Adolescentes: cómo evitar el conflicto

Olga Fernández

Contestaciones airadas, miradas desafiantes, oposición a las normas… es una conducta típica de los adolescentes. Hablar con ellos puede convertirse en una batalla campal si no se aplica la negociación. La adolescencia, el periodo que más conflicto provoca entre padres e hijos, no tiene una duración exacta: “Cada niño/a tiene su propio proceso madurativo, por lo que no podemos poner una edad cronológica exacta, pero la estimación que podemos hacer es que empieza aproximadamente entre los 11 o 12 años; es decir, cuando los niños están finalizando 6º de educación primaria y puede durar hasta los 20 años”, explica Laura Aut, psicologa infantil de Isep Clinic Barcelona.

 

¿Por qué cambian?

 

El niño bueno, educado y estudioso de repente cambia y se convierte en un “grandullón” contestón, desidioso y alterado. No es niño y tampoco adulto. Todo ello cuenta con una explicación biológica. Según la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente, existen imágenes del cerebro adolescente que muestran que funciona de manera diferente al de los adultos: “Cuando toman decisiones y resuelven problemas, sus acciones son guiadas más por la amígdala, una zona del cerebro que se desarrolla temprano y es responsable de las reacciones instintivas incluyendo el temor y el comportamiento agresivo, y menos por la corteza frontal, la zona que madura más tarde y ayuda pensar antes de actuar”.

“Uno de los cambios que observamos en la adolescencia, es como el hijo requiere diferenciarse de sus padres y del niño que ha sido hasta ese instante, recordemos que están formando su propia personalidad»

 

Es decir, todo es cuestión de madurez. Pero saber que las reacciones rebeldes tienen una explicación científica puede ayudar a los padres a ser pacientes con sus hijos. “Uno de los cambios que observamos en la adolescencia, es como el hijo requiere diferenciarse de sus padres y del niño que ha sido hasta ese instante, recordemos que están formando su propia personalidad. Veremos cambios en la conducta, en su imagen… que chocarán y serán causa de conflictos entre padres e hijos. Pero debemos recordar que es un proceso normal, son cambios lógicos que permiten a que el niño llegue a madurar”, anticipa Laura Aut.

 

La psicóloga Laura Aut explica cómo actuar en determinadas situaciones para evitar el conflicto:

* Cuando contesta mal:
 Buscar un lugar tranquilo para hablar con él a solas y explicarle el motivo por el que no os gusta que hable mal. “Hay que dejar que se explique y escucharle atentamente. Y es muy importante saber ponerse en el lugar del adolescente, y ser conscientes de que en la mayoría de las ocasiones no es un ataque hacía los padres, sino una situación que les provoca una emoción que ellos no saben gestionar”, apunta la psicóloga.

* Tiene un ataque de ira: Cuando el conflicto no se puede gestionar en ese momento, se deben utilizar frases como: “Si no te importa, podemos seguir discutiendo esto más tarde”. Nunca ponerse a su nivel.

* Se salta las normas: “El adolescente debe participar en las creación de las normas que le influyen directamente, conocerlas y opinar sobre ellas, pero eso no significa que los padres las tengan que modificar. Han de dejar claro cuáles son las normas innegociables.

* No quiere estudiar: Tener una conversación con él sobre sus responsabilidades, pactar unos horarios y ser realista.

* No encaja los castigos: Antes de aplicar un castigo se debe negociar con el adolescente las consecuencias de realizar una mala conducta.

Eres adoptado: cuándo y cómo contarlo

Por Ana Veiga

Tener niños es el sueño de muchas personas. A algunas de ellas, sin embargo, la naturaleza no se lo permite. Son estas las primeras personas dispuestas a adoptar, seguidas por las familias que simplemente optan por esta posibilidad, sin que ello implique una incapacidad de concebir.  Todas ellas han sumado 567 adopciones internacionales durante 2016, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Esos más de quinientos niños venidos a España son una de las cifras más bajas en los últimos años: suponen menos de la mitad de los adoptados en 2012 y la cuarta parte de los llegados en 2004.

 
Sí, la cifra ha descendido. Pero las nuevas adopciones se siguen produciendo. Y mientras, muchos de los padres adoptivos del boom del 2004 ahora empiezan a mirar con recelo hacia la temida preadolescencia de sus hijos. Puede que algunos se arrepientan de no haberle contado a sus hijos que son adoptados. Otros, en cambio, quizás crean que no lo han hecho de la mejor forma. Los terceros, los novatos, aún miran a su bebé pensando cuándo y cómo le contarán de dónde viene. Para todos ellos es este artículo.

 
“La vida de los chavales no empieza el día que los conocemos ni cuando aterrizamos en Barajas. El tiempo que ha vivido antes también forma parte de su vida, aunque en algunos casos sea un trozo más largo que en otros”, explica Lila Parrondo, psicóloga y directora de Adoptantisun gabinete de psicólogos en el que ayudan a las familias “desde que piensan en adoptar hasta que los niños ya están aquí; e incluso después, con las familias adoptantes”. Quieren acompañar a los padres para que puedan, a su vez, acompañar de la mejor manera a sus hijos.

