El buen examen según Obama

Una de las principales asesoras educativas de Barack Obama se ha dedicado a analizar cómo examinan a sus estudiantes los países que ocupan el top educativo mundial. Presentadas hace unas semanas, sus conclusiones perfilan un sistema de evaluación en el que el alumno no repite como un loro sino que demuestra un conocimiento profundo de la materia.

El mismo día que Linda Darling-Hammond dio a conocer los resultados de su estudio Sistemas de Evalución que Apoyan  un Aprendizaje de Alta Calidad, Barack Obama anunciaba (en un acto casi simultáneo) que EEUU necesita repensar la forma en que se examina a sus alumnos. Muchos interpretan que Darling-Hammond, principal asesora educativa de Obama durante su campaña presidencial,  ha marcado el camino a seguir tras sintetizar los métodos más habitualmente utilizados en los países que reinan en la Educación mundial (Finlandia, Hong Kong, Holanda o Singapur) y en los estados con mejor rendimiento (Vermont, Maine, Connecticut o Kentucky) de la superpotencia.

“Las naciones que han conseguido mejorar regularmente el aprendizaje de sus alumnos han creado un estilo de evaluación que insiste en cómo se utiliza el conocimiento para resolver problemas y desarrollar habilidades cognitivas”. Extraída de las primeras líneas del informe, la cita revela el mensaje esencial lanzado por la profesora que coordina la investigación educativa en la excelsa Universidad de Stanford: los mejores huyen de los exámenes puramente memorísticos. Quieren que sus alumnos demuestren que han entendido lo que se les enseña y no que se limiten a volcar como autómatas lo que ha dicho el profesor o dicta el libro de texto.

Preguntas open-ended

El examen tipo incluiría preguntas open-ended (de final abierto o sin una única solución posible) que requieren analizar, aplicar conocimiento y, normalmente, escribir “extensamente”. Con ellas se pretende “dar al alumno la oportunidad de desarrollar la capacidad de organizar y sintetizar información y de utilizarla en situaciones nuevas”. Darling-Hammond pone un ejemplo:  en lugar de “¿Bajo qué supuestos actúa la lluvia ácida?”, la cuestión alternativa open-ended sería “Supón que tienes que construir una estatua que soporte los efectos de la lluvia ácida. Describe y explica tu propuesta”.

La profesora añade que estos países también suelen otorgar un lugar preponderante a la elaboración de trabajos en clase y fuera de ella del tipo “proyectos de investigación” o “desarrollo de productos”. Y que enfatizan las presentaciones orales, un rara avis evaluativo en países como el nuestro.

A lo largo del estudio, Darling-Hammond no se cansa de repetir que muchos tienden a olvidar que, más allá de comprobar las competencias de los alumnos, los exámenes son una impagable fuente de información para mejorar otras facetas ensenciales de las dinámicas de enseñanza-aprendizaje como son las técnicas pedagógicas o el diseño curricular. De hecho, los profesores de los sistemas educativos más eficientes casi siempre se involucran de manera activa en la elaboración de las pruebas y las utilizan para contrastar su propia valía profesional.

 

Evaluaciones externas

Darling-Hammond es consciente de que la forma de examinar que propone plantea serias limitaciones a la hora de efectuar evaluaciones externas, donde unos criterios de corrección objetivos se antojan imprescindibles. Apuesta por un “equilibrio” entre ambos enfoques. La autora añade que en los países con mejor rendimiento no se abusa de las pruebas de evaluación generales en Primaria (no más de dos), aunque sí son habituales en Secundaria.

"La escuela tiene que preparar ciudadanos"

La música de Bach, un retrato original de Santa Teresa de Jesús o un manuscrito de Cervantes bien podrían transportar al más común de los mortales al siglo XVII. Y es lo que sucede al entrar en el despacho de Víctor García de la Concha, profesor, un asturiano que decidió tirar por el Esla hacia el sur para llegar a convertirse en salmantino.

