Cuentos de premio

Un chocolate muy especial, de Eva María Riber de España y El viejo Árbol de Denisse Iztel de México han sido los ganadores del Concurso Internacional de Cuentos Cortos para la Educación en Valores convocado por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE). El Jurado ha valorado especialmente la contribución de estas obras a la labor educativa de los maestros de educación infantil y de los padres. La gran mayoría de los cuentos recibidos se adentran en un mundo de fantasía para los niños que estimula su imaginación y creatividad, a la vez que les hace reflexionar sobre la necesidad de compartir, del trabajo conjunto, del amor a la naturaleza y a la diversidad.

Más info: www.waece.org/catedra/webcuentos/cuentos2010.htm

¿Es tan difícil contar un cuento?

Un grupo de payasos llega al teatro con la intención de deleitar al público contándoles una historia. Pero ya desde el principio comienzan a meter la pata… La Midolla presenta en el teatro Lagrada de Madrid ¿Es tan difícil contar un cuento? para niños a partir de 2 años. Con esta obra quiere transmitir valores que favorecen la convivencia realizando un viaje a la infancia para rescatar todo aquello que con el paso de los años hemos ido olvidando y que tanta falta nos hace recordar de nuevo para recuperar la ilusión y la alegría de vivir.

 

Más información: lagrada@teatrolagrada.com

VI Rompiendo el Cascarón

En esta VI edición de Rompiendo el Cascarón podremos disfrutar de seis compañías europeas y una brasileña. Propuestas diferentes pero con objetivos comunes: Estimular todos los sentidos del bebé, para complementar su percepción de la vida, a través de juegos con objetos, sonidos, texturas, formas, luces y sombras.

Los padres que participen, también podrán descubrir y entender mejor las reacciones de sus bebés, a través de la propia experiencia vivida a su lado.

 

Más información: http://teatrofernangomez.esmadrid.com

XI Salón del Libro Infantil y Juvenil

Dentro de la ampliación de la programación del XI Salón del Libro Infantil y Juvenil la compañía de títeres Cachirulo traerá «Del, Re, Mi, Mozart juega aquí» a las «Tardes en la Sala» que se celebran en la Sala de Exposiciones del Pazo de la Cultura. Inspirándose en la vida del compositor musical, Cachirulo títeres trae un espectáculo de marionetas de hilo talladas en madera, que desarrollan la acción en un retablo barroco. La invitación del emperador para que Mozart interprete su música provoca la envidia del maestro de cámara, que tentará impedir el concierto sin llegar a conseguirlo.

 

Más información: www.pazodacultura.org

Dermatitis: La amenaza a nuestra frontera con el mundo

Las enfermedades en la piel son muy comunes en la etapa infantil y pueden marcar para siempre la vida adulta. El papel de los padres es fundamental para prevenir y mantener los picores y malestar a raya.

La piel tiene memoria. Y, como los recuerdos del niño, se forja en los primeros años de vida. Esos momentos son esenciales para definir cómo será el estado del órgano más extenso de su cuerpo.

“Tengo 50 años y acarreo una dermatitis atópica desde que era pequeña”, comenta Gabina O´Farrill, especialista en medicina de familia y puericultora. Uno de sus tres hijos sufre ahora la misma enfermedad, también conocida como eczema atópico. “Creo que hoy en día hay más información y la gente es más consciente de la importancia de una buena hidratación para prevenirla”, añade.

Sin embargo, la dermatitis atópica sigue siendo una de las enfermedades más comunes en la etapa infantil. ¿Por qué? “En el mundo en que vivimos, muchas veces las prisas juegan en nuestra contra. Los padres no tienen tiempo para hidratar todo el cuerpo del niño diariamente asi que le cuidan solo la carita, que es lo que se ve”, comenta O´Farrill.

Otras veces el precio de las cremas para pieles sensibles o los regalos de packs cosméticos con una bonita presentación pero mala calidad hacen que se agrave la situación. No obstante, tras notar síntomas como picores o ligero enrojecimiento, lo mejor es acudir a la farmacia para comenzar a aplicar el producto adecuado y evitar un empeoramiento. “Las marcas blancas están bien para pieles normales pero si nuestro hijo muestra algún enrojecimiento o picor, se debe pasar inmediatamente a productos especializados”, dice O´Farrill.

Otros especialistas coinciden en la importancia del cuidado cutáneo. Es el caso del profesor Antonio Rondón, coordinador del Comité de Bioética del Instituto de Biomedicina de la Universidad Central de Venezuela, que insiste en la piel como “el  órgano mas extenso que tenemos y nuestra frontera con el medio ambiente, lo que hace que esté sometida constantemente a injurias por agentes externos”.