 

En su consulta, Lila todavía ve a muchas familias que deciden no contar a sus hijos que son adoptados; o que, más bien, no se sienten capaces de hacerlo, porque les resulta doloroso o porque temen hacer daño a sus hijos adoptivos. A estos padres, les lanza un mensaje: “Necesitamos que entiendan que hablar de esto es importante para la identidad de sus hijos. Y que no queremos que hablen de estas cosas porque sí, porque somos malos y queremos que hagan daño a sus hijos, sino porque, si le cuentan su historia de forma gradual, no le dolerá de mayor y la irá normalizando”.

“La vida de los chavales no empieza el día que los conocemos ni cuando aterrizamos en Barajas. El tiempo que ha vivido antes también forma parte de su vida»

Entonces, ¿cuándo debemos empezar a hablar de esto? La psicóloga insiste en que cuanto antes, mejor.

Cómo contarlo

Por supuesto, hay que adaptar siempre el mensaje a la edad del pequeño. Pero lo que nunca se debe hacer es mentirle. “Un día, descubrirá que no era verdad y es durísimo ver que tus padres adoptivos te han engañado 10, 15 o 20 años de tu vida. Esto genera una ruptura de vínculos y una desconfianza. ¿Hay situaciones que les han tocado vivir que no son agradables de contar? Sí, pero son las que les han tocado. Si uno busca las palabras y piensa cómo contarlo, incluso de estas situaciones se puede hablar, aunque sea difícil”, anima mientras recuerda que en Adoptantis ofrecen actividades para preparar este momento.

 
Eso sí, cuando hablamos de hablar al niño de su adopción “no se trata solo de decirle te fui a buscar a un orfanato de China, eso no basta para que el niño entienda su historia”, explica la psicóloga. Para redondear la historia de su vida, propone contarla entera, es decir, con la parte del niño, pero también con la nuestra como padres que decidieron adoptar: “Si el proceso de adopción ha sido largo, si ha habido tratamientos… podemos contarle desde la primera charla informativa hasta que se produce la adopción. Qué mejor que compartir con el niño lo que cada uno hemos pasado por separado para finalmente poder estar juntos, recopilar la historia de las personas que forman parte de la familia”.

 
Otro de los puntos a tener en cuenta es lo que no decimos. Además de todo lo que verbalizamos, el lenguaje corporal podrá poner el acento en unas u otras emociones; esos pequeños gestos que casi inconscientemente acompañan a nuestro discurso serán la salsa que ayude o complique la charla.

«No se trata solo de decirle te fui a buscar a un orfanato de China, eso no basta para que el niño entienda su historia”

En ese sentido es importante ser conscientes de esa reacción, de esos gestos, cuando les hablemos del tema porque estos matices pueden ser trascendentales. “Si alguna vez hacen algún amago de pregunta sobre su adopción y ven que la reacción de sus papás es un mal gesto, una lágrima que asoma, una angustia… los niños lo notan. Y si hay algo que los niños no quieren es ver sufrir a sus papás. Así que podrían dejar de preguntar pero no porque no quieran saber, sino simplemente porque han visto que se genera un clima emocional complejo y prefieren buscar información por otros lados”.

 
El proceso de búsqueda activa de los orígenes es una necesidad que surgen en el grueso de los adoptados. De qué forma lo lleve a cabo va a depender mucho de cómo la familia adoptiva ha hablado con su hijo durante su infancia. “Si desde el principio el niño sabe que es adoptado y esto ha formado parte de la vida familiar, preguntarán lo que necesiten saber con naturalidad”. De lo contrario, es cuando se manifestarán más problemas.

 

Parte de ellos pueden venir de la falta de acompañamiento de los padres en esa búsqueda de raíces. No es un proceso fácil a nivel emocional, pero sí a nivel técnico debido a la irrupción de las redes sociales. “Hoy en día pueden buscar a la familia de origen más fácilmente. Por eso, es mejor estar presentes y acompañarlos”, aconseja.

 

El problema es que la búsqueda de orígenes “levanta muchos fantasmas en todo el mundo, tanto en los adoptados como en los padres adoptivos”, comenta Lila. Por eso, tratan de ayudar a las familias a entender esa necesidad de información de sus hijos como una necesidad de construir su propia identidad, no como una falta de amor hacia ellos. “A muchos padres adoptivos les pesa la frase ‘la sangre tira’ como si solo eso fuera valer, como si todo el cariño, esfuerzo y apoyo que les podamos dar no sirviera de nada. Trabajamos con las familias para que estos fantasmas se difuminen”.

 «La búsqueda de orígenes levanta muchos fantasmas en todo el mundo, tanto en los adoptados como en los padres adoptivos”

En primera persona

Hace 14 años que Lara Toro –periodista y autora de Estimada ch’askañawi: diari d’una adopción– fue a Bolivia. No era la primera vez que iba; había estado sola haciendo voluntariado y tiempo después con su marido. Pero un día, decidieron ir para algo diferente: querían aumentar su familia.

 

En aquel entonces, tenían ya dos hijos gemelos biológicos de un año. “Pensamos que el proceso tardaría –normalmente dura cuatro o cinco años– y decidimos iniciarlo con tiempo. Pero finalmente nuestro caso fue excepcionalmente rápido y, un año más tarde, ya teníamos a Mariona”.

