Cambio climático: así impacta en la salud de los niños

Los niños soportan hasta el 88% de la carga de enfermedad atribuible al cambio climático. ¿Qué problemas de salud están aumentando?

 

Por Olga Fernández

Olas de calor, grandes inundaciones, sequías intensas… El cambio climático es ya una realidad y afecta a nuestra salud. Según estimaciones dela OMS, entre 2030 y 2050, la crisis climática causará unas 250.000 defunciones adicionales cada año, debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico. Además, el informe “Cambio Climático y Salud” del Observatorio de Salud y Medioambiente, elaborado por el Instituto DKV de la Vida Saludable en colaboración con Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), advierte que afectará especialmente a la infancia porque amenaza su supervivencia, su desarrollo, su acceso a la alimentación, a la educación y a la sanidad. ¿Por qué son tan vulnerables los niños? “La edad pediátrica comprende un período de desarrollo en el que existen características anatómicas, fisiológicas, metabólicas y conductuales propias que la hacen especialmente vulnerable a los fenómenos asociados al cambio climático global”, responde doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (CSM-AEP) y experto en salud medioambiental.

Más enfermedades

Más del 90% de los niños respira aire contaminado y la contaminación de los ecosistemas son un factor clave en el crecimiento de las enfermedades crónicas de la infancia, según datos del artículo “Amenazas, desafíos y oportunidades para la salud medioambiental pediátrica en Europa, América Latina y el Caribe”, publicado en la revista Anales de Pediatría en 2019. El informe señala una serie de enfermedades infantiles y juveniles con tendencia creciente: el asma, atribuible al tabaco y a la contaminación atmosférica urbana e industrial; el cáncer, debido a tabaco, radiación ionizante, dieta embarazo, contaminación…; los trastornos del neurodesarrollo (autismo, déficit de atención-hiperactividad, síndrome alcohólico fetal), por exposiciones a tóxicos durante el embarazo y la infancia (drogas legales e ilegales, metales pesados, solventes, pesticidas, alquilfluorados, contaminación del aire por PM10, NO2, hidrocarburos…); la obesidad, causada por exposiciones intrauterinas a tabaco, ftalatos, bisfe-nol, dioxinas, pesticidas organoclorados, por sedentarismo, glotonería, alimentación con fórmulas artificiales; o algunas malformaciones, por exposiciones intrauterinas a alcohol, fármacos, tolueno. Además de la creciente tendencia de estas enfermedades, existen otros problemas asociados a las olas de calor intensas que se han vivido en los últimos años.

El impacto directo en la infancia incluyen desde el cierre de colegios por golpes de calor en los niños, hasta el incremento de quemaduras solares o mayor riesgo de melanoma (cáncer de piel). En junio de 2017, las aulas de media España registraron picos de entre 35 y 40 grados de temperatura, dando como resultado la hospitalización de números escolares por golpes de calor. El aumento de la temperatura ambiental también conlleva un incremento de enfermedades relacionadas con la comida en mal estado (el calor hace multiplicar las bacterias y otros elementos infecciosos que se encuentran en los alimentos). Por último, las enfermedades que causan mayor número de muertes son: la neumonía, el infarto cerebral y los problemas cardiovasculares. Estas enfermedades, sostiene el informe DKV, están relacionadas con efectos ambientales resultantes del cambio climático como son las altas temperaturas agravadas por la alta contaminación y la mala calidad del aire, sobretodo, en las zonas urbanas.

 

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Niños más vulnerables

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que, pese a que los menores de 5 años son sólo el 12% de la población, reciben el 43% de la carga de enfermedades de causa ambiental. “De hecho se estima que, de la morbimortalidad atribuida a la emergencia climática, hasta un 88% recae en los menores de 5 años”, señala Juan Antonio Ortega.
  • El informe de DKV sostiene que las razones que hay detrás de esta vulnerabilidad están relacionadas con su menor desarrollo biológico, mayor consumo energético y metabólico, y su ausencia en la toma de decisiones. Los sistemas fisiológicos de los niños, y en especial el inmunológico y de detoxificación, aún no están maduros. Por ejemplo, sus pulmones no se encuentran completamente formados. Además, necesitan un mayor aporte de oxígeno y sustancias nutricionales que los adultos al estar en la etapa de crecimiento y desarrollo. Por ello, comen más alimentos, beben más líquidos y respiran más aire por kilogramo de peso corporal que los adultos.
  • Estas razones los hacen más vulnerables a la contaminación ambiental y a los impactos del cambio climático. “La Asociación Española de Pediatría (AEP) es muy consciente de las amenazas que es- tos fenómenos suponen en la salud de los más pequeños y por ello apuesta por la formación de los jóvenes pediatras en la disciplina específica de salud medioambiental pediátrica; así como la implicación y aprendizaje de pediatras, familias y niños, en la creación de ambientes más saludables, empezando por el en- torno más cercano”, asegura la doctora María José Mellado, presidente de la AEP.

 

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La trampa de pasar tiempo de calidad con los hijos

Parece que no importa cuánto tiempo pasemos con los hijos, siempre que este sea de calidad. El mensaje podría esconder una trampa para perpetuar la primacía de la vida profesional.

 

Por Rodrigo Santodomingo

Abundan en internet las listas de consejos para aprovechar el tiempo con los hijos. Todas asumen como inevitable la escasez de horas en familia. La mayoría se sirven, en su afán por ayudar a progenitores ultraocupados, de fórmulas empresariales. Hablan de maximizar, optimizar, mejorar el rendimiento, aumentar la eficiencia. Como si los hijos fueran otro cuadradito a “agendar” en la rutina productiva.

En ocasiones, las recomendaciones rozan el delirio: una asociación de EEUU para la Educación Infantil recomienda reservar un momento diario de “conexión” con los retoños. Lo suyo, aclara, es que se haga “en persona, cara a cara”. Pero si esto se antoja imposible, no hay motivo para preocuparse. Siempre se puede recurrir a notas motivacionales colocadas en la mochila.

