Deberes, ayudar sin excesos

¿Ayudamos demasiado a nuestros hijos a la hora de hacer los deberes? En respuesta a un e-mail enviado por una madre, os proponemos algunas claves para echar una mano en el estudio casero sin propiciar actitudes dependientes.

Hace unas semanas, la Redacción de PADRES recibió un correo de Carmen, una madre que se quejaba del exceso de deberes que traen sus hijos a casa y de la dependencia que esto genera al verse los chavales obligados a pedir ayuda para completarlos. “¿Qué hacemos?”, se preguntaba Carmen, “¿no les ayudamos y que se queden los deberes sin hacer? Entonces seremos malos padres porque no colaboramos en la Educación de nuestros hijos”. El correo electrónico terminaba pidiendo un “término medio” que fomente tanto la implicación de los padres como la autonomía del alumno.

Tras consultar diversas fuentes y listados de consejos (en ocasiones contradictorios), os ofrecemos una síntesis que puede resolver vuestras dudas a la hora de prestar (o no) ayuda con las tareas escolares que vuestros hijos realizan en el hogar.

Antes

Un buen comienzo pasa por explicar –e insistir sobre ello cuando sea necesario– por qué es importante hacer los deberes. No os faltarán razones: el valor del esfuerzo, la recompensa a la perseverancia, la práctica como único camino para dominar el conocimiento…

Antes de fijar las horas de estudio diario, resulta conveniente reunirse con profesores y tutores para que nos indiquen una estimación realista sobre cuánto tiempo necesitarán sus alumnos al realizar los trabajos que ellos mandan. Aunque es difícil generalizar, se supone que al principio de la Primaria no se debe superar la media hora al día, aumentando a una hora en los últimos cursos de esta etapa y los primeros de la ESO, y flexibilizando los márgenes en edades superiores, aunque procurando no pasar de la hora y media salvo en época de exámenes.

Como costumbre, los expertos aconsejan mostrar un alto grado de interés al preguntar sobre lo aprendido cada día y pedir a nuestros hijos que nos muestren los deberes encomendados. Así mantenemos un vínculo constante con su aprendizaje y podemos contribuir en un aspecto en el que la ayuda paterna se antoja especialmente bienvenida: discernir las tareas más difíciles para que se acometan al principio.

Durante

Fundamental, nunca ofrecer ayuda si el niño no la solicita. Se trata de una tentación ante la que sucumben muchos padres (especialmente las madres) y que resulta del todo contraproducente. Teniendo esto claro, involucrarse o no constituye un dilema en el que debemos ponderar factores como la capacidad de nuestro hijo o la complejidad del ejercicio concreto.

Cuando optamos por dejarlo solo, podemos prestar ayuda indirecta empleándonos nosotros mismos en una acción productiva mientras el chico estudia y, desde luego, posponiendo actividades en familia de las que él quede excluido.

Si por el contrario accedemos a trabajar codo con codo, no hay que olvidar que nuestra misión pasa por orientar, animar y facilitar la comprensión, pero nunca por resolver problemas ni ofrecer respuestas. Un aspecto en el que los padres pueden brindar una ayuda impagable tiene que ver con la organización y esquematización de contenidos, un aprendizaje que debemos cultivar desde edades tempranas.

Después

Los deberes se revisan, pero no se corrigen. Interesa echar un vistazo para comprobar que se han finalizado las tareas y obtener información sobre los avances de nuestro hijo. Si los corregimos, sólo estamos engañando al profesor sobre el rendimiento de uno de sus alumnos.

El fin de semana es el momento idóneo para recoger los frutos del esfuerzo. Si ha trabajado bien, prémiale con algún detalle que reconozca su dedicación. Pizza, cine, horas de sueño, permisos extra… Tú mejor que nadie conoces las opciones.

Tiempo de estudio

Un reciente estudio de la Fundación Antena 3 pone de manifiesto que el 77% de los alumnos de Primaria recibe algún tipo de ayuda “a la hora de estudiar o hacer los deberes”, aunque sólo un 23% lo hace de forma habitual. En cuatro de cada cinco casos, son los padres los que prestan esta ayuda. En Secundaria, el 71% de los estudiantes se benefician de apoyo en los estudios. Cuando la ayuda es frecuente en esta etapa (un 21%), suele haber detrás un profesor particular.

En cuanto al tiempo de estudio en casa, existe una notable discrepancia entre lo que responden los alumnos y sus padres. En Primaria, la media se sitúa en 67 minutos durante el año según los alumnos (85 según sus padres) y 94 en época de exámenes (115 para los progenitores); en Secundaria, la cifras aumentan a 84 minutos a lo largo del curso (103) y 152 cuando se aproximan las evaluaciones (165).

