos no cuando son aún muy jóvenes”

En cambio para Rothermel, no tiene por qué ser así. A pesar de que en Suiza la conciliación se consigue porque muchas mujeres optan por quedarse en casa, cree que la posibilidad de la conciliación para el homeschooling, “no debe depender solo de la familia sino del Estado y de cómo ayuda a que esto sea posible”. En Suiza, por ejemplo, reciben 350 euros al mes por cada hijo, lo que “permite tener a uno de los progenitores en casa o a los dos a media jornada”.

El sociólogo concuerda con que puede haber casos –por evitar bullying, por dar una Educación con cariz religioso, por descontento con el sistema educativo…- en que el homeschooling puede ser una opción apropiada. Sin embargo, opina que “en principio no es una opción recomendable porque la escuela hace sociedad”.

«El homeschooling no debe depender solo de la familia sino del Estado y de cómo ayuda a que esto sea posible”

España: 4.000 familias en un vacío legal

En España no es fácil lanzarse al mundo de la educación en casa. Ni siquiera es sencillo tomar la decisión de planteárselo en España. No solo es una opción poco extendida -4.000 familias españolas han escogido educar en casa según estima en su web la asociación Homeschooling Spains sino porque lo cierto es que en España el homeschooling está en un limbo legal. No, no es ilegal; pero sí alegal.

La Ley Orgánica de Educación no especifíca que no se pueda educar en casa. Solo dice que los niños y niñas deben estar escolarizados obligatoriamente de los 6 a los 16 años. No obstante, hay sentencias precedentes que han admitido la educación en casa como opción plausible y válida. Por ejemplo, a raíz de un par de casos en Málaga, el Tribunal Constitucional resolvió (2010) que la «invocada facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización obligatoria por motivos de orden pedagógico no está comprendida en ninguna de las libertades constitucionales».

Cuando Rothermel conoce la todavía poca popularidad del homeschooling en España,reconoce que puede resultar más difícil optar por esto aquí porque “los niños no tienen cerca a otros niños en esa situación”. Aún así, anima a intentarlo y dejar los miedos a un lado porque hay más formas de aprender y de socializarse que en el colegio: apuntarse a natación, atletismo o cualquier otra actividad puede ayudar a los homeschoolers a conocer a iguales sin necesidad de rendirse a la normalidad educativa de la escolarización.

4.000 familias españolas han escogido educar en casa según estima en su web la asociación Homeschooling Spains. Y lo cierto es que en España el homeschooling está en un limbo legal. No, no es ilegal; pero sí alegal.

Quizá una muestra del aumento del interés por el homeschooling en nuestro país es la publicación en 2012 de la primera tesis sobre el tema: Homeschooling en España: descripción y análisis del fenómeno, del profesor Carlos Cabo. A esto se suma la aparición de organizaciones como Homeschooling Spain, Asociación por la Libre Educación (ALE) o la Plataforma para la Libertad Educativa.

“La escuela que tenemos dice un tamaño sirve para todo el mundo, está muy estandarizada. Y sí creo que este es un serio problema. El homeschoolingen España es minoritario pero esa cifra nos interroga. Debemos pensar por qué hay familias que no quieren escolarizar a sus hijos”, barrunta Feito.

Javier Urra: “Educamos jóvenes como el cristal: duros pero frágiles”

Javier Urra es doctor en Psicología y en Ciencias de la Salud, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, y fue el primer Defensor del Menor en España. De todo el conocimiento acumulado en su vida profesional surgió en 2006 El pequeño dictador, un libro del que se vendieron más de 300.000 ejemplares. Ahora presenta Déjale crecer o tu hijo en vez de un árbol fuerte será un bonsái (La esfera de los libros), con el que intenta transmitir una máxima: sobreproteger a los niños no es educar.

El título me ha recordado mucho a una frase, aquella que dice que hay dos tipos de padres, los que preparan el camino para sus hijos y los que preparan a sus hijos para el camino. Los primeros, imagino, van a criar bonsais…

Sí, es exactamente así. Muchas veces hay excesiva preocupación con qué mundo vamos a dejar a los niños, pero a mí me preocupa más qué niños vamos a dejar a este mundo. Y para dejar a los mejores niños posibles para el mundo hay que educar a los niños en la duda, en la incertidumbre, en el compromiso, en ponerse de verdad en el lugar del otro, en saber cooperar.

Hay quien plantea, creo que quizás exageradamente, que la sobreprotección es un maltrato.

Yo no diría que lo es, pero se le parece, porque hay que preparar a los niños para la vida. Una vida que a veces es divertida, otras aburrida, a veces tierna, en ocasiones dura. Una vida en la que la gente muere, en la que los padres a veces se separan, en la que vas al paro… Todo eso hay que prepararlo desde la más corta edad. Al final se trata de respetar al niño. Y respetarle significa no sobreprotegerle.

«Para dejar a los mejores niños posibles para el mundo hay que educar a los niños en la duda, en la incertidumbre, en el compromiso, en ponerse de verdad en el lugar del otro, en saber cooperar»

dejale-crecerTodas las acciones sobreprotectoras que ponemos en práctica durante la primera infancia de nuestros hijos luego tienen sus consecuencias, como explica, en la preadolescencia y la adolescencia. ¿Cómo se manifiestan en el comportamiento de estos jóvenes?

Al final la sobreprotección tiene consecuencias muy negativas en algunos niños, que luego van a ser jóvenes y luego adultos. Y eso realmente es un problema, porque se acostumbran a que todo el mundo gire a su alrededor y por lo tanto son muy poco flexibles, incapaces de perdonar, con escasa asertividad, con dificultades para autocontrolarse, y muy nihilistas y egoístas a veces. Estamos creando jóvenes que son como el cristal: duros pero frágiles.