Cada vez más expertos advierten que el tan manido tiempo de calidad esconde una trampa perversa. Se trata, denuncian, de una artimaña lingüística para que, en la batalla entre vida laboral y familiar, casi siempre gane la primera. Su truco infalible pasa por calmar conciencias parentales, incluso cuando los horarios apenas reservan migajas para los chavales.

“Cantidad y calidad tienen que ir juntas. Para que se dé un instante de intensa calidad, hacen falta muchos instantes previos, mucha cantidad que va tejiendo un vínculo afectivo sólido”, apunta Eva Bach, pedagoga y autora de obras como Madres y padres influencers (Grijalbo). La escritora catalana explica que esos momentos mágicos en familia son “a veces muy efímeros: una mirada, un gesto, una palabra que reconforta”. De ahí el absurdo en pretender planearlos al milímetro, con escuadra y cartabón, negando su naturaleza espontánea e imprevisible.

Para el pediatra y escritor Carlos González, esa obsesión por exprimir segundos provoca efectos antieducativos. “No hay que esforzarse por estar todo el rato haciendo cosas. Los niños necesitan su espacio para jugar, para aburrirse…, pero sabiendo que sus padres están ahí, disponibles, si los necesitan”, reflexiona.

Cuestión de prioridades

Yendo a la raíz del problema, emergen presiones que muchos padres estiman ineludibles. La rueda laboral -nos insisten- gira a tal velocidad, impulsada por una exigencia y una competitividad tan feroces, que quien se sale corre el riesgo de no poder reengancharse. Amén de satisfacer el ego profesional, situar al trabajo en el top de prioridades parece una necesidad si queremos cumplir con los requisitos de un estilo de paternidad consumista.

“En mis conferencias suelo hacer la misma pregunta: ¿a qué estamos dispuestos a renunciar? Hay cosas irrenunciables, pero también un montón de obligaciones que nos creamos nosotros mismos”, dice Bach. La catalana cuenta el caso de una madre que, cada cierto tiempo, pedía un permiso sin sueldo para hacer un viaje con sus hijos. Quería anteponer, en su crianza, las experiencias compartidas a los bienes materiales. “Muchos me preguntan que quién puede hacer eso; y yo respondo si los que sí pueden hacerlo, lo hacen”.

González, por su parte, apuesta por un modo de vida más austero y propone soluciones de shock que, a bote pronto, suenan no exentas de un humor provocativo. “En vez de decirle a tu hijo que vas a pasar dos horas máximo con él pero va a ser tiempo de calidad, dile a tu jefe que vas a ir a trabajar dos horas de inmensa calidad y que, por lo tanto, te pague lo mismo”.

La propia Bach prefirió hace años inclinar la balanza en favor de sí misma y los suyos. “Renuncié a un sueldo fijo y un contrato seguro. Hacerme autónoma tiene sus contrapartidas, pero me permite gestionar mucho mejor mi tiempo como realmente quiero”. “Qué inocencia pensar que lo normal es tener una carrera profesional en la que nos realizamos. Otra gran mentira: para casi todos, el trabajo es solo trabajo”.

Más allá de factores socioeconómicos, las leyes españolas cuentan aún con amplio margen para facilitar la conciliación. Los permisos de maternidad y paternidad han aumentado en los últimos años, acercándose a la media europea. Es pasada esa primera etapa de crianza cuando las diferencias se revelan más evidentes. “Lo que no nos cuentan en las comparativas sobre conciliación”, argumenta González, “son las facilidades que dan países como Suecia al solicitar una reducción de jornada sin que baje mucho el sueldo, o la posibilidad de pedir periodos de excedencia cobrando el salario mínimo”, concluye González.

22 consejos para malcriar a los hijos

Muchos padres no sabrían explicar cómo educan o pretenden educar a sus hijos, pero todos conocen o creen conocer lo que nunca se debe hacer. Por eso esta lista de buenos consejos para hacer mal las cosas sólo es una ayuda para reforzar y tener aún más presentes las verdades universales de la crianza de los hijos. Léase estos consejos, por tanto, con su sentido al revés.

Por Javier Peris

1. LO MEJOR ES DAR MAL EJEMPLO. Esto del ejemplo no es tan fácil. Los padres somos como somos y no es bueno -ni tampoco viable- parecer lo que no somos. El mal ejemplo se produce en acciones muy básicas: ser desordenado, perezoso, quejica, criticón, excesivamenteirónico… Vale, se trata de un programa ético bastante exigente. La opción B es esforzarse en que nuestros defectos no se muestren delante de los niños, y para eso es muy importante la complicidad de la pareja.»

2. TRATAR IGUAL A TODOS LOS HIJOS. Es lo más cómodo, y los padres que proceden de familias numerosas siempre tienen argumentos para justificar el café para todos. Lo más habitual, en cambio, es que tratar igual a todos los hijos al final resulte más difícil y trabajoso que adaptarse al carácter y las necesidades de cada uno. Los niños no son inmunes al veneno del agravio comparativo pero sí se dan cuenta de si el cariño es el mismo para todos.

3. EVITAR LOS LLOROS Y EL JALEO. La vida doméstica de una familia normal es ruidosa y, en muchos momentos, molesta para el padre o la madre, o para ambos al mismo tiempo. Las correcciones a los hijos no deben hacerse en función del tono de sus quejas o del alboroto de sus juegos, sino por razones de educación y respeto a los demás. Muchas veces dejarles llorar y protestar ruidosamente puede ser la decisión más acertada.

4. AYUDARLES A SORTEAR LOS FRACASOS. Qué pena da ver a nuestros hijos hundidos tras una mala experiencia, un error o una decepción. Quisiéramos evitarles esa angustia o esa humillación, pero sabemos que las necesitan. Sólo procesando individualmente esos fracasos se formará su carácter. Ayudarles en estos casos puede consistir simplemente en unas palabras de consuelo, dando por supuesto que los baches de la vida existen para hacernos más fuertes..

