Jordi Musons: “La escuela es un lugar donde todo el mundo debería sentirse bien”

Por Adrián Cordellat

Jordi Musons es uno de los grandes referentes españoles en innovación educativa. Director de la prestigiosa escuela Sadako de Barcelona, Musons reconoce que la institución educativa “no tiene una dinámica de cambio muy ágil”, pero pese a ello se muestra optimista porque considera que en los últimos años “están pasando cosas muy interesantes que han cambiado mucho la situación”. En Reinventar la escuela (Arpa), el experto ofrece una completa guía dirigida a docentes, familias y educadores para que la escuela se sumerja de lleno en el siglo XXI y, por el bien de los alumnos, se actualice y modernice en base a todo el conocimiento científico que existe.

Recientemente el Gobierno anunciaba que trabaja en una reforma del currículo que pase por las competencias más que por las asignaturas, como se ha venido estudiando tradicionalmente. ¿Puede ser un primer paso para “reinventar la escuela”?

De momento sólo es un titular, pero como titular es fenomenal. De todas formas, mi sensación es que siempre se busca mucho la polaridad entre lo antiguo y lo moderno, la memoria o las competencias. Sin embargo, creo que hay muchos más puntos de encuentro que de separación. Lo que estamos intentando trabajar es la idea de que podemos mejorar el conocimiento desde una estructura más global, que incluya a la memoria, pero también a las competencias, y sobre todo que incluya nuevas competencias que consideramos fundamentales en la sociedad actual. Con ello me refiero a las competencias sociales y emocionales, que también se aprenden trabajando en el aula.

Este tipo de enfoque ya se aplica de forma generalizada y con buenos resultados en muchos países de nuestro entorno. Sin embargo, en España cuesta. Supongo que mucho tendrá que ver en esa resistencia al cambio los mitos instaurados y que aborda en el libro. ¿Cuál o cuáles diría que son los que más dificultan el cambio?

Seguramente la resistencia más importante es acabar con la idea de que el conocimiento lo dispone el docente y lo debe transferir al alumno; y que una vez que lo ha transferido, el alumno lo incorpora y lo mantiene en el tiempo. Esta mecánica de escucha, memorización, y examen está muy incorporada, pero en realidad no es una memorización que perdure en el tiempo, sino una memorización muy inmediata. Al final, muchos de los aprendizajes a los que los profesores dedican muchas horas para transferir en el aula, acaban diluidos y no perduran en el tiempo. Romper con esta dinámica es un cambio de perspectiva y de mirada que está costando. Quizás porque es un tema muy vinculado a la evaluación, a rendir cuentas en un examen.

Entonces, ¿falta formación para los docentes?

La formación inicial de muchos docentes es buena, pero luego cuando llegan al aula y tienen que aplicar estas metodologías más complejas de gestionar, muchos se sienten incómodos, pierden el control del aula y recuperan los métodos que ellos vivieron como alumnos. Al final, desde el punto de vista del docente es mucho más fácil la gestión si mantienes a los alumnos sentados, separados y en silencio que cuando les das autonomía, les animas a trabajar en grupo… Por eso es mucho más fácil instaurar esta forma de trabajo en aquellos centros donde estas metodologías están mucho más arraigadas. Porque cambiar esta forma de aprendizaje no se hace desde un aula, sino que es parte de la cultura del centro. Si el alumnado no está acostumbrado a una determinada cultura educativa, es muy difícil que se incorpore.

Entre esos mitos de los que hablábamos me ha sorprendido el de la reducción de ratios. Pensaba que era una petición cuasi unánime, pero veo que usted disiente en parte.

Yo no estoy en contra de reducir ratios, todo lo contrario, pero mi sensación es que muchas veces esta idea parte de una mirada desde la perspectiva docente, no desde la perspectiva de los alumnos. Para el docente es mucho más cómodo tener diez alumnos, pero para el alumno, ¿es mejor tener 10 o 20 compañeros? Lo que yo digo es que reducir ratios en las aulas, si sólo implica que se quede un solo docente con menos alumnos, no siempre es algo positivo, porque empobrece la posibilidad de establecer relaciones sociales entre el alumnado. Cuantos más alumnos hay, más relaciones positivas se pueden establecer. Por el contrario, yo creo mucho en el trabajo en equipo entre profesores, en tener docentes que puedan trabajar juntos en el aula. En ese sentido, yo creo que sería mucho más eficiente incrementar las plantillas docentes que reducir las ratios en las aulas.

Hay un aspecto en el que insiste bastante en el libro: la personalización del aprendizaje. ¿Una educación por competencias facilitaría esa personalización o hacen falta otros muchos más cambios en el sistema para llegar a ella?

Desde luego. Hay una correlación muy fuerte entre competencias y personalización del aprendizaje. Pero volvemos a lo mismo: si estudiamos las competencias desde un punto de vista muy tradicional, en el que todos los alumnos y las alumnas tienen que tener las mismas competencias en el mismo momento, eso dificultará la personalización. Hay que partir de una base y es que no todos somos iguales. Por eso, un sistema rígido y cerrado como el actual, sólo es apto para un tipo de alumnado, lo que deja fuera a muchas personas brillantes que se pierden dentro del sistema. Y esto tiene, además, un vínculo muy fuerte con la autoestima. La escuela es un lugar donde todo el mundo se debería sentir bien, porque cuando uno se siente bien es capaz de hacer lo que se proponga.

Dedica un capítulo al impacto de la covid-19 en la educación. Pese a todo lo negativo que ha supuesto, ¿qué aprendizajes puede sacar la escuela de la pandemia para mejorar?

Ha ocurrido una cosa muy interesante y es que la pandemia ha demostrado que las escuelas tienen una capacidad de adaptación y de transformación enorme. Lo que necesitan es un motivo para hacerlo. Ahí es donde echo de menos un liderazgo más institucional y político que anime en esa dirección, porque creo que la capacidad de las escuelas para cambiar existe, pero que necesitan una idea clara y decidida, una motivación extra para el cambio, que evidentemente siempre cuesta más que continuar haciendo lo mismo.

Cómo ayudar a los niños (y a los adolescentes) a regular sus emociones

Todos tenemos emociones. Aunque recibimos muchos mensajes del ambiente que nos invitan a ocultarlas, no debemos minimizar las de los niños porque para ellos son importantes, es su realidad. Por naturaleza los niños son compasivos, solidarios y empáticos.

 

Por Eva Carrasco

 

Aprendemos de ellos todos los días tal y como se puso de manifiesto en el I Congreso Criar y Educar en Positivo organizado por BabyTribu en el que se puso el foco en la disciplina positiva, la educación activa y la psicología adleriana con la participación de psicólogos y expertos en la materia.

Una buena estrategia para ayudar a los niños a regular sus emociones es ponerse a su altura y mirarlo a los ojos con una mirada tierna y cálida. “Las amígdalas inmediatamente se bajan y se empieza a liberar oxitocita y hace que el niño poco a poco comience su regulación emocional. Necesita que validemos sus emociones nombrándolas por su nombre y sintonicemos con sus sentimientos. Tenemos la responsabilidad de encargarnos del mundo emocional de nuestros hijos” expuso Ana María Barrera Ortiz, psicóloga y Especialista en Neurodesarrollo. “No podemos regularlos a ellos si no estamos regulados nosotros y si no somos consistentes y constantes.”