¿Qué explicación encuentra para que los padres seamos cada vez más protectores con nuestros hijos?

En primer lugar, creo que muchos padres buscan erróneamente la felicidad de sus hijos. Su fin es que sus hijos sean siempre felices, así que no parten de la realidad: la vida no siempre es feliz, no es algo que se pueda garantizar. Por otro lado, creo que en algunos padres hay un cierto postureo, como si para ser un buen padre hubiese que mostrar una honda preocupación por la educación de los niños, llevarlos a mil y una actividades. Y luego vivimos también en una sociedad de muy pocos niños, a veces de padres bastante mayores que consideran la educación casi como unas oposiciones, una labor dificilísima, y por lo tanto siempre precisan de otros profesionales (psicólogos, logopedas, pediatras), de los que en muchas ocasiones se abusa.

Dice en el libro que hay padres que no quieren asumir su papel como tales.

Es que no todos quieren asumirlo, porque ser padre significa ser adulto, dar confianza, transmitir amor y seguridad, pero también marcar límites, decir “no”, enfrentar situaciones. En nuestra sociedad la autoridad se ha diluido y se ha tendido, equivocadamente, a un cierto igualitarismo desde que el niño nace.

“Los padres querrían pasar mucho más tiempo con sus hijos y los horarios laborales que hay hoy en día no lo permiten”

Pone muchos ejemplos prácticos, que a todos nos pueden sonar o podemos haber visto, de sobreprotección. Por su experiencia, ¿cuáles son las formas de sobreprotección más recurrentes?

La más recurrente es cuando el niño empieza a tener conductas a corta edad que no debería realizar, más allá del capricho, y los padres miran para otro lado pensando que con el tiempo desaparecerá ese comportamiento. Eso no es verdad. Las cosas van a más, se cronifican. También están las batallas soterradas entre los padres para ser el bueno ante los niños. Y luego está la defensa a ultranza. Vemos a padres que en la Fiscalía discuten al juez un acto llevado a cabo por su hijo cuando hay imágenes grabadas que lo corroboran sin ningún tipo de duda. Ese ser el abogado defensor del hijo demuestra que hay padres que temen a sus hijos.

Y en toda esta sobreprotección, ¿qué papel juega el sentimiento de culpa que lleva aparejada la maternidad/ paternidad y al que hace continua referencia en el libro?

Ese sentimiento existe. En parte porque las condiciones laborales y económicas han cambiado, lo que obliga a los dos progenitores a trabajar. Hay un problema de horarios. Los padres querrían pasar mucho más tiempo con sus hijos y los horarios laborales que hay hoy en día no lo permiten. Y luego se viven muchos años ahora y eso hace que los padres no quieran perder su vida, sus amigos, los viajes, las salidas a cenar, los conciertos… Sumas todo eso y claro, es imposible, no da. No se puede querer leer todos los libros, ver todas las obras de teatro, viajar por todo el mundo, cuidar a la abuela y educar a tu hijo. Hay que priorizar qué es lo esencial y no exigirnos mucho más. Y, sobre todo, intentar hacerlo bien sin necesidad de ser un súper padre o una súper madre.

Colegios solidarios: construyendo un mundo mejor

Actuar de forma altruista por los demás no solo tiene beneficios para el que lo recibe, sino, y muy especialmente, para el que lo da. La solidaridad también se enseña desde pequeños. Muchos colegios apuestan, con éxito, por ella.

Por Terry Gragera

El concepto de solidaridad está cambiando. “Cada vez nos encontramos con más niños que desde muy pequeños están concienciados de que hay que hacer algo por los demás”, resalta Guadalupe Díez, responsable de Eventos y Colegios de la Fundación Aladina, que presta soporte a niños con cáncer (ocio, apoyo psicológico, ayudas, entrenamiento físico…).

En la Fundación Aladina llevan varios cursos desarrollando la campaña “1 dibujo = 1 sonrisa”, por la que los escolares mandan su sonrisa, a modo de dibujo, para los niños hospitalizados. En el curso pasado, colaboraron con la iniciativa 108 colegios de toda España. “Los escolares, de todas las edades, mandaban dibujos, cartas, cómics… a niños con cáncer que están en el hospital a los que les encanta saber que hay gente fuera que, aun sin conocerlos, se preocupa por ellos y quiere arrancarles una sonrisa”, explica Guadalupe Díez.

Los beneficios de esta acción son bidireccionales, ya que en los niños sanos “fomenta que valoren realmente todo lo que tienen, descubren que la solidaridad no es algo solo de los mayores y que no consiste en decir ‘mamá, mete dinero en este sobre’ y se sienten bien porque se dan cuenta de que a cualquier edad se pueden hacer cosas por los demás”, dice la responsable de Fundación Aladina.

¿Cómo puedo ayudar?

“Para presentar la campaña, acudimos a los colegios. Los escolares nos preguntan si los niños con cáncer se curan, si pueden comer chucherías, si pueden jugar al fútbol o hacer las mismas cosas que ellos… Cuando son más mayores, se interesan por la forma de ayudar más. Se siembra en ellos una inquietud y quieren ir más allá. A ellos les enseñamos que hay maneras sencillas de colaborar como utilizar sus redes sociales para compartir campañas solidarias y hacerse eco de este tipo de acciones. Muchos se hacen voluntarios de nuestros eventos, ya que al hospital, al ser menores de edad no pueden ir, y nos ayudan en ellos”, relata Guadalupe Díez.

La solidaridad de los más pequeños del colegio o de la casa suele ser también un revulsivo en el centro o en la familia. Así, la campaña “1 dibujo = 1 sonrisa” consiguió recaudar el año pasado más de 140.000 euros procedentes de las donaciones de los padres de los niños que habían hecho los dibujos, escolares de todas las edades, incluso desde la Escuela Infantil.

