GUÍAS CONTRA EL ALCOHOL PARA PADRES, ALUMNOS Y PROFESORES

Autor: padresycolegios.com

La Fundación Alcohol y Sociedad
ha editado sendas guías
sobre el consumo de bebidas
alcohólicas durante la adolescencia
dirigidas a alumnos,
padres y profesores de toda
España. Los documentos proporcionan
información útil sobre
el alcohol en cuanto a temas
esenciales como los efectos
que produce en el organismo
o su papel en la sociedad.
Aquella dirigida a estudiantes
ha llegado a 450.000 chavales
entre 12 y 18 años gracias a
la visita de la fundación a centros
educativos de todo el territorio
nacional, mientras que
la guía destinada a los padres
–editada con formato de periódico
de información general–
recaló en 410.000 hogares
españoles.
Por su parte, la información
distribuida entre los profesores
de Secundaria ofrece
nociones básicas sobre el tratamiento
de las bebidas alcohólicas
en la publicidad, al
tiempo que propone actividades
a realizar con los alumnos.
Con un cuidado diseño, la guía
de estudiantes y la de profesores
se complementan mutuamente,
compartiendo estilo,
contenidos y objetivos.

La risa, la mejor y más barata de las medicinas

La risa es la mejor y más barata de las medicinas y combate,
cuando menos, el mal humor. Los niños lo descubren
de forma espontánea pocas semanas después
del nacimiento. Esa primera sonrisa despierta en nosotros
ternura y los mejores sentimientos. Durante toda
la infancia, la risa le acompañará y llenará nuestro
hogar de uno de los sonidos más bellos.

Autor: CARMEN HERRERA GARCÍA

El sentido del humor es necesario en la vida familiar tanto como la disciplina,
la educación o los valores. Las relaciones entre padres e hijos que permiten y
dedican tiempo a las diversiones, el buen humor y la risa son más sanas, menos
tensas y más cordiales.

– El sentido del
humor es un sentido eminentemente humano.

Nos permite ver los
problemas en su dimensión correcta, ni sobrestimados ni subestimados. Saber
reírnos de nuestros errores y asperezas facilita reconducir situaciones que, de
otro modo, aumentarían las tensiones y los conflictos.

– A los niños les encanta reír, les gustan las bromas, las
expresiones de buen humor y la alegría.
A los padres nos es
fácil hacerles reír cuando son bebés, pero a medida que crecen y empezamos a
sentir la responsabilidad de su educación podemos, poco a poco, alejarnos de las
expresiones diarias de alegría con que nos dirigíamos a ellos cuando eran
pequeños. Nos ponemos perfeccionistas y, llevados por la tensión y el estrés,
pasamos la mayor parte del tiempo corrigiendo de forma reactiva o haciendo
énfasis en los errores, los conflictos y las dificultades que, por otro lado,
son características de seres en continuo aprendizaje. Y nos olvidamos de pasar
tiempo con ellos divirtiéndonos. Dejamos de lado la alegría y el buen humor que
tanto nos pueden ayudar en su educación. Y dejamos, por ende, de ser modelos de
personas alegres y divertidas, dignas de ser imitadas por nuestro alto sentido
del humor. Conviene recordar que los niños aprenden, sobre todo, por imitación,
y cuanto más dignos de crédito son los modelos a imitar, más duradero será el
aprendizaje.

– Seamos conscientes de que la
alegría y el buen humor también se educan.
A los niños les
encanta reír y les encantan las bromas. Las familias que logran pasar tiempo
divirtiéndose juntas crean vínculos de relación más estrechos y duraderos. Es
conveniente, por tanto, pasar tiempo juntos en actividades lúdicas a menudo.
Recuerdo una niña de siete años que, tras un paseo invernal por la playa con su
papá y sus hermanos en el que jugaron y corrieron todo el tiempo, al regresar a
casa hizo un dibujo que lograba transmitir con enorme fuerza los intensos
momentos de diversión que acababa de vivir.


