Escuela de padres: Hablar para ser escuchado

La comunicación es exitosa si somos escuchados. A los niños les cuesta, pero podemos establecer diferentes estrategias para que lo que les decimos sea mejor atendido.

Por Elisa Sal

Es cierto que los niños tienen unas fases madurativas en su cerebro que les lleva a no procesar la información como lo hacemos los adultos. Si tu hijo tiene menos de 22 años no esperes que su conducta sea como la de un adulto (aunque también dependería del adulto a comparar) pero sí que le va a afectar toda la información que recibe de su entorno y sobre todo de los seres con los que se relaciona, principalmente, mamá y papá.

Así que, mucho me temo, que va a ser más cuestión de cómo emitimos el mensaje para que llegue a nuestros receptores, nuestros hijos, que aún les falta madurar, ¡así que habrá que utilizar el ingenio y algunos trucos!

Escucha activa

La escucha activa es una técnica y estrategia específica de la comunicación humana, un término genérico para definir una serie de comportamientos y actitudes que preparan al receptor para escuchar, para concentrarse en la persona que habla y para proporcionar respuestas, lo que denominamos “feedback”:

Hablar a los niños a su altura: si nos colocamos a su altura les va a llegar mejor la información.

Mostrarles cómo hacer las cosas, no sólo decírselas: es mejor acompañar nuestra petición con una acción.

Usar pocas palabras para darle una orden: los niños prestan atención por cortos periodos de tiempo, así que debemos ser breves y concisos con nuestro mensaje y adaptarlo a su capacidad de entendimiento.

Dejar una nota en las cosas que le hemos dicho miles veces: podemos ahorrarnos repetir siempre la misma orden si directamente ponemos carteles por la casa como “las zapatillas en este rincón”, “no se salta en el sofá” o incluso, si necesitamos que recuerden una serie de tareas, hacer un cartel con una columna de “Pendiente” y otra de “Realizado”.

Esperar a que entiendan lo que le hemos dicho: tenemos que tener paciencia.

Dar la orden por partes: dar una orden, esperar a que la haga y luego mandar la siguiente orden.

Comunicación cooperativa

¿Y cuando hemos probado todo lo anterior y tampoco nos funciona? Entonces la clave está en la “comunicación cooperativa”. La eficacia de este tipo de comunicación radica en solicitar la colaboración del niño y en hacer de las tareas un trabajo en equipo. Cuando el niño se siente acompañado, la tarea parece más amena y sencilla que cuando tiene que hacerla solo. También es importante dotarles de cierta libertad en vez de ordenarles hacer las cosas. Es decir, mientras deciden que quieren hacer no les da tiempo a enfadarse y a pelarse con nosotros, pero darles la opción de elegir les hace sentirse respetados y valorados.

Comunicación no verbal

Al igual que es importante expresarnos de forma correcta con nuestros hijos, también hay que tener en cuenta toda la comunicación no verbal que transmitimos al hablarles:

–No estemos haciendo otra tarea mientras hablamos con ellos.
–Mirarles a la cara.
– Cuidado con nuestros gestos.
–Mantengamos una distancia prudencial para que no se sientan intimidados.
–Mostrar empatía sobre aquello que nos cuentan.

 


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Los enemigos de la comunicación

En la comunicación tenemos enemigos que hay que combatir si queremos llevar a cabo una comunicación efectiva con nuestros hijos. Estos son algunos:

Las prisas y la falta de tiempo. Siempre vamos acelerados, repitiendo frases como “venga vamos, que no llegamos”, “date prisa” “luego me lo cuentas que se hace tarde” y no encontramos tiempo para hablar tranquilamente con nuestros hijos. Debemos buscar ese tiempo y destinar una parte del mismo a hablar y dialogar con los niños.

La tecnología no es mala pero un mal uso de ella nos puede llevar a la incomunicación. Encontramos hogares donde la comunicación se da únicamente a golpe de clic y emoticonos. Necesitamos ir más allá, apagar las pantallas (tv, móviles, tablets…) y cuidad la comunicación cara a cara con nuestros hijos y pareja.

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Beneficios de educar en tolerancia, diversidad y respeto

silvia-alavaSILVIA ÁLAVA
// PSICÓLOGA //
silviaalava.wordpress.com


“No hay educación si no hay verdad que trasmitir, si todo es más o menos verdad, si cada cual tiene su verdad igualmente respetable y no se puede decidir racionalmente entre tanta diversidad” Fernando Sabater.

Educar en la tolerancia y en el respeto es uno de los grandes retos de la humanidad, pero también es la llave para el cambio a una sociedad mejor, más justa, más humana y donde la paz y el diálogo puedan estar presentes. Las personas educadas en la tolerancia son menos manipulables, dado que son más sensibles a las necesidades de los demás, a no faltar al respeto, a no menospreciar a los diferentes, por lo que es menos probable que calen en ellos determinados discursos basados en prejuicios y en el odio.

Favorece la toma de decisiones propia. Al ser menos manipulables y fomentar su sentido crítico los menores son más capaces de decidir por sí mismos, sin dejar que las opiniones de los demás, o los estereotipos impuestos desde fuera les condicionen.

Cuando educamos en tolerancia, los menores se vuelven más empáticos, son más capaces de ponerse en el lugar de los demás, de ver que hay diferentes formas de pensar y de actuar, y aprenden a respetar las opiniones diferentes y sobre todo los sentimientos y emociones de los demás. Al educar en diversidad los niños entienden que todos somos diferentes, que todo vale y que cada uno puede aprender de forma diferente, lo que de nuevo favorece la empatía.

Educando en tolerancia y respeto fomentamos la autoestima, dado que fomentamos que se respeten a sí mismos y a los demás. Respetar a los demás y ser tolerantes con los demás nos lleva al respeto hacia uno mismo y evita que nos machaquemos y fustiguemos por nuestros errores.

Fomenta la sociabilidad. Educando desde el respeto y la tolerancia no solo enseñamos a ser educados y dar las gracias, sino que se fomenta que estén más abiertos a conocer a más gente, a no juzgar a las personas diferentes, a respetar que existen otros puntos de vista diferentes…

Son menos violentos y agresivos. Los menores educados en el respeto y la tolerancia son menos violentos y emiten menos conductas agresivas, porque han aprendido que esta es una forma de no respetar y lastimar a los demás, y porque viven en un ambiente donde bajo ningún concepto son legitimadas ninguna forma de violencia.

Tienen menos prejuicios. Cuando educamos en tolerancia, aprendemos a respetar al diferente a verle como una persona, con sus defectos y virtudes yendo más allá del grupo social, raza, etnia o religión a la que pertenezca.

Es menos probable que practiquen o sean víctimas de bullying. Cuando educamos en la tolerancia, en la diversidad y en respeto, entendemos que cada persona es un ser único, e irrepetible con unas circunstancias diferentes, con su propia forma de ver la vida, de entender las cosas y con sus emociones y sentimientos, por lo que es más difícil que se den conductas de acoso dentro y fuera del aula.

Son más sensibles a la diversidad. Esto implica entender que no todos somos iguales, y que no todos tenemos las mismas necesidades, ni la misma forma de aprender, y aprenden a respetar los tiempos y las necesidades de los demás.

Nos abre la mente, cuando los menores están abiertos a gente distinta, nuevas ideas, nuevas experiencias, nuevos pensamientos, aprenden que no solo su realidad es posible.