«Los niños educados en solidaridad cuando son más mayores se interesan por la forma de ayudar más. Se siembra en ellos una inquietud y quieren ir más allá»

También cada vez más colegios organizan actividades solidarias: mercadillos, carreras, teatros, fiestas… con la mirada puesta en Aladina o en otras asociaciones. Cada una cuenta para sembrar el germen de la acción social.

Un pasaporte solidario

En los colegios CEU se toman la solidaridad muy en serio. Por ello han creado un Pasaporte Solidario y lo que denominan Menú del Voluntariado. Se implica a todos los alumnos de cualquier etapa educativa de todos sus centros escolares, adaptando las actividades a la edad, para realizar acción social (economatos, entidades caritativas…), acompañamiento a mayores, educación e instrucción a colectivos desfavorecidos o barrios marginales, viajes a países en vías de desarrollo, patrullas ecológicas, carreras solidarias, eventos deportivos para recaudar fondos, padrinos de aprendizaje…

El objetivo es “favorecer el sentido de la realidad y, al mismo tiempo, educar la mirada en la sensibilidad social”, resalta Luis Martínez Abarca, responsable del Área de Colegios CEU. “Si en este compromiso el conocimiento y reflexión son imprescindibles, educar para la acción es, al menos, igual de importante. Descubrir, sensibilizar y hacer son tres piezas de un único recorrido”, destaca. ¿En qué se basa el Pasaporte Solidario? “Todo alumno de nuestros colegios necesita sellar un número de acciones por curso de las que ofrecen en su menú u otras que él mismo proponga”, aclara el representante de los colegios CEU.

La solidaridad de los más pequeños del colegio o de la casa suele ser también un revulsivo en el centro o en la familia

Así, en el Pasaporte quedan plasmadas “todas las actividades de voluntariado en las cuales haya participado”. La reacción de los alumnos es “muy positiva”. “Son conscientes de la necesidad y de que es parte de la identidad que reconocen con naturalidad y también con orgullo. En algunos casos la demanda de participación desborda las posibilidades, pero pensamos que es una prueba de su éxito”, reconoce.

Ventajas de ser solidarios

Para una personalidad en formación, como la de los niños y adolescentes, aprender a ser solidarios tiene muchos beneficios:

-Se siente parte activa de la sociedad desde pequeños.

-Aprenden a comprometerse.

-Pueden conocer a niños y jóvenes con sus mismas inquietudes.

-Descubren valores y fortalezas ocultas en ellos mismos.

-Desarrollan la empatía y la sensibilidad.

-Aumenta su autoestima.

Una guía para el uso seguro de los juguetes con conexión a internet

Redacción.

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), junto con la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes han hecho pública una “Guía para el uso seguro de los juguetes conectados”, con el fin de asegurar la diversión de los niños y adolescentes a través de la tecnología sin riesgos.

Los juguetes conectados ofrecen nuevas posibilidades de juego, fomentando la interactividad y participación del menor, siendo necesario conocer las sencillas recomendaciones que permiten evitar los riesgos derivados de esta nueva dimensión de juego.

Contraseñas seguras, control parental, uso y difusión de imágenes y audios, etc. El contenido da respuesta a estas cuestiones y otras como: ¿Qué es un juguete interactivo? ¿Para qué recogen estos juguetes nuestros datos? ¿A qué nos exponemos? ¿Cómo elijo un juguete conectado para mi hijo? ¿Cómo configuro el juguete para que sea más seguro? ¿Cómo les enseño a jugar con más seguridad? ¿Cómo puedo saber más sobre juguetes conectados?

En ese sentido, la información contenida se presenta de forma esquematizada para tener presente qué papel juegan los datos personales que utilizan estos juegos y cómo podemos asegurar la privacidad. También proporciona consejos para los padres a la hora de elegir un juguete conectado, como comprar con responsabilidad, leer las especificaciones técnicas e informarse consultando la web del fabricante u otras páginas en las que expertos y usuarios cuenten su experiencia y su opinión.

Los juguetes conectados ofrecen nuevas posibilidades de juego, fomentando la interactividad y participación del menor, siendo necesario conocer las sencillas recomendaciones que permiten evitar los riesgos derivados de esta nueva dimensión de juego

Además, se detallan los pasos básicos que se han de seguir para configurar correctamente un juguete conectado. Para ello, es vital tener en cuenta herramientas específicas de control parental y la protección de los datos personales, eliminando los registros de mensajes.

Así, INCIBE, a través de Internet Segura for Kids (IS4K) invita a fabricantes, vendedores de juguetes, padres y educadores a conocer esta guía para ser parte activa en el futuro de la educación y la seguridad de los menores en la era digital. Además, la misma propone actitudes que se deben fomentar en los menores cuando tienen al alcance esta tecnología, colaborando con la educación de los niños y adolescentes en este sentido.

Descargar la “Guía para el uso seguro de los juguetes conectados”.

 

¿Cómo les afecta tener un hermano enfermo?

La vivencia de tener un hijo con una enfermedad crónica o grave es una de las más difíciles a las que pueden enfrentarse unos padres. Pero si hay más hermanos en la familia, estos también pueden necesitar ayuda.

Por Terry Gragera

“Cuando un hijo tiene una enfermedad grave, las rutinas familiares cambian y la energía de los padres se destina a cuidar de su hijo enfermo y a gestionar sus propias emociones. Entonces, hay algo que suele ser común a todos los hermanos y es la sensación de haber perdido el interés de sus padres”, advierte Gabriela Medin, psicooncóloga de la Fundación Aladina. “Por eso es importante hacerles ver que es algo que atañe a toda la familia, que ‘somos un equipo’. Si esto te pasara a ti, haríamos igual”, recomienda explicitar al resto de hijos. Así, los padres deben enfrentarse de cara a la situación y comentarles al resto de sus hijos: “Sabemos que no estamos haciendo la vida familiar que nos gustaría, que no estamos pudiendo ocuparnos de ti como necesitarías. Pensemos en qué cosas te ayudarían a pasar mejor este momento difícil porque sabemos que para ti supone una renuncia”, detalla la psicooncóloga.