El silencio del alumno español

Aprender a hablar en público es una de las carencias más flagrantes de la Educación española. Muchos países incluyen diferentes estrategias para fomentar la expresión oral del alumnado, pero aquí aún es posible recorrer todas las etapas formativas hasta obtener un título universitario en el más absoluto silencio.

Ministros aferrados a un folio escrito –su cabeza gacha y el tono monocorde– para anunciar, en apenas dos minutos, una nueva medida de escaso alcance. Tiburones de las finanzas subyugados por el pánico escénico al informar sobre ambiciosos planes de expansión o suculentas cuentas de beneficios. Incluso profesores universitarios que dictan sus lecciones añadiendo pequeñas gotas de aparente improvisación, en realidad torpes notas de color perfectamente calculadas.

A la hora de hablar en público, los españoles no arrastramos una suerte de condena genética que nos impida soltarnos ante la audiencia. Simplemente se trata de una habilidad que apenas ejercitamos durante nuestro periodo formativo. Otros países integran, desde las edades más tempranas, las exposiciones de alumnos como parte esencial de las dinámicas lectivas. O estimulan los intercambios dialécticos en clase. O reservan parte de los exámenes para evaluar cómo se defienden los chavales cuando su única arma es la voz y el lenguaje gestual. En España, sin embargo, un estudiante puede cubrir la distancia entre la Infantil y la Universidad sin apenas abrir la boca.

“Poco no, yo diría que nuestro sistema educativo no cultiva nada la expresión oral, se trata de una faceta de la enseñanza completamente abandonada”, afirma Juan Lorenzo, catedrático de Filología Clásica en la Universidad Complutense, responsable de numerosos cursos sobre cómo hablar en público y una de las referencias en retórica de nuestro país. “Y en un estado democrático”, continúa, “la palabra es fundamental. Si tengo grandes ideas pero no sé expresarlas con palabras, esas ideas no existen”.

Lorenzo obliga a cada alumno a “exponer trabajos en clase” y anima “al resto a opinar y rebatir sus ideas”. Lo hace “a título personal”, ya que nadie en la Complutense le ha dado directrices en este sentido, ignorando así al Plan de Bolonia, que incluye el fomento de la expresión oral como objetivo común para el Espacio Europeo de Educación Superior. Sí ha detectado movimiento en “las privadas”, que empiezan a organizar “concursos de oratoria” e iniciativas similares.

Peor panorama ofrece la enseñanza obligatoria. “Una pena porque es durante la infancia y la adolescencia cuando más rápido se desarrollan las habilidades de comunicación”, comenta Carmen Thous, profesora de Comunicación en la Universidad Francisco de Vitoria y fundadora de Enmedios, una empresa que forma a directivos poco duchos en intervenciones públicas. Thous pone como ejemplo a seguir los países anglosajones, “donde se dedica mucho tiempo a enseñar este tipo de destrezas, por ejemplo a través de las sociedades de debate en las que los alumnos se enfrentan al miedo al ridículo y aprenden a defender sus ideas de forma articulada y a respetar las de los demás”.

La directora adjunta del British Council Teachers Center de Madrid, Sheona Gilmour, asegura que en el Reino Unido “se aprende haciendo, por lo que es habitual que los alumnos tengan que construir proyectos y luego presentarlos en clase”. En su opinión, España sigue enseñando “a base de memoria, con muy poca interactividad”. Gilmour recuerda que, durante los cinco años que trabajó en un colegio privado de la capital, “mis clases llamaban mucho la atención porque se decía que hacía mucho ruido. Me limitaba a crear un contexto comunicativo”.

Armar un discurso

También los países de nuestro entorno cultivan la oratoria, al menos en su faceta evaluativa. En Italia, los exámenes orales son algo habitual, al igual que en Francia, cuyo Baccalaureat (nuestra Selectividad) incorpora una parte en la que los alumnos han de explicar un tema ante un tribunal. Incluso en Latinoamérica, el catedrático Lorenzo percibe que “la gente se expresa muy bien, gente normal, no especialmente formada. En mis viajes a México o Argentina suelo comentarlo, y me dicen: ‘es algo que cuidamos mucho en la escuela, los profesores tratan de que los alumnos sean capaces de armar un discurso con propiedad léxica’”.

¿Qué ocurre entonces en España? “Supongo que es algo que uno sabe que hay que hacer pero nunca hace”, responde intrigada Thous. “Quizá no interese demasiado a las autoridades”, sugiere Lorenzo, “aunque me inclino a pensar que es más descuido que otra cosa”.

