Prevenir desde bebés

Su Majestad la Reina ha presidido la firma de un convenido de colaboración entre la FAD y Mi bebé y yo. Por medio de este convenio promoverán la realización conjunta de iniciativas, proyectos y actuaciones concretas tendentes a favorecer y potenciar las posibilidades educativas de los padres y madres de familia.

La FAD editará y pondrá a disposición de Mi bebé y yo 425.000 ejemplares del material “¿Qué puedo hacer? Educando a tu bebé”, dirigido a padres y madres con hijos de 0 a 6 meses de edad.

Por su parte, Mi bebé y yo distribuirá este material en el interior de su “Canastilla Familia” en los hospitales y maternidades españoles, realizando una entrega continuada de 35.000 ejemplares al mes aproximadamente a las madres tras el nacimiento del bebé, a lo largo de un año, desde el 1 de enero de 2011.

Más información www.fad.es

Bebés

Bebés nos propone compartir un desafío excitante: seguir muy de cerca de cuatro bebés en cuatro países diferentes entre sí, desde su nacimiento hasta sus primeros pasos.

Los niños son: Ponijao, que vive con su familia cerca de Opuwo, Namibia; Bayarjargal, que reside con su familia en Mongolia, cerca de Bayanchanami; Mari, que vive con su familia en Tokio, Japón y Hattie, que reside con su familia en San Francisco, Estados Unidos.

Redefiniendo el concepto de documental, Bebés captura en la película las etapas más tempranas del viaje de la humanidad, que son absolutamente únicas y universales a todos nosotros.

La magia de los cuentos

La magia de los cuentos infantiles llega al teatro Lara de la mano de Teatro Alegre, de la compañía canaria Profetas de Mueble Bar.

El espectáculo Caperucita roja y otros cuentos de los hermanos Grimm representa lo mejore y más característico del mundo de lo maravilloso y fantástico recogido por la tradición popular. En ellos se encuentran todas las claves de los relatos maravillosos, los mismos que han sido inspiración posterior para multitud de escritores, creadores de juegos y películas de fantasía.

En el espectáculo, los populares Claudio y Expósito esperan la llegada de Don Polito, que trae a los espectadores un gran tesoro: el maravilloso libro de todos los cuentos.

Más información: www.profetasdemueblebar.net

Multitarea. La atención errante del alumno

Está en boca de todos. Algunos ven en ella un efecto beneficioso del uso perenne de aparatos electrónicos entre los chavales de hoy en día. Otros se muestran más cautos. ¿Qué es exactamente la multitarea? ¿Debería modificar los procesos de enseñanza-aprendizaje?

Mentes tan ágiles que sus propietarios pueden aprender trigonometría mientras chatean por internet, envían SMS y ven la televisión sin oírla, ahogado su sonido por el rock que truena en los auriculares incrustados en sus orejas. Las versiones más extremas del concepto multitarea presentan a los chavales de hoy en día como seres de inteligencia superior, capaces de embarullar su cerebro con varios estímulos simultáneos y de procesarlos todos con idéntica eficacia.

Para muchos, sin embargo, la multitarea sólo responde en contadas ocasiones a la habilidad de realizar más de una cosa al mismo tiempo (se suele citar como ejemplo el leer y escuchar música). Según esta segunda acepción, cuando enunciamos la palabra de moda entre los teóricos de la enseñanza, casi siempre nos referimos a la capacidad de pasar de una tarea a otra a velocidad frenética y sin detrimento en la atención específica que prestamos a cada una de ellas.

No obstante, las dudas persisten. “Desde un punto de vista psicológico, resulta muy, muy difícil evaluar el fenómeno porque, si cambias de tarea con gran rapidez (atiendes a una cosa y luego a otra, y vuelves a la primera, y otra vez a la segunda), va a parecer que realmente estás dividiendo tu atención de forma equitativa, ya que el cambio resulta casi inapreciable”, señala Daniel Willingham, profesor de Psicología Cognitiva en la Universidad de Virginia y autor de ¿Por qué a los alumnos no les gusta la escuela?.

Asumiendo que la multitarea en sentido estricto suele ser la excepción, la pregunta sería entonces hasta qué punto la omnipresencia de aparatos electrónicos ha dotado a los alumnos actuales de un talento especial para llevar a cabo vertiginosas transiciones entre actividades diferentes. He aquí el epicentro de la polémica, sobre todo en cuanto a sus repercusiones didácticas.