Los padres podemos enseñar a nuestros hijos a no sobredimensionar los problemas
a través del buen humor y la alegría.
En cierta ocasión, tras
un largo viaje, un paquete de cacao en polvo se abrió dentro de nuestra maleta
de ropa manchándolo todo. En el momento en que lo vimos podíamos habernos
quejado y lamentado por la ropa, etc. En vez de eso, empezamos a reír y a ver el
lado divertido del asunto, comentando que tendríamos que meter los pantalones en
el vaso de leche para aprovechar el cacao, o que tal vez la mejor idea sería
«vaciar la leche directamente en la maleta y tener un montón de leche
chocolateada». Nuestros hijos aún recuerdan el incidente con risas y, en su
momento, lo comentaron con los amigos como algo tremendamente divertido. A lo
largo del día tenemos muchas oportunidades de vivir nuestra relación con los
niños de forma alegre y divertida, pero hemos de ser capaces de reconocerlos y
de vivirlos sin miedo a que las normas o la disciplina se vean afectadas. Un
padre divertido y alegre es tan o más digno de crédito que aquel padre huraño y
culpabilizador. De hecho, a nosotros mismos nos es mucho más grato compartir
nuestro tiempo con personas de trato alegre y cordial que con aquellas que
siempre se quejan o protestan por todo.


Pero lo que hemos de evitar es reírnos de los niños.

Si nos
reímos de sus errores, podemos menoscabar su autoestima dado que se encuentran
todavía en una etapa inmadura en la que necesitan afianzar la confianza en sí
mismos. Frente a un error deberemos primero saber qué opina nuestro hijo de lo
sucedido y después podremos ayudarle a ver el lado divertido del asunto puesto
que ya conocemos sus sentimientos.

– Es
recomendable comprobar el humor que ven nuestros hijos en
televisión.

A menudo se utiliza un humor que daña a los demás
para hacer reír. Es necesario que sepan que no podemos reírnos a costa del dolor
producido a otros.

© solohijos.com

Pedro Duque. Ingeniero aeronáutico"Hay que enseñar a los padres que es honorable no ir a la universidad"

Casado y con tres hijos, Pedro Duque es, ante todo, un deportista
aficionado a la natación, el submarinismo y la bicicleta. Llega a la
entrevista en moto, con la que se mueve a velocidad de cohete.

Autor: MARTA SERRANO

A caballo entre Estados Unidos y España, Pedro Duque conoce bien nuestro sistema
educativo y, a pesar de ser muy tímido y modesto, le gusta rodearse de niños y
jóvenes cada vez que imparte una de sus clases magistrales. Es todo un ejemplo a
seguir.

Pregunta. ¿Qué importancia cree que tiene en la
educación el entorno familiar y la relación con los padres y el resto de
hermanos?
Respuesta. Muchísima. Fíjate que yo soy hijo de
una maestra de Primaria, así que, como comprenderás, creo que el entorno
familiar es fundamental.
P. ¿Quizá por eso tu pasión por los
jóvenes y tu colaboración como profesor universitario?
R. Yo
no me siento profesor como tal. Colaboro con la Universidad Politécnica de
Madrid en un proyecto tecnológico.
P. ¿No impartes también
conferencias y clases magistrales?
R. Bueno, las
conferencias es algo que no se puede evitar porque la gente quiere saber… Y la
curiosidad es buena. No doy clase académica como tal, sólo comento las
experiencias que hemos hecho.
P. ¿Crees que los estudiantes
te ven,por decirlo de alguna manera, como un «bicho raro» por eso de haber
estado en el espacio?
R. Me imagino que
sí…(risas).
P. ¿Cómo ves el nivel educativo de los chavales
aquí en España comparándolo con los de otros países que
visitas?
R. Sé que los resultados en las comparativas
internacionales nos sitúan por debajo, pero la verdad es que la gente
completamente formada de mi generación, los ingenieros españoles, estamos mejor
o por lo menos igual de formados que en el exterior. En este sentido, enseguida
nos hemos quitado el complejo en cuanto hemos salido a otros países. Ahora, es
verdad que, por lo que me dicen los profesores de los niveles inferiores, cada
vez hay más presión por aprobar a más gente y eso hace que baje el nivel. No
sabemos dónde va a acabar esto.
P. ¿Presión de
quién?
R. Pues en general de la sociedad. Todo el mundo
quiere ser licenciado universitario, pero si a todo el mundo le enseñas muchas
cosas entonces no todo el mundo va a aprobar. Es una dialéctica muy difícil de
solventar.
P. Parece que hoy se traumatiza a los niños si se
les hace repetir…
R. No. Lo que hay que hacer es enseñarles
a los padres sobre todo, porque los niños no tienen la culpa de esto, que tener
una profesión, que no necesariamente pase por la universidad, es algo
perfectamente honorable y que a la gente puede darle una vida con grandes
satisfacciones igual. El problema es que los padres fuerzan a los niños a ir a
la universidad y después encima quieren que los aprueben.