 

Apostaron por Bolivia como país de origen por esa relación previa que ya habían generado con el país. “Cuando adoptamos niños de otros países, es muy importante que se respete esa identidad de origen y que se respire en casa cierto ego por este país. En nuestro caso, ya estábamos muy vinculados a Bolivia; pero aunque no sea así, si tienes un hijo de este país, es importante que se plasme en el día a día”, opina, aunque matiza que “sin imponer nada al niño”. “Debemos tener cuidado y respetar mucho cómo cada niño interpreta su historia; algunos quieren tener más relación con su país de origen, otros en cambio no quieren saber nada. Sea como sea, debemos ponernos a su disposición para que nos pregunten si quieren”.

“Cuando adoptamos niños de otros países, es muy importante que se respete esa identidad de origen y que se respire en casa cierto ego por este país»

Esta idea, “estar sin presionar ni perseguir”, planea en toda la educación de sus hijos, desde el inicio de su vida juntos hasta el día de hoy. Y es el mantra que ha seguido para explicar a su hija su historia. También ha apostado por hablar abiertamente de la adopción desde el primer día, para evitar construir un tabú familiar que les impidiese comunicarse libremente y con honestidad con sus hijos. “No hay un día en que sientas a tu hijo y le dices que es adoptado, es un proceso. Vas construyendo una historia que el niño va asimilando en función de su madurez. Desde el primer día, mi hija sabe que es de Bolivia pero ha tardado años en entender lo que esto significa», concluye.

Campamentos: su primer viaje sin los padres

Por Eva R. Soler
Llega el verano y con él, el aluvión de ofertas de campamentos infantiles. Para que esta experiencia resulte positiva lo aconsejable es adquirir previamente información exhaustiva sobre las características del viaje, hacer partícipe al menor en la elección del mismo, considerar si es adecuado según su personalidad, trabajar nuestros miedos y temores para no transmitírselos a los niños y respetar las normas del viaje, entre otras cosas.

La psicóloga Amaya Gómez Calvo nos explica con detalle esta serie de claves:

1. La edad más adecuada: ¿Cuándo es la mejor edad para hacer un primer viaje sin papá y sin mamá? Gómez Calvo considera que no hay una edad determinada en este sentido, sino que dependerá, en cada caso, de la personalidad de cada niño y de las características concretas del viaje: “Hay niños muy independientes y extrovertidos y eso facilita la separación de su familia y de su casa para irse de viaje”, puntualiza. Por otra parte, en la información del viaje, suele venir especificado la edad recomendada para realizarlo: “Sin embargo, aunque el centro escolar o el grupo de scout organice un viaje y recomiende una edad, es necesario preguntar al niño y que sea él que decida si desea o no desea ir de viaje”, aconseja la psicóloga y añade que “muchas veces los niños tienen la edad recomendada para viajar pero no se encuentran preparados psicológicamente para afrontar un viaje que les aleje de su entorno familiar”.
2. Duración del viaje: también dependerá de la personalidad del menor y no tanto de la edad. Hay desde estancias para menores de fines de semana (tipo acampada) hasta campamentos de semanas o quincenas. “Si tu hijo es introvertido y le cuesta separarse de la familia, es recomendable que pruebe con un viaje más corto, de fin de semana, por ejemplo, y luego vaya realizando paulatinamente viajes más largos de una semana hasta realizar uno que cubra una quincena. Sin embargo, hay menores más autónomos y menos dependientes de la familia que, desde edades tempranas, pueden pasar quincenas fuera de casa”, sostiene esta experta.
3. Hacer partícipe al o a la menor en la elección del tipo de viaje y su temática: Al fin y al cabo, él va a ser el protagonista de su primera experiencia de viajar solo (o sola) y necesita conocer cuáles son las características del viaje. Esto le ayudará a implicarse desde el primer momento en todas las fases: elección del tipo de viaje o campamento, implicación en los preparativos, despedida adecuada de la familia, normas del viaje: (¿puedo hablar con mi familia? ¿no puedo hablar con mi familia? ¿Puedo escribirles? ¿Van a venir a visitarme en mi estancia fuera de casa?), despedida del viaje y regreso con su familia.

«No hay una edad determinada en este sentido, sino que dependerá, en cada caso, de la personalidad de cada niño y de las características concretas del viaje»

4. Qué hacer si muestra un rechazo total: Nunca se debe obligar a ir de viaje a un niño que no quiere ir o no se encuentra preparado. Habrá que prepararle para la siguiente ocasión: “Ante un rechazo total lo que tenemos que hacer es no obligarle a ir de viaje y trabajar con él desde casa un fomento de su autonomía e independencia”.

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5. Los padres también tienen que estar preparados: Las madres y padres siempre transmitimos a nuestros hijos nuestros sentimientos y si no estamos convencidos de que se vayan de viaje y tenemos nuestros propios miedos, los hijos lo van a percibir. Es importante que los progenitores se informen previamente de todas las características del viaje: número de participantes, número de monitores/as por alumno/a, normas del viaje, urgencias que pueden surgir y manera de proceder de los responsables. Por otra parte, también es adecuado que padres y madres trabajen su nerviosismo y su miedo antes del viaje, para no transmitírselo al menor y perjudicar de esta forma su primera experiencia de viajar solos. Para transmitir positivismo, motivación y ganas de participar, los padres y madres pueden recordar los primeros viajes que hicieron ellos de niños y como se sintieron (si su experiencia fue agradable, claro), aconseja Amaya.