5. DARLES TODO LO QUE PIDAN. ¿Quién no está de acuerdo con que dar a los niños todo lo que desean es la mejor forma de malcriarlos? El problema es que los límites entre lo superfluo y lo conveniente se han desdibujado mucho, y somos los propios padres los que no lo tenemos claro. Pero empecemos por lo más básico: que se acostumbren a escuchar la palabra ‘no’, y que además se mantenga.

6. QUE HAGAN LAS COSAS PORQUE SÍ. Vale, no hay que dar muchas explicaciones cada vez que se indica o se corrige algo, pero en determinadas situaciones hay que esforzarse en que entiendan las razones de los padres. Quizá así tampoco lo entiendan ni lo compartan, pero al menos percibirán el empeño de los padres por explicar el criterio y el deseo de que su hijo lo comparta.

7. SER ARBITRARIOS. Es una de las actitudes más eficaces para criar hijos pasivos y débiles. “Si hago tal cosa, mal; si no la hago, también mal”. Cuando no se puede prever la reacción paterna ante una acción o ante unas palabras, el comportamiento más lógico es la inhibición.

8. PRESCINDIR DE CÓDIGOS ÉTICOS Y/O ESPIRITUALES. Los hijos van aprendiendo el código ético de los padres mediante pequeñas enseñanzas que reciben en el día a día. Lo resumiremos con un ejemplo. Contestar a un profesor siempre es una mala idea porque conlleva un castigo, pero sobre todo porque es una grave falta de consideración a un adulto que además te está haciendo un gran servicio.

9. REPETIR MUCHAS VECES LAS COSAS. La mayoría de los niños y jóvenes no tienen problemas de audición ni de atención. Cuando no siguen a la primera las instrucciones de los padres es simplemente porque no les apetece. Los padres menos avisados entran entonces en una agotadora espiral de repeticiones. Para evitarla hay que seleccionar las correcciones; no deben ser muchas ni constantes, y no atenderlas debe tener consecuencias.

10. PONERSE SIEMPRE DE SU PARTE. Nuestros hijos no tienen mala intención. O eso queremos creer. Por eso, nos fastidia que les achaquen defectos o errores que nos parecen improbables. La bronca de un profesor siempre resulta excesiva; el parte negativo por descuidar la puntualidad, desproporcionado; el gesto de fastidio de un vecino al que casi atropella el niño, una falta de educación…

11. NO RESPETAR LAS PROPORCIONES HAY QUE SER DRÁSTICOS. Montar un pollo por dejar un juguete en el pasillo y no dar importancia a que el niño grite o maltrate de alguna forma a un hermano, familiar o amigo, o a ser maleducado con los mayores. Hay batallas diarias muy obvias que hay que librar con calma y constancia, mientras otras hay que estar muy atento para detectarlas. Todas son importantes pero ninguna igual a otra.

12. QUE TENGAN MUCHAS COSAS. Que no les falte de nada no significa que les sobre de todo. Necesitan bolígrafos, cuadernos, vestidos… pero si tienen pocos los cuidarán mejor. Luego están los juguetes y otros regalos de mayores que no dejan de ser juguetes: nada decepciona más a los padres que comprobar el poco caso que les hacen o lo mal que los cuidan. Una vez que se ha empezado con mal pie en este asunto resulta muy difícil rectificar.

13. PIERDE LA PACIENCIA, DESAHÓGATE. El efecto ha sido inmediato: por fin hemos visto la preocupación reflejada en su rostro y en toda la tarde no ha dicho ni pío. “Me he pasado, sí, pero mira cómo ha aprendido”. Pues no, no ha aprendido; o mejor dicho, ha aprendido que tiene que estudiar más o ser menos contestón sólo porque así evitará esa desagradable reacción del papá o la mamá. No; no es una buena lección.

14. QUE NO SE JUNTEN CON CIERTA GENTE. La ‘cierta gente’ verdaderamente tóxica o indeseable es muy escasa, así que atentos a enmascarar prejuicios. Debemos preocuparnos si vemos relaciones inconvenientes de nuestros hijos por todas partes y al mismo tiempo: en el colegio, en el deporte, en el barrio, en la propia familia… El problema seguro que es nuestro. El menor aprende a valorar la amistad y las relaciones- también- equivocándose.

15. QUE LA EDUCACIÓN LA LLEVE UNO DE LOS CÓNYUGES. El famoso ‘reparto de tareas’ no se aplica en este punto. La responsabilidad en la Educación es compartida, nadie lo discute, pero cada pareja es un mundo y en el trato con los hijos es inevitable la desigualdad. La crianza más saludable es la que implica en el mismo grado, con la misma intensidad a padre y madre, pero adaptándose a lo que puede aportar cada uno..

16. ENGAÑARLES. Engañar a un niño, como se suele decir, es lo más fácil del mundo y, para los padres, un recurso para economizar en explicaciones, justificar las indicaciones o evitar temas delicados. Cada vez que engañamos perdemos la oportunidad de explicar a los hijos algo que seguramente no entenderán en ese momento pero que quedará latente en su pequeño cerebro. Igual que le pasa a la mentira.

17. NO CUMPLIR LAS PROMESAS. Otro recurso facilón es la promesa de un incentivo que no pensamos cumplir, o al menos no de momento. Esto también funciona, pero durante menos tiempo, hasta que el niño o la niña asimila la falta de credibilidad del progenitor. La consecuencia es que esta desconfianza hacia los padres se extiende a todos los aspectos de la crianza.

18. AMENAZAR CON UN BOFETÓN. O con una palmada en el culo o la zapatilla. A estas alturas, en esta sociedad hipercivilizada, todavía nos sorprende que nos salga una amenaza así, tan natural. En parte porque lo hemos escuchado miles de veces en nuestra niñez, en parte porque forma parte del lenguaje coloquial, es posible que no le demos importancia, pero en la mente de un niño suena muy fuerte, aunque todavía es peor que se acostumbre a escucharlo… y menos a sufrirlo.