De la misma opinión es Ana Belén Hernández, psicóloga de la Fundación Menudos Corazones: “Hay que hacerles entender que todos son importantes en la misma medida, pero que alguno de ellos puede tener más necesidades en un momento determinado. Y repetirles que se les quiere mucho, intentando dedicarles tiempo de calidad, haciendo cosas individuales con cada uno de ellos”. La enfermedad de un miembro de la familia, y más si es un niño, requiere de una serie de ajustes que afectan a todos. Hay que intentar “dar naturalidad” a la situación, como recomiendan desde Menudos Corazones. Así, conviene:

-Contarle a los hermanos lo que sucede en cada momento, con palabras que puedan comprender.

-Si hay hospitalización, deben saber con quién se quedan, quién los cuidará…

-No hay que negarles los sentimientos de rabia, miedo, celos… Hay que ayudarlos a encontrar las palabras para expresarlos, pero sin ponerlas en su boca.

-Utilizar cuentos y publicaciones que hablen del proceso que está viviendo su hermano.

-Proponer actividades donde se trabajen las emociones, como escribir un cuento relatando algo similar que le pase a otro niño.

-Involucrar a los hermanos sanos en el día a día de la familia y también en los cuidados de su hermano, pero sin adoptar un rol de cuidador o excesiva responsabilidad que no le corresponden.

-Participar en asociaciones para desmitificar su día a día. Esto les ayudará a ver que hay muchas familias como ellos, a sentirse comprendidos y a hablar de lo que sienten sin tabúes, afrontando mejor el miedo.

-Si hay respuesta sintomática por parte de algún hermano (dolores inespecíficos, dificultad para dormir, regresiones, bajada en las calificaciones…), se debe consultar con un especialista.

«Hay que hacerles entender que todos son importantes en la misma medida, pero que alguno de ellos puede tener más necesidades en un momento determinado»

Hablar sin forzar

En la mente de un niño con un hermano enfermo pueden surgir muchas ideas, miedos, incluso sentimiento de culpabilidad. “Es importante no forzar a los niños a hablar de cómo se sienten sino darles la oportunidad de hacerlo con tiempo, con calma, a su ritmo y a través de la forma que ellos encuentren: jugando, hablando, mediante un cuento, comentando lo que le pasa a su hermano a través de sus muñecos o escuchando simplemente que algo parecido le pasa a un compañero del cole, pero escuchándoles, no simplemente oyendo lo que dicen”, recomienda la psicóloga de Menudos Corazones.

Para Gabriela Medin es importante la actitud de los padres: “En casa debe haber un clima para expresar sentimientos. Si los adultos lo hacen, los hermanos acabarán haciéndolo. No se trata de llegar y preguntar, sino de mantener una charla abierta”.

¿Qué le va a pasar?

La enfermedad de un hermano sitúa a muchos niños ante la posibilidad de un fatal desenlace. “No hay que mentir a los niños ni trasladarles la realidad con crueldad. Se pueden usar distintas estrategias como intentar saber qué es lo que piensa el niño para hacer esa pregunta, devolviéndosela. No hay que evitar la respuesta”, subraya la experta de Menudos Corazones.

Por su parte, la psicooncóloga de la Fundación Aladina, destaca la importancia de que los hermanos puedan despedirse” si no hay posible curación.

“Es importante no forzar a los niños a hablar de cómo se sienten sino darles la oportunidad de hacerlo con tiempo, con calma, a su ritmo y a través de la forma que ellos encuentren»

¿Puede ser la solidaridad una asignatura escolar?

Por Terry Gragera

¿Puede ser la solidaridad una asignatura?

En el Bachillerato Internacional consideran que sí, y por eso se incluye Creatividad, Actividad y Servicio (CAS) entre sus materias troncales. Los alumnos de este Bachillerato han de simultanear el estudio de las disciplinas académicas con las tres áreas de CAS: Creatividad (artes u otras experiencias que impliquen pensamiento creativo), Actividad (que conlleve esfuerzo físico y un estilo saludable de vida) y Servicio (intercambio voluntario y no remunerado con el objetivo de respetar los derechos, la dignidad y la autonomía de las personas). En un estudio que analizaba los efectos de esta materia sobre el alumnado, se constató que los escolares desarrollaban una ética del servicio, se volvían más solidarios y reflexivos, abrían su mente y desarrollaban mayores niveles de madurez y confianza en sí mismos.

¿Entrará en la nueva Ley Celaá?

Uno de los cambios que Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional, ha anunciado en la nueva ley educativa que sustituirá a la actual LOMCE, es la inclusión de una asignatura que eduque en valores cívicos y éticos. No se volvería a la antigua “Educación para la Ciudadanía”, sino que se trataría de una materia nueva, también con nueva denominación, impartida en Primaria y Secundaria de carácter obligatorio (no optativa). ¿Su contenido? Conocer y respetar los Derechos Humanos y de la Infancia y la igualdad entre hombres y mujeres. Un germen para ser más solidarios.

¿Desde qué edad se puede ser voluntario?

Al margen de las actividades de voluntariado en los centros escolares, algunos niños y adolescentes muestran interés por el mundo del voluntariado. La actual Ley del Voluntariado, de 2015, proclama que para ser voluntarios, “los mayores de 16 y menores de 18 años deberán contar con el consentimiento de sus progenitores, tutores o representantes legales”. En el caso de “menores de 16 años y mayores de 12 podrán llevar a cabo acciones de voluntariado si cuentan con la autorización expresa de sus progenitores, tutores o representantes legales en la que se valorará si aquellas perjudican o no su desarrollo y formación integral”.