 

6. Con amigos y amigas siempre es más fácil: “En cualquier caso, siempre es recomendable para el primer viaje sin sus padres, que el menor viaje junto a sus compañeros de clase o con alguno de sus amigos. Así le resultará todo más fácil, agradable y divertido”, añade.

 

7. Respetar las normas del viaje: Gómez Calvo también considera muy importante que las familias respeten el ritmo de funcionamiento del viaje y las normas: que no llamen cuando no proceda o que no realicen visitas si no están estipuladas. Es importante cuidar las normas y el funcionamiento del viaje, insiste: “No hay que llamar al menor fuera de las horas previstas o visitarlo en momentos que no procedan para calmar nervios o preocupación, puesto que exponemos al menor a una situación controvertida en la que lo suele pasar mal”. Sí es recomendable mantener previamente reuniones con los organizadores del viaje para informarse de todos los aspectos del mismo. Esto ayuda a tranquilizar a los padres preocupados y a calmar la ansiedad y de esta forma, se puede evitar transmitírsela a los niños. “Los padres y madres somos el modelo y guía de nuestros hijos y debemos ser muy cuidadosos con lo que les transmitimos. Si nos bloquea nuestra ansiedad y miedo a la hora de permitir viajar solo a nuestro hijo, tal vez debemos trabajar para superarlo y evitar de esta forma, obstaculizar su desarrollo y crecimiento psicológico sano.

Vuelta al cole: técnicas para un détox tecnológico tras las vacaciones

La relación tecnología-infancia despierta en los padres continuos sentimientos enfrentados. ¿Tecnología sí? ¿Tecnología no? Ahora que se acerca la vuelta al cole y tras casi tres meses de vacaciones, que también son tres meses de relajación en esta relación, el debate vuelve a estar sobre la mesa. Como apuntan los expertos, la tecnología es fundamental para potenciar el aprendizaje y las capacidades intelectuales de los niños. Sin embargo, el mal uso que se hace de los dispositivos y herramientas electrónicas también genera riesgos, que acaban afectando a la capacidad de atención y concentración de los niños y, en consecuencia, a su rendimiento académico. El Doctor Manuel Antonio Fernández, especialista en Neurología Pediátrica, tratamiento de trastornos de la conducta y trastornos del aprendizaje y miembro de TopDoctors.es, ofrece una serie de consejos para un détox tecnológico.

Según el doctor, en ese sentido, no se trata tanto de relegar el papel de la electrónica a un segundo plano como de que los niños «aprendan a gestionarla y a darle el uso correcto”. ¿Y cómo se consigue esto? El experto nos recomienda una serie de medidas, pautas y rutinas que establecer en la vida de nuestros hijos desde bien pequeños.

1.  Sin tecnología durante el tiempo de estudio: de esta forma se evitan las interrupciones ocasionadas por las llamadas, mensajes o tentaciones de mirar las redes sociales que producen una bajada de rendimiento y dificultan la concentración.

2. Minimizar y relativizar la ‘sensación de pérdida’: la ansiedad que produce el no estar conectado debe corregirse con información racional y educación emocional. Según el doctor, este es un aspecto fundamental que los padres tienen que trabajar con sus hijos de forma continua.

3. Hay tiempo para todo: los niños tienen que comprender que, bajo unos horarios concretos, hay tiempo para todo. “Es decir, a la consola se juega una hora los sábados y el móvil se guarda en el cajón al entrar en casa y se saca solamente un rato antes de cenar, por ejemplo. Y por supuesto, sin excepciones”, afirma Manuel Antonio Fernández.

4. El esfuerzo por encima de los resultados: según el experto de Top Doctors se trata de una estrategia que ha de implantarse pronto en los más pequeños, por ejemplo, valorando el tiempo dedicado al estudio por encima de los resultados y premiando el primero frente al segundo”.

5. Fomentar la tolerancia a la espera: muy en relación con el «hay tiempo para todo». En ese sentido el especialista recomienda los programas de puntos. Estos programas establecen una serie de recompensas mediante puntos, que luego pueden canjear los chicos por gratificaciones.

6. La tecnología, siempre, mejor si es compartida: y es que el uso social de la tecnología tiene menos repercusiones negativas que el individual.

El 30% de los casos de fracaso escolar se deben a problemas visuales

Muchos padres manifiestan su descontento ante los resultados académicos de sus hijos, y atribuyen las malas notas a que su hijo es ‘vago’ o no quiere esforzarse. No obstante, los expertos afirman que hay otros factores que provocan un bajo rendimiento en los menores, como los problemas de visión. No en vano, se estima que el 30% de los casos de fracaso escolar se deben a problemas visuales.

En este contexto, organizaciones como la Fundación ALAIN AFFLELOU llevan años luchando para conseguir mejorar la salud visual de los más pequeños a través de su Campaña Escolar a Favor de la Salud VisualUna mejora que pasa inevitablemente por la toma de conciencia de los padres. En ese sentido, según los últimos estudios, 1 de cada 3 padres reconoce no haber llevado nunca a sus hijos a revisarse la vista. “Hay síntomas claves que ponen de manifiesto que el niño necesita alguna corrección visual, pero estos son difíciles de detectar para él mismo, ya que puede entenderlo como normal debido a que nunca antes habría visto de forma correcta. Por ello, es fundamental que padres y profesores estén atentos al desarrollo del menor”, afirman expertos de la Fundación.