P. ¿Qué crees que aportan las tecnologías a la
Educación?
R. Aportan una herramienta nueva que no sólo es
una herramienta para la educación sino que se convierte en sí mismo en una
materia fundamental para que después los niños de hoy puedan desenvolverse en la
vida cotidiana. Igual que uno ha tenido que aprender a escribir con boli o con
pluma, ahora tienen que aprender a teclear, aprender a manejar el ordenador. En
cualquier caso, esperemos que quiten los teclados
pronto…
P. En tus clases magistrales utilizas estas nuevas
tecnologías o eres más tradicional aplicando el viejo refrán del dicho al hecho…

R. Sí, utilizo presentaciones, vídeos y, desde luego, si
tengo internet en el aula, pues por supuesto lo conecto y lo
proyecto.
P. ¿Conoces las reformas educativas que se están
produciendo?
R. Sobre todo la de las nuevas titulaciones
universitarias. Parece que hay líos de corporativismo, pero creo que se está
haciendo bastante bien y la armonización es importante en Europa para que
tengamos movilidad en el mercado de trabajo y haya
competitividad.
P. Un consejo para las familias para que sus
hijos tengan éxito educativo
R. Dejarles hablar más a los
niños sobre qué es lo que quieren hacer ellos y no necesariamente forzarles a
hacer lo que ellos a lo mejor nunca hicieron.
P. ¿En tu caso
la profesión fue por vocación?
R. Ingeniero aeronáutico
quise ser desde prequeñito y no tuve nunca ninguna duda de que quería estudiar
ciencias hasta el último resquicio.
P. ¿Y si el niño no
tiene vocación?
R. Eso no existe. Todos quieren hacer algo y
el que no, seguro que se le va a ocurrir. Esa es una ventaja de la raza humana,
que todos tenemos siempre la ilusión de hacer algo.

La sutileza, arma contra las malas compañías

A los quince años, si un
adolescente es obligado
a elegir, se queda con
sus amigos antes que
con sus padres.