Lo cierto es que la práctica negación al alumno de la palabra hablada no siempre fue un rasgo definitorio de nuestro modelo escolar. Lorenzo repasó en una ocasión –con motivo de un trabajo investigador– el sistema educativo español entre 1850 y 1950. “Los planes cambiaban con frecuencia”, recuerda, “pero en Secundaria una de las asignaturas que se mantuvieron siempre a lo largo de estos 100 años fue Gramática y Retórica”.

En Madrid, los padres podrán deducirse hasta 900 euros por hijo

La Comunidad de Madrid aplicará una deducción fiscal de hasta 900 euros por hijo para compensar los gastos de escolaridad, según anunció el consejero de Economía y Hacienda, Antonio Beteta.

Así, las familias con rentas de hasta 30.000 euros por miembro de la unidad familiar podrán reducir hasta el 15 por ciento en gastos de escolaridad, el 10 por ciento en idiomas y el 5 por ciento en vestuario escolar, con una cuantía máxima de hasta 900 euros por hijo.

Para poder realizar la deducción es necesario tener justificación documental adecuada, es decir, los justificantes acreditativos del pago de los conceptos objeto de deducción. No es necesario aportar dichos justificantes en el momento de efectuar la declaración de la renta, pero sí disponer de ellos a disposición de los Inspectores de Hacienda de la Comunidad de Madrid.

“El deporte te enseña valores fundamentales”

Cuenta la historia que James Naismith, un canadiense de gafitas redondas y pelo lamido con raya al medio y zapatos Oxford, pasaba frío en los inviernos de la costa Este norteamericana, cerca de la muy noble Boston.

En la Universidad de Springfield le pidieron colaboración para crear un entretenimiento en el que los labios no se despellejaran con el aire atlántico. Naismith, con dos cajas de melocotones y un par de aros de alambre, se inventó el deporte que hoy congrega a más adeptos después del fútbol. Se llama baloncesto. Y en Estados Unidos es casi una religión.

Sin embargo, la historia también cuenta que, en Villanueva de la Serena (Bajadoz), algo más tarde, nació un chaval espigado, con el rostro afilado y con ganas de crecer. Desde que era un niño, ya le gustaba cómo llamaban a los bases en América: “playmakers”, es decir, creadores de juego. Asistir siempre antes que anotar. Acompañar antes que tirar. Y observar antes de saltar. Los que, por encima de todo, usan el arma más poderosa de todas: el cerebro.

En Extremadura se iba forjando el carácter y la voluntad de José Manuel Calderón, base de Toronto Raptors y el jugador errante que añora sus primeros pasos en el parquet del Doncel, el equipo de Villanueva:
“A veces es difícil estar lejos”.

P. ¿Lo añoras?
R. Lo echo mucho de menos. Es mi casa y eso es lo más importante.

P. ¿Cómo es tu tierra?
R. Es agua, es verde y es vida. Me siento identificado con el spot de Marca de Extremadura y lo veo de la misma forma.

P. Vives en Toronto, una ciudad que tiene casi tanto bajo tierra como sobre ella. ¿Cómo es la vida allí?
R. Tranquila, cómoda… La gente es afable y el único inconveniente es el clima en invierno pero, al final, uno se acostumbra. Hace mucho frío, pero te haces a ello.

P. ¿Qué diferencias encuentras entre Canadá, Estados Unidos y Villanueva?
R. Canadá es un país más cercano a Europa que Estados Unidos. Villanueva es otra cosa, algo especial y muy difícil de comparar. Pero no a Canadá: a nada.

P. ¿Y esos días en el Doncel? ¿Se te han olvidado?
R. Sólo estuve hasta los trece años y mi recuerdo es el de jugar con mis amigos. Era un niño que quería divertirse, jugando a lo que más le gustaba.

P. ¿Qué recuerdas de tu infancia en Extremadura?
R. Que fue demasiado corta. Me siento muy unido a mi pueblo a pesar de que a partir de los trece años he vivido fuera de Villanueva por motivos de trabajo.

P. Siempre el baloncesto…
R. Siempre. El baloncesto ha formado parte de mi vida constantemente. Mis primeros recuerdos van unidos a las imágenes de mi padre jugando y entrenando, acompañándolo a los entrenamientos y viéndole jugar en el equipo de nuestro pueblo, el Doncel La Serena.

P. ¿Cómo comenzaste a interesarte por el baloncesto?
R. Justo de esa manera: ver jugar y entrenar a mi padre es uno de mis primeros recuerdos.