Por ello, una de las principales armas de prevención es la higiene. De hecho, es especialmente necesaria en la dermatitis atópica, relacionada con enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis o la rinitis alérgica y que afecta a cerca del 4% de los menores de tres años. Retirar alfombras, moquetas o posibles acumulaciones de polvo puede ayudar a reducir los problemas de piel en un niño con esta afección, que puede venir de la mano de algún problema respiratorio.

Paula Vérez, puericultora y médico de familia, remarca también la importancia del baño: “No sólo hay que lavar al niño cuando esté sucio sino todos los días. Refrescar la piel es fundamental para su salud”. Algunos expertos incluso opinan que no es necesario usar jabón todos los días pero sí mojarlo, especialmente en los pliegues –una zona de riesgo para acumular suciedad-.

¿Cómo afecta al niño? El malestar suele provocar alteraciones en sus estados de ánimo y problemas en el sueño. En principio, no se trata de una situación grave pero conviene prevenir con un cuidado adecuado para evitar que desemboque en problemas mayores.

 

Otros casos comunes

La dermatitis del pañal es una irritación que provoca una inflamación en la zona de contacto. Se trata de un caso leve pero muy común que se puede solucionar aplicando pastas al agua (o pastas calmantes) de venta en farmacia. Si tras un tiempo no mejora, podría haber una infección por hongos y convendría acudir directamente al pediatra.

En los padres primerizos o especialmente preocupados, suelen darse casos de sudamina. Abrigar excesivamente al bebé puede hacer que, debido al sudor, aparezcan unas pequeñas vesículas de tono claro en la cara, cuello y tronco. Suelen alarmar bastante pero no tienen mayor tratamiento que evitar el sudor con un ambiente fresco y seco.

Curiosamente, el acné neonatal es también un caso que se presenta en algunos pequeños. No es tan común como los anteriores pero suele sorprender a los adultos, que miran con extrañeza las glándulas inflamadas en la cara del pequeño. La aparición de estas espinillas se debe a las hormonas maternas que el niño todavía conserva en el torrente sanguíneo pero no tiene mayor gravedad que en un adulto.

En cuanto a afecciones seborreicas –generadoras de un exceso de grasa-, la costra láctea es la más común ya que aparece en al 10% de los lactantes. Generalmente provoca más alerta entre los padres porque se manifiesta con pequeñas escamas o costras en el cuero cabelludo. No obstante, el uso de lociones o champús sin muchas sustancias tóxicas puede reducir la situación sin necesidad de acudir al pediatra.

 

La hora crítica: el baño en 6 pasos

–       El ambiente se debe mantener entre 24 y 26 grados y el agua tibia.

–       Nunca suspender el baño, ni siquiera ante la aparición de fiebre. No es necesario usar jabón diariamente pero sí refrescar la piel.

–       No usar talco. Estos polvos obstruyen las glándulas sudoríparas. En cambio, se puede hidratar con cremas o con jabón PH neutro.

–       Intentar no abusar de perfumes o cremas agresivas pues el mismo uso constante puede ser el causante de una alergia. Evitar los productos grasientos.

–       No frotar en exceso pero tampoco dejar zonas húmedas.

–       Cuidar con especial atención la cara, cuello y parte posterior de las extremidades así como los pliegues de la piel.

 

Apoyo a los padres

La Asociación de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA) pretende apoyar a los afectados de esta dolencia que, a pesar de no ser grave, provoca trastornos en la vida de los pacientes como problemas en el sueño o alteraciones psicológicas. Esta organización ofrece un diálogo abierto entre los padres de niños afectados. Además, una de sus principales apuestas es la concienciación de la prevención para evitar desarrollar problemas posteriores.

Más info.: www.adeaweb.org

La madre del siglo XXI

El número ideal de hijos sigue siendo la “parejita”. Tres de cada diez mujeres deciden tener menos hijos de los que les gustaría debido, sobre todo, a la escasez de tiempo y de medios económicos. Además una de cada tres mujeres cuida al bebé sin ninguna ayuda de su pareja.

Las mujeres españolas siguen queriendo en su mayoría ser madres. De hecho, ya lo son más de la mitad –un 45%– entre los 18 y los 45 años y hasta un 87% tiene intención de tener hijos en el futuro. Sin embargo, un 13% declara que ni tiene ni piensa. Son datos que arroja el primer Informe sobre la Infancia y la Maternidad en España, realizado por Chicco.

En cuanto a los motivos para tener hijos, las mujeres aluden a la importancia que tiene el hecho de tenerlos para su realización como mujer  (7 de cada 10), la relevancia social que se le da al hecho de tenerlos (4 de cada 10), y el efecto positivo que ejerce sobre la relación de pareja (4 de cada 10). Pero la razón citada con mayor frecuencia por las mujeres –incluidas las que no son madres– es la idea de que para los niños es importante tener hermanos.