Mejor dicho: salmanticense. De hecho, charlar con él, como queda reflejado en esta entrevista –recogida también en la colección Castellanos y leoneses: por derecho, de El Mundo– puede transportarle a uno a la misma plaza de San Cristóbal. En la mirada del viejo profesor se intuye un viso de nostalgia, una añoranza de pupitre y monotonía de lluvia tras los cristales. Los días felices: “Era catedrático en la Universidad de Zaragoza y me encontraba muy a gusto. Había empezado a formar uno de los mejores departamentos de Literatura Española de España”.

P. ¿Y cómo llegó a Salamanca?
R. Un día recibí la llamada de Fernando Lázaro Carreter, que ya era amigo mío. Me dijo: “Tienes que ir a Salamanca, olvídate de ir a Madrid. Se ha jubilado César Real de la Riva y allí hay una magnífica biblioteca, una tradición estupenda…”.

P. Está claro que le convenció.

R. Tanto que al final acabé en Salamanca. Llevo treinta años en su Universidad y ahora soy emérito. Fui a Salamanca con el propósito de quedarme allí de por vida. Y así está siendo.

P. ¿Ya pensaba en la Academia?
R. Entonces no pensaba, ni se me ocurría pensar, en ella. Lo que quería era estar en una capital de provincias, en una Universidad como la de Salamanca…

P. Lo que siempre le ha gustado ha sido la enseñanza.

R. Es que no he sabido ser otra cosa que profesor, porque me gusta mucho dar clase. De hecho, he seguido dando clase, aún después de ser elegido académico. E incluso después de ser elegido secretario de la Academia.

P. Querencia por las aulas…
R. Efectivamente. Cuando fui elegido director de la Academia, hice un arreglo con el departamento para que pusiera las clases reunidas por horarios y continuar impartiendo clase. Eso sí, a los alumnos de los primeros cursos.

P. Un profesor que era director de la RAE, nada menos…
R. A mí me parecía hasta hermoso que los alumnos que llegaban tuvieran como profesor al director de la Academia.  
Las monturas de las gafas de Víctor García de la Concha descansan sobre una vena azulada que atraviesa su nariz. El viejo profesor regresa a sus preocupaciones, las mismas que, por lo demás, ha tenido siempre:
“Los alumnos llegan peor preparados que nunca. Es un hecho real, que deriva de una cosa muy sencilla: los planes de estudio del Bachillerato han reducido el papel de las Humanidades”.

P. Las cosas han cambiado…
R. Esto también me lo comentan colegas: en carreras que son vocacionales, la gente llega con lo mínimo, de tal forma que los profesores de la universidad tienen que hacer una especie de cursillo para explicar los rudimentos y poder comenzar a explicar universitariamente lo que son la lengua y la literatura latina.

P. ¿Hay responsabilidad política?
R. Sin duda, debido al caos de cada gobierno que ha llegado y se ha sentido en la obligación de modificar los planes de enseñanza. No ha habido un pacto de Estado en el que la educación fuera discutida por todos.

P. Ese problema también afecta al castellano.

R. Deriva de esa misma raíz. Al hablar de esto siempre aprovecho para recordar a mi maestro de escuela. Se llamaba Luis Cortés y era un hombre con un gran gusto literario.

P. Le enseñó a amar la lectura…
R. Efectivamente. Mi primer día de clase, tendría siete u ocho años, había dibujado con pinturas de colores a don Quijote y Sancho Panza. Todos los días nos leía un trozo de “El Quijote” y teníamos que resumirlo. También debíamos aprender poesías. Para mí eso fue impagable.

P. Ahora “El Quijote” lo vemos en internet.

R. Vivimos en una sociedad predominantemente audiovisual. Por lo tanto, hoy los chicos, ven, ven y ven, pero ya no hablan. Y no digamos leer. El enriquecimiento del vocabulario, del léxico, viene dado por el ejercicio de la lectura reflexiva, de una lectura, como diría Kafka, delicada, en la que los dedos hablen…

P. Se han terminado las adaptaciones de grandes libros…
R. No, verá… Ahora en los quioscos se está vendiendo la Biblioteca Clásica de Gredos y hay ediciones en fascículos, a buenos precios. El problema está en la enseñanza, que no fomenta el ejercicio de la lectura.