P. El baloncesto como parte de tu educación…
R. Claro. Mi padre no sólo era entrenador, era educador. El deporte es clave en la educación de los chavales.

P. ¿Qué te enseña?
R. Te enseña valores clave, como el esfuerzo, el compromiso, el compañerismo…

P. Precisamente es el baloncesto lo que te hace salir de Extremadura…<-/b>
R. Recuerdo que ir a vivir y a jugar a Vitoria no fue algo traumático. Desde Vitoria me llegó esa propuesta después de un Campeonato Infantil de Selecciones, lo hablamos en familia y, tanto mis padres como yo, pensamos que podía ser una buena decisión.

P. Una decisión importante para un niño, ¿no?
R. Sí, pero mi ilusión era jugar. Entonces no me planteaba ser profesional, probablemente ni sabía lo que eso significaba.

P. ¿Cómo recuerdas esos días?
R. Recuerdo esos años como años de trabajo, siempre entrenando y estudiando, rodeado por compañeros que estaban en la misma situación y siempre compartiéndolo todo con ellos. Nos hicieron trabajar muy duro, pero fue una etapa fundamental en mi formación.

P. Ahora eres una estrella internacional…
R. Yo no diría tanto. Soy uno más.

P. ¿Cómo valoras a tu generación de compañeros en la Selección?
R. Son mis amigos, por encima de todo.

P. Los conoces casi desde que eras un niño…
R. Es cierto… Muy pronto empecé a compatibilizar los entrenamientos en Vitoria con las concentraciones de las distintas selecciones españolas en categorías de formación.

P. Allí te encontraste con compañeros y con amigos.
R. Allí conocí a Pau, Juan Carlos, Felipe, Carlos, Berni, Sergi, David, Antonio, Germán… Amigos y compañeros desde esos años hasta ahora.

P. Además, amigos con los que has llegado a lo más alto.
R. Con ellos fuimos campeones de Europa y campeones del torneo de Manheinm, una especie de campeonato del mundo oficioso. Una lesión me apartó del equipo que fue Campeón del Mundo Júnior en Lisboa. Todavía recuerdo aquel partido que vi desde la grada, la final contra Estados Unidos.

P. Cuando la selección de baloncesto consiguió ganar el Mundial se insistió en el hecho de que sois una piña y os lleváis muy bien. ¿Qué podrías destacar de tus compañeros?
R. Como decía, somos más que compañeros, amigos. Esa ha sido una de las claves más importantes. La química en un grupo, en un equipo, es fundamental y nosotros somos uno de los mejores ejemplos de lo que comento.

P. Ahora que tan de moda está la ÑBA, ¿recuerdas cómo fue tu llegada a la mejor liga del mundo?
R. Cuando terminó la temporada 2004-05, Ana, mi mujer, y yo nos planteamos un nuevo reto: cambiar de país e intentar jugar en la mejor liga del mundo, la NBA.

P. Tuviste varias ofertas…
R. Algunas opciones se habían concretado en ofertas y después de meditarlo y ver el lugar, decidimos mudarnos a Toronto e intentar jugar en la NBA.

P. ¿Cómo fue aquel cambio?
R. Como todas las experiencias nuevas, resultó difícil al principio pero, a base de trabajo y humildad, todo se puede superar. La temporada quizá fuera un poco decepcionante, por el juego del equipo, pero a mí me proporcionó una experiencia que resultó muy importante.

P. Si tuvieras la posibilidad de reunir un cinco inicial de toda la historia del baloncesto, ¿con quién contarías?
R. Magic, Jordan, Bird, Duncan, O´Neal, aunque es complicado…

P. ¿Qué retos te planteas?
R. Seguir mejorando cada día y llegar lo más lejos posible con mi equipo. Siempre se trata de crecer, profesional y humanamente.

P. ¿Qué diferencias encuentras entre el “american way of life” y la vida tranquila de Villanueva?
R. No hay comparación posible. Diametralmente diferentes. Aquí la vida va más deprisa. A Villanueva vuelvo para descansar y recuperar mis raíces.

P. ¿Lo más complicado del deporte es saber aceptar las derrotas?
R. Lo más complicado es exigirte más cada día, buscando
mejorar continuamente, sin relajarte.

P. ¿En qué has cambiado desde que llegaste a la NBA?
R. En nada. Soy el mismo.

P. ¿Cómo te definirías?
R. Un ser humano, amigo de mis amigos.

Hace algunos años José Manuel Calderón, en una cancha de Villanueva de la Serena, iniciaba un tiro en suspensión que acabaría entrando en Toronto. ¿El secreto? Trabajo y talento, eso es todo.