El número ideal de hijos sigue siendo la “parejita”. Así el 73,5% aspira a tener 2 hijos de media, un 13,5% más de 2 y un 13% ninguno. Si bien estos son los deseos, la realidad es que las madres reducen el número final de hijos que tienen por la falta de recursos económicos para educarles y de tiempo para atenderles adecuadamente, así como la difícil conciliación entre la vida laboral y la familiar y la perspectiva del cambio drástico de vida que conlleva la llegada de un hijo.

 

Madres de 40

Actualmente se accede tarde a la maternidad, situándose la edad media por encima de los 30 años. Como consecuencia, hoy casi la mitad –el 45%– de las mujeres que son madres entre 39 y 45 años, tiene hijos menores de 10 años, y un 20% de ellas, hijos menores 5.

Esto además de confirmar que  las mujeres españolas tardan en convertirse en madres, también sugiere que las segundas uniones, cada vez más frecuentes, pueden asimismo estar propiciando la existencia de hijos pequeños a edades tradicionalmente consideradas como avanzadas.

 

 

 

 

Salud, Dinero y Amor

 

 

 

Las mujeres son conscientes de la importancia que tiene traer un hijo al mundo, de la responsabilidad que genera y de las dificultades que conlleva. Por eso suele ser una decisión largamente meditada y muy planificada. En consecuencia, un 84% de las madres elige el momento en que su estado de salud y su relación de pareja son satisfactorios.

Otro pilar fundamental es la situación económica. La mayoría de las mujeres que tienen un hijo está en situación de asumir los gastos durante los dos años siguientes al nacimiento de ese hijo (83%) y los de su educación futura (79%).

 

 

 

 

Un antes y un después

 

 

 

La llegada de un bebé provoca una auténtica revolución en la vida de la mujer. Las madres aseguran que no sólo cambia aspectos muy concretos de su vida cotidiana tales como horarios, hábitos de sueño y actividades de ocio, sino también sus relaciones personales y hasta sus valores y su visión de la vida.

Según se desprende del Informe, el 77% de las madres se dedica al bebé en exclusiva, por lo que no es de extrañar que el 92% de ellas  afirme haber adaptado sus horarios a los de su hijo. Como consecuencia, el 86% relega talmente el ocio a un segundo plano por falta de tiempo libre y por el cambio en sus horas de sueño. Entre las actividades de ocio a las que las madres renuncian están, en primer término, salir por las noches a cenar o a bailar; asistir a espectáculos, practicar sus aficiones favoritas, relacionarse con sus amigas y viajar los fines de semana. Estar con la familia y ver la televisión son las actividades de ocio que practican con mayor asiduidad dado que no requieren salir de casa.

 

 

 

 

Los mayores miedos

 

 

 

Otro de los efectos que se deja sentir tras las llegada de un hijo es la aparición de temores que antes no existían. El mayor y más generalizado es el miedo a que no esté perfectamente sano, siendo mencionado por el 82% de las madres. También aparece el miedo a morir demasiado pronto y no poder cuidar del hijo (53% de las madres), dudas acerca de su capacidad para saber cuidarle (30%) y temor a no poder ser buena madre y tener capacidad de amarle (25%).

 

 

 

 

Sin ninguna ayuda

 

 

 

El cuidado del bebé sigue siendo una tarea esencialmente femenina. En casi la mitad de los hogares es ella quien realiza, sola o casi sola, todas las tareas relacionadas con su crianza, con un 33% de las madres que juega este papel en exclusiva y un 16% que lo hace de manera mayoritaria.

Entre las tareas que las madres asumen de manera mayoritaria se cuentan aquellas que requieren más paciencia o mayor disponibilidad de tiempo: llevarle al pediatra (84%), vestirle (60%), levantarse para la noche para atenderle (59%), dormirle (56%), bañarle (52%) y darle el biberón o la papilla (51%).

Mucho más alentador resulta el dato de ese 44% de madres que afirma, por el contrario, que el padre juega un papel de igualdad en el cuidado del bebé. Las tareas que comparten el padre y la madre a partes iguales tienen, por lo general, un carácter más lúdico: jugar (61% de las parejas), hacerle mimos (56%), cogerle en brazos (54%), cambiar pañales (53%), llevarle de paseo (52%) y atenderle cuando llora (52%). En cuanto a las tareas que el padre realiza de manera exclusiva o mayoritaria, son meramente testimoniales: jugar (9%), bañarle (8%) y llevarle a la guardería (7%).

 

 

 

 

La conciliación, más cerca

 

 

 

Un 50% de las mujeres que trabaja fuera de casa opina que la dirección de su centro de trabajo está orientada a favorecer la conciliación entre la vida laboral y la maternidad. Entre las medidas más habituales que se adoptan para lograr este propósito se citan la flexibilidad en los horarios (52%), en los permisos y en las excedencias (52%), beneficios sociales para las madres con hijos pequeños (24%) y, en menor proporción, flexibilidad para poder trabajar a distancia (11%).