P. ¿Y cómo se crean lectores?
R. Hay que aficionarse a la lectura desde niño, leyendo lo que sea. Si es Harry Potter, pues Harry Potter.

P. ¿Qué leyeron sus hijas?
R. “Los Cinco” o “Celia”. Es importante que los niños se aficionen a leer con algo adecuado a ellos. No es normal que un niño lea “La vida es sueño”.

P. ¿El problema es hacer accesible la cultura?
R. El problema no es ya que una persona tenga mayor o menor cultura literaria, sino que tenga una cultura humanística. Eso es lo que forma a un ciudadano excepcional. No estamos hablando de cultura libresca, sino de ciudadanía.

P. Y eso se forma en la escuela. Volvemos al principio…
R. La escuela tiene que preparar ciudadanos. Esto no hace falta inventarlo, pues ya lo inventaron en el siglo XV. Para formar los nuevos estados sabían que la manera de educar era instruir a los alumnos humanísticamente.

Fellini, Santa Teresa, Pérez de Ayala… Los nombres flanquean el escritorio de Víctor García de la Concha y sobrevuelan la conversación, que, inevitablemente, deriva hacia el castellano y sus usos. Así que tomen nota: como decía André Glucksmann, “no hay palabra más seria que palabra de maestro

P. ¿Cuál es el reto del español?
R. El español es la segunda lengua de comunicación internacional occidental. Debemos mantener e impulsar un gran número de hablantes, una gran unidad, una presencia fuerte en el ciberespacio y un reconocimiento diplomático, en el amplio sentido de la palabra. Así podremos asegurar la presencia y la fortaleza del español.

P. ¿Descansa en algún momento de su cargo? ¿Se cabrea cuando lee o escucha incorrecciones?
R. Me cabreo, y bastante. No me puedo liberar fácilmente de esto porque tengo un gravísimo problema, que es la diferencia horaria. Cuando yo salgo de aquí, empieza el día en Hispanoamérica…

P. Por ejemplo, en su ocio, ¿ve el cine en versión original o doblado?
R. No me importa ver las películas dobladas, no.

P. Aunque intuyo que si se tiene que quedar con algo de cine, es cine español…
R. Me apasiona Rafael Azcona. Todo lo que hizo es ejemplar.

P. ¿Y la música, también en español?
R. Lo siento. Aquí gana Bach.

P. Una última cuestión: un libro.

R. No se puede evitar acudir al tópico que, por otra parte es lógico: en ‘El Quijote’ empieza y termina todo.

Una aclaración: podríamos decir que, cuando estamos en España, hay que hablar de castellano y que, cuando salimos, tenemos que hacerlo del español. Es una distinción que parece gratuita pero que, si reflexionan  sobre ella, se antoja bastante preci
sa. Y en la precisión reside buena parte el trabajo de este profesor que ha estudiado a Garcilaso de la Vega, a Fray Luis de León o a las vanguardias españolas. Lo viejo y lo nuevo. Y así debe de ser. Como saben los académicos más recientes: “Son los más fieles a la tradición académica. Jueves tras jueves, Pérez Reverte me increpa, dice que somos unos laxos… Y Javier Marías también está en esa línea de fidelidad a no rebajar, a tratar de elevar. A igualar por la altura y no por la base.”

En el edificio de la calle Felipe IV la modernidad y la tradición se abrazan. Ahí está, como ejemplo, Víctor García de la Concha, un hombre que combina el “Aire de su vuelo”, un bello volumen de estudios sobre la libertad de espíritu en el siglo XVI, con el impulso del diccionario on line y sus setecientas mil visitas diarias. Pero no debe sorprendernos. No importa el medio sino su uso. Y eso él lo ha asumido a la hora de dirigir una Academia que ya está en el siglo XXI.