Voluntariado en familia.

Hay muchos tipos de voluntariado: social, internacional de cooperación, ambiental, cultural, deportivo, educativo, socio-sanitario, de ocio y tiempo libre, comunitario y de protección civil. Sin embargo, la realidad es que es difícil encontrar actividades para menores de 16 años. Las organización suelen preferir a mayores de edad y, si son menores, a veces obligan a que los niños o adolescentes acudan acompañados de sus padres. No obstante, en algunas plataformas como hacesfalta.org se pueden encontrar algunas ofertas de voluntariado para menores o para hacer en familia.

El voluntariado como extraescolar.

Algunas ONG o asociaciones, como ANAA (Asociación Nacional de Amigos de los Animales) han desarrollado programas de voluntariado como actividad extraescolar basados en el cuidado de los animales. El objetivo: que los escolares se impliquen en la concienciación sobre la adopción de animales y aprendan a cuidar de ellos, como parte del fomento de los valores de solidaridad y trabajo en equipo.

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Cómo desarrollar la tolerancia a la frustración

¿Son nuestros hijos menos tolerantes a la frustración de lo que éramos nosotros? ¿Por qué parece que no aceptan que se les niegue nada? Y, sobre todo, ¿qué debemos hacer ante ello?

Por Terry Gragera

“Los niños hoy en día se frustran más rápidamente cuando no consiguen lo que quieren, cuando se les da un ‘no’ por respuesta, cuando se les cambian los planes o cuando les sale mal algo o comenten un error. Vivimos en una sociedad inmediata, queremos tenerlo todo ya, al instante”, advierte Vanessa Olmos, psicóloga en Saüc Psicólogos, de Barcelona. Por su parte, José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo infantil de San Sebastián, subraya la necesidad de, ante esta situación, ver siempre qué hay más allá: “Detrás de una respuesta de intolerancia a la frustración puede manifestarse una necesidad emocional del niño”.

“Si el niño aún es inmaduro y le cuesta controlar la reacción emocional que supone un ‘no’, es decir, si estamos ante una cuestión meramente normativa, de obediencia, el adulto debe atender a la emoción del niño, ayudarle a regularla, calmarlo, decirle que siente que es difícil para él hacer determinadas renuncias, y acompañarlo en esa emoción, pero siendo al mismo tiempo muy firme en el ‘no’ en la conducta. Sí a las emociones, sí a validar el mundo interno del niño, y no a las conductas indeseadas que no contribuyen a su desarrollo”, explica José Luis Gonzalo. “Aunque el niño tenga un temperamento de base más irritable o explosivo, los genes solo predisponen, no determinan”, subraya el psicólogo.

“Detrás de una respuesta de intolerancia a la frustración puede manifestarse una necesidad emocional del niño”

Además, Vanessa Olmos destaca la importancia de no sobreprotegerlos. “Si los sobreprotegemos, los niños no aprenden por ellos mismos a conseguir lo que desean, no se plantean objetivos ni se esfuerzan por conseguirlos porque ya están papá o mamá para hacerlo por ellos. Hay que acompañarlos y darles las estrategias adecuadas para que lo puedan lograr, pero sin hacerlo por ellos”, recomienda.

Cuándo empezar

A tolerar la frustración se empieza desde la cuna. “Lo ideal sería que los niños fueran aprendiendo ciertas responsabilidades adaptadas a su edad y su etapa de desarrollo. Así van ganando confianza en ellos mismos, autoestima y seguridad, a la vez que aprenden que hay que esforzarse para conseguir las cosas”, enfatiza la psicóloga.

Además de las responsabilidades propias, José Luis Gonzalo destaca la importancia de crear un vínculo afectivo saludable desde que el niño nace, “donde sus necesidades básicas se satisfagan con afecto, ternura, sensibilidad y donde el niño se sienta acompañado por un adulto que le irá ayudando progresivamente a manejar mejor sus emociones, incluso las más intensas y difíciles como la frustración”. Para él, este acompañamiento “sienta las bases para un óptimo desarrollo emocional y un competente desarrollo social”.

«Sí a las emociones, sí a validar el mundo interno del niño, y no a las conductas indeseadas que no contribuyen a su desarrollo”

Posteriormente, y con estas bases ya sentadas, en la segunda infancia el niño es más capaz de autorregularse y el adulto solo “actúa de guía para ayudar en determinadas situaciones, aunque hay que enseñarles a aceptar lo que se siente, a tener pensamientos más positivos, a ver las cosas desde distintos puntos de vista para no quedar secuestrado por las emociones…”, explica el experto. La dificultad para tolerar la frustración puede necesitar de ayuda profesional en algunos casos:

-El niño usa el lloro o el chantaje para conseguirlo todo.

-El niño es consciente de que no tiene control sobre sus reacciones emocionales.

-Las reacciones emocionales del niño le conducen a conductas negativas para él o para los demás.

-Sus explosiones de ira por no tolerar la frustración se hacen muy frecuentes o muy intensas.

-El niño llevaba un desarrollo normalizado y, de repente, sufre un cambio considerable en este sentido.

También en el colegio

La frustración también se trabaja en el colegio. Pero ¿cuál es la mejor forma? Estos son los consejos de Vanessa Olmos,psicóloga en Saüc Psicólogos, de Barcelona: “Potenciar valores en los niños como la planificación, el esfuerzo, poner la mirada en el largo plazo… Que vean que para obtener unos buenos resultados debe haber un trabajo previo, que para resolver los conflictos en el patio hay que saber dialogar, que no pasa nada si se equivocan, porque si lo vuelven a probar seguramente saldrá mejor, que no todo se consigue solo con quererlo, sino que hay que trabajárselo…”, detalla.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo infantil de San Sebastián, subraya en este punto la importancia del profesorado: “El maestro debe ser un ejemplo de tolerancia a la frustración. Una autoridad calmada, una persona firme y respetuosa que sea capaz de recoger lo que el alumno quiere expresar a través de su conducta para luego dar una respuesta razonada que ayude a contener lo que el alumno no puede regular por sí mismo”.