Se genera más confianza. Cuando los niños saben que no van a ser juzgados y que su opinión pese a ser diferente será tenida en cuenta, se sienten más libres para decir y hacer lo que sienten, lo que también repercute en la confianza y seguridad en ellos mismos.

Aprenden a resolver conflictos. Educando de esta forma enseñamos a los niños a reflexionar a tener en cuenta y a respetar las opiniones y emociones de los demás, por lo que es más probable que desarrollen un comportamiento asertivo y que aprendan a resolver los conflictos del día a día.

Mejora el bienestar emocional. Cuando somos capaces de reflexionar, reconocer nuestros errores y pedir perdón a los demás por faltarles al respecto y lastimar sus sentimientos, nos sentimos mejor con nosotros mismos y con los que nos rodean.

Además, conseguimos ser más felices. Diversos estudios evidencian que ser agradecidos y hacer cosas por demás son dos de los grandes predictores de la felicidad.

Más información:

hijos-felices-1Silvia Álava Sordo

Colegiado M-16238

Directora del Área Infantil Centro de Psicología Álava Reyes

Madrid 2 de mayo de 2016

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Facebook: facebook.com/silviaalavasordo

Twitter: @silviaalava

El aburrimiento también educa

Los niños y los adolescentes viven en un mundo lleno de estímulos donde no parece tener cabida el aburrimiento. Sin embargo, los expertos alertan de la importancia de experimentar tiempos libres en que no sepan qué hacer como valor imprescindible para su desarrollo y Educación.

Por Terry Gragera

“Nuestra sociedad nos transmite constantemente que el aburrimiento es una experiencia negativa. Hay que tener en cuenta que cuando uno se aburre, no está haciendo nada aparentemente productivo. Sin embargo, experimentar el aburrimiento adquiere un valor educativo esencial”, destaca Alberto Sánchez Rojo, doctor en Pedagogía y profesor en la Universidad Pontificia de Comillas. De la misma opinión es Antonio Ortuño, psicólogo clínico infantojuvenil y director del Centro de Psicología Familias Inteligentes, de Madrid: “Parece un fracaso que el hijo se aburra. Cuando un niño dice ‘me aburro’, parece que el problema es del adulto, que es el que piensa, reflexiona, elabora y construye alternativas para evitar que su hijo se aburra. Si hacemos esto, lo normal es que nos encontremos con un rechazo infantil a cualquier propuesta. Porque lo que nos quieren decir es: ‘Me aburro y ayúdame a salir por mí mismo de esta situación’ en lugar de ‘Me aburro, dime lo que tengo que hacer’”, reflexiona.

Beneficios de aburrirse

El aburrimiento durante la infancia tiene muchos y decisivos beneficios que conviene conocer:

Creatividad e imaginación.“El aburrimiento dispara la imaginación. Los niños deben tener la oportunidad de aburrirse de vez en cuando para encontrar vías de aprendizaje para poder canalizar su ilusión e imaginación”, explica Antonio Ortuño.

Responsabilidad y autonomía. “El aburrimiento es un conflicto. Si hay conflictos, si hay aburrimiento, se toman decisiones, se produce el aprendizaje de la responsabilidad y la autonomía”, apunta el psicólogo.

Pensamiento crítico.“Si mantenemos constantemente entretenido al niño, nunca se descubrirá a sí mismo y difícilmente desarrollará un espíritu autónomo y crítico”, afirma Alberto Sánchez Rojas. “Tanta ocupación no permite al niño conocerse a sí mismo, construirse su propia identidad, de manera que crecerá inseguro, siempre dependiendo de la aprobación de los demás, incapaz de tomar decisiones por sí mismo porque nunca se le ha dado la oportunidad de experimentar su propia libertad”, concluye.

Necesaria desconexión. “Todos tenemos derecho a no hacer nada, también los niños. Esos momentos son la semilla de la creatividad, un trampolín para la futura acción”, destaca el psicólogo. “Nuestros hijos crecen rodeados de exigencias, de obligaciones que les llevan a asimilar multitud de estímulos que deben compaginar con los de su vida privada y personal, con unos medios de comunicación y unas redes sociales que no dejan de reclamar de manera invasiva su atención”, advierte el profesor Sánchez Rojo. “Los niños que saben aburrirse, saben descansar, desconectar, no se saturan y, por tanto, no explotan”, subraya.

¿Estructurar su ocio?

A las 5, piano; a las 7, piscina; el domingo, patinaje… ¿Dejamos tiempo libre a los niños? Así lo percibe el profesor Alberto Sánchez Rojo: “Las rutinas son positivas y no está mal que exista cierta programación. Pero los niños son personas, no máquinas de aprender, al igual que los adultos no somos máquinas de trabajar. Es inadmisible cargar el tiempo libre de los niños de ocupaciones, es decir, de actividades que ni les gustan ni les llenan, pero a las que ‘por su bien’ o ‘por su futuro’ les obligamos a ir. El tiempo para no hacer nada es pedagógicamente esencial y se está perdiendo. No es algo que produzca resultados inmediatos, pero a largo plazo es educativamente fundamental. Niños eternamente ocupados que no se aburren, nunca llegan a concebirse como seres independientes del mundo que les rodea, de manera que dan lugar a adolescentes indiferentes”.

Es inadmisible cargar el tiempo libre de los niños de ocupaciones, es decir, de actividades que ni les gustan ni les llenan, pero a las que ‘por su bien’ o ‘por su futuro’ les obligamos a ir.

Para determinar cómo programar el tiempo libre de los hijos, el psicólogo Antonio Ortuño habla en su libro Familias inteligentes: claves prácticas para educar, de la herramienta del semáforo: “Hay decisiones del tiempo libre que deben estar bajo el control del adulto (semáforo rojo), otras se deben compartir y negociar con los hijos (semáforo amarillo) , y en el semáforo verde son decisiones que ya pueden tomar nuestros hijos”.

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Cuándo es negativo

El aburrimiento educa, pero no siempre es positivo. “Es negativo cuando termina encerrándonos en nosotros mismos, impidiéndonos interactuar con el mundo que nos rodea y con los demás. Su vivencia debe ser temporal, pues si lo prolongamos en el tiempo puede llevarnos a un ensimismamiento extremo y es ahí cuando se convierte en negativo”, destaca el Profesor Sánchez Rojo. La opinión de Antonio Ortuño es que “si no se encuentran alternativas al aburrimiento, si al final nos bloqueamos y nuestros recursos se agotan, si nos alejan de nuestra realidad o facilita la evitación de realidades que tenemos que afrontar, ya es menos inteligente y menos saludable”.

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¡Demasiadas tareas! Claves para ayudarle a saber estudiar solo

Conseguir que el niño aprenda a estudiar solo es uno de los mayores retos para los padres. Aquí tienes las pautas para conseguirlo.