Aburridos

Algunos expertos recomiendan abrir las puertas del aula a la invasión de todo tipo de sofisticados cachivaches. Para adaptar la escuela al mundo real de los alumnos y porque así irán habituándose al dinamismo funcional que reclaman la mayoría de trabajos en el siglo XXI. En una reciente entrevista a la revista Magisterio, Larry Rosen, autor de Reinstalados: entender a la Generación I y su forma de aprender, declaraba lo siguiente: “En casa, los alumnos estudian mientras escuchan música, a veces tienen la tele puesta, casi siempre hay encendidos múltiples aparatos. Y cuando llegan a clase, les decimos que se sienten y escuchen. Esto no puede funcionar”. Profesor en la Universidad Estatal de California, Rosen permite a sus alumnos echar mano del móvil o navegar por internet mientras él imparte la lección.

Willingham sostiene la opinión contraria: si los estudiantes de hoy en día son incapaces de centrarse en algo tan sencillo como escuchar a sus profesores, la escuela debería compensar esa anomalía, no fomentarla. “Cuando observo que mis alumnos se distraen con facilidad, lo tomo como una prueba de que necesitan más práctica a la hora de mantener la atención. Hablamos de una aptitud que habría que empezar a enseñar muy pronto, desde la guardería. Todo pasa por transmitir la idea de que trabajar en algo en profundidad conlleva recompensas”, señala.

De hecho, hay datos que desmienten el mito según el cual ejercitar la multitarea compulsivamente se traduce por sistema en una mayor fluidez mental. Un estudio de la Universidad de Stanford concluyó que los alumnos que más recurren a ella tienen peor memoria y más dificultades para discriminar entre información relevante y secundaria que el resto. Más sorprendente aún, también puntuaron peor en su supuesta prueba predilecta: la que les pedía trasladar su foco de atención de forma instantánea y efectiva.

Willingham intenta explicar esta aparente paradoja. “Si tienes poca paciencia y te aburres con facilidad al emprender una actividad durante un tiempo prolongado, la multitarea puede antojarse muy atractiva. Pero el hecho de que te aburras con facilidad también puede ser un reflejo de que no se te da muy bien regular tu atención”. Es decir, la multitarea como vía de escape frente a deficiencias cognitivas tales como la ausencia de control mental.

Olimpiadas intelectuales para jóvenes talentos

Muchos jóvenes, que con el tiempo se han convertido en científi cos de prestigio internacional, decidieron dedicarse a las ciencias después de participar en las olimpiadas intelectuales que se celebran por todo el mundo. Este tipo de concursos son un gran estímulo y se consolidan como uno de los mejores “detectores de talento”.

Los estudiantes de enseñanzas medias con mayores inquietudes todavía están a tiempo de participar en las olimpiadas intelectuales que se celebran en España. Se trata de concursos donde los jóvenes ponen a prueba sus conocimientos científicos. Primero se enfrentan de forma eliminatoria en las fases local, autonómica y nacional (durante los primeros meses del año), y quienes obtienen las mejores puntaciones acceden a la olimpiada internacional (habitualmente en verano), aunque en algunos casos hay ediciones intermedias, como la iberoamericana o la europea.

En España, la Olimpiada Matemática es la más antigua y su éxito ha animado a organizar otras, como la de Física, Química, Biología y, más recientemente, Informática o Geología.

El objetivo de estas competiciones es múltiple. Según Javier Fernández-Portal, miembro de la Junta Directiva de la Olimpiada Española de Biología, uno de los principales es despertar en los jóvenes el deseo de realizar estudios relacionados con las ciencias. Pero también se persigue que surjan nuevos investigadores, así como que los centros educativos impartan estas disciplinas de forma cada vez más práctica.

Toda una experiencia

Una de las últimas olimpiadas en dar el salto a la competición internacional ha sido la de Biología, organizada por la Asociación Olimpiada Española de Biología. En 2010 participaron 600 estudiantes de 4º de ESO y 2º de Bachillerato en la fase autonómica en Madrid, donde se enfrentaron los tres estudiantes seleccionados en cada colegio. Cada Comunidad Autónoma celebra su edición particular y los tres o cuatro mejores resultados, según el tamaño de la región, pasan a la fase nacional. Posteriormente, los ocho estudiantes mejor clasificados acceden a la olimpiada internacional (cuatro estudiantes), que el año pasado se celebró en Corea, o a la iberoamericana (otros cuatro), en Costa Rica.