«El maestro debe ser un ejemplo de tolerancia a la frustración. Una autoridad calmada, una persona firme y respetuosa»

¿A qué edad es aconsejable que los niños tengan móvil?

Redacción.

Conscientes de que en las Navidades uno de los regalos estrella para los peques de la casa han sido los teléfonos móviles, Carla Merino, psicóloga infanto-juvenil de IMQ Amsa aclara que “aunque las nuevas tecnologías forman parte del mundo de nuestros hijos e hijas, hay que determinar si conviene que se inicien en ellas por su cuenta con un móvil, o las mismas necesidades pueden cubrirse con una tableta o un PC, que no van a llevarse a todas partes, y sobre los que los padres tendrán probablemente un mayor grado de control. Éste es, precisamente, el motivo de que exista un gran debate sobre a qué edad es aconsejable que niños y niñas tengan móvil”.

¿Cuándo deberían tener los niños un móvil?

Los niños de la era digital están influidos por las nuevas tecnologías a la hora de consumir y desarrollar su forma de pensar y entender el mundo. “Por tanto, son niños que están creciendo en un mundo digital y es importante ayudarles a aprender conceptos saludables del uso digital. Por eso, deben ser padres y madres quienes decidan cuando un niño debe tener un móvil y quienes a su vez puedan ejercer de modelos de un uso responsable de las nuevas tecnologías” matiza la psicóloga de IMQ Amsa.

“Muchos expertos afirman que lo que hay que tener en cuenta es la madurez del niño, pero a grandes rasgos se estima que la edad adecuada rondaría los 12 o 15 años” concreta Carla Merino.

Las recomendaciones generales que traslada la especialista en psicología son las siguientes:

• Desde el nacimiento hasta los dos/tres años a pesar de que muchos niños de nuestro contexto social manejan con facilidad las nuevas tecnologías, la recomendación se centra en el no uso de ella.

• Hasta los 6 años, la recomendación podría ser sobre el uso de una hora al día y baja supervisión parental, al igual que hasta los 9 años.

• Y en el caso de los niños/as de hasta 12 años, la recomendación sería no sobrepasar en exceso el uso diario de la tecnología e ir educando en el uso responsable de ella.

«Los niños están creciendo en un mundo digital y es importante ayudarles a aprender conceptos saludables del uso digital»

 

“Es cierto que hoy en día los niños necesitan estar en contacto con las nuevas tecnologías, sino estarían dándole la espalda a la realidad que les toca vivir. Además, es una forma rápida de localizarlos, puede ayudarles en alguna emergencia, y es una herramienta de conocimiento. Sin embargo, también les pueden llevar hasta contenidos no aptos para su edad o a practicar o ser víctimas de técnicas como el cyberbullying” apunta Merino.

La importancia del control parental

El buen uso de los móviles en los niños pasa por poner límites. La psicóloga infanto-juvenil de IMQ Amsa, Carla Merino, nos da las claves:

Limitar el tiempo de exposición. Usar el móvil a edades tempranas puede ser peligroso para su desarrollo social, lo que podría llevar a un empobrecimiento de sus relaciones de amistad y a una disminución en el disfrute del contacto.

Explicar los peligros de las redes sociales. Como la pedofilia o el cyberbullying. Todo ello ajustado a la edad tanto cronológica como madurativa de cada menor.

Explicar el concepto de privacidad. La importancia de no aceptar solicitudes de amistad de personas desconocidas; no dar datos personales, no indicar nombre, apellidos, dirección ni tampoco edad; no dar nuestra contraseña a nadie; limitar la privacidad del perfil y de las fotos; no publicar fotos o vídeos comprometidas ni propias ni de otros.

Revisar el aparato periódicamente.

• Por último la profesional de IMQ considera “muy importante que padres y madres conozcan, además, que existen aplicaciones de control parental. Estas herramientas limitan las páginas que los menores pueden ojear y también informan sobre todas las visitas que hacen los jóvenes a través de internet. En este sentido podría ser razonable que los padres y madres establezcan con el menor desde el principio unos acuerdos y normas respecto al uso, la supervisión que los padres deben ejercer y el nivel de privacidad que su hijo o hija puede exigir en función de la edad”.

¡Ha del castillo! Un recorrido en familia por el medievo

Para revivir una época de caballeros y princesas que fascina a los más pequeños, existen propuestas atractivas para toda la familia que permiten conocer mejor cómo se vivía y se batallaba en la Edad Media.

Por Eva Carrasco

Recreaciones históricas, mercados medievales, centros temáticos o reproducciones de armas acercan la historia a los niños como si de un juego se tratara.

Centro de interpretación de la Edad Media

Las cuatro Villas de Amaya, en la provincia de Burgos, es un destino diseñado especialmente para el disfrute en familia formado por cuatro centros de interpretación didácticamente atractivos en torno a la Edad Media. Sus personajes acompañan al visitante durante todo el recorrido por las localidades de Villadiego, Castrojeriz, Sasamón y Melgar de Fernamental.

Jacobeus, el secreto del camino de Santiago – En Castrojeriz está esperando Yago, un joven que ayuda a los peregrinos de paso hacia Compostela. En la iglesia de Santo Domingo, como si de un juego se tratara, el visitante puede descubrir todo lo que rodea al Camino de Santiago entrando en los cubículos que muestran la vida, los preparativos y las vicisitudes de los peregrinos abriendo portezuelas, girando conchas o activar los botones para ir siguiendo la historia y descubriendo datos curiosos.