Por Olga Fernández

Adrián tiene 11 años y no quiere estudiar solo. Sus padres le toman la lección antes de cada examen y le ayudan a fijar los puntos más importantes del contenido. No es un caso aislado: “Los padres de la clase de mi hijo se quejan del mismo problema: pasan muchas horas ayudando con los deberes en casa”, comenta Natalia Río, la madre. Trasladar el aula a casa se ha convertido en una constante carga para los padres. De hecho, siete de cada 10 asociaciones de padres y madres consideran que los alumnos llevan a casa demasiadas tareas, según una encuesta realizada por la Unesco, el BBVA y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). El problema surge cuando el niño se niega a realizar las tareas sin la ayuda de los padres. ¿Por qué no quiere estudiar solo? “Cuando un niño no quiere abandonar la tutela de los padres es porque no está seguro a la hora de realizar las tareas o de estudiar. En este caso, los padres, pueden proporcionarle ayuda psicopedagógica para trabajar las técnicas de aprendizaje, la organización y planificación”, responde Sonia Guasch Maderal, reeducadora pedagógica de Isep Clinic Barcelona.

Otro indicador de la sobrecarga de trabajo escolar que se envía a casa es el éxito de los profesores online. David Calle es uno de los más conocidos de la red gracias a su portal Unicoos, en YouTube, una plataforma de enseñanza online, con más de cien millones de visitas y 760.000 suscriptores, que ofrece además de videos tutoriales de física, química o matemáticas, foros de discusión y resolución de problemas. Sin embargo, la pedagoga Sonia Guasch Maderal opina que el problema no se deriva de que el plan actual de educación haya aumentado el material que deben estudiar los niños, ni tampoco de que no se enseñen adecuadamente las técnicas de estudio, sino de la falta de organización. “Durante la escolarización se enseña a hacer uso de la agenda para apuntar las tareas pero no a organizarnos ni a planificarnos. Es por ello que los padres, deben ayudar a sus hijos a estudiar por la falta de organización/planificación. Como consecuencia, generalmente, deben ayudar a sus hijos a estudiar el día antes del examen”, explica.

Estudiar solo

Durante la escolarización, los alumnos aprenden distintas técnicas de estudio: el subrayado, el resumen, el esquema o los mapas conceptuales; y se ponen en práctica en la preparación de los exámenes o ejercicios. “Son herramientas útiles para estudiar pero se debe revisar su correcta aplicación”, apunta Guasch. La experta señala los puntos más importantes que deben poner en práctica los padres:

  • Organización y planificación. Antes de realizar cualquier tarea, es importante saber la prioridad de cada una de ellas para poder realizar todos los objetivos. “Por ejemplo, es interesante elaborar un horario con el calendario escolar y las actividades extraescolares. Esto nos permitirá identificar el tiempo de que dispone el niño para realizar las tareas. Seguidamente, para gestionar correctamente el tiempo, el alumno deberá rellenar una hoja en la que aparezca: la fecha de entrega de la tarea o examen, lo que debe realizar, el tiempo del que dispone y si lo ha logrado terminar”, detalla Sonia Guasch.
  • Técnicas de estudio. Una vez asentada la organización y la planificación, hay que centrarse en la aplicación de las técnicas de estudio. En primer lugar, se empieza con la lectura del texto y la comprensión del mismo. A continuación, se aplica la técnica del subrayado, destacando los conceptos más importantes. Para terminar, se realiza un esquema con las palabras clave, un resumen del texto con nuestras palabras, un cuadro sinóptico o un mapa conceptual.
  • Memoria y atención. Paralelamente al trabajo de los anteriores puntos, es importante ejercitar las funciones ejecutivas, por ejemplo la memoria, la atención, la abstracción, la percepción, etc. “A medida que los alumnos se familiarizan con todos los puntos anteriores, dejan de requerir la ayuda de los padres”, concluye la pedagoga.

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Mapa mental: una técnica que ayuda

A parte de las técnicas de estudio nombradas anteriormente, existe otra muy visual y creativa: el mapa mental. Tony Buzan (1974), psicólogo y escritor, expandió la idea del mapa mental que consiste en escribir una palabra central, de la se ramifican distintas ideas, acompañadas de signos, símbolos, dibujos y colores. “Facilita al alumno la memorización de los conceptos así como la comprensión de éstos. El resultado final del mapa mental es el dibujo de una neurona, por lo que nuestro cerebro capta más rápidamente la información”, explica la pedagoga.

Las recomendaciones para realizar esta técnica son: usar una hoja de manera horizontal, dibujar una imagen central fácil de memorizar y relacionada con el tema, desde el centro colocar las ideas secundarias hacia el exterior, ordenadas en el sentido de las agujas del reloj. Se utilizan líneas para enlazar las ideas y las palabras clave.

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El reto de acompañar la preadolescencia

La preadolescencia es una etapa vital que requiere de una atención como padres muy distinta a la que se brinda en la infancia o la adolescencia. Alberto Pellai, psicoterapeuta e investigador, y Barbara Tamborini, psicopedagoga, buscan explicarla y tranquilizar a las familias con el libro ‘La edad del tsunami: cómo sobrevivir a un hijo preadolescente’ que acaba de publicar la Editorial Paidós.

Por Diana Oliver

La adolescencia es esperada por muchos padres con cierto temor. Aunque cada vez hay más testimonios y más información sobre ella, no ayudan los mensajes catastrofistas que nos muestran esta etapa como una de las más difíciles de la crianza y la que plantea uno de los más grandes retos en la Educación de los hijos.

Sobre la preadolescencia, esa transición de la infancia a la adolescencia que se da entre los 9 y los 13 años, quizás aún haya incluso menos información, y cuando llega a muchos adultos parece pillarles desprevenidos. Para comprender este proceso natural y arrojar algo de luz, Alberto Pellai, psicoterapeuta e investigador, y Barbara Tamborini, psicopedagoga, publicaron en 2017 en Italia ‘La edad del tsunami: cómo sobrevivir a un hijo preadopreadolescente’. El libro llegó a España en junio de 2018 de la mano de Paidós, y lejos de ser un manual de supervivencia es una declaración de intenciones: aportar información y ejemplos prácticos de lo que verdaderamente es la preadolescencia para que podamos empatizar con la infancia. Y lo hacen poniendo al niño en el centro, desde un código materno y paterno. Ambos son padres de cuatro hijos y aseguran que crecen con ellos “en una renegociación constante” que les hace redefinir y sintonizar el funcionamiento familiar, algo clave para una convivencia pacífica basada en el respeto mutuo.

Principales cambios

la edad del tsunamiLa preadolescencia implica grandes cambios a nivel físico, pero también a nivel emocional. Según Alberto Pellai y Barbara Tamborini se trata de “la primera revolución” que involucra al cuerpo y a la mente. “El cuerpo se dirige hacia la maduración sexual, y en ese camino de transformaciones, comienza a crear relaciones diferentes. También cambia la forma del cerebro y, con él, la relación que los niños tienen con los padres: aparece una nueva forma de pensar, sin precedentes, que implica cambios en la percepción del mundo y cambios en su propio «yo» en ese mundo”.

Sobre los cambios que se producen en el cerebro durante la infancia, la preadolescencia y la adolescencia hay actualmente numerosos estudios que, desde la neurociencia, permiten obtener nuevos conocimientos. Para Pellai y Tamborini, es importante saber que el cerebro “emocional”, responsable de emociones como la alegría, el miedo o la ira, sufre cambios necesarios que inevitablemente van a marcar muchas de las actitudes y comportamientos de los niños. “El cerebro emocional es la parte responsable de los cambios de humor y en esta etapa, sobre todo entre los 11 y los 14 años, se caracteriza por episodios de hipersensibilidad”.