Ortodoncia, ¿cuándo y para qué?

Los defectos en la posición de la dentadura y sus huesos pueden manifestarse a temprana edad, cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos por los definitivos. Este es el momento de solicitar el consejo del dentista. Durante el periodo de la niñez y la adolescencia, de los 6 a los 14 años, es cuando la mayoría de los pacientes reciben el tratamiento de ortodoncia.

Los especialistas identifican varias causas que hacen precisa una ortodoncia. En ocasiones tienen que ver con malos hábitos adoptados desde la más tierna infancia y otras, simplemente se trata de herencia congénita. El consumo de alimentos blandos causa una merma en el tamaño de los huesos que deben albergar toda la dentadura, y chuparse el dedo o usar chupete produce un avance perjudicial de la dentadura superior.

Cada vez es más común la pérdida prematura de dientes y muelas de leche por abuso de dulces, que complicará el crecimiento de los definitivos. También la mala respiración por la nariz, debido a inflamación de amígdalas, vegetaciones o por alergias, empeora el desarrollo normal de la dentadura y sus huesos; y finalmente, ciertas enfermedades periodontales tienden a movilizar los dientes y colocarlos mal.

Modalidades

El tratamiento preventivo se ­realiza entre los 3 y 6 años y persigue la eliminación de los hábitos deformantes infantiles, generalmente en la dentición temporal. El tratamiento interceptivo, entre los 7 y 11 años, está encaminado a facilitar la salida normal de los dientes definitivos y mejorar el tamaño y posición de los huesos maxilares.

Finalmente, el tratamiento correctivo es el indicado cuando ya han salido los dientes definitivos, que suele ocurrir entre los 12 y los 15 años.

Tipos de aparatos

Los aparatos correctores pueden ser removibles o fijos. Los aparatos removibles constan de una delgada placa que se ajusta al paladar a la que se agregan diversos elementos metálicos, capaces de mover los dientes con sus correspondientes huesos. Su manejo es relativamente sencillo. Está indicado para corregir defectos leves o moderados. Como dificultan la masticación, se deben retirar durante las comidas. El niño dispone de una caja donde guardarlo, que se puede colgar del cuello en el comedor del colegio para no perderlo. El cepillado es más fácil con lo que hay menos caries.

Los aparatos fijos constan de unos minúsculos soportes pegados a los dientes, que alojan unos alambres especiales que proporcionan la energía para los movimientos. Su efectividad es mayor que en los removibles, por lo que están indicados para corregir defectos graves. El profesional debe tener mayores conocimientos ya que podría causar daños irreparables en la dentadura.

Finalizado el tratamiento, durante un tiempo se utilizan unos dispositivos para fijar los dientes.

Salud bucodental

El Plan de Salud Bucodental sigue en marcha y para este año contará con una dotación de 12 millones de euros, la misma que el año pasado. Hasta el momento, y desde el inicio de su aplicación en 2008, se han destinado más de 19 millones de euros (sin contar la nueva dotación) a subvenciones a las comunidades autónomas, ofreciendo cobertura a más de 850.000 niños de entre 7 y 12 años.

La puesta en marcha de este plan culminará en el año 2012 con la cobertura de niños hasta los 15 años. Se accede a través de atención primaria y los ambulatorios y la asistencia dental básica a los niños incluye una revisión anual con las siguientes medidas preventivas y asistenciales:

  • Instrucciones sanitarias en materia de dieta y salud bucodental, acompañadas de adiestramiento en higiene bucodental para los niños y para sus padres y tutores.
  • Aplicación de flúor tópico, de acuerdo con la política de fluoración de cada comunidad autónoma y con las necesidades individuales de cada niño.
  • Revisión anual del estado de salud bucodental, incluyendo exploración radiográfica cuando sea necesario.
  • Sellado de fisuras o fosas en las piezas permanentes sanas para evitar la aparición de caries (las denominadas muelas de los seis años).
  • Empastes de piezas definitivas, no de leche.
  • Endodoncias.
  • Extracción de algún diente permanente siempre que no haya posibilidad de aplicar ningún otro tratamiento más conservador.
  • Extracción de dientes de leche.
  • Limpieza de boca cuando se detecten cálculos y/o pigmentaciones extrínsecas en la dentición permanente.
  • Tratamientos especiales en incisivos y caninos permanentes en caso de enfermedad, malformaciones o traumatismos sin perjuicio, en el caso de traumatismos, de las responsabilidades de terceros en el pago del tratamiento.
  • Seguimiento en los casos que aconseje el facultativo para asegurar la correcta evolución clínica de la salud dental del menor

TIC ¿Recurso o herramienta?