Medievum, la vida cotidiana en la Edad Media – En Sasamon espera María, hija de un cantero que trabaja en la Colegiata de Santa María y que juega a ser princesa. La visita comienza en la época romana y través de juegos interactivos que muestran las diferencias entre el mundo romano y el medieval se pasa a la siguiente etapa. ¡Lo primero! armarse caballero y ver todo el equipamiento de un caballero medieval. Los peques disfrutarán comprobando el peso de una malla medieval, que podía costar lo mismo que siete bueyes bien alimentados. El Maestro de Obras, con su compás, muestra la técnica para realizar arcos, bóvedas y arbotantes, para que después los niños puedan construir sus propios arcos con una cimbra y grandes bloques de madera, o diseñar vuestro propio rosetón.

Favulantis, historias de papel – En Villadiego espera Diego, el hijo del Conde de Villadiego que ha embarcado en la tercera Cruzada. Aquí los niños podrán emularle y dibujar sus propias historias. En este Centro de Interpretación dedicado al Cómic se recuerda al Capitán Trueno.

Parque temático de la Edad Media

El Castillo de Belmonte alberga el mayor parque histórico-temático al aire libre de armas de asedio del mundo, Trebuchet Park, que es una de las atracciones culturales permanentes de esta emblemática construcción del s. XV declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.

Durante el recorrido del recién inaugurado parque, los visitantes podrán contemplar 40 máquinas de asedio divididas en cuatro ámbitos temáticos bien diferenciados: Mundo Cristiano, Mundo Musulmán, Mundo Oriental, con piezas originarias de los siglos V a XIV, y Renacimiento, cuyas muestras datan del s. XV.

Todas las máquinas han sido probadas y funcionan tal y como lo hicieron en su época. El parque se completa con una visita teatralizada al Castillo para conocer su historia de la mano de personajes ilustres, como el Marqués Don Juan Pacheco, Señor de Belmonte o su protegida, la princesa Juana la Beltraneja.

Fiestas del medievo de Villena

En las Fiestas del Medievo de Villena se puede asistir a una auténtica boda medieval a los pies del Castillo de la Atalaya. Se celebran cada  año a primeros de marzo con más de 80 actividades para disfrutar en familia de un auténtico viaje en el tiempo. Recientemente declaradas Fiestas de Interés Turístico por la Generalitat Valenciana, surgieron para poner en valor el centro histórico y su castillo.

Villena se convierte en un gran mercado, con más de 200 puestos de artesanía y gastronomía con grandes representaciones teatrales. Durante los tres días se organizan talleres infantiles en los que se enseña a los más pequeños a hacer malabares, a diseñar un caballo medieval o elaborar pan. Todo ello aderezado por los tradicionales pasacalles, espectáculos de saltimbanquis, de magia medieval, danza árabe, andalusí y clásica así como conciertos de música celta y cantos gregorianos

Tren medieval de Sigüenza

El Tren Medieval regresa en otoño a Sigüenza (Guadalajara). Malabaristas, zancudos, músicos y trovadores invitan a viajar al pasado en el Tren Medieval. Los sábados, una comitiva de personajes recibe a los viajeros en la estación de Madrid Chamartín para dar la bienvenida. Ya en Sigüenza, el viaje se completa con una visita guiada. La temporada de otoño coincide con la celebración del Año Jubilar de la Catedral de Sigüenza.


 

Visitas con niños en un castillo de Irlanda

El Castillo del Rey Juan, el ‘Isla del Rey’ en el corazón de la ciudad medieval de Limerick ofrece una visita completamente adaptada a los niños con pantallas táctiles, modelos en 3D y animaciones generadas por ordenador y proyecciones que les ayudan a trasladarse a la edad media y descubrir algunas de las técnicas de asedio que se utilizaban en la Edad Media. La ambientación se consigue además con escenas y sonidos en los alrededores del castillo que permiten crear la atmósfera de la época en uno de los castillos más intactos de toda Irlanda.

 

* Imagen de Turismo de Villena.

 

Carmen Sanz: “La inteligencia no garantiza nada si no se sabe usar”

Carmen Sanz Chacón, psicóloga clínica sanitaria experta en superdotados y altas capacidades, nos da unas claves para orientar la educación de los niños más brillantes. 

Por Ana Veiga

¿Y cómo estimular a los niños “más listos”, a los llamados superdotados? Carmen Sanz Chacón es Psicóloga Clínica Sanitaria experta en superdotados y altas capacidades. También es directora del Centro Sanitario y Fundación El Mundo del Superdotado y autora de libros como La Maldición de la Inteligencia. Y sí, superdotada. Hoy nos da unas claves para orientar la educación de los niños más brillantes.

¿Qué consideramos un niño inteligente, qué un niño con altas capacidades y qué un superdotado?

Siempre se ha hablado de niños superdotados para aquellos casos que superan el percentil 98 en inteligencia que se corresponde con un cociente intelectual (CI) de 130 o suerior. En España, la Ley de Educación habla de Altas Capacidades Intelectuales, pero no define qué se consideran niños con altas capacidades intelectuales. De esta forma, un niño puede ser considerado de altas capacidades en Andalucía y no serlo en Madrid o en Barcelona. En mi opinión, a partir de un cociente intelectual superior a 120 los niños necesitan Educación especial y deberían considerarse con altas capacidades intelectuales. La razón es sencilla: un niño o niña con un CI de 120 a los 10 años tiene una edad mental de 12 años… Va dos años por delante de sus compañeros y es muy posible que se aburra en las clases y pierda la motivación.

¿Cree que es bueno que un niño con altas capacidades sea elogiado por ello y sea consciente de su ‘inteligencia’? ¿Por qué?