Además del cerebro emocional se sabe que también existe el cerebro cognitivo, que es la parte de la mente que evalúa los pros y los contras de las situaciones, que sabe cómo planificar el tiempo para alcanzar una meta, que puede renunciar a un placer o una emoción, en vista de un trabajo o de un resultado con un peso y un sentido menos inmediato, pero más profundo para el desarrollo de la persona. Esta parte, en el grupo de edad mencionado, es débil, y no se desarrolla completamente hasta los 16 o 20 años. “El poder del cerebro emocional en combinación con la inmadurez del cognitivo determinan la naturaleza tsunámica de nuestros hijos durante la preadolescencia”, afirman.

Para Pellai y Tamborini, es importante saber que el cerebro “emocional”, responsable de emociones como la alegría, el miedo o la ira, sufre cambios necesarios que inevitablemente van a marcar muchas de las actitudes y comportamientos de los niños.

 

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Autocontrol y reflexión, claves en el acompañamiento

  • Ante los cambios de humor de sus hijos, los padres pueden reaccionar con impulsividad, algo que lejos de contrarrestar el ímpetu de los preadolescentes, deriva en una emocionalidad descontrolada y excesiva. “Los comportamientos impredecibles e irracionales de los niños ponen a prueba nuestra paciencia y también la capacidad de entender: ¡pero esto sucede precisamente porque la racionalidad no está al mando”, explican los autores.

  • Lo que ayuda, según los expertos, a un preadolescente a crecer y entrenar la parte cognitiva del cerebro es tener a un adulto a su lado que no pierde la paciencia. “Un adulto capaz de controlar sus picos emocionales con calma y tranquilidad, que puede expresar su contrariedad o punto de vista sobre el comportamiento de su hijo desde el autocontrol y la reflexión, que mantiene un tono de voz adecuado, podrá ayudar de manera eficaz al niño a entrenar y desarrollar la parte cognitiva de su cerebro”, cuentan Alberto Pellai y Barbara Tamborini.

  • Ante esta cuestión, los autores insisten tanto a lo largo del libro, como en sus intervenciones, en la necesidad de detenerse y mirar a los ojos al niño. “Mirar a los ojos establece una conexión muy real, humana y emocional, de la cual los niños están profundamente necesitados en la actualidad. El contacto visual es la principal herramienta de relación entre los seres humanos, es una modalidad esencial y poderosa que nos permite comunicarnos con los demás: siento lo que uno siente y viceversa”, cuentan.

  • Además del tono de voz y la mirada, consideran importante no caer en el exceso de protección, siendo necesario el trabajo de los adultos para aprender a manejar esa ansiedad con la que se viven muchas de las nuevas experiencias de los hijos frente al mundo. “Aprender a manejar nuestra ansiedad, a favorecer los pasos autónomos en el mundo de los niños, está entre nuestras tareas y desafíos como padres. Ofreciéndoles pequeñas tareas en casa o algunos cuidados de ellos mismos, estamos favoreciendo el desarrollo de su autonomía durante esta etapa de forma sana”.

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Sólo el 56% de los padres españoles supervisa el uso que hacen sus hijos de los dispositivos móviles

Según un estudio de Lingokids, el 64% de los niños de 2 a 8 años tiene su propia tablet o smartphone, el 52% lo usa a diario y el 43% le dedica más de 6 horas semanales. 

 

Según un estudio realizado por la plataforma española de aprendizaje de inglés para niños Lingokids, basado en una encuesta a 400 familias, el 66% de los padres considera que Internet no es un lugar seguro para sus hijos pero sólo un 69% supervisa los contenidos a los que acceden mediante móviles o tabletas.

Además, revela que el 64% de los niños españoles entre 2 y 8 años cuenta con su propio dispositivo de acceso a Internet – con un predominio de la tablet (38%) frente al smartphone (26%), y un 52% lo utiliza a diario. En cuanto al tiempo que dedican en cada sesión, el 54% de los niños emplea entre 30 y 60 minutos, y un 32% afirma destinar más de una hora, e incluso más de dos, lo que se traduce en que un 43% de estos menores pasa más de 6 horas a la semana con dispositivos móviles, y un 32% entre 4 y 6 horas semanales.

Por tipo de contenidos, cabe destacar que un 29% accede principalmente a Internet para ver vídeos de YouTube, seguido de los que dan prioridad a ver películas y dibujos animados (23%), a aplicaciones educativas (21%) y videojuegos (21%) y a redes sociales (6%). En cuanto al uso concreto de las redes sociales, el 45% de los padres asegura que sus hijos aún no las utilizan. Sin embargo, un notable 33% considera que no disponen de la información necesaria para utilizarlas de forma segura, y un 22% se muestra confiado en que sí cuentan con la información adecuada.

Los niños entre 2 y 8 años acceden principalmente a Internet para ver vídeos de YouTube, seguido de los que dan prioridad a ver películas y dibujos animados.

Uso controlado y elección de apps 100% seguras

La encuesta analiza también las condiciones en que se realiza el uso de los dispositivos. En este sentido, el 56% de los padres afirma que suele acompañar al menor mientras utiliza la tableta o el smartphone, mientras que un 36% reconoce que se limita a prepararle los contenidos que éste les solicita y después dejan de estar pendientes. El 8% restante de los niños se encargan ellos mismos de buscar el contenido que quieren ver.

Desde Lingokids se subraya la importancia de que los padres estén atentos a los contenidos que consumen sus hijos en los dispositivos móviles, y que se aseguren de que las aplicaciones que utilizan cuentan con los sistemas de seguridad adecuados. “Nuestra app cumple con los más altos estándares de calidad y con los requerimientos de la Ley de Protección de la Privacidad de los Niños en Línea (COPPA) de Estados Unidos, que protege la seguridad en la Red de los menores de 13 años. Los niños puedan moverse dentro de ella con total garantía, y sus padres pueden tener la tranquilidad de que sus hijos están seguros disfrutando de un contenido adaptado a su edad”, explica Cristóbal Viedma, CEO y cofundador de la compañía.

Es importante que los padres estén atentos a los contenidos que consumen sus hijos en los dispositivos móviles, y que se aseguren de que las aplicaciones que utilizan cuentan con los sistemas de seguridad adecuados.

Por otro lado, consultados sobre la edad adecuada para dejar que los niños utilicen sus dispositivos sin necesidad de supervisión, el 44% de los padres considera que debería ser a partir de los 14 años. No obstante, el 19% reduce la edad hasta los 12/14 los 14, el 17% hasta los 10/12 años, y un 20% sitúa este momento por debajo de los 10 años.

Sistemas de control parental, una asignatura pendiente

Existen diversas herramientas de control parental gratuitas que permiten a los padres restringir el uso que sus hijos hacen de sus dispositivos electrónicos, desde el tiempo que pueden utilizarlos hasta el tipo de páginas o contenidos a los que pueden acceder o el tipo de aplicaciones que pueden descargar. Los propios teléfonos, tablets y ordenadores suelen llevar preinstalados el sistema de control parental del fabricante.

Utilizar estas herramientas para supervisar la actividad de los niños en la Red es uno de los principales consejos de Internet Segura for Kids (IS4K), el Centro de Seguridad en Internet para menores de edad en España. Sin embargo, según el estudio de Lingokids, aún existe un 31% de padres que no las utilizan: el 14% tiene previsto hacerlo pero aún no se ha puesto a ello, el 13% dice no creer necesitarlas porque confía en su hijo, y un 3% afirma no saber utilizarlas y no tener tiempo para dedicarse a aprender.