Sin embargo, aún queda un 38% de mujeres trabajadoras que opina que la dirección de su centro de trabajo no está orientada a favorecer esta conciliación, y un 22% de madres que afirma haber tenido dificultades para compaginar el trabajo con el cuidado del bebé.

Aunque ya son más las madres satisfechas en este sentido que las que se pronuncian en sentido contrario, no hay que dejar de considerar que casi 4 de cada 10 mujeres todavía tiene quejas al respecto, y que el número de hijos que ellas decidan tener en el futuro estará determinado, en gran medida, por la evolución de este aspecto.

¡A comer!

Medir, esterilizar, calentar, triturar, mezclar… ¿Cómo lo hacían nuestros antepasados para darles de comer a los bebés sin biberones, potitos y demás preparados infantiles de laboratorio? Pues sólo con leche materna. Y luego como a uno más de la familia. Así de simple.

La lactancia materna y el minimalismo alimenticio vuelve con fuerza después de décadas de práctico desuso. La Asociación Española de Pediatría (AEP), la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan la lactancia materna hasta los 2 años o incluso más; dar el pecho exclusivamente hasta los 6 meses de edad, e introducir otros alimentos complementarios a partir de esa edad a la vez que se continúa con lactancia materna.

Muchas son las ventajas que se le atribuyen a la lactancia materna:
• Favorece la maduración del sistema nervioso.
• Es más fácil de digerir que la leche de fórmula, no produce tanto estreñimiento, ni molestias gastrointestinales, cólicos o diarreas.
• Aporta todos los nutrientes necesarios para su crecimiento, así como anticuerpos para protegerles de las enfermedades.
• Además, la lactancia materna favorece el contacto físico y la creación del vínculo de apego entre madre e hijo, fundamentales para su desarrollo físico y psicológico.

Y el asunto no se queda ahí: un nuevo estudio estadounidense, realizado por expertos del Brigham Women’s Hospital y de la Facultad de Medicina de Harvard, señala que las mujeres que amamantan a sus hijos tienen menos riesgo de enfermedad coronaria.

La leche materna, además, es estéril, antiséptica, está siempre lista para el bebé en cualquier lugar y momento, a la temperatura correcta, incluso a mitad de la noche y además es gratis. Es cómoda, pues la leche siempre estará a punto: temperatura adecuada y composición perfecta, y no habrá que comprar ni esterilizar tetinas ni biberones, ni estar pendientes de que no falten los polvos o el agua hervida o embotellada, y no será ningún problema cuando falten la luz o el gas.

En los tiempos de nuestras bisabuelas, las mujeres aprendían el arte de amamantar de sus propias madres, hermanas, vecinas y amigas. Sin embargo, hoy en día es muy probable que ninguna mujer de la familia o amiga cercana hayan lactado. Es aquí donde los grupos de apoyo a la lactancia, como la Liga de la Leche (www.laligadelaleche.es), pueden ayudar a las madres inexpertas. En ellos se tiene la oportunidad de aprender de otras madres lactantes con más experiencia, cuáles son las posturas correctas y aclarar dudas y preguntas. Las mujeres que asisten a los grupos de apoyo, por lo general, logran una lactancia más fácil, exitosa y lactan durante más tiempo.

A los 6 meses

Incorporarse al trabajo tras la baja maternal y continuar dando el pecho al niño es posible. Por un lado, siempre que sea posible, se trataría de ajustar los horarios de trabajo para poder estar más tiempo con el bebé. El pediatra Carlos González dice que para estos casos “la opción más utilizada es extraerse la leche y almacenarla en la nevera para cuando no se está en casa”. Según la AAP, no tiene sentido introducir otros alimentos antes de tiempo para que el niño se “acostumbre” antes de que su madre empiece a trabajar. La introducción de alimentos antes de los 6 meses puede ser causa de alergias e intolerancias.

Si el bebé ya tiene más de 6 meses, se puede aprovechar el tiempo que no está la madre en casa para ofrecerle papillas y purés, y cuando ésta regresa se le da el pecho. Sin embargo, no siempre es posible y se debe recurrir a la lactancia artificial. Aún así, la transición a los sólidos no tiene por qué verse afectada por esta sustitución.

Una alimentación sólida

A partir de los 6 meses, si el bebé toma otros alimentos, la leche materna (o artificial) debe ser al menos el 50% de la energía que recibe. Los alimentos nuevos deben introducirse poco a poco, de uno en uno, cada tres o cuatro días, para observar si aparecen reacciones alérgicas a algo. Además, de esta forma facilitamos que el niño se acostumbre a los sabores nuevos.

Durante el primer año de vida, es preferible ofrecer primero el pecho y luego los alimentos que complementan la leche materna (por eso se le llama “complementarios”).