Entre Padres de EducaRed quiere fomentar el debate sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación. En la actualidad se ha cambiado la forma de transmitir ideas y opiniones. El entorno 2.0 ha provocado la creación de novedosos espacios de intercambio e interconexión de reflexiones y puntos de vista.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han cambiado la sociedad. Es innegable el gran impacto que han tenido las nuevas tecnologías en la transmisión y distribución de conocimientos, pero éstas, ¿son un recurso o una herramienta?

Este es el debate que plantea EducaRed en su espacio Entre Padres (www.educared.org/global/entrepadres). Es aquí donde Mabel del Giúdice, Licenciada en Psicopedagogía, nos describe algunas de los beneficios que tienen las TIC. Estos son la accesibilidad, rapidez y simultaneidad en las comunicaciones, así como el haberse convertido en un potenciador de ideas y opiniones.

La red, y todo su entorno 2.0 han provocado la creación de espacios de intercambio e intercomunicación. Sitios webs personales y blogs o bitácoras son en la actualidad lugares en los que volcar reflexiones y puntos de vista personales.

Estos cambios han tenido un reflejo en las aulas de los colegios y en los niños, quienes por supuesto, no son ajenos a las nuevas tecnologías. Muchos de ellos, incluso, son nativos digitales y tienen un mayor conocimiento de las TIC que algunos adultos.

Esto también está condicionado, según afirma Giúdice, por la “alfabetización digital”, es decir, por el aprendizaje en el uso de los ordenadores para realizar tareas del aula o su utilización como recurso didáctico.

Para esta psicopedagoga, especializada en Psicología Educacional, lo importante es promover el desarrollo de competencias en los niños que les permita:
• Adquirir habilidades técnicas usando las distintas aplicaciones que ofrecen los ordenadores.
• Acceder a distintas fuentes de información.
• Leer trabajos realizados en distintos países.
• Escribir ensayos y expresar su opinión en distintos sitios.
• Conocer nuevos formatos textuales.
• Compartir nociones o reflexiones a partir del uso de la red.
• Organizar foros de discusión.

¿Y del lado del docente?

El rol que desempeñan los profesores y los padres en el buen uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación es imprescindible. Unos y otros deben ayudar a los niños a utilizarlas de forma correcta.

Asimismo los docentes deben ser el eslabón que ayude a los menores para la aplicación de los aprendizajes logrados en el plano habitual –escritura en cuadernos, lectura de libros, etc.– al plano tecnológico.

Giúdice afirma que “si el docente sostiene un enfoque de enseñanza basado en competencias entenderá que es necesario fundar las bases para aprender toda la vida, y desarrollar capacidades metacognitivas que hacen posible un aprendizaje autónomo y autodirigido.

Para la psicopegadoga, la enseñanza en el colegio puede atender al desarrollo de:
• Habilidades para la búsqueda y selección de información.
• Juicios para valorar la información obtenida.
• Reconocimiento de las distintas perspectivas con las que se abordan los temas.
• Habilidades de argumentación para escribir posturas personales.
• Habilidades para el trabajo en equipo.
• Capacidad de autoaprendizaje.
• La metacognición.

Para algunos de los profesores premiados en el Certamen Internacional EducaRed estas nuevas tecnologías son “una herramienta muy motivadora”, como afirmaba la galardonada María Pilar Andrés, del CEIP “Eugenio López y López” de Zaragoza. Por su parte Abraham Alonso, del Colegio “Cardenal Xavierre” de Zaragoza, aseguraba “que las TIC tienen una vertiente novedosa, pero que los alumnos no sólo se quedan en eso sino que descubren que hay un abanico de posibilidades detrás de esa novedad que quieren explotar al límite”. “Es ahí donde debemos intervenir nosotros, los docentes, ya que ¿realmente están aprendiendo? Esa es la pregunta que nos debemos hacer nosotros” añadió Miguel Ángel Queiruga, del Colegio “Jesús-María” de Burgos.

Y es que es realmente difícil encontrar el camino correcto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación dentro del aula, pero ahí es donde entra en juego el papel del profesor, como asegura Queiruga ya que “hay que conseguir que cuando las TIC no sean algo novedoso, los alumnos sigan enganchados”.