Según Qustodio, plataforma líder en seguridad y bienestar digital utilizada por casi 2 millones de familias en todo el mundo, los padres comienzan a sentir una mayor preocupación por la seguridad de sus pequeños a partir de los 7 años. No obstante, recomienda atender siempre a lo que los hijos hacen en Internet con el fin de poder guiarles y aconsejarles adecuadamente, y prevenir su adicción digital, buscando el equilibrio entre el tiempo de exposición a las pantallas y el tiempo offline.

Acoso entre los hermanos: más frecuente de lo que parece

Solemos localizar el bullying (acoso entre iguales) en el colegio. Sin embargo, según distintos estudios, es aún más frecuente en el ámbito familiar. No hablamos de las típicas pelas entre hermanos, sino de algo más allá que puede tener consecuencias futuras sobre la salud mental.

 

Por Terry Gragera

Nada tan común en las relaciones entre hermanos como los celos y las peleas. Forman parte de la vida familiar de todos los hogares donde convivan varios hijos. Sin embargo, hay ocasiones en que se da un paso más, llegando a la agresión y a la intimidación constante, a una especie de hostigamiento que se vive a diario y en un entorno que debería resultar protector para el niño. Por este motivo, los expertos advierten de que el bullying entre hermanos es aún más perjudicial que el bullying escolar.

Hay ocasiones en que se da un paso más, llegando a la agresión y a la intimidación constante, a una especie de hostigamiento que se vive a diario y en un entorno que debería resultar protector para el niño,

“El bullying entre hermanos puede causar un daño más profundo y con consecuencias más devastadoras que en los niños afectados por el acoso en la escuela. La explicación es que en el lugar donde el niño espera una relación de cariño y seguridad, que es su hogar, encuentra un entorno hostil de violencia y maltrato. Todo ello puede generar en el menor unos sentimientos de impotencia y de inseguridad que hacen que no pueda sentirse protegido en su propia casa, incrementando la posibilidad de padecer desarreglos emocionales en un futuro”, advierte Alexandra Sierra Vandrell, psicóloga infanto-juvenil y perito forense de Isep Clinic.

Así, los acosados pueden sufrir en el futuro depresiones, estrés postraumático, ansiedad y tendencia a la autolesión, en una proporción dos veces mayor que los niños que no lo han padecido, según una investigación liderada por la Universidad de Oxford (Reino Unido). Pero los daños no son solo para el acosado, sino también para el acosador, pues en muchas ocasiones vive el resto de su vida con una culpabilidad de la que no sabe salir.

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Peleas entre hermanos

…Estas peleas habituales no son consecuencia de un problema en la mayoría de ocasiones, sino normales dentro de la conducta infantil.

…Les ayudan a aprender habilidades de afrontamiento de problemas y resolución de conflictos.

…Son más frecuentes cuando hay menos de cinco años de diferencia entre los hijos.

…Suelen producirse por celos o en un intento por llamar la atención.

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Cómo reconocerlo

Según un reciente estudio publicado de la Academia Americana de Pediatría, hasta un 32% de los niños han sufrido acoso por parte de sus hermano en el último año, un porcentaje más elevado que el correspondientes al acoso escolar, donde hablamos de un 25% de víctimas. Se trata, por tanto, de un problema de considerables dimensiones que, sin embargo, se suele minimizar en el entorno familiar al considerar que es “normal entre hermanos”.

Para detectar cuándo estamos ante riñas fraternales, sin más, y cuando ante un verdadero acoso, hay que tener en cuenta los siguientes factores, según explica la psicóloga de Isep Clinic:

  • Insultos y violencia psicológica hacia un hermano. “Un insulto puede hacer más daño a un niño incluso que el abuso físico, ya que hace mella en su autoestima, pudiendo tener consecuencias en su vida”.
  • Agresiones físicas.“La agresión física no debe ser tolerada bajo ningún concepto. Puede ser la manera en que un niño exprese las emociones de frustración o rabia que no sabe canalizar ni gestionar correctamente”.
  • Ganging.“Sucede cuando más de un hermano está involucrado en el bullying hacia otro, haciéndole sentir solo”.
  • Intento de anulación al hermano. “Ridiculizar al hermano frente a los amigos o familiares, infravalorar cualquier cosa que haga o que diga de forma constante, romper sus juguetes o sus enseres personales”.

Cuando hay bullying entre hermanos, uno de ellos aprovecha la posición de poder para abusar del otro. Suele ser difícil de detectar, pues en el ámbito familiar estas situaciones tienden a normalizarse. Para resolver la situación, “en primer lugar es importante averiguar cuál es el origen del comportamiento del hermano abusador, ya que, en ocasiones, este menor está reproduciendo un abuso cometido sobre él antes.

En cuanto a la víctima, hay que ofrecerle apoyo emocional”, aconseja. En todo caso, es un trabajo conjunto: “Se recomienda buscar ayuda profesional, un soporte donde se pueda asesorar a los padres de cómo proceder en dichas situaciones y que pueda proporcionar herramientas a la familia para poder trabajar, así como dar apoyo a la víctima”, explica.

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El perfil del acosado y del acosador

Según destaca la psicóloga Alexandra Sierra, hay varias características que pueden definir el perfil del hermano acosador:“Personalidad irritable y agresiva, bajo autocontrol, ausencia de empatía, tendencia a conductas violentas y amenazantes, impulsividad, fortaleza física, asunción del rol de líder frente a un grupo de iguales, pensamiento rígido y tendencia a la manipulación”.

Por su parte, en el hermano acosado se distinguirían estos factores personales: “Introversión y pocas habilidades sociales, poca asertividad con tendencia pasiva a las situaciones, sumisión, baja autoestima, personalidad depresiva en ocasiones, conformismo y tener algún tipo de discapacidad o trastorno del aprendizaje”.

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Literatura infantil para educar en emociones

El auge de los libros de educación emocional está muy relacionado con la evolución social y de la psicología. De ello hablamos con dos expertas en literatura infantil y juvenil.

Por Adrián Cordellat

La literatura infantil, y más en concreto el álbum ilustrado, vive una era dorada. Se aprecia en el auge de editoriales y títulos, pero también en su importancia creciente en la industria literaria, ya que en mitad de la crisis del papel el ámbito de la literatura infantil es el único que no solo mantiene su cuota de mercado, sino que crece.

En paralelo a este auge, además, se ha producido otro, el de los libros que abordan la educación emocional. “Supongo que la sociedad por fin se ha dado cuenta de la importancia de la inteligencia emocional y, como es algo que desde la escuela casi no se trabaja, los padres quieren acercársela a sus hijos desde edades tempranas”, afirma Pilar Serrano, escritora y maestra de infantil.

Su opinión la comparte Sussana Isern, psicóloga, escritora y fundadora de la editorial Tierra de Mu, para quien el boom de los libros de educación emocional está muy relacionado con la evolución social y de la psicología. “Los padres ahora son conscientes de los beneficios de la educación emocional. Hay demanda de recursos para ayudar a alcanzarlos y, en consecuencia, se ha disparado la oferta de libros de emociones”, reflexiona la autora, entre otros, del reconocidísimo El Emocionómetro del Inspector Drilo (NubeOCHO).