 

Los colores del cerebro

Barrera profundizó en la importancia de entender cómo funciona el cerebro de nuestros niños según la Teoría del Psicólogo Rafael Guerrero que lo divide en cuatro zonas a las que se les asigna un color.

La zona roja es el cerebro reptil, donde está dosificado el pensamiento de alerta y se ponen en marcha conductas reflejas e impulsivas. Está localizado en el cerebelo. Las reacciones son la lucha, la huida o la parálisis.

La zona verde es la emocional y se implica el sistema límbico. Sigue siendo involuntario y reactivo, es como un volcán. Se va fortaleciendo a medida que los padres van estableciendo el vínculo y el apego.

La zona azul corresponde al cerebro racional, es decir, los pensamientos de los primates. Es el neocórtex, se mueve por necesidad y forma parte del placer, de la curiosidad y la creatividad.

La zona amarrilla es la ejecutiva y seria. Se sitúa en el frontal y es el voluntario consciente. Se va entrenando y se va desarrollando en los niños poco a poco hasta los 25 años. La función ejecutiva es la que permite planear e inhibir impulsos.

 

Las pataletas en la infancia

La pataleta activa el cerebro rojo y perdemos el tiempo cuando intentamos razonar en ese momento. A mayor conexión de los padres con el niño, mayor desarrollo de las conexiones neuronales. Además, las neuronas espejo nos hace ponernos en el lugar del otro y conectar con sus emociones. También nos contagiamos de las pataletas del niño, se contagia el nerviosismo.

¿Qué ocurre a nivel neurocerebrar cuando el niño tiene pataletas? La adrenalina le lleva a luchar y el cortisol le impide pensar. Esto ocurre en los primeros siete años del niño que es cuando se está formando la plasticidad cerebral. El cerebro es un músculo que si no se ejercita se atrofia como el resto de los músculos. La disciplina positiva nos descubre que los errores son oportunidades de aprender. El cerebro puede reaprender.

 

Conectar con el adolescente

La psicóloga certificada en Disciplina Positiva, Diana Jiménez se lamenta de lo denostada que está la adolescencia cuando es una de las etapas más bonitas de la vida. “Es un momento mágico y muy vulnerable y tenemos que conectar con ellos y sostenerles, no controlarles. Tenemos que influir, y para influir hay que disminuir el control”.

Jiménez sostiene que la adolescencia actualmente puede comenzar a los 8 años en las niñas y 9 en los niños. “Se empiezan a notar cambios y nos entra mucho miedo porque no estamos preparados para la adolescencia de hoy. Las nuevas tecnologías van muy rápido, y los padres somos una generación que todavía tenemos un pie en la época analógica. Ellos tienen una rapidez visual que les da mucha agilidad mental.”

Sin embargo, asegura que los problemas propios de la adolescencia son los mismos de siempre, aunque la manera en que se les está presentando el mundo es muy distinta.

Es necesario que los hijos se separen de los padres, no les pertenecen. Al llegar a la adolescencia la relación cambia porque están en un momento de transición, no es que les hayan dejado de querer. “Tenemos que poder conectar con un cerebro que está cambiando y aplicamos la disciplina positiva igual que en los pequeños.”

Están en un momento en que tienen que decidir y para eso hay que irlos entrenando en la niñez. Las oportunidades en las que los niños toman decisiones a lo largo de su vida son muy pocas. Todo va muy estructurado. Y de repente tienen que decidir su futuro.

A la hora de intentar dialogar con ellos aparecen los monosílabos y las respuestas cortas e inmediatas. Es muy típico que ni siquiera escuchen a los padres antes de contestar.  Es importante sembrar la confianza del diálogo en la infancia antes de llegar a la adolescencia, y no llegar a la sensación de chocar contra un muro, porque generalmente cuando esto pasa es que la relación no viene bien desde la niñez. “Están en su mundo y van a lo suyo, pero no es maldad, es su fase evolutiva”, aseguró la psicóloga.

 

La familia es un equipo

Es imprescindible que asuman una responsabilidad en casa para hacer una sensación de equipo en la familia. “Como padres tenemos que llegar a acuerdos y hablar con ellos para que se esfuercen en hacer cosas con la familia. No sirve decir ‘tengo un hijo independiente que se hace lo suyo’, tenemos que hacerlos independientes y colaboradores, no independientes y egoísta. Que haga también para los demás”. Para facilitar esta responsabilidad, Jiménez sorprendió afirmando que “los padres de adolescentes tenemos que tener un hobby. Porque si no, estamos encima y no respetamos su espacio ni su tiempo. Pero tampoco nos podemos ir de la vida de nuestro adolescente porque nos necesita más que nunca.”

 

Establecer límites

Educar es un proceso que comienza en la familia donde se aprende a convivir. “Los que actualmente somos padres hemos querido dejar atrás el modelo autoritario y no hemos sabido poner límites sin utilizar la fuerza y la autoridad como hicieron con nosotros” reflexionó Bibiana Infante, psicoterapeuta de niños y adolescentes.

“Los padres necesitamos entender y conocer a nuestros niños, para eso tenemos que observar y estar muy atentos. Saber poner en marcha una firmeza amable, poner límites sin usar la fuerza, ayudar a que los niños tomen decisiones saludables, utilizar herramientas pedagógicas, crear bien estar emocional y practicar el respeto mutuo. Todo esto nos lleva a la disciplina positiva”.

Pero al llegar la adolescencia tenemos que elegir nuestras batallas a la hora de establecer límites. Los expertos afirman que tenemos que reducir el “no” a uno al mes. Escucharles antes de decir que no y preguntarles con curiosidad. Si directamente decimos NO, cerramos todos los sistemas de comunicación y con los adolescentes tenemos que tener mucha paciencia.

Debemos interesarnos por lo que le atrae para compartir cosas con ellos. Están construyendo su personalidad y las cosas que les gustan ahora son sus señas de identidad que les dan seguridad y autoestima.

 

 


 

Fundamentos de la Disciplina Positiva

Principios que preparan a los niños para la vida definidos por el médico y psicoterapeuta Alfred Adler.

 

1 Necesitamos pertenencia (conexión), sentir que somos útiles y que somos necesarios, contribuir. Todo lo que hacemos busca ese objetivo de pertenencia y contribución, porque si no somos útiles en nuestro grupo no vamos a sobrevivir.

Los niños desde muy pequeños quieren ayudar. Sin embargo, no sabemos por qué, con 9 o 10 años pierden estas ganas de ayudar.

 

2 Entender el poder de la percepción e interpretación, lo que se llama la lógica privada. Los niños son grandes observadores y perciben todo. Pero, por su condición de niños son malos intérpretes, se equivocan en la interpretación de lo que ven. Su proceso será pensar, sentir y actuar. Por lo que siempre están tomando decisiones.

 

3 Generar relaciones horizontales: contextos en que cada persona tiene derecho al mismo respeto y dignidad para afianzar el sentimiento de comunidad.

 

4 Poner el foco en los objetivos a largo plazo, lo que potencia habilidades para la vida. Educar es que los niños hagan lo correcto independientemente de que se les esté mirando o no.

 

5 Enfocarse en alentar (motivación intrínseca describiendo, agradeciendo, empoderando). Se basa en animar y motivar.

 

6 Amabilidad y firmeza a la vez. Vamos a ser amables y a respetar al niño que está en crecimiento y a la vez que él respete las necesidades del grupo. Yo amablemente pongo en marcha el límite, pero esto nos falla porque no sabemos poner límites sin usar la fuerza.

 

7 Respeto mutuo (por uno mismo, por los demás y por las necesidades de la situación). Tenemos que cuidarnos para poder cuidar bien.

 

8 Asumir que los errores son oportunidades de aprendizaje. Deben entender que el error es una maravillosa herramienta de aprendizaje.

 

9 Enfocarse en soluciones, no solo en consecuencias. Se pone el foco en las soluciones y qué hacer para que no vuelva a pasar y no centrarnos en el castigo o los culpables.

La primera regla

La llegada de la primera regla puede causar ansiedad, confusión, e incluso, miedo a lo desconocido. Es importante en ese momento que las más jóvenes cuenten con el apoyo y confianza de sus madres y padres para hablar sobre este tema y sacar a la luz todas sus dudas e inquietudes.

 

Por Eva Carrasco

 

La sexóloga y experta en ciclo menstrual de Intima, Irene Aterido aconseja a las familias “hablar desde la propia experiencia, para hacer entender a la niña que es una función biológica completamente natural, que le hará comprender que la regla no es algo de lo que avergonzarse”. Por otro lado, es importante iniciar un diálogo desde el respeto y la confianza: “es normal que pueda sentirse incómoda o con miedo a hablar de la situación. Una buena opción es utilizar recursos sobre el tema: libros como el de INTIMINA Guía para Chicas Empoderadas, o películas, y responder positivamente a todas sus dudas de una forma segura”. Y, por último, mostrar todas las opciones de productos para la regla, de manera que esté bien informada. Mercedes, madre de una niña de 14 años, nos dice que su percepción es que las chicas están mucho más informadas y conocen mejor sus cuerpos de lo que lo hacían sus madres a su edad. “Incluso utiliza una app para monitorear ciclo menstrual y predecir su regla”.

 

Tomar la iniciativa

La sexóloga recomienda a los padres tomar la iniciativa y, en su opinión, establecer pequeñas conversaciones antes de la llegada de la primera menstruación es la mejor manera de tratar el tema. “Por ello, es importante hablar a edades tempranas a niñas y a niños (incluso antes de los 7 años) de los cambios físicos y psíquicos que están por venir y desembocan en la llegada del primer periodo. Estas conversaciones le darán una sensación de apertura, de que no es un tema tabú, de manera que entiendan la primera menstruación como natural y normal. Se recomienda hablar de ello máximo a los 9 años, de esta manera, la niña estará al tanto e informada cuando llegue el momento.”

 

Cuando llega en verano

La regla no debe ser un impedimento para disfrutar de la piscina y de la playa. Aterido nos habla de las ventajas de las copas menstruales ya que, además de ser higiénicas, son cómodas y se puede nadar con ellas. “A diferencia de lo que se cree, no se escapa nada de flujo en las 8 horas que se pueden llevar puestas. Además, la sangre, al no estar en contacto con el aire, no huele, algo que sí ocurre con los métodos de protección tradicionales.

Una excelente alternativa a los métodos tradicionales de higiene menstrual es utilizar la copa menstrual Lily Cup One de Intimina. Es perfecta para niñas y adolescentes principiantes, pequeña, ultra suave y flexible. La copa se adapta muy bien al cuerpo de las niñas y es fácil aprender a colocarla, ya que no reseca la entrada vaginal. No absorbe la humedad de la vagina, sólo el sangrado menstrual, por lo que te garantiza la salud vaginal de la joven. La copa para adolescentes aleja las infecciones, el síndrome del shock tóxico asociado a los tampones y los hongos o candidiasis.”

 

Práctica de deporte

Muchas niñas y chicas dejan de practicar su deporte favorito cuando tienen la menstruación bien porque se encuentran sin energías, por los dolores menstruales o porque no se sienten cómodas moviéndose con los productos tradicionales de higiene menstrual.

Pero es un error ya que la actividad física puede ayudar, de hecho, a elevar el estado anímico y la energía de las chicas, y a aliviar precisamente los cólicos. De hecho, mantener el hábito de hacer ejercicio diariamente permite que el cuerpo libere endorfinas, sustancias que aumentan el bienestar y reducen significativamente los dolores menstruales que pudieran padecer.

Lecturas para hacer de los libros el juguete estrella del verano

 

El verano es una época especial para la lectura. Los libros, al igual que las bicicletas, son para todo el año, pero nunca se disfrutan tanto como en los escenarios (la arena de las playas, el césped de campings y piscinas o el verde fresco de las montañas) y con la calma de los meses veraniegos. Acabado el año escolar, el verano se presenta como una época ideal para fomentar la lectura en niños, niñas y adolescentes. Por eso, desde Padres y Colegios hemos recopilado una amplia selección de títulos de literatura infantil y juvenil para todas las edades y para todos los gustos. Porque ya se sabe, en este mundo siempre hay un libro para cada persona.

 

Por Adrián Cordellat

 

Para niños y niñas de 3 a 6 años

Los invisibles (Andana): En Los invisibles, el escritor e ilustrador británico Tom Percival tira de biografía personal para dar voz a los miles y miles de niños que, como él en su día, viven en la pobreza siendo invisibles -de ahí el título del álbum- para la sociedad. Isabel, una pequeña desahuciada de su hogar y obligada a mudarse con su familia a un barrio empobrecido, es la protagonista de este emotivo y precioso álbum ilustrado que es una llamada de atención hacia la invisibilidad en que viven los que menos tienen y también un elogio del poder de las acciones individuales que devienen en comunitarias para cambiar las cosas.

Mejores Amigas (Flamboyant): Acabado el curso escolar, seguro que muchos niños y niñas echan de menos a sus amigos del cole. Para ellos, nada como acercarse a las dos protagonistas de Mejores amigas (casi siempre), un álbum escrito por Naomi Davis e ilustrado por Cinta Arribas que, desde un gran conocimiento de la infancia, se presenta como una muy real aproximación a las amistades que se forjan en la primera infancia entre conflictos y reconciliaciones, desde el binomio amor-odio que hace que los mejores amigos no lo sean siempre, pero casi.

Hablo como el río (Libros del zorro rojo): Elegido por Publishers Weekly, Kirkus Reviews y School Library Journal como mejor álbum ilustrado de 2020, Hablo como el río es una preciosista aproximación al sinvivir que experimentan muchos niños con tartamudez en el entorno escolar cuando no salen las palabras, estas se traban en la boca y uno “tiene un mal día para hablar”. El poético texto de Jordan Scott y las espectaculares ilustraciones de Sydney Smith dan vida a una historia con cuyo protagonista es imposible no empatizar; de la misma forma en que es imposible no querer a su padre, un hombre que desde la comprensión y el respecto es capaz de sostener a su hijo y de hacerle creer en sí mismo.

La gran catástrofe (Bookolia): Los niños y las niñas que acaban de convertirse en hermanos mayores o están a punto de hacerlo tienen en La gran catástrofe un maravilloso aliado para comprender de forma metafórica todos los sentimientos contradictorios que provoca la llegada de un hermano pequeño y, con él, la pérdida del corto reinado del hijo único. Hay muchos libros infantiles sobre hermanos, pero pocos como este título escrito a cuatro manos por Javier Sobrino y Almudena González e ilustrado por Rocío Martínez, que convierte en los más diferentes animales al recién llegado, para temor y desconcierto de un hermano mayor que ve cómo su tranquila vida de hijo único se convierte de repente en una gran catástrofe.

 

 

 

 

Para niños y niñas de 6 a 10 años.

Kid en la cumbre de los animales (Flamboyant): Escrita por Gwenaël David e ilustrada por Simon Bailly, Kid en la cumbre de los animales es una novela juvenil de gran carga animalista y ambientalista que nos lleva a un futuro cercano pero distópico en el que casi todas las especies animales están a un paso de la extinción. Esa situación de extrema gravedad lleva a la convocatoria de una cumbre en París a la que asistirán representantes de todas las especies animales que aún siguen con vida en la Tierra. En esa cumbre, como corresponsal de colegios e institutos, se colará Kid, la niña protagonista de la novela, que sufrirá en sus carnes un atentado que tiene como objetivo boicotear la cumbre, pero que, sin embargo, será el punto de inflexión que provocará la unión y el acuerdo de todos los animales protagonistas de esta especie de moderna Rebelión en la granja para tiempos de cambio climático.

Pepa Guindilla (Nórdica): Pepa Guindilla, escrita por Ana Campoy e ilustrada por Eugenia Ábalos, es una novela optimista y divertida made in spain que no tiene nada que envidiar a la gran literatura infantil llegada desde los países nórdicos. Campoy da vida en sus páginas a Pepa, una niña en cuya vida caben una madre, dos padres, dos hermanos mellizos por parte de madre, una abuela por parte del marido de su madre y una vecina encantadora que apunta a madrastra de las buenas. Todos ellos configuran el mundo de Pepa, una pequeña que roba el corazón del lector con su sentido del humor, su ingenuidad, su punto de pillería, su ternura y su capacidad para poner patas arriba con sus ocurrencias la vida de todos aquellos que le rodean.

Un bosque en el aire (Barco de Vapor): Recientemente galardonada con el Premio Barco de Vapor 2021, Un bosque en el aire, escrita por Beatriz Osés e ilustrada por Luna Pan, es una novela que narra en clave de humor la historia de Borja, un niño de 12 que, cuando su madre lo abandona y los negocios del padre empiezan a ir mal, encuentra en su abuelo una inesperada tabla de salvación. La vuelta al pueblo y el trabajo en el campo que el abuelo les propone, a Borja y a su padre, para acceder a su herencia es un elogio de lo rural, de la memoria que encierran los pueblos y de la naturaleza como brújula para vidas que parecen perdidas.

 

 

 

Para niños y niñas de 10 a 14 años

Amanda Black: Una herencia peligrosa (B de Blok): Una herencia peligrosa es la primera entrega de la nueva saga dirigida a lectores a partir de 10 años de Bárbara Montes y del superventas Juan Gómez-Jurado. En esta ocasión, la protagonista indiscutible de esta adictiva novela negra cargada de ironía es Amanda Black, una adolescente huérfana que malvive con su tía abuela. Al cumplir los 13 años Amanda empieza a desarrollar una serie de superpoderes a la vez que recibe una misteriosa carta que cambiará para siempre su existencia. Un libro para ser devorado sin respirar.

El maravilloso país de los Snergs (La Galera): Los amantes de la saga de El Señor de los Anillos están de enhorabuena porque la escritora Verónica Cossanteli ha realizado una extraordinaria adaptación de El maravilloso país de los Snergs, la novela publicada en 1927 por el escritor británico Edward Augustine Wyke-Smith cuyos protagonistas, los Snergs, inspiraron a J.R.R Tolkien para crear sus hobbits. Fantasía y sentido del humor no faltan en la maravillosa aventura que viven Flora y Pip, dos niños huérfanos que, de la mano del más entrañable de los Snergs, Gorbo, se sumergen en un mundo plagado de sorpresas, peligros y aprendizajes.

El síndrome de Bergerac (Edebé): El escritor Pablo Gutiérrez se ha alzado con el Premio Edebé de Literatura Juvenil 2021 con El síndrome de Bergerac, una historia inspirada en una experiencia suya como profesor de Instituto. El tránsito entre la infancia y la adolescencia, la importancia de las amistades en esta etapa vital, y el poder de los buenos profesores, como el de la buena literatura y el buen teatro, para cambar vidas, se dan la mano en esta novela emotiva que se sumerge con maestría en una etapa vital, la adolescencia, que marca nuestro futuro de forma irremediable y que uno, desde ese futuro convertido ya en presente, siempre recuerda con una sonrisa de añoranza.

 

 

 

 

Para los amantes del cómic

4 cobayas mutantes (Harper Kids): El reconocible estilo de Artur Laperla es una garantía de calidad para su nueva serie para primeros lectores, 4 cobayas mutantes, en la que mantiene su inconfundible estilo visual cargado de frescura, humor e ironía. Laperla ofrece en esta ocasión el protagonismo a cuatro cobayas con superpoderes que, en su primera aventura, tendrán que resolver el secuestro de Pantaleone, el gato del mejor pizzero de la ciudad. Una novela gráfica adictiva que se lee en un suspiro y que se guarda una sorpresa para el final.

Cuando brillan las estrellas (Maeva): Los libros también son una herramienta para crear y remover conciencias. Eso lo sabe a la perfección la autora Victoria Jamieson, que se basa en la experiencia vital de Omar Mohamed y su hermano Hassán para acercarnos al drama de los campos de refugiados. En uno de ellos, situado en Kenia, vivieron durante muchos años los dos niños somalíes protagonistas de Cuando brillan las estrellas, una novela gráfica cargada de esperanza que centra la mirada en los niños y que muestra sin medias tintas la dura realidad a la que se enfrentan los millones de personas en el mundo, entre ellos muchos niños, que viven en campos de concentración en condiciones infrahumanas.

Negra (Duomo): Basándose en la novela biográfica sobre la figura de Claudette Colvin de la escritora francesa Tania de Montaigne, la autora de novela gráfica Émilie Plateau nos acerca con maestría la figura de una mujer hoy casi olvidada, pero que sin embargo tuvo una importancia crucial en el movimiento por lo derechos civiles de los afroamericanos que más tarde liderarían personajes como Martin Luther King o Rosa Parks. No en vano, Colvin fue la primera mujer negra en negarse a ceder el asiento del autobús a una persona blanca. Sólo tenía 15 años. En Negra: la vida desconocida de Claudette Colvin, Plateau indaga en la vida de Colvin y explica por qué su nombre cayó injustamente en el olvido.

 

 

 

 

Para quienes quieren aprender leyendo

Benditos errores (Mosquito Books): ¿Sabéis cómo se inventó la goma de borrar o el café? ¿Cómo se desarrollaron inventos que revolucionaron la ciencia y la medicina como los rayos x o la penicilina? Pues todos estos inventos, así como otros quince que aparecen en las páginas de Benditos errores, tienen una cosa en común: surgieron por error. Este álbum ilustrado informativo de gran belleza visual es, en ese sentido, un elogio de los errores que cambiaron para bien nuestras vidas. Porque muchas veces, el éxito se encuentra en las cosas que, aparentemente, salen mal.

Perdido en el Museo (Combel): Perdido en el museo sigue a un niño que acude con su padre a visitar un museo de arte moderno. Cuando el padre se queda boquiabierto y anestesiado ante su cuadro favorito, el pequeño recibe una misteriosa llamada de una bailarina salida de una pintura de Edgar Degas. Como buen niño curioso, el pequeño seguirá a la bailarina, que le guiará entre juegos (a él y a los lectores) por las principales corrientes del arte moderno (el impresionismo, el expresionismo, el cubismo, el surrealismo o el arte pop), definidas con sencillez y representadas por las obras de autores como Monet, Gauguin, Van Gogh, Matisse, Picasso, Miró, Klee, Mondrian, Pollok o Warhol. La ilustradora alicantina Luisa Vera ha creado una pequeña joya para acercar el arte moderno a los más pequeños de la casa.

 

Ayudas por hijo

 

En España no hay ayudas directas ni universales para apoyar la natalidad, como en otros países europeos. Las que existen, limitadas en función de los ingresos, son insuficientes y algunas como el IMV no son fáciles de solicitar y no se gestionan con urgencia.

 

Por Eva R. Soler

 

“El gobierno ha eliminado la prestación por hijo a cargo aduciendo que su necesidad ya está cubierta con el Ingreso Mínimo Vital. De esta forma, a las familias españolas, frente a una crisis creciente, con un desplome demográfico sin precedentes, con la crisis económica debida al coronavirus y con más de 1,2 millones de hogares sin ningún tipo de ingresos, se les elimina la mínima medida profamilia que les quedaba. De esta forma, su eliminación representa la liquidación total de cualquier atisbo de apoyo a la familia”, denuncia Mariano Martínez-Aedo, vicepresidente del Instituto de Política Familiar (IPF).

 

Así, España se convierte en el único país de la Unión Europea sin la ayuda por hijo a cargo, la principal medida de política familiar. La cuantía de esta ayuda eliminada era de 28,41 euros al mes y había estado congelada en 24,25 euros entre 2000 y 2020. Además, el límite de renta (12.424 euros brutos al año) hacía que 7 de cada 8 familias no pudiera cobrarla. “En contraste, en el resto de Europa, el 85% de las familias lo cobra, bien porque la ayuda es universal (más de la mitad) o porque tienen unos límites alto de renta que engloba a la mayoría de las familias”, apuntan desde el IPF. Según los que datos de Eurostat que han recogido en IPF, una familia con dos hijos recibe más de 400 euros al mes en tres países europeos (Dinamarca, Alemania y Bélgica), más 200 euros al mes en otros 5 (Finlandia, Polonia, Suecia, Irlanda y Austria), más de 100 euros al mes en otros 7, entre 33 euros y 100 euros al mes en 11 y 0 euros en España.

 

“Exigimos al gobierno, a los partidos políticos y al Parlamento que se corrija este gravísimo error, que no sólo va contra el derecho de las familias a ser ayudadas en la crianza de sus hijos, sino que representa una medida suicida ante la crisis demográfica que padecemos y que el COVID está agravando todavía más. Sin niños, ni familias no tenemos futuro como sociedad”, clama Martínez-Aedo y añade que la política social de apoyo a los más necesitados no puede hacerse a cargo de la familia: “No son incompatibles ni sustitutivas, sino que deben coexistir y actuar cada una en su ámbito y en sus objetivos”.

 

Familias numerosas

 

Desde la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN), en cambio, creen que en España se ha avanzado bastante en los últimos años (en lo que a este colectivo se refiere) gracias a la labor y a la presión ejercida desde la Asociaciones de Familias Numerosas que forman la FEFN: “Hemos trabajado mucho para dar a conocer la realidad de las familias numerosas, cómo son y qué necesidades tienen y para poner en valor lo que estas familias aportan a la sociedad y la necesidad de protegerlas económica y socialmente como compensación por lo que aportan a la sociedad. Aportan capital humano y son un motor económico y social importante que genera un beneficio para toda la sociedad”. Sin embargo, añaden que, “aunque estemos mejor en política familiar, todavía estamos lejos de otros países, donde se apoya a la familia con hijos, y en particular a la numerosa con ayudas directas que en España no se dan”.

 

En este sentido, desde la Federación afirman que “hace falta un cambio de mentalidad sobre la familia y las familias con hijos. En Europa, el Estado considera que debe apoyar la crianza y educación de los hijos porque éstos son un activo para la sociedad y por ello, existen ayudas por hijo, universales y para todas las familias. En España, en cambio, no existen este tipo de ayudas. Las que hay están limitadas por la renta. La política familiar no existe, es una política asistencial, para apoyar a los que menos recursos tienen. Nosotros creemos que una cosa es la política social, de apoyo a los colectivos desfavorecidos, que debe existir, por supuesto; y otra distinta es la política familiar, en la que se apoya a la familia en ese concepto de bien social que son los hijos. España debe cambiar este planteamiento”,

 

Ayudas que no llegan

 

En 2020, se puso en marcha el Ingreso Mínimo Vital para atender a las 800.000 familias que, según cálculos del Gobierno, iban a verse afectadas por la crisis provocada por la pandemia y viven en riesgo de pobreza extrema. Sin embargo, según denuncian algunas asociaciones como la Fundación Madrina, esta ayuda no está llegando a todas las familias que lo necesitan: El 97,2% de las familias atendidas por Fundación Madrina no ha recibido el Ingreso Mínimo Vital (IMV) solicitado y 4 de cada 10 familias que lo han pedido han dejado de percibir la ayuda social mínima autonómica. “Están en un limbo administrativo y sin ayudas”, denuncian.

 

El IMV, a día de hoy sólo alcanza al 2,8% de las familias a las que acompañamos desde la Fundación. El 18,9% de las solicitudes han sido denegadas, sin dar motivo alguno y el 78,3% continua en estudio. Estos datos se obtienen del seguimiento de las solicitudes realizadas por la propia Fundación a la administración. A pesar de los meses transcurridos, el IMV no ha conseguido llegar a más personas.

 

Por otra parte, desde la Fundación Madrina explican que la mayor parte de las familias con hijos, que reciben ERTES o IMV, no tienen ingresos suficientes para sobrevivir y están sobre endeudadas. La Fundación Madrina solicita que las personas en ERTE o no, con IMV o no, y en riesgo de exclusión social estén exentas de declarar y pagar a Hacienda. La Fundación entiende que son colectivos gravemente afectados por la situación actual y que no pueden permitirse el pago de absolutamente nada extra, aunque sea fraccionado en seis meses.

 


 

ASÍ DESAPARECE LA AYUDA POR HIJO A CARGO

Víctor González, socio fundador de dPG Legal, nos aclara dudas sobre la desaparición de la Ayuda por hijo a cargo:

 

¿Cómo afecta el Ingreso Mínimo Vital (IMV) a la ayuda por hijo a cargo que existía con anterioridad?

A partir del 1 de enero de 2021, el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones integró de oficio la prestación por hijo o menor acogido a cargo sin discapacidad o con discapacidad inferior al 33% dentro del Ingreso Mínimo Vital.

 

A su vez, las familias que cobraban la prestación por hijo a cargo y que no han sido aprobadas para recibir el Ingreso Mínimo Vital, deberán solicitarlo y esperar a que el INSS estudie la solicitud. En caso de denegar la solicitud, estas familias continuarán recibiendo la prestación por hijo a cargo (siempre y cuando cumplan las condiciones necesarias)

 

¿Hasta cuándo pueden cobrar esta ayuda los que la percibían y no cobran el IMV?

Las familias que recibían la subvención por hijo a cargo y que no hayan sido aprobadas para el IMV, seguirán recibiendo la ayuda de forma transitoria hasta que los requisitos dejen de cumplirse, es decir, cuando los hijos alcancen la mayoría de edad.

 

En caso de no percibirla, ¿Pueden solicitarla ahora o sólo pueden solicitar el IMV?

Las personas que no percibían la ayuda por hijo a cargo y quieran solicitarla, ya no pueden solicitar la prestación unitaria, sino que deben solicitar el Ingreso Mínimo Vital.

 

¿Hasta qué fecha se puede solicitar el IMV?

Esta prestación se puede solicitar desde el 15 de junio de 2020 y no tiene fecha límite de solicitud.

 


 

PRESTACIONES Y AYUDAS POR TENER UN HIJO

 

Estas son las prestaciones y ayudas disponibles en España en 2021 por tener un hijo

 

-Prestación por nacimiento y cuidado de un hijo. Pago único de 1000 euros que pueden percibir las madres solteras, personas con discapacidad y familias numerosas, incluidos los adoptantes. Limitada según los ingresos. Más información en la web de la Seguridad Social

 

-Ayuda familiar por menor acogido: Dirigida a adoptantes. Se limita a menores de 18 años o mayores con discapacidad. El pago varía según la edad y el grado de discapacidad y existen unos límites máximos de ingresos.

 

-Complemento de maternidad a las pensiones: En 2021 se han ampliado las condiciones de este suplemento que entró en vigor en 2016. Es un suplemento de 378 euros por hijo.

 

-Ingreso Mínimo Vital. Integra diferentes ayudas estatales y engloba diferentes perfiles entre los que se encuentran las unidades de convivencia que afectan a padres y madres. La cantidad a percibir varía en función de cada familia y del número de menores a cargo, así como de los ingresos previos. Más información en la web de la Seguridad Social.

 

-Bonificaciones para contratar un cuidador: Las familias que necesiten contratar a un empleado de hogar para el cuidado de un menor podrán acceder a una bonificación del 45% en las cuotas de la Seguridad Social. Para familias numerosas o monoparentales.

 

-Ayuda de 100 euros para madres trabajadoras: Exclusiva para madres trabajadoras, por cuenta ajena o autónomas. Se puede obtener una deducción anual en el IRPF de un máximo de 1200 euros anuales hasta que el menor tenga tres años o se puede solicitar un abono anticipado por 100 euros mensuales.

 

-Prestaciones del SEPE. El Servicio de Empleo Público ofrece diferentes ayudas a las familias que complementan otras prestaciones del nacimiento y cuidado del menor. Cada una cuenta con requisitos concretos que hay que verificar en el SEPE.

 

-Otras ayudas de la Seguridad Social: Ayudas a la maternidad por parto múltiple; Discapacidad superior al 65% de la madre, familia monoparental o familia numerosa; Discapacidad superior al 33% del recién nacido.

 

-Ventajas fiscales: Se aplican deducciones en el IRPF a las personas que acaban de tener un hijo. Más información en la Agencia Tributaria.

 

Ayudas por Comunidades Autónomas: Dependiendo de la Comunidad Autónoma, puede haber deducciones de impuestos adicionales. Para más información hay que dirigirse a la Dirección de Familia, Bienestar Social o similar que hay en cada CCAA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

22 consejos para educar en el fracaso

Por Javier Peris

 

Tenía razón Kipling en calificar de igualmente impostores al triunfo y al fracaso. Lo que pasa es que Kipling ya estaba talludito y, sobre todo, muy vivido cuando llegó a esta lúcida conclusión. Porque fracasar joroba, y a todas las edades, y para paliar los estragos en la autoestima y de la vergüenza no basta con racionalizar con acierto.

 

  1. ¿Culpables? Hay cosas que hacemos y cosas que nos pasan. No siempre somos responsables de los fracasos, aunque tendemos a pensar que algo tenemos que ver, especialmente cuando se trata de desdichas graves: ‘tenía que haberlo visto venir’, etc. Como en la vida ya tendremos demasiadas ocasiones en las que estos límites son dudosos, es buena cosa aprender desde pequeños a concedernos el beneficio de la duda y desechar culpabilidades infundadas o solo probables.

 

  1. Sí pasa algo. ‘No pasa nada, chaval’, puede ser la primera reacción de los padres… pero solo debe ser la primera. No podemos ignorar los errores de los hijos ni quitar importancia -la que tengan- a las meteduras de pata. Sufrir la vergüenza de los fallos es necesario para aprender de ellos, pero si nos quedamos solo en el arrepentimiento no avanzaremos mucho: hay que hablar del asunto y detectar las causas que, por otra parte, a esas edades suelen ser bien simples.

 

  1. Listones. ¿Son necesarios los fracasos para aprender a ser felices? No; simplemente los fracasos son inevitables, y de su adecuada gestión interna y externa aprendemos a asumirlos y a sacar alguna enseñanza útil. Hay padres que casi se alegran de los fracasos de sus hijos: ‘Así aprenderá lo que es la vida’. Y no es eso: siempre es mejor ir por la vida sin la carga o el recuerdo de un tropiezo. No pongamos el listón demasiado alto solo por estimular a los hijos.

 

  1. Siempre están ahí. De pequeños, de mayores y de muy mayores los seremos humanos no dejamos de sufrir la decepción o la rabia o la desesperanza que comporta el fracaso. Y más allá de los consejos o de la ayuda que en esos momentos recibimos de los padres, lo que de verdad apreciamos en ellos es el refugio emocional, la compañía, la comprensión. Ni amigos, ni hermanos ni gurús espirituales: no hay contrapeso más efectivo, más útil y productivo que unos buenos padres para afrontar el fracaso.

 

  1. Hazlo tú. El miedo al fracaso paraliza. Y no hablamos de la decisión de estudiar para notario. Si los padres no son capaces de enseñar, con paciencia y cariño, a cocinar una tortilla o a hacerse la cama, no nos extrañemos si el niño se inhibe de las tareas de la casa. Si cada vez que hacen mal la cama escuchan una bronca, evitarán comprometerse en otras cosas.

 

  1. Yo también fracaso. Los hijos saben, aunque piensen poco en ello, que los padres también fracasan. Pero solo cuando estos lo explican con algún detalle se dan cuenta de verdad de que fallar, fallamos todos, y a veces de una manera vergonzante. Hablar de los propios fracasos a los hijos es bueno, sobre todo, para los padres, que serán más ecuánimes y equilibrados en sus reacciones ante el fracaso de los pequeños. Y estos aprenderán que equivocarse forma parte de la vida -también- adulta.

 

  1. La negación. Se trata de un mecanismo de defensa que surge en la más tierna infancia y que afortunadamente suele decaer con los años: para no sufrir el fracaso lo mejor es negarlo, y no solo ante los demás. Si se prolonga en el tiempo acaba convirtiéndose en un pilar de la autoestima y estamos hablando ya de una auténtica patología. Hay niños predispuestos a eliminar de su mente todo lo desagradable que tenga además un punto de culpabilidad. Si lo detectamos, no menospreciemos su importancia.

 

  1. Abandonar… o no. Las lecciones de danza son un suplicio semanal sin resultados visibles. Las clases de alemán no consiguen interesar mínimamente al chaval. Y el deporte… quizá no sea lo suyo. ¿Abandonamos? Siempre que no sea después de la primera clase, estas situaciones son una buena ocasión para requerir las opinión de los pequeños, y que aprendan a distinguir la pereza, la desmotivación y el miedo. Caerse de la bici nunca será un argumento para no volver a intentarlo, pero la gramática alemana…

 

  1. Fracasamos juntos. Los padres con más experiencia seguro que han vivido esto: el chico o la chica han estudiado intensamente, mucho más de lo normal, ante un reto académico exigente… y han fallado. Y nos duele tanto como a ellos, y la tarea de gestionar el fracaso nos afecta personalmente y nos sentimos más unidos que nunca a ellos. El apoyo emocional resultará más sencillo, pero habrá que esforzarse más en ayudarles a levantarse y poner los medios para volver a intentarlo.

 

  1. Menos consejos. Cuidado con convertirnos en padres y madres aconsejadores. Desde nuestra privilegiada atalaya de la madurez creemos saber en cada momento lo que hay que hacer y cómo. Peor aún: creemos que nuestras experiencias vitales, también las de la infancia, son siempre trasladables a la situación de los hijos. Aconsejar sin más es lo más sencillo (lo hacemos casi cada día con amigos, compañeros, jefes…) porque compromete muy poco. Y ahí está diferencia: el consejo no debe separarse del compromiso.

 

  1. Diferentes e iguales. Cada persona percibe el fracaso y se enfrenta a él de manera diferente porque todos somos diferentes. Un hijo puede necesitar más apoyo emocional que sus hermanos; otros se sienten incómodos cuando reciben ánimos y consejos; de otros nos costará enterarnos si han triunfado o fracasado… Pero a todos nos une la misma necesidad biológica: no sentirnos solos. Con más o menos sutileza, con más o menos diálogo, los niños deben sentirse acompañados y protegidos.

 

  1. Con quién hablar. De los adultos se dice que nos cuesta menos hablar de nuestras miserias en la barra del bar que en casa. Y los psicólogos -y el sentido común- aseguran que esta suerte de desahogo ni consuela ni estimula. Los niños y jóvenes también sufren esa tentación: sincerarse con los amigos y amigas es menos comprometido que hacerlo con los padres. Si desde pequeños conseguimos que esto no ocurra habremos logrado algo extraordinario.

 

  1. Antes del fracaso. Hay situaciones tan evidentes que hasta el más torpe de los padres sabe que van a terminar mal. Pero el hijo está empeñado en seguir y se hace las correspondientes ilusiones. ¿Qué hacemos? Depende de la gravedad del tortazo que se avecina. Hay casos en que los padres están obligados a evitar el fracaso de los hijos, pero que no sea por evitarles el disgusto sino porque objetivamente las consecuencias no son deseables.

 

  1. Fracaso escolar. Es uno de esos sentimientos profundos y que de alargarse demasiado pueden condicionar gravemente la personalidad de los niños y jóvenes. El fracaso escolar afecta a la autoestima, a toda la familia, a las relaciones con la escuela y con los compañeros, a las expectativas de futuro internas y externas… Gestionar bien esta situación es imposible… solos. Hay que ayudarse de tutores y profesores, y ayudarles a ellos.

 

  1. Fracasos que no lo son. El fracaso académico no siempre es lo que parece. Afortunadamente en los últimos años padres y profesores (sobre estos últimos) han ido asumiendo que el itinerario escolar sirve -también- para saber si los menores tienen las condiciones necesarias para completar la ruta clásica (Bachillerato y Universidad) o si por el contrario deberían acceder a ciclos formativos concretos más acordes con sus habilidades y motivaciones. La ESO, por supuesto, es innegociable, pero a partir de ahí el futuro se puede construir de muchas formas.

 

  1. Fracaso sentimental. Si queremos ser conceptualmente estrictos el fracaso amoroso no existe. En otros aspectos los fracasos, aunque sirvan para aprender, no son deseables ni buenos en sí mismos. En cambio, los desamores, rechazos y humillaciones en el terreno sentimental sí son absolutamente imprescindibles para madurar -o no- en las relaciones con el otro sexo. Solo una idea muy básica: los padres no deben pensar que ‘son cosas de la edad’ y mirar hacia otro lado e inhibirse cuando el chico o la chica lo está pasando mal.

 

  1. El duelo. El chico o la chica tiene motivos para entristecerse, incluso para llorar. Los padres pueden y deben ayudar en lo que puedan, que siempre es algo, pero que no aspiren a evitar el dolor o la vergüenza, que son las consecuencias normales de todo fracaso. Como suele decir, por extensión de la pérdida de un ser querido, el duelo hay que pasarlo; es más, puede ser muy perjudicial para la madurez de los jóvenes saltarse este proceso.

 

  1. Sufrir por todo. Vale, hay que acusar el golpe pero sufrir, solo por lo que toca. ¿La decepción es porque el examen no refleja lo que nos hemos esforzado… o porque mamá se va a llevar un disgusto? ¿Me siento avergonzado porque no he sido capaz de terminar ese proyecto… o porque temo las -supuestas- críticas que van a surgir a mi alrededor? Sufrir por lo que no se debe es estúpido y estéril. Aquí los padres sí podemos ayudar a racionalizar.

 

  1. No es una argucia psicológica sino una necesidad constante para enfrentarse tanto al éxito como al fracaso. Enfrascados en el proyecto pensamos que todo gira a su alrededor, que hasta las personas más cercanas no tienen otra cosa que hacer que pensar en cómo nos va a todas horas. Y que lo que nos ocurre en este día, en esta semana o en este mes es lo más importante en nuestras vidas.

 

  1. Hemos pasado el duelo, nos hemos distanciado del fracaso y ahora toca… rectificar. En los estudios, en los amores, en las amistades, en la familia, en el trabajo, en el deporte…, raro es el aspecto de nuestras vidas que no pueda crecer y mejorar sobre -también- las ruinas de nuestros fracasos. Algunas veces se requiere incluso papel y boli; es decir, analizar las causas, reorientar los objetivos y probar con otros medios y personas.

 

  1. Medir las fuerzas. Ya sabemos que el fracaso no debe desmotivar, paralizar. Sin embargo, una enseñanza útil puede ser establecer los propios límites. Los jóvenes son para esto muy patosos; creen que para conseguir algo basta con quererlo mucho (filosofía Operación Triunfo). Los adultos nos pasamos por el lado contrario: nos hacemos excesivamente cautelosos. Una situación pintiparada para debatirla con nuestros hijos.

 

  1. Lo más difícil. Sobre el fracaso se pueden escribir estos 22 párrafos y mucho más y, sin embargo, aprender del éxito… ¡eso sí es difícil! Si la frustración hace complicado analizar con objetividad las causas y la auténtica proporción de cada fracaso, la sensación del éxito hace prácticamente imposible una mínima objetividad. Porque en el fondo, como escribió Kipling, se trata prácticamente de lo mismo. O como escribió la Santa de Ávila: la humildad es… la verdad.

 


 

 

Dos películas sobre el éxito y un perdedor

Wall Sreet (1987)

Hay algo aún más perturbador -y extendido- que el miedo al fracaso: el miedo a no triunfar. En algunos ambientes sociales y profesionales está muy presente, sobre todo en los jóvenes. Wall Street es una de las películas más redondas de Oliver Stone, con una moraleja que no por sencilla y previsible es menos relevante. Uno de los mejores papeles de Michael Douglas.

Glengarry Glen Ross (1992)

Adaptación impecable e impactante del Pulitzer de David Mamet. Una inmobiliaria. Unos agentes que necesitan alcanzar unos objetivos de ventas. El éxito y el fracaso en la vida se identifican con el éxito y el fracaso profesional. Y esto ocurre en una inmobiliaria de casas de lujo como Glengarry Glen Ross… y en el quiosco de la esquina. Extraordinario Jack Lemmon.

Severus Snape

Para los millones de lectores de Harry Potter el final de este personaje supuso una revelación de una profundidad insospechada. Antipático, rencoroso, mezquino y hasta cruel, solo conocimos el elevado sentido de su vida cuando dejó este mundo, en una de las escenas más logradas escritas por la extraordinaria autora de esta saga.

 

 

 

 

 

 

 

La Asociación Española de Pediatría actualiza sus recomendaciones preventivas frente a COVID-19 para el próximo curso escolar

Cuando en septiembre de 2020 se recomendó la reapertura escolar y la asistencia presencial a las clases, muchos cuestionaron la seguridad de esta medida y alertaron del posible riesgo que podía suponer. Ahora, casi un año después y con el curso escolar a punto de finalizar, es momento de hacer balance de los resultados obtenidos y plantear las propuestas de escolarización de cara al curso 2021-2022. Basándose en los datos de incidencia en las escuelas de los últimos meses, los expertos valoran los resultados como ampliamente satisfactorios y destacan el papel ejemplar, tanto de los niños, como de las familias, como de los centros escolares y su personal docente, a la hora de poner en práctica las medidas de prevención recomendadas.

Los brotes en el entorno escolar han sido escasos, y los eventos de “superpropagación” entre niños extraordinariamente infrecuentes. El doctor Quique Bassat, coordinador del Grupo de Trabajo de la AEP para la Reapertura de la Escolarización, destaca que “durante el curso escolar 2020-21, la media habitual de grupos burbuja confinados en cualquier semana no ha superado por norma general el 1% o 2% y el porcentaje de alumnos o docentes infectados ha estado en torno al 0,5% la mayor parte del tiempo”.

En este sentido, celebra que, según un informe de la OCDE, “España ha sido de los escasos países europeos  que han  mantenido los centros escolares abiertos de forma ininterrumpida desde septiembre, con el beneficio que eso supone para los niños a nivel físico, social, mental y educativo; nos hemos convertido en un modelo a seguir para el resto de países”.

Por otra parte, se ha demostrado que la mayor parte de las infecciones detectadas en las escuelas provenían del entorno comunitario de los alumnos, y no tanto de la transmisión en el centro; confirmándose la menor capacidad de contagio de los niños en general, así como un ligero incremento del potencial infeccioso de los adolescentes frente a los niños más pequeños.

 

Recomendaciones preventivas de los pediatras para el curso escolar 2021-2022

 

 Desde la AEP recuerdan que el éxito de la reapertura escolar está directamente relacionado con el cumplimiento de las medidas preventivas y proponen mantener las recomendaciones de mitigación de contagio actuales, que podrán relajarse progresivamente, a medida que vaya disminuyendo la intensidad de transmisión y que se inicie la vacunación de los alumnos. Se sigue recomendando:

 

  • La necesidad de desinfección continuada de superficies en las aulas.
  • La distancia física interpersonal necesaria.
  • Un número determinado de personas en los grupos burbuja y ratio profesores/alumnos.
  • El uso de mascarillas en espacios abiertos.
  • El uso de mascarillas en espacios cerrados. Es importante destacar el enorme impacto que el uso de las mascarillas ha tenido, no solo en la contención del SARS-CoV-2 sino que también para disminución la transmisión de otros virus respiratorios comunes en edad pediátrica.
  • La ventilación activa de las aulas como se viene haciendo.

Solo cuando se empiece la vacunación de los niños y la incidencia sea relativamente baja, se podrán retirar paulatinamente las medidas de contención. Mientras tanto, tendremos que seguir prácticamente igual, no podemos bajar la guardia todavía”, incide Bassat.

 

Vacunación en niños y adolescentes

 

Es posible que en un futuro próximo se establezca la vacunación universal en niños; sin embargo, el Comité Asesor de Vacunas de la AEP en sus recomendaciones -siempre provisionales por la velocidad a la que se suceden los cambios-, prioriza su utilización y propone el siguiente orden a la hora de vacunar a la población infantil:

  • Primero a los niños en situación de riesgo con trastornos neurológicos relevantes o una condición asociada a déficit cognitivo, aquellos con enfermedades crónicas, con elevadas necesidades de cuidados -gran dependencia- y los que asisten a centros residenciales o educativos.
  • En segundo lugar, los niños sanos de entre 12 y 15 años, cuando se apruebe la indicación.
  • Por último, los menores de 12 años, aunque afirman que todavía es prematuro opinar sobre el papel que podría jugar su eventual vacunación en el control de la pandemia y el beneficio en la transmisibilidad, en una situación epidemiológica con niños mayores y adultos inmunizados. Habrá que esperar a comprobar el impacto de la vacunación universal en estos grupos y en su evolución.

Por último, la AEP insiste en recordar la importancia de comportarse de forma responsable ante síntomas compatibles con COVID-19 y evitar el contacto social y la asistencia a los centros educativos y laborales en caso de sospecha.

Se puede leer el informe competo del grupo de trabajo para la Reapertura de la Escolarización aquí.