Cada país se compromete a organizar la olimpiada en su territorio, en un plazo de diez años desde su primera participación. Posteriormente, la sede va rotando. La organización de la edición del año pasado en Corea costó 4,3 millones de dólares. La delegación española pagó 2.000 euros para la participación y el alojamiento de dos profesores y cuatro alumnos olímpicos.

Según Fernández-Portal, no se quiere crear demasiada competitividad. De ahí que hasta la fase internacional no se comunica a los estudiantes en qué posición terminan: son grupos de primeros, segundos o terceros. Asimismo, se procura evitar conceder premios económicos y se regalan libros, microscopios, productos tecnológicos o incluso becas universitarias: es más importante la experiencia participativa.

Así lo expresan Lucas y Álvaro, los dos españoles mejor puntuados en las Olimpiadas Internacionales de Biología de 2009 y 2010, respectivamente. Ambos coinciden en que para ellos ha sido una experiencia inolvidable, en la que se han encontrado con personas de muy diferentes culturas a quienes no les da miedo despuntar y con las que comparten la pasión por la biología. Lo más estimulante es que no hay que esperar demasiado para ver los resultados. Fernández-Portal da alguna pista: uno de los participantes de los últimos años ha recibido una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Stanford, en Estados Unidos; dos de los finalistas españoles del año pasado estudian actualmente bioquímica y una estudiante que se encuentra ahora en quinto de carrera probablemente termine con matrícula de honor.

Para muchos de estos participantes las medallas reales llegarán más tarde pero es indudable que estas iniciativas son un estímulo para empezar a cosechar éxitos y despertar vocaciones.

¿Ejercicio o problema?

Los organizadores de las olimpiadas coinciden en que las pruebas, tanto teóricas como prácticas, buscan que los participantes empleen su capacidad de raciocinio, y no tanto la aplicación de fórmulas conocidas. Es decir, enfrentan a los estudiantes a problemas, no a ejercicios cerrados que se resuelven de forma mecánica.

El resultado es que los estudiantes profundizan en sus conocimientos para resolver los problemas, aprenden a concentrarse y se ven obligados a utilizar su inteligencia e intuición, más que su memoria. Como es fácil de imaginar, este tipo de preguntas están mucho más elaboradas que las preguntas de examen habituales. Para la fase internacional, cada país envía una serie de problemas y un comité selecciona las mejores para que las resuelvan los participantes.

¿Qué se debe hacer ante el acoso?

Solucionar el problema del acoso escolar no es nada fácil. Se suele realizar a espaldas de los educadores, con la ley del silencio entre los compañeros de la víctima. A veces, lo que tiene apariencia de “bromita sin importancia” no lo es en absoluto. Los expertos alertan de que existen situaciones muy dramáticas que pueden acabar incluso en suicidio.

Llamamos acoso escolar a los maltratos físicos y psicológicos que recibe un niño en un centro escolar por parte de sus compañeros. El acosador es alguien físicamente más fuerte, más popular entre sus compañeros que paradójicamente maltrata en busca de la aprobación de los demás. Según S.O.S Bullying “son hábiles manipuladores”. Suelen cebarse una y otra vez con las víctimas, siempre más introvertidos. Los niños pueden ser bastante crueles con aquellos chicos que tienen defectos físicos, a los que precisamente se debería apoyar más.

El bullying puede empezar a edades muy tempranas. “No sé si se podría calificar como acoso escolar ciertas actitudes que encontramos en niños ya desde los 4 años, pero desde luego que sí que podemos señalar ciertos comportamientos de algunos niños hacia otros que hieren sus emociones y les produce estrés y malestar. En algunas ocasiones este comportamiento se repite a lo largo del tiempo y siempre hacia la misma persona”, explica María Gamallo, maestra del centro religioso Santa Isabel, de Barcelona. No es un problema baladí.

Estas situaciones se perpetúan porque los “amigos” del agresor a veces no sólo no apoyan a su compañero agredido, sino que “le ríen la gracia” por miedo a ser considerado poco “guay” por el resto de la clase, o de convertirse en la próxima víctima. Y también tenemos bastante responsabilidad los padres y educadores, porque no estamos lo suficientemente alerta y se nos pasan situaciones que pueden derivar en que el alumno se aísle aún más, disminuya su autoestima, baje su rendimiento escolar, y en ocasiones más radicales, incluso en el suicidio.