Empatizar

Para Pilar Serrano los libros infantiles sobre educación emocional atrapan a padres e hijos porque cuentan cosas que podrían pasar o estar pasando a los niños, lo que hace “inevitable” que empaticen con las situaciones y los personajes que ven. “Cada lectura a cada lector le remueve de una forma diferente. Los álbumes además tienen la particularidad de que te invitan a leer y releer una y otra vez, y siempre encuentras un nuevo detalle que no habías visto”, explica.

 Los álbumes además tienen la particularidad de que te invitan a leer y releer una y otra vez, y siempre encuentras un nuevo detalle que no habías visto.

Serrano, que recientemente publicaba Hoy no juegas (NubeOCHO), afirma que hace algunos años empezaron a invitar a los alumnos de tres años a expresar qué habían sentido tras la lectura de un cuento. Los resultados no pudieron ser más espectaculares. “Pudimos comprobar cómo en solo un par de años eran capaces de anticipar lo que les estaba sucediendo antes de “estallar”. Que un niño de 5 años sea capaz de expresar esto ya es todo un logro y, además, hemos evitado un golpe, conflicto o pelea. Algunos adultos no logran poner nombre a lo que les pasa ni en toda su vida”, argumenta.

Beneficios del control de las emociones

Para Pilar Serrano llegar a gestionar las emociones es un proceso que requiere primero del aprendizaje de su reconocimiento, lo que posteriormente permitirá nombrarlas y, a continuación, gestionarlas. “Es complicado controlar algo que te sucede si no sabes ni cómo se llama”, argumenta antes de sugerir que el mayor beneficio de esta gestión emocional para los niños “es que aprenden a conocerse a sí mismos, a gestionar sus emociones desde la calma, y a poder expresar lo que les sucede desde la comprensión, el respeto y sin vergüenza”.

Llegar a gestionar las emociones es un proceso que requiere primero del aprendizaje de su reconocimiento, lo que posteriormente permitirá nombrarlas y, a continuación, gestionarlas.

La reflexión la comparte Sussana Isern que destaca el papel de la inteligencia emocional para evitar que las emociones, sobre todo las no tan agradables, se desborden provocando sufrimiento: “El miedo es positivo porque nos protege, pero, ¿qué ocurre cuando éste nos paraliza y no nos deja avanzar? La tristeza forma parte de nuestras vidas y necesitamos aprender a convivir con ella, pero  ¿y si se instala en nuestro día a día y no podemos escapar de ella? Todos tenemos derecho a enfadarnos, pero, ¿y si con demasiada frecuencia no somos capaces de frenar una reacción que daña a uno mismo y a los demás?”.

Consejos para padres

¿Qué consejos daríais a los padres a este respecto?, preguntamos a las dos expertas. “Que compartan tiempo de calidad con sus hijos. Que jueguen, lean cuentos y hablen sobre ellos. Que sean un modelo real, con sus virtudes y sus defectos, aceptando sus errores, pidiendo perdón si es necesario y rectificando cuando toque. Que se olviden del resto y encuentren un rato todos los días para mirarse a los ojos, contarse cómo ha ido el día, abrazarse largo y quererse mucho”, recomienda Isern.

Pilar Serrano, por su parte, añade la necesidad de que los padres desaprendan todo lo que saben de cuando les educaron a ellos. “Tienen que escuchar a sus hijos y aprender con ellos, juntos. Los niños son muy inteligentes. Solo hay que escucharles”, afirma antes de destacar también la importancia de hablar, de poner ejemplos y de contar historias en las que los niños puedan ver formas de resolver conflictos. “Hay que hablar mucho con ellos, que sientan que a nosotros de niños nos pasaban cosas parecidas y con ayuda las fuimos superando, y empatizar con sus sentimientos para poder entender sus acciones”, concluye.

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El juego de DimeDigo

dime digoPrecisamente sobre comunicación y el diálogo en familia para dar salida a las emociones trata el primer libro publicado por la editorial Tierra de MU, El juego de DimeDigo: “Creo que el enfoque del libro es bastante novedoso y cubre un hueco dentro de la literatura de emociones”, sostiene su autora, Sussana Isern, que explica que el libro parte de su experiencia como psicóloga. “Durante todos estos años de profesión una de las preocupaciones que más me han trasladado los padres es el hecho de que sus hijos no expresen sus sentimientos, preocupaciones, miedos, sufrimientos… que no les digan lo que piensan o que no les cuenten que han hecho durante el día. En definitiva, no poder ayudarles si les necesitan”

De esa inquietud surgen las herramientas que dan forma al libro: historias, metáforas, reflexiones, explicaciones, ejemplos, actividades y un juego de mesa que se ha convertido “en un facilitador fantástico, ya que jugando se puede hablar y compartir sentimientos, preocupaciones y alegrías de una forma distendida y divertida”. El libro, por supuesto, también invita a hablar a los mayores porque se propone como una herramienta recíproca y bidireccional. Para que los niños se abran, sostiene Isern, “los padres debemos saber escuchar y debemos contarles también nosotros”.

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22 consejos para educar a los hijos en la sexualidad

En la Educación afectivo-sexual, el silencio no puede ser una solución. Los padres deben transmitir sus valores ayudando a sus hijos a comprender su intimidad y no dejarlo en manos del entorno.

Por Javier Peris

1 TODOS QUEREMOS PARA NUESTROS HIJOS QUE VIVAN SU SEXUALIDAD DE UNA FORMA –es una expresión muy extendida– sana y satisfactoria. Y por experiencia sabemos que no es fácil y que, como todo lo que vale, cuesta. La primera obligación de los padres es trasmitir a sus hijos e hijas esta complejidad, ayudándoles a trascender las expresiones más toscas de la sexualidad y a ser críticos con los discursos que bien banalizan el sexo o bien lo subliman en exceso. .

2 EL PUNTO MEDIO ES DIFÍCIL DE ENCONTRAR, pero siempre se halla más cerca de la relación personal, de la sexualidad contemplada -y disfrutada- como un medio, no como un fin. Los padres tienden a ocuparse y preocuparse de la sexualidad de los hijos con una actitud defensiva, preventiva, incluso medrosa. Si de verdad valoramos la vida en pareja lo lógico es que trasmitamos a los hijos una visión del sexo alejada del egoísmo.

3 LOS PADRES Y MADRES SUELEN SUPERAR A SUS HIJOS, mal que bien, en conocimientos y experiencia. O al menos les tratamos como si fuera cierto. En cuestiones de sexo, sin embargo, es bueno tener la precaución de ponerse al día. Sobre todo los más mayores, los que aprendieron del sexo contrario -y del propio- de los amigos y amigas, de lo poco que sabían los padres y de Dios sabe qué otras fuentes.

4 EL MISMO MANUAL ESCOLAR QUE TRATA SOBRE EL SEXO es un buen punto de partida para que padres y madres se pongan al día. Pero no es suficiente. Existe una variada bibliografía que explica, de manera divulgativa, las preguntas e inquietudes más frecuentes entre los jóvenes, y que no se refieren solo a la biología. La pareja puede y debe discutir estos textos.