No hay ninguna razón para introducir primero la fruta y luego la verdura o hacerlo al revés. Hay que basarse en las costumbres locales y familiares, así como en los productos de la tierra. Según Carlos González, el principal objetivo es que se acostumbren a tomar lo que se come en casa. “Si ahora puede con una cucharada de arroz con tomate, cuando sea mayor tomará más cantidad. Si sólo se toma un biberón con cereales no habrá avanzado nada, porque no deberá alimentarse a base de cereales de farmacia cuando crezca”, dice el doctor González.

Medidas especiales

Aunque si bien no es importante el alimento que se ofrece primero, sí es aconsejable ofrecer cuanto antes alimentos que contengan hierro, es decir, carnes primero y pescados hacia los 9 ó10 meses.

El organismo del bebé no está preparado para digerir todos los tipos de alimentos, por eso el gluten (presente en cereales con trigo, cebada, centeno o avena) se debe evitar antes de los 7-8 meses. Lo más adecuado es introducirlo en pequeñas cantidades, al mismo tiempo que se continúa dando el pecho. Antes de los 12 meses tampoco se recomienda dar alimentos alergénicos (leche de vaca, soja, clara de huevo).

Los alimentos pueden ofrecerse triturados al principio y troceados o chafados a partir de los 8 meses. Los frutos secos, no molidos, no se deben dar antes de los 6-7 años, ya que existe riesgo de atragantamiento que puede ser grave.

Es importante evitar al principio alimentos que pueden contener muchos nitratos (remolacha, espinacas, zanahoria), la col, nabos y espárragos. No se debería añadir azúcar ni sal a los alimentos del bebé durante el primer año. Después es conveniente utilizar pequeñas cantidades de sal yodada.

Los cereales pueden prepararse con leche materna, agua o caldo, o añadirlos a las papillas. No es necesario darlos con una leche artificial. Tanto el arroz como el maíz son seguros, ya que no contienen gluten.

Mientras el bebé hace unas 4 tomas de pecho, no necesita otros alimentos lácteos como yogur, queso u otras leches en papillas o purés. Para darle un toque sabroso y mediterráneo, se le puede añadir al puré de verduras un poco de aceite de oliva .

Recuerda que hay que respetar el apetito del niño y dejar que el pequeñín “experimente” comiendo primero con sus dedos y luego con la cuchara. Y otro punto muy importante para Carlos González: “Nunca fuerces al pequeño a comer”.


Puede empezar a comer…

La introducción de otros alimentos no se hace tanto en función de la edad como del grado de maduración y de desarrollo psicomotriz del bebé.

Según la OMS, la criatura está lista para empezar a tomar otros alimentos cuando:
• Es capaz de sentarse sin ayuda (seria muy difícil dar de comer a un niño que se cae para los lados).
• Pierde el reflejo de extrusión, que hace que los niños expulsen con la lengua cualquier cosa sólida que entra en sus bocas como la cuchara.
• Muestra interés por la comida de los adultos. Es una buena idea que el niño coma en la mesa con todos, la comida también es un acto social y el niño puede ver y aprender.
• Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos. Al ver acercarse una cuchara, el niño que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza hacia delante. El que está saciado, la cierra y mueve la cabeza a un lado.

Desarrollo armónico y calidad en el aprendizaje

En las diferentes reuniones que tenemos los equipos educativos de la zona norte 5 y 10 de Casas de Niños y la Escuela Infantil de Fuente el Saz, valoramos la posibilidad de enfocar nuestra formación para favorecer el desarrollo armónico y la calidad del aprendizaje en los niños de Educación Infantil, sobre todo en el nivel de 0 a 3 años a través de sus educadoras.

Para ello, en colaboración con el Centro Territorial de Innovación y Formación (CTIF) Madrid Norte, hemos realizado un curso dirigido a:

• Crear un ambiente afectivo para favorecer la confianza y expresividad.

• A tomar conciencia corporal para favorecer el desarrollo motor.

• A desarrollar la capacidad de empatía para favorecer la socialización.

 

En cifras

Se ha trabajado con una gran ponente, Sylvie Bignon (experta profesora de yoga, terapeuta y relaxóloga), que nos ha enseñado la gran importancia del estado físico, psicológico y espiritual del ser humano y de qué manera todos nosotros, como profesores, para llevar a cabo una buena educación, debemos tener un buen nivel de autoconocimiento y un bienestar adecuado para trabajar con los niños.

Todo lo que hemos ido vivenciando en nosotras mismas, lo hemos puesto en práctica en el aula y os podemos asegurar que hemos tenido unos resultados sorprendentes. Los niños han sido muy receptivos y se entusiasmaban con todo lo que les proponíamos.

 

La energía

Hemos conocido los diferentes tipos de respiraciones y cómo alimentarnos con la energía que nos ofrecen, la enorme importancia de la concentración y del ambiente apropiado y necesario para facilitar un buen aprendizaje.

Otras cosas que también hemos descubierto son el valor que debe tener el orden en el aula y lo fundamental de crear un clima distendido y relajante.