Autor: PABLO ROVIRA

De los cuatro grandes agentes socializadores en la vida de un adolescente,
escuela, familia, televisión y amigos, éste último quizás sea al que menos
atención presten los padres. O, al menos, sobre el que menos información recaban
para realizar su tarea educativa. «No me gusta ese amigo para ti» es la peor
manera para cuidar las amistades de tu hijo porque «a los quince años, si un
adolescente es obligado a elegir, se queda con sus amigos antes que con sus
padres», señala Mar Sánchez Marchori, pedagoga terapéuta y directora de MSM
Pedagogía Creativa.
En secundaria, la amistad es el máximo indicador de
adaptación personal del joven, le da seguridad. Por eso, no puede verse como un
riesgo, ya que forma parte de la educación del adolescente. «A esas edades, el
niño cambia el nucleo familiar por el social, que son sus amigos y, con el
tiempo, vuelve otra vez a la familia». Por eso, comenta Mar Sánchez, «el padre
tiene que aceptar que el niño crezca con independencia».
Esto no quiere decir
que se desvincule de las amistades de sus hijos. Lo único es que toda actitud al
respecto debe contar con un alto grado de sutileza, «el joven no puede ser
consciente de un control». Así, los padres pueden favorecer ciertas amistades
que consideran saludable, aunque no de un modo directo: «tan malo es decir este
chico no me gusta como idealizar a un amigo, porque el hijo puede ver en él una
prolongación de sus padres».
Por ejemplo, es importante que el adolescente
goce de intimidad cuando vengan sus amigos a casa. «Pueden tener un espacio para
ellos como es la habitación del niño, y si queremos entrar, llamamos a la
puerta», señala esta pedagoga valenciana.

OCIO SEGURO
Otra de estas actitudes
inteligentes de los padres es favorecer el «ocio seguro». Un ejemplo claro se da
en la Nochevieja, una fecha que está cercana. Es normal que el adolescente
quiera salir con sus amigos, en cambio, si los impedimentos paternos para esa
noche son muy altos, quizás opte por otro tipo de Nochevieja como ir a una casa
rural, donde los riesgos aumentan por la carretera y la lejanía. «Es un ejemplo,
pero es bueno que los padres se aseguren de que en lugares seguros, el hijo lo
pase bien».
Además, Mar Sánchez aconseja a los padres mirar más allá de los
signos. El pelo largo, el piercing, la ropa, son en ocasiones pequeñas rebeldías
propias de la edad que desaparecen con el tiempo, pero eso no quita para que
detrás de esos signos externos, esté un amigo que pueda ser beneficioso para el
hijo. «Hay que conocer a sus amigos y sus valores». Es este tema de los valores
algo importante, porque es mejor sustituir frases como «ese chico no me gusta»,
por «tal actitud no me gusta», para que el joven sea consciente de sus propias
amistades.
Es normal buscar las amistades por compatibilidad. No obstante,
«en estas edades, el adolescente también pasa una etapa de frecuentar a gente
diferente a él, hasta que se forma más su propia personalidad». Es más adelante,
en Bachillerato, donde se concretan las amistades duraderas que acompañan toda
la vida. Porque la amistad no debe ser vista como un riesgo, sino, por el
contrario, puede influir positivamente en la madurez de un adolescente.

Precauciones para una dulce Navidad

La vorágine navideña está en pleno auge. Desde finales del mes pasado, las ciudades y comercios
se han ido llenando de luces, árboles y otros elementos decorativos propios de estas
fechas. Sobre todo en los hogares en los que hay niños pequeños, estas fiestas se viven
con especial excitación.

Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Sin embargo, muchos de los usos y costumbres típicos de la Navidad encierran un
cierto peligro para nuestros retoños. No obstante, observar una serie de
precauciones es suficiente para que ellos estén seguros y todos
disfrutemos.

