Webinar gratuito con Laura Millán: cómo establecer límites a nuestros hijos

En Padres y Colegios queremos retomar en septiembre los webinars que iniciamos durante las semanas del confinamiento y con los que pretendemos acercaros a casa a expertos en educación e infancia para ofreceros recursos y un espacio en el que poder compartir vuestras dudas e inquietudes con ellos. En ese sentido, el primer webinar de la nueva temporada tendrá lugar el próximo martes 8 septiembre a las 18:00 horas de la tarde a través de la app Zoom (si no la tenéis aún, aquí podéis descargarla para iOS y aquí para Android) y tendrá como protagonista a la psicóloga y coach educativa Laura Millán.

¿Quién es Laura Millán?

Como decimos, Laura Millán es doctora en Psicología por la Universidad de Valencia y ejerce como coach educativa en Aula Siena dentro del programa Jove Oportunitat del IVAJ. Esta labor la compagina con su trabajo como Profesora académica en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), donde es docente en el Máster Universitario en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género y Profesora colaboradora en el Máster de Psicología General Sanitaria, en el Máster de Neuropsicología Clínica y, por último, en el Máster Universitario en Psicopedagogía.

¿Qué temas se abordarán en el webinar?

El establecimiento de límites a nuestros hijos e hijas es de vital importancia y suele ser un tema de preocupación para padres y madres, las primeras figuras de autoridad en la vida de los más jóvenes. Como tales, los padres y madres somos cruciales a la hora de que los más jóvenes interioricen las normas sociales, las reglas y los valores de nuestro entorno más cercano y de la sociedad en general.

Esta autoridad puede ejercerse desde diferentes lugares, según el estilo parental de cada uno, pero sin duda, será más enriquecedor si se realiza desde la empatía, de forma que los más jóvenes se sientan valorados y comprendidos. En ese sentido, en el webinar Laura Millán explicará a los asistentes qué es la autoridad empática, cómo podemos ejercerla en casa y cuáles son sus beneficios, tanto para los niños como para la convivencia en el hogar.

Cómo apuntarse al webinar

Como os comentábamos con anterioridad, el webinar de Laura Millán podrá seguirse en directo a través de la app Zoom el próximo martes 8 de septiembre a las 18:00 horas. La charla tendrá una duración aproximada de una hora, dividida en una ponencia de unos 30-40 minutos de la psicóloga a la que seguirá un turno de preguntas para que podáis consultar con la experta todas vuestras dudas.

Podéis reservar vuestra plaza en el webinar a través de este enlace: https://zoom.us/webinar/register/WN_0c4SYUZsSaeHP1gCf-c3PA

El 54% de los docentes sufre ansiedad provocada por el COVID-19 y el regreso a las aulas

Los riesgos psicosociales en el sector educativo han sido históricamente unas las principales causas de malestar en los docentes y, durante  la pandemia del COVID-19 se han agravado. Con el regreso a las aulas, cobra una especial relevancia el estado psicológico de los profesionales docentes que se analiza en el Informe Educación de la consultora Affor Prevención Psicosocial, elaborado a partir del estudio ‘Impacto del COVID-19 en la salud psicológica de los trabajadores en España’.

Según este informe, realizado a partir de una muestra de más de 400 profesionales de la educación entre los meses de abril y junio, más de la mitad de los encuestados, un 54% de los docentes presenta síntomas de ansiedad. Entre los principales indicios que manifiestan, destacan la alteración del sueño (90%), nerviosismo, irritabilidad o tensión (89,5%), dolor de cabeza (79,2%), retraso en el comienzo de las tareas (62,9%) o sensación de ahogo sin esfuerzo físico (52,1%).

“El impacto del COVID-19 ha provocado desajustes de carácter psicológico en muchas personas, sobre todo entre la población activa a la hora de compatibilizar vida profesional y familiar en un entorno novedoso para todos. Si además se une que el sector educativo es tradicionalmente uno de los más expuestos a la ansiedad y que más se ha visto afectado desde el inicio de la pandemia, con el inicio del curso escolar las consejerías de educación y los centros educativos deberían reforzar el seguimiento de los riesgos psicosociales entre los profesores para evitar que su incidencia aumente”, considera Carmen Rodríguez, directora del área de Intervención Psicológica de Affor.

El informe destaca también que el 64,6% de los docentes se siente agobiado y en tensión, un síntoma que identifican como más frecuente de lo habitual, el 55,2% presenta pérdida de sueño por preocupaciones, el 58,7% no se concentra y un 42,7% se siente poco feliz y deprimido. Atendiendo a la escala de Goldberg, el estudio refleja que el 71,33% de los profesores encuestados requeriría realizar una valoración detallada desde el área de salud ocupacional por posible ansiedad y depresión, siguiendo los criterios recogidos en el Protocolo PSICOVS2012 publicado por Osalan-Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales.

Anabel Fernández, CEO de Affor, considera que “la educación es fundamental para construir sociedades más prósperas. Por eso, es necesario que las administraciones públicas y los centros educativos implanten medidas para que puedan enseñar a los alumnos sin sufrir desgaste psicológico y se prevengan los riesgos psicosociales y posibles situaciones de ansiedad y estrés ante regreso a las aulas en un curso marcado por la incertidumbre”.

El estudio se ha realizado paralelamente en España y en siete países de Latinoamérica (Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, México, Panamá y Perú), y ha contado con la colaboración de los partners de Affor en destino, así como de la Cátedra de Prevención de la Universidad de Sevilla, PRL Innovación, Foro de Recursos Humanos y DCH – Organización Internacional de Directivos de Capital Humano. Para su ejecución se han empleado dos escalas psicológicas validadas: el Test de Salud Total (TST) y el GHQ Goldberg.

Nuevos patios escolares para una nueva normalidad

Por Adrián Cordellat

Aunque en España existen ya bastantes experiencias positivas en varias regiones, la transformación de los patios escolares “son procesos aún minoritarios”. Así lo reconocen desde la Asociación Patios Habitables, que reúne en su seno a personas que, desde diferentes ámbitos (profesionales, vecinales y/o culturales) están implicadas en procesos de transformación, creación, mejora y cuidado de patios y entornos educativos y otros espacios urbanos y rurales al aire libre, para un uso pleno y activo por la infancia y juventud.

A falta de iniciativas políticas y públicas, en “la mayoría de los casos” son las propias familias de los centros las que se movilizan, inician, reivindican y promueven muchas de las mejoras de las escuelas y los entornos escolares, sobre todo en los niveles inferiores (0-6 años). “En estas etapas, más basadas en los sensorial y en una formación holística, el patio se ha considerado integrado en el aprendizaje. Sin embargo, esta conexión se pierde en primaria y aún se agrava en secundaria”, sostienen desde María Pía Fontana y Miguel Mayorga, de Mayorga+Fontana arquitectos y socios fundadores de la Asociación.

Lejos de la realidad de otros países europeos (“que nos llevan ventaja por diferencias culturales y porque tienen una aproximación histórica y más clara a la hora de asumir el paradigma medioambiental”) la pandemia desatada por el coronavirus y la “nueva normalidad” que ha dejado tras su expansión constituyen para Fontana y Mayorga “una oportunidad para valorar y repensar esos espacios de los que disponemos y para innovar pedagógicamente”.

No en vano, instituciones como la OMS, UNICEF o la FAO recomiendan el uso de los espacios exteriores en la reapertura de los centros escolares como una medida segura de prevenir los contagios.

El patio como epicentro educativo de la nueva normalidad

Para la Asociación Patios Habitables, en este momento en que, por primera vez y por imperante necesidad, se propone institucionalmente utilizar el espacio exterior disponible de las escuelas, “se hace evidente su importancia en general, a la vez que su utilidad diversa”. Sin embargo, sostienen los expertos, si miramos más allá de esta situación puntual que nos toca vivir, el patio “siempre ha sido y debería ser un lugar idóneo para relacionarse con el exterior, el aire, la naturaleza y para la relación social, el juego, el deporte y la convivencia”.

No en vano, explican Fontana y Mayorga, los patios y espacios exteriores “son clave para el encuentro, el descubrimiento y la experimentación más allá del aula”, por lo que en ese sentido afirman que abrir la escuela hacia el patio “rescata las posibilidades de una visión educativa amplia que se proyecta hacia lo que está fuera del aula: el patio, la calle, la plaza, el barrio, la ciudad, el campo”.

Además, aseguran, la reformulación de los patios permite entenderlos y visualizarlos como espacios que “ofrecen aprendizaje” a partir del contacto con la realidad y el entorno.  “El patio se puede constituir como el espacio más idóneo para el aprendizaje medioambiental, de ciencias naturales, de realidades matemáticas como la geometría, con sus áreas y perímetros, de los puntos cardinales y la orientación, del viento y la lluvia o experimentos de química. Incluso hay escuelas que proponen que los niños duerman en tiendas de campaña en el patio para conocer el firmamento”, ejemplifican.

Los beneficios de fomentar la habitabilidad de los patios, de integrar los espacios interiores con los exteriores y de incorporar la naturaleza a estos escenarios es un enriquecimiento en muchos sentidos para toda la comunidad educativa: “Las reflexiones de los centros que han iniciado cambios y procesos de transformación de sus entornos destacan los cambios que aprecian en la disminución del nivel de ruido, la tranquilidad en la forma de estar y jugar y el aumento de las posibilidades de juego”. Además de estos beneficios, los socios fundadores de Patios Habitables destacan:

  • Beneficios a nivel de salud y físicos: descontaminación del aire, reducción del calor y aumento de la humedad y frescor. Desarrollo psicomotriz, sensorial.
  • Beneficios psicológicos: relajación y reducción de la ansiedad aportando tranquilidad en el tipo de juegos, mejora el nivel de concentración y desarrollo de habilidades cognitivas.
  • Beneficios medioambientales: mejora del entorno del colegio y el entorno urbano próximo, además de promover una actitud activa proambiental en la infancia y jóvenes.
  • Socialización: integración de la escuela y participación comunitaria.

 

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Características de un Patio Habitable

 Aunque como matizan desde la Asociación Patios Habitables, “es importante tener en cuenta que no hay recetas y que cada escuela es un mundo”, sí que existen una serie de aspectos cualitativos que debe tener todo espacio público y, como tales, los patios escolares.

  • Imagen y confort. El patio debe ser en primer lugar un espacio confortable, de forma que apetezca estar en él. Ahí adquiere gran importancia la naturaleza, los espacios de sombra, el agua, el mobiliario adecuado, las fuentes, zonas con arbustos, arenales, desniveles, hierba… Éste es el aspecto más descuidado del patio y el que mejora de forma más significativa sus posibilidades. El patio debería ser un jardín, un espacio que restaure emocional y físicamente al alumnado. Además, debe estar limpio, cuidado, y debe implicar la corresponsabilidad de todos los que lo habitan: alumnado, profesores, administración y familias.
  • Accesibilidad y comunicación. Debe ser accesible a todos los niños y niñas, igualitario, abierto al barrio y estar bien comunicado con las aulas para que su integración como espacio educativo resulte más sencilla.
  • Usos y actividades. Debe permitir una amplia variedad de juegos y de opciones pedagógicas integradoras e inclusivas. Por ello a nivel físico debe contar con ambientes ricos, que faciliten esta diversidad. No necesita de columpios ni de suelos de caucho, sino más bien de ambientes lúdicos que posibiliten múltiples aprendizajes. Es decir, puede haber espacios deportivos y de pelota, pero no han de ser ni los prioritarios, ni los únicos.
  • Sociabilidad. Bien trabajado todo lo anterior, el resultado es un espacio fluido que fomenta el intercambio social, ya sea entre alumno y profesor o de los alumnos entre sí.

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Webinar: Cómo establecer límites a nuestros hijos

Laura Millán es doctora en Psicología por la Universidad de Valencia y ejerce como coach educativa en Aula Siena dentro del programa Jove Oportunitat del IVAJ. Compagina esta labor con su trabajo como profesora en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), en la que imparte asignaturas en varios másteres: Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género, Psicología General Sanitaria, Neuropsicología Clínica y Psicopedagogía.

El pasado 8 de septiembre fue la protagonista de nuestro primer webinar, que podéis ver al completo aquí.

En el webinar, la experta abordó las dudas que preocupan a las familias en lo referente al establecimiento de límites. Si bien es cierto que padres y madres somos un referente a la hora de que los más jóvenes interioricen las normas sociales, las reglas y los valores de nuestro entorno más cercano y de la sociedad en general, no siempre es fácil.

Laura Millán explica de forma sencilla y amena en este vídeo qué es la autoridad empática, cómo podemos ejercerla en casa y cuáles son sus beneficios, tanto para los niños como para la convivencia en el hogar. Si os lo perdisteis, ahora podéis disfrutarlo.

La enseñanza online en España registra datos históricos en la era COVID

Desde que comenzó el estado de alarma hasta finales de agosto, ThePowerMBA ha registrado un incremento del 54% en sus matriculaciones, en comparación a 2019

Antes de la pandemia del COVID-19 ya era indiscutible que la formación online vivía un momento álgido a nivel mundial, pero como consecuencia del estado de alarma y la crisis derivada por la pandemia, las cifras de esta modalidad educativa se han disparado. Un claro ejemplo de esta tendencia es la escuela de negocios online ThePowerMBA, cuyas matriculaciones han crecido un 54% desde que comenzó el confinamiento en España hasta finales de este mes de agosto, en comparación con el mismo periodo el año anterior, registrando un aumento de casi 4.300 alumnos y alcanzando más de 11.000 matriculaciones en 2020. 

Además, si nos centramos únicamente en los resultados obtenidos en 2020, esta cifra ha supuesto el 60% del total de matriculaciones, frente al 40% de los primeros dos meses y medio del año. Estos buenos resultados son fruto, en parte, gracias al éxito del modelo de enseñanza disruptiva que ThePowerMBA ha implementado en el panorama educativo desde su creación hace 3 años, que tiene como objetivo democratizar la educación y hacerla accesible a todo el mundo.

Por otro lado, si comparamos los inscritos durante los meses de marzo y abril de 2020 (coincidiendo con el encierro en casa), la escuela registró un incremento de casi un 71,6% más de alumnos inscritos en este periodo en comparación a 2019, un hecho que respalda cómo la educación online registró datos históricos en nuestro país, debido a que gran parte de la población aprovechó esta situación para formarse y renovar sus conocimientos.

ThePowerMBA continúa fiel a su misión de democratizar la educación expandiéndose por todo el mundo, y en la actualidad está presente en más de 60 países y aspira a crear la mayor comunidad de negocios del mundo, integrada por 120.000 alumnos a finales de 2021.  En este contexto, el pasado mes de abril lanzó su campaña global, incluyendo 20 mercados extranjeros más en los que está presente en la actualidad, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Canadá e Israel, entre otros, que en la actualidad suponen casi un 19% del total de las matriculaciones, una cifra que refleja el alto índice de aceptación que ha generado fuera de las fronteras españolas.

Desde que su creación hace 3 años, ThePowerMBA ha revolucionado el sector de la enseñanza gracias a su programa de formación disruptivo, basado en la metodología de enseñanza microlearning, que ofrece clases de 15 minutos al día, a unos precios asequibles, consiguiendo que más de 37.000 alumnos hayan cursado sus posgrados y cursos especializados en los últimos 3 años. De igual forma, firmas como EY, Coca-Cola, Santander, Google, Microsoft o Telefónica, entre más de 400 empresas de primer nivel, confían en esta escuela para la formación de sus trabajadores y buscan candidatos entre sus alumnos.

Deberes escolares: Estrés ‘laboral’ con 8 años

La pandemia ha puesto sobre la mesa de nuestra cocina la cantidad de trabajo escolar que afrontan diariamente nuestros hijos. ¿Estamos saturando su infancia con tareas que extendemos a su tiempo libre?

Por Ana Veiga

El año 2020 será recordado como el año de la pandemia mundial del Covid- 19. Pero seguramente para muchos padres y madres, el principal recuerdo será de la ingente cantidad de trabajo escolar que se vieron obligados a hacer con sus hijos. De hecho, la psicóloga Vinka Jackson alertaba en redes sociales de las nuevas dolencias que esto les puede provocar en su salud mental y física, centrando su preocupación en el estrés.

Una encuesta sobre la salud de los niños en edad escolar hecha por la OMS en 2012, mencionaba a España como uno de los países en donde hay un mayor porcentaje de niños y niñas que se sienten «presionados» por las tareas para casa. Nuestro país iba subiendo en el ránking conforme la edad aumentaba, pero ya desde los 11 años se detectaba un elevado porcentaje de niños (34%) y de niñas (25%) agobiados por el exceso de ejercicios para casa.

Para Ana Kovacs, psicóloga en una clínica homónima, esta encuesta no se aplica a día de hoy porque los deberes no existen como tales. “Desde 2012 no hay deberes obligatorios, sólo recomendaciones. Las tareas están organizadas para poder hacerlas durante el horario lectivo. Cuando no se terminan en ese tiempo es cuando suelen llevarlo a casa y es ahí cuando empiezan las diferencias individuales”, explica.

Sin embargo, Rosa, madre de Óscar (8 años) en la provincia de A Coruña, se sorprende con esa afirmación. “¿Que los deberes no son obligatorios? A mi hijo le mandaban deberes obligatorios tres días a la semana (lunes, miércoles y viernes)”. Se refiere a antes de la pandemia del Covid-19, cuando en su colegio le mandaban tareas a su hijo que suponían una hora al día. Rosa mira con recelo las tareas: “creo que está bien que aprendan, pero sería genial que pudieran dedicar su tiempo libre a aprender otras cosas”.

Luis, profesor en Galicia, explica que la cantidad de deberes depende de cada comunidad autónoma. “Aquí se pueden establecer tareas extraescolares siempre que estas sean compatibles con la vida familiar y social del niño, es decir, que no se les puede saturar; pero la realidad es que cada profesor hace un poco lo que quiere”, admite.

Una encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicada en 2016 –hecha en 2013-14– se mencionaba a España como uno de los países en donde había un mayor porcentaje de niños y niñas que se sentían «presionados» por las tareas escolares para casa. La OMS advertía: «el estrés relacionado con el colegio tiende a ser padecido por jóvenes con elevados niveles de presión escolar y se caracteriza por un incremento de comportamientos que ponen en riesgo la salud, problemas físicos como dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor de espalda o mareos; y síntomas psicológicos, como sentirse triste, tenso o nervioso».

Por su parte, Miguel Angel Rizaldos, psicólogo clínico y autor del libro Guía para papás y mamás en apuros, cree que el hecho de que el niño sienta “presión” no tiene por qué ser negativo por sí mismo porque “la presión forma parte de la vida y cuanto antes sepas manejarla sin desbordarte, mejor lidiarás con ella de adulto”. Aunque hace un ejercicio de empatía y admite que “a nadie le gustaría que su jefe le pida que haga unas horas más de trabajo al día para no perder el hábito”, razona. “El descanso y el disfrute del juego también son necesarios para el sano desarrollo emocional de los niños”.

Lo más importante es cómo esa presión y carga escolar repercuten en las relaciones familiares y sociales. “Hay que tener en cuenta que gran parte de la estabilidad emocional de un niño la brinda principalmente la relación con sus padres y esto no es posible si las tareas escolares condicionan un ambiente emocional continuamente negativo”, argumenta el psicólogo, que añade: “existen pocos estudios que demuestran la utilidad, a nivel cognitivo, de los trabajos escolares en tiempo de ocio y sin el apoyo pedagógico de los profesores”.

Quintos en deberes

De hecho, en un ranking publicado por la OCDE en 2012 se situaba a España como el quinto país que más trabajo para casa mandaba a los niños –se hablaba de una media de 6,5 horas de ejercicios a la semana, frente a 4,9 de media en los demás países–. Es cierto que hoy en día, la regulación a este respecto ha cambiado pero Rizaldos cree que seguimos cerca de esa cifra “si incluimos las actividades extraescolares o actividades educativas en su día a día que se les proponen como que, si van a la playa o a la montaña, se fijen en el entorno y hagan un dibujo o redacción sobre el tipo de fauna y flora, etc”. Reivindica el tiempo de juego libre ya que es el momento “en que el ser humano aprende a desarrollarse, a negociar, a asumir normas, turnos, socializarse, seleccionar amigos, desempeñar roles…”.

Cuando nuestro hijo no cuenta con ese tiempo de ocio, podemos llegar a hablar de ‘estrés infantil’. ¿Cómo podemos detectar si sufre de estrés y cómo podemos ayudarle? Ana Kovacs nos habla de síntomas como “irritabilidad (llanto fácil), desmotivación o tristeza, entre otros; a veces se producen también etapas de pesadillas”, aclara. “Los padres somos la pieza clave para ayudar a afrontar el día a día, priorizando y organizando los tiempos pero también escuchando los niveles de exigencia, sobre todo los nuestros”.

Ocho formas de ayudar a tu hijo a gestionar la ansiedad, por MIGUEL ANGEL RIZALDOS

1. Dile tu interés con claridad. Habla con tu hijo cuando te des cuenta que hay algo que le preocupa.

2. Escucha a tu hijo/a. Pide que te cuente lo que le preocupa. Evita juzgar, culpar, dar sermones o decir lo que crees que debería haber hecho.

3. Empatiza, valida y comenta brevemente las emociones que crees que podría estar experimentando tu hijo/a.

4. Pon nombre a lo que le ocurre a tu hijo. Muchos niños/ as todavía no tienen palabras para expresar sus sentimientos.

5. Ayuda a tu hijo/a a buscar alternativas de solución.

6. Limita el estrés innecesario a que se somete tu hijo/a. Si ciertas situaciones están provocando estrés en él/ella, fíjate en si hay formas de cambiar las cosas. Por ejemplo, si hay un exceso de actividades extraescolares.

7. Muéstrate presente y disponible. A los niños/as no siempre les apetece hablar sobre lo que les preocupa pero deja claro a tu hijo/a que estarás a su lado cuando tenga ganas de hablar.

8. Sé paciente. Duele ver a tu hijo/a infeliz o preocupado, pero intenta no dejarte llevar por la necesidad de resolverle todos los problemas.

Adolescentes conflictivos: ¿Cuándo pedir ayuda profesional?

En algunos casos, la causa de los comportamientos negativos continuados de los adolescentes que hacen imposible la convivencia familiar puede ser un trastorno mental. En otros, se trata de adolescentes mal educados. En ambas ocasiones es necesaria la intervención de profesionales.

Por Eva R. Soler

El periodo de confinamiento convirtió a muchos adolescentes disruptivos en bombas de relojería a punto de estallar, sostiene Jordi Royo, vicepresidente del Clúster de Salud Mental de Cataluña y director clínico de Amalgama 7 (www.amalgama7. com) . Durante esa etapa, en este centro de atención terapéutica y educativa para adolescentes recibieron más de 300 consultas por parte de padres y madres desbordados por las reiteradas situaciones de conducta inapropiada de sus hijos. Algunos, incluso, llegaron a solicitar distancia real y física con ellos.

Desmotivación escolar, poca o nula participación en las tareas domésticas, excesiva exposición a pantallas, conflictos relacionales o maltrato hacia los hermanos, negarse a compartir espacios familiares comunes y grandes periodos de tiempo de reclusión en su propia habitación, consumo de tabaco u otras sustancias sin consentimiento paterno, conflictos a la hora de la comida (deseo de alimentarse cuando a él le apetezca y lo que le apetezca), desobeciencias, desprecios, insultos e, incluso, agresiones hacia objetos o personas…son las quejas más reiteradas que han recibido en este centro.

¿Trastorno mental o no?

Muchos padres se plantean ese dilema. Sin un diagnóstico clínico experto es muy difícil distinguir cuál es la etiología de estos comportamientos, afirma Jordi Royo. El doctor explica que para detectar los casos con posibles patologías es necesario realizar una entrevista en profundidad con los progenitores para aclarar tres aspectos de la vida de su hijo: el rendimiento escolar, qué actividades realiza los fines de semana o en su tiempo libre y, por último, en qué gasta el dinero del que dispone. Este experto aclara que la adolescencia tiene, intrínsecamente, rasgos asociados como la transformación del cuerpo, crisis de identidad, baja autoestima, complejos, dificultades de adaptación en el entorno de los adultos… Pero hay adolescentes que van más allá y presentan comportamientos negativos de modo continuado que hacen prácticamente imposible la convivencia en casa. Dentro de este último grupo, el doctor Royo diferencia entre los que, por un lado, presentan patologías o trastornos neurológicos (Déficit de Atención con Hiperactividad, dislexia, trastornos de personalidad…) y, por otro lado, los maleducados. “Y en ambos casos es necesaria la intervención de profesionales para rebajar la tensión acumulada en la convivencia familiar”, sostiene este experto.

“Que un chico adolescente exprese, ocasionalmente, sentimientos de baja autoestima, de malestar físico, de dificultades adaptativas en el entorno de los adultos debe ser aceptado, en su conjunto, como rasgos propios de la transformación bio-psico-social que supone el paso de la niñez a la adolescencia. Por el contrario, cuando estas conductas o estados anímicos se produzcan, no ocasionalmente, sino de forma continuada y, a la vez, generen un deterioro en el entorno vital del adolescente, deberos entenderlos como síntomas de demanda de ayuda”, insiste Royo.

Por su parte, Natalia Pedrajas, directora de Psicólog@s en casa (www.apoyopsicologoencasa.es), opina que el mayor indicador para solicitar ayuda profesional es el malestar de los propios padres: “El malestar del menor traspasa el mundo adulto y los desborda. Así, ya no importa lo que le ocurre al menor, sino más bien cómo los adultos perciben que no disponen de estrategias para ayudarle”. “Probablemente –continúa Pedrajas–ese hijo o adolescente pase por algo natural dentro de su proceso evolutivo: miedos irracionales, incapacidad para adaptarse al grupo, fracaso escolar… Una más de determinadas crisis naturales. Sin embargo, si ese padre o esa madre reconocen que no tienen estrategias para tratar ese proceso natural del paso de la infancia a la adolescencia ha llegado el momento de pedir ayuda”, sostiene la psicóloga.

El otro indicador que hace necesario el apoyo psicológico es el malestar del menor, añade esta experta: “Si en el adolescente predominan el miedo, la rabia y la tristeza sobre otras emociones más agradables hay que solicitar ayuda profesional.

Este tipo de ayuda no sólo se dirige a niños y adolescentes, sino que también atiende la carencia de herramientas y estrategias de los adultos”.

Por su parte, Natalia Pedrajas explica que los profesionales de Psicólog@ s en casa se acercan al mundo infanto-juvenil en su territorio, en su habitación, en su entorno seguro y con sus reglas: “Durante las primeras sesiones establecemos un vínculo, una alianza. Nos mostramos neutrales, no como ejecutores de las normas paternas. Ayudamos al adolescente a identificarse y conocerse a sí mismo, a comunicarse de la mejor manera con los adultos, a enfrentarse a su realidad con nuevas herramientas y capacidades. También hacemos sesiones para los padres. Siempre protegemos la confidencialidad y el mundo interior del adolescente, salvo que esté en situación de peligro. Entonces, sí informamos a los padres”. Nuestro trabajo se basa en la disciplina positiva como técnica educativa, apunta la psicóloga: “La disciplina positiva se basa en el amor, el entendimiento, la empatía y es una apuesta a largo plazo. Entendemos que los refuerzos y los castigos son estrategias cortoplacistas que no apuestan por el ser humano en su totalidad, sólo por la modificación de la conducta”. Sin embargo, la disciplina positiva permite conocer mejor el cerebro del niño y del adolescente, según Pedrajas: “Nos comunicamos con ellos apostando a largo plazo por la integridad y los valores del ser humano en el que se va a convertir”.

Negociación continuada

En muchas ocasiones, los padres tienden a ceder o a negociar con el objetivo de rebajar la tensión del conflicto y buscar la paz familiar. De esta forma, la relación familiar se convierte en lo que desde Amalgama 7definen como “la dictadura de la negociación continuada”.

Además, el director de este centro añade que, a menudo, la violencia de los hijos hacia los padres, puede ser, inconscientemente fomentada por los propios progenitores: “Por ejemplo, hay padres y madres que en nombre del amor tienden a querer proteger de los hijos de cualquier adversidad y optan por no comunicarles sus propios miedos, angustias y sentimientos. Sin embargo, ocultar o disfrazar la realidad a los hijos, por ejemplo, la angustia por la incertidumbre laboral, la tristeza por la pérdida de un ser querido, las dudas a la hora de tomar una decisión relevante… no contribuye a potenciar la maduración psicológica de los hijos, ni a fomentar un estilo educativo basado en la corresponsabilidad. Al contrario, contribuye a potenciar el egocentrismo y a la convicción de los adolescentes de que sólo sus problemas son relevantes. En definitiva, lo que propicia es que el hijo se instale en un mundo ficticio y paralelo a la realidad”.

CUADRO: Cuatro consejos para comunicarse con los jóvenes

Natalia Pedrajas, de Psicólog@ s en casa, da unas pautas básicas que pueden ayudar a la hora de comunicarnos con los adolescentes y afrontar sus comportamientos negativos:

1. Observar lo que sucede en el adolescente sin juzgarle. Describir la situación sin emitir ningún tipo de juicio en la primera conversación. Si emitimos una valoración antes de tiempo, perdemos la empatía con el adolescente. Él reclama que el mundo adulto le trate como a un adulto, aunque vive de manera desagradable el proceso de dejar de ser un niño para convertirse en un adulto.

2. Identifiquemos y expresemos nuestros sentimientos según lo que nos está contando y lo que no nos está contando. Digamos cómo nos sentimos y hablemos de nosotros mismos. Así, ejercemos de modelo para que el adolescente hable de sus propios sentimientos, sin culparle de lo que sentimos.

3. Descubrirle la necesidad o deseo detrás de nuestro sentimiento. Una vez que le decimos: “me siento preocupada”, le proponemos la necesidad: “necesito que hables conmigo (o hagas esto o aquello) para calmar mi sentimiento.

4. Formularle un pedido positivo y factible, ya que sus comportamientos negativos sólo pueden cambiar poco a poco, no de golpe.

“Quiero hacerme un tatuaje y ponerme un pirsin”

La moda de colorearse la piel o ponerse un pirsin está en auge. Los adolescentes suspiran por parecerse a famosos como Lady Gaga, Rosalía o Sergio Alonso. Pero, ¿encierran riesgos para la salud?, ¿cómo cuidar la piel después de tatuarla?

Por Olga Fernández

Son muchos los adolescentes que quieren tatuarse la piel o ponerse un pirsin antes de los 18 años (mayoría de edad). Para ello, necesitan el consentimiento firmado de los padres o tutores, de lo contrario el tatuador se expone a una sanción económica importante. Al margen de este requisito, la reacción de los padres ante la petición de los hijos puede ser diversa: desde un no tajante, pasando por un “ya veremos”, hasta el consentimiento con interés: “¿en qué lugar quieres tatuarte?”.

Sin embargo, lo más importante, según recomiendan los pediatras, es informarse sobre los riesgos que puede implicar y exponérselos al adolescente. La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja una serie de puntos antes de hacerse un tatuaje: hablar con personas que ya se lo hayan realizado; tener en cuenta que es para toda la vida; no tomar la decisión si se está bajo los efectos de alguna sustancia como el alcohol; elegir un lugar adecuado para realizarlo (centros autorizados); puede producir dolor mientras se hace. Si decide hacerse el tatuaje, la AEP recomienda observar que la persona que lo realiza sigue estos pasos: se lava las manos con agua y jabón y utiliza guantes, limpia la zona que se va a tatuar con agua estéril o suero, lava la zona con una solución con alcohol o yodo, utiliza material desechable y usa agujas estériles en envoltorios que se abren delante de nosotros.

Un informe de la Comisión Europea advierte de que algunos componentes de la tinta para tatuar no están elaborados para este fin y suponen, por tanto, un riesgo para la salud. De ahí la importancia de acudir siempre a centros autorizados de tatuaje.

¿Tintas cancerígenas?

De hecho, según asegura la Comisión, tan sólo el 30% de los colorantes que se emplean en las tintas están autorizados para ser utilizados en productos cosméticos sin ningún tipo de restricción. “Las tintas negras son potencialmente cancerígenas por su alto contenido en hidrocarburos aromáticos, pero no hay ningún dato que demuestre que ello genere más casos de cáncer o problemas de salud en la vida real”, señala Donís Muñoz Borrás, dermatólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venearología (AEDV).

Otro problema que ha desvelado un estudio publicado en la revista científica Plos One, en 2014, y basado en el análisis de muestras de cadáveres portadores de algún tatuaje, es que las partículas de tinta pueden migrar hacia los glangios linfáticos y quedarse allí. Según el dermatólogo, esto no implica que exista evidencia de que generen un efecto negativo en ellos, aunque sí señala que “estos depósitos de tinta pueden generar graves errores de interpretación dando falsos positivos tras la realización de pruebas diagnósticas por imágenes mediante PET/TAC o en la detección del ganglio centinela en pacientes con melanoma. “Es por ello que recomendaría a toda persona tatuada o que haya tenido un tatuaje, que en caso de precisar realizarse alguna de estas pruebas diagnósticas advierta al radiólogo que lleva o ha llevado tatuajes. Con ello evitaremos estos graves errores diagnósticos”, advierte Muñoz Borrás.

Riesgos del pirsin

Según la Clínica Mayo, esta decisión no está exenta de consecuencias más o menos graves. Estas son las más relevantes:

  • Infecciones de la piel. Después de ponerse un pirsin puede aparecer enrojecimiento, dolor, hinchazón o una secreción similar al pus.
  • Reacciones alérgicas. En ocasiones, algunas joyas, en particular las piezas hechas de níquel, pueden causar reacciones alérgicas.
  • Aparición de cicatrices y áreas elevadas causadas por un crecimiento excesivo del tejido cicatrizal (queloides).
  • Daños en la boca. Las joyas que se colocan en la lengua pueden astillar y romper los dientes, además de herir las encías.
  • Enfermedades transmitidas por la sangre. Si el equipo que se utiliza para hacer el pirsin está contaminado con sangre infectada, puedes contraer varias enfermedades de transmisión sanguínea, incluidos la hepatitis B, la hepatitis C, el tétanos y el VIH.

Jaume Funes: “Hay que reconstruir otra escuela diferente”

¿Qué necesita de sus padres un adolescente? ¿Y de su centro escolar? Jaume Funes lo repasa en su nuevo libro, lleno de respuestas.

Por Terry Gragera

Su último libro es Quiéreme, pero necesito que me cuentes más, ¿qué necesitan los adolescentes de nosotros?

El adolescente nos dice con la boca pequeña que no quiere saber nada de nuestros consejos, pero en el fondo saben que los necesitan. No les podemos hablar de nuestra experiencia, eso se adquiere con los años, y a ellos no les vale. Pero los adolescentes no se educan solos y no he visto a ningún adolescente que quiera vivir su adolescencia en soledad. Todo depende de cómo se haga. Los padres pueden preocuparse de muchas cosas, pero lo que de verdad necesita descubrir su hijo es cómo se consigue ser feliz, cómo entender el mundo y la vida y una serie de valores, una ética. Más que consejos que digan: “yo haría”, el adolescente acepta mejor a aquellos adultos que le demuestran que les interesa su vida y no solo sus problemas y tenerlo controlado.

Su primer libro Quiéreme cuando menos me lo merezca… porque es cuando más lo necesito, exponía una forma peculiar de entender la relación padre-hijo y vendió 25.000 ejemplares…

Fue un éxito inesperado, pero me encontré una gran necesidad en una generación de padres preocupados por la educación de sus hijos pequeños que se habían hecho mayores y ante lo que decían: “ahora qué”. Además, nuestros adolescentes viven una realidad diferente a la que vivimos nosotros, que no es fácil. Este mundo es tan desconocido para los padres como para los adolescentes, y eso ha producido una incertidumbre. Ante ello, hay padres que han optado por la mano dura y otros que han pensado: “a ver cómo lo hacemos”. El mundo cambia y hay que educar como siempre, pero de otra manera, de ahí el segundo libro.

¿Cómo ha de ser la educación en un mundo que, especialmente en los últimos meses, ha cambiado tanto?

Los adultos debemos asumir que no hay respuestas únicas ni recetas y, por lo tanto, el primer gran criterio en la educación debería ser educar en la diversidad y en la complejidad de algo que va cambiando. Los padres deben lidiar con su propia inseguridad e incertidumbre. Los adolescentes se nos hacen difíciles porque “nos mueven la silla constantemente”, porque nos hacen preguntas impertinentes. Pues en esta nueva crisis estará más claro que otras veces que habrá que negociar, hablar y pactar, y eso a veces agota. Pero eso no significa que haya que volver al recurso fácil de la autoridad y las normas. Educar seguirá siendo acompañar a vidas que van creciendo, pero muchas de las formas antiguas ya no sirven.

¿Qué papel juega en todo esto la escuela?

Existe la tentación de, ante el cambio y el desconcierto, exigir a la escuela control y buenas notas. Pero lo que deberíamos pedir a la escuela es que nuestros hijos mantuvieran el deseo de saber y aprender. Después de seis meses sin asistir al colegio, ¿seguirán teniendo interés en las ecuaciones? Hay que hacer un esfuerzo para hacer las cosas de otra manera, no podemos dejar a los adolescentes en el vacío.

¿Ha llegado el momento de renovar el modelo educativo?

Hablamos de desdoblamientos, espacios… pero no se trata de eso, sino de hacer otra escuela. Antes de la pandemia se demonizaban las pantallas y, de golpe, pasaron a ser imprescindibles. No es un problema de tecnología, ni de escuela presencial o a distancia. Se necesita de una nueva forma de aprender y enseñar. Habrá que construir la presencialidad virtual. Durante el confinamiento, los buenos tutores se dedicaron a conectarse con cada uno de sus alumnos para saber cómo estaban, demostrando que la tutoría online puede ser tan eficaz como la que se hace en la escuela. Hablamos de una preocupación por su vida, aunque sea desde lugares diferentes. La comunicación entre los adolescentes y sus tutores deberían ser directa. Los alumnos necesitan acompañamiento y seguimiento, y eso se consigue con profesores preocupados por ello. Hay que reconstruir otra escuela y no adaptarla a una realidad predeterminada por el sanitarismo adulto.

Según algunos estudios, los adolescentes han sufrido emocionalmente el aislamiento con mucha dureza.

Los adolescentes han estado conectados con su mundo virtualmente, lo que les ha servido a muchos. Pero también han sentido soledad, abatimiento, ambivalencias continuas… viven en general en un caos emocional. Los adultos deberíamos ayudarlos a aprender a descubrir nuevos sentimientos y a gestionarlos. Lo que tienen dentro va desde lo más positivo a lo más negativo, hay que ayudarlos a vaciar sus mochilas. Y desde el colegio, en tutoría, reflexionar sobre lo sucedido, no hacer como si no hubiera pasado nada. Y habrá que prever cómo les facilitamos que descarguen su rabia. La infancia y la adolescencia han sido la grandes olvidadas, como suele pasar en muchas crisis.

Thinks for kids: ¿Qué es el pensamiento creativo?

La creatividad no es sinónimo de manualidades. El libro ‘Thinks for kids’ potencia el juego no dirigido en nuestros hijos y les ayuda a potenciar su ingenio.

Por Ana Veiga

El confinamiento por la pandemia nos ha afectado a todos y, en especial, a los niños. En este tiempo, los menores han demostrado su resiliencia pero también han puesto sobre la mesa el gran papel de la creatividad en sus vidas y en las nuestras.

“En el confinamiento, se ha dado más valor a asignaturas que en los sistemas educativos siempre hemos denominado ‘marías’ y se ha demostrado que el arte en general (pintura, música, plástica, cine, etc) junto con el ejercicio físico es lo que mejor funciona para nuestro equilibrio emocional en momentos delicados”. Quien habla es Raúl Bermejo, psicólogo y coautor de Thinks for kidsjunto al diseñador e ilustrador Nacho Uve.

Al contrario que las manualidades –que son actividades más cerradas y con órdenes dirigidas–, Thinks for kids consiste en propuestas para imaginar, actividades abiertas que sirvan de inspiración para crear otras nuevas, incluyendo a la vez a contenidos curriculares como la lectoescritura o las matemáticas. ¿La clave de su propuesta? “Queremos que los niños disfruten del proceso sin importar tanto el resultado final y que entiendan el error como herramienta de aprendizaje”, explica el psicólogo, conocido en la pequeña pantalla por su participación en el programa La Vida Secreta de los Niños. “El objetivo final de Thinks for kidses que aprendan de una forma más lúdica y multisensorial para ayudarles a desarrollar y entrenar el pensamiento creativo”.

Y ¿qué es el pensamiento creativo? Raúl desliga el término del arte y se refiera a él como aquel que “nos permite buscar soluciones a las adversidades que nos encontramos”. Por ello, sus ejercicios suelen girar en torno a desafíos combinados con sorpresas para aumentar el rendimiento académico en los niños y niñas mientras les ayudan a desarrollar su autoestima.

El niño en el centro

Con el fin de ceder el máximo espacio a la imaginación y control del propio niño, el diseñador gráfico Nacho Uve ha puesto a los niños en el centro, creando un libro infantil que no requiera apenas de intervención adulta que pueda condicionarlos. Y eso ha influido en todo lo referente al diseño, dotando de un papel principal a los pequeños lectores y manteniendo su propio lenguaje gracias al uso de ilustraciones hechas por los niños, posteriormente editadas. “Para mi, el pensamiento creativo es una de las cualidades más importantes en el desarrollo. Creatividad no es solo pintar o dibujar; es toda esa magia que cada uno de nosotros tenemos y que nos tienen que potenciar, ya sea cantando como cocinando tarta”, dice Uve.

Habla en primera persona porque vive de su creatividad, a pesar de su contexto vital. Como la mayoría de españoles, viene de una educación “donde el arte y la creatividad eran las últimas de la fila a nivel académico”, confiesa el diseñador. “El mensaje que recibía es que yo no podía ser nadie si no era bueno en químicas o matemáticas, si no era capaz de estar 8 horas sentado en un aula. Siempre pensé que era un mal estudiante y que nunca llegaría a ser nadie pero ahora soy muy feliz dedicándome a algo que me apasiona, en un mundo donde las matemáticas y la física no son tan importantes”.

Por eso, este libro es significativo para él de muchas formas. “Creo que lo más importante es que el niño se sienta libre de poder hacer lo que quiera, sin pautas o normas muy marcadas. Nos sorprendería la capacidad que tienen los niños para crear un imaginario único que a los adultos se nos escapa”, defiende.

Precisamente, la libertad es una de las claves necesarias para fomentar un pensamiento creativo: alejar las instrucciones y los mandatos adultos y dejar que la creación fluya.

Y no lo dicen solo Bermejo y Uve sino que también lo secunda Nuria Pérez. Ella ha sido directora creativa en publicidad para clientes como Coca-Cola, Kellogg’s o Nestlé y, tras su reciclaje profesional, se dedica al asesoramiento familiar, usando la creatividad como engranaje de unión. Entre muchas actividades, en los últimos años ha impartido talleres de pensamiento creativo para padres. “En los talleres de pensamiento creativo se trabaja con el niño y su desarrollo de una manera muy similar a la usada en las agencias creativas para afrontar cualquier problema con un producto. Tratamos de individuar sus talentos y sacar el mayor potencial de cada niño para que sepa qué puede aportar al mundo de mayor”. Con este fin, se usan ejercicios de pensamiento lateral, que aumentan la creatividad y les enseñan a sopesar varias opciones para un problema, a mirar las cosas desde diferentes puntos de vista. “Si tienes un hijo creativo, tienes que tener mucha responsabilidad en lo que yo llamo el 5 a 8, es decir, las horas después del cole, porque el sistema educativo no va a ser su aliado para potenciar sus cualidades”, sentencia.

Aunque lanza un aviso a navegantes: “Hay una frase muy habitual en el 99,9% de los padres: ‘Mi hijo es muy creativo porque pinta muy bien’. La gente todavía confunde pensamiento creativo con creatividad plástica aunque, en realidad, la creatividad no es sinónimo de pintar. La creatividad puede ser clave para, por ejemplo, un científico que debe enfocar un problema de formas diferentes para encontrar una solución”, defiende.

Pérez considera que “somos una sociedad muy de manual, de una herramienta o una misma técnica para todos… pero los que hemos tenido varios hijos sabemos que cada niño es un mundo y que no puede haber un método único que funcione para todos”. Frente a esa idea, el pensamiento creativo potencia el aprendizaje sin estructuras cerradas para adaptarse a las necesidades y potencial de cada persona. “Se trata de ver con cada niño cómo usa el lenguaje, qué canal de comunicación utiliza, qué talentos hay que potenciar y cómo podemos hacerlo”, razona.

Así, anima a poner al alcance de los niños y niñas diferentes mundos y disciplinas, para que pueda detectar cuáles le causan más interés y hacer conexiones entre lo aprendido en ellas. “Podemos tirar de los mundos adultos que conocemos y enseñar a nuestros hijos qué se hace en ellos, en vez de apuntarlo solo a actividades dirigidas o darle juguetes direccionales. Puedes llevarlo a ver a tu amiga arquitecta, a ver cómo cocinan los abuelos o en qué trabaja el tío… La cuestión es tener elasticidad y ofrecer al menor diferentes experiencias que amplíen su visión de la realidad”.