Una apuesta por la Educación del futuro

Fundación Telefónica y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) han suscrito un convenio de colaboración para desarrollar el programa Metas educativas 2021: La Educación que queremos para la generación de los Bicentenarios. El acuerdo fue firmado en el marco de la XX cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebró en Mar del Plata (Argentina), los días 3 y 4 de diciembre. Los encargados de rubricar esta colaboración fueron César Alierta, presidente de Telefónica y Fundación Telefónica y Álvaro Marchesi, secretario general de la OEI.

La iniciativa Metas educativas 2021supone un ambicioso programa educativo para los próximos 11 años con el que los países latinoamericanos pueden lograr un desarrollo histórico en su Educación aspirando así a estar al mismo nivel de los países más desarrollados. Esta propuesta supone, en palabras de Enrique Iglesias, secretario de Estado Iberoamericano, “el esfuerzo más importante de la historia de América Latina para impulsar la educación a favor del desarrollo”.

El objetivo de ambas entidades es conseguir que los países latinoamericanos realicen una apuesta por la Educación. Para ello el programa cuenta con 11 metas educativas con niveles de logros específicos, que los estados presentes en la cumbre se comprometen a tratar de cumplir. Éstas son comunes a todos los países, pero cada uno ha concretado previamente adónde quiere llegar y de dónde parte para alcanzarlas. Son metas comunes y diversas.

Fundación Telefónica y la OEI, que llevan colaborando desde 2007, tanto en las actividades realizadas a través del Instituto para el Desarrollo y la Innovación Educativa, como con la organización del premio Fundación Telefónica-OEI, han establecido un nuevo marco de colaboración para promocionar iniciativas que contribuyan a la mejora de la calidad en la atención de los niños y las niñas de Latinoamérica.

Ser modelo

Tengo 16 años y quiero ser modelo de publicidad y televisión pero mi madres no me deja apuntarme a ninguna agencia. Dice que soy muy joven y que tengo que seguir estudiando pero a mí nunca me apetece.

¿Qué tipo de formación debería seguir para poder compatibilizarlo más adelante con lo que realmente quiero hacer?

Vanesa (Murcia)

Estimada Vanesa, tengo que reconocer que nuestro equipo de profesionales no sabe mucho de las condiciones que deben darse para ser modelo. No obstante, estamos completamente de acuerdo con tu madre sobre las ventajas de seguir estudiando. A parte del enriquecimiento personal, ten en cuenta que, como los grandes deportistas, no todo el mundo alcanza la élite y que la duración del ejercicio profesional es, frecuentemente, más limitado que en otras profesiones.

En cuanto a qué estudiar, depende de tus áreas de interés. El compatibilizar los estudios con el trabajo es algo que han hecho muchas personas con éxito, aunque generalmente con un ritmo diferente y más dificultades cuando se trata de carreras con mucha carga de prácticas como Enfermería, por ejemplo. Tal vez podrías informarte sobre módulos formativos de grado superior como Patronaje y moda, Estética, Imagen o, por ejemplo, estudios universitarios como el Grado en Diseño de Mota o Artes Escénicas.

Educar en valores a través de los juguetes es posible

Bondad, fidelidad, tolerancia o curiosidad son algunos de los valores que todos deberíamos tener inmersos. Y será más fácil asimilarlos si son inculcados desde que somos pequeños; y puede llegar a ser divertido si usamos para ello lo que más les gusta a los niños: los juguetes.

Los niños son pequeños de altura, pero eso no les quita la perspectiva que pueden llegar a tener y, así, desde su corta edad, podrán aprender a través de lo que más les gusta: los juguetes. Y nos planteamos, ¿quiénes son las personas más indicadas para elegirlos? Sus principales educadores, los padres, así que te vamos a demostrar que los juguetes pueden desarrollar una serie de valores fundamentales.

En este momento nos aproximamos a unas fechas en las que los escaparates están llenos de juguetes, y la oferta es tan amplia, y nuestro tiempo tan escaso, que no sabremos cuál será el mejor. Muchas veces las prisas hacen que sólo pensemos en la diversión, pero esa es sólo una de las facetas que puede tener un mismo juguete. “Creo que los padres a veces no somos muy conscientes de lo que estamos comprando a nuestros hijos, porque si no, no creo que determinados juguetes fueran nº 1 estas navidades. Deberíamos saber más sobre cómo influyen los juguetes en la educación. En mi caso, intento que se divierta pero también que le eduque; y lo hago tanto con los juguetes como con la televisión, que casi siempre la ve en inglés”, afirma Mara Esteban, madre de un niño de 18 meses.

Todos sabemos que los juguetes son del niño y, aunque son importantes, podemos aunar los valores pedagógicos como la inquietud por aprender cosas nuevas, la imaginación o la creatividad, con la adquisición de unos valores humanos y sociales que harán que crezca como una mejor persona.