19. CONTROLAR SUS ESTUDIOS. Haz un seguimiento diario y minucioso de las obligaciones escolares de tus hijos… y conseguirás que no se sientan responsables de sus éxitos ni de sus fracasos. Ayúdales, que no se sientan solos en esa parcela tan importante de sus vidas, pero déjales probar sus límites por ellos mismos, encontrar las motivaciones adecuadas y equivocarse y aprender de los errores.

20. INHIBIRSE DE LAS PANTALLITAS. Ya se sabe, son de otra generación, los llamados nativos digitales… ¿Qué podemos hacer contra eso? No hay que hacer nada ‘contra’ sino más bien ser conscientes de que buena parte de su educación la están asimilando de las pantallitas. Y eso puede ser bueno o muy malo. Y como en tantas otras cosas, que la relación del niño con el mundo digital resulte provechosa y satisfactoria sólo se consigue con esfuerzo.

21. DESCONFIAR DE LA FELICIDAD. Un niño feliz es un niño que sabe que hay reglas y obligaciones, pero además es un niño al que se le nota que es feliz. Los padres podemos confundir de manera inconsciente la alegría de los hijos con la falta de madurez o una culpable despreocupación. La felicidad es una obligación que se aprende a ejercer desde niños y no se debe abandonar nunca.

22. ¿QUÉ HEMOS HECHO MAL… O BIEN? Hemos seguido concienzudamente estos consejos y… ¡este hijo es una maravilla! Lo mismo ocurre -es más frecuente- al contrario: somos unos padres estupendos y… este niño es un vago y un sinvergüenza. Pues sí, estas cosas pasan. El hijo o la hija son, al fin y al cabo, personas diferentes, condicionadas por el fenotipo y el genotipo de una forma tan complicada como misteriosa. Y también libre para sus propias decisiones.

Menudos Corazones ha inaugurado una casa para las familias de niños con cardiopatías

La Fundación Menudos Corazones presentó el pasado 14 de febrero en Madrid, coincidiendo con el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, su nueva Casa Menudos Corazones. La vivienda, con 9 habitaciones dobles con baño y espacios comunes, se encuentra bien comunicada por transporte público con los hospitales de referencia en cardiopatías congénitas de Madrid y desde este mes de febrero aloja gratuitamente a familias con hijas e hijos con cardiopatías congénitas hospitalizados.

Apenas un año después de haber iniciado los trabajos de rehabilitación de la vivienda de tres plantas, Menudos Corazones ha mostrado la nueva cara de la Casa con un vídeo en el que tiene un papel destacado la actriz Belén Rueda, su presidenta de honor, quien se ha volcado con este nuevo y necesario recurso de la Fundación.

“Hace 20 años, muchos de los logros que hemos conseguido nos parecían inalcanzables. Pero esta Casa Menudos Corazones… es que ni entraba dentro de nuestros sueños y ¡ya es una realidad!”, ha reconocido Belén Rueda.

Por su parte, María Escudero, presidenta de Menudos Corazones, recordó que el alojamiento fue el primer proyecto puesto en marcha por la Fundación. “Es realmente emocionante abrir la Casa Menudos Corazones, fruto de nuestro esfuerzo y de la solidaridad de quienes nos han apoyado. Con este nuevo espacio, acogedor y cómodo, las familias podrán reconstruir parte de la normalidad que han perdido al abandonar su hogar y su rutina por la hospitalización de su hijo o hija con cardiopatía congénita”.

Reyes Martínez y Pablo Burillo, de Castilla-La Mancha, conocen bien esta realidad. Se trasladaron a un gran hospital de Madrid en 2018 para el nacimiento de su hija Lara, a quien habían diagnosticado una cardiopatía. “Veníamos por unas pocas semanas, pero todo se complicó hasta tener que permanecer 10 largos meses fuera de casa”, ha contado Reyes.

Durante ese tiempo, Menudos Corazones les dio alojamiento gratuito en uno de sus pisos compartidos. “¡Y menos mal! Nuestra economía no hubiera podido soportar el gasto de alquilar una vivienda en una ciudad como Madrid”, contaba Pablo, quien también destacó la importancia de contar con un espacio donde desconectar de las intensas jornadas hospitalarias: “La UCI pediátrica es un lugar que emocionalmente te sobrepasa”.

“Más de la mitad de las niñas y los niños con cardiopatías congénitas que se operan en Madrid se trasladan, como Lara y sus padres, desde otras comunidades autónomas. Poder dar respuesta a sus necesidades hace que este nuevo hogar de Menudos Corazones sea una magnífica noticia”, reflexionaba Belén Rueda. “Y aunque este ilusionante reto es hoy más real que nunca, no podemos olvidar que va a seguir necesitando, además de nuestro trabajo, toda la ayuda posible”.

Con la nueva Casa Menudos Corazones, la Fundación prácticamente duplica su capacidad de alojamiento, sumando estas 9 habitaciones a las siete ya disponibles en dos pisos, y a las tres habitaciones de hotel cedidas por NH Hotel Group desde 2003. En total, 19 familias podrán ser acogidas cada día por Menudos Corazones.

El mundo no está ofreciendo a los niños una vida saludable ni un clima adecuado para su futuro

Ningún país está protegiendo adecuadamente la salud de los niños ni su medio ambiente y su futuro, según un informe histórico publicado hoy por una Comisión de más de 40 expertos en salud de los niños y los adolescentes de todo el mundo. La Comisión fue convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y The Lancet.

En el informe, A Future for the World’s Children? (¿Qué futuro les espera a los niños del mundo?), se revela que la salud y el futuro de todos los niños y los adolescentes del mundo se encuentran en peligro inmediato a causa de la degradación ecológica, el cambio climático y las prácticas de comercialización explotadoras que empujan a los niños a consumir comida rápida muy procesada, bebidas azucaradas, alcohol y tabaco.