5 SALUD, FAMILIA, SABER GANARSE LA VIDA, SER UN TIPO DECENTE, APRENDER A CONVIVIR EN FAMILIA Y EN PAREJA… Hay al menos media docena de cosas que son más importantes que el sexo… pero eso cuéntaselo a un adolescente. Pues bien, hay que contarlos.

6 HAY QUE HABLAR DE SEXO. Es más, es urgente hablar de sexo. Está en la calle, en la red, en la moda, en el ocio… La buena noticia es que así no faltan ocasiones para comentar en familia algunas de esas manifestaciones y compartir, de la manera más natural posible, los valores que en este asunto deseen transmitir los padres. Por si es necesario recordarlo: la educación sexual es responsabilidad de los padres, no de la escuela ni del Estado.

7 EL ENFOQUE POSITIVO, CUANDO SE HABLA DE SEXO, SE CONFUNDE A VECES CON SU ASPECTO MÁS FESTIVO Y PLACENTERO. En realidad se trata de desdramatizar, y si el humor se sirve tantas veces del sexo es precisamente porque se considera algo muy serio. Conseguir hablar de estos temas con los jóvenes en las dosis y con el tono adecuados es haber recorrido la mitad del camino.

8 QUE LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ESCUELA ACELERA EL COMPORTAMIENTO SEXUAL ES SÓLO UN MITO. Más bien todo lo contrario: fomenta la responsabilidad y facilita que el menor salga de sí mismo. No es una buena noticia, por tanto, enterarse de que en la escuela pasan de puntillas sobre estos temas o que se limitan a enseñar los conocimientos más básicos de manera rutinaria. Hay que exigir al centro una educación completa y que integre los valores que compartimos.

9 NO LO SABEN TODO, AUNQUE LO PAREZCA. Hay una información básica que suponemos que los niños reciben en el colegio, pero debemos comprobar que efectivamente han entendido esas nociones de fisiología y que además son las de su propio cuerpo. Y revisar los textos escolares porque algunos contienen errores o inexactitudes científicas desde la Salud Pública, además de enfoques discutibles sobre las relaciones afectivo-sexuales.

10 SEGUIMOS EN LA ESCUELA. Allí se encuentran también los amigos y amigas que son prescriptores privilegiados de la afectividad y el sexo. No hay, en este asunto, compañeros de más o menos confianza, ni tampoco conocer a sus familias garantiza nada. Un tutor o tutora que entienda la importancia de la formación afectivo-sexual será un aliado impagable para ayudar a los chicos y chicas..

11 CAMBIAMOS DE HORARIO PERO SIN SALIR DEL ENTORNO ESCOLAR. Los padres, a través de las AMPA o por otros canales, pueden promover charlas y debates sobre el sexo, el amor, el enamoramiento, la paternidad… moderados por especialistas que tienen la ventaja de no ser ni padres ni profesores.

12 NO HACE FALTA BUSCAR EXPRESAMENTE CONTENIDOS SEXUALES EN INTERNET, ni como estímulo ni para satisfacer la mera curiosidad: las imágenes, bromas, conversaciones, etc. surgen en cualquier rincón de la Red, y a veces con gran violencia visual. Por eso, la tolerancia que desarrollan los menores nada tiene que ver con la que vivieron sus padres. Y como es inevitable, no hay que escandalizarse de ello si no es para promover un comentario o una charla positivos.

13 ES VERDAD, NO SE PUEDE HACER MUCHO PARA SUSTRAERSE A ESTE AMBIENTE HIPERSEXUALIZADO, pero al menos en casa no lo pongamos tan fácil. Estamos pendientes de la televisión y de las publicaciones pero el primer contacto de un niño con la Red suele ser el móvil del papá: cuidado con los mensajes, fotos y vídeos que compartimos.

14 EL MAYOR PELIGRO PARA LA SEXUALIDAD DE UN ADOLESCENTE ES LA SOLEDAD. Están los amigos y amigas… pero a veces casi es peor. ¿Cómo conseguir que aclaren sus dudas de manera rápida y correcta? Porque estas pueden afectar no sólo al desarrollo de la afectividad sino también a su salud sexual. Los padres, por eso, deben ser activos, no dar nada por supuesto y saber a quién o a qué acuden los hijos para saber sobre su sexualidad.

15 EN INTERNET PODEMOS DARLE MIL VUELTAS AL SEXO Y DESDE INFINIDAD DE PUNTOS DE VISTA… Y ÉSE ES EL PROBLEMA. ¿Cuáles son las fuentes más fiables? ¿Se ha detectado algún youtuber o instagramer con dos dedos de frente? ¿Existen foros mínimamente legibles? Pues bien, existen. En la escuela a veces hacen buenas sugerencias a los alumnos, pero si no es el caso los padres pueden y deben hacer sus propias averiguaciones.

16 DESDE QUE LA PORNOGRAFÍA SE HA HECHO TAN ACCESIBLE A TRAVÉS DE INTERNET han empezado a saltar las alarmas por su uso y abuso entre los menores. Para los padres puede resultar un tema muy delicado para tratar con los hijos, pero hay que hacerlo. La pornografía trasmite una imagen ficticia de la sexualidad porque prescinde de la persona, pero además existe un riesgo real de adicción que puede condicionar su vida afectiva durante mucho tiempo.

17 LOS PAPÁS CON LOS CHICOS, LAS MAMÁS CON LAS CHICAS. No son roles machistas, aunque tampoco una ley universal sin excepciones. Es evidente que a la hora de hablar de sexo padres e hijos se entenderán mejor si comparten la misma fisiología y experiencias. Estas complicidades, que en otros asuntos pueden no ser convenientes, hay que buscarlas y fomentarlas con la esperanza de que sirvan para hacer aflorar dudas.

18 ¿SEXO SEGURO? Esta expresión es errónea, por imposible, en casi todos los contextos, pero la traemos aquí porque constituye un buen ejemplo de la importancia del lenguaje. En el registro de la sexualidad se prodigan términos y perífrasis que no hay que apresurarse a incorporar a nuestro vocabulario. Unos porque pronto pasarán de moda, y otros porque responden a discursos o conceptos con los que quizá no estemos de acuerdo.

19 EL SEXO TIENE CONSECUENCIAS… y no hablamos de embarazos imprevistos o enfermedades venéreas. El sexo se integra en nuestra intimidad e identidad personal de una manera tan intensa que, aunque nos lo propongamos, resulta imposible separarlo de la afectividad, de las emociones, de toda nuestra psicología.

20 LOS DEBATES SOBRE LA IDENTIDAD DE GÉNERO SE ENCUENTRAN PERMANENTEMENTE en el debate público y, por eso, en la vida de los jóvenes. Es obligado que surjan y se comenten estos temas en familia, pero antes los padres deben preguntarse a sí mismos cómo piensan… y por qué piensan como piensan. Y en todo caso, afirmar como primer precepto familiar el respeto por las ideas diferentes.

21 ES EVIDENTE QUE EXISTE UNA HIPERVISIBILIDAD de las identidades sexuales minoritarias, que se explica en parte por el deseo de combatir injusticias y discriminaciones. Sin embargo, la confusión sexual en la pubertad y primera juventud no es un fenómeno tan minoritario, especialmente entre los varones. La mayoría de los casos se resuelven, sin mayores problemas, a favor del sexo asignado, pero si las dudas permanecen los padres deben requerir la ayuda de profesionales.