Los comedores escolares, a examen

Se calcula que cerca de un millón y medio de niños comen cada día en el colegio, una asistencia que durará todo el curso escolar, cerca de ocho meses. Sin embargo, en los comedores escolares, los menús ofertados no son siempre completos y saludables. Tienen déficit en frutas, verduras, legumbres y pescado.

El auge de la comida rápida y el aumento de la obesidad infantil preocupan cada día más a padres y médicos. La ingesta de grasas y la escasa presencia de fruta y verdura en la dieta es la causa más frecuente de muchas enfermedades infantiles. Los expertos están de acuerdo: la calidad de la alimentación servida en los colegios es primordial para la salud de los niños y su rendimiento escolar.

Cuando la obesidad y otros problemas ligados a la dieta son un problema importante, no siempre es fácil encontrar en los comedores escolares menús equilibrados y saludables. Los alumnos que requieren menús especiales por diferentes motivos oscilarían entre el 2 y el 3% de todos los escolarizados: alergias (69%), otras enfermedades (20,5%) y causas religiosas (10,5%) son las más frecuentes. Asimismo, la alimentación en el hogar es manifiestamente mejorable en muchos casos.

Mientras que los problemas de sobrepeso en la infancia y la adolescencia son cada vez más alarmantes (se estima que el 27,6% de la población infantil española padece sobrepeso u obesidad), los niños que comen a diario en los centros escolares no siempre consumen una dieta equilibrada. Esto es especialmente grave si tenemos en cuenta que en el medio familiar cada vez nos alejamos más de la dieta mediterránea. Para una vida saludable es importante vigilar la alimentación y mantener una correcta hidratación. Por ello, hay que seguir una dieta variada, en la que no falten frutas y verduras, y beber líquidos.

Estos son sólo algunos de los datos que aparecen en el Manual de la Alimentación equilibrada en el comedor escolar y en casa, una obra presentada por la Sociedad Española de Dietética (SEDCA) y la Fundación Alimentación Saludable, donde el autor principal del libro, el Dr. Jesús Román Martínez, presenta una serie de recomendaciones para mejorar la alimentación en el colegio.

La alimentación adecuada en la infancia es esencial

El profesor Martínez recalca en el Manual de la Alimentación equilibrada en el comedor escolar y en casa que la alimentación constituye el factor externo más importante para el crecimiento y desarrollo de los niños, que la inadecuada alimentación desde los primeros años afecta al rendimiento académico y que los hábitos alimentarios adquiridos durante la infancia perdurarán en la edad adulta. Por ello la obra recoge las siguientes recomendaciones orientadas a los responsables de los comedores escolares:

Deben estar presentes en los menús…

-Aceites preferentemente de oliva o, en su defecto, de girasol.

-Agua libre y accesible

-Pescado al menos dos veces por semana. Pescado azul, al menos una vez cada tres semanas

-Carnes magras

-Leches y lácteos a diario

-Frutas y verduras diariamente. Al menos una ración de verduras o ensalada y una de fruta

-Pan y cereales diariamente. Introducir productos integrales

Productos de uso restringido o no permitido

-Dulces: consumo esporádico

-Sal, condimentos: Reducir la sal añadida a los alimentos. Eliminar los saleros de las mesas. Disponer condimentos en envases monodosis.

-Tentempiés, ‘snacks’: reducir al máximo

-Fritos: no más de dos veces por semana

-Productos cárnicos:Hamburguesas, salchichas, etc. como máximo una vez cada quince días.

 

Destino: el idioma

El interés por los viajes de estudios al extranjero no deja de crecer en España, donde el dominio de los idiomas es una de las grandes asignaturas pendientes. Nuestros hijos merecen vivir esta experiencia enriquecedora y necesaria si se pretende hablar con soltura en otra lengua. Pero existen peligros reales que hay que sortear con una cuidadosa planificación.