De acosador a…

También es necesario parar el acoso escolar por el bien del propio acosador. Es importante que aprenda a respetar a los demás, para su desarrollo como persona, y porque a pequeña escala está actuando como los maltratadores, delincuentes, mafiosos y terroristas que intimidan a la ciudadanía. Si no le hacemos ver que su comportamiento es erróneo, podría tener problemas con la ley en el futuro.

El acosado tiende a ocultar su situación por vergüenza o porque teme empeorar las cosas. Conviene estar muy atentos para detectar este tipo de situaciones. “A menudo este fenómeno pasa desapercibido o es mal interpretado por los adultos”, explican en la asociación Protégeles.

Un ejemplo: a veces los moratones y pequeñas heridas son frecuentes en niños que juegan y hacen deportes, pero conviene preguntarles, y estar atento por si se repiten demasiado… Igual descubrimos algo extraño.

Como es bien sabido, existen niños un poco ‘vagos’ que no quieren ir a la escuela, pero conviene distinguir cuando el chico siente realmente miedo patológico cuando debe acudir a su centro, falta sin decirnos nada, o llega a simular enfermedades para quedarse en casa. Si realmente existe una razón de peso para que quiera faltar a la escuela, debemos conseguir que nos lo cuente para tratar de solucionar la situación.

Los chicos acosados suelen mostrarse desanimados y tristes, tienden a encerrarse en sí mismos y no tienen amigos.

A tener en cuenta

  • Lo más importante es la comunicación con el niño, al que le debemos dedicar mucho tiempo. Es importante ayudarle a reforzar su autoestima y a sentirse bien, apoyarle e interesarse por sus problemas y necesidades.
  • Según concluye el sociólogo holandés René Veenstra un factor clave es crear en clase un ambiente hostil hacia los acosadores. “Si las víctimas ven que el resto de sus compañeros siguen la corriente a los matones, el riesgo de depresión aumenta al considerarse unos inadaptados sociales”, explica Juan Meseguer en su artículo “Cómo parar los pies a los matones de la clase”, en Aceprensa. Para lograr la tolerancia cero hacia el bullying, los educadores deben concienciar a la clase de que esto no debe ocurrir.
  • “El comportamiento debe ser parado de inmediato”, explica la profesora María Gamallo, que también propone que el centro tenga un protocolo de actuación que les indique a los maestros cómo actuar de forma uniforme, con una serie de consecuencias para el acosador. “De esta forma hay un registro de las veces que un niño molesta a otro y a quién, porque a veces el acoso se produce en los pasillos, baños, o en clases diferentes, con lo que el acosador se encuentra con una situación de impunidad que encima le otorga más poder e impunidad”, comenta la maestra.
  • Existe un riesgo de sobreproteger al chico, por lo que se debe enseñarle a defenderse utilizando la palabra, y a exponer frente a los adultos y compañeros aquellas situaciones que son injustas. Si corre riesgo de agresión, hay que intervenir, pero es mejor que aprenda a defenderse de sí mismo.
  • Debe aprender a no perder el control. Cuando un chico encaja mal las bromas, se enfada o se pone nervioso, los demás tienden a aprovecharse de esta situación y se convertirá en el blanco de todo tipo de burlas. Si le dicen algo que le molesta un poco pero no tiene más importancia, puede seguir la broma o hacer otro comentario jocoso sobre su compañero en la misma línea. Si lo que le están diciendo realmente le molesta o es ofensivo, debería manifestar su desagrado con tranquilidad y marcharse a otro lado.
  • Es importante aclarar al chico que ser un “chivato” o “acusica” porque su hermanito se ha comido un caramelo antes de la cena es absurdo, pero esto no es lo mismo que callarse cuando un compañero lo está pasando muy mal, y está siendo sometido a vejaciones. Es muy interesante lo que comenta sobre este tema la experta en adolescentes Patricia Kelley Criswell, que señala que a veces les mandamos mensajes equivocados a los niños. “Se debe aclarar al niño que no es lo mismo ‘chivarse’ para dejar mal a alguien por algo sin importancia, que informar a los profesores sobre el bullying. Esto último es prestar un servicio a los demás. Es algo heroico porque supone dar la cara por alguien que está siendo maltratado”, explica Criswell.
  • Es interesante hacerle notar al chico que no debe desatar la envidia de los demás. Si le ‘restriega’ a los demás que tiene juguetes caros o ropa de marca puede caer mal y convertirse en víctima.
  • Por último, es bueno consultar a los expertos. La organización Protégeles ofrece una línea de ayuda online con orientación sobre este tema: www.acosoescolar.info.