Es bueno que un niño conozca cuáles son sus fortalezas y debilidades. Igual que alabamos a un niño por su habilidad para el fútbol o para la música, es bueno que conozca que tiene una memoria extraordinaria o una capacidad excepcional para las matemáticas, la física o la lengua. También es muy importante que entienda por qué es diferente para enfrentarse a las bromas o el rechazo de sus compañeros. Esas ‘bromas’ terminan en acoso escolar en casi un 50% de los casos si no se toman medidas, lo que afecta muchísimo a la autoestima de los chicos superdotados. Nuestra explicación sobres sus capacidades le permitirá entender qué ocurre y por qué es diferente.

¿Los elogios son el camino para motivar a un niño inteligente a esforzarse? ¿Y los reproches sobre sus áreas de menor éxito?

Todos necesitamos sentirnos valorados y por esa razón el elogio siempre funciona muchísimo mejor que el castigo, pero tampoco podemos premiar la falta de esfuerzo. Es tan perjudicial ser demasiado benévolos con los niños como tratarlos con excesiva dureza. Lo más difícil es ser justo, exigir el esfuerzo necesario y, en función de las capacidades de cada niño, premiar sus logros. Habitualmente los niños superdotados tienen que esforzarse muy poco para obtener buenas notas durante la Primaria y se les elogia, pero cuando en Secundaria, haciendo lo mismo comienzan a suspender se convierten en los malos de la película, decepcionando a padres y profesores. No es su culpa, nadie les ha enseñado a esforzarse y nadie les ha estimulado para que aprendieran a estudiar.

«Es tan perjudicial ser demasiado benévolos con los niños como tratarlos con excesiva dureza»

¿Qué papel juega la presión de grupo en los niños inteligentes? Por ejemplo, hay muchos casos de bullying a los niños que destacan por su buen desempeño.

Un 50% de los niños superdotados sufren acoso escolar, a veces muy visible con agresiones físicas y otras veces menos visible, como maltrato psicológico con exclusión social, bloqueo social, amenazas, burlas… lo que muchas veces no es detectado por padres ni profesores ni denunciado por los propios chi- cos, que se sienten culpables de recibir ese trato por sus compañeros. Las consecuencias son terribles, baja autoestima, depresión, fobia social, aislamiento social y, en los casos más graves, incluso intentos de suicidio.

“Si a un superdotado no le aportamos los estímulos necesarios es probable que no esfuerce”

¿Qué opina del estudio del que hemos hablado, donde niños que fueron elogiados por su inteligencia tuvieron un empeoramiento del 25% en sus resultados académicos en comparación con los niños elogiados por su esfuerzo? ¿Le sorprende este resultado?

La inteligencia es innata y no garantiza nada si no se sabe utilizar. Lo que tenemos que intentar es que cada persona obtenga lo mejor de sí mismo y, si es muy inteligente, debe esforzarse para que esa inteligencia florezca y se convierta en resultados. Por ello, siempre recomendamos elogiar el esfuerzo poniéndolo en contexto con las capacidades que se tienen. Pero, en el caso de los niños superdotados, no debemos llegar al extremo de exigirles que obtengan siempre matrículas de honor porque entonces les convertimos en víctimas de la exigencia de sus padres y pueden llegar incluso a dejar los estudios. Por otra parte, cuando a un niños superdotado no le aportamos los estímulos necesarios para que siga esforzándose y le obligamos a estar en un nivel educativo adecuado a su edad cronológica pero no a su edad mental, también es muy probable que deje de esforzarse.

“Los riesgos de acoso y fracaso escolar son reales para los niños con altas capacidades”

Al hilo de este tema, encontramos su libro La Maldición de la Inteligencia. ¿Por qué ser inteligente puede ser una ‘maldición’?

Los niños más inteligentes pueden ser víctimas de acoso durante su etapa escolar y, cuando son adultos, de mobbing laboral. A ello se une la dificultad para encontrar amigos o personas con las que se puedan sentir identificados, ya que solo dos personas de cada cien son superdotados.

Todos somos seres sociales y si tenemos dificultad para encontrar a amigos en la infancia, en la adolescencia, o incluso en la edad adulta, si nos encontramos con el rechazo de muchas personas por nuestra forma de ser, es bastante frecuente que nos echemos la culpa a nosotros mismos. Esto lleva a una disminución de la autoestima. Si a esto unimos la probabilidad elevada de fracaso escolar cuando no reciben la Educación que necesitan, nos encontramos con dos graves problemas que pueden determinar el bienestar psicológico de una persona durante toda su vida. En estos casos, la inteligencia es una auténtica maldición.

la maldición de la inteligencia

¿Qué podrán encontrar los padres en dicho libro?

La Maldición de la Inteligencia ayudará a los padres a identificar si sus hijos son muy inteligentes e iniciar el camino para que no se encuentren con los problemas que he comentado anteriormente. También les va a ayudar a comprender mejor, tanto a esos niños y su evolución, como a si mismos… porque la superdotación es genética. Si tenemos un niño superdotado, lo más frecuente es que sus padres o alguno de sus familiares también lo sean.

¿Qué consejos darías a los padres de hijos superdotados para motivarles?

En el ámbito emocional debemos estar muy pendientes de los problemas que puedan surgir en las relaciones con sus compañeros de clase, aislamiento… Y en el ámbito familiar debemos mantener muy claros los límites pero también el cariño. Un niño superdotado no es un enfermo, necesita apoyo pero también reglas de conducta claras y que el nivel de exigencia sea razonable y coherente con su desarrollo emocional. Si tienen dudas, es preferible que soliciten orientación a un especialista porque actuar sobre un problema puntual a tiempo es la mejor forma de evitar problemas mucho más graves en el futuro.