Al respecto, los expertos añaden que hay dificultades muy claras que nos permiten, como padres, identificar que hay un problema. Dificultades que se suelen manifestar a la hora de realizar sus tareas escolares, sobre todo al leer o escribir: problemas para juntar las letras, perderse entre renglones, omitir palabras, mezclar silabas, invertir la estructura de las palabras, tamaños de letras irregulares, escaso espaciado, lentitud ante un dictado o preferir los exámenes orales a los escritos, entre otras.

La ambliopía u ojo vago afecta entre el 3% y 5% de los niños

La XIX edición de la Campaña Escolar a Favor de la Salud Visual de este año se centra en la ambliopía (ojo vago), debido a que es uno de los errores refractivos más comunes en edad infantil. Se calcula que la ambliopía afecta a entre el 3% y 5% de la población infantil, sin embargo, se ha convertido en una de las principales causas de pérdida de visión prevenible. “Podríamos detectar casos de ambliopía fácilmente a través de un examen visual completo en óptica”, afirman expertos de la Fundación Afflelou. Es más, añaden que la primera revisión visual a los niños debe realizarse a los cinco años como mínimo, y hay que repetirla con frecuencia anual desde ese momento.

“Hay síntomas claves que ponen de manifiesto que el niño necesita alguna corrección visual, pero estos son difíciles de detectar para él mismo, ya que puede entenderlo como normal debido a que nunca antes habría visto de forma correcta. Por ello, es fundamental que padres y profesores estén atentos al desarrollo del menor”

En el mundo hay 19 millones de niños con discapacidad visual, de los cuales 12 millones de casos se deben a errores refractivos fácilmente diagnosticables y corregibles. La Fundación Alain Afflelou incide en la importancia de estar atentos al comportamiento del niño, prestando especial atención a algunas de las señales clave que delatan la existencia de un problema de visión:

• Cierra un ojo o se lo tapa con la mano

• Entrecierra los ojos para ver mejor

• Ladea la cabeza para realizar sus tareas (lo que puede desembocar en tortícolis)

• Falta de coordinación ojo-mano, se tropieza, no calcula bien las distancias, dificultades a la hora de practicar algún deporte y juegos de pelota, etc

• Dolor ocular, lagrimeo, picor de ojos, mareos y/o dolor de cabeza

Eduardo Infante: “Quiero recuperar la dimensión práctica que la filosofía no debió de perder nunca”

Eduardo Infante, profesor del Instituto San Eutiquio La Salle de Gijón, ha revolucionado la filosofía y la vida de sus alumnos haciendo uso de Twitter en sus clases como herramienta educativa. Sus #FiloRetos, basados en el concepto de gamificación, han hecho accesible y entretenida para sus alumnos una asignatura que a través de la clase magistral muchas veces resulta “abstracta y sesuda”. ¿Quién dijo que la filosofía no podía ser divertida?

Por Adrián Cordellat

¿Cómo nace la idea de utilizar Twitter como herramienta para tus clases de filosofía?

Recuerdo perfectamente el día que comenzó toda esta historia. Era el comienzo de un nuevo curso y observaba a mis alumnos desde la sala de profesores durante su recreo. La estampa se la pueden imaginar, apenas hablaban entre ellos y tecleaban en sus móviles como alma que les lleva el diablo. Un compañero que también los observaba, me dijo algo así como “vaya desastre de generación, no hablan entre ellos, son unos individualistas”.

¿Lo son?

Tanto entonces como ahora creo que mi compañero se equivocaba. Nuestros alumnos sí que estaban comunicándose, y seguramente debatiendo con inteligencia sobre los temas que les apasionan, pero lo hacían a través de una pantalla. Entonces me dije a mi mismo: “¿Y si en vez de sacarlos de la pantalla y meterlos en el aula de filosofía, les meto el aula de filosofía en la pantalla?” Y así empezó todo, al día siguiente comencé con el primer #filoreto en Twitter.

¿Qué buscas con esta vuelta de tuerca en las clases? ¿Cuáles son tus objetivos?

Lo que hay detrás de este proyecto no es otra cosa más que recuperar para mis alumnos la dimensión práctica que la filosofía no debió de perder nunca. Desde que soy profesor de esta apasionante disciplina, he intentando que en mis clases se produjese un doble movimiento: el primero es el de acercar a los alumnos a los grandes textos y las grandes cuestiones, que a mi me entusiasmaron y me cambiaron la vida, a mejor; El segundo es el de llevarles la filosofía a sus vidas como una herramienta que quizás no les garantice la felicidad, pero que seguro les hará vivir sus vidas con una mayor profundidad.

«Me dije a mi mismo: “¿Y si en vez de sacar a los alumnos de la pantalla y meterlos en el aula de filosofía, les meto el aula de filosofía en la pantalla?”

 

Yo tengo que reconocer que soy muy fan de tus vales “para rascarte la barriga mientras tus compañeros hacen deberes” o “para convalidad una pregunta del próximo examen” que acompañan a tus #FiloRetos. ¿Sirve esto de motivación para los alumnos?

Los #filoretos se basan en el concepto de gamificación educativa, que no es otra cosa más que diseñar procesos de aprendizaje como si fueran un juego, y todos sabemos el poder de motivación de los juegos. Pero lo más gratificante que tiene este proyecto para un profesor de filosofía como yo es que tus alumnos te confiesen que lo primero que hacen por la mañana al levantarse es coger sus móviles para ver cuál es el #filoreto del día. Que una alumna te diga: “me tienes haciendo filosofía todas las mañanas mientras me plancho el pelo”, es algo que no tiene precio. De eso se ha tratado este proyecto, de llevar mi materia a sus centros vitales.

¿Y cómo han reaccionado ante tus #FiloRetos? ¿Has notado que aumentaba su implicación en el aula?

La implicación de mis alumnos en su proceso de aprendizaje es muy alta, pero esto no es fruto de la casualidad, sino que hay una base científica, las inteligencias múltiples, que explica porque estas metodologías son tan eficaces. En mi aula intento diseñar una serie de entornos de aprendizaje que posibiliten a mis alumnos trabajar todas y cada una de esas inteligencias y además, hacerlo de manera interconectada. Al mismo tiempo, intento elaborar una enseñanza más individualizada que atienda las cualidades y los intereses de mis alumnos. La metodología que uso no sólo toma como punto de partida las vidas de mis alumnos sino que además tiene como meta que puedan aplicar los conocimientos adquiridos a su realidad cotidiana. Y para conseguir estos objetivos he comprobado que las nuevas tecnologías y las redes sociales pueden ser unas herramientas extraordinarias.

«Quiero llevar filosofía a las vidas de mis alumnos como una herramienta que quizás no les garantice la felicidad, pero que seguro les hará vivir sus vidas con una mayor profundidad»

 

La verdad es que envidio a tus alumnos. En mi caso tuve una mala experiencia con la filosofía cuando era estudiante. La típica clase magistral. Un día tras otro. Creo que nadie en mi clase aprendió nada. La prueba es que al año siguiente era optativa y nadie la eligió. ¿Han cometido muchos profesores de filosofía el error de hacerla aburrida e incomprensible?

Te comprendo perfectamente. Yo tuve una experiencia muy similar. Mi primer contacto con la filosofía fue en el instituto y me la enseñaron a través del método clásico, es decir clase magistral y estudiar para el examen. Eran clases interminables en las que el profesor hablaba y hablaba de cosas que yo no entendía. La filosofía era por entonces para mi una materia demasiado abstracta y sesuda que poco tenía que ver con mi vida.

¿Qué cambió para que hoy seas profesor de filosofía?

En la universidad, en Salamanca, tuve muy buenos profesores con los que estaba continuamente discutiendo y dialogando. Recuerdo que solía comer antes de clase con mi profesor de estética, Don Víctor Tirado y a veces la discusión en la sobremesa era tan apasionante que terminábamos dando la clase en el restaurante, entre cafés y humo de tabaco. De mis queridos profesores de universidad descubrí que la filosofía es una actividad y que su ejercicio puede ser apasionante.

«Lo más gratificante que tiene este proyecto para un profesor de filosofía como yo es que tus alumnos te confiesen que lo primero que hacen por la mañana al levantarse es coger sus móviles para ver cuál es el #filoreto del día»

 

Cuando parecía que la filosofía iba a desaparecer hasta del currículo educativo con las nuevas reformas, ha habido un cierto proceso de revitalización y revalorización de la materia. ¿Crees que como sociedad estamos empezando a valorar un poco más (y mejor) la filosofía y su utilidad en la vida?

Si, porque estamos volviendo a descubrir que la filosofía no debe ser una asignatura sesuda, sino más bien una especie de ejercicios espirituales. Y que de la misma manera que no nos cuestionamos que debemos ejercitar nuestros cuerpos en el gimnasio, tampoco deberíamos cuestionarnos que deberíamos comenzar a ejercitar nuestra alma.

Seis consejos para ahorrar en la vuelta al cole

Según datos del comparador Acierto.com, el desembolso económico que realizan las familias con la vuelta al cole se incrementará hasta un 8% este año. Unos gastos necesarios, pero que por fortuna es posible reducir de la mano de diferentes alternativas como las que nos proponen desde el comparador de seguros independiente.

1. Opta por libros de segunda mano: No te va a resultar nada difícil encontrarlos. Hoy en día, gracias a Internet y las redes sociales, es muy sencillo adquirir todo tipo de objetos de segunda mano. Hasta los libros del colegio. Son muchos los padres que optan por comprar los libros de texto usados, especialmente cuando sus hijos ya están en secundaria. La razón es que comprarlos nuevos resulta más caro que en la etapa de primaria. Y usados, suelen estar en mejor estado que los de los niños más pequeños. Puedes buscar en páginas de venta de segunda mano o preguntar en el típico grupo de WhatsApp de padres del cole. También hay plataformas virtuales específicas para adquirir libros de texto usados. Algunos gobiernos locales cuentan también con programas concretos de aprovechamiento de recursos.

2. Internet es tu amigo: En comercios electrónicos es posible encontrar material escolar muy barato. Suelen contar con ofertas, además, coincidiendo con la vuelta al cole. Solo tienes que investigar un poco en Google y comparar: seguro que das con más de una tienda online con precios muy bajos. También las grandes superficies plantean ofertas para la vuelta al cole, tanto para el material escolar como para la ropa de los niños, que habitualmente resultan un poco más económicas online.

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3. Haz acopio ahora y no pagues más después: Aprovecha los precios bajos de este mes en algunos comercios para llenar tus reservas de paquetes de folios, cartuchos de tinta de impresora, bolígrafos, lápices y otros consumibles que, con seguridad, necesitarás reponer varias veces a lo largo del año. Si lo haces todo en un pedido, serán portes que no pagues después. Además de ahorrar con las ofertas, claro.

4. Pásate al concepto outlet: La ropa de los niños no aguanta más de un curso. Hay quien necesita solo una semana de jugar al fútbol en el patio creyéndose De Gea para romper unos pantalones. También has de tener en cuenta los estirones que dan los niños repentinamente. Si el año que viene la ropa que le compres ahora no le va a valer por un motivo o por otro, no merece la pena invertir mucho dinero en ella.

5. Muévete en la economía circular: Hay otra forma de consumir: la que no se basa en “comprar, usar, tirar” sino en aprovechar lo que ya existe, no generar nuevos residuos y reciclar. Sea lo que sea lo que necesites, puedes encontrarlo de segunda mano. También puedes practicar el trueque y usar conocimientos como moneda de cambio: hay comunidades virtuales de trueques e intercambios. Por ejemplo, quien cambia clases de refuerzo de ESO por lecciones de piano.

6. Antes de comprar, compara: Si prefieres estrenarlo todo, no te lances a la primera oferta. Ya sea ropa, un ordenador o una impresora. Solo comparando tendrás una idea general de todo lo que te ofrecen en cada sector y podrás decidir con fundamento y en base al criterio más importante: la relación calidad/precio. En cuestiones de ahorro, todo céntimo es valioso.

Campaña 'Vuelta al cole' para promover el uso positivo de internet

Por redacción

Según el Dossier de indicadores sobre uso de TIC por menores en España, publicado por ONTSI en diciembre de 2017, el 95,1% de los menores de entre 10 y 15 años de edad usan Internet y el 67,2% lo hace desde un centro de estudios. Por otra parte, según el estudio Net Children Go Mobile, 1 de cada 2 menores, de entre 11 y 16 años, han percibido una situación de riesgo en Internet, entre las que se encuentran el cyberbullying o ciberacoso escolar (que afecta al 12% de los menores).

Teniendo en cuenta estos datos y coincidiendo con el inicio del curso escolar, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), a través del Centro de Seguridad en Internet para menores de edad en España, Internet Segura for Kids (IS4K), ha puesto en marcha la campaña “Vuelta al cole”. Fomentar el uso responsable de Internet en el entorno escolar y entre los menores es el objetivo de esta campaña a través de la cual se harán llegar, tanto a familias como a educadores, recomendaciones y recursos sobre seguridad online en el entorno escolar.

«El 95,1% de los menores de entre 10 y 15 años de edad usan Internet y el 67,2% lo hace desde un centro de estudios»

A través de diferentes formatos, se ofrecerá información básica y consejos en ciberseguridad para menores. Algunas de las temáticas que se abordarán dentro de esta iniciativa versarán sobre cómo comunicarse a través de grupos de WhatsApp, cómo gestionar fotos de menores en redes sociales, cómo hablar con los menores sobre seguridad online y cuáles son los recursos que existen al respecto.

Además, se ofrecerán consejos para actuar frente a peticiones de amistad en redes sociales por parte de un menor, consejos para profesores que utilicen en sus aulas herramientas digitales o recomendaciones para conseguir un uso de Internet seguro tanto en casa como en el colegio.

La Campaña “Vuelta al cole” se desarrollará durante los meses de septiembre y octubre, y servirá para favorecer la ciberseguridad en el ámbito familiar y educativo y contribuir a hacer que niños, jóvenes, familias y educadores se conviertan en usuarios digitales responsables.

Desde INCIBE, organismo dependiente del Ministerio de Economía y Empresa, a través de la Secretaría de Estado para el Avance Digital, recuerdan que es importante inculcar en los más pequeños el uso positivo y saludable de Internet, dado que cada vez acceden a la Red a edades más tempranas y de forma masiva, además de que las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta muy importante dentro del ámbito educativo.

 

Cuatro de cada cinco niños en edad escolar excede el peso recomendado de sus mochilas

Por Redacción

Según los datos de un estudio elaborado por Rebeca González de Castro, alumna del Grado en Fisioterapia de la Universidad CEU San Pablo en Madrid, y dirigido por el profesor de Fisioterapia Francisco García-Muro, el 80,4% de los niños en edad escolar excede el 10% de su peso corporal en sus mochilas; un porcentaje establecido como referencia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para llevar a cabo esta investigación, González de Castro seleccionó a 102 estudiantes que portasen una mochila a la espalda: 43 de sexo femenino (42,15%) y 52 de sexo masculino (51,96%), con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, procedentes de 24 colegios ubicados en la Comunidad de Madrid.

Según los datos del estudio, habría un 47,6% de alumnos, entre los 10-11 años, con sobrepeso en la mochila y un 35%, entre los 7-8 años, que cargan en ella más del 15% de su peso corporal. La media de peso corporal que soportaban los estudiantes en sus mochilas era del 13,23%, y solo 6 sujetos (5,88%) superaban el 20% de su peso corporal. Asimismo, el curso en el que se concentraron el mayor número de casos con sobrepeso en la mochila es 5º de Primaria (59,2%).

Los riesgos de cargar la espalda

En otros países de Europa, como Italia y Grecia, se ha observado que sus estudiantes llevaban de media del 22 al 27,5% de su peso corporal, y que el 46% de los estudiantes excedía el 30%. Por el contrario, países como Japón han llevado a cabo estudios en los que solo el 3,3% de los alumnos cargaba con un peso en su mochila superior al 10% corporal.

«La media de peso corporal que soportaban los estudiantes en sus mochilas era del 13,23%. Solo seis sujetos del estudio superaron el 20% de su peso corporal en la mochila»

 

También se ha llegado a determinar que llevar gran peso en la mochila durante mayor tiempo produce mucha fatiga muscular, lo cual afecta a la velocidad y al tiempo de la marcha. Asimismo, la vida sedentaria y la reducción de actividad física, añadido al sobrepeso de las mochilas escolares, son factores de riesgo muy importantes para tener en cuenta en los dolores de espalda.

En los últimos 10 años, los estudios se han centrado en ergonomía y problemas musculoesqueléticos derivados de la forma de la mochila y de cómo se lleva. Pero, sobre todo, se han centrado en investigar cómo crear la mochila ergonómicamente perfecta y que perjudique lo menos posible a los niños en edad escolar; ya que, además del dolor de espalda, se ha detectado un aumento en la incidencia de casos de escoliosis idiopática, compresiones de plexo braquial o alteración en los miembros inferiores, entre otros.

 

Los padres cada vez más conscientes de la importancia de la resiliencia

Por redacción

Un viaje, una excursión a la montaña o un baño en la playa son planes cotidianos que en los primeros años de vida son grandes experiencias para los más pequeños. Cada vez son más los padres que fomentan que sus hijos vivan nuevas experiencias por sí solos desde sus primeros momentos de vida. De hecho, el 92% de los padres españoles afirma que dejar que su bebé descubra el mundo y tenga nuevas experiencias favorece su desarrollo, de acuerdo a los datos de un reciente estudio realizado por Danone Nutricia Early Life Nutrition.

“Dejar que los niños experimenten su entorno favorece el buen desarrollo cognitivo, emocional y social, y a que aumenten la capacidad para afrontar con éxito cualquier situación y su autoestima desde pequeños”, señala Raquel Sánchez psicóloga y orientadora educativa. “Como padres, no es aconsejable limitar las interacciones de los más pequeños con el entorno, sino acompañarles y guiarles durante este viaje, ayudándoles a levantarse cuando se caigan y apoyándoles en cada pequeño paso”, aclara Sánchez.

«Dejar que los niños experimenten su entorno favorece el buen desarrollo cognitivo, emocional y social, y a que aumenten la capacidad para afrontar con éxito cualquier situación y su autoestima desde pequeños»

 

A pesar de la creencia popular de que son las madres quienes tienen una mayor tendencia a la sobreprotección de los más pequeños, éstas son más proclives (93%) que los hombres y padres españoles (90%) a dejar que su pequeño descubra el mundo y tenga nuevas experiencias. Así lo revelan los datos del mismo estudio realizado por Danone Nutricia Early Life Nutrition. “No se trata de exponer a los más pequeños ante situaciones complicadas sin ningún tipo de ayuda, ni tampoco caer en la sobreprotección y limitar sus interacciones con el entorno. Se trata de fomentar la capacidad de adaptación de los más pequeños ante nuevos estímulos, es decir, fomentar su resiliencia”, añade la psicóloga.

Las investigaciones sobre resiliencia demuestran los beneficios de ésta en el desarrollo infantil. En concreto, establecen que el desarrollo de la resiliencia desde una edad temprana favorece la orientación hacia la excelencia entre los más pequeños. Además, los investigadores señalan que los niños resilientes muestran un desarrollo socioemocional adecuado.

Extremadura, La Rioja y Navarra las comunidades con los padres más resilientes

Por comunidades autónomas, Extremadura, La Rioja y Navarra son los únicos territorios en los que la totalidad de los padres y madres encuestados están de acuerdo en que dejar a los más pequeños descubrir el mundo por sí mismos favorece su desarrollo. Por el contrario, los padres y madres de las Islas Baleares (75%) y Cantabria (76%) son menos tendentes a la educación resiliente.

«Como padres, no es aconsejable limitar las interacciones de los más pequeños con el entorno, sino acompañarles y guiarles durante este viaje, ayudándoles a levantarse cuando se caigan y apoyándoles en cada pequeño paso»

 

En cuanto al resto de Comunidades, los valores se sitúan alrededor de la media nacional: Asturias (97%), Castilla y León (97%), Castilla-La Mancha (95%), Galicia (95%), Andalucía (93%), Valencia (93%), Canarias (92%), Madrid (91%), País vasco (91%) Aragón (87%), Murcia (87%) y Cataluña (85%).