“Hacer el Año Escolar en EEUU realmente cambió mi vida. No sólo aprendí inglés, que lo hice y mucho, sino también a relacionarme, a confiar en mí misma y a saber que podía hacer todo lo que me propusiera. Siempre guardaré como una de las mejores experiencias de mi vida el año que pasé en Iowa”. Una experiencia inolvidable. Y forjadora de caracteres. Raquel Soto la recuerda con cariño. Y agradecimiento: no le fue mal en la vida después de Iowa. Actualmente es directora de Proyectos de Punchline Producciones y guionista de programas de televisión como “Padres” o “Inocente, Inocente” y adaptadora del musical de Mel Brooks, “Los Productores”.

La necesidad de conocer otras lenguas es ya tan obvia como tópica la palabra globalización. Y España ha tenido tradicionalmente un serio déficit en este sentido. Según el Eurobarómetro “Los europeos y los idiomas” de 2006, la mitad de los ciudadanos de la UE pueden hablar, al menos, otra lengua distinta de la materna, con el inglés en cabeza. Pero sólo el 27% de los españoles dice poder expresarse en este idioma, frente al 89% de los suecos, el 87% de los holandeses, el 86% de los daneses, el 48% de los griegos o el 32% de los portugueses. Sólo húngaros y checos están por debajo de nosotros.

Cada vez más viajes

Los datos demuestran que la mejor forma de aprender un idioma es hacer las maletas. Según la Agrupación Española de Cursos Académicos en el Extranjero (Aecae), la nota media obtenida en la prueba de inglés en Selectividad por los alumnos que han seguido un curso escolar en el extranjero en países como EEUU, Irlanda, Reino Unido o Canadá ha sido de un 8,9 en las pruebas de 2008, y de un 9 en 2009. La nota media general se sitúa en torno al 5,4 en esta asignatura, con más del 40% de suspensos. Además, y sobre todo, el descubrimiento de otra cultura, de abrir la mente a otras formas de vida, tiene un valor incalculable.
Los viajes de estudios no sólo no se han reducido en tiempos de crisis, sino que aumentan año tras año. El pasado, por ejemplo, cerca de 150.000 personas contrataron en España un curso de idiomas en el extranjero. Un año académico, un verano o un mes, cada cual según sus necesidades y posibilidades de tiempo y dinero, los españoles parecen, por fin, fascinados por la combinación de viaje y aprendizaje.

Sin embargo, hay que andar con pies de plomo. Las expectativas pueden trocarse en decepciones, malos tragos e, incluso, auténticos traumas. Más de un estudiante ha llegado al aeropuerto de destino y se ha encontrado con algo muy distinto de lo que esperaba. O, simplemente, con nada: una estafa.
Pero no confundamos prudencia con miedo. Si planificamos bien las cosas, podemos ofrecer a nuestros hijos las mejores posibilidades. Para que una vez en el terreno de su aventura, todo dependa sólo de él.

 

Tecs Summer Programes

Una de las empresas más veteranas en España en organizar  viajes al extranjero para aprender inglés es TECS. Su oferta educativa consta de 19 programas de inmersión en inglés dirigidas a todos los niveles de idioma y a partir de 6 años de edad (6 campamentos en España y 13 programas entre Inglaterra, Irlanda y EE.UU). El programa combina opciones náuticas, golf, equitación, tenis-pádel, baloncesto o actividades de aventura con un desarrollado proyecto educativo que se imparte íntegramente en inglés por profesores y monitores nativos y titulados a través de clases,  talleres, veladas, competiciones y excursiones.