A lo largo de las diferentes rutinas de cada día, ofrecemos un momento a los/as niños/as para que puedan descansar y así consigan bajar su ritmo y encuentren un momento de paz y tranquilidad que les permita sentirse bien con ellos mismos.

 

Actividades

En la Casa de Niños de Valdeolmos hemos trabajado las siguientes actividades con los niños, pero previamente hemos seguido ciertos rituales que nos parecían muy importantes para ayudar a que el momento y las propuestas de actividad fuesen más atractivas para ellos.

Antes de cada sesión hemos crea?do un espacio relajante, poniendo velas y un quemador de esencias con un aroma agradable, hemos intentado crear un clima más acogedor, bajando la luz y poniendo música ambiental que nos invitase a la relajación, posteriormente les hemos contado a los niños que íbamos a practicar yoga mientras jugábamos –no nos gustaba iniciar la sesión sin contar con su motivación– y finalmente íbamos realizando cada una de las actividades que pasamos a enumerar:

• Respiración: respirar por la nariz tumbados, con los pies ligeramente separados, con los brazos separados del cuerpo y las palmas de las manos colocadas hacia arriba.

• Observar la respiración: fijándonos cómo entra y sale el aire por la nariz, notando cómo sale el aire de ésta.

• Mover las manos, abrir y cerraras. Rotar el cuello, estirar los píes y encogerlos.

• Contamos un pequeño cuento en el que somos leñadores, vamos al bosque, nos agachamos a recoger un hacha, la levantamos y la bajamos con fuerza como si estuviéramos cortando un tronco de árbol…

• Colocar las manos una frente a otra en el abdomen, y sentir cómo la barriguita las sube y baja. Inhalar el oxígeno, exhalarlo, sentir cómo sube y baja el aire dentro de nuestro cuerpo.

• Hemos puesto nuestros cuerpos en movimiento, mientras imaginábamos que éramos una flor y sentíamos cómo el aire nos acariciaba, nos movía y nos hacía echarnos hacia delante, hacia atrás, a los lados…

• Hemos jugado a ser gatos e intentábamos redondear y hundir la espalda.

• También jugamos a ser águilas: abriendo y cerrando las manos, llevando los puños a los hombros, elevar los codos.

• Imitamos a los monos y posteriormente buscábamos la postura correcta.

• Hemos practicado la Cruz de San Andrés.

• Nos frotamos las manos hasta que estuvieron bien calientes, y así experimentamos el campo energético que emanaba de nuestro cuerpo.

• Por parejas, como si estuviésemos frente a un espejo, realizamos la actividad anterior, pero sin llegar a tocarnos.

• Colocados todos en círculo con las manos cogidas nos miramos uno a uno.

• Sentados en la silla, hemos levantado los brazos, echando los hombros hacia atrás, y hemos levanto los brazos.

 

Evaluación

Con las familias hemos utilizado estrategias para ayudar a frenar su ritmo en los encuentros puntuales que tenemos con ellas, tanto en la entrada como en la salida de la escuela.

En ocasiones hemos observado que su postura corporal era diferente a la habitual, bien porque estaban muy cansados, bien porque nos ha hecho deducir que su estado anímico era malo, y nos hemos parado a preguntarles si todo les iba bien, a darles las gracias por prestarnos su colaboración, a ofrecerles una sonrisa, a hablarles de manera pausada y tranquilizadora, etc. Eso les ha ayudado a esbozar una pequeña sonrisa, e incluso a marcharse a casa con una carga de energía renovada, puesto que se han sentido escuchados y valorados. Quién sabe… ¡quizá ese día nadie había tenido una palabra o un gesto amable con ellos/as!

El trato con los niños requiere una gran dosis de tranquilidad y paciencia, y saber en todo momento con claridad lo que se pretende conseguir, para lograr un equilibrio adecuado en el desarrollo de su personalidad.

 

Masajes para los bebés

Con los más pequeños del aula, niños del nivel 0-1 y 1-2 años, hemos de?sarrollado sesiones de masaje metamórfico, que es una técnica muy sencilla pero muy potente.  Consiste en aplicar un masaje sutil en las plantas de los pies, las manos y la cabeza. Con ella aprendemos a centrarnos en nosotros mismos y vivenciar todo nuestro cuerpo…

El resultado de este masaje se manifiesta por una transformación en nuestra manera de ser y en nuestras actitudes frente a la vida. Nos facilita el desbloqueo de nudos de estrés que se han producido tanto en la etapa de gestación como en momentos posteriores y que han derivado en problemas emocionales (miedo, ansiedad, culpa…), todo lo que finalmente acaba siendo la causa de enfermedades físicas. Es útil para personas que quieran disolver bloqueos, personas que buscan su desarrollo personal, mujeres embarazadas o aquellas que piensan tener hijos, pues ayudará a romper los nudos de estrés, ansiedad y bloqueos de la futura madre y de su futuro hijo.

 

Por Mª Pilar Caballero Benito, Ana Mª Cobos Sánchez

CN Valdeolmos (Madrid)

Morir de inanición cultural

A diario acuden a nuestras obras escénicas padres con niños de 0 a 3 años que nos han ido desgranando su visión más o menos profunda sobre la primera infancia.

Se trata de un espacio de observación social y pública singular donde se pone de manifiesto una enorme cantidad de información sobre cómo se relacionan los padres con sus hijos de 0 a 3 años. Hoy en día la Cultura sigue estando abrumadoramente vetada a los niños recién nacidos y por extensión a sus padres. Durante esos tres años, los padres no encuentran actividades destinadas específicamente a la relación intensa que mantienen con sus hijos, actividades destinadas a cultivar esa relación única, maravillosa e irrepetible.

A lo largo de estos últimos 10 años, hemos observado el enorme potencial de estas experiencias escénicas para el desarrollo no sólo de los bebés, sino también de los adultos que les acompañan en silencio. Iniciarse en el arte del Teatro a través del encuentro entre diferentes generaciones permite entrar en la Cultura de otro modo. Dejamos de un lado el entre-tenimiento (que es como no tener nada), el pasa-tiempo, el matar el tiempo, para entrar de lleno en el cultivo de las semillas del tiempo.

De una forma muy estereotipada y muy alejada de toda exploración científica, hemos llegado a creer que los recién nacidos son una tabla rasa que no se entera de nada, que nos es capaz de expresar lo que le ocurre, con la que solo podemos comunicarnos a través de un magma sensorial abstracto. Vemos a la primera infancia como una etapa donde el ser humano esta completamente discapacitado para toda experiencia, incluida  la experiencia artística.  Nuestra frustración por no entender lo que nos quieren comunicar nos ha llevado a llamarles infantes: los que no tienen el uso de la palabra.

Sin embargo, nuestra experiencia nos ha demostrado todo lo contrario, que los bebés nacen como espectadores que atesoran todo el potencial de la humanidad, toda la riqueza sensitiva, emocional, e intelectiva porque en realidad no son los “peques” de la casa, sino los más avanzados, los más viejos,  puesto que atesoran un cruce genético más que sus padres. Sus estructuras heredadas arquetípicas les permiten entran de lleno en el símbolo, en el mito, en la poética. Su tremenda velocidad de desarrollo neuronal les abre sin dificultad las puertas para crear nuevas sinapsis, explorar nuevas áreas del cerebro en todo lo relacionado con lo desconocido. Son capaces de aventurarse como exploradores y vivir sin trabas ni miedos todo aquello que es nuevo o que no son capaces de entender. A medida que hemos ido despreciando a los seres humanos cuando nacen y creado modelos de hijos para que sean los más parecidos a sus padres, hemos ido trabando el potencial con el que nacemos. Hemos llegado a creer que la razón lo puede todo, y que todo lo que escapa al entendimiento y a nuestra capacidad de consciencia, o no forma parte de la realidad o por resultarnos ilegible, no existe. Por ese camino encontramos adultos moribundos por inanición cultural, incapaces de expresarse emocionalmente, sensitivamente o capaces de disparar sus neuronas a lugares desconocidos. Los recién nacidos tienen – entre otras muchas cosas- la responsabilidad de transformar a sus padres para que amen lo desconocido, para aventurarse de nuevo en el juego de la vida.

 

Con la vista en los exámenes

Ya estamos en marzo, a apenas tres meses del final de curso. Si habéis pensado en recurrir a ayuda externa (profesor particular o academia), éste es el momento. Os ayudamos a tomar la mejor decisión.

Profesor particular

Hace unos años algunas empresas apostaron por profesionalizar la figura del profesor particular, tradicionalmente asociada a aquel joven universitario que cuelga carteles en las paradas de autobús con la esperanza de empezar a ingresar sus primeros euros. Estas son las dos principales que operan en nuestro país:

Acadomia
Acadomia ofrece clases particulares a domicilio para todas las materias de todos los cursos entre Infantil y Bachillerato, así como idiomas, música e informática. Tras una visita a la agencia elegida, la familia espera en torno a una semana a que se le asigne profesor, siempre titulado universitario o en el último curso de carrera, y un coordinador pedagógico. En esa primera visita se formaliza una matrícula trimestral de 31,20 euros o semestral de 49,90 euros que también sirve para los hermanos del alumno. Se traza entonces un plan formativo que oscila entre una (el mínimo) y dos clases semanales de 90 minutos, adaptables según el ritmo. Los horarios abarcan todo el día e incluyen fines de semana. Las clases se pagan por adelantado y la agencia otorga cupones a los padres para que se los den al profesor en cada sesión. Cuatro clases de hora y media, 162 euros. En idiomas sube un poco: 176 euros.
www.acadomia.es

Educa-System
Con una oferta que abarca los temarios de todos los cursos de enseñanza obligatoria, programas especiales de letras y ciencias, así como técnicas de estudio, Educa-System también dispone de clases de instrumentos, idiomas e informática básica. Hay que abonar una matrícula semestral de 54 euros válida para toda la familia antes de que el profesor (titulado universitario) realice la primera visita al domicilio, que es cuando se decide la carga lectiva idónea para cada caso. La empresa recomienda entre hora y media y cuatro horas semanales, y cuenta con un plan especial para los alumnos que afrontan la Selectividad. También existe un método orientado a repasar durante las vacaciones. Cuantas más clases se compren, más baja el precio. Entre 10 y 36 horas, 26 euros por hora. Entre 36 y 65, 25 euros. Más de 65, 24,5 euros.      
www.educa-system.com

 

Academia

No ofrecen un servicio individualizado y hay que desplazarse, pero resultan mucho más baratas que un profesor particular. Como en botica, hay de todo. El mejor consejo es acercarse a dos o tres y hacer preguntas certeras sobre el número de alumnos máximo por aula, la formación de sus profesores y el rigor de los datos tipo “90% de aprobados garantizado” que muy probablemente nos enseñarán. Si no tenemos conocidos para que nos cuenten experiencias previas, internet es la solución:

Academias.com
Excelente buscador de todo tipo de academias a nivel nacional. Ideal para aquellos que no saben por dónde empezar. Ocupa cualquier campo imaginable  (oposiciones, diseño, secretariado…) y dispone de muchísimos registros, así que lo mejor es ir directamente a “ESO y Bachillerato”, meter nuestro código postal y esperar a que en la pantalla aparezcan academias cercanas a nuestro domicilio. Para una localidad como Majadahonda salen tres. En León ciudad, seis. Provincia de Málaga, 30. Provincia de Madrid, 195. Hay donde elegir. Cada resultado viene con información que sumistra la propia academia: contacto, cursos, horario…

Kumon
Una opción alternativa a la academia tradicional son los más de 181 centros que enseñan en España a partir del método Kumon (www.kumon.es), ideado por un padre japonés para ayudar a su hijo con las Matemáticas y luego extendido al ámbito de la lectura. Lo principal es que se apuesta por la capacidad de síntesis y el trabajo diario como una garantía a largo plazo, y se procura aprender de los errores. Las sesiones tienen lugar todos los días pero no duran más de media hora. La matrícula son 40 euros y cada mensualidad 62 euros.

 

Solo ante el peligro

Antes de recurrir a ayuda externa, quizá deberíamos plantearnos hasta qué punto ésta es necesaria e incluso útil. Necesaria porque no es bueno que acostumbremos a nuestros hijos a que alguien haga su trabajo (o parte del mismo) cuando está perfectamente capacitado para realizarlo con un mínimo esfuerzo. Un chaval de inteligencia normal puede aprobar cualquier asignatura de Secundaria (otra cosa es que queramos todo sobresalientes) dedicándole tres o cuatro horas semanales de estudio intensivo y algo más cuando llegan los exámenes, pero es más cómodo si vienen a casa y se lo cuentan.

Y útil porque los suspensos pueden ser síntoma de muchas cosas: la pereza es la más obvia, pero no hay que descartar cualquier problema de aprendizaje, cuestiones de ansiedad y bloqueo o incluso actitudes negativas ante el estudio con las que nuestro hijo quiere en realidad lanzarnos otro mensaje. En este caso, el diálogo o la ayuda de un especialista pueden ser la solución.

De todas formas, pronto o tarde habrá que sentarse a hincar codos en silencio y con las únicas armas de la concentración y la voluntad. Estos son algunas nociones básicas para ayudar a rentabilizar al máximo la experiencia:

Espacio. Que sea siempre (o al menos siempre que se pueda) el mismo. Cómodo pero austero. La mesa de estudio es para estudiar: si el ordenador está a mano, mal empezamos. Con silla ergonómica y luz enfozada desde la izquierda (para diestros) o la derecha (zurdos). Unos 20-22 grados de temperatura.

Tiempo. Una buena planificación del tiempo disponible contribuye enormemente a reducir la ansiedad, mala compañera del estudio. Hay que ser cumplidor pero realista. Decir “voy a estudiar de lunes a viernes de cinco a nueve” queda muy bonito, pero al cabo de dos días desanima a cualquiera y puede resultar contraproducente. También es necesario saber manejar los tempos del curso. No es lo mismo últimos de marzo que primeros de junio

Orden. Cada uno tiene su método, pero unos apuntes desastre con borrones y tachones por doquier no suelen ser el mejor amigo del estudio eficiente. Tener los apuntes bien claros y legibles y saber pefectamente donde tenemos cada cosa (libros, calculadoras, materiales de consulta…) ayuda a no perder tiempo (¡ni los nervios!) de forma inútil.