“La mayoría de los padres no son conscientes de que a través del juego ellos pueden transmitir a sus hijos valores como la tolerancia, la amistad, la familia o el respeto al medio ambiente de una forma divertida. Por ejemplo en Imaginarium desarrollamos la línea de Amanda que representa el entorno familiar y de amistad de una niña de ocho años donde lo más importante es la familia y los amigos, ya que su historia se basa en la relación entre ellos. Además, conviven personajes de diferentes razas, lo que hace, que desde la infancia este valor de convivencia y tolerancia se perciba como algo normal y natural”, afirma Sonia Pérez Romera, experta en contenidos pedagógicos de Imaginarium.

También podemos inculcar actitudes ecológicas y sostenibles a través del juego. En Imaginarium están muy concienciados con ello y cada temporada desarrollan productos que, aparte de diversión, inculcan actitudes respetuosas con el medio ambiente. Este es el caso de Makedo, un juego de manualidades que les enseña reciclar para construir sus propios juguetes además de fomentar la creatividad de los pequeños.

Padres, fundamentales

“La educación es al hombre lo que el molde al barro, le da la forma” decía Jaime Balmes, filósofo y teólogo español del siglo XIX. Y es que la formación que se le da a una persona es fundamental, porque le va a definir para el resto de su vida. Y por eso, hay que elegir bien los medios que usamos para ello, y siempre sin olvidar que los padres son los verdaderos protagonistas de esta, a veces ardua, tarea.

“El juguete por sí solo no educa al niño. Para conseguir este aprendizaje los padres tienen que implicarse en el juego de sus hijos para que el mensaje les llegue al 100%. En Imaginarium, los juguetes encierran una historia que los padres tienen que contar a sus hijos como parte del juego. KicoNico es uno de los personajes más importantes de Imaginarium ya que representa la bondad y la pureza del alma. KicoNico posee imperfecciones, tiene un remiendo en un brazo, la cabeza demasiado grande y las orejas de diferente tamaño, pero esto es precisamente lo que sirve de base para que los padres cuenten a sus hijos que no hace falta ser perfecto para ser feliz puesto que la verdadera belleza está en el interior de las personas”, asevera Sonia Pérez.

Este tipo de juegos y actividades que te proponemos harán que el niño crezca intelectualmente, que reciba los estímulos necesarios para su formación en la etapa de aprendizaje en la que se encuentre y que además, asimile valores y actitudes positivas desde su infancia de una forma divertida y siempre de la mano de sus padres.

Pintan bastos

Tras la muerte de Dumbledore, y la caída de la ‘careta’ de Severus Snapes, las cosas están más oscuras que nunca, tanto en el mundo de los magos como en el de los muggles. La vida de Harry Potter corre serio peligro, y sus amigos están dispuestos a arriesgar las suyas para ponerle a salvo, pues saben que él es la única opción para derrotar a Valdemort.

Con la ayuda de Hermione y Ron tratará de dar con los horrocruxes, pedazos del pasado de tan poderoso enemigo, cuya destrucción resulta vital. Serán herramientas poderosas en tan desigual combate las que Dumbledore ha legado a los tres amigos en su testamento.

Séptima entrega de la saga Harry Potter en cine, y primera parte de la última novela de J.K. Rowling Harry Potter y las reliquias de la muerte, pues se ha tomado la decisión de extraer de ella dos películas.

En el haber del film está una atmósfera que sigue creciendo en oscuridad, con los protagonistas puestos seriamente a prueba. De modo especial Ron, con su complejo de inferioridad y sus celos –le gusta Hermione, pero cree que ella le desprecia a favor de Harry–, que le invitan a dejar a sus amigos en la estacada. Y hay pasajes logrados, como a añagaza de un conjuro que nos muestra a múltiples Harry Potter, para proteger al auténtico. Sin embargo, continúan los síntomas de agotamiento en la saga, que ya se detectaban en Harry Potter y el misterio del príncipe.

El director David Yates da la impresión de ser un director ‘a las órdenes de lo que digan los jefes’, y no resulta muy imaginativo en el uso de la parafernalia de efectos digitales –véase la enésima persecución fílmica en autopista en sentido contrario, sin nada vibrante que aportar–, además de empantanarse en los pasajes en que los personajes se encuentran como perdidos, como si él mismo se hubiera contagiado de dicha desorientación. De modo que aburre un poquito.

Ficha técnica

Título: Harry Potter y las reliquias de la muerte (1ª parte)
Director: David Yates
Intérpretes: Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter