“Estamos creando niños con derechos cada vez más frustrados e intolerantes”

Con motivo de la publicación de su libro Padres sin derechos, hijos sin deberes, charlamos con María de la Válgoma.

Doctora en Derecho y profesora titular de Derecho Civil en la Universidad Complutense de Madrid, sobre las consecuencias de la pérdida de autoridad de padres y profesores y de cómo lograr que nuestros menores se conviertan en ciudadanos responsables y solidarios. 

Madrid, cuatro de la tarde. A la hora del café de un frío día de mediados de febrero, María dela Válgomarecibe a Padres y Colegios para hablar de su nuevo libro. Su voz suena dulce y serena. Padres sin derechos, hijos sin deberes. Ya con el título lo dice todo. “Pues sí. Lo cierto es que padres sin derechos estaría correcto, si no se les exigiera nada más. El problema actual es que a los padres se les exige mucho, ya que son los responsables de todo lo que hacen sus hijos, pero ahora no se les autoriza legalmente a corregirles y eso es un tremendo un error”. Esta primera pregunta da pie a que la autora nos revele que este libro nació tras la reforma del último párrafo del artículo 154 del Código Civil, que trata acerca de los deberes de los padres. El párrafo dice así: los padres podrán corregir moderada y razonablemente a los hijos. “No lo olvidaré. Al día siguiente, los titulares de la prensa me produjeron gran indignación: “Suprimida la bofetada del Código Civil. El Código Civil acaba con el maltrato físico”. “Se interpretó como que los padres no pueden decir a sus hijos lo que está mal, porque se entendió que eso podía suponer violencia física. Cuando el verbo corregir en su primera acepción, según el Diccionario dela Real Academiadela Lengua Españolaindica rectificar lo que está mal. ¿Dónde hay violencia en decir lo que esta mal? Y éste fue el motivo que me llevó a investigar acerca de los derechos de los padres y los deberes de los menores”.

Rotunda y firme, así se muestra esta experta en derecho cuando se refiere a la violencia contra los menores. “El castigo físico nunca es razonable ni justificable y debe estar penado. Sin embargo, seguro que todos recordamos algunos disparates judiciales que han sido noticia en todos los telediarios de nuestro país. Como aquella madre sordomuda que le dio una bofetada a su hijo adolescente y el juez dictaminó que la madre estuviera alejada del menor durante un año. Y el hijo acudió a la prensa para decir que no quería estar lejos de su madre. Esto no es más que un disparate que indica que no estamos haciendo las cosas bien con los niños”.

Intolerantes y frustrados

Así considera María dela Válgomaque son los niños del siglo XXI. “Estamos creando niños con derechos, que además los exigen, pero a los que no les podemos exigir ninguna responsabilidad. Esto está provocando que los menores de hoy tengan una escasa o nula resistencia a la frustración, porque no admiten un No por respuesta y por ello cada vez son más intolerantes”. Para comprender como hemos llegado a este punto, María se remonta a la época de nuestros abuelos. “Antes, se tenían muchos hijos, porque no existía planificación familiar y además, debido a que no contaban con buenos  medicamentos y los avances científicos de los que disponemos hoy, muchos niños morían el primer año. De familias muy numerosas en la época de nuestros abuelos, hemos a pasado a familias con dos hijos como máximo. Por lo que el niño se ha convertido en un objeto sumamente deseado y en el que los padres han volcado todas sus carencias. Esto es, si tus padres fueron autoritarios contigo de niño, tú no quieres que tu hijo sufra lo que tú pasaste de niño. Y poco a poco hemos ido cayendo en el otro extremo, en la permisividad y en el todo vale con tal de no disgustar al menor”.

Aunque el panorama en cuanto a las leyes de protección al menor es más bien negro y pesimista, porque sólo contemplan derechos y ningún deber de los niños, María dela Válgomase muestra optimista, porque las leyes más recientes sí incluyen los deberes de los menores. “La Leyde Mallorca ya indica que el menor tiene el deber de asistir a la escuela y el deber de estudiar entre otros. Y el Código Civil de Cataluña, reformado a finales del 2011, vuelve a incluir el derecho de corrección de los padres hacia los hijos. Todo apunta a que el Derecho va a seguir los mismos pasos que ha seguidola Educación.Elámbito educativo se dio cuenta que con tanta permisividad se estaban creando unos niños débiles y poco resistentes a la frustración. Y el Derecho poco a poco también irá cambiando aquellas leyes que en lugar de beneficiar al menor, lo que han hecho es perjudicarle al darle tantos derechos y ningún deber”.

Educar en la responsabilidad

La conversación da un giro y se aleja del mundo jurídico para adentrarse en la problemática actual de la falta de autoridad en las aulas. Un terreno que María dela Válgomaconoce muy bien, ya que fue profesora durante años en el colegio Santa María del Camino, donde estudiaron las infantas. “Los profesores, al igual que los padres, han perdido las herramientas para corregir a los menores. Hoy, los profesores carecen de autoridad en las aulas y esto es lo que está provocando que el menor se sienta poderoso, porque nadie le puede llevar la contraria ni decirle lo que está mal. Otro problema que tenemos hoy es que vivimos en la sociedad de la satisfacción inmediata, porque el valor del esfuerzo ha caído en desuso y esto es un disparate. No podemos educar a los niños con valores como la satisfacción inmediata o alejándoles de las dificultades para que no sufran, porque entonces esos niños serán mañana unos ciudadanos insatisfechos que además se rendirán al toparse con el primer obstáculo. Los padres y la escuela educan, pero no lo olvidemos, la sociedad también y aquí todos debemos aportar nuestro granito de arena”. Y, ¿hay vuelta atrás? “Por supuesto. La clave es educar al niño en la responsabilidad. Pero los padres y la escuela solos no pueden, porque el impacto que tiene hoy la sociedad en los menores es enorme. En la actualidad, los niños se ven influidos por diferentes canales: los medios de comunicación, Internet, las redes sociales, el cine, la música, los amigos, compañeros. Y todos esos canales deben transmitir valores basados en el esfuerzo, en la tolerancia y el respeto, la generosidad, la honestidad. Lo que está claro es que como dice un bonito proverbio africano: Para educar a un niño hace falta la tribu entera”.                             

Poner límites y decir No

Madre de cinco hijos y autora de numerosos artículos jurídicos, ha escrito también junto con José Antonio Marina La lucha por la dignidad, La magia de Leer y La magia de escribir. También se ha producido un cambio en la relación padres e hijos. “Efectivamente. El rol de padre amigo que ejercen hoy muchos padres es un error que no hace más que perjudicar a los menores. Recordemos que ni la familia ni la escuela son instituciones democráticas. Son instituciones donde se pueden aprender muchos valores de la democracia, como el respeto y la tolerancia, pero su función principal es educar y para educar hay que poner límites y decir No cuando sea necesario. En el ámbito familiar no vale el de tú a tú, porque los padres tienen la responsabilidad de educar a los hijos. Y la consecuencia directa de todo esto es que por desgracia, las consultas de los psicólogos están llenas de niños cada vez más agresivos y que no toleran la frustración”.

De sobra es bien conocido que el oficio de ser padre es el más difícil que existe y que nadie tiene el secreto de cómo educar bien a un hijo. Pero María dela Válgomatiene claro que la educación de un hijo comienza en sus primeros meses de vida. “Si queremos que nuestros hijos sean responsables, autónomos y solidarios hay que hacerlo desde pequeños. ¿Cómo? Poniendo límites, diciéndoles No cuando corresp
onda y castigándoles sin salir o sin jugar al ordenador cuando suspendan o se porten indebidamente. En cada etapa, el niño debe saber que tiene sus pequeñas obligaciones. Y el deber básico de los menores regulado en el artículo 155 del Código Civil es el deber de obediencia” concluye la autora.  

¿Gritas o susurras?

Torpe, que no sabes ni atarte los zapatos; le dice Pablo a su hijo Marcos en el parque. Yo no me atrevo a decir nada pero veo lo injusto de la situación. De hecho, tengo un hijo de ocho años que casi a diario me saca de mis casillas y me angustio porque me sorprendo a mi misma gritando para llamar su atención y que me obedezca. 

¿Habéis notado que hay familias que se comunican a gritos? Los gritos son algo constante durante el día. Los padres gritan a sus hijos en la casa, en la tienda, en el parque, en el coche. Pero, ¿por qué lo hacen? La lógica y el sentido común nos ayudan a entender algunos de los motivos:

-¡Los chicos pueden ser exasperantes! Puedes llamarlos, y volver a llamarlos y no vienen. Les explicas y no escuchan. A veces les tienes que pegar cuatro gritos para que te presten atención. Es entonces, cuando les gritas, cuando por fin te toman en serio.

-Otra buena razón es que te ayuda a desahogarte. Es muy frustrante andar corriendo todo el día de aquí para allá, haciendo  mandados, trabajando, llevando la casa, ocupándote de todo el mundo para, después de todo esto, tener que lidiar con un hijo que te dice con chulería que no se quiere bañar “porque no le da la gana”. ¿Cuánto pueden soportar los padres? Al gritar liberamos las tensiones y así evitamos desarrollar úlceras.

-Gritar está en nuestros genes y es una reacción que surge de los modelos que nos brindaron nuestros padres. Es natural. Lo que se aparta de lo natural es “no gritar”. Exige mucho autocontrol, es algo así como dejar de consumir azúcar, café y chocolate por el resto de nuestras vidas. Si partimos de la base que no deberíamos gritar, entonces nuestras cuerdas vocales vendrían programadas en “mute” o en “modo susurro”.

Podemos buscar todas las justificaciones y explicaciones racionales que queramos pero también es cierto según la psiquiatra Eva Gálvez, profesora enla Universidad Complutensede Madrid, que “cuanto más griten los padres tanto más aumentarán los síntomas del estrés, tales como arrancarse el pelo, escarbarse la nariz, parpadear, mojar la cama y otros. Cuanto más gritemos, peor será la salud física de los niños: más dolores de cabeza, de estómago, resfriados y gripes. Cuanto más gritemos, mayores serán los problemas de conducta de nuestros hijos: desobediencia y desafío en casa o el colegio. Cuanto más gritemos, más problemas sociales tendrán nuestros hijos: serán víctimas de mobbing, o serán hostigadores, les costará hacer amigos y mantenerlos. Y, cuanto más gritemos, mayor será la tendencia de nuestros hijos a presentar falta de concentración para hacer los deberes”. Ningún niño proveniente de un hogar donde se grita presenta toda esta sintomatología en forma simultánea; “la vulnerabilidad individual de cada niño determinará las áreas de funcionamiento que podrán verse afectadas”, nos explica.


FACTOR TIEMPO

El tema es más importante y tendrá mayores secuelas cuanto más perdure en el tiempo, es decir, si les gritamos ininterrumpidamente durante dos décadas (durante los años de la niñez y la adolescencia) entonces, menos les vamos a agradar. Cuanto menos les agrademos, tanto menos querrán parecerse a nosotros. Al no identificarse con nosotros, posiblemente también rechacen nuestras enseñanzas, nuestros valores y cualquier cosa que queramos enseñarles. Por eso, cuanto más gritemos, menos influiremos sobre nuestros hijos para que sigan por el camino que queremos que recorran. Y además, cuando les gritamos a nuestros hijos, también les estamos gritando a nuestros nietos…  Porque sin querer habremos incorporado «programa de gritos» a su crianza.

Por otro lado aunque hay padres Me que creen que no pasa nada, y de que es la única manera “no violenta” de criar a sus hijos porque no les pegan, la psicóloga nos explica que “los gritos no son respetuosos, también son una forma de violencia; no hay violencia física pero si emocional” y nos propone tratar de criar a los hijos sin gritar porque “es positivo, respetuoso y efectivo”. “Se atrapan más moscas con miel que con hiel”, añade.

 

DIALOGAR

-Habla con tu hijo. No olvides que tu hijo es una persona. Hay quienes les hablan “a” los niños en lugar de hablar “con” ellos. Escucha, presta atención a lo que te dice tu hijo.

-Los niños aprenden a comunicarse como lo hacen sus padres. Si tú gritas no te extrañe que tu hijo te conteste de la misma manera. Cuando hay buena comunicación la relación con tu hijo se fortalece.

-Mantén la calma. Es más fácil decirlo que hacerlo, en especial cuando hemos tenido un mal día,  pero ser padres nos permite ser mejores personas y aprender a manejar las emociones. Las presiones del trabajo y todas las responsabilidades de la vida diaria pueden hacer que perdamos la calma rápidamente y terminemos gritando por cualquier cosa. Cuando controlas tu temperamento tu hijo también aprende a controlar el suyo.

-Date tiempo para estar con tu hijo. Demuéstrale tu amor, abrázalo, bésalo, dile que lo amas. Dedica diariamente una parte de tu día para hablar con él, para preguntarle cómo le fue, qué hizo, a qué jugó.


GRITOS VERSUS SUSURROS

Los gritos nunca deberían utilizarse como un recurso educativo. Solamente son excusables, cuando los utilizamos por instinto ante un peligro  como si  el niño va corriendo por la acera en dirección al paso de cebra y no se para. Es verdad que la labor de los padres es agotadora en ocasiones para conseguir que obedezcan, pero depende de la constancia y no de los gritos, el que lo consigamos de forma correcta.” Es curioso además ver en el juego de los pequeños, como se reflejan las actitudes y comportamientos que aprenden de los que les rodean. Cuando un hijo juega castigando o gritando a sus muñecos, no suele ser un buen síntoma”, señala Eva.

-Así, por mucho que parezca increíble, susurrarles o hablar en voz baja les puede desconcertar, y ayudará a que se motiven a prestar atención. Yo misma lo he probado con un grupo de niños desaforados en unas cuantas ocasiones y es completamente eficaz.

“Para conseguir que tu hijo te obedezca, lo más adecuado es motivar, reforzar con elogios todo aquello que hace bien, corregir con el diálogo todo lo que hace mal y enseñarle siempre cuál es la forma correcta de hacerlo. Está claro que esto, en ocasiones, es mucho más cansado que alzarle la voz en un momento determinado, pero las consecuencias son mucho peores”, concluye la psiquiatra.

 

Cómo fomentar la lectura entre los jóvenes

Según el último informe del Programa Internacional para la Evolución de Estudiantes (PISA), en el que España suele salir malparada, sólo un 19% de los chicos españoles leen ‘todos los días de la semana’ (datos del informe de 2009, pues el de 2012 no se publica hasta diciembre).

Este informe evalúa la comprensión lectora de los alumnos, área en el que España quedó por debajo de la media de la OCDE (488 puntos frente a una media de 496).

Pero, ¿realmente resulta tan importante aficionar a los chicos a la lectura? Todos los estudios apuntan que más incluso de lo que parece, por diferentes razones. Por ejemplo, leer desarrolla la imaginación. Además, le familiariza con los libros y las letras. Conforme vayan avanzando en el sistema educativo, aquellos chicos habituados a tener un libro entre las manos lo tendrán mucho más fácil para plantarle cara a los voluminosos y complejos textos académicos que si todo va bien van a manejar en el futuro.

Aparte, la lectura desarrolla la capacidad lingüística, por lo que los niños que lean habitualmente se podrán expresar mejor, una ventaja evidente que podrán usar a su favor, tanto en las aulas como en su futura vida laboral. Estar acostumbrado a pasar un tiempo todos los días leyendo también ayuda a mejorar la concentración y estimula la agilidad mental.

El rendimiento académico aumenta conforme los chicos dedican más tiempo a la lectura. No sólo mejoran en aquellas asignaturas que tengan que ver con la lengua, sino también en las relacionadas con las matemáticas. Los evaluados que leen más a menudo obtienen en el informe PISA hasta 75 puntos por encima de los que no leen nunca.

Así las cosas, se entiende que muchos expertos opinen que los profesores de secundaria deben implicarse a la hora de animar a los jóvenes a leer, independientemente de cuál sea la asignatura impartida por éstos. «Animar a la lectura en Secundaria no es sólo cosa de los profesores de lengua, sino que todos los maestros van a tener que dedicar un rato de su clase a leer, en voz alta, fragmentos de obras de cualquier ámbito, bien sea de matemáticas, de naturaleza o de química», ha explicado José Antonio Marina, coautor con M. Válgoma del libro «La magia de leer».

Algunos consejos sencillos

Lo ideal es que todos los chicos adquieran hábitos saludables de lectura, o sea que se acostumbren a dedicar parte de su tiempo de ocio a los libros. Para ello, resulta fundamental asegurarse de tener en casa material indicado, no sólo periódicos y revistas, sino también volúmenes de todo tipo que puedan ser indicados para ellos.

En este asunto se debe predicar con el ejemplo. Resulta más sencillo que un adolescente se anime a coger una novela cuando está acostumbrado a ver que sus padres también leen habitualmente. Una buena idea: leer en familia. Posiblemente en días de diario resulta más complicado, pero los sábados o domingos es fácil establecer un horario para pasarlo juntos, cada uno con un título determinado. Se debe hablar al chico del placer de la lectura, para que la perciban como diversión, no como una imposición.

Resulta importante ayudar a cada joven a que encuentre el libro más indicado para él, atendiendo a su nivel de lectura, edad, inquietudes, etc. Aunque se debe dar importancia a los libros que serán básicos para su educación, no conviene ser ambicioso y pretender que nuestro niño de 10 años se termine «La Regenta», de Clarín o «Guerra y paz». Ya tendrá tiempo de ello. A esa edad, existen libros más indicados especialmente pensados para el fomento de la lectura. Sagas de moda entre los chicos pueden ayudar muchísimo (la serie de Harry Potter), e incluso alguno con críticas negativas («Crepúsculo») puede ser útil, pues más vale que lean una novela mala a nada (con el tiempo aumentará su nivel de exigencia). Ayudar a los chicos a descubrir las bibliotecas públicas y llevarles a ver la feria del libro de nuestra ciudad también suele traer consigo buenos resultados.

En caso de que el chico tenga problemas para leer, conviene no perder la calma y buscar ayuda médica. Por ejemplo, a veces, el problema resulta ser algún problema de visión, que se soluciona con unas gafas con la graduación adecuada. Si existen dificultades más complejas, conviene descubrirlas y tratarlas  cuanto antes.

Algunos libros recomendados

6 años: Los animales del bosque en invierno. Ida Bohatta. Editorial: ING Edicions. Temas: la naturaleza, la relación con los demás.

7 años: El bosque de mi abecedario. Pedro Villar Sánchez. Editorial: Diálogo. Temas: las letras, el verso.

8 años: El tren. Silvia Santirosi. Editorial: OQO Editora. Temas: la pérdida de un ser querido y el duelo.

9 años: La ciudad a tu alcance. Michel Le Duc, Nathalie Tordjman. Editorial: Oniro. Temas: características de las modernas ciudades.

10 años: Los amiguetes del pequeño Nicolás. René Goscinny. Editorial: Alfaguara. Temas: las relaciones de amistad.

11 años: Cómo escribir realmente mal. Anne Fine. Editorial: SM. Temas: Compañerismo en las aulas.

12 años: El diario completamente verídico de un indio a tiempo parcial: Sherman Alexie. Editorial: Siruela. Temas: La identidad personal, el arraigo a la tierra, la superación de las dificultades.

13 años. La curación del grillo. Toom Tellegen. Editorial: Siruela: Temas: la superación de la tristeza.

¿Estudio Arquitectura o Edificación?

Me llamo David, estudio Bachillerato de Ciencias Tecnológicas, y quisiera estudiar alguna titulación del área politécnica, vinculada más al diseño, como Arquitectura. También está la titulación de Edificación, pero no sé bien la diferencia entre ambas titulaciones.

David, 18 años

Hola David:
El Grado de Arquitectura, titulación de 5 años, te permite obtener formación en una disciplina polivalente, simbiosis entre arte y ciencia, entre estética y técnica, adaptada a las necesidades actuales del mercado profesional. Por otro lado, el Grado en Edificación, título de 4 años, habilita para el ejercicio de la profesión de Arquitecto Técnico o Aparejador, con una formación basada en conocimientos de la edificación, instalaciones, economía aplicada, mediciones, organización de obras y seguridad.

La UAX presenta un programa académico moderno en ambas titulaciones, polifacético, con diversas materias adaptadas a las necesidades actuales del mercado profesional. La fusión de los conocimientos que se adquieren durante el periodo de formación permite al estudiante un desarrollo complementario entre práctica y teoría.

Si estudias el Grado en Arquitectura o el Grado en Edificación en la UAX visitarás igualmente importantes obras y asistirás a conferencias de arquitectos prestigiosos y empresas del sector de la construcción. Tendrás un claustro de profesores integrado por doctores, arquitectos, arquitectos técnicos, ingenieros, y profesionales del sector.

Si su boquita cambia, ¡su mordedor también!

El Mordedor de goma está indicado para la primera etapa, hasta los cuatro meses; el Mordedor refrigerante es ideal en la segunda etapa, hasta los seis meses; y el Mordedor didáctico le ayudará en la tercera etapa hasta completar su dentición.

La dentición es una etapa importante para el bebé, en la que tiende a llevarse cualquier objeto a la boca para aliviar la tensión de sus encías. Como este periodo en el que le brotan los dientes de leche tiene diferentes etapas, Suavinex ha desarrollado sus primeros Mordedores Evolutivos, diseñados especialmente para aliviar el malestar del bebé dependiendo de su edad.

Con un diseño ergonómico, los tres Mordedores Evolutivos son ligeros, seguros y muy divertidos. Fabricados en materiales libres de Bisphenol A, cuentan además con un práctico complemento: un amplio abanico de divertidos broches sujeta-mordedor que impedirán perderlos o que terminen rodando por el suelo cuando salgas de paseo con tu bebé.

El Mordedor de goma está indicado para los dientes incisivos, por lo que es apto para bebés desde los cero y hasta los cuatro meses. Sus burbujitas de goma procuran un agradable masaje a sus encías y tiene un peso extra ligero, adaptado al recién nacido, para que pueda manejarlo con facilidad.

Por su parte, el Mordedor refrigerante es perfecto para bebés a partir de los cuatro meses, justo cuando comienzan a brotar los dientes premolares. Al enfriar en la nevera el agua destilada de su interior ayud a aliviar las encías inflamadas, además de fortaleces los dientes gracias a sus distintos relieves ty materiales.

Finalmente, llega el momento del Mordedor didáctico, para bebés mayores de seis meses, indicado especialmente para la etapa ela que aparecen los dientes molares. Además de aliviar las encías inflamadas y fortalecer los dientes, despierta la curiosidad del bebé por los estímulos sonoros del sonajero.

Todos los mordedores están disponibles en dos tonos: azul o rosa, con cuatro propuestas de broches sujeta-mordedor combinables y con diseño textil reversible. ¡Ideales para crear tu propio look!

“No hay ninguna regulación sobre qué es un cole bilingüe”

Franc Corbí Ramón, director de los colegios “British School Alzira” y “British School Xàtiva”, es la tercera generación en su familia dedicado ala Educación. Esel miembro más joven en las ejecutivas nacionales de la patronal Acade y NABSS (Asociación nacional de Colegios Británicos).

Este mes presenta junto con Oscar Gonzalez y Pedro García Aguado la implantación de las Escuelas de Padres con talento en toda España, de la que es director adjunto. donde es director adjunto. 

¿Qué tipo de centro pertenece a NABSS?

NABSS representa los mejores colegios británicos que hay en España, porque el criterio de acceso a la asociación no es sólo ser británico sino haber pasado la máxima inspección con la máxima categoría que existe. Eso ha hecho que la asociación se configure como un sello de calidad, de garantía para las familias. Es una asociación atípica, porque aparte de los servicios a los colegios y su defensa institucional, tiene también el servicio delegado de inspección, es decir, la asociación tiene un cuerpo de inspectores que inspecciona todos los colegios británicos que hay en España.

¿Lo que distingue a estos centros no es sólo el idioma sino el modelo de Educación británico?

Efectivamente, los centros británicos que pertenecen a NABSS imparten el national curriculo; normalmente viene a ser un 80% del tiempo, y el 20% restante para cultura española. Los profesionales que lo imparten deben tener las mismas titulaciones exigidas en Inglaterra. Ahí está una de las grandes diferencias con un colegio bilingüe. Un colegio bilingüe no está regulado ni los tiempos ni está regulado las titulaciones de quién lo imparte. En un colegio británico tienes que tener esa titulación.

¿Qué distingue el colegio bilingüe del británico?

R. Hay un poco de confusión, un término de nuevo cuño que confunde mucho británico-bilingüe, al fin y al cabo un colegio británico sí que es bilingüe porque obtiene el bilingüismo. Un colegio bilingüe no obtiene siempre el bilingüismo, pero al ciudadano eso en principio le confundió. Tanto le confundió como que primero el sector privado abusó totalmente de colegio bilingüe. De hecho, no conozco ningún colegio español privado que no diga que no es bilingüe. También se unió a la carrera, la concertada y la pública. Eso ha generado tanto uso que yo creo que la sociedad ya ha entendido la diferencia de que un colegio bilingüe no es un colegio británico.

La etiqueta de bilingüe supone que se da algo más de inglés…

R. Ese es uno de los problemas, es uno de los pocos sellos que existen en Educación que no tienen absolutamente ninguna regulación ni ninguna comprobación, es decir, no está regulado el hecho de cuántas horas más debe de dar; sencillamente se tienen que dar más, con lo cual una hora de má, ya te permite ser bilingüe. No está regulado quién debe de darlo, cómo debe darse, ni tampoco qué objetivos alcanzarse. Es un sello de calidad que cualquier colegio puede de autoasignarse.

P. ¿Se detecta en las familias cierta obsesión por el inglés, como si un colegio se redujera a una academia de ingles?

R.  Yo cuando recibo una visita de un padre, le digo que lo del inglés se lo cuento al final, porque ya lo sabe. Es un colegio británico, hablamos en inglés, pero esa no es la clave. Un colegio británico es un centro que tiene un sistema y un método centrado en el alumno y no en el grupo, enseñanza individualizada y personalizada. Donde se genera un entorno en el que el alumno en todo momento debe encontrar la motivación para seguir progresando, pero no sólo Infantil, sino en todos los niveles.

Y por tanto, es un sistema en el que básicamente el éxito escolar lo tienen como uno de los objetivos y de las prioridades para el alumno. Es un sistema en el que tiene exámenes externos a finales de cada ciclo. Tienen la evaluación totalmente externalizada. Es un sistema en el que prima que el alumno esté motivado, feliz, esté aprendiendo… Y la realidad es esa. Yo en mis centros tengo el 100% en la universidad, pero el camino que cada alumno ha recorrido ha sido diferente.

¿Académicamente, se pierde algo por impartir una asignatura en inglés?

Si se imparte adecuadamente no se pierde, se gana. Pero para meter una asignatura en inglés con lengua vehicular en inglés, primero, el alumno debe tener base suficiente para entenderlo, con lo cual, previamente debe haberse impartido correctamente; y segundo el profesor debe tener no sólo base, sino una formación adecuada para impartirlo correctamente.

¿Qué necesita un profesor para impartir una asignatura no lingüística en inglés?

Saber inglés es lo primero que necesita un profesor. Porque la mayoría de centros públicos que han metido este nuevo sistema inglés, les han dado una formación de nueve semanas en Irlanda y eso es lo que les ha acreditado para dar clase y dar asignaturas en inglés. Con un nivel B2 de inglés no puedes dar una clase de Filosofía en condiciones óptimas.

¿No bastan los niveles B1, B2…?

No, yo diría que al menos un C1, C2 para poder impartir con algo de dignidad una asignatura de Secundaria, y no sería suficiente.

¿En Primaria e Infantil, defiendes también esa necesidad de conocimiento de nivel de inglés mayor que el B1, B2?

Quizá en esos cursos se puede bajar el nivel, pero evidentemente hay una cosa que se produce en Infantil y Primaria que es totalmente necesaria y que sólo se puede producir en esas edades, que es la pronunciación. Los matices de pronunciación se producen en esas edades. Si metemos profesores que sepan inglés, pero que no son nativos, o no tengan ese nivel oral perfecto, estamos perdiendo la oportunidad de que los niños de esas edades tempranas, para el futuro hablen bien inglés.

¿Cómo es la contratación de personal en vuestros centros?

Resulta complicada. Buscamos profesores más especializados, y el personal británico está muy demandado. Contamos con dificultades añadidas, por la mala imagen que tiene España en el exterior, por ejemplo. Habiendo centros británicos por todo el mundo, una persona prefiere elegir cualquier otro centro que al de España.

¿Qué opina de los modelos bilingües que se están implantando en los centros públicos?

Estamos aplicando demasiado rápido las medidas, y no se está trabajando para nada la preparación de esas medidas antes de efectuarlas.  En Educación, correr es morir.

 

OTROS APUNTES

Franc Corbí considera quela Educaciónen España no mejorará mientras no se considere al alumno como individuo, mientras no existan objetivos con exámenes externos y se introduzca el liderazgo real mediante un director con margen de decision y con formacion especifica en los centros públicos. También considera que la creación de la nueva concertada (la cesión de suelo público para construir centros concertados) es un error ya que son centros que se benefician de las ventajas de la concertada y de la privada, por el alto coste  para las familias, lo que lo convierte en “un modelo insostenible a medio plazo”.

"Para motivar a nuestros hijos a estudiar, hemos abusado mucho de los premios y castigos"

Sara realiza un exhaustivo análisis de la situación actual y nos advierte de las etapas especialmente difíciles durante la enseñanza obligatoria.

¿Por qué crees que ahora hay tantos padres agobiados con los deberes de sus hijos? ¿No saben hacerlos solos o no les dejamos?

Actualmente la mayoría de los padres estamos agobiados por todo. La sociedad es cada vez más exigente y competitiva y eso nos hace que exijamos cada día más a nuestros hijos, muchas veces, queremos que hagan todo de manera perfecta y la perfección no existe. Los deberes se tienen que entender como parte del estudio y del trabajo diario. Yo nunca hago distinción entre deberes y estudios, forma parte de lo mismo. Estudiar tiene mucho de entrenamiento y para conseguir ser bueno en algo hay que entrenar todos los días. El problema es que nuestros hijos sí hacen distinción entre deberes y estudio. Muchas veces los deberes los hacen rápido, (sin pensar y para quitárselos de encima) y sin embargo son incapaces de ponerse a estudiar.

Esto es un problema que se ha ido gestando desde el inicio de la escolaridad, se crea un contrato entre profesor-alumno, “yo te mando”, “tú me haces”. Esto hay que romperlo cuanto antes. Los deberes se realizan para repasar, ampliar y motivar el aprendizaje. Tanto padres como profesores tenemos que ir haciendo el cambio para que nuestros hijos aprovechen realmente el tiempo de deberes y estudio.



¿Desde qué edad se puede comenzar a crear el hábito de estudio?

La creación de hábitos empieza desde muy pequeños, desde bebés, y es una tarea casi exclusiva de las familias. Los padres con planificación, horario y modelo van introduciendo hábitos diarios de comida, sueño, juego, trabajo…

El hábito de estudio debe comenzar desde primero de Primaria. Esto no quiere decir que, desde esa edad ya deben estudiar, sino que pueden tener todos los días un sitio, siempre el mismo, de una media hora, para trabajar, pintar, dibujar, recortar… hacer alguna tarea que requiera concentración y habilidad cognitiva. Hasta esta edad los niños y niñas no diferencian muy bien entre tiempo de atención y juego, por ello, es tan importante ir haciendo diferencias y dar importancia a ambas actividades.



El objetivo es que sean autónomos y responsables ¿Se puede conseguir?

Se puede y se debe conseguir. Ha habido un cambio en la crianza de nuestros hijos recientemente, como padres no queremos que nuestros hijos “lo pasen mal”, esto hace que compensemos emocionalmente a nuestros hijos sin educarles y sin poner nombre a su regulación emocional. Los niños y niñas tienen que tomar conciencia de sus estados emocionales, tienen que saber cuando están frustrados, cuando son impulsivos, cuando están nerviosos o ansiosos, cuando agresivos… y desarrollar estrategias para canalizar estos estados. Esta regulación emocional tiene que ser de nuestros hijos no exclusivamente de los padres. Si vamos consiguiendo esto, nuestros hijos serán más autónomos, más responsables y sabrán tomar decisiones más realistas y ajustadas, así como marcarse pequeñas metas e irlas consiguiendo.



¿Cómo pueden unos padres, con poco tiempo, motivar a sus hijos para estudiar?

Esta es realmente la pregunta que hay que hacerse, ¿cómo motivar?. Muchas veces como padres y desesperados nos preguntamos por qué nuestros hijos no estudian, estas formulaciones no conllevan soluciones. Para motivar a nuestros hijos, hemos abusado mucho de los refuerzos (premios) y castigos, de tal manera, que ha llegado un momento que al tener de todo, si un día no quieren trabajar, da igual el regalo que se les prometa. La mayoría de los padres nos quejamos que los castigos y los premios no son eficaces, pero seguimos recurriendo a ellos.

Hay diferentes tipos de motivaciones: la extrínseca, es la que hace referencia a premios externos y la intrínseca, es la motivación de uno mismo, del querer… La motivación intrínseca es la que falta en nuestros hijos y la que tenemos que crearles.

Dar premios o consecuencias a largo plazo es totalmente ineficaz. “Si apruebas todo, a final de curso te compro…”. Tenemos que dar refuerzo diariamente, para ello lo mejor es ayudar a nuestros hijos a planificarse y organizarse su tarde de trabajo y ocio, solo por el hecho de cumplir su planificación ya habrá un refuerzo interno y esto le llevará a querer seguir haciéndolo todos los días. Esta idea conecta con la motivación de logro, voy consiguiendo las pequeñas metas que me voy creando. Hay que ayudarles a crear metas realistas y a poder conseguirlas, pero que sean ellos mismos los que sepan que han logrado sus objetivos.

¿Hay alguna edad especialmente conflictiva que nos haga estar alerta? Bien porque aumente la dificultad de la materia o por los cambios fisiológicos y hormonales de los jóvenes, que hacen que sus intereses se desvíen hacia otro lado.

Hay dos momentos a tener en cuenta, tanto por razones académicas como evolutivas. Una etapa es el cambio a 3º de Primaria, pasamos al segundo ciclo de la etapa Primaria y es el momento en el que los alumnos deben empezar a estudiar. Deben de tener adquiridas las destrezas básicas de lectura, escritura y comprensión. Hasta entonces el aprendizaje ha sido puramente memorístico, es el momento de elaborar la información para recordarla. Si algún alumno no ha automatizado bien las destrezas básicas de lecto-escritura, pueden aparecer dificultades de aprendizaje, que hay que tener en cuenta e intervenir sobre ellas para evitar malas experiencias de aprendizaje. Además hay un cambio hormonal, podemos encontrar a nuestros hijos más dispersos, más agresivos, más lábiles emocionalmente… y esto afecta directamente en el rendimiento.

Una segunda etapa es 6º de Primaria y 1º de Secundaria, se conoce evolutivamente como preadolescencia y es donde aparecen una serie de cambios a nivel hormonal, físico e intelectual que inciden de manera directa en el aprendizaje. Además es la etapa donde se marca las bases para la edad adulta. Es una etapa que se caracteriza por la separaciónde los padres, se apartan del núcleo familiar para buscar referencias en sus amigos, aparecen las pandillas, los modelos. De ahí la importancia como padres de controlar amistades y estar siempre, aunque nuestros hijos nos rechacen.

Además, aparece mayor agresividad, el objeto amoroso y el deseo sexual, lo que conlleva desatención. Es una etapa, en la que nuestros hijos tienen multitud de planes y de metas pero la mayoría abocadas al fracaso, de ahí la importancia de orientarles en sus objetivos diarios.

Además se termina una etapa educativa, la Primaria, donde deben de haber conseguido las competencias propuestas para estar preparados para afrontar la siguiente etapa, la Secundaria. El paso de etapa, también conlleva una serie de cambios, hay más profesores, se les deja mayor autonomía, se les da mayor responsabilidad… Todos esos cambios, tanto psicológicos como académicos pueden ocasionar verdaderas dificultades de aprendizaje en alumnos que no habían tenido dificultades hasta este momento, y empezar a fallar y derivar en un fracaso escolar.



Las nuevas tecnologías ¿son aliadas o enemigas a la hora de estudiar?



Las nuevas tecnologías siempre hay que verlas como aliadas. Son una realidad social. Se usan y se van a seguir usando. Lo más seguro es que nuestros hijos trabajen en un futuro con ellas, por lo que negarlas es una tontería. Lo que sí hay que hacer es conocerlas y enseñarles a darles un buen uso. Tenemos que diferenciar entre aparatos tecnológicos que se puede usar para trabajar y los que se usan para jugar. Ponerles límites, regularles, pero usarlos.

GUÍA PARA PADRES CON HIJOS PREADOLESCENTES 

Mª Teresa Merino Martín, pedagoga del Gabinete Psicopedagógico Aula6 de Madrid apunta una serie de recomendaciones para padres en apuros:

Porque lo digo yo. Cuidado con las obligaciones. Es aconsejable noconfrontar ni obligar a hacer algo al joven que no quiera. Hay que valorar siempre la importancia de los hechos, pues de un suceso liviano puede desencadenarse un conflicto innecesario.   

Fomentar el diálogo. Hay que intentar hablar siempre y cuando haya oportunidad, pero respetando los tiempos del joven. Si no vemos una actitud de apertura por parte del adolescente para hablar, es mejor tener paciencia y dejarlo  para otro momento.  

Respetar su espacio. Es fundamental respetar el dormitorio y los objetos personales del adolescente. De lo contrario lo interpretará como una invasión a su intimidad y desconfiará de los adultos.  

Poner límites con cabeza. Los límites no  deben ser nunca una forma de dominación para ver quién manda, sino que se debe imponer en pro del     aprendizaje del adolescente.

Aprender de los errores. En lugar de someter al adolescente a un interrogatorio policíaco, los padres deben orientarle para que aprenda y saque provecho de sus equivocaciones.   

Enseñar a pensar. Los padres deben vigilar lo que el adolescente lee y ve en la televisión, pero no a base de represión sino de reflexión. Una película o una serie  pueden ser la excusa perfecta para charlar con el adolescente. En definitiva para ayudarles a formarse un criterio propio.   

La fuerza del elogio positivo. “Lo has hecho muy bien”. “Estupendo, hijo. Te has portado como una persona adulta y responsable” De la misma forma que le decimos lo que hace mal, es fundamental expresarle con palabras o gestos de cariño su buen comportamiento.    

La habilidad de negociar. Permitir que el hijo adolescente participe cuando se fijen normas nuevas en la familia. Así, se le enseñará la habilidad de la negociación.  

Dejarle crecer. Es necesario que los padres den la oportunidad al hijo de vivir sus propias experiencias en situaciones  que no impliquen mayor riesgo. Así aprenderán el sentido de la responsabilidad.        

Potenciar su autoestima. Otra labor de los padres es ayudar al adolescente a descubrir sus cualidades personales, sus virtudes. Es importante que los adolescentes tomen conciencia de que valen por lo que son, no por lo que traen puesto o por lo que tienen.