– Campamento “Little Village” en el Parque Natural de Grazalema. Es un programa conversacional de alto rendimiento que garantiza el 100% del programa en inglés incluso entre campistas (1 nativo por cada 3 campistas). Requiere nivel medio o medio-alto de inglés, y consta de un intenso contenido educativo (taller de fotografía, teatro, exposición individual, cocina, comics, etc). Hay otras cinco opciones para todos los niveles, entre playas y pinares (Sotogrande, El Puerto de Santa María, Novo Sancti Petri, etc)

– Cursos en Londres, para niños de 10 a 15 años de edad en familia o en colegio residencial privado y para jóvenes de 15 a 18 en campus Universitario; en cualquier caso bajo la premisa de “todo incluido” (vuelos regulares, seguro de cancelación, médico y de accidentes, clases de inglés, programa semanal de actividades deportivas y sociales, excursiones, tutor acompañante, traslados de llegada y salida). Hay otros 12 destinos y opciones en función de la edad o de las preferencias deportivas (especialmente interesante el Curso Intensivo en familia de Irlanda).
www.tecs.es
902 350 356 / 956 853 000

 

Diferentes opciones

– Cursos de verano para niños y jóvenes. La duración oscila entre dos y cuatro semanas.
– Año escolar en el extranjero. Para chicos entre 12 y 18 años. Un curso equivalente a cualquiera de la ESO o del Bachillerato en otro país.
– Estudios universitarios, de postgrado, masteres y “summer sessions”.
– Cursos de preparación para exámenes oficiales, como Toefl o Cambridge. 4Programas de Au Pair, prácticas laborales o de estudios.
– Campamentos de Idiomas en España o en el extranjero.
– Estancias combinadas de estudio y ocio. Originales mezclas, que van del inglés con clases y actividades de cine, música o danza.
– Programas para familias. Facilitan alquiler de apartamentos.  
– En casa del profesor. En lugar de alojarse en una residencia/hotel o casa de familia seleccionada.

 

Becas

Las becas del Ministerio de Educación son muy interesantes, pero corre prisa: el plazo de inscripción acaba el 30 de marzo. Se han convocado unas 29.0000 becas. La mayoría, 25.000, para jóvenes de entre 16 y 30 años, que dispondrán de 1.700 euros para cursos de inglés en Australia, Reino Unido, Irlanda, EEUU, Canadá, Malta o Nueva Zelanda, entre el 1 de junio y el 30 de noviembre de 2010. También para inglés hay reservadas otras 2.500 ayudas, dotadas con 2.100 euros, se destinan a maestros y estudiantes de Magisterio.

Además hay 1.400 becas, de 1.700 euros cada una, para cursos de alemán o francés, dirigidos a alumnos de estudios universitarios y de enseñanzas artísticas superiores, así como de Grado Superior de FP, Artes Plásticas y Diseño y Enseñanzas Deportivas.
Información en el teléfono 902 101 871 y la web www.becasmec.org.

 

Direcciones de interés

Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (ASEPROCE): www.aseproce.org. 902 101 781. 91 345 08 81
World Youth Student & Education Travel Confederation (WYSE): www.wysetc.org

 

Precios medios

Un ejemplo de un curso de verano en el Reino Unido de dos semanas: 1.200 euros. Año Escolar en EEUU en un colegio público viviendo con una familia: unos 8.000 euros.

Mirar los ojos para evitar el fracaso

El 33% de los casos de fracaso escolar que se producen en España está relacionado con problemas visuales de los escolares. Esta cifra prácticamente coincide con el 31% de media de abandonos educativos tempranos en España.