JUGUETES

A pesar de que los controles son
cada vez mayores, las autoridades recomiendan una especial cautela con los
productos procedentes de países asiáticos, que son los que suelen presentar
mayores tasas de irregularidades. Estos juguetes suelen adquirirse en
establecimientos que los importan directamente, eludiendo los controles que
impone la Unión Europea. Para asegurarse de que el artículo cumple con la ley
busque el distintivo CE, garantía de que ha pasado por la criba
pertinente.
Aparte de que el juguete sea seguro desde el punto de vista
normativo, hay que tener en cuenta que en manos de un crío, puede tener un uso
imprevisible. Por ello, hay que prestar atención a la existencia de piezas
pequeñas, puesto que pueden ocasionar atragantamiento o asfixia, algo
relativamente frecuente en los menores de tres años. Conviene evitar los filos,
puntas y bordes que pueden herir al usuario. Es conveniente, sobre todo en el
caso de los más pequeños, que un adulto supervise las sesiones de juego, puesto
que a veces pueden producirse accidentes inesperados, incluso con juguetes
debidamente homologados. Los padres han de controlar si los productos favorecen
la violencia o los comportamientos discriminatorios.
Es conveniente
decantarse por los juguetes que favorecen la imaginación y la creatividad, así
como la interacción con otros niños y con los progenitores. Desde el punto de
vista psicopedagógico, los expertos insisten en adecuar el juguete a la edad del
chaval. A veces, los padres creen que escoger un producto que en realidad está
indicado para críos más mayores estimulará su intelecto. Sin embargo, el efecto
que se consigue es totalmente contrario y hasta contraproducente, porque si el
niño no entiende plenamente el juego se aburrirá o se frustrará.
Por último,
es aconsejable pasar revista al arsenal de juguetes de nuestros hijos y retirar
los que no se encuentren en buen estado. Los que hayan perdido piezas o
presenten signos evidentes de deterioro deben desecharse, puesto que pueden
representar un peligro. Esto último es especialmente importante en el caso de
los artilugios con baterías o componentes eléctricos, ya que pueden producir
descargas muy desagradables.

ADORNOS

Tratar de ahorrar en la decoración
navideña puede jugarnos malas pasadas. Las asociaciones de consumidores
recuerdan la necesidad de extremar la vigilancia en cuanto a la distribución y
venta de estos artículos, puesto que se encuentran en comercios de fácil acceso
a menores. En este sentido, una vez más es necesario insistir en el grave
peligro que implican los petardos y otros artículos explosivos (casi siempre
destinados a gastar bromas) que, a pesar de la prohibición siguen estando
disponibles fundamentalmente en puestos ambulantes.
Las velas merecen una
mención especial. Aparte de que hay que extremar las precauciones en cuanto al
lugar donde se encienden (para evitar llamas), es conveniente adquirir productos
de calidad. Muchas mechas llevan en su interior hilillos metálicos para darles
consistencia o aumentar su duración. Sin embargo, en ocasiones estos elementos
son de plomo, un material altamente tóxico, especialmente cuando se enciende la
vela, ya que se descompone en pequeñísimas partículas que quedan en suspensión
(se inhalan) y posteriormente se depositan sobre el mobiliario. Recuerde que los
niños pequeños suelen llevarse las manos a la boca tras tocarlo todo y que el
plomo produce daños neurológicos que, a veces, son irreversibles.
Otros
productos divertidos que conviene vigilar son los sprays, ya que a veces son
inflamables o pueden causar irritaciones oculares o cutáneas, así como los
adornos que se colocan en el árbol. Es preferible decantarse por las bolas de
plástico, ya que las de cristal se rompen con mucha facilidad, y lo hacen en
fragmentos muy cortantes y muy difíciles de recoger. Finalmente, es
imprescindible retirar los envoltorios, bolsas, lazos y paquetes en cuanto
hayamos sacado el contenido de su interior. Esto evitará asfixia (con las
bolsas) o posibles estrangulamientos (con cordones y lazadas).
En cuanto a
los disfraces, si el traje de la función del colegio ya es un engorro, más lo
será si tenemos en cuenta que existen muchos tejidos que pueden producir
alergia. Elija vestimenta de su talla porque así se evitarán problemas como
caídas y tropezones.

Perro rabioso

Autor: padresycolegios.com

Lara (ocho años) y su hermana decidieron lavar a un perro callejero que, obviamente, se encontraba bastante sucio. Se lo llevaron a una fábrica abandonada y se dedicaron con entusiasmo a enjabonar al pobre animal con jabón en polvo de lavadora. Asustado, el chucho decidió escapar de las niñas, su agua y sus cepillos, y corrió por el pueblo con el cuerpo y la boca cubiertos de espuma. La gente, asustada por la aparición de un peligroso perro rabioso, corrió a esconderse a sus casas.