“A pesar de que la salud de los niños y los adolescentes ha mejorado en los últimos 20 años, el progreso se ha estancado y está a punto de revertirse”, afirma la Primera Ministra de Nueva Zelanda y Copresidenta de la Comisión, Helen Clark. “Se calcula que alrededor de 250 millones de niños menores de cinco años de países de ingresos bajos y medios corren el riesgo de no alcanzar su potencial de desarrollo sobre la base de medidas indirectas del retraso del crecimiento y la pobreza. Sin embargo, lo que es aún más preocupante es que todos los niños del mundo se enfrentan ahora a las amenazas existenciales del cambio climático y las presiones comerciales”.

“Los países deben revisar sus enfoques de la salud de los niños y los adolescentes para garantizar que no solo cuidemos de nuestros niños hoy, sino que también protejamos el mundo que heredarán en el futuro”, agregó Clark.

La intensificación del cambio climático amenaza el futuro de todos los niños

El informe incluye un nuevo índice mundial de 180 países en el que se comparan sus resultados sobre supervivencia y bienestar infantil, que incluyen la salud, la educación y la nutrición; sobre sostenibilidad, con un indicador para las emisiones de gases de efecto invernadero; y sobre equidad o desigualdad de ingresos.

Según el informe, aunque los países más pobres deben redoblar los esfuerzos para que sus niños tengan vidas saludables, las excesivas emisiones de carbono –desproporcionadas en el caso de los países más ricos– ponen en peligro el futuro de toda la infancia. Si, según las proyecciones actuales, el calentamiento global supera 4°C en el año 2100, las consecuencias para la salud de los niños serán devastadoras debido al aumento en el nivel de los océanos, las olas de calor, la proliferación de enfermedades como el paludismo y el dengue, y la malnutrición.

El Índice muestra que los niños de Noruega, la República de Corea y los Países Bajos tienen las mejores posibilidades de supervivencia y bienestar, mientras que los niños de la República Centroafricana, Chad, Somalia, Níger y Malí tienen las peores perspectivas. Sin embargo, al tomar en consideración las emisiones de CO2 por habitante, los autores encontraron que los países con las mejores posibilidades van rezagados: Noruega se clasificó en el puesto 156; la República de Corea, en el 166; y los Países Bajos, en el 160. Cada uno de estos países emite 210% más CO2 por habitante que su meta para 2030. Los Estados Unidos de América, Australia y Arabia Saudí figuran entre los 10 países que más emisiones generan.

“Más de 2.000 millones de personas viven en países donde el desarrollo se ve obstaculizado por las crisis humanitarias, los conflictos y los desastres naturales, que se relacionan cada vez más con el cambio climático”, explica Awa Coll-Seck, Ministra de Senegal y Copresidenta de la Comisión. “A pesar de que algunos de los países más pobres generan las emisiones más bajas de CO2, muchos están expuestos a los peores efectos de un clima que cambia rápidamente. La promoción de mejores condiciones hoy en día para que los niños sobrevivan y prosperen a nivel nacional no tiene por qué ser a costa de erosionar el futuro de los niños a nivel mundial”.

Los únicos países en camino de superar los objetivos sobre emisiones de CO2 per cápita para 2030 y, al mismo tiempo, obtener buenos resultados (dentro de los primeros 70 puestos) en los indicadores de desarrollo y bienestar infantil son Albania, Armenia, Granada, Jordania, Moldavia, Sri Lanka, Túnez, Uruguay y Vietnam.

La obesidad infantil ha aumentado 11 veces

El informe también hace hincapié en el peligro que representan para los niños las prácticas de comercialización nocivas. Existen datos concluyentes de que, en algunos países, los niños ven hasta 30.000 anuncios de televisión en el curso de un año, y de que la exposición de los jóvenes a los anuncios de vapeo (cigarrillo electrónico) aumentó más del 250% en los Estados Unidos en dos años, llegando a más de 24 millones de jóvenes.

El profesor Anthony Costello, uno de los autores de la Comisión, dijo: “La autorregulación de la industria ha fracasado. Entre muchos otros estudios, los que se han realizado en Australia, Canadá, los Estados Unidos, México y Nueva Zelanda han mostrado que la autorregulación no ha impedido que se sigan presentando anuncios dirigidos a los niños. Por ejemplo, a pesar de que la industria se comprometió con la autorregulación en Australia, los niños y los adolescentes estuvieron expuestos a 51 millones de anuncios relacionados con el alcohol durante apenas un año durante la retrasmisión en televisión de partidos de fútbol, cricket y rugby. Y la realidad puede ser mucho peor: tenemos pocas cifras sobre la enorme expansión de la publicidad en las redes sociales y los algoritmos dirigidos a nuestros niños”.

La exposición de los niños a la comercialización de comida basura y bebidas azucaradas se asocia con la compra de alimentos no saludables, el sobrepeso y la obesidad, un ejemplo de cómo la comercialización abusiva está relacionada con el aumento alarmante de la obesidad infantil. El número de niños y adolescentes obesos pasó de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016; es decir, se incrementó 11 veces, con graves costes individuales y sociales.

 

La VI edición de la Feria de los colegios de Madrid bate sus récords de asistencia

A las puertas del periodo de matriculación del próximo curso 20-21, más de 15.000 personas se han acercado a la Feria de los Colegios de Madrid para informarse y contrastar los distintos proyectos educativos de la oferta escolar de la Comunidad.

Más de 130 colegios privados y concertados han podido conocer a las familias de forma personal durante el fin de semana en el estadio Wanda Metropolitano. La oferta pública ha estado representada a través de la Consejería de Educación en un espacio en exclusiva en el que también han podido hablar con los estudiantes de los cursos de Formación Profesional ofertados en la Comunidad.

La Zona FP este año ha recogido todas las titulaciones existentes en Madrid, potenciando especialmente la FP Dual a través de Somos FP Dual, impulsado por Lidl y la fundación Bertelsmann, y su actividad especial de Speed Dating en la que los estudiantes y aprendices de FP Dual han podido hablar con los jóvenes interesados en el tema.

La Zona Internacional ha acogido a 9 agencias que han podido hablar con las familias sobre los distintos programas de estudios en el extrajero de 7 países diferentes de todo el mundo.

En esta VI edición se ha contado el apoyo político de distintos grupos parlamentarios con visitas de diversas autoridades del PP, Ciudadanos y Más Madrid, incluida la del consejero de educación Enrique Ossorio, con los que se ha podido intercambiar impresiones y hablar sobre educación en la Comunidad de Madrid.

 

En el último número de nuestra revista disponéis de un extenso Especial sobre la Feria de los colegios.

Podéis descargar la revista en este enlace.

 

Pese a los avances en la educación, el mundo sigue siendo un lugar violento y discriminatorio para las niñas

25 años después después de la histórica conferencia de Beijing sobre la mujer, la violencia contra las mujeres y las niñas no solo es frecuente, sino que se acepta.

 

Cada vez es mayor el número de niñas que van a la escuela y permanecen en ella, pero los grandes avances logrados en materia de educación no han contribuido a crear un entorno más equitativo y menos violento para las niñas, según han advertido hoy en un nuevo informe UNICEF, Plan International y ONU Mujeres.

El informe, publicado en vísperas del 64º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, señala que el número de niñas que no asisten a la escuela ha disminuido en 79 millones en las últimas dos décadas. De hecho, en los últimos diez años las niñas han tenido más probabilidades que los niños de asistir a la escuela secundaria.

Sin embargo, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo habitual. En 2016, por ejemplo, las mujeres y las niñas constituían el 70% de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo, la mayoría de ellas con fines de explotación sexual. Es sorprendente que una de cada 20 niñas de 15 a 19 años–alrededor de 13 millones– haya sufrido un acto de violación en su vida, una de las formas más violentas de abuso sexual que pueden sufrir las mujeres y las niñas.

“Hace 25 años, los gobiernos del mundo asumieron un compromiso con las mujeres y las niñas, pero solo han cumplido parcialmente su promesa. Aunque la comunidad internacional ha demostrado la voluntad política necesaria para enviar a muchas niñas a la escuela, ha fracasado vergonzosamente a la hora de dotarlas de las aptitudes y el apoyo que necesitan no solo para labrarse su propio futuro, sino para vivir con seguridad y dignidad”, afirma la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore. “El acceso a la educación no es suficiente, debemos también cambiar los comportamientos y las actitudes hacia las niñas. La verdadera igualdad solo llegará cuando todas las niñas estén a salvo de la violencia, sean libres de ejercer sus derechos y puedan disfrutar de las mismas oportunidades en la vida”.

El informe

El informe, A New Era for Girls: Taking stock on 25 years of progress (Una nueva era para las niñas: balance de 25 años de progreso), se ha publicado como parte de la campaña Generación Igualdad, así como para conmemorar el 25o aniversario de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, un plan histórico para promover los derechos de las mujeres y las niñas.

“Es esencial que recordemos a los gobiernos su obligación de rendir cuentas de su compromiso con la histórica Declaración de Beijing, y este informe presenta la situación de las mujeres del mundo 25 años después”, declara la directora general de Plan International, Anne-Birgitte Albrectsen. “Las niñas adolescentes, en particular, sufren una mayor discriminación debido a su edad y género. También siguen estando marginadas en sus comunidades y en los espacios donde se toman las decisiones, y son en gran medida invisibles en las políticas gubernamentales. El empoderamiento de las adolescentes produce un triple beneficio social: para las niñas de hoy, para las adultas en las que se convertirán y para la próxima generación de niños. Si no lo comprendemos y no ponemos fin a la discriminación a la que se siguen enfrentando las niñas en todo el mundo, tendremos pocas posibilidades de alcanzar las ambiciones de igualdad de género establecidas en la Agenda 2030”.

“Desde la Conferencia de Beijing en 1995, cuando surgió un enfoque específico sobre los temas relacionados con las niñas, hemos escuchado cada vez más a las niñas hacer valer sus derechos y pedirnos cuentas. Sin embargo, el mundo no ha cumplido con sus expectativas en cuanto a una administración responsable del planeta, la erradicación de la violencia y sus esperanzas de independencia económica”, asegura la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka. “Mientras las mujeres y las niñas tengan que emplear el triple de tiempo y energía que los hombres en las tareas domésticas, la igualdad de oportunidades para que las niñas completen su educación y encuentren buenos trabajos en un entorno seguro seguirá estando fuera de su alcance. Por el bien de todos eso tiene que cambiar, y garantizar que las habilidades que se enseñan a las niñas sean las adecuadas para los nuevos trabajos tecnológicos y digitales del futuro, y que acabe que la violencia contra ellas”.

Violencia en todos los entornos

Las niñas de hoy en día corren un riesgo alarmante de sufrir violencia en todos los entornos –tanto online como en el aula, el hogar y la comunidad–, lo que conlleva consecuencias físicas, psicológicas y sociales. El informe señala que las prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina siguen alterando y dañando las vidas y el potencial de millones de niñas en todo el mundo. Cada año, 12 millones de niñas se casan cuando son niñas y 4 millones corren el riesgo de ser sometidas a mutilación genital femenina. A nivel mundial, las niñas de 15 a 19 años de edad tienen las mismas probabilidades que los niños de la misma edad de justificar el maltrato de un hombre a su esposa.

En el informe también se señalan tendencias negativas para las niñas en materia de nutrición y salud, muchas de las cuales eran inimaginables hace 25 años. Por ejemplo, la globalización, el cambio de la alimentación tradicional por alimentos procesados y poco saludables y la rápida expansión de técnicas de comercialización agresivas dirigidas a los niños, han dado lugar a un mayor consumo de alimentos poco saludables y de bebidas azucaradas. Esto ha contribuido a un aumento del sobrepeso y la obesidad en la infancia y la adolescencia. Entre 1995 y 2016, la prevalencia del sobrepeso en las niñas de 5 a 19 años de edad casi se ha duplicado, pasando del 9% al 17%, y esto ha dado lugar a que el número de niñas con sobrepeso sea casi el doble en la actualidad (155 millones) que en 1995 (75 millones).

Al mismo tiempo, en los últimos 25 años se ha observado una creciente preocupación por los trastornos psicológicos, causados a menudo por el uso excesivo de las tecnologías digitales. En el informe se señala que el suicidio es actualmente la segunda causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años, superada únicamente por las patologías maternas. Las niñas también siguen corriendo un alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, ya que 970.000 adolescentes de 10 a 19 años de edad viven actualmente con el VIH, en comparación con las 740.000 que había en 1995. Las adolescentes de 10 a 19 años siguen representando alrededor de 3 de cada 4 nuevas infecciones entre los adolescentes de todo el mundo.

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En el informe se pide que se adopten las siguientes medidas:

  • Celebrar y ampliar las oportunidades para que las niñas de todos los orígenes geográficos y éticos, y niveles de ingresos y de condición social, se muestren audaces y ambiciosas para convertirse en agentes en favor del cambio y en creadoras de soluciones, aportando sus voces, opiniones e ideas en diálogos, plataformas y procesos que se relacionen con sus cuerpos, sus comunidades, su educación y su futuro.
  • Aumentar las inversiones en políticas y programas para ampliar los modelos prometedores que aceleran el progreso para las adolescentes y con ellas, en consonancia con la realidad del mundo actual, incluido el fomento de sus aptitudes para la cuarta revolución industrial y un movimiento generacional para poner fin a la violencia de género, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
  • Aumentar las inversiones en la producción, el análisis y la utilización de datos e investigaciones de alta calidad desglosados por edad y sexo en esferas en que los conocimientos son limitados, como la violencia de género, la adquisición de aptitudes para el siglo XXI, la nutrición de los adolescentes y la salud mental.

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73,5 % de los alumnos de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en el último año

La segunda sustancia psicoactiva más consumida entre los alumnos de 14 a 18 años es el tabaco (el 35 % ha fumado en el último año), mientras que el cannabis es la tercera. El 21,1 % de los estudiantes de secundaria de la capital presenta un posible uso compulsivo de internet y el 9,7 % ha jugado online con dinero en el último año.

 

 

El Ayuntamiento de Madrid y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) presentaron a finales de febrero los resultados de la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias 2018-2019 (ESTUDES) relativos a la ciudad de Madrid, una ampliación de esta encuesta que lleva a cabo el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) que, por primera vez, ha analizado la situación concreta en la capital mediante entrevistas a más de 3.000 alumnos con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años.

La delegada de Seguridad y Emergencias y portavoz municipal, Inmaculada Sanz; el gerente de Madrid Salud, Antonio Prieto; y la directora general de la FAD, Beatriz Martín, presentaron los resultados en una jornada sobre el riesgo de las adicciones en adolescentes y jóvenes organizada por Madrid Salud y la FAD. Durante la misma, Sanz destacó que para afrontar estas situaciones, “el Ayuntamiento, a través de Madrid Salud, ofrece a los ciudadanos programas dirigidos a la prevención y atención de las adicciones en adolescentes y jóvenes y a la lucha contra el consumo de drogas”. En esa línea, dijo que en 2019 los servicios municipales de Madrid Salud atendieron a más de 17.000 jóvenes y adolescentes y a cerca de 2.000 familias. 

Alcohol, tabaco y cannabis, las sustancias más consumidas

Entre los resultados más relevantes del estudio destaca que el alcohol es la sustancia psicoactiva más extendida entre este grupo de población juvenil. Así, en la ciudad, el 73,5 % del alumnado de entre 14 y 18 años lo ha consumido en el último año y algo más del 55 % admite haber tomado alcohol en los últimos 30 días.

La segunda sustancia con mayor prevalencia entre los estudiantes de este tramo de edad es el tabaco: alrededor del 35 % ha fumado en el último año y en torno a una cuarta parte de los estudiantes de Madrid lo ha hecho en el último mes (26,4 %).

El cannabis constituye la tercera droga más extendida y la sustancia ilegal con mayor prevalencia. Un 19 % de los jóvenes encuestados lo consumieron en los últimos 30 días. Los hipnosedantes (tranquilizantes y somníferos) son la cuarta sustancia con prevalencia de consumo más elevada de entre estas sustancias psicoactivas analizadas (18,4 % las han tomado en alguna ocasión). Las prevalencias son residuales en el resto de sustancias analizadas (opioides, cocaína, alucinógenos, anfetaminas, éxtasis, GHB, heroína), todas ellas por debajo del 3 %.

Uso de internet y videojuegos

Por otra parte, en la ciudad de Madrid, el 21,1 % de los alumnos de entre 14 y 18 años presenta un posible uso compulsivo de internet, según la escala CIUS (Estudio sobre Adicciones Comportamentales).

En cuanto a los videojuegos, más del 82 % del alumnado de esas edades ha jugado en el último año y, en concreto en los de temática deportiva, casi la mitad de los alumnos (49,8 %). El estudio también revela que el 9,7 % de los estudiantes de la ciudad ha jugado con dinero online, una prevalencia que se incrementa cuando se analiza el juego con apuesta de dinero de forma presencial (22,6 %).

 

Cinco razones por las que dejar que los hijos se equivoquen

La intolerancia a la frustración y la dependencia emocional son posibles consecuencias de la sobreprotección.

 

A nadie le gusta ver sufrir a un niño. Sin embargo, muchas veces las buenas intenciones de las familias pueden terminar alimentando conductas inadecuadas. «No por intentar tapar o negar emociones como la confusión, la tristeza o la ira estas desaparecen. De hecho, cumplen su función, ya que hablan del deseo del niño. Cuando los niños se sienten respetados, escuchados y queridos (incluso en medio de la confusión, la tristeza y la ira) son finalmente capaces de encontrar modos de elaborar e integrar aspectos difíciles o complejos de manera sana y significativa», señala Marta Reinoso Bernuz, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Su opinión coincide con la conclusión de un estudio acerca de cómo influyen los padres sobreprotectores en el desarrollo del niño. La investigación, publicada en Developmental Psychology, analizó la evolución de más de 400 niños y niñas en las interacciones con sus padres durante 8 años. Una de las observaciones de los investigadores fue que, cuando los padres sobreprotegían a los niños sin darles la opción de que resolvieran sus propias dificultades, los hijos tenían problemas para manejar sus emociones, algo que tiene consecuencias como la intolerancia a la frustración, entre otras.

«Es necesario dejar que los niños se equivoquen y que vivan el error como algo natural», afirma Amalia Gordóvil Merino, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. «Aprendemos a caminar cayendo una y otra vez, por lo que deberíamos preguntarnos por qué nos empeñamos en eliminar el error de nuestras vidas. Al hacerlo, estamos enviando sin querer mensajes como «tú no eres capaz de hacerlo», lo que contribuye a una baja autoestima y mayor dependencia de los padres. Por el contrario, las equivocaciones nos permiten aprender y reconducir situaciones», añade.

Cinco beneficios de dejar que los niños se equivoquen

Si los padres no regresan al colegio a por el cuaderno de deberes que el niño ha olvidado en clase, o dejan que termine sin ayuda un collage imperfecto aunque el resultado se aleje de lo planteado, estarán ayudándolo a crecer y desarrollarse. Según los especialistas, actuar de ese modo trae consigo estos cinco beneficios:

1. Evitar que se sientan incapaces. Si intervenimos cuando vemos que se acerca la equivocación, el mensaje indirecto que puede llegar al niño es que no confiamos en que sea capaz de hacer las cosas por sí solo. Fue la conclusión de una investigación en la que se compararon dos estilos de crianza: el controlador y el que fomenta la autonomía del pequeño. Los investigadores observaron que, cuando sus madres no estaban presentes, los niños con progenitoras que fomentaban la autonomía intentaban hacer la tarea que se les había encomendado, incluso aunque les costara y acabaran frustrándose. Sin embargo, los niños con madres controladoras tenían dificultades para afrontar la tarea y enseguida se daban por vencidos.

2. Aprender a tolerar la frustración. Como explica Amalia Gordóvil Merino, doctora en Psicología y psicóloga familiar en el centro GRAT, cuando no permitimos que los hijos cometan sus propios errores lo único que conseguimos es retrasar el momento en que salgan al mundo por sí mismos, «y entonces la frustración será mayor porque su capacidad para gestionarla no se habrá entrenado. El peligro es que serán poco autónomos. Y si no toleran esta crisis pueden deprimirse o desarrollar algún tipo de fobia social, relaciones de dependencia o ansiedad en la vida adulta», advierte.

3. Inculcar una visión positiva del intento. Para fomentar la autonomía, hay algo previo indispensable, y es el disponer de una base de seguridad y confianza. «En la medida en que la persona sienta que puede, realizará por sí sola acciones dirigidas a alcanzar aquello que desea o necesita. Es un proceso de aprendizaje y entrenamiento», explica Marta Reinoso Bernuz, doctora en Psicología y directora del máster universitario de Psicología Infantil y Juvenil: Técnicas y Estrategias de Intervención de la UOC. «En este proceso habrá «errores» que son aproximaciones parciales al resultado deseado. Por ejemplo, quizás un niño sepa ya coger bien la cuchara —»éxito»—, pero tuerce el brazo y derrama el contenido al llevárselo a la boca  —»fracaso». En este sentido, es útil emplear la metáfora de una escalera y ver que llegamos arriba a partir de peldaños intermedios. En la medida que las figuras de referencia para el niño —principalmente la familia y también más adelante la escuela— tengan esta visión positiva y de capacidad, podrá ir subiendo estos peldaños. Desde esta perspectiva la mirada está puesta en la potencialidad (los peldaños ya subidos) y no en el déficit (los peldaños que quedan). En pequeñas o grandes dosis, las equivocaciones forman parte del día a día. Y quizás pueda ser útil cambiar el término «fracaso», que denota algo negativo y sin posibilidad de cambio, por un «poco a poco» o «vamos avanzando», que abre la posibilidad de transformación y mejora, de evolución», explica.

4. Prevenir la dependencia emocional. Según afirman los expertos, con cada uno de nuestros actos transmitimos a los hijos mensajes que no verbalizamos, «y siempre es bueno reflexionar sobre ello», recuerda Gordóvil Merino. «Cuando sobreprotegemos a un hijo para que no se frustre ante los fallos que cometa estamos situando la frustración en un lugar inaceptable que debe de evitarse a toda costa. Y así se favorece la dependencia emocional de los padres y la ansiedad», señala la profesora de la UOC.

5. Desarrollar la flexibilidad ante imprevistos. Otra razón para dejar que los hijos se equivoquen sin que los adultos intervengan es que de esta manera se ayuda a entrenar la flexibilidad ante imprevistos con los que no se contaba, algo fundamental para la vida adulta. De ahí que los especialistas recomienden fomentar la autonomía de los hijos con distintas fórmulas. «Podemos pedirles cosas propias de su edad, por ejemplo que hagan tareas en casa o recados fuera de ella cuando son algo más mayores. También es aconsejable no hablar por ellos cuando el médico, un profesor o un amigo de los padres les hacen preguntas. Además, es buena idea animarlos y reforzar positivamente los pequeños actos de autonomía que poco a poco van logrando, como poner la ropa sucia en la lavadora o ir a tirar la basura. Pero sobre todo debemos tener presente que la frustración nos hace crecer y ser más fuertes. Por eso hay que dar a nuestros hijos la oportunidad de experimentarla», argumenta Amalia Gordóvil Merino.