22 EL NIÑO O LA NIÑA SALE CON ALGUIEN… y siempre nos parece demasiado pronto. En realidad estas primeras relaciones son, por lo general, muy positivas. Los jóvenes descubren que la sexualidad, que hasta ese momento se ha vivido como algo muy íntimo, sólo es una parte de la relación y no siempre la más agradable.

 

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nuestros hijos quieren saberNuestros hijos quieren saber… 60 preguntas sobre sexualidad,  de Jokin de Irala y Carlos Beltramo Eunsa, 2013

Como las películas de Pixar, el libro parece dirigido a los jóvenes pero son los mayores los que le sacan más partido. Es un texto breve en el que se explican nociones básicas y otras no tan conocidas que nos ayudarán a entender las manifestaciones y lenguajes más actuales de la sexualidad.

cuentamelo todo

Cuéntamelo todo: 101 preguntas sobre un tema apasionante, de Katharina von der gathen Takatuka, 2016

Todas las preguntas las ha recibido esta pedagoga alemana durante las charlas y talleres en los que explica la sexualidad a niños y niñas de 3º y 4º de Primaria; es decir, la edad en que todavía se pregunta sin pudor por todo.

homosexualidad

Comprendiendo la homosexualidad, de Jokin de Irala Eunsa, 2005

El autor resulta convincente en su defensa de la libertad individual y en la denuncia de los abusos y persecuciones que han sufrido históricamente los homosexuales. A partir de ahí, aclara tópicos científicos y populares.

También describe la evolución más reciente en la percepción pública del movimiento gay y algunas de sus estrategias más exitosas.

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Disfrutar de la nieve sin calzarse los esquís

Caen los primeros copos y se abre un mundo de posibilidades para disfrutar en familia de la nieve. Aprovecha estos meses para hacer planes de invierno con tus hijos.

Por Eva Carrasco

La nieve despierta en nosotros las ganas de jugar como niños y emular a nuestros vecinos del norte de Europa, tan acostumbrados a vivir en este medio. Sin salir de La Península puedes disfrutar con tu familia de actividades árticas.

Construcción de iglús

Una actividad para disfrutar con los más pequeños es hacer vuestro propio iglú. Aprender la ancestral técnica de construcción de iglús y descubrir cómo los esquimales convierten un espacio hecho con hielo en un lugar donde protegerse del frío. Una actividad ideal de invierno para compartir con la familia, recomendado para niños mayores de 7 años. Entre varios podéis construir uno sin necesidad de títulos de arquitectura. Eso sí, acompañados de un monitor experto, como puedan ser los miembros de la Asociación de Constructores de iglús de Cataluña.

La experiencia dura hora y media y necesitarás ropa cómoda de abrigo, pantalón de esquí u otro caliente, anorak, guantes, gafas de sol, crema protectora y botas de montaña. El resto del material necesario como pala, guantes, o incluso una sierra, se incluye en la actividad. Si el iglú está bien construido se puede conseguir una diferencia de 20 grados entre el interior y el exterior.

Desde 35€ por persona se puede realizar en diferentes estaciones del Pirineo, como en la zona de Pallars o en Lleida; en Grand Valira (Andorra); en la Sierra de Guadarrama partiendo de la estación de Navacerrada; o en Sierra Nevada.

Excursión en raquetas

En muchas ocasiones la construcción de iglús está combinada con una excursión en raquetas de nieve.

Una forma diferente de iniciarse en la nieve, y descubrir la naturaleza en invierno, que no precisa de experiencia previa ya que las raquetas permiten desplazarnos con facilidad por encima de las superficies nevadas. Las raquetas de nieve son un elemento utilizado desde hace miles de años por el hombre en el Cáucaso para facilitar sus desplazamientos sobre la nieve en su día a día. Al tener una base mayor que las botas permite una mayor rapidez que caminando porque no se hunden los pies. Como en toda actividad en la nieve es imprescindible ropa cómoda de abrigo, botas o calzado de trekking, gorro, guantes, bastones de esquí, gafas de sol y crema protectora.

Desde 10€ por persona, se puede realizar con niños mayores de 7 años en la mayoría de las estaciones de esquí.

Motos de nieve biplaza

Se puede disfrutar de la emoción de las motos de nieve con los niños gracias a las motos biplaza en las que podrán ir acompañados de un adulto. Están recomendadas para mayores de 6 años. Una actividad muy demandada que se ofrece en la mayoría de estaciones de esquí con atractivos itinerarios recorridos con un guía experto. Rutas por lugares inaccesibles por otros medios disfrutando de una gran sensación de libertad y adrenalina.

En la excursión organizada en el Val d’Aran los participantes llegan hasta el pueblo abandonado de Mont garri, el pueblo más alto de la zona hasta los años 70. En Sierra Nevada disponen de motos de nieve infantiles que circulan por un circuito cerrado indicada para niños de entre 5 y 12 años.

Paseo en trineo de perros

No es necesario ir a Finlandia para disfrutar de la experiencia de un paseo en Trineo tirado por perros siberianos. La combinación de los Montpaisajes nevados con el trato con los animales lo convierten en una experiencia única. La actividad se llama mushing y es una forma de transporte nórdica que sirve para desplazarse con rapidez sobre superficies nevadas.

Lo podrás disfrutar en Grandvalira (Andorra) con niños a partir de 10 años; en Huesca, cerca de Formigal y en Baqueira Beret en el Val d’Arán. Aquí los trineos tienen capacidad para dos adultos y dos niños de cualquier edad que irán acompañados por un musher experto que guía a las familias por este safari blanco en el que sentirse una familia esquimal en Groenlandia. Los niños al terminar pueden preguntar al musher si pueden dar de comer y beber a los perros. Les encantará.

Paseo en máquinas pisanieves

De niños siempre nos ha encantado subirnos a carros, camiones o tractores, y aunque parezca sorprendente, en La Molina se organizan excursiones a bordo de las máquinas pisanieves. Una experiencia con un gran tirón que permite explorar algunos de los rincones más recónditos de una estación de montaña. En la cabina de la máquina pueden ir hasta ocho pasajeros acompañados de un guía especializado.

Tubbing en la nieve

Lo hemos visto en parques de agua y en actividades veraniegas pero también se puede realizar en la nieve. En la estación de Grandvalira- Grau Roig, en Andorra, es una atracción muy demandada que se practica en familia con niños a partir de seis años. Una actividad con diversión garantizada y completamente controlada. Asimismo Sierra Nevada también cuenta con una zona de tubbing donde se han habilitado pistas de nieve para disfrutar en familia con los roscos neumáticos.

Una montaña rusa en la nieve

En Naturlandia en Andorra es posible disfrutar de una gran montaña rusa que se desliza a toda velocidad por la nieve. Tobotronc está considerado el tobogán alpino más largo del mundo con más de 5 kilómetros de longitud. El descenso se realiza en un trineo biplaza que circula sobre raíles de acero en el que el ocupante controla en todo momento la velocidad de descenso con las palancas. Pueden subir acompañados de un adulto los niños que midan más de 1,20 m.

En Sierra Nevada se ofrece una atracción similar en el parque de actividades Mirlo Blanco. Se trata de lo que denominan Trineo Ruso y es en realidad una montaña rusa en la nieve compuesta de raíles y trineos sobre curvas peraltadas y badenes a lo largo de 550 metros.