ALEJANDRA RODRÍGUEZ
Los ópticos y optimestristas que se han reunido en ExpoÓptica´10 han coincidido en señalar que el índice de  fracaso escolar puede reducirse si se fomenta una mayor atención por la salud visual. Un diagnóstico precoz es fundamental para atajar futuros problemas. Las disfunciones más habituales como la miopía (no ver bien de lejos), hipermetropía (no ver bien de cerca) y la ambliopía (ojo vago) tienen tratamietos correctores muy eficaces si se detectan a edad temprana.
En la mayoría de las ocasiones bastará con llevar a cabo una graduación de dioptrías y poner lentres correctoras. En otros casos se pueden llevar a cabo programas de entrenamiento visual y poner los consabidos parches, una medida eficaz para erradicar el ojo vago.
Para localizar cuanto antes la posible existencia de una deficiencia de estas características, es aconsejable que se lleve a cabo la primera revisión ocular durante el primer año de vida del pequeño. Sin embargo, menos del 30% de las visitas al oftalmólogos, ópticos y optometristas se corresponden con pacientes de entre 5 y 10 años, un dato indicativo de la desatención que tiene estos problemas antes de esa edad.
La cuestión fundamental en estos casos es que es en edades tempranas cuando se comienza a gestar un fracaso escolar posterior y que solucionar los problemas de visión puede contribuir decisivamente a paliar ese riesgo. Los especialistas han alertado de que, además de los problemas de refracción clásicos (miopía, hipermetropía, astigmatismo y ambliopía), también pueden darse alteraciones acomodativas (al niño le cuesta enfocar cuando cambia rápidamente de mirar la pizarra a mirar el papel en el que está escribiendo) o motrices (causadas por la falta de tono muscular en las fibras visuales que obstaculizan los denominados movimientos sacádicos, necesarios para pasar de una palabra a otra o cambiar de renglón).
Para este curso 2009/2010, las revisiones que maneja el Ministerio de Educación sobre abandono educativo temprano sitúan a España en una media del 31%, cuatro puntos por debajo de la media europea. Las comunidades autónomas que más se beneficiarían de instaurar programas de diagnóstico visual serían Ceuta y Melilla, Baleares, Murcia, Andalucía y Canarias que son, a su vez, las zonas que presentan los índices de fracaso escolar más elevados.  z

 

Los ópticos y optimestristas que se han reunido en ExpoÓptica´10 han coincidido en señalar que el índice de  fracaso escolar puede reducirse si se fomenta una mayor atención por la salud visual. Un diagnóstico precoz es fundamental para atajar futuros problemas. Las disfunciones más habituales como la miopía (no ver bien de lejos), hipermetropía (no ver bien de cerca) y la ambliopía (ojo vago) tienen tratamietos correctores muy eficaces si se detectan a edad temprana.

En la mayoría de las ocasiones bastará con llevar a cabo una graduación de dioptrías y poner lentres correctoras. En otros casos se pueden llevar a cabo programas de entrenamiento visual y poner los consabidos parches, una medida eficaz para erradicar el ojo vago.

Para localizar cuanto antes la posible existencia de una deficiencia de estas características, es aconsejable que se lleve a cabo la primera revisión ocular durante el primer año de vida del pequeño. Sin embargo, menos del 30% de las visitas al oftalmólogos, ópticos y optometristas se corresponden con pacientes de entre 5 y 10 años, un dato indicativo de la desatención que tiene estos problemas antes de esa edad.

La cuestión fundamental en estos casos es que es en edades tempranas cuando se comienza a gestar un fracaso escolar posterior y que solucionar los problemas de visión puede contribuir decisivamente a paliar ese riesgo. Los especialistas han alertado de que, además de los problemas de refracción clásicos (miopía, hipermetropía, astigmatismo y ambliopía), también pueden darse alteraciones acomodativas (al niño le cuesta enfocar cuando cambia rápidamente de mirar la pizarra a mirar el papel en el que está escribiendo) o motrices (causadas por la falta de tono muscular en las fibras visuales que obstaculizan los denominados movimientos sacádicos, necesarios para pasar de una palabra a otra o cambiar de renglón).

Para este curso 2009/2010, las revisiones que maneja el Ministerio de Educación sobre abandono educativo temprano sitúan a España en una media del 31%, cuatro puntos por debajo de la media europea. Las comunidades autónomas que más se beneficiarían de instaurar programas de diagnóstico visual serían Ceuta y Melilla, Baleares, Murcia, Andalucía y Canarias que son, a su vez, las zonas que presentan los índices de fracaso escolar más elevados.

 

¡Envíanos tus consultas!

Los profesores del Área de Educación del Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, están a vuestra disposición para orientaros ante cualquier problema educativo de vuestros hijos. Para realizar su consulta puede hacerlo aportando el mayor número posible de datos a través de padres@padresycolegios.com o en el formulario que encontrarás aquí.